-A-Chen... - lo besé en los labios con suavidad, pero a la vez rapidez.- No tengo nada que perdonar...

Acaricié su mejilla con delicadeza mientras le sonreía. No me gustaba que se culpara por algo como haberme lastimado aunque me hubiera hecho sentir incómoda.

..........

- Por favor te lo pido, hasta que no me perdones no me perdonaré a mí mismo. Te juro por mi vida que algo así no volverá a pasar... Al menos no hasta que desees que pase... O nunca si no es tu deseo, quedará a tu decisión.- dije cada vez más afligido hasta el punto en el que no me había dado cuenta de que mi venda comenzaba a humedecerse... Y no de agua.

.........

-¡A-Chen!- me preocupé al ver cómo su venda comenzaba a mancharse.- A-Chen, calma, por favor... Si lo que necesitas escuchar es mi perdón, entonces te perdono, pero no te pongas así... No quiero que te sientas mal... Estás sangrando...

..........

- Por todos los cielos... No puedo ser peor... Primero te hago eso y ahora solo te causó más problemas.- dije suspirando profundamente.- Iré a la habitación a asearme como pueda, si quieres puedes ir pidiendo los dulces de arroz, bajaré cuando esté listo...

...........

-No, A-Chen, yo iré contigo y te ayudaré. No es problema para mí... - sonreí tiernamente y tomé su mano.- Vamos, ponte en pie y ven conmigo... yo te limpiaré... Ya te dije que no me importa ayudarte con eso, y mi opinión no ha cambiado.

...........

- ¿Estás segura de que no eres una pequeña y dulce diosa sobre la tierra? -  pregunté debido a su siempre amable ser y alma tan pura.- Comienzo a pensar que siempre te doy problemas, me enfermo, te pongo en peligro y ahora esto...

...........

-También te he dado muchos problemas, A-Chen... y tú me has protegido y acompañado siempre... Además, esto lo hago por el amor que siento por ti...

Lo conduje fuera del lugar pidiendo al posadero que limpiara nuestras vestimentas. Luego fui con A-Chen a la habitación para lavar su venda y limpiar su rostro.

...........

- Por ti solo siento amor... En su estado más puro... Jamás pensé que conocería a una dama tan buena y noble de corazón.- dije sonriendo muy ligeramente, recuperando un poco de mi estado de humor normal.

Me dejé llevar por ella siempre teniendo una dulce expresión de ternura por saber que aunque había hecho algo malo, no estaba enfadada conmigo.

..........

Cuando llegamos a la habitación, cerré la puerta y busqué un cuenco para llenarlo de agua y limpiar su venda.

-A-Chen, ve a la cama, enseguida llevo agua para limpiarte...- dije encontrando allí un cuenco, solo debía bajar con el posadero para que me diera agua.

.........

- Sí, mi señora.- dije con un poco de diversión, pues la noche anterior no era capaz de ordenarme algo y ahora estaba siendo bastante más estricta que antes.

Hice lo que me había dicho, quedándome quieto y con las manos guardadas en mis mangas para así tomar algo de distancia entre mis manos y su cuerpo.

.........

-Jijijiji, es para que no te quedes esperando por mí aquí en pie...- abrí  la puerta.- Ahora vuelvo...

Bajé nuevamente y fui donde el posadero para que me llenara el cuenco con agua. Mientras tanto, me quedé esperando por él.

.........

-No me moveré de aquí.- dije antes de que ella saliera de la habitación.

Abajo el posadero comenzó a llenar el balde de agua mientras seguía una conversación con el hombre del puesto de verduras.

- De verdad... Te estoy diciendo que tenemos al pequeño XiChen en casa, está en una habitación.- decía el posadero.- Yo supongo que siguen viajando juntos.

- Es raro... Porque dices que XiChen llegó hoy y Song Lan lleva casi una semana en el pueblo... ¿Crees que se habrán peleado? Ya sabes... Antes siempre que discutían acababan los dos en el pueblo... Siempre pensando igual.- dijo el verdulero.

- No tengo idea... Hoy hablé de Song Lan cuando vino y fue bastante frío al hablar de ello.- soltó el posadero ya con el balde lleno.- Aquí tienes, jovencita... ¿Necesitas algo más?

..........

Escuché aquello con algo se incomodidad. ¿Song Lan estaba allí también? No sabía si eso sería bueno para A-Chen, pero luego de lo que acababa de pasar, preferí darle tiempo a que se recuperara.

Agradecí por el agua y regresé con A-Chen tratando de parecer lo más animada posible.

-Ya estoy de vuelta.- dije al entrar y me acerqué a él.- ¿Me das tu cinta para lavarla?- le pedí cortésmente.

..........

- Por supuesto.- dije sonriendo algo más tranquilo mientras llevaba mis manos a mi cabeza y desataba el nudo manteniendo mis párpados cerrados.- Aquí tienes, mi dulce princesa.

Me mantuve quieto, escuchando con calma cada uno de los movimientos que realizaba y cómo mi cinta era lavada por sus suaves manos de seda.

...........

Lavé su cinta hasta que estuvo limpia y la colgué en un adorno de la pared para que de secara. Luego, con un paño ya humedecido, me acerqué a su rostro tan sereno y sonriente y comencé a limpiar sus ojos.

-A-Chen... ¿podrías contarme más de este lugar...? Es... donde viviste... junto a Song Lan, ¿no es así?- pregunté mientras lo limpiaba con delicadeza, aunque con un rostro preocupado por si no le agradaba el hablar de su antiguo amigo.

..............

- Así es, aquí crecimos Song Lan y yo bajo la tutela del clan que está en la cima de la montaña. No eramos muchos y apenas sabíamos nada de la familia principal, pero vivíamos bien, nos entrenaban y cubrían nuestras necesidades. Lo único que teníamos que cumplir era no irnos del clan... Porque si nos íbamos, no volveríamos nunca. Aún así, lo peor llegó... Y aún así, jamás podría abandonar u odiar al clan que me vio crecer. Este lugar siempre fue como es ahora, lleno de vida, gente amable, niños corriendo y haciendo travesuras.

...........

-Se nota que es un sitio muy acogedor... me recuerda en parte a donde crecí...- terminé de limpiar sus ojos y enjuagué el paño para quitarle la sangre.

Luego lo sostuve por las mejillas y planté un suave beso sobre cada uno de sus párpados. Le sonreí con cariño mientras buscaba su cinta de repuesto para ponérsela.