Drama

Mientras las olas rompían contra las rocas, Sarah se sentó en lo alto del acantilado, su mente finalmente en paz. Siempre había encontrado consuelo en el océano tumultuoso, y en este día tormentoso, no fue diferente. El viento aullador y la lluvia torrencial eran un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, se podía encontrar belleza y tranquilidad.

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Sarah cerró los ojos y sintió paz, el aullido del viento era una serenata relajante. La lluvia torrencial lavó sus penas, sus dudas y limpió su alma. Incluso en la hora más oscura, el maremoto de abajo se calmó. Una vez que Sarah abrió los ojos, vio el horizonte y luego las rocas.

No esperaba ver un cuerpo en una de las rocas. Los ojos verdes de Sarah se desorbitaron al ver el cuerpo de una mujer ahogarse, rápidamente saltó del acantilado y se zambulló en el océano para rescatarla.

Bajo el agua, Sarah nadó para atrapar la cabeza de la mujer que se balanceaba, alcanzó el brazo inerte de la mujer y tiró suavemente. Le dolió el corazón cuando la mujer no respondió como se esperaba. Sarah comenzó a nadar de regreso a la orilla.

La mujer había sido llevada al barco, el lobo mascota de Sarah, Rocky había estado olfateando a la mujer inconsciente durante un rato.

Cookie llevó la bandeja llena de galletas a la mesa del comedor y las colocó en el plato antes de colocar la jarra de agua.  —¿Estás seguro de que se despertará? —ella preguntó.
—Sí, pero me preocupa su estado, —dijo Sarah Dreamstead.

—¿Cómo se estrelló contra las rocas? Por lo que me dijiste, la encontraste ahogándose debajo del acantilado.  —Cookie le preguntó.
—No sé, no respondía ni respiraba. Estaba completamente inmóvil, —dijo Sarah. Cookie se sirvió una taza de té y se sentó.
—Tal vez haya ocurrido algún tipo de trauma o enfermedad. Tal vez un derrame cerebral. O neumonía. Deberías ir a ella y obtener más información de ella, —sugirió Cookie.
—Lo haré a su debido tiempo. En este momento, ella necesita mi ayuda. Y debo encontrar a alguien con experiencia en tratar a las personas que caen al mar de esta manera. Es imperativo que descubra lo que sucedió aquí y descubra qué hacer. Solo puedo mantenerla a flote hasta la mañana para obtener algunas respuestas, —dijo Sarah.

Eimy había sentido que algo andaba mal, lo sintió en la boca del estómago.  Solo había sido el segundo día del Gladatorium Tryout y había algo muy desagradable en la forma en que se desarrollaba el torneo.

Cuando se enteró de que esos adolescentes que cambiaban de forma eran capaces de imitar a sus oponentes, se puso pálida al ver que su hermano no era su hermano en absoluto. Uno de los cambiaformas que se hacía pasar por Faim volvió a su forma original.

—¿Como estuvo? —uno de los cambiaformas preguntó a sus hermanos.

—No está mal—, comentó una de sus hermanas, —pero tienes que deshacerte del acento escocés.

—¡Eh! ¡Así soy yo, muchacha! ¡Y no voy a cambiar por nadie!

—Sin embargo, Crystal tiene razón, no podemos arriesgarnos a que nos atrapen. Especialmente ahora que el Emperador tiene a nuestro padre bajo su control. —dijo el mayor de los hermanos.

—¡¿Y qué?! No vinimos aquí para una reunión familiar con ese piojo. ¡Estamos aquí para divertirnos! Entonces, ¿quién de ustedes va a pelear? Yo por mi parte llamo escojo el tonto rubio. —el cambiaformas con un fuerte acento escocés afirmó, golpeando su palma con un destello de fuego en sus ojos.

—Cálmate, Glasgow. Necesitamos asegurarnos de que ninguno de sus amigos esté cerca. —otro cambiaformas dijo.

—Como ese culturista guapo. —insinuó el cambiaformas afeminado, sin molestarse en ocultar su atracción hacia el hombre mayor.

—O esa mujer arrogante. —Crystal cambió de forma para parecerse a Dirlu, pestañeando en broma y abanicándose.

—Yo escojo a la chica gata. —la hermana menor dijo antes de cambiar de forma para parecerse a Mewmi en su forma de gato antes de que el falso Dirlu acariciara al falso Mewmi.

—Supongo que me enfrentaré al tipo azul entonces. —el introvertido de los hermanos cambiaformas respondió con la misma expresión en blanco en su rostro.

Eimy se dio la vuelta y giró sus talones para correr y encontrar a Faim, pero un hombre gordo y pelirrojo la detuvo y la agarró por el cuello.

Eimy se despertó aterrorizada. Estaba en una cama, dentro de un barco, reconoció el movimiento oscilante de un barco navegando desde el momento en que estuvo cautiva por un pirata al que no quería recordar.

El aullido del licántropo alertó a los dueños de la nave, que al parecer eran dos mujeres.

—¿Quién eres tú? —preguntó Eimy, mirándolos con cautela.

—Mi nombre es Jasmine Daystone, pero todos me llaman Cookie—, se presentó la impresionante mujer pelirroja antes de señalar con la mano a la capitana, —y ella es mi capitana, Sarah—.  Sarah se acercó a la mujer.

—No te preocupes, estás a salvo aquí. —Sarah le aseguró, aunque Eimy estaba algo escéptica, así que se puso de pie y miró a su alrededor antes de responder.

—Eimy.