Necesitada (JJK)

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Samantha

Sentía el sudor recorrer mi espalda, estaba bailando en medio de la pista con dos de los chicos invitados a la fiesta de cumpleaños de mi mejor amiga, no sabia sus nombres y tampoco es como si me importara demasiado había bebido lo que nunca más mi poca tolerancia al alcohol era un combo terrible.

Todo daba vueltas y el calor cada vez era más intenso, podía sentir como uno se restregaba por detrás y el otro besaba mi cuello por enfrente. Quería sentirme culpable, pero era una mujer soltera después de todo. Jeon Jungkook había terminado conmigo.

Me dejo como si no valiera nada, como si todo este año hubiera sido solo un juego para él y puede que así sea pues yo era una maldita virgen cuando lo conocí, el me mostró demasiado y yo solo obedecía pidiendo más.

Tal vez por eso se canso de mi. Aunque a la semana me busco, después de que llore hasta el cansancio por él. No sé de dónde saqué el valor para rechazarlo, para huir de él.

Cambie de número de teléfono, elimine todas mis redes sociales, y acepte el viaje a Rusia con mi amiga, ella era de aquí, por lo que su padre le preparó su fiesta de cumpleaños en un club exclusivo con viejos conocidos de la familia e invitados de más. Yo decidí pasármela de lujo, no quería pensar en Jungkook, por eso tomé todo lo que me ponían enfrente y aunque sentía la mirada de mi amiga cuidarme no le detenía, igual puedo confiar en ella si trato de hacer alguna estupidez, como el irme a la cama con dos completos desconocidos.

—Niña bonita —susurro uno de ellos en mi oído, supongo que no sabia mucho de mi idioma por que su acento era muy marcado —vamos a divertirnos.

Quería decir que no, pues su toque no me excitaba, no sentía nada, a pesar de que era deliciosamente atractivo, mi cuerpo no cooperaba ni con el extra de alcohol encima.

—Creo que no —dije apenas de manera entendible —creo que no eres mi tipo.

—Calienta pollas, es lo que eres.

Intento meter la mano debajo de la falda de mi vestido, pero lo empuje.

—No quiero dije.

Mire como mi amiga se acercaba rápidamente, el sujeto de atrás de apretó más contra él.

—No debes calentar a un hombre y no cumplir.

Dijo el tipo tras mío. Ambos me arrastraban por la pista, hasta que se escuchó un disparo al aire, la música se detuvo al igual que todos se agacharon.

Yo solo cerré los ojos, sabia perfectamente quien era.

—Aquí hay dos cosas mal —Jungkook golpeo al sujeto frente de mi —la primera es no escuchar cuando es un no — le rompió un brazo a quien me tenia sujeta por detrás —la segunda es tocar lo que es mío.

—¿Qué haces aquí? —mi amiga me abrazo por los hombros —ella no quiere verte.

—Dejemos que ella decida —se inclino hacia mi —¿Viene conmigo? o ¿quieres quedarte a ver como le arranco los brazos a estos tipos? Y arruinados la fiesta de tu amiga —miro de ella hacia mi, extendiendo su mano.

—Sam— mi amiga me apretó los hombros —no tienes porque irte con él.

—Perdón.

Tome la mano de Jungkook y me apretó contra él en cuanto me tuvo en sus brazos, detestaba que oliera tan bien. Me alzo en un brazo con una facilidad estúpida.

—Llévense a esos dos, ya saben que hacer, feliz cumpleaños Dulce.

Sus guardias se llevaron a los tipos, mientras yo sentía que el alcohol salía de mi sistema, mire a mi amiga con pena, pues yo no quería resistirme a ser llevada por Jungkook, él solo hecho que me tuviera sujeta hacia que mi piel quemara.

Pero no debía dejar que viera que me tenía en sus redes así que cruce los brazos sobre mi pecho sin mirarlo, podía sentir los músculos de sus brazos tensarse por la fuerza que ejercía al cargarme. Me metió a su auto y luego entró para abrocharme el cinturón. Se acomodo de manera elegante y encendió un puro.

—Al hotel.

El chofer arranco, yo seguía irritada pero ahora el frío me recorría el cuerpo había salido con un vestido que apenas me cubría lo necesario, mi abrigo se quedó en la fiesta.

—Tengo frío.

—De no estar vistiendo de esa manera no lo tendrías —no me miro —quieres vestir como una cualquiera, atente a las consecuencias.

Las lágrimas se me acumularon en los ojos, es un maldito.

—No quiero ir contigo.

—¿Acaso te di opción? —dio una calada larga a su puro y después me miro de manera intensa —Eres mía Samantha, y te has portado muy mal, nunca autorice in viaje ¿creías que no me enteraría donde estabas? Puedes esconderte debajo de una roca en el puto ártico y te encontrare.

—¿y para que me quieres? —se me quebró la garganta — ¿para que me necesitas? TU TERMINASTR CONMIGO MALDITO NEANDERTAL.

Me cubrí el rostro no quería que me viera llorar, ya lo había hecho mucho por él. Pero no contestó, se limitó a mirar por la ventana hasta que llegamos al hotel, en cuanto se detuvo el auto, me quito el cinturón y me jalo para bajarme de manera brusca, intente patalear y gritar pero me cubrió la boca, sin dejar de cargarme por la cintura, en el hotel no dijeron nada, solo le abrieron la puerta para que no tuviera problemas por estar metiendo a una mujer a la fuerza, conociéndolo le pagó a todo el hotel para mantener la discreción.

¿Qué puede hacer una bibliotecaria contra un maldito mafioso?

Nada.

Jungkook me arrojo dentro de la habitación, con mi poco equilibrio y el impulso fui a dar al suelo. Me miró sin remordimiento mientras se quitaba la chaqueta, sacó su corbata de un tirón y aunque sus ojos se notaban furiosos la lujuria se abría paso ante lo demás.

—Dices que terminé contigo —empezó a anudar la corbata y yo por inercia puse las manos al frente, una media sonrisa apareció — sí, lo hice, pero era necesario, gente estaba tras de mi, por lo que no debían enterarse de ti —ato mis manos y extendió el nudo hasta rodear mi cuello con la misma corbata —te hice una promesa al conocerte —apretó mis mejillas con sus dedos —¿Cuál era?

—Al momento de ser tuya, lo sería siempre.

—Aun muera, debes de entender que no habrá hombre en la tierra que pueda cumplir con lo que necesitas, nadie más te tocara como yo, nadie te hará sentir las cosas que sientes conmigo, estas marcada y arruinada por mi —Se bajo el zipper del pantalón —Abre la boca.

Saque la lengua sin pensarlo.

—Casi me dan ganas de no castigar tu imprudencia.

Sujeto la base de su miembro grueso, sobre saliendo más de un puño de largo. Sus manos son grandes y aun así le costaba cerrar la mano alrededor de su anchura. Cuando entro la punta pude sentir el sabor salado, de su líquido preseminal, saber que me desea tanto como yo a él, aumento la humedad de mi ropa interior. El frío de mi cuerpo estaba desapareciendo y la dureza de mis pezones ahora era por la necesidad de que los tocara.

—Respira.

Cuando dijo esto, no dudo en meter todo lo largo hasta mi garganta moviéndose de manera salvaje, yo estaba de rodillas con la cabeza alzada haciendo que el ángulo fuera un poco incomodo, pero a mi entrepierna no le importaba, estaba tan ansiosa por más, que comencé a frotarme contra el piso, como un animal en celo, Jungkook lo noto y jalo mi cabello parando sus embistes en mi boca.

—No nena, tu no puedes obtener placer, estamos castigados ¿Recuerdas?

Las lágrimas que salían de mis ojos eran por el ahogo y la poca falta de aire, por la mirada que tenia Jungkook sabia exacto el aspecto que tenia mi rostro, le encantaba arruinarme el maquillaje, que cuando se la mamara todo lo bonita que me había puesto quedara en manchones por toda mi cara, la mandíbula ya me dolía, solo podía escuchar sus jadeos y gruñidos, mis manos se movían ansiosas tratando de soltarse para darle un poco de calma a mi clítoris ya hinchado.

—¿Quieres que te toque? —solo lo mire a los ojos, sabia la respuesta —bien, las buenas niñas no hablan con la boca llena.

La punta de su zapato toco entre mis piernas, saco su miembro dándome tiempo de respirar, lo froto un poco frente a mi rostro.

—Monta mi pie.

