¡Aerum tenía muchos tíos! 

Sabía que tía Hana era... bueno, su tía. Pero también tenía otros tíos, tantos como todos los deditos de su mano. No es que Aerum entendiera bien qué era un tío, pero Baba decía que ellos lo eran y que lo querían, así que estaba bien tener tíos. 

Todos vivían en la misma casa que ellos, pero en diferentes puertas. Como esa de la que salió Baba goo la primera vez que lo vio mientras Aerum quería ver sí había algo brillante dentro de su bonita maleta. Baba decía que dentro de esas habitaciones tenían tantas cosas como ellos en la suya y eso para Aerum era genial, porque a él le gustaba tener muchas cosas que lanzar o meterse a la boca. 

Las cosas eran divertidas cuando no hacían ruidos o no se aliaban con el monstruo de colores.

En todo caso, Aerum quería a sus tíos. No tanto como a sus Babas o dientitos, pero los quería al fin y al cabo. Ellos habían aparecido sin que Aerum supiese de dónde, simplemente ellos estaba ahí el día que Baba abrió la puerta de casa y todos los saludaron con sonrisas que a Aerum le provocaron muchas ganas de llorar y gritar, que sólo Baba estuviera cerca de él. 

Con el tiempo, Aerum había dejado de sentir tanto miedo al estar con ellos, jugaba con ellos a jalarles el cabello, también pintaban o bailaban. Además, se tomaban fotos que Baba ponía en la repisa de las memorias, como la llamaba. Así que no había miedo, no siempre por lo menos.

A veces lo sentía, sobre todo cuando alguno hacia cosas extrañas, pero eso ya no era tan seguido y Baba confiaba en ellos para que cuidasen de Aerum. Aunque, Aerum prefería que fuese sólo Baba goo la otra persona que cuidara de él. 

¡Nadie mejor que sus Babas! 

Pero volviendo a sus tíos... Baba le había enseñado sus nombres poco a poco y Aerum era incluso de escribirlos cuando ponía toda su concentración en ello. Tío Jijin, Tio Jojin, Tío Jobi, Tío Namnam y tío Minmin. ¡Tenían nombres muy divertidos y ellos eran extraños!

Tío Jijin siempre se la pasaba quejando que estaba viejo y le dolía la espalda, lo que era gracioso porque luego decía que no había nadie más guapo que él en el mundo ni siquiera siendo un anciano. Aerum no creía que fuera un anciano, pero sí que se reía gracioso. 

Tío Jojin y tío Minmin siempre estaba juntos y hablando de cosas que él no entendía. Como aquella vez que Baba les pidió que lo cuidaran y mientras Aerum jugaba sobre su alfombra, ellos hablaban de una mordaza, nalgadas y algo llamado ¿ojasmo? Algo así. 

Tío Jobi le enseñaba como abrir puertas sin hacer ruido y también que comida era más rica de la nevera de tío Namnam. Se reía mucho y aunque eso a veces producía en Aerum ganas de gritar y jalarse los cabellos, tío Jobi siempre le dejaba subirse a su espalda o saltaban juntos sin razón cuando Aerum sentía que se le subían hormiguitas por las piernas. 

Tío Namnam era el mejor de todos porque tenía muchos libros de dibujitos y también canciones con historias. Aerum siempre se sentaba con él mientras leía y le dejaba decidir que libro le traería después. ¡Tío Namnam era casi tan increíble como Baba o Baba goo!  

Aerum los quería a todos por esas cosas. Además, le regalaban dulces, chocolates y otros caramelos cuando Baba no veía. Eso era lo mejor. 

A lo mejor, ser un tío significaba regalar cosas y era por eso que incluso tía Hana le regalaba dulces sin que Baba o Baba goo se enteraran, todos diciéndole que no podía contarlo. Aerum estaba a favor de esa definición.

Tuve que cortar a nuestro Kookie de la foto. :P (Busquen la original que es bien nice).