Adaptarse y sobrevivir.

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Kumatora y Boney se encontraban caminando hasta su cuarto compartido ellos solos. El paso fue en silencio, mas un sentimiento de esperanza recorría la mente del novato. Con un lento suspiro y la mirada bien en alto, cortó el silencio con unas palabras: «si a mí me está yendo así, no me imagino como le irá a mis hermanos». Lo dicho llamó la atención de la adolescente, quien volteó e hizo la pregunta que se venía haciendo desde que su compañero llegó.

—¿Quiénes son esos hermanos de los que tanto hablas tú? —Dijo con algo de impaciencia—. Los he oído hablar a ustedes tres, Nana, Alle y tú, de ellos. ¿Son tan especiales?

—Pues... —Murmuró Boney, meditando sus palabras unos momentos—. No sé si tan especiales, la verdad. Considerando que vi a una niña sacudir a un adolescente como a una muñeca, adolescente que por cierto sabe esquivar balas, no estoy tan seguro. Lo máximo que he visto fue a Lucas desviar disparos al estilo Magneto en Days Of The Future Past solo que, en lugar de que ellos terminaran en la espalda de alguien, perforaron cabezas y cuellos.

—Matándolos, ¿Cierto? —Preguntó la adolescente. La respuesta se hizo de rogar.

Boney estaba avergonzado, pasó de sentirse esperanzado a tener algo de miedo. La situación de la que estaba viniendo no era nada buena. Claus tenía sus cosas pero Lucas... él venía de traicionar la confianza y fe que un directivo le había depositado, siendo responsable indirecto de 11 muertes. El "Chucho" se armó de valor e intentó explicar lo sucedido con detalle, pero la voz de alguien lo interrumpió.

https://youtu.be/KUyEx-ZsH2g

[BGM: MOTHER 3 — Gentle Rain]

Ya estando cerca de su cuarto, la voz de un niño y de una niña se oyeron a lo lejos. Aquellos clamaban «¡Chucho! ¡Chucho!». Cuando Boney los olfateó, los recuerdos llegaron de un golpe. No había duda de que se trataban de sus antiguos compañeros de la Delincuencia Organizada: Fuel y Angie. Ambos se mostraron finalmente, corriendo por los pasillos con el chico de los pelos parados a al frente y la niña pisándole los talones. El "Chucho" no dudó en correr hacia ellos y, de un brinco, recibirlos con un abrazo que los derribó y tumbó de espaldas al piso.

Los tres, sentados en el suelo, se palmeaban y abrazaban en un gesto de amistoso reencuentro. Boney estaba alegre y calmado, pero sus amigos no mantenían la compostura y dejaron que algunas lágrimas humedecieran sus melancólicos rostros. Aunque inicialmente invadido por la alegría, el "Chucho" rápidamente comenzó a olerlos y se dio cuenta de que tenían un aroma extraño. Confirmó su corazonada al ver sus rostros tristes, por lo que en lugar de saludar y decir «¿Qué tal?» o «¿Cómo están?», lo primero que dijo fue «¿Qué pasó?».

—De todo, amigo. De todo... —Murmuró Fuel con un tono angustiado.

—Los peores tres meses de nuestras vidas... —Agregó Angie con su voz en la garganta—. Aquí todo el mundo te da la espalda, te ignoran, te putean. No hay unión, no hay moral... no hay nada. Literal este es un mundo de escoria humana.

—Mierda... —Dijo Boney de un suspiro, pero intentó mantenerse enfocado—. Miren, no hace falta que me expliquen nada —prosiguió firme y calmado—, ya más o menos me imagino a lo que se habrán enfrentado.

—No, tú no. Y jamás lo harás —Irrumpió Fuel con fiereza—. Tú eres un chico sencillo y te sabes acoplar adonde sea que vayas. Nosotros, por otro lado, tuvimos que ir soportando y sobreviviendo al asesinato total de nuestros ideales. Yo... ya no creo en nada, amigo. Estoy frito, vacío. Nada de nada queda ya...

—¿Nada? —Preguntó el "Chucho", ingenuo.

—Era eso o seguir sufriendo como durante las primeras semanas —Respondió Angie, mientras le palmeaba la espalda a su compañero quien ya estaba lagrimeando—. Como se dice por aquí, era elegir entre ser necio y morir, o adaptarse y sobrevivir...

Desvanecer música.

La mirada de Boney se oscureció. A sabiendas de todo lo que había ocurrido en la otra Academia Earthbound, dudaba de si realmente Lucas y Claus conseguirían acoplarse a las reglas del sitio tan bien como él lo había hecho. Luego de un soplo que intentó calmar sus preocupaciones, el Chucho cerró la conversación.

—¿Vinieron a algo o simplemente a saludar? —Dijo con una voz casi apagada.

—Solo queríamos saber si estabas bien —Murmuró Fuel mientras se limpiaba las lágrimas—. No sé si te interesa ya, pero ten presente que hay un puesto vacante en la Delincuencia Organizada 2.0 solo para ti.

—¿Las cosas son diferentes allí? —Preguntó Boney.

—Bastante —Replicó el de pelos parados—. Si antes vivíamos por nuestros ideales, ahora vivimos por colaborar. Quizás no sea "a puñetazos y patadas", pero al menos siendo onda Robin Hood estamos logrando a todo el mundo unir.

—Aunque más que a todo el mundo —Rectificó Angie, con una voz suave y preocupada— solo a quienes tenemos al alcance. No se puede ser todopoderoso, ni tampoco se debe. Aprendimos esa lección a las malas.

Luego de un silencio que siguió a esa explicación, Boney simplemente abrazó a sus antiguos amigos, les agradeció por haber venido, se dio la vuelta y se fue a su cuarto con Kumatora, el cual estaba doblando la esquina.

Al ver que su amigo les había dado la espalda, Fuel y Angie se dieron cuenta de que no eran nadie ni siquiera para aquellos que antes los estimaban. Sus errores del pasado, la soberbia y la total ceguera que tenían al mantenerse firmes a sus ideales se había desvanecido, logrando quitarles de encima la tela de realidad distorsionada que alguna vez tuvieron, enfrentándolos a la dolorosa realidad de su insignificancia. Se dieron la vuelta y se retiraron del sitio en silencio.

Ya entrando al cuarto 068A, Kumatora y Boney se detienen y relajan luego de aquella agitada mañana. Ambos se sentaron en la litera de abajo y la muchacha adolescente le palmeó la espalda al novato, a modo de aprobación.

—Vaya inicio, ¿O no, Chucho? —Dijo ella con gentileza.

—Bastante... —Suspiró el joven recién llegado—. Jamás me imaginé que la cosa sería llegar aquí y ser blanco de un millón de cosas.

—Sí, es una cagada —Musitó Kumatora mientras apartaba su mirada—. Pero tómalo como algo bueno —Prosiguió animada—. Aquí geneneralmente cuando a un estudiante le pasa de todo en sus primeros días es porque llama la atención. Es una carga, sí, pero no a cualquiera le ponen el ojo aquí. Yo... ya había dicho que era de Osohe, ¿Verdad?

—Lo he oído. No me lo has dicho tú... —Murmuró Boney, pensativo—. Además, no sé si te llaman "princesa" o lo que sea de manera figurativa, ya que no tienes pinta de ser nada más que una chica tomboy más del montón... —Concluyó, mas al darse cuenta de lo que había dicho, musitó un pequeño «lo siento».

—No, no te disculpes. Soy una cualquiera, eso no lo puedo negar —Explicó la muchacha, colocando sus manos en su falda—. Yo... sí soy princesa, pero no porque tenga sangre real, gobierne tierras, un país importante o algo de eso. Resulta que el sitio donde estoy, que imagino que lo conoces si eres tazmiliano, es muy chapado a la antigua y tienen unas tradiciones muy arraigadas. Lo de "reino" creo que es más de postureo que otra cosa, pero independientemente de si tiene importancia o no, el asunto es que el sujeto que es rey allá no pudo engendrar a ningún heredero. El vejete ese se quedó sin combustible y por eso tuvo que adoptar a alguien para que herede el sitio. A mí me eligieron por sobre todos los niños de mi orfanato dado que un Magypsy llamado Ionia notó que tenía poderes psíquicos, y desde que llegué allí intentaron educarme como una princesa.

—¿Y qué? ¿Eras una bebé? —Preguntó el niño con curiosidad. La chica se rió y desarrolló la situación.

—No, yo ya era niña. Tendría eso de 5 o 6 años. Nunca me pude acoplar, me tenían como una princesa caprichosa o yo que sé. Entonces lo que pasó es que, cuando falleció el Rey, los guardianes del trono tomaron medidas drásticas y me metieron en este agujero. Ni se molestaron en pensar en aceptarme tal cual soy, lo único que hicieron fue deshacerse de mí e intentaron meterme en la Academia Earthbound de Osohe. Estuve ahí un tiempo, pero como vieron que no resultaba nada dado que me salía con la mía por mis habilidades, el Magypsy Aeolia dijo que lograrían mejores resultados en la academia matriz, ya que según el andrógino ese este lugar en el que estamos ahora tiene sus instalaciones adaptadas para gente que es fenómeno como yo.

—Ya veo por qué estás aquí —Dijo Boney, inclinando su cabeza—. ¿Desde cuándo llevas aquí?

—No mucho —Respondió Kumatora con pesar—. Habrá sido solo hace un año. Al llegar yo desde allá me recibieron para el carajo. Un montón de pibas me bulearon y me trataban de vato y después los pibes pajeros de mierda se masturbaban mirándome mis piernas y culo. Pero cuando le dí tiempo al tiempo logré hacerme un lugar de respeto aquí y finalmente conocer a...

Kumatora se interrumpió, y de un pisotón al suelo aplastó a una cucaracha que andaba merodeando por allí. Boney, que ya la había visto, se sorprendió al notar que la misma no se hizo pedazos ni crujió, confundiéndolo. Inmediatamente, la muchacha retiró el pié y,mirando a la cucaracha ilesa, concluyó su frase diciendo «mi hermano del alma».

https://youtu.be/FV17RLV2FI4

[BGM: 刺客伍六七 剪刀刺客 搞笑版]

Como había pasado con la rata, la cucaracha se transformó en el chico oriental ese que había aparecido anteriormente. Para darle espacio, los dos residentes del cuarto apartaron sus piernas colocándolas sobre la cama. Y lo que Boney recibió con una sorpresa, Kumatora lo vio con una sutil risa. Al final el intruso se sacudió el polvo y se colocó de pie frente a ellos, mostrando una ligera sonrisa al verlos.

—Déjame adivinar —Dijo el aparecido—, ¿Fui inoportuno?

—No tanto como otras veces... —Murmuró Kumatora, sonriendo.

—¿Ah-acaso es costumbre que te aparezcas de ese modo? —Preguntó Boney algo nervioso.

—No siempre, o al menos no últimamente —Declaró el oriental—. Ella ya no se asusta así que dejó de ser divertido.

—A ver, Poo —Preguntó la chica de la hoodie—, ¿Vienes a algo o simplemente pasas el rato?

—Desde que soy el Presidente Estudiantil —Explicó Poo mientras se sentaba en la cama entre Kumatora y Boney—, ya no tengo tiempo para pasar el rato. Vengo porque, bueno, siendo el Presidente Estudiantil tengo que estar al pendiente de esos "casos especiales" que cada día más raro se ven.

—E-eh... ¡¿Eres el Presidente Estudiantil?! —Clamó el novato, impresionado.

—Sí, y desde hace no mucho —Dijo el adolescente—. Relevé a Ninten en estas últimas elecciones antes del verano y al parecer mi lema de campaña encantó a muchos, jejeje...

—Sí, porque eso de los miércoles de donas sonaba muy bien en el papel. Pero ahora que los tenemos, todos se matan y la violencia aumentó —Explicó Kumatora algo molesta.

—Bueno, no se gana algo sin que se pierda algo más a cambio —Dijo Poo con una risilla.

—A ver, déjame entender —Intentó aclarar Boney aún algo nervioso—. ¿Viniste ahora por mí?

—Sip. A eso vine —Afirmó el oriental.

—¿Por qué? —Preguntó el niño.

—Porque El Oscuro nos contó lo que hiciste —Expresó Poo con intriga—. Desde cómo planeaste el asalto y como te fuiste adaptando rápidamente a la situación conforme iba cambiando. Dijo que pudo haber intervenido en cualquier momento pero que, como le interesó más ver hacia dónde iba ir todo, pues te dejó seguir y bien que lo hizo. Ahora más tarde, cuando larguen al Shadow, de seguro este va a venir a tu cuarto para conocerte. Después de todo, salvo por el momento en que él aterrizó sobre ti, no tiene idea de quién eres.

—O sea que... ¿Le caí bien a esa bestia? —Consultó Boney algo nervioso.

—¿Cuál bestia? —Repreguntó el rapado.

—El de la mochila... —Musitó con algo de miedo el novato.

—Solo digamos que fue una buena impresión —Clarificó el presidente—. Caerle bien no le cae nadie, pero cuando menos hay cosas que le llaman el interés ya sea por las buenas o las malas. En tu caso sería por las buenas.

—Mierda... —Murmuró el novato mientras se tenía de la cabeza—. Apenas acaba de pasar todo ¿Y ya es un tema sabido?

—El beneficio de ser psíquicos, supongo —Opinó Poo—. Pero en fin, el caso es que te voy a pedir a ti que te quedes en este cuarto. Más tarde soltarán al Shadow y él querrá verte, así que te va a convenir más no irte de aquí.

—De acuerdo... —Murmuró Boney, mientras miraba hacia un lado.

—Oye, Poo... —Dijo Kumatora, dándole un codazo al presidente.

—¿Sí, hermanita? —Preguntó el oriental.

—El Shadow no se querrá robar a mi aprendiz, ¿O sí?

—No estoy muy seguro, pero si ese es el caso pues lo mejor sería que tú también te quedes.

—Hmm... no sé si pueda —Musitó la muchacha mientras metía sus manos en los bolsillos de su abrigo—. Tengo que ir a ver a Pippi cómo está después de tamaña paliza. Aunque considerando lo rápido que se levantó no dudo que ella se esté recuperando bien. Es un hueso duro de roer.

—Bueno, si quieres te acompaño —Dijo Poo, mientras se levantaba de la cama a la par de Kumatora—. Creo que después de una estúpida disputa entre dos equipos aliados lo mejor que podemos hacer es tener un gesto de comprensión los unos por los otros. En cuyo caso, le diré al Shadow que se presente en el momento en que estén tú y el novato aquí.

—Jeje, sabía que podíamos entendernos, hermanito —Se sonrió la muchacha, abrazando el torso del oriental—. ¿Por qué es que tú no eres líder de Los Oscuros en lugar de Ninnie?

—¿Porque él llegó primero? —Murmuró Poo con una risilla.

Aunque si bien las cosas parecían estar más calmadas, las palabras del autoproclamado "Presidente Estudiantil" le habían dejado muchas preguntas al novato. Intentó pensar e hilar los puntos por su cuenta, pero todavía llevaba muchas dudas consigo. Él entonces hizo un ademán para intentar llamar la atención del oriental pero, cuando volvió en sí luego de quedarse tildado pensando, él y su compañera de cuarto ya habían abierto la puerta estando listos para salir. El niño saltó de la cama, trotó y palmeó la espalda de Kumatora, deteniéndola y llamándole la atención.

—¿Qué pasa?  —Preguntó Boney, incrédulo— ¿Me van a dejar solo?

—Pues sí —Dijo la adolescente con desinterés—. Y si no te gusta te la aguantas. Así funcionan las cosas aquí. Como bien dijo tu amigo, sé necio y muere o adáptate y sobrevive. Así que desapendéjate y quédate aquí sin renegar.

—Bien... —Susurró casi inaudible el Chucho luego de un suspiro.

—¿Cómo? —Se sonrió Kumatora, haciendo el gesto de colocar su mano en su oreja en señal de no haber oído.

—¡Bien! —Gruñó el niño, haciendo que la chica se riera.

—Ay, vamos. ¡No te enojes! —Dijo la muchacha dando una ligera palmada en el pecho de Boney—. Tómatelo a bien. Solo te estoy fastidiando. Pero en fin, ¡Ahí nos olemos!

Tan pronto como se despidió, Kumatora junto a Poo abandonaron la habitación. El niño, quien había pasado todas las emociones posibles el día de hoy, bajó su cabeza, se quitó los zapatos, se recostó en su cama. Aprovechando que aún no había clases por el verano, se echó una siesta mientras pensaba en qué asuntos andarían sus amigos Fuel y Angie.

El tiempo voló, las horas pasaron y el niño pasó de dormitar a quedarse profundamente dormido en la litera de abajo, babeando la almohada y estirando sus piernas hasta que las mismas colgaban fuera de la cama. Estaba profundamente adormecido, parecía un descanso en paz pero fue más de agotamiento. El estrés al que se sometió Boney, un niño de tan solo 11 años, fue mucho, independientemente de si se trata de alguien que ya ha sido expuesto a esta clase de situaciones límite anteriormente.

Muy aparte de ser alguien considerado una causa perdida, un chico que le gustan las malas juntas y que tiene arranques de violencia que pueden considerarse como las de un animal salvaje, él no era malo en sí. Era obediente cuando debía y lo era más en un contexto que lo mantuviera presionado como en el que se encontraba ahora mismo. Así que él era un chico obediente, pero aquel que lo castigue tenía que ser firme y eso no pasaba nunca ni en la choza de su mamá ni en casa de los Westwood. Tener una verdadera figura de autoridad era algo que le hacía falta ya que, tras la muerte de su esposa, Flint se volvió alguien muy descuidado y dejó que sus hijos (Lucas y Claus) y criado (Boney mismo) hicieran lo que se les diera la gana. Esto acabó en la creación de la Delincuencia Organizada, siendo ellos tres junto con Fuel, Angie, Nana y Alle los fundadores, todos conformando los autodenominados "siete siniestros".

Su mente mientras descansaba llevó al novato varias veces hacia su pasado, rememorando muchas cosas en el camino como si se tratara de un viaje a través del tiempo en busca de ver qué salió mal para acabar donde acabó. Sin embargo, aquello que vino a la mente del chico, en lugar de sus tiempos como "delincuente", fueron aquellos almuerzos de omelet que preparaba la "señora Westwood" con tanto cariño y dedicación, cuando las cosas aún tenían sentido... cuando en serio había algo por qué vivir y el mundo no era tierra de nadie donde todo vale y a nadie le importa. Sus sueños lo estaban traicionando, haciendo que esa nostalgia poco a poco se convierta en pesadillas, sintiendo gran culpa por ser quién es ahora pero sabiendo que era incapaz de volver todo para atrás y vivir del modo en que le hubiera gustado.

El sueño que tenía que era bastante pesado, pero el golpeteo insistente de la puerta de su habitación fue lo que, al cabo de unas horas, terminó por despertar a Boney. El niño, creyendo que se trataba del tal Ninten, se levantó rápido y corrió hasta la puerta para abrirla aún si seguía medio adormecido ya que no quería correr riesgos. Al abrirla no estaba el gorra roja, sino unas amigas: Nana y Alle.

https://youtu.be/ksWnAXjrYvE

[BGM: MOTHER 3 — Girl's Room]

Al abrir la puerta, el par de niñas de inmediato saludó a Boney por su apodo de pandilla y se abrazaron con él. El niño, que aún estaba confundido por no espabilar completamente, correspondió el abrazo con una mirada confundida. Las niñas entonces entraron y cerraron la puerta, mirando de reojo la habitación.

—Vaya, pues este cuarto sí que es un basurero —Dijo Alle mientras veía la pila de ropa dejada por Kumatora y las maletas de Boney que aún no habían sido desempacadas.

—Sí, creo que Boney va a necesitar algo de ayuda para ordenar este desastre —Dijo Nana con algo de preocupación, dirigiéndose luego al propio Boney— ¿Te parece?

El "Chucho" aún estaba medio dormido. Hubiera preferido que la visita fuese en otro momento pero, sintiéndose un pez fuera del agua, realmente necesitaba algo de ayuda para entender qué es lo que estaba pasando. Podía hilar los puntos, pero iba a ser más fácil si alguien más respondía sus dudas de manera más clara. Nana y Alle eran las mejores opciones luego de Fuel y Angie, no podía desperdiciar la oportunidad.

El niño se quedó un rato meditando esto, lo que preocupó a la niña de la bandana ya que no recibió respuesta a su pregunta.

—¿Chucho? —Preguntó ella, palmeándole un hombro para intentar llamar su atención.

—Perdón, Nana... —Musitó Boney mientras se tenía de la cabeza—. Es que estoy algo exhausto. No todos los días ya te presionan con miles de cosas a la vez sin entender una puta mierda.

—Bueno, pero conseguiste un grupo... O-o al menos una oportunidad en uno —Señaló Nana—. No tienes idea de lo importante que es eso. Si no hubieras tenido chance con Violeta y las gemelas te habrías quedado como Errante por quién sabe cuanto.

—Excepto si Fuel lo llamaba para la Delincuencia —Acotó Alle, quien estaba entretenida doblando la ropa de la pila de Kumatora.

—Sí, pero estar allí sería igual que nada —Replicó la rubia del vestido rosa—. El tipo es un pordiosero con fantasías de Robin Hood. Está bien, puedo notar que mejoró y ya no es un megalómano asqueroso que solo busca esparcir sus ideales pseudo-comunistas de la vida —Prosiguió acelerando sus palabras—, pero sigue siendo un idiota que no quiero volver a cruzarme en mi vida. Sí, esta tarde le hablé fue porque me ganó la preocupación por Boney y no quería que se quedara solo si es que fracasara, pero como siempre el Chucho supera cualquier expectativa. Sea como sea, el punto es que como Errante lo iban a comer vivo, literalmente. Esos pendejos famélicos son capaces de cualquier cosa y me imagino que hasta son caníbales pero...

—¡Oye! ¡Oye! ¡Oye!... ¡Aguanta ahí, "Taladro"! —Clamó Boney con desesperación mientras agitaba sus manos—. De nuevo estás diciendo miles de cosas a la vez y no entiendo una puta mierda. Demasiado Lore de golpe como para que mi cabeza lo pueda procesar correctamente...

—Siempre hace lo mismo, Chucho —Dijo la niña de 8 años mientras terminaba de doblar la última ropa de la pila— ¿Por qué te sorprende?

—No me sorprende, más bien me preocupa —Dijo el niño mientras se tenía del mentón—. O sea, sé que todo lo que está diciendo es algo "importante para la trama", pero como no entiendo nada de cómo funcionan las cosas aquí más allá de lo que vengo imaginando. Encima esta viene, te tira un montón de términos raros como si yo los entendiera y al final me cuesta comprender siquiera una palabra de lo que dice. Ustedes me llevan tres meses de ventaja y realmente necesito que me pongan al día con todas esas cosas que ustedes ya dan por sentado.

—Bueno, ¿Y qué quieres saber? —Preguntó Nana, curiosa.

https://youtu.be/9XU4AK4NZ2Q

[BGM: MOTHER 3 — Somewhere, Someday]

Boney se tomó un tiempo y meditó un poco para ordenar sus prioridades. Intentó más o menos dibujar un mapa de qué es lo que quería, pero al final terminó preguntando lo primero que le vino a la mente:

—Primero me gustaría saber qué pasó entre Fuel y ustedes. ¿Cómo es que terminaron con Las Rosas y no se quedaron con el "Rama" como hubiera esperado que hicieran? —Dijo el novato con urgencia, pero detuvo a Nana antes de que ella le explicara, pidiéndole por favor que lo hiciera despacio. La Rubia fue dosificando su ritmo al hablar.

—Lo resumiré en dos palabras: fuimos idiotas —Dijo ella—. Antes de venir aquí, los cuatro nos creímos en la cima del mundo ya que habíamos logrado tener bajo control una academia entera durante casi todo un mes. No cualquier academia sino una en donde se supone que eran infalibles. El éxito de Fuel como líder era indiscutible, ya que incluso con la mitad de su equipo logró apañárselas para ponerse en el tope sin que nadie se atreviera a tumbarlo... bueno, hasta que llegó la policía y lo arruinaron todo como suelen hacerlo a diario.

»La cuestión es que estábamos sobradísimos al llegar. Creíamos que todo lo que seguiría después sería cuesta arriba, pero resultó que no. Aquí el caos está a otro nivel: o te arreglas tú o te arreglan a golpes. Llegamos creyendo que teníamos una ventaja al ser un grupo establecido, pero al final solo éramos un cuarteto de un don y tres doñas nadie a quienes apalizaron un montón de veces y nos aplastaron como cucarachas.

—¿En serio? —Preguntó Boney, incrédulo.

—El "Rama" es un tarado —Se quejó Alle, mientras tomaba un cepillo de la cómoda para peinarse sus rizos de rubio platinado—. Él nos llevaba a hacer idioteces para así ganarse "un nombre", sea lo que sea que eso signifique. Nos puso en peligro muchas veces ¡Y una vez hasta casi deja que me toquen! Suerte que vino un guardia y me quitó a ese niño malo de encima. No me gusta que me pongan las manos en el trasero, ¡Eso no es correcto!

—Espera... ¡¿Casi violan a Alle?! —Clamó el "Chucho", horrorizado.

—Sí. La palabra "violación" es más común de lo que crees en esta academia. Los niños son como animales —Continuó Nana—. El asunto es que eso para mí ya fue el colmo. Tomé acciones y me llevé a Alle lejos de ese idiota. La Loli será todo lo que tú quieras, una sádica inquieta que gusta de matar insectos y animales nomás porque puede y que siempre encuentra placer en joder a otros, pero de ahí a dejar que la toque un degenerado y la arruine más de lo que ya está arruinada por sus padres, que se cagaban a piñas día y noche, es otra cosa. El maltrato físico y verbal es una cosa, pero el abuso sexual ya es otro nivel, y la verdad es que yo...

Recibiendo una seña por parte de Boney, pidiendo que resumiera, Nana se interrumpe con lo que estaba diciendo y regresa a su punto intentando ser lo más breve que pueda.

—El punto aquí es —Dijo tras un suspiro— que uno está desamparado si no baja la cabeza, se traga su orgullo y hace lo que debe hacer en lugar de lo que quiere. Como tú nunca fuiste un chico de esos que se andan con aires de superioridad no tuviste problema. Sí, sigues siendo un chico violento, medio sádico con miles de millones de problemas, pero eso de ser engreído, orgulloso y necio nunca fue un problema tuyo y siempre sabías encajar adonde sea que vayas. Eso incluye aquí, al parecer...

—Resume, Nana... Resume... —Insistió Boney. Nana prosiguió tras un gruñido.

—¡Bien! ¡Bien! Lo diré en menos palabras —Renegó la chica, acomodándose su bandana y dando un respiro antes de continuar—. Cuestión... aquí lo que queda es nomás adaptarse y sobrevivir. Nosotros nunca hicimos eso hasta que casi fue demasiado tarde. Fuimos necios y por poco nos pasan por encima. Cuando me llevé a Alle, ambas trabajamos con la empresa de repartos de mi compañera de cuarto, que es Tracy, a quien primero ayudamos siendo "delivery girls" para que luego, al demostrar mi capacidad con los números, me pueda convertir en colega de la "Botón de Oro", por lo que a mí la cosa me salió bien. Luego, en una pijamada en donde Tracy nos invitó a las dos, Alle hizo buenas migas con las sociópatas de la "Rosa Fresa" y "Rosa Uva" y, después de eso, al poco tiempo nos integraron con Las Rosas.

»La verdad, dejar a Fuel atrás fue lo mejor que pudimos haber hecho. El pelos parados se la pasó todavía más tiempo haciendo idioteces y nada resultó. Después de tremenda molida de huesos... literal molida de huesos que recibió por parte del hermano de Tracy, el imbécil quedó en rehabilitación haciendo terapia intensiva hasta por lo menos tres semanas atrás. Todavía no sé cómo carajo camina, pero sea como sea, eso que pasó le dejó un trauma tan pero tan feo que, por fin, tocó suelo y dejó de creerse un elegido de dios. No puedo darte detalles de qué y cómo pasó, porque no me interesa y porque estuve lejos, pero el caso es que no quería que tú tengas que llegar a eso para entender que ser necio está mal. Tú lo entendiste rápido, pero Lucas y Claus...

—Sí... eso es lo que me preocupa... —Interrumpió Boney con la mirada baja—. Gracias por explicarme todo, Nana.

—No hay de qué... —Se sonrió la rubia—. Y gracias por escucharme siempre, Chucho. En serio no tienes idea de lo fastidioso que es que nadie te escuche ni te haga caso porque hablas demasiado.

—No sé si tan fastidioso como que te tengan miedo incluso siendo una Lolita —Rió Alle que estaba acomodándose sus coletas luego de peinarse.

—Así es, pero eso aplicaba afuera. Aquí ya no —Rectificó Nana.

—Sí... es una putada. Ahora los demás solo te miran raro no importa lo que hagas o digas. Lo odio... —Renegó la niña más pequeña, bajando su mirada luego de terminar de acomodar su cabello.

Habiendo escuchado atentamente las palabras de su amiga, Boney se quedó con la mirada baja mientras pensaba. Él tenía la imagen de Claus en gran estima. Sintió que él, junto a Nichol y Richie, hicieron un gran equipo en la academia anterior y que podrían ser imparables si llegaban aquí. Pero tras este golpe de realidad y enterarse de que aquel que era prácticamente su héroe, Fuel, terminara como terminó, el asunto le estaba incomodando. Y le incomodó más pensando que Lucas no le hizo caso ni siquiera a los directivos. A él lo harían mil pedazos.

Una sensación de miedo anuló sus sentidos por un momento, sin poder escuchar las palabras de sus amigas y tomándose del pecho al comprender la magnitud del sitio en que se encontraba. No solo se trata de gente fuerte, como lo que había visto que hicieron el de la gorra y la chica pecosa y pelirroja, sino también de personas inteligentes y llenas de saña que buscarán el modo de hacerte sufrir si no les caes bien. «¿Qué hubiera sido de mí si me quedaba solo?», se preguntó el Chucho mientras su mirada quedaba bloqueada al frente mientras las imágenes de su experiencia reciente comenzaban a correr a través de sus ojos a gran velocidad, una tras la otra, como un bombardeo de información por demás difícil de procesar. El sonido de la puerta de su habitación abriéndose cortó su trance.

Kumatora había entrado. Calmada, ella se encontró con la situación de que su habitación estaba muy concurrida.

—Cuando me pidieron salir —Dijo ella— no imaginé que la cosa sería en mi cuarto.

—Uy... ¡Lo sentimos, "Violeta"! —Se disculpó Nana con una reverencia—. Es que queríamos ver a Boney. Necesitábamos saber si estaba bien.

—Sí... el "Chucho" siempre se ha preocupado por nosotros —Dijo Alle—, así que obvio nos vamos a preocupar nosotras por él también.

—Bueno, y ya que pusieron la duda, pregunto —Dijo la adolescente, dirigiéndose a Boney— ¿Cómo estás tú, novato?

—Y... no sé... —Musitó el novato—. Yo diría que pensando.

—Largo día, ¿No? —Se sonrió Kumatora.

—Bastante... —Bajó el niño su mirada—. Y siento que será incluso más largo.

—¿Por qué? —Preguntó la de la hoodie, solo para que el sonido de golpeteo de la puerta le hiciera recordar—. Oh... por eso...

—¿Eso qué? —Inclinó Alle su cabeza al notar que Kumatora se había sonrojado. Acto seguido, tocaron la puerta nuevamente. La pelirrosa tomó un respiro y se armó de valor.

—Ya voy... —Susurró ella, dirigiéndose a la puerta y abriéndola.

Al recordar lo que su "hermano" le había dicho, Kumatora ya sabía a qué se iba a enfrentar. Pero aún habiendo sido advertida no estaba preparada, ya que su crush en aquel chico aún lo tenía bastante fresco. Al verlo no pudo evitar llevarse la mano al pecho, pero intentó disimularlo. Con una voz temblorosa, ella se sonrió y dijo «¡Hola, Ninnie!». El muchacho de la gorra roja se sonrió.

—Kumatora... buenas noches —Saludó el chico con gentileza, sujetándose de la visera a modo de saludo.

—Oh... ¡Es el chico monstruo! —Clamó Alle, señalándolo con pavor.

—No. Ese es el otro —Musitó Nana—, el que lleva gorra y mochila. Este es el que lleva gorra y bufanda.

—Ah, el tonto. ¿No? —Respondió la niñita, haciendo que su amiga rápido chiste avergonzada.

—Bueno, quizás no sea la lamparita más brillante de este sitio, niña... pero me defiendo a mi manera. —Respondió con seguridad el de la gorra roja— ¿Puedo pasar?

—¡Sí! —Replicó la adolescente con ganas, pero se retractó de inmediato— ¡Digo! ¡No! Digo... ¿Te quedas desde la puerta nomás?

—Está bien. Me quedaré aquí —Dijo Ninten mientras soltaba una risilla—. Buscaba al que me robó el celular. ¿Dónde está?

—Uhh... ¡Manny! —Llamó Kumatora al chico.

—Es Boney... —Rectificó el chico mientras se acercaba.

—Cierto... Boney... —Se corrigió la muchacha mientras se hacía a un lado aún incómoda y apartando su mirada.

—Oh, vaya. Pues eres más pequeño de lo que esperaba —Señaló el de la gorra roja al ponerse de cuclillas y colocarse al nivel del novato.

—Bueno, mi estatura nunca me detuvo —Respondió Boney.

—De acuerdo... —Dijo Ninten, mirando a ambos lados e intentando manejar las cosas con calma—. Supongo que no tienes idea de qué hago aquí, ¿Cierto?

—No realmente, pero quiero ver con qué sales —Replicó el niño, guardándose sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—Jeje... ¡Eso! Me gusta ese estilo tan directo —Sonrió el gorra roja, aumentando el tono y la confianza—. Mira, entonces iré al grano. Fuiste un niño listo. El Oscuro nos contó a todos lo que hiciste, aunque supongo que Majin ya los habrá puesto al día.

—¿"Majin"? —Preguntó el recién llegado.

—Me refiero a Poo,... e-el presidente estudiantil... ¿El oriental? ¡Como sea que lo ubiques! 

—Ah... ¡Sí! Ya recuerdo. Tú sigue.

—Bien... —Aclaró su garganta, continuando con ligereza—. Resumiendo, mientras que él, Majin, es el presidente estudiantil, yo, el Shadow, soy el líder de la pandilla. Nuestra pandilla se llama Los Oscuros y no, no vengo en plan de reclutarte. Tampoco somos tan ingenuos ni mucho menos vamos a interferir en el entrenamiento de alguien que se está integrando a una pandilla aliada. Quédate tranquila Kumatora, que este chico es todo tuyo. Si lo quieres no te lo quitaré.

—¡No, "Ninnie"! No hay problema si tú también lo quieres... Aunque aprecio el gesto, jejeje... —Dijo la chica adolescente con la mirada baja y la voz aún temblorosa.

—Para aclarar —Zanjó Ninten el asunto—, a lo que vengo es a decirte que nos agrada ver a alguien talentoso como tú aprovechando sus habilidades como se debe y adaptándose a las reglas del sitio en lugar de intentar ir contra la corriente. Me suena que eres un chico que sigue más su instinto en lugar de maquinar y planificar cosas.

—Pues, ya me tienes visto —Explicó Boney—. Sí, soy de esos que se dejan llevar, y si hago planes siempre es en respuesta a algo. Me han dicho que soy muy inteligente pero muy vago. Yo digo que no, solo que a esa inteligencia la ocupo para otras cosas. No me gusta alardear, nomás ando repitiendo lo que mis amigos dicen de mí, lo cual no sé si se aplica aquí. Creo que ni de chiste destaco, solo seré uno más del montón porque, pues, ¡Mírate a ti, por dios! Yo soy una hormiga comparado contigo.

—¡Jajajajajaja! —Se echó el gorra roja una fuerte risa—. Uy... mira, no me eches rosas para quedar bien.

—¡No! Hablo en serio. Soy pésimo mintiendo o siquiera entendiendo cuando alguien más miente —Dijo el niño con vergüenza—. Es más, yo soy de esos crédulos que si les dices algo se lo cree de inmediato. Una vez mi hermano del alma me dijo que la laguna en la que solíamos nadar estaba llena de sanguijuelas, y el otro que no los atacaban a ellos porque ellas me querían a mí. Yo ahí de tonto haciéndoles caso no me metí en el agua y me quedé echado en la sombra muerto de miedo en pleno calor del verano.

La anécdota causo risas en el líder de Los Oscuros. La sinceridad del niño ladrón fue inesperada, pero a la vez un soplo de aire fresco comparado a lo que venía conociendo hasta ahora. El asunto lo colocó de buen humor.

—Amigo, por dios santo... ¿A quién se le ocurre? —Dijo Ninten luego de calmarse tras las carcajadas—. Puta madre... hacía rato que no oía historias así de inocentes por esta academia. Todo mundo habla de violaciones, cagadas a piñas y cosas por el estilo, pero tú me sales con esto de las sanguijuelas que es tan... infantil.

—¿Y eso es algo malo o...? —Preguntó el novato con algo de inquietud.

—Bueno. Definitivamente algo bueno —Respondió el gorra roja, animado, mientras sacaba una bolsa de plástico transparente de sus pantalones—. Significa que no estás perdido del todo, aún tienes salvación. Por eso, haber traído esto fue la mejor decisión que pude haber hecho aún cuando los demás decían que me estaba precipitando. Pero si El Oscuro lo aprueba, yo acato.

—¿A qué te refieres con "esto"? —Dijo Boney, confundido.

Ninten no dio más vueltas. Hizo entrega de la bolsita de plástico al novato y aquel lo recibió algo temeroso. El contenido, el cual era claramente visible, consistía en un pin de aluminio que tenía el dibujo de un globo terráqueo de fondo gris con un rayo negro atravesándolo en el medio. Los bordes eran de color mate y en el revés tenía el nombre "Boney" grabado en la chapa metálica blanco-amarillenta.

El niño, confundido, alzó su mirada hacia el de la gorra roja e inclinó su cabeza sin entender lo que estaba pasando.

—¿Qué es esto? —Dijo alarmado—. ¿Por qué tiene mi nombre? ¿Cómo sabían mi nombre?

—Es una insignia, la de mi pandilla —Explicó Ninten, quitándose la gorra y mostrando una medalla parecida agarrada allí en el frente, pero de diferente calidad y con sus dibujos hechos en bajorrelieve.

—¿Qué es exactamente? —Preguntó el niño, ahora intrigado.

—La Medalla Franklin. Un objeto increíblemente raro —Dijo el muchacho mientras se colocaba de regreso su gorra—. Solo hay unas pocas en el mundo y yo tengo una real. Tú lo que tienes allí es un pin, una réplica. Esta, que tiene el rayo negro y los bordes mate, es la que le entregamos a nuestros protegidos. No te hace miembro del grupo, pero siempre que la lleves los demás sabrán que los estamos vigilando, allí, desde las sombras.

—Imagino que por algo te llaman "Shadow" —Opinó el niño, provocando unas risas al chico frente a él.

—Sí, básicamente —Dijo Ninten—. Escucha, yo no le doy esto a cualquiera. Si te lo damos es porque nos interesan tus habilidades, así que tarde o temprano nos tendrás que pagar esta protección.

—Sea lo que sea, me apunto —Respondió Boney mientras se guardaba el pin en su bolsillo—. Da igual...  con tal que esa protección sí sirva me tienen adentro.

—Créeme, realmente estamos en todos lados —Aseguró el Shadow con un tono más serio mientras se colocaba de pie—. Así que fíjate en dos cosas: primero, estar atento cuando nos tengas que devolver el favor, y segundo, no hacer nada que nos perjudique. Haznos caso y no solo tendrás nuestra protección sino también nuestra ayuda en casos de necesidad. Pero no nos fastidies mucho, que no somos hadas madrinas. Las ayudas y favores solo aplicarán para ti. Si quieres que le hagamos un favor a otro en tu nombre, olvídalo. Eso solo lo hacemos los miembros de verdad. ¿Quedó todo claro?

—Como el agua —Asintió el novato, mostrándose más enfocado.

—Bien, perfecto. —Murmuró el gorra roja—. Ahora, una última cosa...

Justo cuando Ninten estuvo cerca de cerrar el asunto, su celular comienza a sonar. El chico hizo una seña pidiendo silencio y sacó el aparato. Al ver a la pantalla antes de contestar hizo un gemido y un gesto de preocupación. Inmediatamente contestó la llamada y, con una voz tierna y aguda, saluda.

—¡Hola, Anita-bananita! ¡¿Cómo te va?! —Dijo mientras sonreía, pero la sonrisa inmediatamente se desdibujó, mostrándose alarmado—. ¡¿Cómo que "buenas nudes"?! ¡¿Quién mierda te dijo eso?! —Gruño enfadado, oyéndose gritos del otro lado de la línea— ¡Yo no subí nada! ¡Te lo juro por dios, amor! ¡No subí nada!...

La situación era clara como el cristal para Boney y las niñas. Mientras Kumatora reaccionó al asunto avergonzada, las pequeñas se empezaron a cagar de risa y el niño bajó su cabeza nervioso. Sin embargo, aquel último alzó la mirada cuando notó que los gritos que provenían del teléfono comenzaron a hacer eco en el pasillo.

—¡¿Que te lo diga en la cara?! —Clamó el gorra roja al teléfono—. ¡Ah! ¡Obvio que te lo diré en la cara! ¡Que llevo los pantalones bien puestos!... —Espera un segundo y, confundido, agrega—: ¿Eh?... ¿Cómo que los llevo quemados?

Repentinamente, un proyectil brillante voló y estalló en llamas en el trasero de Ninten, haciendo que este brinque de dolor y pegue un chillido. Nana y Alle pasaron de reír a romper en carcajadas, pero Kumatora se puso bien nerviosa, colocándose la capucha de su hoodie y cubriéndose el rostro. Boney, mostrándose más valiente, asomó su cabeza hacia el pasillo y, al final de él, se presentó una figura.

Se trataba de una muchacha adolescente muuuuuuy atractiva, más o menos de la edad que tenían tanto Kumatora como Ninten. Era rubia, llevaba su largo cabello sujeto en una coleta única y coronaba su cabeza con un delicado sombrero rosado. Traía puesto su uniforme reglamentario y sus ojos claros mostraban una mirada de odio total. La cara de Ninten pasó de enfado a terror.

—Ahh... ¿Anita?... ¿Sombrerito? —Preguntó el chico, incómodo.

—¿Cómo es que llegaron esas fotos a la red, Ninten Dones? —Preguntó la chica del sombrero con un tono que irradiaba una gran ira contenida.

—¡No sé! ¡Te lo juro! —Rogó el gorra roja de rodillas—. Es más, ¡Apuesto a que fue culpa de mis hermanas! ¡Me robaron el celular!

—No, mi duda no es esa —Susurró la tal "Anita", marchando a pasos firmes—. Lo que no entiendo es por qué tenías esas fotos en primer lugar. Rompimos, Ninten Dones. Perdiste todo derecho de pajearte conmigo y eso incluye mi imagen...

—Ahh... y-yo... —Murmuró el chico, tembloroso, solo para pegar un grito cuando la del sombrero lo agarra de la camiseta.

—¡¡QUE TONTA SOY!! —Rugió enfadada la aparecida, escupiéndole saliva al chico a su merced y gestualizando exageradamente—. Yo tonta, cuando estaba enamorada, creí que eras un chico decente. Me imaginé que tú me respetarías y borrarías esas imágenes que eran privadas. ¡Ahora los directivos me andan encima porque supuestamente me acusan de estar ganando dinero con esas fotos que, por la edad en que me las saqué, CATALOGAN COMO PORNO INFANTIL!

—Técnicamente cualquier foto que te saques seguirá siéndolo ya que eres menor de edad —Acotó Nana de manera inoportuna—. Sin embargo me parece tonto que piensen que tú ganas dinero con eso cuando es más probable que alguien más te lo haya sacado. Estos directivos son unos idiotas.

Ana, que se había quedado en silencio escuchando la opinión de Nana con la misma mirada seria que venía entregando hasta ahora, siguió allí quieta con la mirada fija hacia la niña hasta que aquella última comenzó a perder el ánimo. Al final, avergonzada, la "Taladro" apartó su mirada.

—Perdón... no debía meterme, ¡Sé que no debía! —Murmuró Nana, nerviosa—. Es que me parece medio absurda la situación que te consideren a ti la pervertida y no que pudo haber sido otro. Aunque desconozco tus antecedentes como para... para... para...

Luego de divagar un rato y notar que la mirada de Ana no cambió, la niña de la bandana simplemente bajó su cabeza y murmuró un «ya me callo», sentándose en el suelo con vergüenza.

—¿Quién es esa pelmaza de ahí? —Dijo la chica del sombrero, mirando a su alrededor—. Es más, ¿Qué es este lugar de aquí? ¿Qué estabas haciendo?

—Yo... —Murmuró Ninten, asustado.

—¿Sabes qué? No me importa... —Dijo la rubia soltando al gorra roja en el suelo con rudeza—. ¡Estás muerto para mí, Ninten Dones! Ya no quiero saber nada más de ti. Y si no borras esas malditas fotos de una vez por todas, ¡¡TE PERSEGUIRÉ Y QUEMARÉ HASTA LOS HUESOS!! —Rugió con todas sus fuerzas, poniéndose de pié y retirándose—. Y no intentes engañarme, porque encontraré el modo de meterme en tu cabeza aún así eso signifique someterte con telepatía invasiva hasta que se te fría el cerebro...

Ana salió de escena con una mirada que pasó de la ira a la decepción. Ni se molestó en indagar en el asunto y eso preocupó a Ninten.

—No me hizo escena de celos... no preguntó nada... no... no se interesó... —Musitó el chico, quien seguía tendido en el suelo—. Yo... ya no le importo... ya estoy... muerto... —Agregó casi inaudible, colocándose en posición fetal.

Ninten cerró sus ojos, los apretó y, tras un gruñido, se colocó de pie de un puñetazo al suelo y le rugió a Kumatora «¡Todo esto es tu culpa!» antes de azotar la puerta al salir corriendo. En respuesta a ello, la chica de la hoodie estrechó su capucha al jalar de los cordeles, tapando su rostro por completo y deslizándose contra el ropero en el que estaba apoyada hasta quedar sentada en el suelo, acurrucándose con sus piernas en el pecho.

—¿Qué pasó? —Se preguntó Boney, preocupado al ver la escena.

—Pues... —Musitó la adolescente— o eres necio, como yo, y te mueres... o te adaptas y sobrevives...

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