-Es cierto que tiene una lengua mordaz y una forma extraña de ser y de hablarnos, pero no creo que por ello sea una persona a la que debamos juzgar. Todos tienen sus motivos para ser como son.- dije sonriendo levemente mientras abrazaba a mi amada princesa.- por ejemplo, tú eres formal, dulce y amable, jamás he dudado de tus intenciones o de tu melodiosa risa. Aún sin saber tu pasado o futuro, sé que siempre serás capaz de sonreír.

Acaricié su pelo con ternura mientras una de mis manos la rodeaba por su delgada cintura.

-Bajemos a comer, esta noche podré contarte todos esos detalles que te inquietan de mi historia. Aunque desde ya te aviso que hay muchos que no son agradables.

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-No me importa si son desagradables, A-Chen. Te prometo por todo que nunca te juzgaré por tu pasado, porque lo que me has dado en el presente es lo que amo de ti.- tomé su mano, la cual acariciaba mi cabello y la besé con ternura.

Luego lo conduje fuera con cuidado, bajando las escaleras para llegar a donde estaban las mesas y los demás huéspedes cenando. Beiguan ya estaba allí sentado en una de las mesas bebiendo licor. Me hizo una seña para que lo viera y nos acercamos a él.
Ayudé a A-Chen a sentarse en la mesa y me senté a su lado. Ambos hombres estaban frente a frente y yo a la derecha de mi querido cultivador.

-Me he adelantado y he pedido un caldo de raíz de loto y carne de cordero. Espero que no sea molestia. También hay licor, si quieres, XingChen.

-Me parece rica la elección de comida.- dije entusiasmada.

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-Entonces te contaré cada mínimo detalle de mi historia, solo no pienses en mí como el mismo que aparece en la historia. Yo no soy él, ya no. Lo único que esa persona del pasado y yo tenemos en común es que ya no tenemos ojos.- dije suspirando y sonriendo a pesar de mis crudas palabras.- Al menos, yo he tenido mucha suerte, si en el pasado no los hubiera regalado jamás te hubiera conocido.

El beso en mi mano me hizo sonrojar ligeramente, el ardor de mis mejillas me lo indicaba.

Bajamos al comedor de la posada, el ruido era bastante fuerte entre copas, cuencos y voces en sus diversas conversaciones.

-Es una gran elección, Beiguan, te lo agradezco. Por otra parte, lo siento, pero no suelo beber, afecta a mi concentración y esta noche hay trabajo.- dije tranquilo, sonriendo, esperando la comida mientras una de mis manos buscaba las de A-Guāng.

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Al ver las vacilantes manos de A-Chen buscarme, las tomé con delicadeza y sonreí. Era tan lindo ver que no quería estar apartado de mí ni un segundo y que quería asegurarse de que yo estuviera a su lado. A-Chen era maravilloso en su simpleza.

-La chica no se va a ir, XingChen. No es como que tengas que agarrarla todo el tiempo.- rió levemente Beiguan al notar que A-Chen me buscaba.

A pesar de que las palabras del viajero me molestaron, tenía razón. No era tan necesario que todo el tiempo estuviéramos de la mano, pero, aún así, A-Chen lo hacía y yo lo complacía por inercia.

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-No es que ella se vaya a ir, es que no sería la primera vez que alguien intenta apartarla de mi lado.- dije frunciendo el cejo.- A veces parece que la gente no quiere entender que no deben meterse con lo que es importante para un hombre. Y ella es lo más importante para mí, no tengo ni quiero más.- dije acariciando los nudillos de las finas y suaves manos de mi dulce A-Guāng.- Supongo que es una costumbre... Espero que a ti no te moleste, mi bella princesa.

Reconozco que las palabras del viajero comenzaban a afectarme, no mucho, pero al menos generaban dudas en mi mente. Era como si ahora fuera que me daba cuenta de que a lo mejor mi constante dependencia de ella podía molestarla.

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-Nunca lo había pensado. Siempre he ido contigo así... Si no lo hiciera... no sé si sería una molest...

Un camarero nos interrumpió para servir la cena frente a nosotros. Cuando lo hubo hecho, ayudé a A-Chen a ubicar los cuencos y cubiertos para que pudiera comer con soltura. Luego comencé a comer yo, aunque un pensamiento rondaba mi cabeza.

Antes él había dicho que de no ser porque era ciego, no me habría conocido. Eso... no era cierto, yo le hubiese devuelto su dinero de igual forma y me hubiera planteado el acompañarlo por su buen trato y justo comportamiento.

Pero también... ¿molestarme? ¿Qué tanto pasaría que fuera diferente si yo no ayudara tanto a A-Chen? ¿Tal vez... se estaba acostumbrando demasiado a mí...?

-Entonces, tras cenar, me avisarás para salir a cazar, ¿no es así, XingChen?- intervino Beiguan sacándome de mis pensamientos.

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Noté que el camarero había llegado cuando las palabras de mi dulce compañera se vieron interrumpidas.

Sin siquiera pedírselo, fue ella quien me ayudo a tomar tanto el cuenco de comida como el vaso en mis manos, tanto nos habíamos acostumbrado el uno al otro... Al menos yo ya no me imaginaba una vida sin ella.

-Así es... Primero tengo una charla pendiente con A-Guāng. Después iré por ti para ir de caza juntos, confío en que sea una noche más tranquila de lo normal.- dije sonriendo ligeramente mientras comía con tranquilidad y calma.

La charla que tendría con mi hermosa princesa no era de las más agradables, pero si ella deseaba saber de mi pasado no podía negarle tal información.

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-Bien, esperaré en mi habitación. No tengo problema.- dice Beiguan mientras toma y come.

Yo me quedé en silencio mientras comía. Solo vigilaba los movimientos de A-Chen por si necesitaba de mi ayuda en algún momento. Eso me hizo pensar que siempre lo hacía, siempre había estado pendiente de las necesidades de A-Chen.

¿Eso era bueno? ¿Era molesto para él? No lo sabía. Terminé de comer y miré a ambos hombres.

-He terminado mi cena.- anuncié con un tono un poco neutro esperando que mi compañero me dijera que ya estaba listo para acompañarme a la habitación nuevamente.

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-También te aconsejo que no bebas demasiado, no quiero que ninguno de nosotros acabe como una brocheta de carne.- dije señalando en la dirección en la que escuchaba su voz.- Seré tu compañero esta noche, no la niñera de un borracho.

Seguí comiendo, más o menos al mismo ritmo en el que escuchaba comer a mi amada compañera.

-Que coincidencia, yo también terminé.- dije riendome y apartando ligeramente el cuenco vacío.- Vamos, A-Guāng, hablemos y demos tiempo a que Beiguan termine y descanse un poco. Además, así también podré descansar un poco contigo.

Me levanté y estiré mi mano hacia ella esperando que la tomara. Sabía que algo la aquejaba por el tono en el que había hablado, sería lo primero que le preguntará cuando llegáramos a la habitación.

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-Soy fuerte con la bebida, XingChen, no pasará nada por un par de tragos más.- dijo Beiguan en tono despreocupado.

Cuando vi a A-Chen pedir mi guía con su mano hacia mí, la tomé y lo volví a conducir escaleras arriba, a la habitación. Cuando entramos, solté su mano para cerrar la puerta.

De alguna forma, sentía que necesitaba estar lo más a solas posible con él y no quería que esta vez, Beiguan nos molestara. Solo que aún no había dado tiempo a indicarle la distribución de la habitación a A-Chen, por lo que volteé rápidamente y preocupada por si tropezaba con algo.