-Te lo contaré sin falta, mi bella princesa, sabes que jamás te negaría nada. Todo lo que quieras saber y yo te pueda contar, te lo diré.- dije sonriendo suavemente, pues aunque fueran detalles que no quisiera recordar, no podía negarle nada a mi dulce A-Guāng.

Lo que más me sorprendió fue escuchar la propuesta de Beiguan, no es que confiara en él, pero sería interesante saber hasta dónde llegaban sus conocimientos y técnicas de lucha. Así tendría una idea de cuán útil me sería para mantener a mi bella luz a salvo en caso de que algo pasara.

-Está bien, Beiguan, podrás acompañarme siempre que yo considere que A-Guāng estará a salvo. Aún así, ya la has oído. Si me mantienes a salvo, yo te mantendré a salvo a ti también.- fui más serio al hablar con él, antes de reanudar la marcha, ahora con nosotros en la delantera.

Aunque lo hubiera hecho con bastante sutileza en un principio, la única razón por la que él había estado delante, era para asegurarme de que no tramaba nada extraño.

.......

-¿Mantenerte a salvo?- Beiguan me miró.- Claro, hombro con hombro, como lo hacen los cultivadores, ¿no? Está bien, cuidaremos el uno del otro mientras la niña nos espera en alguna posada.

Al decir esto, Beiguan señaló a la distancia. Cuando seguí su mano con la vista, divisé nuestro próximo objetivo.

-¡Oh! ¡El pueblo! ¡A-Chen, ya estamos cerca!- dije con entusiasmo y dando unos leves saltitos de alegría.- ¡Vamos, A-Chen! Quiero ir primero a una librería.

Por el entusiasmo que tenía, apresuré mi paso más de lo normal tirando de la mano de mi compañero, pues tenía muchos deseos de dar con el libro prometido.

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-Claro, como hacen los cultivadores.- dije sonriendo a pesar de que su tono de voz no me daba demasiada confianza.- Entonces esta noche será nuestra primera caza juntos, espero que nos vaya bien.

El estusiasmo de mi princesa me hizo reír y me dejé arrastrar por ella lo que quedaba del camino, era como si volviera a sentirme como cualquier infante de este mundo lleno de sombras, sin que nada me doliera.

-Vayamos rápido, seguro que encontramos el libro que buscamos. Sólo espero que tengamos suficiente para pagarlo, en caso de que no sea así, pondré dinero también.- dije igual de entusiasmado, pero aún así manteniendo un cierto porte.

Llegamos al pueblo y la verdad es que el ambiente, a pesar del ruido era bastante agradable y las personas hablaban en un tono familiar y cercano hasta con los forasteros.

-Parece un pueblo de comercio, tendremos que negociar por el precio del libro.

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En el pueblo, todos tenían puestos diferentes. Los que no vendían, compraban. Había vida en aquel lugar, una vida agradable.

-¡Hay un montón de cosas aquí!- dije deslumbrada por las ofertas de las mesas.

Mientras recorría el lugar de la mano de A-Chen, Beiguan nos seguía desde atrás. Llegué al puesto de los libros y busqué el de nuestro autor Zoujia.

Estuve varios segundos buscando hasta que lo encontré. Di un salto de alegría.

-A-Chen, hay un libro de Zoujia. Cuesta tres piedras de plata.- comencé a rebuscar en mi bolso.

-Si gastas tanto en un libro, no habrá suficiente para pagar la habitación de la posada para los tres.- dijo Beiguan desde el puesto de al lado donde vendían peinetas.

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-Yo pagaré por el libro, después de todo seré el que más disfrute con la lectura proveniente de la voz de una diosa.- dije en una sonrisa mientras sacaba una pequeña bolsa de la manga de mi tunica y de la misma tomaba tres piedras de plata.- Aquí están, revisa si son todas de plata, por favor, mi dulce princesa.

Tras haberle dado las piedras, yo ya sabía que todas eran de plata. Era fácil pues... La plata se calienta rápido al contacto con la mano, pero el oro siempre permanece frío, por mucho que lo toques o sostengas.

-Aún así, dulce A-Guāng, si quisieras negociar el precio, podríamos conseguirlo más barato.- le dije en un susurro tras haberme agachado a su altura.

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Tomé las piedras de la mano de A-Chen, pero no tuve el valor de pagar con ellas. Tomé de las mías y con ellas pagué. Logré regatear un poco y el vendedor me dejó el libro en dos piedras.

-No serás el único que vaya a disfrutar de esta lectura, A-Chen. Por eso, creo que será mejor compartir el pago.- le devolví dos de sus piedras.

Beiguan nos observaba con una expresión de confusión, pero luego sonrió con una especie de soberbia. No le di importancia, solo quería que A-Chen estuviera dispuesto a compartir eso conmigo.

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-Está bien, pero solo por esta vez... No me dejas mimarte nunca que hay dinero de por medio.- dije riéndome.- Compartimos solo porque ambos disfrutaremos de ello.

En cuanto conseguimos que nos dieran el libro, salimos del puesto. Ignoraba completamente como estaría mirándonos Beiguan, puesto que mi alegría era todo lo que me importaba.

-¿A dónde vamos ahora? ¿Tenéis hambre? Podemos buscar una posaba y preguntar si tienen servicio de comida.- dije sonriendo felizmente mientras mantenía a A-Guāng bien cerca de mí.

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-La posada de aquí está cerca. La conozco bien.- intervino Beiguan con un tono de confianza.- La comida es buena y se puede pedir servicio de habitación.

-Parece que conoces mucho este pueblo, Beiguan.- dije un poco confundida por la confianza con la que hablaba.

-Como viajero, conozco mucho.- me sonrió con esa mirada extraña.- Te aseguro que es un pueblo seguro y tranquilo hasta en las noches. Donde sí puede ser peligroso es por sus alrededores.

Me aferré a A-Chen cuando el viajero dijo aquello. Recordé cuando mi compañero había sido herido. No quería que volviera a pasar.

-Listo, es aquí la posada.- volvió a hablar parándose frente a la entrada de un gran edificio.

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-Tranquila, mi bella princesa, todo estará bien, me cuidaré mucho esta noche... Tú solo trata de descansar cuando oscurezca.- dije abrazándola suavemente mientras, con la mano libre, acariciaba su suave y siempre recogido cabello.- Entremos y comamos algo después de pedir habitación, sería bueno poder conseguir dos.

Seguí siendo guiado por mi dulce compañera hasta el interior del lugar, el posadero parecía amable en su justa medida y el olor era al menos aceptable.

No se oían demasiados gritos y los clientes también parecían, por lo que escuché, personas respetables. Al menos, pasara lo que pasara, estaba seguro de que A-Guāng estaría segura esa noche... Y en una cama más cómoda que un simple suelo o un templo abandonado.

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-¿Cuántas habitaciones tienen libres, posadero?- dijo Beiguan con despreocupación y poniendo un codo sobre el escritorio del hombre.

"Tres, Joven Maestro. ¿Desea tomar alguna?"- respondió el hombre.

-Dos por favor. Que incluyan la comida.- el hombre le dio las llaves.- No se preocupe por llevarnos, conozco el camino.

Beiguan me miró y luego a A-Chen. Al parecer esperaba que alguno de nosotros pagara luego de él haber hecho la petición de las habitaciones.

Hice un puchero al notar eso, pero justo cuando iba a reclamarle, A-Chen me dejó atrás por un momento y se acercó al escritorio a pagar él.

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Pagar por las habitaciones no fue nada que no esperara hacer, era un gasto que tenía previsto para la noche y ya había supuesto que Beiguan no pagaría por él y aún menos por nosotros.

-Subamos a dejar nuestras pertenencias, después bajaremos a pedir algo de comer puesto que tenemos la comida cubierta.- dije una vez volví con mi bella y hermosa princesa.- Podremos tener tiempo para lo que queramos después de tomar una buena comida.

Acaricié el pelo de A-Guāng y la abracé como si la protegiera del resto de clientes. No quería que nadie la mirara más de lo que era necesario, pues aunque no puedo ver, soy muy consciente de su belleza.

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Beiguan fue a la delantera y yo lo seguí tomada de la mano de A-Chen hasta las habitaciones. Me señaló dos que eran contiguas. Entramos a una de ellas, realmente no tenía nada especial, pero era acogedora.

-Se siente agradable este lugar. Mucho mejor que la casa de las cortesanas.- comenté conduciendo a mi compañero a la cama.- Es bastante suave.

-Espera.- intervino Beiguan casi aguantando un ataque de risa.- El gran XingChen estaba en un burdel. ¡Eso sí que no me lo esperaba!

Hice un puchero ante las burlas de Beiguan.

-¡Oye, eso no significa nada!- repliqué.

-No digo que signifique, es que me resulta gracioso.- dijo entre risas.

.......

-Era el único lugar en el que podíamos conseguir una habitación en el pueblo anterior, la verdad es que fue una experiencia desagradable, aunque la cama era bastante cómoda, eso fue lo único positivo del lugar. La noche fue bastante placentera también, pude descansar con A-Guāng.

Sonreí haciendo caso omiso al tono de burla que intentaba tener hacia mí.

-De todas formas, no era mi primera vez en un burdel, aunque nunca ha sido por pedir ningún servicio indecoroso.- dije recalcando bien eso último antes de que alguien se hiciera alguna idea equivocada. -Ahora dejemos lo que sea prescindible y bajemos a comer, supongo que ambos estáis hambrientos después de tanto caminar.

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Dejé nuestras pertenencias en la habitación mientras veía salir a Beiguan a la otra habitación. Supuse que iría a dejar sus cosas también.

-Supongo que habrá ido a dejar sus cosas. Nos encontraremos con él abajo.- terminé de guardar nuestras pertenencias y fui otra vez con A-Chen.- ¿No te molestan los comentarios del viajero? Es raro, no digo que sea malo. Pero su forma de hablar es rara... y... de mirarnos... es como si... no lo sé... me siento extraña a su alrededor...