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-Yo debería estar ahora mismo en una de esas celdas, Dudú... y lo sabes...- me volví a incorporar y lo miré.- Quisiste asumir la responsabilidad de mantenerme fuera aún cuando sabes que eso es romper las reglas... Aún si yo brindé bondad, cometí los mismos errores que ellos... No sé cómo verlos a la cara luego de algo así... Es irónico que la persona que los motiva a hacer las cosas bien, sea una de las que sobrepasa el límite y hasta tenga consecuencias por ello...

..........

- Belly... Orión, Alice y yo hemos pasado los límites y no estamos en una de esas celdas. Cuando me pongo demasiado nervioso, colapso, ese soy yo... Orión, bueno, tiene cosas peores que soportar y Alice literalmente acaba intentando dañarse a sí misma porque literalmente no siente dolor, sus nervios se calcinaron el día que superó su límite. Todos tenemos historias así, ¿Crees que Alice debería estar en esa celda?

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-¡Por supuesto que no!- respondí espantada solo de pensar en aquella idea.- No podría soportar eso... son mis mejores amigos. Antes haría cualquier cosa por tenerlos fuera y cuidarlos yo que encerrarlos en una celd-... oh... Dudú...

Entonces me di cuenta, tanto así era su amor por mí, que él había hecho lo mismo conmigo. Estaba para mí, cuidaba mi mente, que no usara mis poderes, todo... supervisaba todo con tal de que yo, una principiante de la academia, no fuera encerrada en una de esas celdas. Tomé sus mejillas entre mis manos y besé su frente con ternura.

-Gracias...- fue lo único que pude decir, aunque, por desgracia mi cabello a veces habla por mí, así que lo envolvió en un abrazo cubriendo su torso casi por completo.-...jijijiji... lo siento...

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- Jajajaja... Tranquila.- dije levantándome solo para poder sentarla más cerca de mí, atrayéndola en un abrazo.- Haría lo que fuera por ti... Así tuviera que pelearme con el presidente del gobierno de este país para poder tenerte conmigo.

Acaricié suavemente su mejilla, sonriendo y amándola con toda mi alma.

- Será mejor que entremos, hace algo de frío aquí fuera.- dije a la par que acariciaba sus brazos para que entrara un poco en calor.

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-E-está bien, pero no me apachurres tanto... me vas a dejar más chica de lo que soy...- reí mientras me levantaba, tomando su mano para que él me siguiera.- Para ser de mañana, es cierto que hace frío... aún si está el sol fuera... y ha llovido... ¿será que pronto vendrá el invierno? Sería lindo ver nieve caer, ¿no crees?- comenté mientras caminábamos de regreso al edificio principal.

.........

No podía estar más feliz dentro de todo lo que había pasado, llorado y sentido en estos días. Pensar que casi la pierdo, que ella no me tiene en sus recuerdos, que de momento no me ve como yo a ella... Duele... Mucho... Pero mientras haya un poco de esperanza, no me rendiré... Aún si deja de haberla, no me separaré de su lado.

Casi estábamos en la puerta, a salvo del mal clima.

- ¿Duncan? ¿Eres tú? - escuché llamarme, esa voz que tan familiar y lejana me resultaba a la vez.

Mis ojos se abrieron de golpe, mi respiración se entrecortó y... No fui capaz de dar un paso más. Era ella, la mujer que me cantaba de bebé, aquella que solía llamarme hijo, mi madre. No sabía qué decir o hacer, si darme la vuelta o echarme a correr... Solo... Solo pude tomar la mano de Belly con más firmeza que antes, tomándola como mi único hilo de cordura.

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La reacción de Duncan me hizo apretar los ojos un poco por el dolor. No sabía qué había pasado para que se pusiera así de repente, pero algo era claro, esa mujer que nos llamó la atención de repente no significaba nada bueno para él.

-Disculpe, señora... ¿usted quién es? ¿De dónde conoce a Dudú...? Si no es descortés preguntar, claro...- pregunté dando unos pasos al frente sin soltar la mano de él y siendo yo quien tomara la conversación por él.

.........

- So... Soy su madre.- dijo esa desagradable mujer, haciendo que mis ojos se abrieran más, si es que eso es posible.

- No... Usted no es mi madre.- solté con la voz temblorosa.- La única madre que he conocido... Falleció hace 5 años.

- Eso no es así, mi pequeño... Por favor... Déjame verte, mírame...

- Soy ciego, mujer ignorante.- dije con la paciencia bajo mínimos.

Mi oído era capaz de escuchar los pasos apresurados de Orión, estaba viniendo como si la vida le fuera en ello, aunque lento, pues aún no estaba al 100%.

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-Dudú, cálmate...- lo sostuve por el pecho, pues se notaba que estaba bastante enfurecido.- Por favor, señora, sea quien sea usted, puede ver claramente que su presencia no le agrada... tenga respeto, él no puede ver, es más que obvio en sus ojos... ¿qué quiere? Si no tiene nada que hacer, le pido que se vaya y deje a Dudú en paz...- ni siquiera sabía qué decir para defenderlo.

¿Era su madre? ¿O debía confiar en lo que él decía que la había perdido hace 5 años? Mi cabeza estaba confundida. Pero si algo sabía es que no lo dejaría allí pasando un mal rato frente a esa misteriosa mujer que sabría Dios de dónde salió, pero lo estaba incomodando demasiado.

...........

- ¿QUIÉN ERES TÚ PARA DECIRME QUE NO ME ACERQUE A MI HIJO? Más bien preferiría que te alejaras tú de él... Sin duda le has dicho algo para que no quiera verme.

Escuché los pasos de esa mujer viniendo hacia nosotros, sin duda estaba fuera de sí y yo estaba a punto de estallar... Orión... Date prisa...

"Vi" con claridad que la mano de esa mujer estaba levantándose en contra de Belly. La tomé con rapidez y me puse en medio dispuesto a recibir el golpe, Belly, ante todo, es mi prioridad.

Pero el golpe nunca llegó y percibí con más alegría que nunca la presencia de Orión, que estaba sujetando la mano de aquella nauseabunda mujer.

- Lady Price, le aconsejo que abandone el lugar lo antes posible. Duncan hace mucho que no es su hijo.- dijo mi buen hermano.- Como primer hijo de la familia adoptiva de Duncan, le pido que no vuelva a aparecer ante él... Si no cumple mi consejo, no creo poder ser tan bueno la próxima vez. Y una cosa más, póngale la mano encima a esta chica y le juro que su tumba será cavada en el lugar más mugriento de este mundo. Nadie pone una mano encima a mi familia.

- ¿Y tú quién eres, niño insolente? - soltó una voz masculina también reconocida para mí, esta vez no sólo me temblaban las manos, sino todo el cuerpo... De miedo.

- Soy Orión Carter, hijo del presidente de este país, hermano mayor de Duncan. Si tienen algún problema, enseguida les pasaré con mi padre para que hablen cara a cara con él. Sin duda, una conversación interesante que me gustaría escuchar, pues a mi padre no le agradan las personas que venden a sus hijos a una milicia malnacida de asesinos y genocidas antipatriotas.

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