Capítulo seis.

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-Interesante...-Susurró el muchacho de tez oscura mientras observaba el lugar donde se encontraba, no recordaba nada de ese sitio, aunque bueno, no es como si saliese muy a menudo. - Así que JongIn, ¿Eh?

Con una ladina sonrisa en los labios, se metió una mano al bolsillo del pantalón mientras observaba el enorme departamento para memorizarlo, hasta que llegó a la oficina, donde claro, había un estante con los nueve libros que había escrito JongIn.

Kai sacó uno y comenzó a leer algunas partes y sonrió aún más al darse cuenta de que el niñato de nombre JongIn había estado escribiendo sobre sus "amoríos", como conoció a todas esas chicas, como las arrastró hasta sus departamentos u hoteles, cómo las torturó, cómo las mató.

Cuando leyó hasta la mitad del segundo libro, una fuerte punzada atravesó su cabeza y retorciéndose de dolor, Kai terminó desordenando sus cabellos y cayó a un costado del escritorio, haciendo mueca de dolor en el rostro. "Tal parece que aún no es mi tiempo de aparecer, pero ya verás, JongIn, KyungSoo será mío", fue el pensamiento del peliblanco antes de caer nuevamente en el mundo de oscuridad de donde venía.

Por otro lado, en el departamento de Kris, KyungSoo ya se encontraba preparando un almuerzo digno, ya que lo único que había encontrado en los estantes era comida instantánea y comida para microondas, además, un poco de comida casera le haría bien a Kris también.

-Serías una linda esposa, Soo. -Sonrió el mayor al entrar sigilosamente a la cocina, haciendo que KyungSoo diera un salto en su lugar.

-Cállate...-Susurró el más bajo, frunciendo el ceño con las mejillas totalmente encendidas, nunca le gustó que le llamaran "niña".

-Oh vamos, sólo era una broma, baby. -YiFan abrazó por detrás el pequeño cuerpo de KyungSoo y le alejó de la estufa para hacerle cosquillas, las cuales recibió en respuesta la hermosa risa del menor. - Trata de no forzar mucho tu mano.

-Ya, ya basta. -KyungSoo empujó a Kris y luego apagó la estufa ya que la comida estaba lista. - Mañana saldré con JongIn...no quiero que te comportes tan lunático como siempre o juro que yo mismo haré que no puedas tener una cita decente con Tao.

-Bueno, bueno, no tienes porqué ponerte en esos términos. -Rió el mayor mientras comenzaba a servir la comida.

Al día siguiente, KyungSoo se vistió lo mejor que pudo y usó sus lentillas ya que por alguna razón, sus lentes no estaban en ningún lado, lo único malo era que el cielo estaba nublado casi en su totalidad, incluso Kris le dijo que llevara un paraguas en caso de lluvia, pero como ya estaba atrasado, no le hizo caso.

Había quedado juntarse con JongIn a las siete de la tarde en la entrada del cine. Se despidió de Kris y salió corriendo para alcanzar el autobús que le llevaría al centro de la ciudad. Al llegar al lugar, JongIn ya estaba allí de pie, tan guapo como siempre, sólo que esta vez su cabello estaba peinado hacia un lado de manera ordenada pero aniñada.

-Hey...-Saludó KyungSoo con una tímida sonrisa y JongIn se acercó al más bajo lentamente, mostrando su perfecta sonrisa. - Esperaste mucho, supongo.

-No te preocupes, la primera vez también te hice esperar...-JongIn miró su reloj despreocupadamente y se dio cuenta que ya estaban tarde para la función de la película que ambos querían ver por lo que tomó la mano buena de KyungSoo y le llevó dentro del edificio.

KyungSoo no dijo nada, sólo trataba de calmar los rápidos latidos de su corazón cuando la tibia mano de JongIn hizo contacto con la suya, se sentía tan...bien.

La película fue emocionante, graciosa y emotiva. Ambos chicos la disfrutaron. Además, JongIn sostuvo la mano del pequeño en todo momento y eso, le gustó a KyungSoo.

-JongIn...-Le llamó el menor cuando la película estaba a punto de llegar a su fin, el menor le miró y el pelirrojo pudo apreciar como la sonrisa de JongIn se dirigía hacia él. - Gracias por todo...

-No agradezcas nada, hyung, sólo quiero que te diviertas y olvides todos los malos ratos que has tenido que pasar estos últimos días...-Susurró JongIn a centímetros del rostro del más bajo. Al contrario de lo que esperaba JongIn, fue KyungSoo quien se inclinó aún más cerca para rozar sus labios, besándole de manera casta. - Hyung...

-Calla. -Murmuró el mayor, llevando su mano hasta la mejilla de JongIn para acariciarla y volver a acercar sus rostro, uniendo sus labios en un beso lento, tierno, sin segundas intenciones, sin lenguas de por medio. Sólo un beso inocente.

Antes de que se dieran cuenta, la película había llegado a su fin, ambos salieron a una distancia algo notoria. JongIn trataba de ocultar su nerviosismo, tapando sus labios en el cuello de su chaqueta y KyungSoo no sabía cómo actuar ante su atrevimiento.

-KyungSoo hyung...-Le llamó el más alto y el nombrado alzó su mirada. - Quiero decirte que me...me gustas, pero tus amigos me dijeron que tú no estabas interesado en una relación fija...y tú mismo me dijiste que no creías mucho en eso del amor...pero por lo menos quiero que sepas que me gustas, de verdad.

KyungSoo detuvo su andar por aquella transitada calle y luego sonrió un poco emocionado, que su ídolo le dijese esas palabras tenían un gran significado para el mayor, pero sobre todo...que a él también le gustaba JongIn.

-Podríamos intentarlo...-Fue la respuesta de KyungSoo. JongIn abrió muy grande sus ojos y asintió totalmente emocionado. - Eso quiere decir que...¿Somos novios ahora? Lo siento, no soy bueno en estas cosas...

-Eres mi novio ahora, hyung, y aunque no tengamos mucha experiencia...podemos intentarlo. -El mayor soltó una risa ante la extraña situación pero en el fondo estaba feliz, no era lo esperaba en si segunda cita, pero era mucho mejor.

Cuando entraron a la cafetería más cercana a beber algo para el frío que estaba cayendo sobre la noche en Seúl y se entretuvieron hablando de cualquier cosa, JongIn estaba maravillado por las expresiones de KyungSoo al hablar sobre cómo quería tener su propia editorial de libros. KyungSoo por su lado estaba encantado por como JongIn hablaba de sus metas en un futuro.

-¿De verdad quieres dejar de escribir? Y es que eres increíble...-Comentó en un suspiro el mayor.

-Quiero ganarme la vida con la carrera que estoy estudiando. -KyungSoo lo miró sorprendido. - Este año inicié en la facultad de artes, con especialidad en danza y recreación...

-No sabía que bailabas...me gustaría poder verte alguna vez. -El mayor bebió un poco de su café y luego miró fijamente a JongIn. - ¿En qué universidad vas?

-Me transferí a lo misma que tú...estaba estudiando en el extranjero, Londres para ser exactos y bueno, quise volver a mis raíces.

Siguieron hablando por varios minutos más y cuando pagaron por la cuenta, notaron que en el exterior estaba lloviendo. Ambos se miraron y notaron que ninguno de los dos había traído un paraguas para la lluvia.

-Hyung, mi departamento está más cerca...¿Corremos? -Ambos rieron y trataron de esconderse bajo los techos de los locales comerciales para no mojarse tanto. Al llegar a la entrada finalmente, ambos estaban totalmente empapados.

-¿E-en qué piso vives? -Preguntó el mayor, abrazándose a sí mismo al temblar de frío luego de haber entrado en la recepción de aquel lujoso edificio, JongIn no dijo nada, sólo entró en el ascensor seguido de KyungSoo.

-En el último piso. -Respondió finalmente JongIn, tratando de hacerse el valiente ante el frío pero su cuerpo estaba temblando también. El pelirrojo sonrió enternecido y se acercó a JongIn, causando en ambos una sensación de calor humano increíble.

Cuando bajaron del elevador, KyungSoo quedó extrañado al notar que en el piso sólo había una puerta la cual JongIn digitó el código rápidamente. JongIn abrió la puerta para que el mayor entrara primero y su quijada casi quedó en el suelo. El lugar era enorme.

-¿Vives tú solo? -El menor asintió mientras se quitaba la chaqueta y la camisa que ese día traía. - ¿Qué estás haciendo...?

-Hace frío y enfermaré si sigo con la ropa mojada, tú deberías hacer lo mismo, ¿No? -KyungSoo de inmediato negó con la cabeza, sonrojado hasta las orejas al ver los no tan marcados músculos de JongIn. - Entonces...ve a la habitación del fondo, te dejaré ropa sobre la cama mientras te duchas, ¿Te parece?

-Mucho mejor. -Sonrió KyungSoo y caminó hasta la habitación del fondo, donde descubrió que la habitación tenía un baño con ducha propia. - Que lujoso...

Al cabo de media hora, ambos estaban tibios y bebiendo una sopa instantánea que hizo JongIn en lo que KyungSoo se duchaba, el menor incluso había prendido el calefactor para un ambiente más cálido.

-Tu departamento es enorme. -Comentó KyungSoo acomodándose sobre el sofá que tenía JongIn en medio de la enorme sala.

-Lo compré con la esperanza de traer a alguien especial a vivir conmigo, ya sabes, a mi pareja...pero el trabajo en la editorial me consume tanto que no tengo tiempo para hacer muchas cosas como quisiera...lo bueno es que te conocía ti. -Ambos sonrieron un vez más y JongIn quitó la manta que cubría sus piernas para poder llevar los trastos sucios a la cocina.

KyungSoo se quedó con el resto de la manta, la cual tenía el varonil aroma de JongIn. Dio un bote en su lugar cuando escuchó sonidos de platos rompiéndose por lo cual rápidamente se levantó para ver que JongIn no se hubiese lastimado.

Al entrar en la cocina, le vio sentado apoyado en la encimera con la cabeza agachada una clara expresión de dolor.

-JongIn...¿estás bien? Escuché algo romperse...-Se acercó al menor y este de inmediato negó con la cabeza, tratando de sonreír.

-No es nada...sólo un fuerte dolor de cabeza que, ¡Ahg! -El más alto se tomó la cabeza con ambas manos y KyungSoo le guió hasta la sala donde anteriormente estaban y en un ágil movimiento atrapó a JongIn quien había perdido la fuerza en sus piernas.

-JongIn, dime qué pasa...dime qué hago. -Pidió al borde de las lágrimas el más pequeño de estatura, recibiendo en respuesta una negación con la cabeza. KyungSoo recostó a JongIn en el sofá mientras que este último se quejaba del dolor.

Cuando los quejidos de JongIn se acabaron, KyungSoo se quedó acariciando las suaves hebras castañas de JongIn, incluso se había relajado al notar que el menor se había calmado pero...¿Qué rayos había sido eso?

Mientras aún acariciaba el cabello de JongIn, la mano de este apresó su muñeca fuertemente y el chico se levantó como si nada y tiró a KyungSoo en el suelo. El mayor quedó estupefacto por la reacción de JongIn pero cuando fue a reclamar sus ojos se abrieron muy grandes al notar como el cabello del más alto cambiaba de castaño a blanco en fracción de segundos y la tierna expresión de JongIn se sustituía por una sonrisa socarrona y una mirada de deseo.

-No...no, no, no...Suéltame, no sé qué demonios está pasando aquí pero te juro que llamaré a la policía y...-Las palabras de KyungSoo fueron cortadas por los labios del peliblanco el cuál le besó.

-Muñeco, el idiota de JongIn te trajo aquí, donde estamos los dos solos y nadie podrá escuchar tus súplicas y gritos si llego a matarte esta misma noche, pero hay algo extraño. No puedo matarte, al parecer el imbécil se enamoró de ti. -Gruñó el más alto tomando la mano enyesada de KyungSoo para ponerla junto a la otra, es decir, arriba de su cabeza.

-¿Cómo es posible...? Tú eres JongIn, me engañaste y asesinaste a todas esas personas. -El pequeño cuerpo de KyungSoo temblaba de miedo, además estaba decepcionado, JongIn le hizo creer tantas cosas...

-No confundas las cosas, JongIn no sabe que existo, nací cuando un conductor de mierda chocó contra JongIn, ¿Sabes por qué me llamo Kai? -El más bajo negó con la cabeza ya que las palabras ni siquiera le salían de la garganta. - Porque el conductor se llamaba Kyle y al pronunciarlo, el sonido quedó grabado en la memoria de JongIn, ¿Y sabes qué más? El bastardo de Kyle fue quien se acostó con Yoona, la chica que en ese entonces le gustaba a JongIn. Yo sólo hice lo que JongIn no se atrevió.

-Suéltame, ya no te creo nada...-Finas lágrimas recorrían las sienes de KyungSoo luego de pronunciar aquellas palabras, no creía en todo lo que ese chico, Kai, JongIn o quien fuese quien le estuviese hablando. Pero había visto el cambio con sus propios ojos.

Kai sonrió de manera ladina y con una sola mano sostuvo las muñecas del mayor mientras descendía, posando sus ardientes labios sobre la tersa piel del cuello de KyungSoo.

-Hueles delicioso, KyungSoo. -Susurró el peliblanco con la voz cargada de lujuria, amaba tener el poder de las situaciones y ver a KyungSoo tan sumiso además de aterrado le había excitado.

-¡Déjame, no quiero que me toques! ¡Dije que me...! -Esta vez lo que cubrió los labios de KyungSoo fue la mano de Kai, quien le miraba de manera gélida, severa pero seductora.

-O te callas o te callo. -Susurró con voz amenazante el más alto.

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