Capitulo 22

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Jennie se despertó con la imagen de Lisa desnuda parada frente a ella con su celular en mano, estaba apoyada contra la pared que estaba al frente de su cama y sonriendo ligeramente, mientras escribía en su móvil. ¿Su móvil? Jennie frunció su ceño confundida, Lalisa no estaba con su celular, sino con el suyo, haciendo vaya a saber qué y sonriendo maliciosamente por ello. La pelicastaña se levantó apresuradamente y se le quiso tirar encima a la más alta, intentando quitarle su teléfono de las manos, pero lo que logró fue darse contra la pared porque Lalisa había sido más ágil y se había hecho a un lado, ahora estaba sentada en el borde de la cama, riéndose mientras continuaba haciendo lo que hacía en su móvil, Jennie volvió a intentar quitárselo, pero Lisa de nuevo fue más rápida y luego de soltar un par de carcajadas dejó su celular en la cama y tomó a Jennie de la cintura, acostándose en la cama y tirándola encima suyo.

─ Buenos días, Jennie ─ le sonrió y le plantó un beso casto en los labios, pero no tan casto considerando que ambas estaban desnudas

─ ¿Qué hacías con mi teléfono? ─ le contestó a cambio Jennie enojada, ella tenía el ceño fruncido y en sus labios una mueca, y eso pareció divertir a Lisa porque rió fuerte por un rato.

─ Me divertía haciéndome pasar por ti con MinHo ─ dijo como si no fuera nada y volvió a reír.

─ ¿¡Qué mierda hiciste!? ─ le gritó Jennie y comenzó a moverse encima suyo para alcanzar con sus manos su móvil, pero no pudo porque la ojimiel presiona más sus manos en su cintura haciendo que no pueda moverse hacia un costado, así que solo puede estar encima de ella y que se mueva en esa posición hace que su cuerpo se frote sobre el miembro de la menor.

La pelinegra frunce el ceño levemente y suelta un gemido antes de hablar ─ Pensé que ibas a estar más molesta ─ hace una pausa en la que soltó un gemido más y mueve sus manos de la cintura de Jennie hasta su trasero para apretar con fuerza sus nalgas ─ Nunca me esperé que irías a querer sexo de nuevo después de esa pequeña broma ─ y la palabra "broma" no sonó como una palabra, sino más como un gemido.

Jennie soltó un "idiota" antes de unir sus labios con los de la pelinegra en un beso hambriento, mordiendo los labios de la más alta e introduciendo su lengua en su boca cuando ésta se iba a quejar, la mayor era muy mala enojándose, o tal vez solo con Lalisa, pero ¿Qué más daba?

Cuando Lalisa sintió la lengua de Jennie acariciar la suya, movió sus manos en su trasero, empujándola de esta forma contra de ella y haciendo así que sus cuerpos desnudos se froten entre sí. Ella no quería que solo hicieran algo tan simple como eso, pero no haría mal a nadie que se den un poco de placer de esta forma por un rato.

Lisa desde que se levantó había pensado en la fantasía que había tenido con Jennie, bueno, en una de ellas en específico, ya que había tenido millones de ellas. Quería utilizar un consolador o un dildo en Jennie mientras la follaba o antes de hacerlo, estaba segura que la mayor tenía uno (o varios, para ser más realista) así que no pensó que sería un problema, aparte de que a Jennie le encantan todas esas cosas, ella se lo había dicho en una oportunidad en las que había sido su psicóloga (estaba segura de que ya no iba a querer que siguiera atendiéndola)

En cuanto Lalisa sintió las manos de Jennie presionadas contra sus hombros, supo que ya era suficiente y que la más baja necesitaba algo más que solo frotarse, así que se separó un poco, haciéndose para atrás y logrando cortar el beso, a la vez que dejaba de moverse. Jennie soltó un bufido y Lisa rió por eso.

─ Tienes juguetes, ¿Verdad? ─ preguntó la pelinegra con voz entrecortada y agitada.

Jennie solo atinó a asentir, mientras giraba y se acomodaba en la cama a un lado de la menor, Lalisa se levantó un poco para verla con ambas cejas levantadas ─ ¿Y dónde están? ─ agregó, luego de varios minutos de quedarse viéndola atentamente. La pelicastaña señaló el armario, levantando levemente su mano y Lalisa rió al verla.

Jennie se sintió realmente excitada con la idea, tanto que casi no podía ni moverse, Lisa pareció entender porque se levantó de la cama y se acercó al armario, lo abrió y luego comenzó a reír a carcajadas cuando encontró una gran caja de un color fucsia muy llamativo, está llevaba una gran etiqueta en la parte de arriba que decía: "bebés"

─ ¿Es enserio? ─ preguntó la más alta entre risas, a la vez que sacaba la caja de su lugar y la levantaba

Jennie se apoyó sobre sus codos para que así le sea posible ver de que hablaba ─ Sí, son mis bebés ─ murmuró con un ligero puchero en sus labios, el cual sacó rápidamente cuando vio que la menor se reía más fuerte al escucharla. Jennie bufó y se sentó en la cama ─ Deja de burlarte ─ dijo un poco más fuerte, con un tono notable de irritación ─ ¡Y deja a mis bebés! ─ gritó con molestia, obviamente fingida, mientras se levantaba de la cama.

─ Los voy a dejar. Pero en tu coño, cariño ─ murmuró divertida como respuesta, a la vez que daba unos pasos más cerca de la mayor.

Jennie sonrió de lado cuando la escuchó y se volvió a recostar en la cama, abriendo las piernas para esperar a Lalisa y olvidándose por completo de los supuestos mensajes que le había enviado a MinHo.

La ojimiel no tardó mucho en acomodarse entre las piernas de Jennie y tardó mucho menos en comenzar a preparar su coño con sus dedos, en lo que si tardó fue en elegir el "bebé" adecuado para la situación, porque al parecer había una larga lista de opciones.

Pero decidió esperar a abrir la caja para elegirlo, la había estado preparando lo suficiente con sus dedos mientras tanto (porque era Lalisa Manobal y no podía esperar), así que cuando la mayor empezó a mojarse aún más aceleró el proceso bastante y logró que un tercer dedo entrara fácilmente, igual no era como si Jennie estuviera muy estrecha, la noche anterior habían tenido sexo y eso ayudaba bastante a que fuera más fácil todo.

Cuando Lalisa supo que la contraria estaba lo suficientemente húmeda sacó sus dedos, logrando que un gruñido se escapara de los labios de la mayor, y se giró un poco sobre la cama para tomar la caja y abrirla, en esta había varios consoladores, unas pinzas para pezones, varias fustas, unas esposas y varios artículos de lencería. Su Jennie sí que era traviesa.

Lalisa luego de ver por varios segundos el contenido de la caja, se decidió por un consolador rosado de tamaño medio con varios niveles y una ligera curva al final de éste, para luego llevarlo hacia el coño de la mayor, antes de que Jennie protestara nuevamente.

Fue introduciendo el juguete lentamente, logrando que Jennie suelte un gruñido de protesta, pero que rápidamente lo cambió por un gemido cuando llevó su mano libre a su clítoris para trazar lentos círculos en este con dos de sus dedos, arrancándole varios gemidos y jadeos a la mayor.

El miembro de la pelinegra se encontraba duro y con gotas de presemen saliendo, ella estaba segura de que no iba a durar mucho y lo gracioso era que no se había ni tocado. Pero es que la imagen de una excitada y sonrojada Jennie desparramada en la cama, con su larga cabellera castaña en desordenada en la almohada, con ambas manos en sus pechos masajeando y apretando sus erguidos pezones era suficiente para hacerla acabar en el menor tiempo posible como si fuera una inexperta.

La mayor gimió fuerte cuando todo el juguete estuvo dentro de su húmedo coño y la punta de éste llegó a tocar su punto dulce, y ni hablar de los gemidos que salieron de su boca cuando Lalisa lo encendió. Jennie no logró aguantar mucho más de unos cuantos minutos más, apretó con más fuerza sus senos, y soltó un fuerte grito mientras sus paredes apretaban el juguete y soltaba sus fluidos en éste.

Y es que ella no culpaba a MinHo y a su pene chico, pero sí, lo hacía. El pene chico de MinHo sería su perdición.

•••

holi, hace 3 días fue mi cumpleaños. díganme feliz cumpleaños:(

por cierto, hay un nuevo one shot disponible en mi perfil llamado "34+35", vayan a leerlo si gustan <33

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