77

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

De camino a casa, encendí el teléfono y pedí a mi mamá que pasara a buscar a Iñaki por el colegio para que estuviera un par de horas con ella. Excusándome con una espantosa jaqueca por un vuelo intranquilo, necesitaba paz por un rato, definir mi futuro y extirpar a mi jefe de la cabeza.

¿Cómo se había metido bajo mi piel de este modo tan siniestro? ¿Cómo había sido posible que una simple aventura de sábado por la noche terminara así?

Cuatro llamadas perdidas de Astor y dos mensajes de texto se atoraron en la casilla.

A las llamadas las borré de cuajo, pero los mensajes despertaron curiosidad suficiente como para que considere darles una oportunidad.

Arrastrada por la necesidad de saber qué opinaba de mi huida, a sabiendas que a su regreso tendríamos que hablar de lo sucedido y, por tanto, notificarle la decisión de irme, tenía que, de a poco, armarme de una coraza de valentía.

"Supongo que no querrás verme, ni siquiera hablarme y creéme que lo entiendo. Lo único que te pido es que no tomes alguna decisión de la que puedas arrepentirte. Cuando la cabeza decide en caliente, suele equivocarse."

Un mensaje poco menos sentimental de lo que deseaba. Continué con el otro.

"Perdón por mi estupidez, por pretender someterte hacia algo que no merecías. Disfruté mucho de tu compañía, de cada segundo junto a vos. Sos una mujer excepcional. Nos debemos un café en Buenos Aires."

Tragué fuerte, confirmando cuál era la decisión a tomar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro