12

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

-Le di mis ojos porque quise hacerlo, otra cosa es lo que él sintiera al respecto. No tenía en mente ninguna reacción suya, mi decisión fue salvarle y la suya darme la espalda. Aún así, no he sido capaz de guardarle rencor.- sonreí algo melancólico.- Solo espero que siga bien.

-No llores por ello, no me arrepiento de haberle dado mis ojos, pues, si no lo hubiera hecho, a lo mejor no te hubiera conocido.- le dije algo más alegre, alargué mi mano y llegué a su rostro.

Una vez supe que realmente estaba llorando, llevé mi otra mano también y así logré secarle las lágrimas que resbalaban por sus mejillas.

-No tienes que sentirte triste por ello, yo no lo estoy porque ahora estoy contigo.

.......

-A-Cheng... eres una persona muy noble... tú... yo no te voy a abandonar... nunca...- tomé sus manos y las estreché contra mi pecho.

De alguna forma, quería que sintiera el rápido latir de mi corazón, y la sinceridad de mis palabras.

Yo no me comparaba con los años de amistad que pudo haber tenido él con Song Lan, pero, aún así, quería que se diera cuenta de que yo nunca lo iba a dejar a su suerte. Eso era una de las crueldades más grandes que se le podía hacer a una persona, más aún si no puede ver, y todavía peor... si era tu mejor amigo y estaba en esa condición por ti.

.........

-Me alegra muchísimo escuchar eso, confío en tus hermosas palabras tanto como confío en que ahora mismo ambos respiramos.- sonreí ampliamente y la tomé suavemente para acercarla a mí y abrazarla tiernamente.- Por eso tú, porque sé que siempre que diga tu nombre, responderás y, porque puedo prometerte que yo haré lo mismo por ti.

Estuve unos momentos abrazandola, intentando hacer desaparecer toda su tristeza por saber mi pasado. Quería volver a escuchar su risa, saber que sonreía. No sabía si todos mis esfuerzos por halagarla o hacerla sonrojar habían funcionado aunque una corazonada me decía que algún intento habría logrado su objetivo.

.........

-Siempre que digas mi nombre, A-Cheng, mi voz responderá para ti. Pase lo que pase y estemos donde estemos.- correspondí a su abrazo con el mayor deseo del mundo.

Que calidez tan reconfortante encontraba en su pecho. Tal era así, que no quería separarme de él. La alegría volvía a mi corazón y la sonrisa otra vez se dibujaba en mi rostro.

Al menos, así estuvimos todo el tiempo, hasta que el aroma me hizo separarme de él.

-¡Oh, el pescado!- lo retiré del fuego soplando como podía para que pudiéramos comerlo.- Espero que esto sea más agradable para ti que la última comida que hice.- comenté apenada.

........

-Y siempre que tú digas el mío, apareceré donde quiera que te encuentres.- dije acariciando ligeramente su pelo.

Reí cuando ella recordó el pescado, pues su reacción me hizo recordar algunos momentos felices del pasado y ¿que demonios?, me pareció tierna.

-No digas eso, A-Guāng, y mucho menos te apenes. Aún cuando podía ver, yo también era muy mal cocinero. Incluso diría que tu comida es varias veces mejor de lo que yo era capaz de lograr.- le sonreí.- Come tú primero, yo esperaré, no te preocupes.

Aunque intentara dármelo, no lo tomaría entre mis manos aún, ella necesitaba comer bien y yo aún podría aguantar uno o dos días después de haber desayunado. Esperaría a que ella estuviera satisfecha y comería lo que ella considerara darme.

-Oh, y no comeré si dejas más de medio pescado.- esta vez mi expresión intenté que fuera más solemne y un poco más seria.

.......

Corté el pescado a la mitad, al menos tanto como pude. No negaría que una parte había quedado ligeramente más grande que la otra.

-Podemos comer los dos juntos, A-Cheng. No comeré si no lo haces tú también.- puse ambas piezas del pescado en nuestros cuencos.

Esperaba darle la parte más grande, pero tanto sus palabras como su seria expresión me hicieron temblar por un momento.

-A-Cheng... -suspiré, no tenía idea de cómo me había descubierto, pero solo mi reacción evidenciaba que eso era precisamente lo que estaba a punto de hacer.- Tú lo necesitas más. Aún te estás recuperando de tu herida. Debes tener fuerzas...

........

-Acepto comer a la vez, pero insisto en que te quedes con la parte de mayor tamaño, yo estaré más que bien. La herida está mucho mejor y casi ni la siento.- dije frunciendo un poco el ceño.- Por favor, come tú la parte más grande. De todas formas, casi no tengo hambre.

Me mantuve con los brazos cruzados, nadie me ganaría a terco si era necesario serlo. Aún más cuando se trataba de ella y de su salud, yo estaba acostumbrado a todo aquello, a comer poco, apenas dormir y mantenerme alerta en todo momento.

A-Guāng era mi prioridad y no dejaría que ella comiera poco mientras yo comía hasta quedar lleno.

........

-Pero...- suspiré y terminé por aceptar la mayor cantidad de comida, extendiendo entre sus manos el cuenco con la parte más pequeña.

Comí todo el tiempo en silencio, estaba un poco triste y apenada porque mi comportamiento lo molestara, pero lo estaba tratando de cuidar tanto como él a mí.

-A-Cheng... ten cuidado con... las espinas...- dije en un susurro, mientras terminaba mi parte y tiraba los restos.
---

Me arrepentí de haber sido tan duro con ella, no me gustaba ese tono apagado en su voz, aún menos sabiendo que era culpa mía.

-Lamento haberte hablado así... No quería hacerte sentir mal. Es solo que quiero que comas bien, estoy acostumbrado a vivir con poca comida y sueño, de verdad, come tranquila.- sonreí.- Me gusta que sea así. Además, no siempre podemos disfrutar de un pescado tan rico, te quedó perfecto A-Guāng. Oh... Y gracias por avisarme de las espinas, creo que me acabo de pinchar la lengua con una.

Tapé mi boca con la manga de mi túnica y saqué la espina con cuidado.

-Jaja... La tengo.- dije triunfante antes de dejarla en el cuenco y terminar con el pescado.

.........

Internamente me sentía tranquila al escuchar su disculpa, sabía que sus intenciones no eran malas, por eso no estaba tan mal.

Lo miré e iba a decirle algo más cuando me agradeció por avisarle de las espinas. Sin embargo, me asusté por un momento cuando escuché que se había pinchado con una.

Al ver que la sacaba de una forma tan graciosa, no pude si no reírme con una melodiosa carcajada. Me había resultado graciosa la forma de celebrar su triunfo con una espina.

........

Al escuchar su risa, sonreí, por fin lograba que riera abiertamente, solo tuve que hacer un poquito el ridículo, no estaba mal.

Ese sonido que tan armoniosamente salió de los labios de mi tan adorable compañera, era tan atrayente para mí que apenas pude contener la dicha de poder oír su alegría.

-Así está mejor... Tu risa es mucho más placentera que tus lágrimas.- dije con un gesto ensoñador del que ni siquiera era consciente.- Tienes una risa hermosa que me gustaría escuchar cada hora, minuto y segundo de cada día.

...........

Lo miré con un alegre brillo en mis ojos. Realmente había logrado animarme. Y también sonrojarme, siempre lo hacía con esas palabras tan lindas y a veces tan excedidas sobre lo que le agradaba de mí.

Tomé nuestros cuencos sin darle tiempo a reaccionar y me dispuse a limpiarlos en el río.

-Está bien, A-Cheng, yo haré esto. Tú descansa un rato. Cuando termine, si te sientes bien, nos podemos poner en marcha.- dije con un tono más animado.

.........

Sabía que posiblemente la halagaba demasiado, pero me gustaba hacerlo, quería que ella supiera cómo era en mi mente.

Tan hermosa, delicada, dulce y generosa como no había igual en ningún otro lugar del mundo entero.

¿Que me he enamorado? Pues, posiblemente sí, estoy locamente enamorado de su voz, de la delicadeza de su piel, de su hermoso y fino cabello recogido en dos coletas, de su risa... De todo lo que conlleva ella.

-De acuerdo, descansaré solo un poco. Estoy muy bien y aún más ahora que has reído feliz de nuevo, dije en serio eso de que eres mi fuerza.- me recosté ligeramente, así evitaba forzar más mi cuerpo, descansaría mientras ella terminaba con los cuencos.

Recé en silencio esperando que nada malo nos interrumpiera de nuevo. Al menos tenía un consuelo, ella me había prometido correr y esconderse dejándome atrás en caso de peligro.

..........

Terminé lo más rápido posible de limpiar los cuencos. No tenía deseos de dejarlo solo un segundo siquiera.

El ver su hermosa sonrisa se había convertido en una especie de droga para mis ojos y energía para mi corazón. Solo quería verlo feliz, eso me bastaba.

Pensaba tanto en él... ¿a eso le decían amor? No me importaba si así fuera. Ese cultivador había sido capaz de hacerme sentir feliz y de olvidar el pasado que tanto me atormentaba.

Regresé con él cuando terminé, notando que se incorporaba de solo acercarme.

-¿Me estabas escuchando?- dije guardando los cuencos en mi bolsa y apagando la fogata.

.......

-Ejem... Sí... Bueno, un poco.- dije riendome ligeramente.- ¿Ya terminaste? ¿Quieres descansar un poco conmigo o nos ponemos en marcha?

Me incorporé ligeramente esperando su respuesta, preparado tanto para partir como para volver a tumbarme si ella decidía descansar un poco.

-Tenemos tiempo de sobra, además, estar aquí sintiendo el sol se siente bien.- le tendí la mano, para que decidiera estar un poco más allí, con el ruido el río de fondo, con los pájaros bailando por encima de nuestras cabezas, con el soplar ligero del viento recorriendolo todo.

.......

Suspiré profundamente y me senté a su lado. Un poco alejada y en el mismo lugar que estaba apoyando su cabeza. Quería volver a servirle de almohada en mi regazo.

-Descansemos un poco. Podemos retomar la marcha luego.- volví a tomar sus hombros con delicadeza para recostarlo sobre mí.

No me molestaba, de hecho, me gustaba verlo así de cerca. Su sonrisa era maravillosa, me tentaba a no dejar de mirarla nunca más.

-¿Estás cómodo, A-Cheng?- dije sonriendo y con voz suave.

..........

-Contigo así, siempre estaré cómodo, A-Guāng.- sonreí felizmente, relajado y con una sensación cálida recorriendo todo mi cuerpo.

Tenerla así de cerca, que no le importara mi cercanía y, sobre todo, sentir su suave respirar tan próximo a mí, me extasiada enormemente.

-Descansa, bella A-Guāng, yo haré lo mismo, o si no, cierta damita me regañará por no atenderme a mi mismo.- dije intentando bromear con ella por el hecho de su preocupación a mi persona.

Logré tomar su mano, acariciando sus nudillos, deseando más contacto de ella en mí y de mí en su aterciopelada piel.

..........

Cada vez que hablaba, salía brillo de sus palabras. Siempre era tan amable y tierno al hablar conmigo, que casi sentía que en su mente la imagen que tenía de mí era demasiado diferente a mi realidad.

Aún así, contradecirlo era buscar una pelea de palabras que no ganaría debido a su terquedad. Eso me hizo sonreír.

-A-Cheng, ¿te gustaría que te contara alguna historia mientras estamos descansando?- propuse para que no se aburriera, además de que el ambiente era perfecto para un bonito relato, solo debía esperar a ver cuál me pedía.

........

-Sí, por favor... Aunque espero que no te incomode mi petición. También rezo porque me permitas saberlo. Por favor, cuéntame tu historia, te daré lo que quieras a cambio.- le dije con dudas en mi mente, pensé que no sería capaz de pedírselo, pero, ahí estaba, ya lo había dicho y ahora no había vuelta atrás.- Tengo gran curiosidad por ello.

Esperaba no haberla apenado con mis palabras, pero las ansias de saber más de ella me carcomían el alma y la mente.

Había imaginado tantas cosas de ella que solo me faltaba saber la realidad de su pasado, de su mundo. Ahora ella sabía parte de mi pasado, mi historia pasada más reciente y triste, yo solo pretendía saber lo mismo de ella.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro