76

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Impaciente, miraba mi celular. Era extraño, a estas alturas Clara tendría que haber llegado al hotel.

Caminando de un lado al otro de la recepción, el chico me miraba sonriente...él nos había llevado café a la habitación que atestiguaría mi revolcón con Magali.

Se habrían escuchados sus gemidos; era bastante gritona, por cierto, aunque se había medido bastante en pos de la intimidad y el pudor de estar en un hotel familiar.

Para cuando me asomé a la puerta de salida, Clara cargaba un pequeño bolso y unas carpetas que supuse, eran las que yo necesitaba.

Sin embargo, lejos de entregarme un saludo cálido y enamorado, una mirada fulminante, acuosa y un gesto adusto, parecía confirmar lo que sospeché por un instante: sabía de mi infidelidad... pero ¿cómo?

— Vos y yo, a la habitación. ¡Ahora mismo! —masculló con la quijada tensa como piedra. Quise agarrar su bolso, pero no me dejó.

Persiguiéndola hasta el ascensor, entramos al abrirse las puertas  y lo único que preguntó fue el número de cuarto.

—¿Qué te pasa?

—¡Vos me pasás! —su llanto fue desgarrador.

Como soldado, taconeando, se fue rumbo a la habitación, esperó que abriese y arrojó su bolso en la cama.

—¿Cómo es eso de que tenés una amante? ¿Acá cogieron? ¿Te la chupa bien? —no era propio de ella semejantes guarradas, pero no era momento ni ocasión para corregir su lenguaje.

Quise acercarme y sostenerla, decirle que era todo mentira...pero no pude.

—¡Dale, cobarde! ¿Te acostaste con la mina esa? —sus lágrimas formaban una catarata. Desfigurada, se peinaba compulsivamente.

—S...sí...pero...

—Pero ¿qué? ¿te gustó? ¡Dale, decíme! ¿Te gustó? —cautiva de un ataque de celos, fundados, por cierto, preguntaba en medio del dolor.

—Basta, Clara. No es necesario que caigas tan bajo.

—¿Yo, caer bajo?¡Vos me engañaste!¡me hiciste una re cornuda!¡Y con esa mosquita muerta cara de nada que se la daba de gran madre! —bufó, cerrando los puños y pataleando enfurruñada.

—Clara...perdóname...fue una calentura...

—No fue solo una vez. No fue solo una calentura... ¿tan poca mujer soy para vos? ¿Es porque ella puede tener hijos y yo no? —su voz fue solemne y triste. Mirándome, me partió el alma.

—No digas tonteras. Magali fue solo una...distracción —supe que le mentía, pero nada ganábamos con sumar un detalle de ese tipo —. Yo estaba agobiado por el tema del embarazo, no sé...necesitaba estar con una mujer de otra manera...

—¿Y por qué con otra mujer? ¿Por qué no coger conmigo?

—¡Porque nos transformamos en dos máquinas que solo tienen relaciones para concebir una criatura! —mi tono fue elevado, la presión me superaba.

—¡Eso no es así!

—¡Si, es así! Yo no puedo más... ¡no puedo más! —cayendo desplomado sobre la cama, sollocé, desbordado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro