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Su respuesta no me convenció del todo, pero no insistiría si ella había dicho que no era necesario.

A lo mejor ella pensaba que lo hacía por pena, pero realmente deseaba cuidar de ella. Su edad, el color de sus ojos o su altura me eran completamente indiferentes, lo que a mí me importaba era que siguiera siendo igual de alegre que cuando la escuché contando la historia.

-Bien, entonces doy por sentado que no tienes frío, aún así, si comienzas a sentirlo, solo dímelo, estoy acostumbrado a la fluctuación de las temperaturas. No me molesta darte algo que sé que te ayudará.

.......

¿Qué decía? Su desinterés no podía ser mayor, estaba casi al borde de un ataque o, al menos, de un pequeño grito debido a la vergüenza que tenía ante tales gestos de desprendimiento hacia mi persona. Nunca nadie había tenido ese comportamiento conmigo.

-Está bien, A-Chen... lo diré si lo siento.- sonreí agradecida y puse un poco más de madera el el fuego.- A-Chen, ¿cómo imaginas que soy físicamente?- solté la pregunta en un tono curioso, pues era eso lo que sentía por la respuesta, pura curiosidad.

..........

-Responderé la pregunta esperando no ofenderte, A-Guāng, ya que esa no es mi intención, después de todo, solo son suposiciones.- suspiré esbozando un leve gesto de duda, no sabía si era buena idea responder a eso. - Por el tono de tu voz, tu energía y entusiasmo, supongo que eres joven, quizás algunos años menor que yo. Pelo fino, largo y suave, me lo imagino negro... Además, creo que por la forma en la que pude sentirlo, no lo llevas totalmente suelto. Te imagino de rasgos finos y dulces, una estatura algo más baja que la mía, al menos, eso creo por la ligereza de tus pasos.

Esperaba haber acertado en algo por el momento, me sentiría avergonzado de no ser así.

Recé internamente porque mis suposiciones fueran ciertas, al menos en parte, para no ofender a la joven que estaba siendo, desde el primer momento en el que se acercó a mí, salvación de toda mi soledad.

.......

Cubrí mi boca con mis manos para no evidenciar la sorpresa que tenía ante aquella descripción casi tan fiel como era mi realidad. Intenté mantener la calma tanto como fuera posible y di un suspiro largo y profundo para poder retomar el habla sin que sonara sospechosa mi voz debido a la vergüenza que sentía de ser tan encantadora en su mente como él me estaba describiendo.

-Mi cabello está recogido en dos coletas y es obvio que soy joven, incluso muchos me confunden aún con una niña. También soy bastante más baja que usted, ya que el tope de mi cabeza llega escasamente a su barbilla.

Mientras revelaba en descripciones y arreglos a lo ya dicho por él, evité por todos los medios hablar sobre mi rostro, ya que no consideraba que fuera como él decía tan encantador. Aún así, los colores no se iban de este al estar diciendo tantas cosas sobre mí a alguien que tan hermosamente me idealizaba.

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-Me alegra haber acertado.- dije felizmente al saber que no estaba tan alejado de la verdad.- Espero que no sea un atrevimiento por mi parte, pero me gustaría, si me permites, poder sentir tu rostro. Solo si me dejas, claro, no tienes que hacerlo si crees que no es apropiado.

Me hubiera gustado aplacar mis palabras antes de decirlas, pero mi curiosidad hacia ella era más grande que mis modales.

Al menos esperaba no haberla incomodado pues, después de todo, la había conocido este mismo día. Si no me lo permitía ahora, desearía que si me dejara más adelante.

.......

-E-eh... ¡¿Eh?!- casi tuve un colapso en mi pecho al escuchar aquella petición tan atrevida.

Me alejé ligeramente, tratando de no hacer ningún movimiento brusco, pero temía un poco a aquella situación. Si le concedía aquella solicitud, se revelaría el rubor de mis mejillas casi que al segundo de él tocarlas. Eso sería una mayor vergüenza aun para mí. ¿Qué pensaría de mí si me estaba comportando de forma tan tonta solo por unas simples palabras? No lo negaba, solo verlo sonreír me provocaba eso, pero de cierta forma estaba feliz de que no pudiera verlo, o iba a interpretar mal mis intenciones.

-¿Podría... podría ser en un momento en el que me sienta preparada? C-creo que me da un poco de pena...- esperaba que mi negativa no lo molestara, y menos aún que lo entristeciera, me rompería el corazón si yo era la causa de apagar una sonrisa tan hermosa.

.......

-Claro... No hay ninguna prisa, solo era una petición egoísta por mi parte.- dije tranquilo, sabía que había sido demasiado pronto, pero al menos no había rechazado del todo mi propuesta.- No quiero que te sientas presionada, solo olvida que te lo pedí si eso te ayuda.

A pesar de que en parte me sentía apenado, de mis labios no se borro mi sonrisa, pues no eran sus palabras lo que me hacía feliz, sino su llana y pacífica presencia.

¿Acaso ella era mi felicidad? Fue la cuestión que cruzó mi mente.

........

-¡Oh, no! ¡A-Chen, no piense así!- me arrepentía de mi reacción al escuchar sus palabras, sabía que se sentía decepcionado a pesar de seguir sonriendo, es solo que aún no me sentía preparada para algo tan... cercano.- Yo... no lo olvidaré... solo... ¿me puede tener paciencia? Se lo pido humildemente...

Me sentía que lo lastimaba, pero esa repentina cercanía era insultante, sobre todo para jóvenes que se habían conocido el mismo día. Aunque no sabía si, por el hecho de no poder ver, era normal ser así. Él era la primera persona que conocía con esa condición.

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-Tranquila, esperaré, de verdad. Tengo que ser algo más paciente, nos hemos conocido hoy después de todo.- dije encogiéndome de hombros mientras reía ligeramente.- No te preocupes, entiendo perfectamente que ha sido muy pronto para pedirte algo tan atrevido... Espero que no te haya ofendido.

Levanté un poco la cabeza, agudizando mis oídos, tenía que estar atento a lo que pudiera escucharse, tenía que cuidar a A-Guāng.

Estaría en guardia todo el tiempo que pudiera, aún más si ella también estaba despierta y aún peor, a la intemperie.

Esta vez no le pregunté si tenía frío, me quité la parte externa de mi túnica y simplemente se la tendí para que se abrigara un poco más.

-Toma... Insisto en que la uses... Por favor, me haría feliz que lo hicieras.

.......

Al sentir la suave tela comenzar a cubrir mis hombros con su cálida textura, lo miré con la respiración entrecortada y volviendo a sonrojarme.

-E-está bien... gracias, A-Chen...- una sonrisa salió de mí de forma natural mientras me rodeaba y cubría todo mi ser con la prenda que me había cedido.- A-Chen... ¿también haces cacerías nocturnas?- pregunté con algo de pena, aunque no sabía hasta que nivel él se dedicaba a la cultivación y a combatir.

......

-No hay de qué... Sería fatal si te pusieras enferma, así estarás un poco más resguardada del frío.- le dije con calma, pues ahora tenía una preocupación menos en mi cabeza, ella estaba un poco más protegida y no sólo del tiempo.- Así es, A-Guāng, como cualquier otro cultivador, yo también hago cacerías nocturnas.

Realmente no quería que se preocupase por mí, pero tampoco quería mentirle, si le mentía ahora, poca confianza me tendría en el futuro.

Y, de alguna manera, quería construir una buena relación de confianza con ella.

.......

Mi corazón se aceleró ligeramente ante su preocupación por mi bienestar y salud.

-Eso... eso significa entonces que está noche te irás... ¿no es así?- me acurruqué aún más entre la tela y recogiendo mis piernas.

No quería intervenir en su desempeño como cultivador, pero no iba a negar que no me gustaba para nada la idea de él enfrentando tales peligros.

Aún así, aunque no sabía desde hacía cuánto tiempo su visión no lo acompañaba, notaba en su expresión una gran confianza en si mismo tanto como en la forma de sujetar su espada.

También pensaba en que no tenía ninguna herida, señal de que había sido exitoso en sus cacerías anteriores.

Eso me hizo perder el miedo de que algo malo le fuera a ocurrir durante algún combate, pero nunca se estaba totalmente seguro de nada.

.......

-Solo si me aseguras que estarás bien sola. No quisiera que te pasara algo mientras estoy fuera, aún así, si me juras que estarás bien, no tardaré mucho en volver, te lo prometo.- intenté tranquilizarla.

Quería que confiara en mí y en que quería protegerla. A pesar del poco tiempo que había pasado con ella, ya era importante para mí mantenerla cerca, feliz y sana.

-Yo, por mi parte, te juro que no te dejaré sola, volveré victorioso mucho antes de las primeras luces del día.

..........

-No saldré del templo hasta que A-Chen regrese. Y cuando A-Chen vuelva, puede descansar mientras yo preparo el desayuno.- mi disposición a ayudarlo era enorme a pesar de que, en la realidad, poco podía hacer por él.

Aún así, estaba decidida a serle útil de cualquier forma. No me quedaría de brazos cruzados cuando él estaba demostrando querer protegerme de esa manera. Y su actitud y forma de darme confianza me hacían pensar en que él se sentía feliz de regresar a un lugar en el cual alguien sonreiría por verlo, ese alguien sería yo.

.........

-Me alegra escuchar eso y ya casi no puedo esperar al saber que probaré un desayuno hecho por ti.- le sonreí de nuevo y me levanté con tranquilidad, suspirando.- Métete dentro, descansa un poco y mantente alejada de puertas y ventanas, prometo que volveré antes de que te des cuenta.

Esperé a que se metiera dentro y que todo estuviera en silencio. Me acerqué lo suficientemente al fuego para así saber dónde estaba la fogata exactamente y separé la leña con sumo cuidado para que finalmente esta se extinguiera.

Tras lograr mi objetivo de que el lugar fuera aún menos visible, comencé a alejarme en dirección al bosque más cercano con mi mano sujetando bien mi espada. Esperaba que en realidad todo estuviera tranquilo, pero no fue así.

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