Capitulo 23

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Lalisa salió del escondite que había encontrado en la iglesia a paso lento, ya no tenía más sentido estar ahí para evitar lo que estaba por pasar en el gran salón que había a continuación, la idea no le gustaba para nada, pero tenía que ser valiente y enfrentarlo. Ella había caminado lejos del salón, donde se hacían las misas y demás, con la excusa de que no se sentía bien y era verdad, porque la chica de la que está enamorada se está por casar con un chico que tiene el pene más chico que haya visto (no es que lo haya visto, sino que vio en el celular de Jennie una foto de este, al parecer le gusta sacarle fotografías a los penes de los chicos con los que duerme y las tiene todas guardadas en una carpeta) y eso no podía sentirse bien.

Había estado solo unos minutos cerca del confesonario porque luego de ese tiempo se sintió demasiado tonta como para estar más tiempo allí, había insultado un poco a Jennie mientras estaba lejos, y ¿Cómo no hacerlo? La mayor le había dado esperanzas follando con ella varias veces, compartiendo besos en secreto y diciéndole cosas como "Me gustas mucho", "Cuando estoy contigo me olvido de que el pene de mi novio es realmente chico", e incluso la hija de puta le había dicho en varias ocasiones que la quería como para dejar a MinHo y estar con ella, pero nada de eso había pasado porque la pelicastaña sentía algo "diferente" por MinHo, y de seguro eso era porque el chico le caía bien o algo así, porque sí, a todos le caía bien, era simpático, divertido y de esas personas que no podías lastimarlas (Lisa estaba muy segura de que era más por esto último que no lo había dejado)

Pensaba que Jennie debería haberla dejado como amiga y no haber pasado a algo más, porque la mayor no estaba enamorada y creaba todo eso de que no le gustaba que MinHo tuviera el pene chico como una excusa. Bueno, MinHo si tenía el pene chico, pero eso no debería molestarle tanto si en verdad le gustara y mucho menos estaba enamorada.

Lalisa volvió a su lugar, tratando de no llamar la atención de los invitados y sentándose de nuevo en uno de los bancos del final, había entrado sigilosamente para que nadie la notara mientras lo hacía, pero falló terriblemente en su misión, ya que todos los que se encontraban en la habitación la miraban con ojos atentos y molestos, parecía como si la hubieran estado esperando, porque cuando se sentó todos giraron hacia la pareja soltando insultos hacia ella.

Jennie estaba en el centro de la habitación con su largo vestido blanco que contrastaba perfectamente con el traje negro de MinHo, un poco más atrás de ellos se encontraba el sacerdote, quien iba, a continuación, llevar a cabo la boda.

Todo parecía real para Lalisa, hasta que apareció JiSoo con las mejillas rosadas, excesivamente maquilladas, y un vestido blanco pequeño que evidentemente le quedaba chico, era obvio que el vestido no era para una mujer adulta, ya que tenía infantiles flores rosas en el frente y era de tamaño pequeño, a la pelirroja le llegaba hasta un poco debajo del trasero y dejaba a la vista parte de este, se podía ver que su culo estaba apretado por la ropa interior también. Sus manos eran bonitas, con dedos largos y en estas llevaba una caja elegante y negra.

─ ¿No crees que se ve muy sexy? – escuchó como susurró su mejor amiga Rosé, quien se encontraba a su lado y ella recién se había dado cuenta de ellos.

La pelinegra, con el ceño fruncido y una mueca que mostraba el asco que sentía por la imagen que tenía al frente – No, es ridículo.

La habitación se quedó en silencio de repente y ella no escuchó una respuesta de su amiga, pero lo que sí escuchó fue la voz de Jennie.

"Yo, Kim Jennie, te acepto a ti, Yoo MinHo y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida, aunque tengas el pene más chico que haya visto"

La voz de la pelicastaña se había escuchado fuerte, firme y hasta con una sonrisa.

Lalisa se despertó sintiendo varias vibraciones seguidas en su pecho, provocadas por su celular, estás eran alertas de mensajes nuevos, se había dormido usando su móvil y por eso es que éste estaba encimo suyo. Lo tomó en sus manos, aún aturdida y confundida por el extraño sueño que había tenido. Desbloqueó su móvil y empezó a leer los mensajes.

De: Jennie

"IDIOTA"

De: Jennie

"Te mandaste la foto del pene de MinHooooo"

De: Jennie

"Dime para qué la quieresssss"

De: Jennie

"¿Qué harás con eso?"

De: Jennie

"LALISAAAA"

De: Jennie

"¿Por qué carajos MinHo me habla de una cena el viernes en tu casa?"

Lisa sonrió como tonta a la pantalla al ver qué decían los mensajes y de quién era, y claro que a la vez rió al pensar en lo que tenía planeado para esa cena, cuando le había revisado el celular se había dado cuenta que la mayor pensaba que estaba teniendo algo con JiSoo, ya que se lo había dicho en varias ocasiones a MinHo por mensajes. No era así, ella y la pelirroja habían tenido algo hace mucho tiempo y no había pasado de ser solo sexo, pero podía utilizar eso en contra de Jennie, pensó mientras que contestaba los mensajes, moviendo rápido sus dedos por el teclado táctil.

Para: Jennie

"Porque voy a hacer una y lo invité, dah"

De: Jennie

"¿Qué mierda tramaaaasss?"

Para: Jennie

"Nada que no vayas a disfrutar, lo prometo ;)"

Mandó una última respuesta antes de tirar su teléfono en algún lugar de la cama y levantarse de esta para dirigirse al baño a tomar una ducha y luego a su consultorio para trabajar. Ayer había llegado tarde porque luego de llegar a su casa se había dado cuenta de que tenía dibujos de penes por todo su cuerpo, hechos con plumón permanente, y había tardado mucho en quitarse todos los que eran visibles. Jennie también debía pagar por eso.

•••

hey, le falta poco a esta historia para terminar:(. also, vayan a leer la nueva adaptación que publique llamada "My sweet prostitute", estoy segura que les va a gustar<33

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