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✧「 Capítulo quince 」✧

— ϟ —

ADDS SUSPIRÓ Y TOMÓ ASIENTO EN LA cama al ver a Barry sentado en esta dándole la espalda. Gateó por el colchón hasta llegar a su posición y abrazarlo pasando sus manos por su cuerpo y pegando su rostro a la espalda del velocista.

—¿Cuanto llevas despierto? —inquirió con voz adormilada.

—Solo unos minutos —mintió.

Adds sonrió levemente, sabiendo que aquello no era cierto.

—Tu lado de la cama está frío, amor. Claramente no llevas despierto solo unos minutos —suspiró.

—Lo siento — se disculpó.

—¿Quieres hablar de ello? —preguntó.

—No realmente.

Adds pareció disgustada con aquello. Sabía como se sentía guardarse el dolor de las pesadillas, lo había vivido gran parte de los últimos años y claramente ella no quería eso para Barry.

—Te propongo un trato —habló nuevamente—. Por cada vez que tengas una pesadilla y me cuentes de ella yo te diré una de las mías —propuso.

—Bien —aceptó—. Pero tu empieza —musitó.

Adds le sonrió y tiró de ambos, volviendo se recostarse en la cama.

—Cuando viví en Nanda Parbat, usualmente apenas dormía. Ese lugar era muy extraño —comentó apoyando la cabeza en una de sus manos para observarle más cómodamente—. Solía tener muchas pesadillas, porque sabía que al meterme en ese lugar y los cosas que haría me traería muchas consecuencias. Por lo que todas las noches soñaba que alguien encontraba a mis padres, a ti y a los chicos y los asesinaba sin remordimiento alguno —confesó—. Suena raro, pero eso me motivó a volverme mejor.

—Supongo que esa es una de tus tantas pesadillas —murmuró Barry.

—Supones bien —asintió—. Ahora es tu turno.

   Barry guardó silencio unos segundos, por lo que Adds comenzó a pasar sus dedos por su cabello, intentando relajarle con tal acción.

—Ya sabes, es... es la visión del futuro mezclado con el recuerdo de... de cuando Zoom te asesinó —susurró con voz frágil.

   Adds suspiró, y se acercó a abrazarle, depositando un beso en el pecho de Barry.

—Estaremos bien, amor —intentó asegurar.

   Ambos querían creer eso, pero no era tan sencillo. Adds subió su rostro a la altura del de Barry, y tras darle una suave sonrisa, dejó un beso en una de sus mejillas, luego en la otra, uno en su nariz, y así por todo el rostro del velocista. Con el tiempo había averiguado que aquella era una buena forma de calmar los sentimientos de Barry, sobre todo cuando estos solo intentaban destruirle.

Barry le tomó por la cintura y dió vuelta en la cama, dejándola entre el colchón y su cuerpo, para así esconder su cabeza en entre el cuello de Adds. Ella sonrió y entrelazando sus piernas comenzó a pasar sus manos por entre el cabello de Barry, masajeando.

—Amo cuando haces eso —confesó Barry.

—Yo te amo a ti.

Barry alzó su rostro y le sonrió. Adds tomó su rostro entre sus manos y acarició sus mejillas, para luego atraerle hasta ella y dejar un nuevo beso sobre su frente. Barry solo se mantuvo ahí, sintiendo la cálida sensación propagarse por su sistema.

Él y Adds podían tener muchas cosas, pero el amor que tenían por el otro era lo más valioso que poseían. Porque aquello venía desde lo más profundo, lo más sano y limpio de sus corazones y por sobre todo era algo siempre permanecería ahí, porque a esas alturas eran totalmente incapaces de amar a otra persona.

—Llevamos semanas aquí, y aún no terminamos de desempacar —murmuró Barry, rompiendo el cómodo silencio que les rodeaba.

—En nuestra defensa, siempre tenemos cosas más importantes que hacer, y para cuando el día termina, estamos muy cansados tras haber pateado traseros de meta-humanos o criminales.

—Aveces también estamos cansados luego de hacer el amor —comentó Barry.

Adds soltó una risita, sintiendo como el calor subía a sus mejillas.

—Si, eso también.

Ambos sonrieron.

— ϟ —

—The Plunder escapó —informó Wally entrando a velocidad al cortex.

Joe no tardó en entrar, solo segundos después.

—Morillo atacó a dos guardias de seguridad para salir de Iron Heights —contó Joe—. ¿Alguna idea de dónde atacara ahora?

—Bueno, hay cincuenta y cinco joyerías y cuarenta y ocho hoteles en Central City, así que...

—¿Qué hay de los bancos? ¿Las casas de subasta? —propuso Wally.

—El museo de Central City —habló Barry saliendo del silencio en el que se había mantenido—. Ahí es donde está.

—¿Cómo se te ocurrió? —inquirió Joe curioso.

—Por los titulares —murmuró Adds.

—Vamos a vestirnos —le indicó el Barry a Wally.

—¿Qué hay de mí? —cuestionó Adds confundida al ver que solo se dirigía a Wally.

   El velocista suspiró antes de acercarse hasta ella.

—Necesito que te quedes aquí —pidió.

—¿Por qué? —le miró confundida—. Barry nada pasará hasta dentro de cuatro meses —le recordó.

—No vas a morir —remarcó él.

—Entonces con mayor razón no pienso dejar a la ciudad y a ti solo —debatió.

—Lo siento amor —negó.

—Barry... ¡No! —pero los velocistas ya se habían marchado del lugar—. Ugh, voy a echarlo de la cama —murmuró frustrada.

No era la primera vez que aquello ocurría, ya que la situación se llevaba repitiendo alrededor de dos semanas y Adds no dejaba de sentirse frustrada con ello.

—Él solo trata de protegerte —le reconfortó Ethan abrazándola por los hombros.

—Bueno está loco si cree que le dejaré dejarme de lado solo por lo que el futuro diga —musitó, negándose a seguir allí resguardada—. Cisco, abre una brecha.

—Adds no creo que...

—¡Cisco!

—Bien, bien —el pelinegro alzó sus manos rendido antes de pararse en el centro del cortex y abrir una brecha tal como lo pidió su mejor amiga.

Adds con su traje ya puesto, no dudó en cruzarla, llegando al subterráneo del museo indicado, logrando ver desde su posición como Wally respiraba dificultosamente apoyado en un pilar.

—Estoy bien, puedes quedarte con este —indicó el moreno.

—No, Wally, debe ser tuyo. Porque si lo detienes tú tal vez... —comenzó a explicar Barry.

   Adds blanqueó los ojos y aprovechando que aún no habían notado su presencia, salió tras The Plunder. Aquello la llevo a pensar que tal vez ninguno de los velocista debía atrapar al criminal, tal vez debía ser ella.

Divisándolo a lo lejos huyendo en una motocicleta, no dudó en lanzar un orbe de fuego directo a la rueda delantera del vehículo, logrando que este se volcara hacia adelante y Morillo saliera disparado. Al estar más cerca del criminal, no lo pensó dos veces y lo aprisionó con sus poderes para terminar de acercarse y ponerle unas esposas.

   A los segundos Barry y Wally aparecieron frente a ella.

—Ustedes dos son muy lentos para ser velocista —señaló.

   Al ver que nadie los rodeaba y ninguno de los héroes decía palabra alguna, empujó al ladrón en dirección a Wally.

—Puedes quedarte con él —se encogió de hombros—. Cisco, la brecha.

   A los segundos del llamado, una brecha no tardó en abrirse frente a ella por lo que rápidamente saltó dentro de esta, llegando directo al cortex.

—Estás loca —Cisco rió suavemente mientras negaba.

—Pensé que ese ya era un hecho —le sonrió.

En ese momento, Barry llegó al cortex y con solo una mirada todo el equipo salió apresuradamente del lugar dejándolos a solas.

—¿Qué crees qué haces? —inquirió deshaciéndose de la máscara que cubría su identidad.

—Hago mi trabajo, en el cual por si se te olvidó, somos compañero.

—No puedes solamente salir como si nada, Adds —reclamó.

—Si puedo, Barry. No voy a morir hasta dentro de cuatro meses.

—¡No vas a morir! —remarcó dándole la espalda.

Adds suspiró. Sabía que no era correcto mencionar aquello sabiendo de la forma en que afectaba a Barry. Pero aquella era la única forma en que podía respaldarse y hacerle ver a su novio que nada le ocurriría antes de la fecha destinada al día de su muerte. Se acercó hasta él, y tomó su rostro entre sus manos, obligándole a observarle.

—Mira, se que esto del futuro te tiene alterado —comentó—. Y se que estamos intentado cambiar todo lo posible para que no ocurra, pero amor, tampoco puedes ponerme en una caja de cristal.

—¿Por qué no? —preguntó con el ceño fruncido.

—Sabes que nunca me ha gustado eso de dejar que hagan todo por mí —negó—. No me gusta ser la princesa que necesita ser rescatada.

—¿Por qué no puedes serlo solo por una vez? —cuestionó con un deje de frustración.

—Porque simplemente no soy así —negó nuevamente con una sonrisa—. Y lo sabes.

—En este momento, odio que esa sea una de las razones principales de porque me enamoré de ti —murmuró evitando sonreír.

Adds soltó una pequeña risa.

—Estamos en esto juntos, recuérdalo —murmuró abrazándolo por el torso.

Barry suspiró, dejando escapar una sonrisa al saber que ella no podía observarle.

—Bueno, logramos cambiar uno de los titulares —habló tras unos segundos.

   Ambos se acercaron a la pizarra donde se encontraban todos los titulares anotados. Barry tomó un plumón y en donde se indicaba que él había atrapado a The Plunder tacho su nombre de héroe y se dispuso a escribir el de Adds, sin embargo se detuvo al caer en cuenta de algo.

—Aún me siento confundido respecto a cual es tu nombre de heroína —le hizo saber observándola—. ¿Es Fire Star o Torch Girl?

—Bueno, ambos son buenos —apuntó ella—. Pero Torch Girl tiene un significado más especial ¿Sabes? Mi mejor amigo lo propuso.

—¿A sí? —inquirió Barry con una sonrisa, mientras escribía Torch Girl en la pizarra—. ¿Y quien es tu mejor amigo?

—Bueno, es un chico bastante alto a diferencia de mí, es el mejor científico forense del estado, tienes unos ojos preciosos y una sonrisa que me vuelve loca, me hace reír como nadie, y es un nerd total —comentó con una sonrisa—. Tal vez lo conozcas como mi novio actualmente. Su nombre es Barry Allen.

—¿Y él te hace feliz? —inquirió Barry, volteándose hasta ella con una sonrisa.

—Más que nadie —aseguró Adds.

—Bueno, tu le haces feliz a él, y también se siente muy afortunado de ser tu novio —comentó posando una de sus manos en la cintura de Adds, mientras que con la libre tomaba su mentón atrayéndole.

—¿Como lo sabes? —inquirió Adds.

—Porque él me lo dijo.

Ambos sonrieron, mientras Barry se ocupó de terminar la distancia entre ambos.

—¿Quieres ir a casa? —inquirió Barry en cuanto se apartaron—. Tengo una sorpresa para ti.

—¿A sí? —cuestionó Adds confusa—. ¿No crees que son mucha sorpresas en el último tiempo, Barr?

—Si son para ti nunca lo son —le sonrió.

—Eres un maldito cursi —Adds rió negando.

—Dice la que acaba de describir como me ve a través de sus ojos, de la forma más cursi de todas.

—Oh, cállate —Adds le empujó.

   Tras deshacerse de sus trajes, ambos se pusieron en marcha al hogar que compartían juntos. Nuevamente como se le estaba haciendo costumbre en cada sorpresa, Barry cubrió los ojos de su novia con una venda para darle más emoción al asunto.

—Si no me quitas esto de los ojos en los próximos diez segundos voy a golpearte —amenazó Adds.

—Solo un segundos más —aseguró Barry, buscando como acomodarse en el sofá, finalmente terminó por sentarse en el reposa brazos del sofá con los brazos cruzados—. Muy bien, ábrelos.

Adds retiró la venda de sus ojos y pestañeó acostumbrándose a la luz, al enfocar su vista recorrió el apartamento con los ojos abiertos mostrando su sorpresa ante lo que veía.

   Todo estaba decorado completamente y en orden, con accesorios presentes en todo hogar. Ya no se trataba de una sala o una cocina vacía y sin ambientar. Todo el lugar estaba implementando para que pareciera un hogar.

—Barry... —susurró conmocionada.

—¿No te gusta? —cuestionó inseguro.

—¿Qué? No, claro que me gusta —le sonrió acercándose—. Me encant... Espera este es el sofá que...

—¿Que habías visto por internet? —completó el castaño—. Si, es el mismo.

—Maldición, tengo al mejor novio del mundo —mencionó pasando sus manos por el cuello de él—. Esto luce realmente hermoso.

—Me alegra que haya gustado, amor —sonrió aliviado—. Pensé qué tal vez sería una buena sorpresa el terminar de indumentar nuestro hogar.

—Bueno, no voy a negarte que me hubiera gustado que hiciéramos esto juntos, pero sin dudas esto ha sido una gran sorpresa —asintió sonriéndole—. Espera, ¿La habitación también está en orden?

En cuanto el velocista asintió, Adds se echó a correr escaleras arriba.

—¡Ten cuidado, amor! —gritó Barry de cerca al ver que casi caía escaleras abajo.

—¡Estoy bien!

   En cuanto llegó a la habitación, su boca se abrió a tope. Tal vez más que la forma en que estaba decorada, le emocionaba el hecho de que Barry se había dado el tiempo de elegir cada cosa con amor y con la intención de sorprenderle. Aquello solo lograba incrementar su gusto por todo.

—Me encanta —aseguró con una sonrisa.

   Barry le sonrió sintiendo el alivio presentarse en su sistema. Entonces sintió como lo labios de Adds chocaban con los suyos. Moviéndose lentamente.

—Debes saber algo —comentó rompiendo el beso.

—¿Que hiciste esta vez, Bartholomew? —inquirió Adds alzando una ceja.

—Nada malo —se apresuró a asegurar—. Solo... puede que haya invitado a nuestros amigos y familia.

—¿Quieres hacer una fiesta de inauguración? —cuestionó.

—No lo sé, ¿Tu quieres hacerla? —inquirió con una sonrisa nerviosa.

—Tu vas a matarme algún día Barry Allen —suspiró sonriéndole—. Iré a tomar una ducha.

—Puedo acompañarte y ahorraremos tiempo —sugirió Barry con una sonrisita traviesa.

—Oh, no —negó mientras reía—. Ya tuve suficiente esta mañana —besó cortamente sus labios.

— ϟ —

   LA HORA HABÍA LLEGADO, POR LO QUE Adds caminaba de un lado a otro revisando que todo en el departamento se encontrara en orden. Tan absorta en eso estaba, que hasta olvido que aún no subía el zíper de su vestido.

—Adds, llevas el zíper del vestido abajo —habló Barry viéndola caminar de un lado a otro sentado en el sofá de la sala.

—Oh —tras un intento de subirlo y no lograrlo no hizo falta que se lo pidiera a su novio ya que él en menos de un segundo ya se encontraba a sus espaldas subiéndolo—. Gracias —suspiró.

—No hay de que —le sonrió él.

—Necesitamos hielo, ¿Puedes ir por...? —antes de que pudiera terminar de decir aquello, el velocista ya estaba frente a ella con una bolsa de hielos en manos—. Eso fue rápido —rió.

—Amor, no tienes porque estar nerviosa —tranquilizó Barry posando sus manos en los hombros de ella.

—¿Nerviosa? Puff. No estoy... bueno si lo estoy —admitió con pesadez—. Pero no sé porque.

—Bueno, es comprensible. Nunca antes habíamos hecho esto y sí lo miras de cierto punto estamos dando un gran paso —comentó él.

—Si pero tampoco es como si nos fuéramos a casar —comparó Adds.

—Bien, ¿No crees que estás, no lo sé, nerviosa por tus padres? ¿Por no poder decirles ya sabes... lo del futuro? —inquirió cuidadosamente.

Adds suspiró y negó.

—Estoy bien —aseguró—. Digo, no es como si no hubiera muerto otras dos veces ¿No? —Barry la observó sin una pizca de gracia en el rostro—. Fue una pésima broma, lo siento —se disculpó.

—Está bien que estés asustada, amor —aseguró posando sus manos en las mejillas de Adds.

—No lo estoy, en serio.

Justo en ese momento el timbre del departamento sonó, indicando que los invitados ya estaban afuera.

—Están aquí —sonrió Adds separándose.

Barry suspiró y rápidamente se acercó a abrir la puerta, dejando ver a todos sus cercanos, siendo Wally e Iris encabezándolos, quienes fueron los primeros en entrar.

—Les traje una planta —indicó el moreno—. Es el típico regalo, pero se que a Adds no le gusta que corten las flores y que adora las plantas así que dije ¿Por qué no?

—Y por eso eres mi hermano West favorito —susurró abrazándolo.

Wally solo rió para luego terminar de adentrarse al lugar.

—En mi tierra dan reptiles —comentó H.R con normalidad—. Así que les presentó a McSnurtle, la tortuga.

Adds y Barry intercambiaron una mirada divertidos. Por un segundo Adds pensó en que apenas podían cuidar de ellos y ahora tendrían que hacerse cargo de una tortuga.

—Cuidado, muerde —advirtió Wells entregándole la tortuga al castaño.

Cisco, Caitlin e Ethan fueron los siguientes en adentrarse, los dos primeros con regalos en conjunto.

—Yo traje esto para ti —comentó Ethan alzando un cuadro.

Adds lo tomó en sus manos y pudo comprobar que la imagen enmarcada en este, tenía como recuerdo la vez en que ambos se habían mudado juntos. Inevitablemente sus ojos se llenaron en lágrimas para luego abrazarlo.

—Oh, siendo bastante honesta te voy a extrañar demasiado —musitó sorbiendo su nariz.

—Y yo a ti, pero ambos sabíamos que esto pasaría —remarcó Ethan acariciando su cabello—. Y estoy muy feliz por ti y el estúpido de Allen.

La rubia rió ante aquello, a ese punto tenía en claro que Ethan nunca dejaría aquel apodo o cualquier otro relacionado a un insulto para referirse a Barry, eso era un hecho.

Finalmente los últimos en adentrarse fueron, Joe, David, Carol, Diana y Rob, y por supuesto la pequeña Adara.

—Nosotros trajimos un regalo en conjunto —comentó Joe.

—Rebuscamos algunas cosas y bueno... —habló Carol dando vuelta un gran cuadro de fotos, donde se podía apreciar de forma cronológica fotos de la pareja.

—Oh por Dios —murmuró Barry sintiéndose repentinamente avergonzado.

—Mira eso —señaló su novia emocionada, una foto en específico—. Fue el día del baile escolar.

—Sip, recuerdo perfectamente ese día —asintió Barry con un deje de diversión.

Todos se fueron adentrando dándole las felicitaciones por su nuevo a hogar a la pareja. Dejando para el último al padre de Adds.

—Debo admitir que en un principio no estaba de acuerdo con esta idea —habló David seriamente—. Pero estoy feliz por ustedes, chicos —admitió con una sonrisa.

—Awww, gracias pa —sonrió Adds lanzándose a abrazarle.

—Gracias, capitán —asintió Barry, dejando salir un suspiro de alivio.

   Julian había sido el último en llegar, por lo que cuando el se adentró al hogar de los héroes, la pareja cerró la puerta de su hogar, dispuestos a ir a compartir con sus invitados.

—Yo también tengo algo para ustedes —confesó Adara balanceándose sobre sus pies mientras los observaba.

—¿A sí? —cuestionó Barry con una sonrisa, alzándola en sus brazos—. ¿Qué es?

—Son galletas —sonrió enseñándole una cajita—. Las hice con ayuda de Diana.

—Apuesto a que han quedado deliciosas —le sonrió Adds—. Aunque una parte de mi se siente decepcionada —admitió.

—Siento lo mismo —concordó Barry—, ¿Sabes por qué? —preguntó.

   La menor se encogió de hombros, dando a entender que no tenía idea.

—Nosotros queríamos uno de tus dibujos —le hizo saber Adds.

—¡También hice uno! —chilló la menor bajándose de los brazos del velocista de un solo salto para luego dirigirse hasta la madre de Adds.

   Segundos después la pequeña castaña volvió a acercarse a ellos con un cuadro en manos.

—Está aquí —se los enseñó.

—Es precioso —aseguró Barry—. Eres toda una artista.

   La menor se sonrojó ligeramente ante el cumplido, haciendo reír suavemente a la pareja.

—Me encanta, en definitiva coincido con Barry. Eres toda una artista —aseguró Adds.

   Adara cubrió sus mejillas intentando cubrir el notable sonrojó en sus mejillas. Por lo que Adds inmediatamente salió en su rescate.

—¿Quieres un poco de jugo, cariño? —cuestionó.

—Si, de piña, por favor —sonrió nuevamente.

—De piña será —asintió, comenzando a caminar en dirección a la cocina, tomando de la mano a Adara.

Barry sonrío por inercia, para luego volver a la sala y colgar en una de las paredes el cuadro que la niña había hecho para ellos.

—Ella estaba muy emocionada por darles eso —comentó Diana, a un lado de él—. Gracias.

—¿Por qué? —cuestionó confundido Barry.

—Cuando Adara vino a vivir con nosotras era muy tímida, hasta insegura de sí misma, lo cual hasta cierto punto consideramos normal teniendo en cuenta la edad —explicó—. Pero desde el momento uno, por alguna extraña razón Adara tuvo una conexión instantánea contigo y Adds. Y se que ustedes la tuvieron con ella. Y gracias a esa conexión y a la forma que tienen de ser con ella, se le vez más viva, más alegre, más hiperactiva. Ustedes la incitan a desarrollar sus capacidades y creer en ella misma —comentó Diana con una sonrisa.

—Yo... no se que decir —admitió Barry—. Con Adds adoramos a Adara. Ella es única y especial, y sabemos que tiene mucho potencial para ser alguien importante en un futuro. Nosotros sólo queremos apoyarla y motivarla a creer en ella y que sea quien quiera ser ahora y siempre.

Diana sonrío. Aquello era justo lo que creía que escucharía. Adds había dicho algo bastante similar días atrás.

—Barry Allen, siempre supe que tendrías material de padre —bromeó la pelinegra.

El castaño solo se sonrojó, mientras negaba divertido.

   Adds no tardó en acercarse, junto a la pequeña quien en sus manos llevaba un vaso relleno con jugo de piña, tal como ella había pedido. En ese momento H.R golpeó sus baquetas contra el vaso en sus manos llamando la atención de todos.

—Chicos, yo... me gustaría decir algunas palabras para la ocasión —habló, Adds le sonrío dándole ánimos—. Una casa es más que ladrillos y una tortuga —todos le observaron extrañados, excepto por Adds quien solo le sonrió divertida ante ello—. Es un sentimiento de pertenencia, de amor, y de esperanza. No estoy seguro de conocer a dos personas más perfectas juntas que ustedes dos —les sonrío apuntando a los meta-humanos—. Por Adds y Barry —brindó.

   Todos los presentes le siguieron, alzando sus copas. La pareja intercambió una pequeña sonrisa antes de chocar sus copas, y así compartir un tierno beso.

Adds podía jurar que nunca antes en su vida se había sentido tan feliz como en ese momento donde todos los que quería estaban ahí junto a ella. Y realmente deseaba con profundidad que no fuera la última vez.

— ϟ —

—YO TAMBIÉN QUERÍA UNIRME A LA DIVERSIÓN —bufó Adds, sentada a un lado de Caitlin.

—Tal vez en otro momento —le sonrió su amiga.

   Justo en ese instante Barry y Wally se adentraron en el cortex, volviendo de la "diversión" en donde habían a un par de traficantes de armas y dónde casualmente habían salvado a un grupo de porristas.

—Bien hecho —felicitó H.R—. No podría haberlo hecho mejor.

—Gracias —sonrió Wally—. Pero Barry hizo todo el esfuerzo.

—No seas modesto —negó Adds poniéndose de pie para chocar sus palmas con las del menor de los West—. Kid Flash es la onda, Flash quien te recuerda —bromeó, logrando que su novio le mirara ofendido—. No le digas a Flash pero yo soy Team Kid Flash!—susurró a escondidas de Barry sabiendo muy bien que él la estaba escuchando.

—¡Adds!

—Estoy bromeando, amor —rió poniéndose de puntitas para dejar un beso en su mejilla.

—Si bueno —interrumpió Julian—. Encontré seis formas distintas de hacerlo mejor. Solo digo.

—¿Entonces, porristas encantadoras? —inquirió Adds.

—Me porte bien —se defendió Barry.

—Se que lo hiciste —Adds sonrió divertida—. Bueno debo ir a trabajar, así que te veo en casa —ella dejó un suave beso en sus labios para luego salir del cortex en dirección a la consulta médica en la que trabajaba medio tiempo.

Barry suspiró viendo cómo Adds desaparecía por el pasillo. En cuanto estuvo seguro de que su audición se encontraba lejos del cortex se volteó hasta Cisco.

—No puedo perderla Cisco —murmuró.

—Lo sé, nosotros tampoco, Barry —murmuró de vuelta.

—Dime que encontraron una manera de cambiar el futuro —pidió.

—Lo hicimos —asintió Cisco.

—¿En serio?

—No —sonrió apenado—. Pero Caitlin y yo pudimos hacer un mapa. Sígueme.

— ϟ —

   UN ATAQUE SE PRESENTÓ LA NOCHE anterior en Jitters, lo cual era completamente extraño ya que nada fue robado del lugar. Sin embargo aún debían encontrar al meta-humano culpable del ataque.

—Este es el video que nos ayudará a identificar al meta —informó Cisco.

—¿Cabello oscuro? Hay muchas de esas —remarcó Caitlin.

—Además de que solo podemos ver su perfil —indicó Adds.

—Limpiare la imagen —murmuró él pelinegro.

—Mira que bien se ve en esa —H.R señaló una de las pantallas de a un lado, donde se veía una clara imagen de la buscada.

—Esa no es de Jitters. Es nuestro video de seguridad —mencionó Cisco.

H.R Wells, se que estás ahí —la grabación era en vivo—. Ven tranquilo si no quieres problemas.

—¿Cómo es que sabe tu nombre? —inquirió Adds confundida.

—Habla —repitió Cisco—. ¿Quién es esta hermosa intrusa?

   Caitlin y Adds le observaron frunciendo el ceño.

—Se nombre es Gypsy y en mi tierra es lo que se llama recolectora —indicó el Wells.

—¿Qué recolecta? —cuestionó Caitlin.

—Vino a recolectarme a mí —se señaló a si mismo.

   En eso vieron cómo a las afueras de los laboratorios la recolectora abría una brecha la cual llegaría hasta frente ellos. En un rápido movimiento Gypsy sacó una pistola y le disparó a H.R. Ante ello Adds rápidamente encendió sus manos y se puso frente a H.R, cubriéndolo mientras Caitlin se hincaba a un lado del hombre asegurándose de que este se encontrara bien.

Cisco lanzó una vibra directo a la mano de la recolectora al ver que esta pensaba disparar de nuevo.

—¿Puedes vibrar? —señaló Gypsy—. Me gusta —le sonrío a Cisco.

Adds frunció el ceño con molestia.

—Despacio —indicó Cisco—. Hablemos de esto como dos adultos. Tomando un café, o cenando si lo prefieres. Hay un gran restaurante tailandés si te gusta esa comida —propuso—. Soy Cisco, por cierto. Tu debes ser Gypsy, encantado.

—¡Cisco! —reclamó Adds.

—¿La estás invitando a salir? —cuestionó indignada Caitlin.

—¿Bromeas? —le siguió H.R.

—Estoy negociando —se justificó él.

—Tú me enseñaste lo tuyo, y ahora yo te enseñaré lo mío —sonrío Gypsy, abriendo una brecha para aparecer al otro lado de Cisco y golpearlo con una vibra.

—¡Cisco! —chillaron Adds y Caitlin—. Muy bien bonita, ahora yo te mostraré lo mío —murmuró Adds lanzándole un orbe de fuego, para luego envolverla en esta.

   Gypsy comenzó a lanzar su vibra logrando romper el campo sobre ella, para luego golpear a Adds.

—Mierda... —murmuró intentando ponerse de pie.

—Ocultan a un fugitivo de la justicia —informó Gypsy—. Prohibimos los viajes entre dimensiones y él lo sabía cuando vino aquí —señaló a H.R.

—¿Así que lo rastreaste? —cuestionó Cisco.

—No fue muy difícil. No cuando envía copias de H.R y las aventuras en el multiverso.

Como sea. No importa lo que H.R haya hecho, no puedes llevártelo contra su voluntad —discutió Adds—. Y nosotros no lo permitiremos.

—¿Tu me lo vas a impedir, bebita?

   Todos los presentes hicieron una mueca.

—Escúchame muy bien, recolectora —murmuró remarcando cada palabra mientras sacaba una cuchilla de su pantalón—. No soy una niñita ni menos una bebita y no permitiré que te lleves a H.R.

—Mira, chica de fuego, si quisiera una pelea todos estarían muertos a este punto. Así que él tiene una hora para arreglar sus cosas y luego regresará conmigo —indicó Gypsy.

   Tras decir aquello se volteó a mirar a Cisco y despedirse con un movimiento de dedos.

Adiós, Cisco —y sin más cruzó la brecha que había creado con una cuchilla siguiéndole.

—Ugh —gruñó Adds sintiendo la molestia dominar en si—. Tu no irás a ninguna parte —señaló a H.R para luego salir del laboratorio de velocidad.

   No mucho más tarde, todo el equipo se encontraban reunido en el cortex, comentando lo ocurrido. Resultaba que H.R había estado transmitiendo por todo el multiverso una historia en la que se hacía pasar por un héroe. Cosa que Adds encontró muy tierna, al contrario de los demás.

—¿Te regresarás a tierra 19 y pagarás una multa? —cuestionó Cisco.

—El castigo por viajar a través de brechas sin autorización es la muerte —explicó H.R.

   Todos abrieron sus párpados al máximo, sorprendidos con la letalidad de las consecuencias solo por hacer un viaje a otra tierra.

—¿La muerte? —repitió Barry.

—Hace unos 24 o 25 años una tierra vecina invadió nuestro planeta por una brecha —contó—. Casi destruyó todo, así que para evitar eso, prohibieron los viajes interdimensiolanes. Y pusieron recolectores para los que no cumplen las reglas. No pensé que me rastrearía hasta aquí.

—¿Por qué arriesgar tu vida al venir aquí? —cuestionó Caitlin.

—Empezaré a empacar —musitó H.R, evadiendo la pregunta, para luego salir del cortex.

—Chicos, H.R puede ser molesto, pero no merece morir —habló Caitlin.

—A mi no me parece molesto, pero coincido en lo de que no merece morir —opinó Adds, recostando su cabeza en el pecho de su novio.

—Distinta tierra, distinta moralidad —comentó Ethan.

—Pero no regresa —recuerda el velocista—. Lo vi. En el futuro conmigo, Adds y Savitar. El estaba ahí!—comentó—. Digo, debe significar que no dejamos que se lo lleven.

—Quizás si. Quizás dejándolo ir a su tierra cambia el futuro y evita tu muerte, Adds —propuso Julian.

   Al escuchar aquello Adds se apartó de Barry, notando que tras esas palabras todos se sumían en silencio.

—¿Estas bromeando no? —inquirió mirando al británico—. ¿Díganme por favor que ustedes manada de tarados no lo están considerando? —pidió mirando a sus amigos y novio.

—Adds... —habló Barry intentando acercarse a ella en cuanto la vió retroceder.

—Oh por Dios —murmuró incrédula—. En serio lo están haciendo.

—Tal vez...

—¡Tal vez nada! —le cortó al velocista —. No podemos dejar que se lo lleven. El es parte de nosotros, o solo parte de mi ahora que lo veo —todos bajaron sus cabezas avergonzados—. Y yo no voy a dejar que se lo lleven, porque no me interesa si eso cambia en algo o no el futuro. No pienso dejar que alguien que quiero muera solo por mi vida —sentenció—. Y como intenten algo a mis espaldas en serio lo lamentaran —advirtió, para luego salir del cortex.

Barry intercambió una mirada con todos los presentes para así finalmente salir tras su novia. No tardó en encontrarla en una de las terrazas que sorprendentemente tenían los laboratorios.

—Amor, yo...

—¿Lo sientes? —se adelantó a decir con una risa irónica—. De todas las personas que conozco realmente me sorprende el que tú lo hayas considerado.

—Estoy tratando de salvarte la vida —murmuró.

—¿Como te sentirías tú si no tuvieras realmente nada en el mundo, y conocieras a personas con las que te sientes bien, con las que sientes encajas a pesar de que te traten como un estorbo? —inquirió—. Y que un día piensen y les de igual que vayas a morir, que sólo te empujen nuevamente al vacío. Sentir que nunca fuiste nadie, y que te arrebataron la oportunidad de serlo... —le observó—. Eso es lo que siente H.R, Barry.

El velocista abrió su boca, intentando decir algo pero nada salió de ella.

—De todas las personas en este equipo, creí que tu serías la primera en negarte ante la idea de que se lo llevaran, pero veo que me equivoque —asintió con una mueca decepcionada—. E incluso... me atrevería a decir que este último tiempo ya no estoy reconociendo a mi propio novio —susurró.

En ese preciso momento Barry sintió lo que era que alguien estuviera decepcionado de ti. Y a pesar de que Adds no se lo dijo directamente, sabía, solo con escuchar aquellas palabras y los gestos que hacía, que aquello era exactamente lo que intento decir.

—Amor... —murmuró él intentando acercarse.

—Si no te molesta iré a idear un plan para que no se lleven a H.R —y antes de que Barry terminara de procesar todo, Adds ya se había alejado.

Y así era como las cosas se arruinaban nuevamente.








— ϟ —








SE IMAGINAN
en la serie se hubieran llevado a HR? yo los denunciaba, iba a quemar los estudios, aqw

bueno, no se que más decir porque estoy escribiendo esto dos semanas después de tener listo el capítulo y no me lo he releído so

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[editado: 01/04/2022]

─𝙨𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙜𝙡𝙤𝙬

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