39

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Pegados.

Así nos la pasamos hasta las 6 de la tarde.

Pidiendo comida a su habitación, disfrutamos de las comodidades del cuarto.

Astor se había vuelto un semental y yo, una geisha.

Transpirados, envueltos en sudor, tuvimos sexo en cuanta superficie libre encontramos: la cama, el piso, el alféizar del amplio ventanal que daba al parque, la bañera...

Estábamos en llamas y mi conciencia aparecía sólo cuando mi calentura decía basta y necesitaba respirar.

— Necesito hablar con mi hijo...teniéndote cerca no puedo — le robé un beso a Astor después de una ducha en la que el ahorro de agua fue un serio problema.

— Y yo, con mi esposa — suspiró profundo, mostrando algo de culpa.

— Astor, yo estoy separada. O al menos no estoy con el papá de mi hijo de forma estable...pero vos...vos te acabás de casar. ¿Por qué encamarte con otra mina?

— No entendés, Magali. No sos otra simple mina — aseguró con el ceño fruncido.

Tragué asimilando sus puntillosas palabras.

— Entonces, ¿por qué acostarte conmigo? Entiendo que el día de la despedida de soltero estábamos un poco borrachos y la sociedad machista incluso piensa que es común que la pases con otra mujer que no sea tu esposa... ¿pero ahora, por qué? ¿por qué enredarte con una mujer como yo?

Él solo me miró. Sus ojos expresaron cierto nerviosismo y ausencia. No era un hombre de quedarse sin palabras, pero esta vez yo lo dejaba en desventaja.

— Dejá. No me respondas. Mejor quedémonos con que esto fue ocasional y divertido y ya.

Astor asintió con la cabeza.

Era mejor no agregar nada más.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro