Un Mal Calculo (Jeon Jungkook)

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


LEA


Algunas veces tengo ganas de golpearme fuertemente contra algo, había desperdiciado mas de una hora de sueño por mi estupidez. Anoche fue una noche concurrida en el bar donde trabajo, así que termine más que muerta, llegue a casa a las dos de la mañana y puse mi alarma a la hora habitual al menos eso creía, pero la adelante una hora por que estaba más dormida que despierta cuando llegue a casa.

Ahora estoy en la universidad, sin nada que hacer hasta que mi clase comience, la cafetería aun no abre así que no puedo ir a comer nada, mi café me acompaña siempre así que no tenía la necesidad de ir a otro lado para conseguirlo, mi única opción era encontrar un lugar cómodo donde poder dormir un rato hasta que me tocara ir con el profesor de cálculo.

No había casi nadie en la facultad, muy pocos llegan tan temprano, solo los que están ya en la tesis o que se les traba la alarma como a mí, en verdad quiero golpearme contra algo, todo mi cuerpo me pide regresar a la cama, además del clima fresco de afuera no me ayuda nada, porque la calefacción de la escuela me arrulla aún más.

Me fui al salón donde tendría mi clase, después de todo dormir ahí es mejor que llegar tarde, por quedarme dormida en el baño o en las escaleras, camine hasta el aula para mi sorpresa cuando abrí la puerta no esperaba ver a personas dentro del salón, menos en la posición que las encontré.

El profesor estaba sentado en su escritorio entre sus piernas estaba la cabeza de una de las alumnas, la cual se movía de arriba abajo emitiendo sonidos de húmedas con su boca, el profesor gemía levemente, el me escucho entrar y miro hacia la puerta, pero en lugar de asustarse solo sentí su mirada intimidante, sus ojos estaban totalmente negros por el placer que le brindaba la chica entre sus piernas, yo no pude emitir ningún sonido, solo cerré de nuevo la puerta y corrí hacia la azotea de la facultad.

Busque entre mi bolso, sacando un cigarrillo y mi encendedor, lo prendí dando una enorme calada, dejando que el humo me llenara al igual que el frio golpeaba mi rostro bajando todo lo rojo que estaba, me di un par de golpecitos en la cara para después volver a fumar. Quiero borrar lo que acabo de ver, pero los gemidos del profesor Jeon estaban en mis oídos muy marcados, su garganta moviéndose al tragar saliva, ¡Por dios el me vio, que lo vi!

¿Qué hare ahora?

Su clase es en una hora, no puedo faltar porque dará el temario para el examen del siguiente viernes, MALDITA ALARMA.

Termine mi cigarrillo y lo apague, no suelo fumar tan temprano, pero en verdad lo necesitaba, saque unas laminillas de menta para meterlas a mi boca y evitar el olor de la nicotina, me coloque la bufando y entre ya con la cabeza más fría, espere que un gran número de alumnos entrara para meterme también, lo único que agradecía es que yo no me sentaba enfrente, mi banca estaba casi al final por mi apellido, me hundí en la banca para enredar mi bufanda tapando casi totalmente mi rostro.

El dio su clase de manera normal, yo tome todos los apuntes que mi poca lucidez me permitía, el sueño ya no estaba en mi sistema, solo los nervios, que se reflejaban en mi pierna moviéndose de arriba hacia abajo de manera rápida, cuando nos pidió apuntar el temario para el examen todos estábamos en silencio, su mirada se centró en mí, yo no sabía dónde meterme.

—Chicos recuerden estudiar bien lo temas, sé que mi clase no es sencilla, además de que muchos necesitan la calificación para conservar sus becas, por eso les pido que pongan mucha atención al temario, no quiero que reprueben por despistados.

¿Acaso eso fue para mí?

Estoy muerta, necesito asegurarme de tener una calificación tan alta que él no me pueda hacer nada, la idea de golpearme la cabeza contra la pared se estaba convirtiendo en tirarme por la ventana. Al terminar la clase salí corriendo lo antes posible para que no pudiera decirme nada, ni pedirme que me quedara, no estaba lista para confrontarlo, mi trasero está en juego en esto.

Evite todos los lugares donde me lo pudiera topar, las demás clases las tendría en otro edificio así que no me fue complicado hacerlo, pero no comí nada por el temor de verlo en la cafetería, me fui rápido a casa y devore lo que tenía en la nevera antes de irme a mi turno al bar.

—¿Qué lees? —Yoongi se me acerco a quitarme mi cuaderno —¿Pero ¿qué es esto? Dios me duele la cabeza solo de mirar.

—Tengo un examen y necesito estudiar todo lo que puedo, no puedo bajar ni una décima.

—Estos profesores suelen ser los más estrictos, siempre que una materia lleve números y letras mezclados el maestro debe ser el mal encarnado.

Me reí por su comentario, lo cierto era que el profesor Jeon no era así, en realidad hacia la clase muy amena y se podía trabajar de manera tranquila, por eso creo que me sorprendió aún más ver lo de esta mañana.

—Solo espero no ponerme nerviosa el día del examen.

—Lo harás bien—me beso la mejilla —eres la persona más lista que conozco, por eso te toca las mesas VIP el día de hoy.

—¿Pero era tu turno? —esas mesas dejan las mejores propinas y son las más tranquilas en cuanto el servicio —en verdad no tienes que dejármelas.

—Es solo por tus exámenes, puedes relajarte un poco, cuando me toquen te las dejare, pero te saldrá caro, deberás invitarme a comer el siguiente fin de semana.

—Trato —lo abrace por el cuello —te besaría si no estuviera prohibido.

—Tu hazlo no le diré a nadie.

Lo tome de la chaqueta del uniforme y lo atraje hacia mí, estaba a punto de besarlo cuando el dueño llego y no me dejo, se lo llevo a la barra para ayudar con las bebidas, Min Yoongi es el hijo del dueño del bar, pero trabaja aquí como mesero porque quiere que aprenda a trabajar desde ya, así que Yoongi es un chico relajado y humilde que me coquetea demasiado, pero no lo he podido ver más allá que solo una atracción física.

La gente empezó a llegar al área VIP así que me puse en mi lugar, empezando a atenderlos de manera servicial y amable, lo bueno que el dueño a las meseras nos traía siempre con pantalones, para evitar que los clientes se propasaran, además de ser así los de seguridad los sacarían sin dudar. Todo el turno estaba siendo relajado hasta que fue atender otra de las mesas.

—Buenas noches, Bienvenidos al Bar SweetDreams, soy Lea y seré su mesera esta noche.

—Vaya, sí que es pequeño el mundo.

Me congele cuando lo vi, el Profesor Jeon estaba sentado frente a mí, con una sonrisa enorme, vestía una camisa de seda negra, unos pantalones negros de vestir y su cabello estaba algo desordenado, pero de una manera sexy, tome la tableta que usábamos para ordenar, tratando de no verme como el manojo de nervios que era en estos momentos.

—¿La conoces? —una chica hermosa de cabellos negros y cuerpo de modelo estaba sentada junto con él.

—Es una alumna mía, de las mejores de mi clase, no sabía que trabajaba aquí, es una grata sorpresa.

—Sí, una grata sorpresa—casi sisee—¿Qué les traigo?

Hicieron su orden y fui a la barra donde estaba Yoongi preparando los pedidos, me le acerqué al oído.

—¿Puedes cubrirme un momento? Debo de ir al baño.

—Claro nena no hay problema.

Le deje la tableta, me quite el delantal y fui corriendo a los baños, me enjuague la cara para calmar mis nervios, es lógico que es una coincidencia que este aquí, además la chica no es la de la universidad, por los dioses quiero borrar ese evento de mi mente.

Salí del baño para ir a la puerta trasera, le pedí a uno de los de seguridad un cigarrillo, me lo encendió y me dejo salir, cuando estaba dando la segunda calada, observe que la puerta se abrió, el profesor Jeon salió y se me acerco, yo mire para todas partes sintiendo el corazón a mil, sé que me dirá algo por lo de esta mañana.

—Señorita Renua — su presencia me intimido por un segundo— es muy joven para que fume de esa manera —me quito el cigarrillo de la mano, le dio una calada y exhalo el humo de manera lenta sobre mi rostro —no es bueno para su salud.

—Yo..yo..yo no diré nada.

Fueron las primeras palabras que salieron de mi boca.

—¿De qué habla? ¿Acaso ocurrió algo?

—Sobre, esta mañana, no me incumbe, no, no debe de preocuparse.

—¿Preocuparme? —volvió a fumar y esta vez se acercó a mis labios tomando mi mentón — lo único que me preocupa es su salud.

Apago la colilla de cigarrillo, la tiro a la basura y volvió a entrar al bar, a mí me chillaban los oídos me sentía mareada, además de que mi uniforme olía a tabaco con la fragancia de mi profesor de cálculo.

Le pedí a Yoongi que me reemplazara en el área VIP, porque no quería atender a un cliente, como siempre él no se opuso, así que el resto de la noche me la pasé en la barra preparando las bebidas lejos de mi profesor. Esa semana use la misma rutina de entrar a su clase y correr al salir, me ponía muy nerviosa de solo verlo.

Por si fuera poco, mi cerebro empezó a meterme ideas que nunca había tenido, tuve sueños húmedos donde el protagonista era el señor Jeon, en más de una ocasión tuve que tocarme mientras me bañaba por que despertaba muy sensible debido a esos sueños horribles.

¿A quién engaño? Esos sueños eran deliciosos.

El tema parecía haberse quedado de lado, así que en el examen estuve más tranquila incluso el profesor no me miro al entregarlo, me sentí en parte más aliviada de que supiera que la verdad no tenía intención de hacer nada con lo que vi, podía continuar como una persona normal en lo que restaba del curso.

Cumplí mi promesa de invitar a Yoongi a comer, pues se ha portado muy bien conmigo, además siento que podría darle una oportunidad de algo más, es lindo, amable y también muy sexy, fuimos a una parrillada y pasamos el tiempo agradable, bebimos un poco. Cuando salimos del restaurante no parábamos de tocarnos, sus besos cada vez aumentaban más de nivel, su lengua era caliente, la manera en que me apretaba contra él me hacía querer cada vez más.

Pero el destino le gusta joderme, porque su padre lo llamo para que fuera ayudar al bar.

—Dejaremos esto pendiente —me dejo otro beso y salió corriendo.

Yo solo me despedí con la mano mirándolo tomar un taxi, hizo la seña que me llamaría, le dije que estaba bien, mire como se alejó y tome mi teléfono para pedir un Uber.

—En verdad es pequeño el mundo.

Me exalte al escuchar esa voz de nuevo, gire sobre mis talones para verlo, ahí estaba el profesor Jeon con su labio roto.

—Por dios, ¿está usted bien?

Se tocó la herida en su labio.

—Supongo que no todos toman el rechazo bien, pero por lo visto a usted le fue mejor que a mí.

Me hizo una seña al cuello donde Yoongi había dejado una marca, traté de cubrirla con el suéter, pero me fui imposible hacerlo, además tenía los labios hinchados por los besos que Yoongi y yo nos estábamos dando.

—Esto, no.

Escuche una risa nasal de su parte, se rasco el puente de la nariz y metió las manos a sus pantalones.

—¿Por qué me da explicaciones? —Se me acerco dando algunos pasos —¿Es que acaso tiene que hacerlo?

Analice lo que me dijo, en realidad no tenía que decirle nada, el no pregunto, ¿Entonces por qué?

Cuando volví a mirarlo su rostro volvió a estar cerca del mío, la mirada que tenía era la misma que vi en el salón.

—Aunque pueda que sí, porque esto —se tocó el labio —en parte es su culpa.

—¿Perdón?

—Desde ese día, no pude evitar seguirle los pasos, porque, aunque no me importara que dijera usted nada, después de todo soy su profesor y mi credibilidad es más alta que la de usted —fruncí un poco el ceño, que descarado — cada vez la notaba más, luego la vi, en ese bar, con esa ropa ajustada de mesera.

Su nariz ya estaba casi sobre mi cuello y mi pulso fuera de mi cuerpo.

—Estuvo protagonizando varios de mis encuentros, con la chica que salía le colocaba su rostro, su pequeño rostro, con esos enormes ojos cafés, lindos labios rosas, su cabello castaño —no me di cuenta que ya me tenía contra una pared —ahora la vi con ese niño del bar, ¿Tiene idea lo idiota que me sentí al sentir celos de alguien que no me ve?

Estoy muerta o soñando, es la única explicación para esto que está pasando, lo más probable es que me morí, porque puedo sentir el pecho del señor Jeon tan palpable contra el mío, y su aliento tan cerca que puedo saborear el alcohol que exhala.

—Así que tuve que decirle a mi pareja que no puedo seguir viéndola, porque cuando la follo en realidad estoy pensando en otra, en otra que es usted.

Ahora entiendo el labio abierto, hasta yo le hubiera golpeado por ser un cretino.

¡MOMENTO!

¿Qué fue lo que dijo?

No reaccione, porque su boca ya estaba pegada a la mía, de principio me resistí, él se separó por mi negativa, pero luego lo atraje de nuevo para besarlo esta vez yo, me aferre a su nuca como si deseara consumir su aire para no separarme de él, y de su hábil lengua que estaba explorando mi boca.

Por un momento paso Yoongi por mi mente, pero luego una mordida en mi labio acompañada por un gruñido de deseo de parte del señor Jeon, me hizo convertirme en presa del deseo en este momento.

—¿Su casa o la mía?

Y ahí estaba mi lujuria hablando, quería que la razón tomara el control, pero la verdad ella estaba dormida en algún rincón de mi mente, pedimos el auto, donde no dejamos de besarnos, llegamos a mi casa, porque era la que quedaba más cercas, apenas entramos, la ropa empezó a volar de nuestros cuerpos, por los dioses que cuerpo poseía el señor Jeon.

Sus brazos estaban marcados y tonificados, me cargo para ponerme contra la pared mientras me sujetaba del trasero, ambos solo estábamos en ropa interior, su lengua recorría mi mentón hasta pasar en medio de mis pechos, yo solo podía jadear y apretar más mis piernas contra su cuerpo, ya podía sentir su erección, juro que nada de esto se siente como en mis sueños, es jodidamente mejor.

—Lea —jadeo en mi boca —déjame probarte.

Me llevo hasta al sofá, me dejo con delicadeza, para después abrir mis piernas, sus fuertes dedos rompieron la parte del medio de mis pantys, su lengua dio el primer ataque, yo solo me retorcí para sujetarme del respaldo del sofá, con la otra mano sostenía la cabeza del profesor Jeon, parecía que quisiera retirarla pues estaba muy sensible y sentía que me correría en cualquier momento, quería disfrutar un poco más de la atención de su lengua, pero me lo estaba haciendo muy difícil.

—Con mil demonios Señor Jeon...

Jale su cabello mis piernas en sus hombros se contrajeron, al mismo tiempo que los dedos de mis pies se deformaban debido al enorme orgasmo que llego de golpe, salió de entre mis piernas lamiéndose los labios brillosos por mis jugos.

—Jungkook, dime Jungkook Lea, ahora es el nombre que hare que grites.

No me di cuenta cuando enfundo su miembro grueso y duro en un preservativo, mire la cajita en el suelo, era la que planeaba para Yoongi, estoy comenzando a sentirme mal, eso hasta que quito mi sostén, metiendo uno de mis pechos en su boca lamiendo el pezón con habilidad, su lengua fue bendecida de alguna manera estoy totalmente segura.

La atención a mis pechos desvió el hecho de cuando se alineo para entrar en mí, sentí la punzada en la primera embestida, su cuerpo estaba casi encima de mí, pero su boca seguía atendiendo mis pechos, todo estaba dándome vueltas, no podía describir todas las sensaciones.

—¡Jungkook!

Se metió totalmente de una estocada, sus ojos me observaron con detenimiento, mientras se movía dentro de mí.

—¿Qué es lo que tienes Lea? —jalo mi labio con sus dientes —¿Por qué me enloqueces de esta manera?

Lo atraje a mi boca, la humedad entre mis piernas acompañaba el ruido de nuestras bocas y jadeos, todo era tan morboso, sus manos recorriendo mis muslos mientras me penetraba, el poder sentir sus hombros anchos entre mis manos, solo quería seguir así buen rato, pero mi cuerpo seguía odiándome, dándome otro orgasmo más, cuando él se movió un poco más brusco dentro de mí.

—Me estas apretando tan rico.

Las palpitaciones de su miembro al terminar se sintieron tan claras dentro de mí, su cuerpo se agito y su respiración entrecortada entre los espasmos al querer recuperarse se escuchaba tan sexy.

Se tumbó en mi pecho dejando pequeños besos en mi cuello. Sé que puedo ser otra de sus conquistas, pero mi cuerpo al menos no sentiría la necesidad de saber que era estar bajo su tacto.

—Necesito que hables con el niño del bar.

Lo que dijo que saco de mis pensamientos, mire que se paró para sentarse y acomodarme en su regazo, mi tomo por el cuello y se acercó de nuevo a mi boca.

—Lea, voy a ir enserio contigo, ya no quiero ver que nadie más te toque, no quiero verte sonreír con ese sujeto, tampoco quiero saber que sales con él —me beso de manera posesiva — has causado en mi lo que nadie en menos de una semana.

—No podemos relacionarnos, la universidad lo tiene prohibido.

—¿Así? Me importa un carajo lo que la universidad diga, sé que tú necesitas la carrera por eso podemos tenerlo en secreto si lo deseas, pero por mi fuera te follaría en cada salón, en los baños, en la sala de maestros.

Sentí que volvió a ponerse duro de solo imaginarlo.

—Si me pides conseguir una plaza en otro lado lo hare, esto en muy enserio Lea, te daré un par de días para pensarlo, pero esta noche, te mostrare todo lo que llegue a soñar e imaginarme contigo, la noche te será corta.

—Necesito un cigarrillo.

Sonrió y volvió a besarme, hablare con Yoongi aunque aún no se cómo...




Como dije el memories me tiene mal, me esta dando tantas ideas, por los dioses del Smut, ya no quiero pensar tantas cosas sucias, en fin pobrecito el yoongi se nos fue a la friendzone, pero dejo el mandado caliente y otro lo aprovecho, pido clases privadas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro