17 de abril

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Gadreel

Si me preguntan cuál es el día que más odio en el año, sin duda seria este, no he podido dormir muy bien estas noches, los recuerdos del pasado volvieron desde mi pelea con Naimer, pero hoy ni siquiera puedo cerrar los ojos, escucho su risa, sus gritos de emoción, sus te amos con la hermosa sonrisa, veo su reflejo en cada lugar que miro, siento sus abrazos y huelo su perfume dulce.

Me incorporo en la cama, escondo mi rostro entre las manos y lo dejo salir, como cada maldito 17 de abril, me duele el pecho y la cabeza, el sentimiento se siente igual al que tuve hace tres años, la puerta de mi habitación se abre y mantengo la cabeza gacha.

― ¿Gavin? ― pregunta asomando su cabeza detrás de la puerta, no contesto pero de igual forma entra, camina a pasos lentos a mi dirección ― ¿Estás bien?

No respondo, toma asiento junto a mí, siento su pequeño brazo rodear mi espalda y su cabeza apoyarse en mi brazo.

― Yo tampoco puedo dormir ― dice en un susurro.

Respiro profundamente, tomo el cuello de mi camiseta para secarme la cara y voltear a verle.

― ¿Quieres dormir conmigo? ― Mi voz sale más grave de lo común, aclaro mi garganta antes de volver a hablar ― o quieres que te acompañe hasta que te duermas.

― Me quiero quedar contigo ― mantiene la mirada al suelo, mientras sus dedos juegan con el orillo la franela de su pijama.

― Bien, a dormir entonces.

Levanto la cobija y gatea hasta quedar al otro lado de la cama, me acuesto y giro la cabeza para sonreírle de boca cerrada, me la devuelve, nos quedamos boca arriba mirando el cielo raso, como era de esperarse un recuerdo viene a mi mente:

― ¿Cuándo me presentaras con tu familia? ― se pega a mi brazo son una sonrisa mientras caminamos por el centro comercial.

― ¿me ayudas a comprar un regalo para la bebé o me manipulas? ― le pincho el cachete justo donde se le marca el hoyuelo.

― Ambas ― me hace ojitos y niego con la cabeza ― quiero conocer a tus hermanos, Shay. ― Se detiene obligándome hacer lo mismo ― hablas tanto de ellos, me resultan muy tiernos, estoy segura que les agradare ― comienza a caminar de un lado a otro haciendo gestos con sus manos.

»incluso podría comprarles unos regalos, unos autos a Gael, unas muñecas a Gea, no mejor, una pista completa de autos, con edificios y esas cosas, y un castillo de princesas, maquillaje para niñas, podríamos ver algunas películas de esas que le gustas o...

― Leah... ― la miro divertido, pero no me presta atención sigue hablando de salidas, parques, se ve tan emocionada ― Leah...

Comienza a caminar sin dejar de hablar, niego con la cabeza, la alcanzo para tomarla del brazo y lograr que me preste atención.

― ¿Qué? ― abre sus ojos, me hace reír, su rostro cambia a uno de preocupación ― ¿Qué tal si no le gustan mis regalos? o ¿no les gusto yo? ― hace un puchero y la rodeo con mis brazos.

― Tranquila, seguro se la llevaran de maravilla.

Una manita toca mis mejillas trayéndome a la realidad, se desliza suavemente, y luego pasa la otra mejilla, para luego pegarse a mis costillas con un abrazo.

― No sé porque lloras, yo suelo llorar cuando algo me duele mucho, como cuando me raspe las rodillas. ― Levanta su cara, mirándome con una mezcla de preocupación y compresión ― o cuando extraño a papá ― baja su cabeza para luego volverse a acostar.

Lo abrazo con fuerza, otra persona que sufre una perdida por mi imprudencia, por no pensar con racionalidad, por decir cosas a la ligera y no percatarme de las consecuencias que eso me traería.

― Lo siento ― le digo en un susurro pasando mi mano por su cabello sin dejar de abrazarle.

― Yo también ― asiente para luego levantar su cabeza y mirarme ― No es tu culpa Gadreel, existen cosas que por más que tratemos, no podemos evitar, simplemente suceden.

― ¿Ahora lees mentes, pequeño cerebrito? ― alboroto su cabello.

― No, pero tú mirada perdida me dijo en que pensabas.

Lo miro divertido, es como una copia miniatura de los pensamientos de Jayden, es un viejo filósofo en el cuerpo de un niño.

Termina con el abrazo tomando distancia mientras se arropa con la cobija dejando solo ver su rostro, cierra los ojos, es inevitable no verlo y pensar en papá, son tan parecidos.

― ¿Gavin?

― Ujum.

― Te quiero.

Son contadas con las manos las veces que Gael me ha dicho esas palabras en sus ocho años de vida, lo más probable es que sepa el peso e importancia que hay en ellas, pero logra sacarme una sonrisa.

― Yo también, pequeño Sherk.

(***)

― ¿Qué sucede? ― pregunto al cruzar las puertas de la sala.

― Se han extraviado dos navíos que venían con mercancía ― dice Jack mientras busca en el mapa digital extendido en la mesa.

― ¿Cuánto? ― me acerco a mirar el mapa.

― entre 500 a 600 mil ― contesta Jayden al otro lado de la sala con la computadora en el regazo, rastreando los barcos me imagino.

― Maldición ― me paso las manos por el cabello, resoplando.

― Los rastreadores fueron desactivados, al igual que los teléfonos ― el gemelo se pasa una mano por la cara para después dejar la computadora en la mesa ― Los perdimos, nos robaron de nuevo.

Un sonido de frustración sale de mi garganta, golpeo mis palmas contra la mesa.

― ¿Sabes quién fue no? ― El moreno me coloca una mano en el hombro, mirándome preocupado.
― Me arreglare con Naimer después, hoy no.

La persona capaz de desaparecer las cosas desactivado todo mi sistema de rastreo, solo puede ser él, nuestra forma de trabajar es tan parecida que suelen confundir nuestros trabajos.

Salgo de la sala dando un portazo para caminar al laboratorio, he estado trabajando en una nueva droga, una que no sea tan dañina para el organismo pero cause los mismos efectos, un contacto en África me hablo de una planta que expulsa un alucinógeno que no es nocivo, y lo estoy analizando para agregarlo a mi formula.

Me visto con las prendas adecuadas para luego dirigirme a la caja fuerte y sacar el líquido color amarillo crema, coloco una gota sobre una placa Petri para observarla por el microscopio, las siguientes horas me dedico a analizar las muestras y armar las cadenas de las mezclas de los elementos, agrego una prueba del posible prototipo a un tubo de ensayo, entran esparramando las puertas del laboratorio haciendo que suelte la muestra pero gracias mi reflejo logro tomarla antes que se rompa en el suelo.

― Joder, ten más precaución Jackson ― aseguro la muestra y camino para guardarla en la caja fuerte.

― Tenemos problemas ― dice con voz demasiado agitada, me giro a verle con el ceño fruncido ― Naimer está aquí, y no vino solo.

Me desahogo de la bata, los lentes, guantes, tapa bocas y gorro en cuestión de segundos, tomo la pañoleta ajustándomela para salir prácticamente corriendo seguido de Jack.

― ¿ha dicho algo?

― No, pero está realmente enojado.

Lo miro con el ceño fruncido, Jayden nos espera en la puerta para luego seguirme al cruzarla, los chicos se apartan abriéndome paso para dejarme frente a la persona que alguna vez considere un amigo.

― ¿A qué viene esto? ― señalo a los sujetos detrás de él.

― Me tienes arto― me señala.

¿El que debería estar molesto no debería ser yo?

― No sé de qué hablas ― me cruzo los brazos y su expresión se profundiza.

― ¡¿para qué mierdas me buscaste?! ¡Si te vas a pasar los acuerdos por la raja!

― Naimer cálmate, no sé de qué hablas.

― Ni siquiera le tienes respeto a su muerte ¡¿Acaso no te importo?!

¿Cómo se atreve a decirme eso?

Sabe muy bien lo duro que fueron los dos primeros años y lo que me costó recuperarme de ello, fingir frente a mi familia que todo estaba bien, cuando por dentro estaba hecho pedazos.

― Mide tus palabras ― le advierto apretando mis puños.

― Tú, mide tus acciones ― vuelve a señalarme ― No he respondido a tus saboteos por respeto a ella, pero no dejare que poco a poco destruyas mi legado familiar.

Estaba por decirle que en ningún momento he actuado en su contra, ni he ordenado hacerlo, y reclamarle que es un inmoral ya que yo si he tenido que aguantar sus saqueos y perdida de mercancía, pero el seguro de un arma es desactivado, colocándonos alerta a todos. Naimer me mira muy molesto apuntándome con su arma, mientras la mía lo apunta a él.

― ¡NAIMER! ―Se escuchó una voz femenina gritar y todas las armas se mueven a donde proviene dicha voz.

Me parecía reconocer la voz pero no tuve tiempo de verificar quien era, un disparo se escuchó desde el aire, seguido de una nube espesa de color blanco se empezó a esparcir.

― ¡Nadie respire! ― Grite de inmediato, llevando mi mano a cubrir boca y nariz sobre la pañoleta.

― ¡Corran! ¡Corran! ― Ordenaba Naimer a su gente.

― ¡NO RESPIREN!

― Shay ― me tomaron el tobillo, obligándome a bajar la mirada.

― No, no, no, por favor no ― mi pulso colapso con su mirada suplicante, no otra vez esa mirada, me agacho llevando mis manos a su herida y gruñe del dolor.

― ¡LLÉVATELA MAX, SÁCALA DE AQUÍ! ― alguien grita ― ustedes escóltenlos, los quiero sin un rasguño, a ambos.

Sigo escuchando gritos y ordenes, pero para mí el mundo se ha paralizado, todo corre el cámara lenta, presiono la herida mirando a mi alrededor, una silueta vestida completamente de blanco camina relajadamente viendo todo el caos, nota que tengo la mirada fija en ella y me hace una especie de saludo militar antes se perderse entre los edificios.

― Mierda ― dice la persona que se arrodilla a mi lado ― eso está feo, debemos sacarlo de aquí.

― Hermano, no creo que pueda... ― comienza a escupir sangre, haciendo una mueca de dolor.

― Quítate, tenemos que ayudarlo ― me empujan haciéndome a un lado, lo levanta sin mucha precaución, corriendo rápidamente hacia la instalación.

Mis manos tiemblan, las levanto observando la sangre colarse entre mis dedos, un charco de color carmesí se encuentra bajo mis pies, cuerpos se encuentran tendidos en el suelo por el gas, una fuerte presión siento en el pecho, presión que sentí justamente hace tres años con la misma mirada suplicante de ayuda, miro por donde se ha ido Naimer corriendo y el temor se instala cada fibra de mi cuerpo, grito, grito tan fuerte que siento mi garganta arder al recordar su mirada, porque conozco esa mirada, esa que es una despedida en silencio, esa que te agradece por todo, y que te dice que tal vez sea la última que sus ojos se encuentren...

Todo se ha vuelto un maldito deja vu, me dejo de caer de rodillas, pidiendo al cielo que no le arrebate la vida, no de esta manera, no ahora, no hoy...

----------------------------

Este no es un capitulo como tal, sería la versión de Gadreel sobre lo que ocurrió en el anterior capitulo.


Gracias a las personas que participaron en mi historia de instagram, espero haber ayudado en sus dudas o confundirlos a un más *inserte sonrisa tierna*

Nos vemos en una próxima historia para que sigan dejando sus preguntitas, para lo que no me siguen pueden conseguirme como @Jhonmaryrivera

Nos leemos muy pronto... ♡♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro