8

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

-E-estoy... bien...- me había sorprendido mucho del repentino resbalón que había dado.

Estaba distraída mirando a mis alrededores, por ello no me había dado cuenta de dónde había pisado. Sin embargo, todo sucedió muy rápido.

Los colores subieron a mi rostro casi inmediatamente al sentir que me sostenía por una zona un poco más arriba que la cintura. De haber sido en un lugar que pudiera considerar "descaro", habría soltado un fuerte grito.

Aún así, me sentía agradecida porque me sostuviera, ya que temía caer, solo que, poco pude decirle por la impresión del momento.

......

-¿Segura? ¿Estás segura de que no te has herido?- mi corazón latía muy rápidamente, solté su cuerpo y la tomé de la mano con firmeza, pero también con delicadeza.- Por favor, atiende al suelo, si te pasara algo, no me lo perdonaría, tampoco sabría bien qué hacer. ¿Harías eso por mí?

Sin esperar su respuesta, caminé tranquilamente sin soltarla ni un solo segundo, temía que si volvía a resbalarse, no pudiera alcanzarla como hacía unos momentos.

No fui capaz de soltarla hasta que llegamos al pequeño valle a las orillas del río.

No había dicho ni una palabra en el resto del camino, al menos yo no, pues muchas preguntas cruzaban mi mente.

Por ejemplo una en particular... ¿Qué más podría hacer yo por ella?

.......

Me sentía abrumada por tal preocupación de su parte hacia mí. ¿Por qué lo hacía? Era yo la que debía preocuparme por él y, aún así, él estaba pendiente de cada movimiento mío.

Solté un suspiro cuando retiró su brazo de alrededor mío, pero no dije nada en todo el trayecto al ir de su mano. Estaba sonrojada aún.

Cuando llegamos al río, me dejó ir. Yo me agaché a lavar los cuencos, pero... me sentía algo tonta de repente. Él me estaba cuidando de una manera tan tierna, y yo apenas había podido darle una comida que ni bien sabía. Casi me hacia parecer como malagradecida.

-Gracias... A-Chen... por estar tan atento a mí...- dije con un tono ligeramente apagado y sonriendo tristemente.

........

-Solo hago lo mismo que haces tú por mí, A-Guāng, también estás atenta a mí. La flor, hacer de guía, volviste atrás dándote cuenta de que apenas escuchaba tus pasos, tengo mucho que agradecerte.- le respondí apaciguador, con la completa verdad en mis palabras.

Su tono apagado me hizo acercarme más a ella, agachándome a su lado para quedar más o menos a su altura.

-Si tan bien me cuidas, yo no puedo quedarme atrás... ¿No es así? - sonreí sabiendo que en su voz también sonaba vergüenza.- Tú me cuidas y yo te protejo, es lo menos que puedo hacer.

........

Mi corazón se aceleró al tiempo que mi respiración se cortó. Volteé a mirarlo siendo recibida por su cercanía. ¿Cuándo se había acercado tanto?

Lo vi agacharse a mi lado, pestañeando repetidas veces con una expresión de sorpresa. No sabía lo que me haría o diría, pero estaba extasiada solo de tenerlo cerca.

Al escucharlo nuevamente, me sentí más tonta aún que antes. Él me hablaba con tal humildad, como si fuera poco lo que hacía por mí. ¿Acaso no se daba cuenta de lo poco que era yo en comparación a él?

-Yo siempre te cuidaré, A-Chen. Nunca lo dudes. Eres una persona muy... importante para mí... jamás me perdonaría si algo te pasara y yo pudiera evitarlo.- lo tomé por la muñeca para levantarlo junto conmigo, una sonrisa salió en mi rostro tras hablar.

.........

-Me apacigua enormemente que pienses en cuidarme, te prometo que siempre estaré a tu lado, cuidándote y esperando los atentos cuidados que desees darme.- me agaché un poco, llevando su mano a mis labios para dejar un muy leve y ligero beso en ella.- ¿Me permites guiarte de nuevo? Debemos volver al templo, recoger y retomar la marcha o se nos hará de noche por el camino.

Aquella galantería sincera y posiblemente innecesaria era lo que quería darle, poder cuidarla en todo momento, estrechar mi mano con la suya, saber que duerme bien a mi lado, mantenerla conmigo a todas horas.

Sonriendo y volviendo a levantarme, entrelacé mis dedos con los de A-Guāng, no queriendo que se alejara de mí.

Aun el miedo del resbalón anterior corría por mi alma.

..........

Su disposición a estar lo más cerca posible de mí me hacía sentir querida. Tal vez, especial de alguna forma. Aún así, no me sentía merecedora de tanta atención de su parte.

Reafirmando el contacto con su mano, le di mi respuesta. Esta vez, me aseguré tanto de su camino como del mío, para que no ocurriera ningún otro accidente.

Cuando regresamos al templo, fui a dejar todo en su lugar para prepararnos para partir. Tomé los dulces que había escondido y los puse en mi bolsa. Los dejaría para después por si teníamos hambre. Sería mi forma de sorprenderlo.

-Todo listo, A-Chen. Ya podemos irnos.- dije sonriendo y estando frente a él, pues, aún dudaba si quería que para el camino principal fuéramos de la mano, ya que este era un terreno llano y nada peligroso.

......

-Has sido muy rápida.- dije riéndome ligeramente mientras le tendía mi mano... por muy llano que fuera el camino no quería separarme de ella... Así estaría seguro de que estaba conmigo en todo momento si pasaba algo.

Comenzamos a caminar en dirección al siguiente pueblo, el camino parecía ser estable por el momento y todo estaba tranquilo.

Los sonidos que llegaban a mí eran nuestros pasos, las hojas movidas por la brisa, el sonido del aire atravesando sus obstáculos... También algunos animalitos en las orillas del camino.

Por suerte, todo aparentaba estar en armonía, pero aún así, mi alerta no bajaba. Cada pequeño y diferente ruido pasaba por mi cerebro siendo procesado. Intentando saber cuál era su origen. Si era bueno o malo para A-Guāng.

.........

El camino era tranquilo, todo estaba muy silencioso. Apenas escuchaba la hierba moverse con el viento y las aves cantando. De vez en cuando le daba un golpe a alguna pequeña roca del camino, pero no estaba muy satisfecha  con eso.

Miré a A-Chen, luego nuestras manos. Ni siquiera sabía si le estaba resultando de guía el que camináramos así. Mis ojos fueron a la venda de los suyos y mi expresión se volvió algo triste. Quería ser sincera con él y me había dicho antes que no le molestaría, así que me armé de valor.

-A-Chen... ¿qué te pasó en los ojos para que no puedas ver?- hice mi pregunta con un tono suave, pero suplicante, no quería incomodarlo.

.........

-Fue... algo así como un regalo. Es una historia algo larga, te la contaré entera y con detalle en otra ocasión si quieres.- dije.

La pregunta me había consternado y todos los sentimientos que había evitado con su compañía volvieron sin piedad a mi mente.

La desesperación y la decadencia reinaron por unos segundos en mi mente y alma.

Procurando volver a sentir esa paz de hace unos momentos, apreté ligeramente la mano de mi compañera.

Ya no me encontraba alerta, ni siquiera escuchaba sus pasos o los míos. En este instante, si ella me soltara no sabría ubicarla, ni al árbol que creo que pasamos hace un minuto. No estaba atento a nada, solo agaché mi cabeza, intentando volver a concentrarme, pero todo esfuerzo puesto en ello fue en vano.

..........

-¿Un... regalo...?- estaba anonadada con esa respuesta.

Esperaba que me dijera que había sido algún accidente mientras luchaba o algo similar. Nunca esperé que me dijera que sus ojos habían sido un regalo.

Lo miré, escudriñando su expresión. ¿Qué le ocurría? ¿Por qué me sujetaba con tanta fuerza? Estaba como ido del mundo. Tuve miedo por él y por haberlo lastimado de alguna forma.

-A-Chen... ¿estás bien?- dije justo antes de mirar al frente y divisar una aterradora figura.

.......

Seguí caminando, creo que ella me estaba hablando o preguntando algo, pero, de repente se detuvo y mi espada reaccionó a algo delante de nosotros.

Llevé mi mano libre hasta mi fiel arma, me encontraba perdido en medio de la circunstancia frente a mí.

Sentí la mala energía, pero aún no me concentraba lo suficiente como para ubicar dónde estaba o cuán cerca de nosotros se posicionaba aquel mal presentimiento que recorrió cada centímetro de mi cuerpo.

Por ello, intenté reunir toda la información posible, por muy insustancial que fuera. Tenía que mantener a A-Guāng a salvo a cualquier precio.

-¿Que ves?- le pregunte más serio de lo que había sido con ella hasta el momento.

.........

Al ver a la criatura endemoniada acercarse a gran velocidad a nosotros, casi no tuve tiempo de reaccionar.

-¡Es un demonio!- grité aterrada y lo separé de mí de un impulso para que ambos saliéramos del camino de la criatura.

Caí al suelo, pero traté de ponerme de pie lo más pronto posible. Vi que el demonio se abalanzaba sobre él.

-¡A-Chen, cuidado!- fue lo único que pude decir ante mi miedo, estaba aún conmocionada por la escena.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro