CAPÍTULO 4 - Señora Becket

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NAYANA
Estaba dentro de la oficina de Jerry, había visto Gadreel en el la entrada del pasillo, no estaba loca, era él. Le dije a Jerry que les dijera a los guardias que lo sacarán del lugar. Sería un desastre si se entera que bailo en este sitio.

– ¿quién es el muchacho?–  pregunto Jerry.

Jerry Watson mi jefe, es un hombre como de 40 - 45 años, cabello castaño, ojos marrones claros, utiliza barba, viste siempre de traje o elegante, tiene como el 1.85 m de estatura, tiene apariencia intimidante pero resulta ser muy amable y caballeroso.

– Alguien  de la Uni, me lo he encontrado mucho últimamente, hasta podría pensar que me acosa – le respondí porque podría  ser así.

– ¿cómo te va a perseguir hasta este lugar? , si nadie sabe que eres tú, excepto tus amigas y yo – me dijo como si fuera obvio.

– Tienes razón, pero igual me puse nerviosa al verlo – le confesé.

– ¿Estás segura que no noto eso?

– No lo sé, espero que no.

– ¿hay algo más que deba saber? – inquirió con un tono pícaro.

– No hay nada que debas saber – le conteste volteando los ojos, sabía a qué se refería.

– Está bien, verificaré que se haya ido para que puedas irte a tu casa – concluyó

Me dirigí a mi camerino a quitarme el vestuario y maquillaje, y ponerme algo más cómodo, me vestí con un Jean y una franela gris de mangas por los hombros, una converse y una gorra del mismo color de la franela, me veía normal, la idea era no levantar sospechas, ni que se viera raro al salir del bar, Jerry me aviso que se había ido y que podía salir por la puerta de atrás como de costumbre, eso hice.

Tomé un taxi hasta mi casa, esta noche me había ido muy bien, en este trabajo ganaba bien, un porcentaje de mi paga se lo daba a mi madre para el mantenimiento de la casa y los alimentos, no quería que pensaran que era una mantenida o algo así. El resto del dinero era para mis gastos y otro porcentaje para mis ahorros, no tengo pensado vivir con mis padres toda la vida.

Entre a casa, por la hora mamá debe estar durmiendo y mi padre como saben está viajando. Pase directo a la cocina moría de hambre, me prepare unos Sándwiches, y me los lleve a mi habitación mamá me matará si se entera pero no quiero comer ahí  sola y de madrugada menos. Luego de comer me di una ducha me coloqué un pijamas y acosté a dormir.

                                                        (***)

En la tarde siguiente busco en mi teléfono en número de Max, es mi mejor amigo, al igual que Donna lo conozco desde los 5 años, lo llamo para que me ayudará con el asunto de averiguar cosas sobre Gadreel, él es un hacker, pero es uno de los nerds más bonitos que he visto es de cabello negro, ojos marrón, se ejercita, así que tiene buen cuerpo, está bueno  y lo sabe, siempre saca provecho, es un mujeriego inteligente cosa que se ve muy poco.

Quedamos en vernos en la heladería del centro comercial, siempre nos ha encantado comer helado juntos, él dice que el helado lo cura todo, que nada mejor para concentrarse que un gran pote de helado y más si es de pistachos y menta es su favorito.

Me coloqué un vestido negro ceñido al cuerpo con magas largas, con unas botas estilo militar, agarré  un pequeño bolso de lado, guarde mi celular y salí a tomar  un autobús. No tengo auto porqué mis padres dicen que es mucha responsabilidad y que no soy cuidadosa cuando manejó, que si quiero tener auto, que lo compre y mantenga yo misma. Siempre me han gustado más las motocicletas, me fascinan, pero no descarto la posibilidad de tener auto.

Ya en el autobús, recordé la primera vez que Gadreel se dirigió a mí, también recordé el sitio en donde se bajó. Tengo que llevar a cabo mi plan lo más pronto posible, mañana no quedaré con las chicas, pondré en práctica mi plan.

Me encontraba en  la Heladería con Max y le relate toda la historia y por qué el interés tan de repente por Gadreel.

– Vas a terminar enamorada de ese chico – fue lo que salió de su boca al terminar de contarle.

– ¿te estas escuchando?  ¿Recuerdas a quien le dices eso? ¿no me presaste atención en todo lo que dije? – le pregunte.

– Ay bichita, lo digo porque te conozco, y no eres un robot para no sentir nada por nadie, tengo una corazonada que me dice que él va ser quien te destruya ese muro que creaste para tus sentimientos – dijo total seguridad de sus palabras, lo cual me sorprendió, nunca había dicho nada igual antes – si te escuche y preste mucha atención por eso te digo esto.

Aclaró, que me dice bichita desde que me disfrace de mariquita para un recital de la escuela, desde ese momento soy su bichita, que apodo más cursi, nótese el sarcasmo.

– bueno, bueno, no vinimos a hablar de sentimientos, ni esas bobadas, quiero que trates de averiguar por qué ha sido arrestado, si tiene denuncias o esta con cosas ilegales – dije susurrando.

– Está bien, apenas encuentre algo y pueda entrar al sistema de la Policía, te llamo – me respondió también susurrando – ¿por qué susurramos?

– No lo sé, le da más misterio y confidencialidad al asunto – le dije todavía susurrando. Y luego empezamos a reír como tontos.

– Sabes también podemos averiguar que le gusta y esas cosas, ya sabes –  dijo moviendo sus cejas arriba y abajo.

– Esa información no me interesa – le respondí y luego le lance una bolita de papel que hice con la servilleta, la cual esquivo fácilmente.

– Te amo mucho bichita – me dijo y miro con una cara que derretiría a cualquiera, pero obvio que a mí no.

– ay, se puso romántico el muchacho, ¿te vas a morir pronto o te escaparas del país? – le dije riendo.

– todavía me queda mucho que joder en éste mundo así que no, y no me voy a escapar, la CIA no ha descubierto mis hackeos y si ya lo hizo no han venido por mí – dijo encogiendo los hombros – contigo no se puede ser sentimental porque sales con tus baldes de agua fría, a ver si cambias, no creo que Gadreel te aguante si sigues siendo así – agrego con mirada acusadora y finalizó con risas.

– vas a seguir con el asunto –  voltee los ojos –  si me va a querer, me va querer como soy – le dije sacando la lengua.

– pero ves que si te gusta y pensaste en la posibilidad de una relación – me dijo en tono acusador pero con cara de que había acertado en su suposición.

– no sé de qué hablas – dije terminando con lo que había en mi copa de helado.

– excusas y más excusas – dijo mirándome fijamente tratando de intimidándome.

– no va funcionar Max.

– nunca funciona, pero no dejare de intentarlo – continuo mirándome, hasta que se cansó.

Me contó sobre que conoció a una chica, que de verdad le interesaba, que podría ser la indicada, y ese era el porqué estaba tan sentimental, está enamorado mi pendejo, que la conoció en una convención de informática, y por lo que me contó son tal para cual, tengo ansias de conocer con quien voy a compartir a Max, porque él siempre va ser mío, en el buen sentido.

Max se ofreció a llevarme a casa, no le gusta que vaya en autobús, dice que es peligroso y esas cosas, él siempre ha sido súper protector conmigo, es el hermano mayor que nunca tuve, Max solo un me lleva un año de diferencia, pero eso es suficiente como para que siempre me recuerde que él es mayor.

A lo que íbamos bajando las escaleras del centro comercial para ir al estacionamiento en busca de su auto, y me dice que me detenga.

– ¿por qué?  ¿Qué pasa? –  pregunte mirando a todos lados.

– Nada solo quiero tomarte una foto, estas muy linda el día de hoy – me miro de pies a cabezas asistiendo. – sí, definitivamente sí.

– ¿aquí? – pregunte mirando el lugar.

– Sí, me gusta el arte que está pintado en las paredes.

– está bien, tengo tiempo que no  público en instagram.

Me acomode en la esquina, apoyándome en las barandas, hice varias poses Max decía que sonriera pero no me gusta sonreír para las fotos.

– Esta foto dejara enamorado a Gadreel, no tengo ninguna duda. –  dijo mirándome con picardía y entusiasmo.

– Claro – respondí rodando los ojos.

– Ya te dije que quedaras visca de tanto rodar los ojos – me regaño.

– Si, y sabes que no me interesa –  conteste groseramente.

– No tienes remedio, vamos. – dijo dándose por vencido.

Max me dejo en la puerta de mi casa, se despidió y me dijo que llamaría cuando encontrará algo que sirviera.

Al entrar, me fijé que mi madre estaba sentada en sofá viendo un programa  de cocina.

– ¿Qué aprenderás a cocinar hoy? – le pregunte con una sonrisa.

– una comida tailandesa, que no se pronunciar pero que intentaré cocinar – me contesto sonriendo igualmente. – ¿a dónde fuiste?

– Estaba en la Heladería del centro comercial con Max.

– Dile a Maxi que nos visite, tengo mucho que no lo veo, que venga este miércoles prepararé la comida tailandesa.

– Está bien mamá, yo le digo – le grite mientras entraba a mi habitación.

Me cambie, me coloque un short de algodón y una franela de tirantes, algo muy casual. Pase toda la tarde terminado todas las actividades que debo entregar esta semana. Salí de mi habitación para ayudar a mamá con la cena. Ella estaba en la cocina dándome la espalda, estaba batiendo una mezcla.

Dayana Álvarez de Wood, mi madre, tiene 41 años, es de baja estatura, es latina, su cabello es de color castaño claro con algunas mechas rubias, tiene los ojos color verde. Es la mejor mamá y esposa, es cariñosa, atenta, alegre, divertida, protectora, muy protectora, nos tenemos mucha confianza y está muy pendiente de su apariencia, la pulcritud es muy importante para ella.

– ¿En qué te ayudo ma? – pregunte

– Puedes cortas las verduras cariño – volteo a verme.

– ¿qué harás? – pregunté mientras buscaba el cuchillo y la tabla para picar.

– Pan árabe envuelto con carne y verduras, shawarmas creo que se llaman – contesto.

– Suena delicioso – dije pasándome la lengua por los labios.

– Cuéntame hija, ¿algún aspirante a ganar tu frio corazón? – inquirió con curiosidad. Y como es mi madre me conoce lo suficiente para saber que no me van los sentimientos.

– tal vez – le dije riendo.

– ¿Si? Cuéntame. – dijo con un brillo en sus ojos.

– Nada, solo un chico que he visto en varias ocasiones por la Universidad, no creo pasé nada, pero si llega a ocurrir, serás la primera en enterarte – le dije y una expresión de alivio adorno su rostro – ¿por qué esa cara?

– solo me relaja saberlo, pensé que nunca voy a tener yerno, incluso pensé que te gustaban las chicas, no es que se malo pero, quiero tener nietos que se parezcan a ti y poder consentirlos mucho, me fui lejos, lo siento hija – dijo con un poco de pena, bajando la cabeza y no pude evitar reírme.

– No, claro que no mamá – le dije con horror y risas al mismo tiempo. – solo que no ha llegado alguien quien realmente me interese – agregue escogiendo los hombros.

– Está bien mi niña, es mejor seleccionar bien las verduras, porque si lo escoges al azar puede que tengan gusanos – dijo con sus consejos siempre comparados con la cocina.

Luego de preparar la cena y comer, me di una ducha, me coloque una bata de dormir. Agarre mi teléfono y abrí el Whatsapp, tenía mensajes de las chicas, nada relevante, de algunos grupos, y varias fotos en chat  de Max. Mire la foto que me había tomado donde salía sonriendo, realmente había salido muy bonita; sonreí al recordar el comentario que hizo sobre la foto.

Decidí  subirla a instagram, solo le coloqué un corazón  negro, casi siempre escribía frases inspiradoras de pie de foto pero en está decidí no hacerlo, a veces lo simple es mejor.

Luego de haberla subido, le escribí a Max sobre la invitación  de mamá y  coloque él teléfono a cargar en la mesa de noche, luego me quede profundamente dormida.

                                                         (***)

Ya por la tarde del otro día, me encontraba alistando las cosas para llevar a cabo mi plan. En una pequeña mochila, empaque una libreta, un lapicero, goma de mascar y nada más. Muy práctico mi kit de investigación. Cambie el sim de mi celular a uno desechable, que utilizaba cuando no tenía o le había ocurrido X cosa, ni loca iba a llevar mi teléfono a un lugar así para que me lo roben. Muy inteligente de mi parte, me auto-felicito.

Me vestí con un jean gastado y un poco viejo, un suéter color marrón cuello tortuga, no querida levantar sospechas o que se fijarán mucho en mí, la idea era pasar por desapercibida, según mi perspectiva lo conseguiría. Até mi cabello en una coleta alta y no me coloque nada de maquillaje, me quite los aretes y el collar que llevaba puesto. Seguridad ante todo.

Procedí a caminar a la parada de autobús para llegar a aquel lugar. Una vez allí, al bajarme del autobús mi piel se erizo de solo imaginar que me encontraré al cruzar la calle. No le hice más idea y crucé.

Por suerte no había tanta gente como la vez que lo observé por la ventana, camine con cautela y mirando a todos lados disimuladamente para que la poca gente que esta no note nada diferente.

No sabía cómo iba a conseguir información y me estaba colocando nerviosa, de pronto observe al final de una calle y vi una señora mayor sentada en su jardín, si a eso se llama jardín, se veía agradable; me acerqué para saludarle y ver si podía mantener una conversación con ella.

– Buenas tardes – le dije con una sonrisa nerviosa, no respondió en unos segundos y me observo con cautela.

– Buenas tardes – respondió desconfiada.

– Disculpe que la interrumpa, soy una estudiante de la Universidad Central Estadal (UCE), y quería saber si ¿está a su disposición o quisiera responder unas preguntas? Es para una investigación que realizo – le pregunte tratando de ser muy educada, miro a todos lados, se levantó de su asiento.

– Está bien, pasemos, no es seguro que estés aquí afuera – me dijo, lo cual me coloco mucho más nerviosa.

La seguí, entramos a su casa, tenía un aspecto ¿normal?, una sala común solo que los muebles son viejos y del resto todo estaba en perfecto orden, eso me tomo por sorpresa.

No tiene nada que ver la pobreza con el orden y la limpieza, me reclamo mi conciencia teniendo razón.

¿Pero en realidad era pobre? No parece serlo.
¿Por qué vivirá aquí? Se ve educada. Ya sabremos.

– Toma asiento querida, prepararé café, ¿tomas café? – pregunto y yo solo asentí con una sonrisa, mientras me sentaba en un mueble individual.

– Disculpa el desorden, no acostumbro a tener visitas – grito desde la cocina.

– ¿Cuál desorden?

– No se preocupé, está todo bien – le respondí lo suficiente alto para que me escuche.

Luego de unos minutos a pareció con unas tazas en sus manos, y una sonrisa contagiosa. No puede evitar sonreír de igual manera. Tomo asiento en el otro sofá y me pregunto.

– ¿De qué trata la encuesta?

¿De qué trata?

Mmm, sobre un chico que vi bajarse aquí, y averiguó que oculta. Obvio no le puedo decir eso.

–Sobre la vida de algunos habitantes de cuidad, debo comparar el estilo de vida, sus recursos, a que de dedica,  sitio donde vive y así – le respondí tratando de convencerla. 

– Entiendo, y ¿qué estudias? –  inquirió con cautela mirando fijamente. Me estaba colocando muy, muy nerviosa.

– Economía de segundo año, y en esta investigación pretendo dar a conocer los estilos de vida y que hacer para mejórala – conteste y luego tome un sorbo de mi café para relajar los nervios.

– Me parece estupendo, espero que mis respuestas te sirvan para algo – respondió, lo que fue de gran alivio para mí.

– Muchas gracias.

– empecemos, no puedes irte tan tarde de aquí – me dijo y eso aumento mi curiosidad.

– Está bien – descolgué mi mochila, saque mi libreta y lápicero. – primera pregunta ¿Cuál es su nombre? – interrogue.

– Como sé que no eres policía y buscas incriminarme en algo –  contesto groseramente, lo cual me sorprendió muchísimo y no oculte mi expresión de asombro.

– No, no, no soy poli... – no me dejo terminar la frase cuando una fuerte carcajada salió de su boca. Y yo la miraba atónita.

– Deberías ver tu cara – continuó  riendo – es broma chica, quita esa cara de pánico – siguió bromeando y me hizo reír un poco también.

– Mi nombre es Madellen Becket –  dijo con un poco de risa todavía. Procedía a notarlo.

– ¿qué edad tiene? – no se ve que tenga más de 65, pero uno suele confundirse.

– tengo 68 pero dicen que parezco de 30 – dijo coquetamente mientras jugaba con sus bucles, sí que tiene autoestima y carisma. Una leve risa salió de mi boca por su respuesta.

– ¿cuánto tiempo tiene viviendo aquí?

– 25 años querida – wow mucho tiempo.

– ¿cómo ha sido su estadía en este lugar?

– Un desastre, debo estar alerta todo el tiempo, no es nada tranquilo, es muy peligroso – anoté frunciendo el ceño.

– ¿peligroso? ¿En qué sentido?

– En todos, mi niña, siempre se escuchan disparos, gritos, peleas en la mitad de la noche, nunca he salido a investigar, no quiero saber a qué me enfrento. – dijo con cierto tono de miedo, vaya esto es peor de lo que imagino.

– ¿Por qué vive aquí  y no se ha ido? – interrogó con curiosidad.

– Porque no tengo otra opción, esto es el castigo que debo cumplir – contesto afligida, con cada respuesta mi curiosidad crece más y más.

– ¿cómo  que no tiene otra opción? Y ¿por qué es su castigo? – las preguntas salieron sin pensar de mi boca.

– Hace mucho tiempo me metí con quien no debía, tuve un hijo, se implicó con asuntos ilegales, no supe como corregirlo, y murió por mi culpa, por ser mala madre, no tengo a donde ir, y es mi castigo vivir con la culpa en este lugar – dijo mientras lágrimas de dolor corrían por sus mejillas.

Me dolió lo que dijo, Madellen parece ser buena mujer, no merece esto, me acerqué y le di un abrazo, no puede evitarlo.

– No es su culpa – le dije tratando de consolarla. – Nosotros mismos somos culpables de las decisiones que tomamos, estoy segura que usted hizo todo lo posible por alejarlo de ese mundo, y el tomo la decisión de permanecer en él.

– Tienes mucha razón niña, pero eso no alivia mi sentimiento de culpa – dijo mientras me correspondía en abrazo.

– Lo siento mucho – fue lo único que dije. Y me aparte lentamente.

– ¿sabe que se hace en este barrio y por qué están peligroso? – seguí con mi interrogatorio.

– Si – respondió mientras se limpiaba las lágrimas con las mangas de su blusa – pero no sería bueno para ti saber esa información, es peligroso – dijo empezando a llorar otra vez.

Quiero hacer algo para ayudarla, pero no sé cómo, siento pesar por esta señora, no tenía ni la mínima idea de que esto podría pasarle.

– Esta bien Sra. Becket, debe calmarse ¿sí?, respiramos juntas, inhale y exhale, otra vez – hicimos eso hasta que volvió a un estado relativamente normal.

– ¿que la trajo a vivir a este lugar? – pregunte, a pesar de estar consternada no podía echar a un lado mi curiosidad.

– Como te dije me involucre y enamore de quien no debía, él me trajo a este lugar, antes no era en infierno que es ahora, o solo antes estaba bien camuflado, el día que acepte mudarme no sabía que iba directo mi perdición y mi castigo – dijo con la mirada hacia el vacío.

No sabía que responder a eso, anoté y  continúe con mis preguntas.

– ¿Tiene más familia? – Indagué.

–  No, no que yo recuerde – dijo bajando la mirada.

– No está sola Sra. Becket, estaré con usted a partir de ahora – le dije con seguridad en mis palabras y haciendo una especie de promesa.

– No quiero ser una molestia, ni mucho menos involucrarte en esto, no lo mereces – dijo negándose.

– No será una molestia, no me pasara nada y puede contar conmigo para lo que sea – le asegure.

– Acaso eres un ángel que vino para mi ayuda – dijo riendo con pesar.

– No creo que lo sea, pero si soy una persona con un poco de conciencia y corazón, y no dejare pasar esto por alto. – dije regalando le una sonrisa.

– Se te hace tarde cariño, debes irte – Cambió la conversación drásticamente, me  hizo señas para que recogiera mis cosas y luego me dirigió a la puerta.

– Fue un placer conocerla Sra. Becket, nos veremos pronto – esa fue mi despedida, ella solo asintió y me despidió  con la mano.

Vaya,  esa conversación me dejo con muchísimas dudas, ¿Qué pasara aquí? ¿Secuestros? ¿Drogas? ¿Asesinatos? ¿Por qué la Sra. Becket esta tan asustada? ¿A que le teme? ,  Al parecer mi loca mente no estaba tan equivocada con este lugar.

¿Gadreel estaba involucrado en eso? De solo pensarlo se me erizo la piel. Tengo que averiguar un poco más sobre esto, debo encontrar respuestas, la verdad tengo un poco de miedo, no había indagado en nada igual, pero eso hace crezca aún más mi curiosidad.

Iba caminando por el callejón que da la calle principal de este barrio para salir a la parada de autobús, cuando escucho unas voces, camine un poco más para escuchar mejor, reconocí una voz era Gadreel  o eso creo.

Coloque mi mano sobre mi boca y me pegue a la pared del callejón para que no puedan verme o eso espero.

– Esto es una mierda – dijo un sujeto muy furioso  – ¿es que no piensas en las consecuencias? – rugía.

–¿Que otra elección tengo?, ¿qué otra elección tenemos? – le grita Gadreel.

Mierda, eso de lo que hablan debe ser grave para que se estén gritando de tal forma. De pronto escuche otra voz.

– Se calman ya par de niñas quejosas, gritándose no van a  solucionar nada – en un tono más calmado pero con el mismo toqué de furia. – caminen y busquemos como resolverlo.

Y lo siguiente que escuche fueron bufidos y pasos alejándose.

¿Qué carajos había sido eso?

¿Qué tienen que resolver?

¿En qué mierdas me estoy metiendo?

Ok, esto se está colocando muy interesante, pero ¿qué tan peligro puede llegar a ser?

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N/A
Quisiera saber sus opiniones acerca de la historia.

Nayana no sabe con lo que se está involucrando, por ahí dicen que la curiosidad mato al gato 👀.

¿Que opinan de los personajes?

No olviden votar :)

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