2

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

-Por el momento, no tengo un rumbo fijo. Esta noche descansaré por aquí y mañana emprenderé camino hacia el siguiente pueblo al norte.- respondí.- Si tienes intención de ir por el mismo camino, podríamos hacernos compañía. Son caminos peligrosos para que una jovencita lo haga sola.

De nuevo no era intención mía ofenderle con mi comentario, pero, de alguna manera, me sentía tentado a acompañarla y, si era posible, mantenerla a salvo. Quizás por el hecho de que me siento solo o, complemente porque esa tierna voz me atraía como moscas a la miel.

........

¿Había escuchado bien? Ese Joven Maestro, que ni siquiera conocía mi nombre, me estaba invitando a viajar con él. Casi dejo caer el último bocado de bollo cuando lo escuché decir eso.

-Pues, no tengo definido un rumbo, así que si quisiera mi compañía mientras viaja al pueblo del norte, no me molestaría ir con usted, Joven Maestro. Será un placer viajar con usted. Pero... ¿dónde pretende quedarse esta noche?

.......

Reí ante la, para mí, exagerada educación de ella. No sabía en absoluto qué clase de pensamientos cabían en su cabeza, pero, a cada momento, más ganas nacían en mi de proteger su felicidad.

-Amable damita, su compañía sería todo un honor para mí. Aunque solo le pediré una cosa y es el poder escuchar las historias cada vez que las cuente.- le dije metiendo las manos en las mangas de mi túnica.- Solo con eso me daré por realizado al acompañaros. Espero que no sea problema...

.........

Ingenioso intercambio y me sentía agradecida de tener un público como él. Pero no había pasado por alto el esquive a mi pregunta.

-Eso puedo concederlo, siempre y cuando usted quiera responder a mis curiosidades también. Puesto que no ha respondido aún a mi anterior pregunta.- no me había molestado que no me respondiera de la primera vez, es normal dudar de alguien que recién conoces, y más aún si ni siquiera puedes ver el rostro de tu interlocutor, o al menos eso pensé.

.......

-Muy cierto... Eres muy aguda.- dije riendo ligeramente.- Me alojaré en las afueras, según he escuchado hay una especie de templo... Allí me quedaré. Aun así, ya que tienes dinero, deberías poder dormir en un lugar más cómodo, no quisiera arrastrarte a un lugar que no fuera adecuado para que duermas.- dije intentando ser lo más considerado posible.

Habíamos ya terminado de comer, no quería llegar al templo cuando fuera noche cerrada, aunque eso no tenía mucha diferencia para mí, sí que hacía diferencia a los posibles peligros que podía encontrarme en el camino.

........

-Estoy acostumbrada a dormir a la intemperie, no me molestaría acompañarle. Y, si va a las afueras del pueblo, es posible que tarde en encontrar el templo si no hay nadie que pueda guiarlo cerca. Puedo ir con usted y servirle de guía...- dudé al terminar mis palabras, puesto que aún no sabía si ese cultivador realmente estaba necesitado de aquella ayuda o si solo explotaba sus otros sentidos para lograr orientarse. Aún así, tampoco me gustaba despilfarrar dinero en hospedajes cuando no me era molesto dormir en la calle.

........

-Si está en tus pensamientos dormir a la intemperie mejor será que me acompañes, al menos tendrás un techo y algo más de calor de lo que tendrás en la calle.- dije en un tono mucho más serio, esperando no haber sonado intimidante pues no deseaba asustarla.- Además, será un placer que me guíes hasta el templo.

Aunque no necesitaba especial ayuda para llegar a los sitios, no era mi deseo dejarla sola. El que me confesara que solía dormir al aire libre me había preocupado demasiado, después de saberlo no dejaría que lo hiciera, al menos no mientras me acompañara.

........

A pesar de que sus primeras palabras me hicieron sentir un poco incómoda, el que aceptara mi propuesta, no solo me hizo sonreír, sino también dar un leve salto por la alegría.

-Entonces sígame, Joven Maestro. El templo de las afueras queda por aquí, a la derecha.- repitiendo mi forma de conducirlo al puesto de bollos, solo daba unos escasos pasos frente a él para esperar que me siguiera.

......

Intuí la alegría de la jovencita debido a su pequeño salto expresando alegría. Sus actos me parecieron tiernos cuanto menos. Una chica alegre, jovial y educada a su vez... Era toda una rareza de chica.

Seguí sus pasos, eran un sonido bastante distintivo, al menos para mí... De repente una duda apareció en mi mente.

-¿Podrías decirme tu nombre? Si no es molestia por supuesto... Tampoco quiero que te veas obligada a contestarme.- dije en un tono suave, pues tenía que seguir atendiendo a dónde se dirigían sus pasos.

........

-No me molesta para nada, es normal que quiera saberlo si quiere referirse a mí. Mi nombre es Shēng Guāng. Es un placer conocerlo.- ella se detuvo e hizo la característica reverencia que solían hacer los cultivadores, aunque su interlocutor no fuera capaz de verla, pues aún así, le tenía un gran respeto a ese joven.- ¿Podría conocer también el suyo?- prosiguió su camino al hablar otra vez.

.......

-Así que Shēng Guāng, un hermoso nombre.- dije sonriendo.- Mi nombre es Xiao XingChen.

Le hice una ligera pero cortés reverencia, pues, como tengo entendido, un buen caballero debe ser respetuoso con las hermosas señoritas... Y eso es lo que ella es en mi mente.

Cada segundo que pasaba con ella aplacaba la inmensa soledad que había pasado los últimos días al viajar solo de pueblo en pueblo. A-Guāng era todo un soplo de aire fresco, ella era lo que necesitaba para sentirme en paz conmigo mismo.

........

Su nombre hacía una fiel referencia a su buena apariencia. No podía negar lo apuesto que era, a pesar de que la venda de sus ojos cubría parte de su rostro. Aún así, esa sonrisa de toques rosas en los labios en contraste con su blanca piel era todo un deleite para la vista.

-Usted también tiene un nombre hermoso, Joven Maestro XingChen.- a pesar de saber su nombre, no iba a perder el respeto que le tenía, por lo que no me molestaría llamarlo así.

......

A pesar de no poder ver el rostro de mi dulce acompañante, me era casi posible imaginar como era. Quizás no de una forma necesariamente precisa, pero aún así tenía mi propia imagen de la belleza de A-Guāng. Y aunque la realidad no correspondiera a mi imagen mental, no pensaría en volver a dejarla sola... Ni siquiera por un mísero instante.

-No tanto como el tuyo.- dije rotundamente sincero.- Y no es necesario que me llames Joven Maestro, con el nombre es más que suficiente, pues agradezco el simple acto de que me acompañes.

.......

-Como usted diga.- divisé el templo que él me había mencionado anteriormente y sonreí con emoción.- Hemos llegado, el templo está un poco más adelante.
Mis pasos aceleraron un poco para comprobar el estado del lugar, pero no me olvidaba de que el cultivador de blanco me estaba siguiendo, por lo que me aseguré de ir por un camino seguro para él.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro