El amor no existe

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Amor.

¿Qué es el amor?

El amor es un concepto universal relativo a la afinidad o armonía entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista (artístico, científico, filosófico, religioso). De manera habitual, y fundamentalmente en Occidente, se interpreta como un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, resultante y productor de una serie de actitudes, emociones y experiencias. En el contexto filosófico, el amor es una virtud que representa todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano.También puede describirse como acciones dirigidas hacia otros y basadas en la compasión, o bien como acciones dirigidas hacia otros (o hacia uno mismo) y basadas en el afecto.

Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles, y pueden ser tanto placenteras como dolorosas (sobre todo en el mundo occidental). El amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los temas más frecuentes en artes como el cine, la literatura o la música.

Pero, ¿qué pensarías si alguien trata de convencerte que el amor en sí no existe? Sí, que aquello que llamamos amor es simplemente un placer sexual.

Eso pensaba un filósofo alemán del siglo XIX, que vivió rechazado por la sociedad, sobre todo por las mujeres. Él proclamaba que nada de lo que creemos acerca de este sentimiento es real, incluso pasó gran parte de su vida estudiando dicho concepto y las conclusiones a la que llegó quizás causen dolor de cabeza a más de uno.

Argumentaba que todo acto de "enamoramiento por etéreo que afecte ser, sumerge en realidad todas sus raíces en el instinto sexual. El amor se ve, por lo tanto, como una voluntad individual que se transforma en voluntad de la especie". ¿Qué quiere decir con esto? En pocas palabras, el amor no es un sentimiento, sino un placer que termina en el acto sexual, y al hacerlo la especie humana se seguirá reproduciendo sin fin. ¡Schopenhauer manda a la basura las cartas, los regalos, los poemas, los sentimientos afectivos! Lo que, para muchos es amor, no es más que un placer que por naturaleza humana se posee.

Siguiendo con su pensamiento sobre de la naturaleza humana, afirmó que después del acto sexual, el amor (placer) del hombre disminuye, mientras que el de la mujer aumenta. Si el varón pierde placer en cada acto, por tanto, va en busca de más amor (placer). ¿Quién tiene la culpa de esto? De acuerdo al filósofo, la mujer. Aseguró también que las más jóvenes sienten una mayor atracción por los hombres mayores, y estos, a esa edad, ya están casados: tienen familia, mujer, hijos. El hombre cae por su propia naturaleza, la mujer no debe de hacerlo; iría contra su propia naturaleza.

Ideas como la vida, decía, no vale nada: "Vivimos en permanente sufrimiento cuando no alcanzamos los objetos de nuestro deseo o en profundo tedio cuando los alcanzamos". Si existe el amor, (no el sentimiento, sino el placer), según Schopenhauer, seguirá perpetuándose el sufrimiento del ser humano. Con sus pensamientos misóginos y machistas, culpó a las mujeres de la tragedia humana y justificó la infidelidad masculina, provocando un repudio por la sociedad que continúa hasta estos días. Finalmente, Schopenhauer nunca creyó ni aceptó el amor, sólo lo reconoció como un placer reproductor.

Para suerte o desgracia de ese filósofo, existía una chica que pensaba casi como él, no en las ideas machistas, solo que el amor no era nada más que placer, puro placer físico.

La chica en cuestión, Ymir Fritz.

Conocida en el mundo del entretenimiento como la Titan bailarina, por su gran talento al bailar, la reina del escándalo, ya que varias veces se había metido en grandes escándalos, o el más común, una zorra promiscua.

No siempre fue así, pero muchas cosas que vivió y sufrió, terminaron llevándola por ese caminó de sexo, alcohol y perdición.

Ymir era natal de Suiza, precisamente Zurich. Muchos que la vieran pensarían que tenía una vida perfecta, vivía en una gran casa en uno de los barrios más privilegiados con sus padres. Su abuelo era dueño de una de las marcas de chocolate más populares. Así que tenía la vida asegurada.

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro.

Si, tenía buena posición económica que le permita tener la mejor educación y todos los juguetes que pudiera desear, sin mencionar a su padre, Karl Fritz,a quien se parecía más físicamente, la quería más que a nada en el mundo.

Aunque su madre era otra historia.

Hasna Fritz, era una mujer albina muy hermosa, sin mencionar que era la única heredera de todos los bienes y propiedades de su abuelo. Antes de casarse vivía una vida loca entre viajes y amantes, pero desde que se casó debía de ser una esposa y madre ejemplar y perfecta.

Algo que claramente no era, en especial lo último.

Siempre mantenía su distancia con Ymir y la dejaba al cuidado de las criadas o nanas, mientras ella se iba a pasear con las otras mujeres ricas.

Pero a Ymir no le importaba eso, igual era feliz.

Hasta que un día todo se derrumbó.

Un día la pequeña Ymir regresaba de la escuela más temprano de lo normal, el maestro se enfermo y suspendieron la clase hasta nuevo aviso. No necesitaba que la fueran a recoger ya que en Suiza era costumbre que los niños fueran solos, desde temprana edad, al kínder.

- Ya vine- entro a su casa pero no había nadie- de seguro y fueron al mercado - dijo respecto a las criadas.

Subió a su habitación a cambiarse pero, cuando paso por la puerta de la habitación de sus padres, escucho ruidos extraños. Como la puerta estaba medio abierta se asomo y vio una algo que no entendía para su edad.

A su madre en la cama, desnuda, y sobre ella un hombre que no era su padre, también estaba desnudo, y parecía que estaba haciendo lagartijas encima de madre.

- Creo que están jugando a las luchas- se dijo así misma para luego ir a su habitación

Era una niña de cinco años y no sabía de esas cosas, pero al ser tan inocente, no sabía lo serio que podría llegar a ser el contar eso a los demás.

Al día siguiente en la escuela.

Les pidieron a los niños dibujar a sus padres, y el dibujo que terminó haciendo Ymir, sobre su madre, termino como resultado en que la maestra llamo a Karl y le mostró el dibujo.

- ¿Hice algo malo, papi?- pregunto en cuanto salieron de la escuela.

- No, tú no hiciste nada, mi niña hermosa - la tomo en brazos y beso su frente - vamos a casa.

Eso la calmó.

Aunque, si no pasaba nada, no entendía porque la mandaron a su habitación y le pidieron que no saliera, mientras sus padres se iban a su habitación, de la cual salían gritos.

- No pasa nada, mi bebé - le hablaba a su muñeca favorita - papi dice que no pasa nada y si él dice que no pasa nada, es porque no pasa Nada- beso su carita y la abrazo mucho

Por desgracia, su momento de jugar fue interrumpido cuando la puerta se abrió de forma violenta y su madre entraba, se le veía muy enojada.

- ¡Estoy harta! ¡Harta de esta vida de mierda a la que mi padre me condenó por estar embarazada! ¡Harta de ti!- señaló a Karl y luego miro a Ymir- ¡Y sobretodo... - se acercó a ella y le quitó su muñeca.

- ¡¿Que estás haciendo?!- Karl se enojo al ver cómo trataba a su hija.

- ¡Estoy harta de Ymir y su estúpida muñeca!- sin piedad alguna lanzó la muñeca a la chimenea para que fuera consumida por las llamas de la leña.

- ¡Nooo! ¡Mi bebé!- Ymir grito ante eso y quiso recogerla pero su padre la detuvo.

- No llores mi niña hermosa, te compraré otra- pero como los llantos no paraban solo se dedicó a abrazarla y consolarla hasta que se calmará.

Hasna solo le dedicó una mirada fría a Karl y se fue.

Por desgracia, esa solo era la punta del iceberg.

Al parecer la junta de padres se enteró del dibujo que hizo, más de uno mostró indignación ante eso, así que les prohibieron a sus hijos juntarse con ella.

- Ya nadie quiere jugar conmigo - ese día volvió a casa con lágrimas en los ojos - Dicen que soy rara, y que digo cosas malas- no dejaba de llorar por eso.

Eso solo hacia que Karl sintiera dolor e impotencia, porque no había nada que pudiera hacer, hablar con los padres era inútil

- Ya, mi niña hermosa - sin saber que más hacer, se dedicó a abrazarla y la llevo a su cuarto - Nada de lo que está pasando es tu culpa, ten eso siempre en mente - le decía mientras acariciaba su frente.

- Creo que todos me odian - se cubrió en las sábanas - mamá siempre me mira feo y todos en la escuela me señalan.

- Mi niña, eso no es verdad - le hablo suave - descansa, papá se hará cargó - beso su frente - todo estará bien - le sonrió.

- Te quiero.

- Y yo a tí- comenzó a tararear la canción que le cantaba desde bebé.

Semanas después, su abuelo falleció, así que Hasna se volvió automáticamente dueña de todo, y no perdió tiempo en divorciarse de Karl.

Como su matrimonio fue con bienes separados, no tuvo que darle nada de su herencia, algo que a Karl no le importó en lo más mínimo porque, en primer lugar, nunca se casó por su dinero, solo quería la custodia total de su hija, lo cual se le fue dado. Pero Hasna no sé libro en tener que cumplir con su obligación de madre y pasarle pensión alimenticia a su hija hasta que cumpliera la mayoría de edad.

Mas eso no le impidió vender todos los bienes y propiedades que heredó, así como la casa donde vivió con su ahora ex esposo e hija.

- Tienen una semana para largarse de aquí - les decía a quienes fueron su familia mientras caminaba con sus maletas a la puerta principal - Al fin soy libre ustedes, así que me voy a recorrer el mundo.

- Espera Hasna - Karl le llamo, estaba sosteniendo a Ymir de los hombros - ¿Eso es todo? ¿Te vas? ¿Que harás con Ymir?- no podía creer que no sintiera ni el más mínimo afecto por la hija que parió.

- Escucha Karl, si crees que en algún momento te ame estas muy equivocado, solo me acosté contigo por diversión, pero esa diversión me costó mucho- le hablo de forma fría- Solo me case porque mi padre me negó abortar y me amenazó con que, si no lo hacía, me desheredaria- le dedicó una mirada rápida a su hija- Por algo te di la custodia completa, no me interesa esa niña, agradece que tenga que darte pensión.

Karl frunció el ceño al escuchar lo que decía.

- ¡Mami! ¡Espera!- Ymir se libro del agarre y corrió hacia Hasna para abrazarla desde su falda - ¡Te prometo que no volveré harté enojar no a decir nada! ¡Seré una buena hija! ¡Voy a limpiar y cocinar! ¡Por favor! ¡No te vayas! ¡No te vayas!

La albina solo ignoro los llantos y súplicas de la niña, su única acción fue empujarla con una mano para que la suelte, provocando que cayera al suelo.

- Ymir, hija- Karl le ayudo a levantarse - ¡¿cómo te atreves?!- miro con odio a Hasna.

Está última solo volvió a dar media vuelta para continuar su camino, pero antes de irse volvió a verlos.

- Nunca debí de acostarme contigo, pero en especial... - miro de nuevo a Ymir- Nunca debí haberte parido- y con esas últimas palabras se fue.

Esas palabras que para ella no significaron nada, se clavaron al rojo vivo en el corazón de Ymir.

Días después, Karl y Ymir se mudaron a su nueva casa.

Por suerte, su difunto abuelo, había pensado también en Ymir, y le dejo una pequeña herencia para su futuro.

Con ese dinero Karl compro un auto y también una casa, pero está no se encontraba en Zúrich.

Suiza se dividía por cantones, Zurich era uno muy caro para vivir para un padre soltero, así que compro una casa en Berna, que era su cantón natal y era más barato a diferencia del otro.

Se instalaron en una pequeña casa en el campo, ahí la calidad de vida era un poco más barata que vivir en la cuidad. De todas formas se debían de hacer más sacrificios, para empezar, nada de televisión, ya que en ese país existía un impuesto por tener televisión, no más comidas de marcas caras, marcas en blanco, y la carne de res solo la comerían para ocasiones especiales.

- Oye papá - Ymir le llamo cuando se recostó en la cama de su nueva habitación, que era mucho más pequeña que su anterior habitación.

Cómo se acababan de mudar, todo seguía en cajas, también había muchos muebles, comprados en tiendas de segunda mano, que debían de armar, solo se armó lo indispensable que eran las camas porque ya era de noche.

- ¿Si?- Karl dejo de armar lo que sería el escritorio y se acercó a su hija.

- ¿Fue un error que yo haya nacido?

Esa pregunta lo dejo helado, era claro que le afecto mucho lo que le dijo Hasna.

- Claro que no- acaricio su cabeza - el día que supe que venías en camino fue el día más feliz de mi vida, no podría imaginarme mi vida sin tí.

- ¿De verdad?

- Si, no importa lo que pase, papá siempre estará ahí para ti.

- ¿Lo prometes?

- Te lo prometo - alzó su dedo meñique - mientras estés conmigo te protegeré y todo estará bien.

- Yo prometo ser buena hija- junto su dedo meñique con el de su padre.

- Esa es mi niña- la volvió a recostar - hora de dormir, queda mucho trabajo para mañana- se puso de pie pero Ymir lo sujeto de su camisa- ¿que pasa?

- ¿Puedo dormir contigo?- pidió, era una casa nueva, así que tenía algo de miedo.

- Está bien, pero luego debes de dormir en tu cama.

- Si.

Y así pasaron la primera noche en lo que era su casa nueva y también su vida nueva.

Al poco tiempo Ymir debía de empezar la escuela, ya que cumplió los 6 años, pero esta vez en una escuela pública.

A pesar de su herencia, pensión alimenticia y que su padre encontró un trabajo con una paga descente, aún así el dinero se iba como agua.

El gasto principal era pagar las letras de la casa, luego la gasolina, los gastos básicos de la casa como la electricidad, el internet y el agua, el seguro de salud, que era uno privado, y demás.

Ahora usaba ropa de segunda mano que encontraba en las páginas de internet o en las tiendas, pero no era algo que le importaba mucho, ya que no le gustaba usar vestidos.

- ¿Estás lista?- Karl tocó la puerta de su habitación.

- Si, Batman y yo estamos listos - lo único que le importaba era que su ropa tuviera dibujos, en especial de sus superhéroes favoritos.

- Te gustará la escuela, están los hijos de varios conocidos y amigos de papá, de seguro se harán amigos tuyos- podría sonar perfecto.

Por desgracia, no lo fue.

- Mi mamá dice que tú mamá le arruinó la vida al señor Karl- comento uno de los niños al verla entrar al salón

- Si, mi abuelo dice que el tenía sueños pero que todo se arruinó cuando conoció a tu mamá .

- Ahora el señor Karl debe de cargar contigo porque tu mamá te tiro a la basura.

- Debería de tirarte a la basura también, es un buen hombre y tiene derecho a ser feliz

- Si, mis tíos también dicen que solo eres una carga para él.

- Eres un estorbo.

Todos los niños en lugar de recibirla bien comenzaron a insultarme, más bien repetían lo que sus familiares decían sobre ella. Incluso su pupitre tenía escrito en todos lados "estorbo"

Solo guardaron silencio cuando la maestra llegó.

Pero cuando llegó la hora del almuerzo, y la maestra dejo el salón, volvieron al ataque.

- Oye Ymir, ¿que se siente ahora ser pobre?- tres niños se acercaron a ella.

- No soy pobre - se defendió.

- Si lo eres, pasaste de vivir en una casa enorme y tener mucho dinero, a terminar aquí y viviendo en una casucha en el campo.

- Papá dice que no somos pobres, y el nunca miente - los ignoro y volvió a su almuerzo.

Los niños siguieron diciéndole cosas pero se molestaron al ver que eran ignorados.

- Mi mamá dice que tú mamá es una zorra.

- ¿Que es una zorra?- pregunto el otro niño.

- Es algo sucio- respondió el tercer niño.

- Entonces ella también debe de ser una sucia - señaló a Ymir.

- Si, aunque se vista como niño es una niña, así que debe de ser una sucia como su madre.

- Pero para estar seguro - puso su mano en la pierna de Ymir - veamos que tienes entre las piernas - acercó su mano a la zona.

Ese fue el límite para Ymir, no solo empujo al niño, sino que se lanzó encima suyo y comenzó a golpearlo en la cara con sus puños.

- ¡Maestra! ¡Maestra!- los otros niños, al no saber que hacer, se fueron corriendo a buscar a la maestra.

Su primer día de escuela y ya tenía una visita a la oficina del director, quien le dijo que no entraría a la escuela si no venía con su padre al día siguiente.

Así que eso fue lo que hizo.

- ¿Vas a decirme que fue lo que pasó?- le pregunto una vez salió de la oficina del director.

Ymir tenía miedo de hablar, no por lo que le hicieran los niños, sino porque, la última vez que dijo algo que no debía, su madre la abandonó. Tenía miedo que si decía lo que hizo, su padre hiciera lo mismo, a pesar de su promesa de nunca dejarla.

Pero como ella comenzó rompiendo su promesa de ser buena hija, tal vez el rompería la suya.

-...- solo agachó la cabeza y negó - nada, no pasa nada.

Karl no sabía que decir ante eso, aunque supuso que tal vez actuó así porque mencionaron a su madre por accidente, tenía que buscar una solución a eso.

- Bueno, si quieres golpear algo, podrías intentar con las clases de karate que hay como actividad extracurricular- esa sería una buena forma de canalizar su rabia hacia algo bueno.

- Si, si quiero.

- De acuerdo - también era una buena forma de que se distrajera y no estuviera sola en casa.

Desafortunadamente con el paso del tiempo, el acoso escolar no se detuvo, y las golpizas tampoco. De hecho, había sido expulsada de las clases de karate por ser muy violenta, y poco después fue expulsada de la escuela.

A los 13 años ya había perdido la cuenta de las escuelas donde fue expulsada, aunque su fama de ser una salvaje le ayudo a parar un poco el bullying, ya se había acostumbrado a estar sola y que no le hablen.

Ahora en su nueva escuela, estaba sacando los libros de su casillero cuando unos chicos que pasaron por ahí la empujaron un poco y provocaron que se le cayeran al suelo.

- ¡Fíjate por dónde vas!- le gritaron mientras se iban riendo.

- ¡Imbéciles! - era claramente una provocación pero mejor no causarle otro problema a su padre, asi que solo les mostró su dedo medio y recogió sus libros, estaba ya por recoger el último cuando vio que alguien más lo recogía.

Al levantar la vista se dió cuenta que era un chico pelinegro.

- ¿Estás bien?- pregunto mientras le entregaba el libro.

- Si- respondió sin más mientras aceptaba el libro.

- Esos chicos son unos idiotas.

- Ajá - lo ignoro y coloco los libros en su mochila para luego irse.

Mejor no hablarse con nadie, ese era su mecanismo de defensa y protección, pero el otro insistió y la siguió.

- No te había visto por aquí antes, ¿eres nueva?- la siguió por detrás.

- No es tu problema.

- Bueno... Soy Marcel Galliard- le acercó su mano.

- Ymir Fritz - correspondio el saludo y la mano, ante todo la maldita educación - Gracias por la ayuda, adiós - y de nuevo siguió su camino pero vio que el otro la seguía - ¿quieres algo de mi o qué?- y eso la estaba hartando.

- No, solo voy a mi salón - señaló la puerta del salón.

Estaban en la misma clase, que ironía.

- Cómo sea- entro al salón y se sentó en uno de los últimos pupitres.

Lo normal sería que todo se quedará en esa conversación, pero no fue así, Marcel siempre buscaba alguna razón para hablarle, ya sea para saludarle cuando empezaba el día, que le prestará un lápiz, ya que sus pupitres estaban uno al lado del otro, o cuando hacían clase de gimnasia, el era el único que se ofrecía para hacer equipo con ella para ejercitar.

Aunque por momentos le agradaba que alguien le hablara, lo mejor siempre era mantener distancia.

Sin embargo, las interacciones no eran solo en la escuela.

Los días que no tenía clases, se dedica a realizar las compras, su padre ya tenía suficiente con desvivirse trabajando para darle una vida descente. Lo menos que podía hacer era encargarse de las compras y las tareas del hogar, además de hacer el presupuesto para tratar de ahorrar aunque fuera un poco.

Poco a poco fue ganando su confianza, hasta el punto de considerarlo un amigo.

- Vaya, no puedo creer que pasarás por tanto siendo tan pequeña - comento Marcel mientras tiraba una piedra en el río.

Ambos estaban sentados en el césped a un lado de un río, era un lugar donde Ymir se sentía tranquila.

- No todas las mujeres nacen con el supuesto instinto materno - comento Ymir lanzando también una piedra al río - mi mamá fue un ejemplo, se fue sin sentir culpa alguna y nunca regreso.

A pesar de los años eso le seguía doliendo.

- Pero tienes a tu papá.

- No entiendo porque se preocupa tanto por mí, todos dicen que le jodi la vida- suspiro.

- Ymir, escucha, las personas que quieran abandonarte lo haran- la tomo de los hombros - pero por suerte no todo el mundo es así, tu papá es un ejemplo de eso - le dedicó una sonrisa- entonces, ¿porque no lo intentamos?

- ¿Intentar qué?

- Ser algo más que amigos, te prometo que siempre estaré contigo.

- ¿En Serio?

- Si, no importa lo que pase, no te abandonaré.

Escuchar esas palabras le hizo sentir una calidez en el corazón, escuchar eso de otra persona que no fuera su padre le alegraba mucho.

Y al poco tiempo se hicieron pareja, a pesar de el mal visto de muchos, no le interesaba, estaba feliz.

Hasta que un día todo se volvió a derrumbar y de la peor manera.

Habían cumplido un mes de novios, Ymir estaba tan emocionada que decidió usar su camiseta púrpura, que logro encontrar en la tienda de segunda mano y que solo usaba para ocasiones especiales, está era una.

El púrpura era su color favorito, cuando pudieron tener algo de dinero extra compró pintura de ese color para pintar su habitación con ayuda de su padre.

También uso parte de sus ahorros en comprarle un regalo, eran collares para pareja, cada uno tendría una parte del corazón.

Pero cuando fue a la escuela, antes de que empezarán las clases, escucho a Marcel riéndose junto con su hermano Porco y otros amigos. Por lo que se quedó detrás de una pared.

- Dejen eso, no es divertido - hablo una chica de estatura baja, cabello largo y desordenado

- Ja, ja, ja vamos Pieck, no seas aguafiestas - le decía Porco, su novio - ¿quien diría que esa marimacha tenia buen cuerpo?

- Hasta a mí me sorprendió, debajo de esa ropa fea escondía un tesoro.

- ¿Y valió la pena tanto trabajo para llevártela a la cama?

- No fue nada fácil, esa tipa es difícil de convencer, pero si, valió la pena.

- Son unos idiotas - les reclamó Pieck.

- ¿Y tu porque defiendes a esa marimacha? Ni siquiera te agrada- le reclamo Porco.

- No, pero eso no significa que vea bien que jueguen con sus sentimientos, así que voy a borrar ese vídeo, de haber sabido que me la pidieron para hacer sus tontas apuestas, no se las hubiera dado.

- Hey, no vas a borrar mi victoria, será mi recuerdo cuando la termine, ya conseguí lo que quería.

- Deberíamos de mostrárselo a todos- propuso Porco.

- Si, quiero que todos sepan que yo logré conquistar a esa tonta.

- Marcel...- le llamo Pieck.

- Y decían que era indomable, solo necesite palabras lindas y listo.

- Marcel.

- Al final es solo una chica tonta e ilusa, se nota que estaba desesperada por atención

-¡Marcel! ¡Ya cállate!- le gritó.

- ¿Porque?

Pieck señaló detrás suyo, ahí estaba Ymir, con una mirada que se podría describir entre sombría y rota, pero sin lágrima alguna en su rostro, la pequeña caja en sus manos estaba deforme porque la había arrugado.

- Con que estabas espiando - quien hablo fue Porco mientras se acercaba a Ymir - Bien, si ya escuchaste todo, entonces sabrás que solo fuiste una apuesta y...

No pudo continuar porque Ymir lo agarro de los hombros, dejando caer la caja al suelo, y le dió un cabezazo en toda la cara, luego lo pateó en el estómago.

- Maldita- Marcel fue a tratar de ayudar a su hermano, pero Ymir lo soltó y de un movimiento rápido agarro, a su ahora ex novio, del brazo y se lo doblo hasta dislocaron.

Pero su furia no paraba ahí, descargo toda su rabia contra los hermanos Galliard, no dejo de patearlos ni darles puñetazos en ningún momento, no le interesó llenarse de sangre la ropa ni de heridas los nudillos.

Pieck solo retrocedió horrorizada ante eso pero comenzó a pedir ayuda, ya que intento separarla de ellos y fue inútil.

Al final una rubia alta, de cabello corto y ojos negros logro tomar a Ymir de la cintura por detrás y la alejo del par de hermanos que estaban tirados en el suelo, malheridos.

- Basta, Ymir- le pidió la rubia - no valen la pena que te ensucies las manos con ellos.

Ymir solo apretó los dientes de la rabia que sentía, todo fue una mentira, todo ese supuesto amor nunca existió, una vil mentira para cumplir una apuesta asquerosa.

Cuando la rubia la sintió más calmada le soltó la cintura.

A los pocos segundos Ymir gritó con todas sus fuerzas para luego caer de rodillas y ponerse a llorar.

- Ya tranquila - la rubia solo la abrazo, sentía que necesitaba apoyo, al final ella era la víctima.

Claro que los maestros y el director se enteraron de lo ocurrido.

Así que ese mismo día los padres de los chicos se hicieron presentes.

Karl estaba hecho una furia al enterarse de lo sucedido, especialmente al saber que su hija fue grabada sin su consentimiento. Muy poco le importó ver a ambos jóvenes golpeados y vendados.

Ymir les había dejado a Marcel el brazo roto y cogeando de una pierna mientras Porco, las costillas lastimadas y la nariz rota. Ambos tenían algunos dientes menos y rotos.

El resultado fue que los tres fueron expulsados de la escuela, Ymir por agresión y los hermanos Galliard por difundir material íntimo, aunque todavía no lo hubieran hecho, esa era su intención.

Ahora Ymir estaba en el auto, esperando a su padre, quien estaba hablando con los padres de los hermanos a los que golpeó, más bien con el padre de estos.

- Esa chica solo trae problemas, Karl- hablaba el hombre con clara molestia.

Bueno, era normal, sus hijos hombres fueron pisoteados por una chica.

- Mi hija aquí es la víctima de tus hijos y te prohíbo que hables así de ella.

- No soy el único que lo dice, todos aquí lo dicen - se defendió - Hasna te la dejo a cuestas y tú no pudiste cumplir tu sueño por cuidarla y mira los problemas en los que te mete.

- Mi hija no es una carga para mí.

- Claro que lo es, debiste de dejarla en un orfanato cuando te la dejaron, aún eres joven y puedes...- no pudo seguir hablando porque fue callado por un puñetazo en la cara que el otro le dió

- Mi hija no es una carga ni un error- volvió a decir de forma sería y segura, mirando con desprecio a quien antes llamo amigo - Pero si todos aquí dicen eso, entonces fue un error volver aquí - dió media vuelta - mi hija no merece vivir con basura como ustedes - dicho esto último comenzó a caminar devuelta a su auto.

- Lo lamento, perdiste un amigo por mi culpa - otra vez Ymir estaba con la cabeza agachada.

Karl solo la atrajo hacia el para abrazarla - Tú no tienes la culpa de nada, Ymir - le acaricio la espalda - ten eso siempre en mente - beso su frente - Al final no era mi amigo, es solo un idiota - se separó de ella- ya vámonos, debo llevarte al ginecólogo - arranco el auto.

Perfecto, además de arruinarle sus amistades un gasto en el seguro médico.

Los resultados salieron negativos, tanto en embarazo como en enfermedades de transmisión sexual, agradeció el insistirle a Marcel que usará condón.

Ahora estaba en su cama, se había cansado de darle patadas y puñetazos a la bolsa de boxeo que tenía en su habitación, como ya no la aceptaban en ninguna clase extracurricular que consistiera en pelear, Karl se la compro para que se desahogara o entrenará.

Se sentía una completa idiota por haber creído en las palabras

Eso era lo único que había en su cabeza, que era una idiota, no dejaba de repetirse esa palabra en su cabeza.

- Amor... Que estupidez - decía mientras miraba el techo - Arthur Schopenhauer tenía razón en algo, el amor no existe solo es placer sexual- se arropó más en las sábanas y cubrió su cabeza - excepto el amor paternal.

Le costó mucho quedarse dormida, justo cuando iba a cerrar los ojos, escucho algo romperse. Se asustó por eso, podría ser un ladrón, por lo que tomo su bate de béisbol y salió en silencio.

Al llegar a la sala, hubiera preferido mil veces encontrar a un ladrón, pero no fue así.

Encontró a su padre dormido en la mesa del comedor, sujetando un vaso con algo que al parecerá licor, el ruido que escucho fue producto de una botella vacía, que de seguro rodo de la mesa, y se estrelló contra el suelo. Vio a una esquina, ese armario que su padre le tenía prohibido tocar, ahí habían más botellas de licor, ese era su vicio secreto o su forma de soportar los problemas que le causaba.

- Ymir...- Karl hablaba entre sueños - Lo siento...no pude ... protegerte.

Sus manos se aferraron más a su bate y volvió a llorar al escuchar eso. Ella solo quería ser querida, pero todos a su alrededor la rechazaban por existir, y ni siquiera entendía el porque.

Comenzó a limpiar la botella rota y aprovecho para sacar todas las botellas de licor y vaciar el contenido por el fregadero, no quería que su padre se siguiera destruyendo en silencio.

Con mucho esfuerzo lo ayudo a ponerse de pie y lo llevo a su habitación, pero en el camino tropezó con una cómoda y tiro una caja que se encontraba encima.

Una vez logro recostarlo y cubrirlo con las mantas, se dispuso a recoger la caja, una libreta naranja había salido hasta quedar en una esquina de la cama.

Al tomarla vio que tenía cosas escritas, era la letra de su padre, por curiosidad decidió leer y ahí se le aclararon cosas que hasta ahora no entendía.

Las hojas tenían fechas de cuando fue escrito, era de cuando su padre era joven, cuando tenía su edad.

Me encanta ver a Michael Jackson, Madonna y Prince en televisión, sería increíble poder conocerlos en persona y compartir el escenario con ellos.
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Ya lo decidí, seré un gran bailarín profesional para algún día llegar a cumplir mi sueño de bailar con mis ídolos
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Mis padres, todos mis amigos y conocidos del barrio me apoyan, se los agradezco mucho.
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¡Logré entrar a la universidad! ¡El camino para llegar a cumplir mi sueño está cada vez más cerca!
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Antes de que empiece la universidad, decidí darme un gusto y viajar a Zurich, siempre dicen que es un lugar muy lindo, mejor que Berna.
Bueno, eso lo juzgare yo.

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Zurich no está tan mal, tiene sus encantos, pero más me gusta Berna, en especial porque es menos caro de vivir ja, ja, ja.
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Conocí a alguien en mi tercer día explorando está cuidando, se llama Hasna, es muy linda aunque algo atrevida... Creo que me gusta.
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Una cosa llevo a la otra y terminé con Hasna en la misma cama. No quiero que sienta que me aproveche de ella.
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Hasna se fue como vino, de un día para el otro, no niego que eso me dolió, pero mejor no me ilusión, tengo aún un sueño que cumplir.
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Fue una semana divertida en Zúrich, pero es hora de volver a casa, la universidad empieza en dos semanas.
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Un señor muy elegante vino a casa, dice que quiere hablar conmigo de algo serio.
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Voy a ser padre.

Cerro la libreta en cuanto leyó eso último, ya no podía ni quería leer más, ahora ya entendía porque todos decían que le arruinó la vida a su padre, el abandono sus sueños, tuvo que casarse y trabajar porque ella venía en camino.

Vaya mierda, con razón todos decían que era una carga. Aunque quisiera cumplir ahora sus sueños, ya que se libro de su madre, aún estaba ella.

Decidió no guardar la libreta, se la llevó a su habitación y la escondió, pero cuando trato de volver a dormir, se sentía muy sola, así que se fue a dormir con su inconsciente padre.

Al día siguiente.

- Oye pa - Ymir le llamo.

Ambos estaban desayunando.

- ¿Si?- la miro atento.

- Ya se que carrera quiero estudiar.

- ¿En Serio?

- Si, quiero ser bailarina profesional.

-...- se sorprendió un poco ante eso- pero, pensé que te gustaba la escritura.

Además de leer, Ymir se la pasaba escribiendo relatos de su día a día, las cosas que veía. Karl era el único que leía sus escritos y la motivaba a seguir escribiendo.

- Me gusta, pero como pasatiempo - en parte mentí.

Después de haber leído esa libreta, se decidió que ella sería quien cumpliera el sueño de su padre.

- ¿Estás segura?- dudaba un poco, porque nunca había comentado esa carrera en ningún momento.

- Si, muy segura- le insistió - en los televisores, de la tienda de segunda mano, estaban transmitiendo uno de los conciertos de Michael Jackson, me preguntaba cómo sería compartir el escenario con él y ser ovacionado por miles de personas.

- Está bien, si es lo que quieres, sabes que te apoyare- se rindió al final - en tu nueva escuela te inscribire a las clases de baile.

Así fue como dió comienzo al entrenamiento de Ymir para cumplir el sueño de su padre, al principio fue difícil porque nunca había bailado, pero con el tiempo, práctica, esfuerzo y el talento innato que al parecer heredó, no solo logro estar al mismo nivel que sus compañeros sino que logro sobresalir.

Tanto fue su sobresaliente, que le ofrecieron una beca en una de las principales escuelas de baile en Nueva York.

Algo que alegro y también molesto a Karl, no quería alejarse de Ymir, y menos mandarla al otro lado del mundo con solo 15 años. Pero tuvo que aceptar por insistencia suya.

Claro, bajo sus condiciones, una de esas era que la llevaría hasta Nueva York y la instalaría en el departamento que rento para ella.

La despedida fue lo más difícil para ambos, pero fue necesario, ella prometió comportarse y el iría a rehabilitación por su problema con el alcohol.

A pesar de la beca y que le mandaba dinero, la vida ahí era igual de cara que en Suiza, por lo que tuvo que buscar una compañera de cuarto y un trabajo de cajera en un supermercado, algo bueno salió de hacer las cuentas en casa desde pequeña.

Tres años después se graduó como la mejor de su generación, su talento le ayudo a entrar a trabajar a una productora de videos musicales de alto prestigio.

Participo en coreografias en grupo y salió en videos musicales, hasta que un día llegó la oferta que tanto esperaba.

Un puesto para participar en la gira de conciertos This si It de Michael Jackson.

Aunque todo en esta vida tiene un precio y ese día lo aprendió, el precio de la fama.

Nile Dack, el dueño y director de esa productora de videos musicales le hizo una propuesta que considero asquerosa.

- Si quieres un lugar en esa gira, debes de pasar una noche conmigo y obedecerme en todo.

Esa fueron sus palabras y se estaba acercando mucho a ella, de por sí su mano estaba en su rostro

No respondió nada, solo actuó, lo pateó en la entrepierna.

- Si no entendiste, es un No- lo miro desde arriba mientras lo veía doblegarse por el dolor.

- Eres una maldita perra - decía soportando el dolor - Date por despedida y te aseguro que nadie te va a contratar en esta ciudad.

- Bien, si ya jodi mi carrera, entonces que valga la pena - hizo sonar sus nudillos.

Después de un buen rato, Ymir salía de esa oficina, con los nudillos destruídos pero con la frente en alto.

Lo malo es que aún sentía rabia porque, por defender su dignidad, jodió todo por lo que había trabajado tanto.

Pero si hubiera aceptado esa asquerosa oferta, nunca se habría perdonado el haber agachado la cabeza ante un cerdo y menos venderse. No iba a permitir que nadie la volviera a usar como lo hizo Marcel, y menos manchar el sueño de su padre con sus asquerosos fluidos.

Días después, Nile cumplió su palabra porque postuló a varias productoras, estudios de baile, audiciones y todos la rechazaron.

Estaba tan molesta que terminó destruyendo el nuevo departamento al que se había mudado y rentaba.

De nuevo mando a la mierda el sueño de su padre, pero no podía decírselo, así que, cuando le escribía, solo mintió como siempre lo hacía.

Cómo ya no tenía que portarse bien para no perder ninguna maldita beca y menos conservar su trabajo, decidió irse a un bar para ahogar y tratar de olvidar sus frustraciones.

Y en verdad olvidó todo, tanto que ni siquiera sabía cómo terminó con un chico en la cama de ella, lo único que le importó de eso era que usaron protección.

Ya que su padre no estaba cerca, y llevaba mucho tiempo en abstinencia, no vio mal la opción de comenzar a experimentar su vida sexual.

Así que ir al bar se volvió algo de cada noche, incluso decidió trabajar ahí, de camarera, porque el dinero que tenía ahorrado se le estaba acabando.

Se sentía culpable por mentirle a su padre, pero seguía sin ser capaz de decirle que nunca lograría su sueño de bailar y compartir el escenario con su estrella favorita

Hasta que semanas después ocurrió lo impensable, Michael Jackson había muerto y su concierto se cancelaba.

- Papá, ¿como te sientes?- esta vez decidió llamarlo, no le importaba que las llamadas internacionales le costarán un ojo de la cara.

- Estoy bien, hija, no te preocupes - respondió Karl desde la otra línea - aunque no lo niego, es una de esas noticias que te golpean y no sabes cuánto te puede doler.

- Lo sé, pero igual me preocupo, sé lo mucho que te gustaba- cuando su padre estaba en casa siempre ponía sus canciones.

- Si, pero descontando a la estrella que fue, me preocupa más otra cosa.

- ¿Qué cosa?

- Pues Michael Jackson no solo fue una de las más grandes mega estrellas del mundo, sino también fue un padre de familia, ahora lo importante es ver por el futuro de esos pequeños que solo lo tenían a él.

- Igual cómo yo te tengo solo a tí - no pensó esa parte, pero comenzó a sentir ansiedad al ponerse esa situación - por favor, no mueras- dijo de forma inconsciente apretando el cable del teléfono

- No, tranquila, no me iré a ninguna parte.

- De hecho...- ahora que la estrella murió, ya no veía razones para seguir en Nueva York- Recién acabe un trabajo y me dieron vacaciones, podría ir a visitarte.

- ¿De verdad? Eso me encantaría, hace mucho que no nos vemos, ¿en qué vídeo saldrás ahora?

- Eso no importa - mejor omitir la mentira - quiero volver a Suiza, extraño mi tierra y te extraño a tí.

- Y yo, he estado ahorrando para poder ir a visitarte y...

- No, yo iré, no es necesario que gastes, arreglaré todo para ir a verte la próxima semana.

- Pero...

- Me tengo que ir, adiós. Te quiero - mando besos al teléfono y corto.

Una vez regreso el teléfono a su sitio, saco el cable y suspiro.

No sabía si era el karma o quién sabe quién, pero aunque sonara cruel, la muerte de ese cantante le había ayudado. Su carrera estaba por los suelos de todas formas, podría inventar la excusa de que le dolió tanto su fallecimiento que por eso ya no volvería a bailar nunca más.

Aunque ahora volvería a ser una carga para su padre, y eso le frustraba, así que trato de olvidar eso de la única forma que conocía, bebiendo hasta perder el conocimiento.

Días después.

Ya había hablado con Connie, el dueño del bar donde trabajaba, le dió su liquidación y le pidió que terminara de trabajar ese día, a lo cual acepto.

- ¿De verdad te irás?- pregunto Historia, fue su compañera de cuarto cuando llegó a Nueva York, con el tiempo se hicieron buenas amigas e incluso tuvieron unos cuantos encuentros sexuales sin compromiso, es decir, amigas con derechos.

- Si, el Rey del Pop se fue a bailar al cielo y yo no puedo llegar ahi- le acercó su piña colada- Pero podemos seguir en contacto, te escribiré a diario, estoy segura que llegarás a ser la Reina Cisne.

- Gracias - sonrió ante eso último - pero si cambias de opinión y decides quedarte, sabes que siempre puedes contar con mi ayuda- acercó su mano a la suya y le dió unas cuantas palmadas.

- Gracias bonita- se acercó para darle un beso en los labios pero fue rápido.

- ¡No hagas eso!- Historia solo se alejo sonrojada.

Ymir rio y volvió al trabajo.

Solo ese día y al siguiente abordaría un avión con destino a su hogar y su padre.

Ese era su plan, hasta que alguien vino a impedirlo.

- Hola Ymir- un chico alto de cabello negro y ojos verdes, que estaba en la barra, le saludo.

- Hola Bertholdt - lo conocía, era su compañero en la escuela de baile y también en el estudio de videos musicales de Nile- ¿que te sirvo?

- Agua, por favor.

- ¿En Serio?- lo miro con una cega levantada.

- Perdón, es que no bebo- dijo apenado.

- ¿Entonces que haces aquí?- no le gustaban los chistes y menos los malos.

- Necesito hablar contigo de algo.

- Estoy trabajando.

- Por favor- insistió.

- Te dije que no, a menos que pagues por hacerme perder el tiempo.

- Claro - saco de su billetera algunos billetes.

- ¿Estás loco o que?

- Bien, un trato es un trato- Connie acepto el dinero - te doy diez minutos para hablar y comienzan justo ahora- empujó a Ymir fuera de la barra.

- Agh, ya vuelvo - vio a Historia antes de salir del bar.

Una vez fuera del bar.

- Más te vale que sea importante, porque estoy a nada de golpearte por pagar por mi como si fuera una prostituta - le advirtió.

- No, tranquila, no es nada malo- alzo sus manos en señal de paz.

- ¿Entonces?

- Es sobre algo que te interesa y mucho - hablo una tercera voz.

Ymir volteo hacia donde se dirigía la voz y vio a una de las personas que menos pensó ver.

- ¿Que quieres, Pieck?- pregunto a mala gana cruzada de brazos.

Su antigua compañera de escuela y la secretaria del cerdo al que golpeó.

- Pieck me contó la razón de porque te fuiste- comenzó a explicar Bertholdt pero Ymir lo interrumpió.

- ¿Viniste a burlarte de mi, porque arruine mi futuro por negarme a chuparle la verga a tu estúpido jefe?

- No, no es eso- Pieck se mostraba calmada ante Ymir - este tiempo estaba buscando alguna forma de como ayudarte.

- ¿Ayudarme?- cuestiono- por si ya lo olvidaste, ese imbécil hizo que se me cerraran las puertas de todos los estudios, productoras y audiciones de la cuidad, a menos que decida abrir las piernas a algún cerdo no volveré a bailar.

- Lo sé, pero ni siquiera Nile te puede impedir participar en World of Dance.

- ¿Que es eso?

- Es un concurso televisado por la NBC y dirigido por cuatro estrellas del baile como jueces: Jennifer López, Derek Hough, NE-YO y Jenna Dewan Tatum- explico Bertholdt

- Es de ingreso libre, así que no te pueden negar inscribirte ahí- le siguió Pieck- las audiciones para entrar son la próxima semana, así que estás a tiempo para inscribirte.

Parecía una buena oportunidad, pero ella ya había tomado su decisión

- No- ya no le importaba- gracias pero no me interesa, mañana volveré a casa- dió media vuelta para volver al bar.

- ¿Y que le vas a decir a tu padre cuando te pregunté por tu trabajo?

Ymir dejo de caminar ante eso.

- No metas a mi papá en tus mierdas, di lo que quieras de mi pero no de él.

- Ymir, por favor, cálmate - Bertholdt se puso entre ambas antes de que pasara una tragedia.

- Déjala Bertholdt - Pieck no sé intimido y le hizo frente a Ymir - escucha, sé que haces esto por él, por eso no volviste a Suiza en cuanto Nile te despidió y arruinó todos tus años de duro trabajo.

Ymir hizo puños sus manos ante eso, odiaba admitirlo pero tenía razón.

- Este concurso es muy importante a nivel mundial y tiene muchos televidentes, participar te podría abrir las puertas para que varios productores y directores te vean y te contraten para bailar en sus giras.

- ¿Y si pierdo y nada más hago el ridículo?- cuestiono - Si es un concurso tan popular, significa que habrá bailarines de elite.

- Claro que no lo harás, eres muy talentosa - comento Bertholdt - resaltaste siempre de todos desde la escuela, y cuando te fuiste nadie pudo igualar tu talento.

- Que lindo - hablo con sarcasmo - pero sigo sin entender que haces tu aquí - señaló al más alto - ¿viniste solo a ser guardaespaldas de esta pulga despeinada?

- No, él va a participar también, será tu pareja de baile- fue Pieck quien respondió eso.

- ¿Que?

- Si, como te comenté, Pieck me dijo porque Nile te despidió, así que renuncié, no puedo trabajar para alguien que se aprovecha de su puesto para abusar de sus trabajadores.

- Te diría que hiciste una estupidez, pero no lo es- comento Ymir mirando a otro lado - ¿Dónde y cuando son las audiciones?

- La próxima semana en studios universal en California

- ¡¿Al otro lado del país?!

- Si, y asumo que estas semanas no has entrenado ni nada, por eso decidí que lo mejor es que Bertholdt fuera tu compañero, para que te ayude a entrenar y trabajar, porque tienes mucho trabajo y poco tiempo.

- No necesito ayuda, yo puedo sola- insistió.

Siempre ha hecho todo sola, ya estaba acostumbrada.

- Ven con mejores ojos a las parejas que los solistas.

- Mph, bien- acepto a mala gana.

- Muy bien, tenemos mucho trabajo, además está de más decir que cada uno se ocupará por sus gastos de viaje - aclaro Pieck - Aquí te hice una lista de el presupuesto para tus gastos básicos además de la estancia en un hotel descente, y mejor dile a tu papá que ya no irás a visitarlo a Suiza sino vas a participar en un reallity show - le entrego una libreta - Ahí también está la dirección de un salón pequeño que rente para que practiquen, los espero mañana a primera hora ahí.

- ¿Qué hay de tu trabajo como asistente de ese barba de chivo?

- Renuncié, nos vemos - Pieck dió media vuelta y se fue a su auto- ¿Vienes Bertholdt? Tu casa me queda de pasó.

- Si, hasta mañana - se despidió de Ymir y se fue con Pieck.

Una vez sola se quedó pensando en lo que ocurrió, era como si su hada madrina viniera a ayudarla a lograr su sueño. Luego desecho esa idea, eso solo pasaba en las películas o cuentos de hadas y ella no creía en esa mierda del vivieron felices para siempre.

Aunque si era una gran oportunidad para volver al mundo del baile, y no la pensaba rechazar.

- ¿De que quería hablar Bertholdt?- pregunto Historia una vez la vio volver a la barra.

- Volveré a bailar - fue todo lo que respondió mientras servía otro trago.

- ¡¿En Serio?!- pregunto emocionada.

- Si, pero me iré hasta California - en parte le preocupaba un poco el tema del dinero, los concursos duraban muchas semanas.

- Que bueno, no te preocupes por el dinero, yo puedo prestarte lo que necesites y me lo regresas después - le ofreció.

- Cómo siempre tan caritativa y bondadosa como un ángel - se burló un poco Ymir, hasta que algo iluminó su mente - espera, ¿cómo es que Bertholdt y Pieck sabían cómo encontrarme?- la miro acusadoramente.

Nunca le dijo a ninguno a lo que se dedicaba desde su despido.

- Ay, mira la hora, ya debo de ir a casa- Historia se fue a paso rápido de ahí.

- ¡Historia!- Ymir le gritó pero fue inútil.

Aunque en parte no podía molestarse con ella, la había ayudado. Ahora a dar de su parte.

Entrenar y volver a ponerse en forma no fue fácil, solo fueron pocas semanas los que dejó el baile, pero a su cuerpo se le hizo como una eternidad porque le costaba hacer estiramiento.

No tenía problemas en entrenar y bailar junto con Bertholdt, de todos sus compañeros que tuvo, era el que más le agradaba y bailaba muy bien.

Lograron pasar la audición sin problemas y se les fue dado un mentor para entrenar para el concurso.

Cómo Ymir le contó a su padre su cambio de planes a última hora, Karl no lo pensó dos veces y pidió un préstamo al banco para poder viajar a California y apoyar a su hija desde el público.

La competencia era muy intensa, en verdad sus oponentes eran bailarines de élite, pero no pensaba dejarse pisotear por más críticas que le llovieran por la poca experiencia que poseía y su edad. A pesar de estar en el rango para la categoría superior, sus rivales eran mucho mayores y tambien su experiencia era superior.

No le interesaban las críticas, pero si que su padre las escuchará, en especial dónde decían que era un promiscua y que solo seguía en el concurso porque se había acostado con el jurado.

Lo bueno era que Karl ignoro todo eso y solo le daba ánimos.

Sin embargo, por desgracia, siempre habría cerdos a donde fuera, no el jurado pero si uno de los productores del show que le hizo la misma oferta que Nile, solo que esta vez ella venía preparada.

- Escucha cerdo de mierda, a la próxima que me ofrezcas una asquerosidad o hagas que me echen del concurso - saco su teléfono - voy a publicar esta grabación en internet, a ver quién se jode más, yo o tú - reprodujo la grabación.

Esa fue su arma para cuidarse y evitar que la expulsen si se negaba a aceptar el irse a la cama con algún productor.

Claro que eso no elimino el que la siguieran diciendo promiscua, pero poco le importaba, su mente estaba centrada en demostrar su talento, porque en caso de que ganará, lo haría por el talento que heredó y no por otros medios.

Descontando las palabras de aliento de su padre, otra cosa que le daba ánimos es leer las pocas cartas de sus fans, al menos algunos entendían lo difícil que era seguir ahí luchando por conseguir su sueño, más bien el sueño de su padre.

Aunque más de una vez el cansancio era tanto que no podía ni ponerse de pie ni respirar, quería abandonar, pero al recordar la razón por la que lo hacía era suficiente para seguir adelante.

Sus nuevos esfuerzos también dieron frutos ya que, ella y Bertholdt, ganaron el concurso y el premio que era un millón de dólares.

Sin mencionar que varios representantes y estudios de baile los querían contratar para giras.

Pieck se convirtió en la representante y agente de ambos, así que debían de hablar con ella si querían contratarlos para alguna gira o presentación.

De nuevo estaba en el mundo del espectáculo y eso la hacía muy feliz.

Al poco tiempo, ella y Bertholdt fueron contratados para participar en la presentación de una nueva estrella que prometía, Lady Gaga, en los premios MTV dónde presentaría su nuevo sencillo, Paparazzi. Le gustó mucho compartir escenario con ella, tanto que acepto el participar en su gira The Monster Ball Tour en Montreal, Canadá.

Y como era obvio, invito a su padre a ver la gira, ella se encargaría de todos los gastos.

Varios cantantes la querían en sus giras, pido estar en una gira de Prince y otra de Madonna, pero lo mejor es que pudo estar en un concierto tributo a Michael Jackson, dónde ella le daría vida al cantante que sería presentado como un holograma. Gracias a eso sus ingresos eran muy altos.

Lo suficiente para no solo comprarse un departamento propio en Nueva York, sino también para comprarle a su padre la casa que se merecía en Zúrich.

- ¡Sorpresa! - le quitó la venda de los ojos para que viera su nuevo hogar.

- Hija, esto es demasiado - Karl no se lo creía, era una casa enorme.

- Es lo menos que te mereces, papá - Ymir le entrego las llaves y las escrituras - te sacrificaste mucho por mi, y ya no quiero ver qué te desvivas encerrado en el trabajo.

- No me arrepiento de nada, lo haría todo de nuevo si con eso puedo mantenerte - acepto las cosas y la abrazo - Eres lo más importante para mí.

- Tu también lo eres para mí - correspondio al abrazo - pero en serio quiero que pienses en ti, no sé, podrías hacer lo que quieras o conocer a alguien linda y casarte.

Ahora que ella se había mudado al otro lado del mundo y podía mantenerse sola, su padre al fin era libre para vivir su vida y encontrar a una buena mujer con la que formar una familia.

Karl rio ante eso.

- No, gracias. Estoy bien así, pero me gustaría volver a estudiar, me gusta la idea de ser sexólogo.

- Estoy segura que serás el mejor de toda Suiza- al menos logro convencerlo de hacer algo que le gustaba.

- ¿Y que hay de tí, mi niña hermosa? ¿No has conocido a nadie especial de quién enamorarte?

- No, yo también estoy bien así - sentenció.

A pesar del tiempo no había cambiado de idea, prefirió cerrar su corazón para no volver a sufrir una desilusión amorosa, solo le importaba el placer.

- Muy bien, pero hay algo que te quiero pedir.

- ¿Qué cosa, pa?

- Que estudies lengua y literatura - no cedería con el tema - ya eres toda una bailarina profesional, nunca es malo seguir estudiando.

Suspiro ante eso, en parte tenía razón, cumplió su sueño y ahora al fin podría estudiar lo que siempre quiso.

- Está bien, le diré a Pieck que reorganice mi horario para poder estudiar - termino por aceptar.

Parecía que ahora todo marchaba bien en la vida de Ymir, trabajo y dinero asegurado, podía mantener a su padre toda la vida, y ya tenía su propio hogar.

Lamentablemente nada podía estar más alejado de la realidad.

Eso era debido a qué, como las giras eran agotadoras, Ymir se la pasaba bebiendo en sus tiempos libres, pasaba días sin comer por miedo a subir de peso, ya que solo comía chatarra, bebiendo mucha agua para calmar el hambre y volvió a buscar personas para tener aventuras de una noche, su fetiche principal eran los pelinegros.

Fue por eso que Pieck también le busco trabajos como modelo, ya que era imposible que pudiera bailar estando así de mareada. Pero más que encontrarle trabajo, su tarea era hacer que los conserve ya que siempre se metía en líos, eso le causaba mucho estrés y frustración.

Aunque hubo algo bueno en irse a la cama con cuánto pelinegro se le pusiera enfrente, ahí le consiguió un par de clientas nuevas a Pieck.

Cuando no estaba de gira o en una pasarela, se iba al bar de Connie, a quien también le dió dinero para agrandar su negocio, y se volvieron socios del negocio, aunque Connie siempre le decía jefa.

Su rutina era ponerse un vestido caro, al que lo llamaba trapo, debido a que no le gustaban los vestidos, solo los usaba porque le aseguraban una noche de sexo; pintarse tampoco era de su gusto.

De por sí Ymir tenía baja autoestima, aunque demostrará lo contrario con esa máscara de seguridad y arrogancia que se ponía siempre.

Cada vez que se arreglaba y miraba al espejo, lo único que pensaba era que de seguro sería suficiente para tener a alguien en su cama.

Una de esas fue Yumeko Jabami, una apostadora compulsiva que, junto con su amiga Mary, tenían el sueño de ser grandes modelos. Por desgracia, les pasó lo mismo que a ella, pero con una mujer depravada que les puso de condición que si no dejaban meter mano, no desfilarían para su marca.

- Saben, mi representante es muy buena, con gusto les podría contar de ustedes.

- ¿Y que quieres a cambio?- pregunto la rubia mirándola con desconfianza - nada es gratis en esta vida y menos en el mundo del espectáculo.

- Lo sé muy bien, el puto precio de la fama, ya me pasó lo mismo con un cerdo, solo quiero ayudar - se dió cuenta que la seguía mirando mal- no tiene nada que ver el hecho de que me quiero coger a tu amiga- aclaro.

Yumeko rio por eso último - Agradecemos tu ayuda, en cuanto a lo otro- sus ojos brillaron y saco una baraja de cartas- ¿que te parece si lo apostamos?

- Ya rugiste, bonita- se acercó más a ella y la tomo del menton.

- Hagan lo que quieran, solo no hagan un escándalo - Mary se puso de pie y saco su teléfono - me voy a contestar está llamada - salió del bar.

- ¿Que quieres apostar?- ninguna le hizo caso y siguieron con la suyo.

- Juguemos black Jack, si yo ganó, subes al escenario a cantar y bailar- propuso Yumeko.

- ¿Y si yo ganó?

- Puedes hacer con mi cuerpo lo que quieras, ¿que dices?

Acortó la distancia entre ambas y le dió un beso, uno de lengua - Acepto.

Yumeko termino ganando, así que Ymir fue al escenario a hacer un número musical, pero como le pareció tan divertido, también se subió al escenario a cantar y bailar a dueto. Por la emoción del momento terminaron en la misma cama.

Al final Ymir cumplió su promesa y le contó a Pieck sobre ellas, consiguiendo que se volvieran sus nuevas clientas.

Al igual que hizo con Ymir y Bertholdt, ayudo a esas chicas para que lograran modelar para marcas reconocidas, consiguiendo que debutarán cómo angeles de victoria's secret. Y claro, Ymir también participo en la pasarela, pero como bailarina acompañante de la cantante que abrió la pasarela, Lady Gaga.

Pero ese gran debut se vio opacado por el escándalo que sacó Hitch por un supuesto triángulo amoroso, dónde Yumeko era la manzana de la discordia.

- ¡¿Qué carajos paso por tu mente para meterte con un hombre casado?!- quien le gritaba no era Pieck sino Mary - ¡¿Y porque tienes su anillo?!

Yumeko iba a decir algo pero Pieck la interrumpió.

- Mary, silencio, estoy tratando de pensar como solucionar esto- ya tenía muchos trabajo con Ymir y ahora tenía un enorme problema que resolver.

- ¿Valió la pena?- le pregunto Ymir a la pelinegra.

Todas estaban reunidas en la oficina de Pieck.

- No- contesto Yumeko algo frustrada- fue todo menos satisfactorio o placentero.

- Me alegro - comento Mary con clara molestia - A ver si así lo piensas dos veces antes de acostarte con un hombre casado.

- Oye, ella no obligó a ese idiota a nada- Ymir la defendió - más bien la uso para vengarse de su esposa por ponerle el cuerno - acaricio la cabeza de Yumeko- ella es la víctima aquí.

- Lo único divertido es ver rabiar a esa mujer - comento Yumeko sonriéndole a Ymir - Tú eres mejor que él.

- Ay que linda, me alegra saber que nadie me gana en cuanto a sexo se trata - le sonrió de forma coqueta.

- Es imposible razonar con ustedes - opino Mary al verlas.

El problema fue resuelto inventandole una relación y pareja falsa a Yumeko, solo así la prensa la dejo en paz.

- ¡Salud! - y lo celebraron en el departamento de Ymir.

- Ymir debes decirme tu secreto.

- ¿Cuál secreto?

- ¿Cómo le haces para conseguir buenas parejas para el sexo?, yo lo intente y fue un fracaso, solo soy buena apostando.

- No siempre tengo tanta suerte como parece, Yume- admitió para luego beber - es difícil encontrar personas que sepan coger, por eso me encargo de conservar a los que tengo.

- ¿Y cómo lo haces?

- Muy fácil - sonrió con malicia - solo hazlos creer que son unos dioses para eso, en especial a los hombres, con que halagues su virilidad y les digas lo que quieren escuchar, regresan a ti como perros a su dueño.

Ambas rieron por eso.

- ¡Salud por inflables el ego a los hombres!

- ¡Salud porque se lo creen!

Ese era su truco, usar a sus parejas para conseguir placer y que no la usen a ella. Hasta que llegó el día en que ese juego le jugó la contra porque, al igual que Yumeko, se enredo con un hombre casado y termino recibiendo una paliza de su esposa, claro que se lo busco por insultarla.

Ahora estaba otra vez, recibiendo un sermón y regaño de Pieck mientras le curaba las heridas. Ya se había hecho una costumbre que Connie le contará lo que hacía en el bar cada noche, lo cual le hartaba.

- Con eso bastará, pero igual debemos de ir a un doctor para descartar algún golpe fuerte- saco su teléfono - le diré a Jean que reserve una cita en el hospital.

- No necesito a ningún doctor y menos te necesito a ti aquí, solo necesito dormir.

- ¿Es todo lo que piensas decir después del escándalo que provocaste ahora?- cuestión mirándola acusadoramente y cruzándose de brazos.

- ¡No tienes nada que reclamarme ni decirme que puedo o no puedo hacer! ¡Te hiciste conocida porque yo y Bertholdt ganamos el concurso de baile! ¡Les recomende a mis amigos y parejas sexuales que eres una buena representante! ¡Por eso Yumeko, Mary e Isabel trabajan contigo, me debes todo!

- Tienes razón, pero solo te puedo agradecer algo, que me hallas dado el valor para no seguir callandome y aguantandote - guardo su teléfono en su bolsa- ¡Todas las veces que te metiste con modelos pelinegros yo tuve que pagar mucho para que no circulen los vídeos porno que grabaron a escondidas! ¡O las veces que tuve que quedarme sin dormir para reprogramar 20 desfiles solo porque te quedaste dormida luego de tener una orgía! ¡Siempre pensé que lo hacia por una amiga y alguien que me trataba como una persona! ¡Pero yo no soy tu esclava y renunció a ser su representante! ¡Si quieres díselo a tus amigas! ¡Si ellas no me quieren como representante solo por ti entonces no me necesitan!

- ¿De verdad pensaste que éramos amigas? nunca sería amiga de una imbécil que en la escuela era una de muchas que me hacían bullying junto con el imbécil de su ex, Porco, al que no mate ese día porque Yelena no me dejo. Menos saber que tú sabías lo que hacía Nile con las bailarinas de su productora y nunca dijiste nada por salvar su propia cabeza. La única razón por la que trabajo contigo en primer lugar fue porque Bertholdt no dejo de insistirme en tomar ese riesgo para poder cumplir el sueño de mi padre . Si te quieres ir, adelante, hazlo, quiero ver si sobrevives sin mi.

- Lo hare con mucho gusto, prefiero mil veces trabajar para un idiota que, con alguien que comete las mismas estupideces todo el tiempo, y yo, como tonta, tengo que dar la cara ante las agencias y suplicar porque te den una segunda oportunidad- camino hacia la puerta y se fue dando un portazo.

- ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! - fue todo lo que dijo para después patear la mesa pero un fuerte mareo casi la hizo caer y se llevó las manos a la cabeza - ¡¿porqué carajos tengo resaca si no he bebido?!- se tomó un paracetamol y se fue a dormir, solo quería olvidar todo lo ocurrido y hacer como si nunca pasó.

Al día siguiente los síntomas no se iban, de hecho empeoraron.

Tanto que terminó corriendo al baño y vómito en la taza del inodoro, lo cual ya no era para nada normal, nunca había vomitado ni cuando estaba ebria.

- No... No es posible - decía mientras volvía a abrazar la taza para vomitar.

Una vez termino de vaciar su estómago, fue al fregadero a enjuagar su boca, luego busco en el armario del baño algo que Pieck siempre le daba, lo consideraba como una mala broma, hasta ese momento.

Hizo todo lo que decía en las instrucciones, ahora solo tocaba esperar.

Fueron los dos minutos más largos de su vida, sentía que iba a sufrir un infarto por la maldita espera.

Aunque lo peor no fue eso, sino el resultado.

Positivo.

Estaba embarazada.

La prueba en su mano comenzó a temblar, todo su cuerpo lo hizo, se frotó la cara con la otra mano para después lanzar la prueba y comenzar a gritar.

Termino por destruir todo su departamento, incluso rompió las ventanas al lanzar lo primero que tenía a la mano.

Lo había arruinado todo, su carrera, su vida, todo.

Termino apoyándose en una pared de espaldas y se resbaló hasta sentarse en el suelo, segundos después comenzó a llorar.

Regresando al tiempo presente.

Un lugar destruido en un ataque de ira por haber terminado en esa situación, aunque era de esperarse por la vida que llevaba.

Los anticonceptivos no eran cien por ciento seguros, ni siquiera los preservativos, ese era el único que usaba. Se negaba a llenarse de hormonas el cuerpo solo para dejar que un hombre coja con ella.

La pregunta en cuestión era ¿qué haría ahora?

Debido al trauma de lo que le pasó a su muñeca en la infancia, siendo devorada por las llamas, se sentía incapaz de siquiera pensar en un aborto, por más que fuera la mejor opción.

Tampoco se sentía capaz de tenerlo.

Es decir, descontando su estilo de vida, ¿que futuro le esperaba a ese niño con ella como madre?

Solo le joderia la vida, como se la jodió a su padre.

Sobretodo, ¿que pensaría él de ella? ¿Que todos tenían razón? ¿solo sabía arruinarle la vida a todos?

A este punto la adopción era lo único que le quedaba como opción.

Cuando levanto la cabeza para limpiar sus ojos con el dorso de su mano, su vista se poso en aquella libreta naranja que trajo consigo de Suiza

No sabía que todavía la tenía, al parecer no había revisado esa caja cuando se mudo.

Con algo de pereza se levantó y acercó para recogerla, cómo estaba abierta de par en par, la agarro por uno de los costados. Iba a cerrarla cuando se dió cuenta que, la siguiente página a la que leyó hace años, tenía algo escrito, también era la letra de su padre y tenía las fechas de cuando fue escrito.

" Tengo un nuevo sueño que cumplir, ser un buen padre y esposo para mi hija y esposa"

- ¿Qué?- se sorprendió ante eso, así que siguió leyendo más.

"Muchos pensaran que arruine mi vida, pero no me importa, además Michael Jackson dice que lo más importante en el mundo es la familia, y tiene mucha razón"

Las demás tenían escrito lo mismo, todas hablando de lo feliz que era con ella y su madre, hasta que descubrió sus infidelidades.

El ninguna página de esa libreta decía o daba a entender que la odiaba, sino que la quería más que a nada en el mundo.

Termino llorando otra vez abrazando esa libreta.

Sabía que su padre nunca mentía cuando decía que la quería, pero saber completamente que ni un solo momento la vio como un error le alegraba mucho.

Ahora tampoco se sentía capaz de dar en adopción al bebé que crecía dentro suyo, y después hacer como si nada hubiera pasado, nada garantizaba que el niño fuera a parar a una buena familia o si lo adoptarían rápido. Había niños que nadie quería y se quedaban en los orfanatos hasta cumplir los 18 y de ahí eran problema de la calle.

Lo sabía por las donaciones que hacía Historia a esos lugares.

Pero aún así se sentía insegura de ser capaz de poder cuidar de otro ser humano, ni siquiera podía cuidarse a su misma, sin mencionar sus problemas con el alcohol, desórdenes alimenticios y vida de promiscua.

Lo peor sería que la prensa se entere de su embarazo y comience a rumorear quien era el padre, aunque esa sería la pregunta del millón

¿Quien podría ser el padre del hijo de una zorra?

Solo ella sabía la respuesta.

Si su embarazo era la razón de porque le daba náuseas beber, entonces, si hacia las cuentas, hace más de tres semanas no había probado una gota de alcohol.

Entonces...

- ¡Me lleva la mierda! ¡¿Porque de todos tenía que ser él?!- pregunto entre molesta y frustrada.

No era para menos, no solo estaba embarazada, sino que embarazada de un hombre casado y que su esposa acababa de darle una paliza hace no más de 24 horas.

Cómo si no hubiera sido suficiente haber arruinado ese matrimonio, siendo la amante de ese enano idiota, ahora tenía a un hijo de su sangre creciendo dentro suyo.

- ¿Y si no te quiere?- fue lo primero que llegó a su mente, y si se lo decía, él mismo podría exigirle que abortara para que no lo estorbara - Que intente si quiera dañarte, lo voy a castrar - hablo con firmeza.

No sabía de dónde salió ese lado protector, en serio estaba con las hormonas revueltas, pero eso no quitaba su mayor preocupación

Si esa bruja de Hitch se llegaba a enterar, todo iría de mal en peor, no le interesaba lo que dijera de ella, de seguro ahora mismo estaría soltando su veneno en televisión. Un hijo bastardo suyo significaría un nuevo tema que explotar hasta el cansancio.

Eso no lo iba a permitir, su bebé no iba a ser una atracción de circo.

Lo mejor era irse y esconderse dónde nunca la encuentre, si, eso era lo mejor. Ya pensaría que hacer luego.

Cuando se puso de pie para buscar una maleta, su teléfono sonó, vio que era Bertholdt, por lo que contestó.

- Hola Berth, ¿qué pasa?- trato de sonar lo más normal posible.

- Eso debería de preguntarlo yo, ¿estás bien?- hablo con preocupación en su voz.

En efecto, Hitch de seguro ya estaba hablando de su última conquista sexual en televisión.

- No pasa nada, no es nada que no pueda manejar - comenzó a caminar pero se sintió mareada de pronto.

- De todos modos ya estoy fuera de tu departamento, y rompiste la ventana con una lámpara - vio el objeto en el suelo - Voy subiendo.

- No , espera Berth...- no pudo seguir porque ya había colgado - Carajo - otro problema.

A los pocos minutos se escuchó como tocaron su puerta.

- Maldición - se acercó a abrir pero abrió lo menos posible para que no viera el desastre en su departamento - ¿Si?

- Dios mío, ¿qué te hizo esa mujer?- vio que tenía el labio roto y un moretón en la cara

- Nada, estoy bien - si lo pensaba ahora, era increíble que después de esa golpiza, no hubiera perdido a su bebé- Perdón que hayas tenido que venir hasta aquí en vano, adiós - trato de cerrar la puerta pero Bertholdt no le dejo.

- Debes de ir a hospital a qué te suturen ese herida- insistió.

- Ya te dije que estoy bien - hizo fuerza para cerrar la puerta.

- Por favor, déjame ayudarte.

- ¡Que te digo que no necesito ayuda! !Estoy...- no pudo seguir porque un fuerte mareo le nublo la vista y termino por quedar inconsciente.

- ¡Ymir!- por suerte Bertholdt pudo sujetarla a tiempo antes de que tocará el suelo - ¡Te voy a llevar al hospital!- la tomo en brazos y salió del edificio, no sin antes cerrar la puerta de ese destruido departamento.

Entro a su auto y busco en su teléfono el hospital más cercano.

Al llegar la volvió a tomar en brazos y corrió hacia la entrada.

- ¡Por favor, ayuden a mi amiga!- grito desesperado.

Las enfermeras llegaron y pusieron a Ymir en una camilla, mientras se la llevaban otra interrogó a Bertholdt para saber que exactamente le pasó a la pecosa.

Por capricho de la vida, ni el ni ella sabían que en ese hospital se encontraba una castaña que fue traída por haber sufrido un paró cardíaco.

Aunque era mejor que ninguno lo supiera.

Final del octavo capítulo

Ja, ja, ja

Hola

Después de mucho logré terminar este capítulo.

Sé que no será del agrado de muchas y muchos, y que tampoco justifica para nada lo que Ymir hizo.

Pero igual quería escribir su pasado.

También lo que todos esperaban y ya sabían, habrá bebé.

Por consejos de un amigo me puse a investigar muchas cosas para que fuera más realista este fic, pero para que encaje con el tiempo de este fic, no me salió del todo realista.

Lo siento, hice lo que pude.

Estoy considerando concentrarme solo en actualizar este fic porque es el que más me gusta de todos.

O tal vez no.

Ya saben que digo una cosa y luego hago otra XD

También omití algunas ideas para que no fuera tan largo, pondré esas ideas en otro capítulo

Cómo siempre perdonen las faltas ortográficas.

Espero que el capítulo les haya gustado.

Si es así, boten y comenten.

Nos vemos en este o en algún otro fic.

Nos vemos.

Bye.

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