Me acomode para que la punta quedara exactamente en la parte que necesitaba, como un animal hambriento comencé a frotarme de manera lenta, subiendo y bajando, apretando mi clítoris contra su pie, no dejaba de verlo mientras el seguía masturbándose contra mi rostro.

—Eso es nena, ahora abre la boca para beber.

Chorros de su semen se vaciaron en mi lengua y rostro, trague todo lo que entro a mi boca, sin dejar de mecerse sobre su pie, lamí lo que había en las comisuras de los labios, sintiendo un hormigueo intenso, hasta que el dulce orgasmo me llego, solo frotarme contra su pie me había causado esos espasmos deliciosos, pero quería más, necesitaba más, no era suficiente.

—Te corriste sin mi permiso, además hiciste un desastre en mis zapatos, ahora debes limpiarlo.

Se fue a sentar a la cama, haciéndome que me arrastrara en mis rodillas tratando de levantarme sin éxito, cruzo la pierna con el zapato meciéndose de un lado a otro.

—Límpialo.

Podía notar un brillo en la punta de su zapato, ahí era donde mis jugos estaban, me había corrido sobre su zapato, por lo que tocaba limpiarlos. Me acerque y mi lengua acaricio la punta de aquel lustroso zapato, dando la primer lamida, el sabor a cuero con mis propios jugos no era desagradable, asi que di otra lamida más, ante de recibir un jalón de nuevo en mi cabello.

—¿Tan necesitada estas?, maldita sea Samantha, te has vuelto una puta.

—Tu puta.

—Asi es. Jodidamente Mia.

No tardo nada en desgarrar el vestido haciéndolo girones sobre el piso, se desnudó con impaciencia, dejándome ver todo su cuerpo tatuado hasta el cuello, no había un solo musculo en su abdomen que no se notara ejercitado, las venas de sus brazos al colocarse sobre de mi eran una obra de arte, pero la manera en que caía su cabello sobre su rostro mientras se metía de golpe en mi interior, hacia la vista mas que perfecta para una buena follada.

Me desato las manos solo dejo la corbata en mi cuello que sujeto como una correa mientras estaba de rodillas entre mis piernas embistiéndome de manera frenética, solo se escuchaban el golpeteo de sus testículos sobre mi pelvis, mis gemidos, sus gruñidos, en un concierto cargado de deseo, lujuria y rabia. Mi cuerpo era solo suyo y aunque se había adaptado al tamaño, la manera brusca de moverse siempre me hacia gritar, tras una oleada de placer, cuando la punta empujaba hacia atrás de mi clítoris, tocando el punto perfecto en mi interior.

Todos los dedos del cuerpo se contraían ante la sensación, su boca comía cada parte de mí, sus dientes torturaban mis pezones, asi como su enorme mano amasaba mis pechos, sin dejar de cabalgarme como el semental que era.

Su espalda ancha se podía ver en el reflejo del espejo del tocador, las gotas de sudor recorriendo cada omoplato manchado de tinta, sus fuertes piernas haciendo la presión necesaria al chocar su pelvis con la mía, mi espalda se arqueaba en cada orgasmo dado, mi cuerpo se rendia ante cada caricia, cada mordida, sabia con seguridad que no podría moverme mañana, pero me importaba un carajo.

En el ultimo orgasmo de la noche, mi cuerpo se rindió, sus labios robaron cada aliento que me quedaba con esos besos tan intensos que mallugaban mis labios, su lengua dominaba la mía, no había nada que él hiciera conmigo que resultara insatisfactorio. Mis ojos se cerraban mientras sus dientes marcaban mi cuello, como lo había hecho con el resto de mi cuerpo, no había un lugar en toda mi piel que no tuviera marcas moradas mañana.

—No volveré a irme, pero si vuelves a permitir que alguien mas te toque, lo hare que mire como te follo y lo asesinare después, no me hagas enojar Samantha, no puedo controlarme cuando se trata de ti.

—No lo hare, pero tampoco te controles, el mundo sabe que te pertenezco.

—Bien, ahora abre esas piernas, que comete tu coño para el desayuno.






Un besote a mi mujer, quien fue el sacrificio esta vez, les recuerdo que asi como posteo en mi tablero los turnos para un onse shot con los nenes, tambien a veces pregunto en mi grupo de whatsapp.

Un besote para todas!!!

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