29

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Esperé a que ella terminara de cerrar bien la puerta. Si bien es cierto que la mayoría de los detalles que le daría eran relativamente conocidos, no me apetecía que todo el mundo cotilleara.

Escuché como se giraba rápidamente hacia mí, posiblemente para guiarme en caso de que algo me pasara. Aunque yo no me había movido ni un solo milímetro.

-Sentémonos en la cama, estaremos mucho más cómodos.- sonreí y la tomé certeramente de la mano.

Al llegar al mueble me senté y esperé a que ella se acomodara correctamente.

-Bien, mi hermosa princesa... ¿Qué sabes exactamente sobre Xue Yang?

........

Me acerqué a la cama y tomé una de las almohadas para abrazarla mientras hablaba con A-Chen. Me hacía sentir más calmada y cómoda.

-Que es un delincuente que estuviste persiguiendo. Y que ahora anda suelto por los alrededores y nadie sabe dónde está.- respondí a su pregunta hecha un ovillo a su lado.

Solo estaba expectante a lo que me diría. Al parecer, tenía mucho por dentro para decir, yo solo escucharía. Él quería eso y yo estaba dispuesta a comprender todo lo que dijera.

.......

-La primera vez que me encontré con él, ambos eramos más jóvenes. Mi clan fue destruido por completo, mi familia, mi hogar. Todo... Caído en desgracia entre sus manos manchadas de sangre. Ahí ya hubiera tenido suficiente para perseguirlo hasta el fin de mis días, pero eso no fue todo.

Tomé un momento para llenar mis pulmones de aire y luego soltarlo suavemente, intentando no ahogarme en mi propio pasado. No quería mostrar un lado de mí que a ella le diera pena o miedo, por ello debía ser más fuerte de lo normal, esto no era fácil para mí.

-Conseguí un nuevo hogar y una nueva familia, mi compañero y amigo. Aquel al que le di mis ojos, perdió los suyos también a manos de Xue Yang. Es cierto que le guardaba rencor desde que destruyó mi hogar de origen, pero en el momento en el que vi cómo mi nuevo hermano sufría por su culpa, no supe qué más hacer que regalarme mi vista, esperando que aquello lo aliviara. La culpa de que mis ojos no estén en su lugar no es mía, ni de mi compañero, sino de ese gran canalla que no merece misericordia ninguna. Ni siquiera merece un lugar en el más doloroso infierno.- solté mordaz aunque calmo por dentro, era una calma y alivio extraños dado el tema del que hablaba en este instante.

.......

Puse mi mano sobre la de él. Era obvio que decirme todo aquello estaba siendo un gran sacrificio para él. Rebuscar en su pasado las cosas más dolorosas para contármelo era un esfuerzo que valoraba mucho.

-Tranquilo... está bien... dime lo que me quieras decir... sé que no es una historia agradable, pero sé que no quieres quedarte con eso por dentro.- mi voz sonó suave para consolar sus pensamientos tan atribulados.

Quería saber del pasado de A-Chen, pero no si eso lo hacía sentir mal, me resultaba egoísta si fuera así.

......

-Tranquila, mi dulce princesa, sé que mis memorias, recuerdos y anécdotas del pasado están a salvo contigo. Ni me importa hablar de ello si es a ti.- pasé mi mano cerca de donde sabía que estaba ella, mi intención era rodear la por la cintura dulcemente y acariciar esa zona aún con la interrupción de la ropa en medio.

-Cuando Xue Yang fue encarcelado, estaba muy aliviado, aún más sabiendo que nadie había escapado con vida de esa prisión. No me aterra lo que ese hombre pueda hacerme a mí... Pero sí me aterra que te pase algo igual o peor que la noche en la que todo mi pueblo estuviera en peligroso.

......

-A-Chen, sé que no dejarás que me pase nada. Tú me cuidas y yo estoy siempre contigo y pendiente a ti. Ni Xue Yang ni nadie va a separarnos otra vez.

Lo abracé dejando caer mi cuerpo por sobre su regazo y sintiendo la calidez de este. Era cómodo, amplio para mí menudo cuerpo, pero era el sitio más seguro que sentía.

-Recuerda que te prometí estar a tu lado siempre y guiarte en tu camino. Y te juro, mi cultivador errante, que esa promesa será mantenida por siempre, pase lo que pase. Haré tanto como tú necesites de mí por tu falta de visión.- ¿qué me pasaba? Mis ojos de repente se mojaron al hablar.

.......

Recogí su pequeño cuerpo para acomodarla mejor encima de mi regazo, sujetándola casi como si fuera un bebé.

-Yo lo único que te puedo prometer es que nada en este mundo te hará daño mientras estés conmigo. Tampoco quiero que te sientas atada a mí por una promesa, eres libre, pero aún me gustaría que estés conmigo, no es que desee que te vayas. Eres lo más importante en mi negro mundo.

La abracé suave pero profundamente, apoyando mi cabeza con la de ella suavemente.

-Te quiero con toda mi alma, incluso si te fueras, aunque me dijeras que soy molesto, aunque prefirieras pegarme a abrazarme en este momento. Aún así, todo este corazón inútil, seguiría latiendo únicamente por ti.

........

Me estremecí. ¿De qué hablaba? ¿Acaso se sentía como una molestia para mí? ¿Qué había hecho para hacerlo sentir tan mal?

-A-Chen... eres un tonto...- dije con un comienzo de llanto en mis ojos.- ¿De dónde sacaste una idea tan tonta...? Yo te amo... jamás podría pensar en ti como una molestia solo porque no puedes ver...- sollozando, me retiré de su cuerpo lentamente.

No me había gustado esa forma de pensar de él. Lo menos que quería era que se sintiera una molestia por mi trato. Yo lo hacía con amor, no con lástima. Y él, aún así, me había dicho aquello. Me había justo en el corazón.

-¿Tienes algo más que decirme?- dije alejándome de él lentamente y levantándome hasta quedar a unos metros de la cama.- Si no es así... Beiguan debe estar aguardando por ti para salir a cazar...- limpié mis lágrimas, pero seguían saliendo.

......

Un ruido muy extraño llegó a mis oídos, pero no era externo, sino dentro de la estancia. Fue un ruido muy cerca de mí, mi corazón acababa de romperse en mil y un pedazos.

Yo y solo yo era el causante de sus lágrimas ahora mismo. Mis estúpidas palabras hicieron que A-Guāng me malentendiera. Si al final mi amigo tendría razón al decirme hace años que no tenía ningún talento para conversar con damas.

-No me iré a ninguna parte hasta que dejes de llorar. Temo, profundamente, que si me voy en este momento, no dejes de llorar hasta el alba.- dije teniendo sumo cuidado en mi elección de palabras.- Así que, si de verdad quieres que me vaya, tendrás que obligarme.

Me levanté y fui hacia ella, la abracé en cuanto mis manos la encontraron y no pude hacer más que besar sus hermosos labios.

-Es cierto que a veces me da miedo ser quien retrase tus pasos, que me aterra perderte un día y no poder volver a encontrarte. Temo que en algún momento, alguien logre hacerte dudar de mí. Pero sé firmemente, que te amo y que puedo confiar en tus palabras. Si me dices que jamás he sido molestia y que nunca lo seré, dejaré de pensarlo en este mismo instante. Tan seguro como que respiro por ti.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro