XVII

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

✧「 Capítulo diecisiete 」✧

— ϟ —

—FUE DIVERTIDO, PERO EN MI VIDA VUELVO a ese lugar —mencionó Adds arrojándose sobre el sofá.

   Hacía unos días Jesse volvió a tierra uno, en busca de ayuda. Resultaba que a Harry se le había ocurrido la grandiosa idea de aceptar la invitación de los gorilas telepáticos que habitaban en tierra dos, por lo qué fue en una excursión a la ciudad de los primates. No hacía falta especificar que todo terminó por salir mal y el equipo Flash había tenido que ir en su rescate.

   Adds aún no comprendía como aquel hombre siendo uno de los más inteligentes del multiverso había creído que aquello era una buena idea.

En conclusión todo había salido bien y creían haber prevenido uno de los titulares, el cuál hablaba de como la ciudad se recuperaba del ataque de lo gorilas.

—Pero lo hicimos —remarcó Barry sentándose a su lado—. Cambiamos el titular.

—Y yo tenía razón. No debes dejar de ser tu para cambiar el futuro —le sonrío acariciando su mejilla.

—Te amo —murmuró sobre sus labios.

Adds sonrío entre el beso y rápidamente se sentó sobre el regazo de su novio, profundizando el beso. Pero cómo era típico en cada momento de pareja que tenían el sonido del timbre los interrumpió.

—Deben estar bromeando —bufó Barry dejando caer su cabeza hacia atrás.

Adds soltó una risita divertida mientras se ponía de pie para ir a abrir la puerta.

—¿Adara? —cuestionó confundida, viendo a la pequeña frente a ella con solo una mochila en la espalda—. ¿Qué haces aquí a estas horas, cariño? Espera, ¿Dónde esta mamá?

—Me escapé de casa —confesó en un susurro.

Adds hizo una mueca preocupada y la tomó de la mano para ayudarle a entrar al departamento.

—¿Por qué hiciste eso cariño? —cuestionó Adds una vez dentro.

Barry no tardó en llegar hasta ellas, preguntándole con la mirada a su novia que era lo que ocurría.

—Hey ¿Qué ocurre? —de todas formas lo preguntó en voz alta.

—Adara escapó de casa —comentó con cierta tranquilidad Adds, ya que no quería hacer sentir mal a la niña.

—¿Por qué? —preguntó Barry con suavidad.

—Quería verte —comentó desviando su mirada hasta Adds.

—Pero podrías haber venido mañana, cariño —mencionó.

—¿Qué ocurre? —inquirió Barry al ver que los ojos de Adara se llenaban en lágrimas.

—Ada... —murmuró Adds preocupada.

La pequeña se arrojó a sus brazos, abrazándola fuertemente mientras soltaba un sollozo.

—No quiero que mueras —susurró.

Al escuchar aquellas palabras, el corazón de Adds y Barry se encogió. Adds inmediatamente envolvió sus brazos en el cuerpo de la pequeña, intentando tranquilizarla.

—No voy a morir, cariño.

—No mientas —reclamó Adara—. Te escuché decirle a Carol y Diana que morirías porque alguien llamado Savitar te asesinaría.

Adds suspiró. Sabía que algo terminaría mal.

—Si pero no dejaremos que eso pase —habló Barry—. Yo no lo permitiré.

—¿Lo prometes?

La pareja intercambió miradas, sin saber cómo responder a aquello, por lo que optaron por evitar la pregunta.

—Entonces ni Carol ni Diana saben que estás aquí —dió por hecho Adds.

—No —acordó Adara sorbiendo su nariz.

—Bueno, tendré que llamarles. Deben de estar muy preocupadas por ti, señorita.

—Lo siento—se disculpó.

—Está bien, cariño —le tranquilizó Adds—. Pero no puedes solamente huir de casa como si nada. La ciudad es muy peligrosa y más aún de noche.

—Si pero Carol me ha estado enseñando a defenderme —se justificó.

—Y eso está bien, pero no lo vuelvas a hacer —pidió Barry.

—Bien.

—Bueno, Barry te llevará a la cocina por algo de comer y yo llamaré a mamá —indicó Adds poniéndose de pie.

El velocista rápidamente alzó a la pequeña castaña en sus brazos.

—¿Puedo quedarme con ustedes esta noche? —preguntó de forma tímida.

Barry y Adds intercambiaron una rápida mirada. No podían decirle que no.

—Claro —asintió Barry—. Adds pedirá permiso por ti.

   Adds les observó caminar hasta la cocina con una minúscula sonrisa formándose en sus labios. No tardó en recordar que era lo que debía hacer, por lo que tomó su celular y marcó el número de su madre.

Adds, hija, no puedo hablar ahora mismo... —se apresuró a decir su madre.

—Adara está aquí —se adelantó a decir.

Se nos a extraviado... ¿Has dicho que está allí? ¿Con ustedes? —inquirió Diana quitándole el celular a Carol.

—Si. Hemos escuchado a alguien tocar la puerta y al abrirla la ví fuera del departamento, sola.

Gracias a Dios. ¿Ella está bien? —le cuestionó su madre.

—Si, está en perfecto estado —aseguró—. Ahora, ¿En que momento de les ha extraviado a una niña?

Estaba en su habitación, y Diana fue por ella para cenar, pero ya no estaba —comenzó a explicar rápidamente—. Hemos dado vuelta el departamento buscándola, e incluso le hemos preguntado a los vecinos, y nada. Estábamos apunto de llamar a la policía.

   Adds suspiró mientras que entre sus dedos presionaba el puente de su nariz.

—Y creí que yo era despistada —murmuró, escuchando la quejas de sus madres al otro lado.

Iremos por ella enseguida —mencionó Diana.

—Si, respecto a eso... —balbuceó—. Ella quiere quedarse aquí esta noche.

¿Qué? ¿Por qué?

—Luego se los explico —comentó—. Solo... déjenla quedarse aquí por esta noche. Se le ve muy ilusionada con ello.

Bien —aceptaron tras unos segundos—. Mañana pasaremos por ella a primera hora.

—En realidad mañana no tengo trabajo así qué tal vez podría llevarla conmigo a los laboratorios —propuso, viendo cómo Barry y Adara hablaban animadamente en la cocina.

¿Estás segura? —le pregunto su madre.

¿Qué hay de la ropa? —preguntó por su parte Diana.

—Estoy segura, saben que no es molestia para Barry y menos para mí el pasar tiempo con Ada —mencionó—. Y respecto a la ropa, puede que con Barry le hayamos comprado un par de cosas por si un día ella decidía quedarse con nosotros —comentó con una risita nerviosa.

—¿Acaso Barry y tú están tratando de robarnos a Adara? —le cuestiono con burla Diana.

—No, claro que no... nosotros... —ella balbuceó.

Solo bromeamos —se rió su madre—. Bien, pueden cuidar de ella. Por favor que no coma dulces por la noche.

—¿Dulces? Pfff ¿Qué clase de personas crees que somos? —rió nerviosa mientras le hacía una seña a Barry negándole el permiso para darle chocolates a Adara—. Bueno nos vemos, adiós.

Y sin más finalizó la llamada, estando segura de que aquella sería una noche larga.

— ϟ —

   ADDS SE REMOVIÓ EN LA CAMA A LOS SEGUNDOS notó que el lado perteneciente a Barry se encontraba vacío, e incluso frío. Por otro lado Adara quien había terminado colándose en la cama de ambos a media noche tampoco estaba por ningún lado. Por lo que perezosamente se puso de pie, y salió de la habitación para luego bajar las escaleras.

—¿Qué ocurre aquí? —cuestionó divertida cuando su mirada se topo con ambos castaños.

   Barry y Adara se encontraban en la cocina cubiertos de harina, al igual que había distintos platos con comida por todo el mesón.

—Hicimos el desayuno —declaró la menor con una sonrisa orgullosa.

—Eso puedo ver —murmuró Adds tomando la cámara en la mesita a un lado del sillón—. Sonrían para la cámara.

   Ambos pusieron sus mejores sonrisas, mientras Adds tomaba la fotografía.

—Esto vale oro —admitió acercándose a ellos.

—Pensamos qué tal vez sería buen idea darte una sorpresa —articuló Barry con una sonrisa.

—¿Entonces esto es para mí? —les miró sorprendida.

—Sip —asintió Adara.

—¿Y se podría saber por qué? —inquirió con una ceja alzada.

Adara y Barry intercambiaron una mirada claramente comunicándose, cosa que Adds consideró sumamente adorable.

—Solo porque si —comentó finalmente Barry—. Aunque ahora que lo recuerdo hoy es San Valentín.

—Oh por Dios —murmuró Adds observando el calendario—. Es cierto —sonrió divertida—. Feliz San Valentín, amor —murmuró una vez frente a Barry.

—Feliz San Valentín —sonrío Barry acercándose, dejando un suave beso sobre sus labios.

—Iugh —se asqueó Adara, logrando que ambos se separaran divertidos.

—Feliz San Valentín a ti también, cariño —deseo la rubia cargándola en sus brazos mientras dejaba un sonoro beso en la mejilla de la menor.

—Feliz San Valentín, Adds —le abrazó.

—Bien, que te parece si comemos un poco y luego nos alistamos para ir a los laboratorios.

—¡Si! —asintió Adara feliz—. Tengo tarjetas para todos.

Barry y Adds sonrieron divertidos, para luego tomar asiento y desayunar todo lo que ambos castaños habían cocinado. En cuanto terminaron, el trío se alistó y no tardó en partir en dirección a los laboratorios, donde comenzaron a recorrer los pasillos hasta llegar al laboratorio de velocidad.

—Este lugar es increíble —murmuró Adara con ojos brillantes, observando la decoración acorde a la fecha del día.

—HR decoró todo —comentó Adds— Está por allá, así que porque no vas a entregarle su tarjeta —propuso sonriéndole.

   La castaña asintió y salió corriendo en dirección al Wells de tierra 19, quien no dudó en recibirla con una cálida sonrisa.

—Esa niña es la definición de adorable —opinó Ethan llegando a un lado de Adds.

—Lo sé.

—¿Así que tuviste una mañana de San Valentín junto a Allen y Adara? —inquirió observando al velocista, quien hablaba con Cisco y Caitlin.

—Si, y fue increíble —Adds suspiró con una sonrisa boba—. Cuando desperté tenían todo preparado.

   Ethan la observó sonreír, con una ilusión totalmente diferente a la que había visto alguna vez en la mirada de su mejor amiga. Sabía lo que sentía, e incluso podía ver sus añoranzas futuras. Ella realmente quería una familia.

—Esta es tu tarjeta, Ethan —Adara interrumpió apareciendo frente a ellos.

—Awww gracias, preciosa —le sonrío Ethan dejando un beso sobre la frente de la castaña, quien inevitablemente se sonrojó.

—¿Ya les diste a todos sus tarjetas, Ada? —cuestionó Adds, hincándose frente a ella, viendo de reojo como Barry se acercaba.

—Si —asintió con emoción—. Cisco y Caitlin me han dado una paleta y un chocolate —le enseñó.

—¿A sí? —inquirió Adds desviando su mirada hasta sus mejores amigos, quienes le sonrieron nerviosos.

—¡Si! ¿Quieres un poco? —Adara le tendió la barra de chocolate.

—No gracias, cariño.— negó Adds.— Solo no comas tantos dulces ¿Si?

—Bien —asintió, para luego con una sonrisa salir a dar vueltas por el laboratorio de velocidad.

—Mira eso, nunca creí verte actuando como una madre preocupona —se burló Ethan.

—No estoy actuando como una madre preocupona —se defendió ella nuevamente de pie con su ceño fruncido.

—Bueno... —murmuró Barry a un lado de ella.

—¿Tú también?

—No me malinterpretes, amor —se apresuró a decir Barry—. A mí me gusta, te ves adorable.

Adds blanqueó sus ojos. Al mirar nuevamente al frente pudo ver cómo una brecha se abría y de esta salía Gypsy, sin embargo no se esperó que la recolectora lanzara una vibra contra Cisco. Ante ello Adara quien estaba a un lado del pelinegro observó todo con terror, y eso fue suficiente para que Adds llegara a su punto de enojo

Barry a un lado de ella frunció el ceño, y rápidamente activó su velocidad dispuesto a detener a la recolectora, sin embargo antes de lograr hacerlo, también terminó por ser detenido por la vibra de Gypsy.

Adds encendió sus manos y lanzó una fuerte esfera en dirección a Gypsy, mandándola a volar y logrando que se estrellara contra una pared y terminara inconsciente. Sin dudarlo corrió hasta Adara, siendo seguida de Barry.

—¿Estás bien, cariño? —cuestionó, preocupada.

—Si —asintió ella, refugiándose en los brazos del velocista en cuanto él la alzó en estos.

— ϟ —

   LOS INTENTOS QUE EL EQUIPO HABÍA hecho por evitar que los gorilas de tierra dos invadieran Central City fueron nulos. Ya que la llegada de Gypsy atacándolos no había sido de mera coincidencia. Joe aquella tarde casi había muerto a causa de la manipulación de Grood quien le había obligado contra su voluntad a dispararse en la cabeza. Gracias a Barry nada había pasado a mayores.

—Es estúpido lo que te diré, pero no te frustres —le pidió Adds a su novio—. Se qué tal vez las cosas no estén saliendo como queríamos, pero aún podemos evitarlo. Detendremos a Grood.

—¿Y luego qué? —inquirió Barry volteándose a verla—. ¿Le enviamos de vuelta? Volverá otra vez aquí —aseguró—. Debemos ponerle fin de una vez por todas.

—¿Estás pensando en matar a Grood? —ante aquella pregunta el velocista volteó su rostro a un lado, evitando la mirada de Adds.

—Así funciona su sociedad en Gorilla City. Matar o morir, por eso quería que yo matara a Solovar —comentó—. ¿Y sabes qué? Debería haberlo hecho. He demostrado demasiada piedad.

—Y no hay nada de malo en el hecho de que hayas demostrado piedad. Es quien eres, son tus valores Barry. Eso es lo que te convierte en quien eres, eso te convierte en un héroe —le recordó Adds.

—Tu has matado, Oliver ha matado. Y aún los consideran héroes —le recordó él.

—Si, y vivimos todos los días de nuestras vidas con aquel peso sobre nuestros hombros y el recuerdo de esas decisiones. Lo sabes, Barry.

—Aveces la única manera de evitar que pasen cosas malas es deshacerse de lo que las provocan.

   Adds suspiró. Odiaba cuando Barry se plantaba en un punto y se negaba a escuchar.

—Si las cosas fueran así, yo debí haber permanecido muerta desde un principio. Porque he hecho cosas malas, y he traído cosas malas a nuestras vidas, como la Liga.

—Es diferente —defendió frunciendo su ceño—. Porque tú lo hacías por un bien mayor.

—¿Lo es realmente, Barry? —inquirió alzando una ceja—. Tal vez en alguna parte de la retorcida e inteligente mente de Grood él cree que está haciendo lo correcto —comentó—. O tal vez no, no lo sabemos.

—Si, pero si lo mato, eso evitaría...

—Evitaría el titular —comprendió Adds soltando un nuevo suspiro—. Amor ¿Qué te he dicho de corromperte a ti mismo solo por cambiar el futuro?

—Pero estamos hablando de tu vida.

—Si, y no quiero que dejes de ser tú mismo, la persona que eres, el hombre del que me enamoré, solo por mi vida. Porque no lo vale, no para mí —negó ella, posando su mano en la mejilla de Barry—. No comprometas quién eres Barry, por nadie. Porque eso te hace especial, eso te separa de los demás. Y es por eso que todos te admiramos y te seguimos, no lo hacemos principalmente porque seas Flash, lo hacemos porque eres Barry Allen, quien a pesar de todo sigue siendo quien es. Porque antes de Flash, Barry Allen ya era un héroe, ya era un justiciero sin poderes y sin habilidades físicas.

—Siempre sabes que decir —susurró Barry, tras unos segundos con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Bueno, tuve un buen maestro —Adds le sonrío de vuelta—. Anda, vamos con el resto —entrelazó su mano con la de él para comenzar a caminar de vuelta al cortex juntos.

En solo segundos ya entraban al cortex, viendo como el equipo parecía haber encontrado información. No tardaron en ponerles al corriente.

—Matthew McNally, general de la Fuerza Aérea —leyó Ethan.

—Mira eso, Grood se va a lo grande —ironizó Adds.

—Y les dejaré adivinar —mencionó Cisco—. Adivinen de que está a cargo.

—Se que dirás armas militares, pero enserio espero que no lo digas —pidió Barry.

—Es peor, Allen —habló Ethan—. Son misiles nucleares.

El velocista suspiró cansado.

—McNally tiene la autorización, puede lanzarlos en diez minutos —informó Caitlin.

—¿Los satélites funcionan? —inquirió.

—Hicimos un diagnóstico —comentó Wells—. Cuando se autoriza un arma nuclear suena una alarma.

—Bien —justo en ese instante la alarma comenzó a resonar por el cortex.

Barry bufó frustrado y cubrió su rostro con ambas manos.

—Que oportuno —masculló Adds.

—Un misil balístico autorizando desde Fort Reynolds —informó Harry.

—¿Cuánto tiempo tenemos? —inquirió Ethan.

—Minutos —le respondió Cisco.

—Supongo que no podremos detenerlo desde aquí —murmuró Adds, acercándose hasta las computadoras.

—Supones bien —señaló el ingeniero—. Las armas militares son análogas. Usan disquetes.

—Iré tras él —avisó Barry.

   Wally y Jesse estuvieron a punto de seguirle pero él velocista se negó.

—Chicos, no. Deben quedarse aquí. Si no lo detengo deben poner a todos a salvo.

—Entonces nosotros vamos contigo —acordó Adds, señalándose a si misma e Ethan.

—Ustedes tampoco pueden venir.

—Mira, tal vez nunca dijimos esto, pero somos muy buenos desarmando misiles y hackeando una que otra cosa —mencionó Ethan—. Deja que te ayudemos Allen.

   Barry les observó indeciso durante unos segundos.

—Estaremos bien —aseguró Adds.

—Bien, vístanse.

   Tras un rápido cambio de ropa, en menos de un segundo ya se encontraban en Fort Reynolds.

—Estamos aquí —avisó Barry a través del micrófono en su auricular.

—Veamos que tenemos aquí —murmuró Ethan acercándose al panel del misil.

   Escuchando las instrucciones de Harry por los auriculares que llevaban, Ethan llevó a cabo el primer paso. Sacar el panel en la base.

—Típico misil americano —sonrió Ethan, al momento de ver el teclado.

—El código de anulación es de cinco dígitos —explicó Adds a su novio—. Muy bien E.T, haz lo tuyo —le animó.

   De uno de los compartimientos de su capucha Ethan sacó un pequeño aparato, con el que escaneo el teclado, rápidamente en la pantalla comenzaron a mostrarse distintos números, hasta que cinco posibles combinaciones aparecieron.

Chicos, ya van cuatro misiles fijados —apresuró Caitlin.

—Ya casi —musitó Ethan presionando los números de la última combinación.

   45 127, aquellos eran los elegidos.

—Listo —murmuró Ethan con tranquilidad, satisfecho consigo mismo.

—¿Cómo es que luce tan tranquilo? —cuestionó Barry.

—Ethan no es de esas personas que suelen alterarse, menos cuando sabe que logrará su objetivo —explicó Adds.

—Así de genial soy —sonrió el rubio acercándose.

—Ahora entiendo porque ustedes son amigos —comentó Barry—. Perfectamente podrían ser hermanos.

   Adds e Ethan intercambiaron miradas con unas sonrisas formándose en sus labios.

—Lo somos, aún así no compartamos sangre —asintió el británico.

—Ahora solo nos falta Grood.

— ϟ —

—LOS ENCONTRÉ —CISCO LLAMÓ LA atención de todos al decir aquello—. Están a las afueras de la ciudad.

—Van a State y Oakhill rápido —dijo nerviosamente Caitlin.

—Los llevará al centro —musitó Ethan, observando las pantallas.

—Bien ¿Qué hacemos? —inquirió Jesse.

—Barry, se que somos velocistas pero ellos son muchos —habló Wally indeciso.

—Vaya, no me siento para nada ofendida —murmuró Adds.

—Yo tampoco —coincidió Ethan.

—Lo siento, chicos —se disculpó el moreno—. Pero aún así seguimos siendo menos. Y Adds no deberías de ponerte en riesgo —agregó apuntando a la rubia, quien solo rodó los ojos.

—¿Como los detendremos siendo solo cinco?—cuestionó Jesse.

—Tendremos que hacerlo —respondió Barry.

—Aunque odie a estos gorilas, especialmente a Grood, si lo matas los otros podrían rendirse... —comentó Joe— ...peor tú podrías no regresar de esto ¿Lo sabes no?

—¿En serio estás sugiriéndole que mate a alguien? —inquirió incrédula y molesta Adds.

—Hay otra manera —se apresuró a decir Barry—. Así que no llegaremos a eso.

   Adds suspiró aliviada.

—Cisco, necesitaré tu ayuda.

No tardaron en equiparse y ponerse en marcha a la dirección donde se suponía llegarían los gorilas. Adds mentiría si dijera que no estaba nerviosa, por alguna extraña razón sentía que algo iría mal, pero no sabía si aquello tenía que ver necesariamente con el ataque de los gorilas o algo que simplemente ocurriría más adelante.

—Wells, ¿Cuanto tiempo tenemos?

Dos minutos, Barry —respondió H.R.

Diez segundos —le corrigió un irritado Harry.

—¿Tienes consejos de cómo salvaremos a todos y detendremos a cientos de gorilas? —inquirió Wally.

—Solo traten de que no los atrapen —indicó Barry—. Porque créanme, no los sueltan.

—No sé que tan buena idea fue traerte aquí —murmuró Adds hacía Ethan.

—Oh, vamos. Pelee contra Aliens —le recordó.

—Si, pero ahora lo haremos contra gorilas telepáticos que son el triple del tamaño de un alíen —recalcó.

—Estaré bien. Pero no me molestaría que me cubrieras la espalda —comentó con tranquilidad, viendo como la manada de gorilas se acercaban a ellos.

Wally y Jesse corrieron en dirección a los animales, comenzando a golpearlos a súper velocidad. Ethan por su parte comenzó a lanzar distintas flechas con inyectores con diversas sustancias en sus interiores. Y Adds por supuesto con sus poderes comenzó a lanzar orbes, golpear gorilas.

—¿Estás bien Barr? —cuestionó preocupada a través del auricular, al ver como el mencionado era empujado por Grood logrando que se estrellara contra un automóvil.

—Si... estoy bien —habló evitando quejarse.

El siguiente en caer fue Wally, así le siguió Jesse e Ethan, y finalmente Adds. Tras un intercambio de palabras entre el velocista y Grood, una brecha se abrió tras ellos, y de esta salió Cisco y Gypsy, segundos después de igual forma salió Solovar, quien era conocido como el anterior gobernador de Gorila City, antes de que Grood lo derrocara.

—¡Si! Pelea de gorilas —animó Adds al ver cómo Grood y Solovar se golpeaban para luego comenzar a escalar un edificio.

   Minutos después vieron a Grood caer del edificio, y a Solovar saltar de este. No hacía falta aclarar quien terminó siendo victorioso. El legítimo gobernante de Gorilla City terminó por perdonarle la vida a Grood cuando el velocista escarlata se lo pidió. Cisco y Gypsy enviaron a todos los gorilas de vuelta a tierra dos y los demás se ocuparon de entregar a Grood a A.R.G.U.S.

Gypsy se marchó de vuelta a su tierra no sin antes besar a Cisco de una forma que realmente sorprendió a todos. De igual forma Harry había vuelto a tierra fos, sin Jesse quien había decidido quedarse en tierra uno para poder formalizarse junto a Wally. La jornada había terminado bastante bien en conclusión.

O eso creía Adds.

—Dios, estoy tan cansada —hizo saber una vez entró al departamento.

Era tarde, si, pero no se había resistido a ir a visitar a Adara para verificar que la menor estuviera bien luego de lo que había ocurrido con Gypsy atacándoles en el laboratorio de velocidad.

—¿Estás bien? —cuestionó a Barry quien se encontraba sentado en una de las sillas del comedor, jugando nerviosamente con sus manos.

—Debemos hablar —sentenció alzando la mirada sin llegar a responder la pregunta hecha por Adds.

El cuerpo entero de la rubia comenzó a hormiguear, sabiendo que aquello que sentía en el aire no era precisamente comodidad, si no todo lo contrario. Y es que nada comenzaba bien con un «Debemos hablar»

—Bien... —asintió tomando asiento a un lado de él.

   No mentiría, se sentía un poco aturdida por el repentino cambio de actitud.

—Barry...

—Adds, probablemente luego de esto querrás golpearme... o no lo sé....

—Amor, me estás asustando —le hizo saber, intentando tomar de su mano, sin embargo aquello no le fue posible, ya que Barry alejó su extremidad, desconcertándola aún más.

   Barry inmediatamente sintió una punzada de dolor en su pecho.

—Debemos tomarnos un tiempo —soltó de forma directa, viéndose incapaz de darle tantas vueltas al asunto.

   Adds le observó fijamente, dándose cuenta de que aquello era lo que su instinto le avisaba, lo que le provocaba tal inquietud. Barry la vió abrir su boca dispuesta a decir algo, sin embargo la volvió a cerrar.

—Adds...

—¿Hablas en serio? —le interrumpió en un hilo de voz.

   El velocista asintió, de forma casi robótica.

—Lo siento —susurró.

   Adds bajó su cabeza, sintiendo sus ojos picar y arder a causa de las lágrimas que amenazaban con salir.

Realmente no podía creer que eso estuviera ocurriéndole nuevamente. ¿Es que acaso el multiverso la odiaba?

—¿Por qué? —cuestionó alzando la cabeza, dejando ver las lágrimas en sus ojos.

   Eso solo provocó que la punzada en el pecho del velocista aumentara. Su mente solo se centro en intentar convencerse de que lo que estaba haciendo era lo correcto.

—No creo que...

—Solo dime que no fue por alguien más —pidió en un ahogado susurro—. Dime que no fue por ella.

   Barry le observó dejando en claro lo que confundido que se encontraba al no entender a que se refería Adds.

—¿De quien hablas?

—Sabes perfectamente de quien hablo.

   Tras unos segundos rebuscando en su mente lo comprendió. Adds creía que había alguien más, y que ese alguien más era Iris.

—Claro que no —se apresuró a asegurar.

—¿Entonces por qué? —inquirió frustrada—. Simplemente no lo entiendo. ¿Por qué demonios me pediste vivir contigo si no lo querías realmente? ¿Por qué demonios me pediste otra oportunidad?

—Lo siento, ¿Si? —dijo en voz baja.

—Siempre dices lo siento, Barry. Siempre prometes no cometer los mismos errores —remarcó ella—. Prometiste amarme, y prometiste no romper mis sentimientos otra vez... —su tono de voz bajó nuevamente a un susurro—. Pero lo sigues haciendo.

—Adds... —musitó con dificultad.

—¿Hiciste todo esto por el futuro? —cuestionó retomando una idea en su mente.

—¿A que te refieres? —preguntó nervioso.

—Estar conmigo. Proponerme vivir contigo ¿Lo hiciste para cambiar el futuro y evitar que muriera?

—Se me salió de las manos —murmuró pellizcando la punta de sus dedos por debajo la mesa.

   Adds sintió cómo la respiración se le cortaba. Sentía perfectamente como el aire se le iba por unos segundos y como alguien apretaba su corazón intentando rasgarlo con filosas púas.

—¿Quieres tiempo? —inquirió tras unos minutos en silencio, intentando recomponerse—. Bien, lo tendrás. Pero no sé si lo volverás a recuperar —le hizo saber.

Al ver que Barry no decía nada, y solo se quedaba ahí viéndole, como una estatua, se dió la vuelta negando... negándose a seguir llorando frente a él. Por lo que se encaminó hasta la salida, donde una vez ahí, tomó del recibidor sus llaves y quitó la perteneciente al departamento.

—Ten —arrojó la llave a la mesa—. Aquí está la llave de este lugar —y sin más se dirigió a la salida.

—¿Dónde vas? —cuestionó Barry en un hilo de voz.

   Ya no estaba tan seguro de lo que estaba haciendo. No estaba seguro de si era lo correcto comprometer sus sentimientos y los de Adds.

—Me voy —murmuró de manera obvia—. ¿Crees que después de esto quiero seguir en este lugar? ¿Como si nada hubiera pasado?

—No... yo... ¿Donde te quedarás? —inquirió entre tropezones.

Adds soltó una risa nasal, totalmente irónica.

—Ese ya no es tu problema, Barry.

—¿Y... y tus cosas?

—Me importa una mierda mis cosas, si no las quieres más aquí déjalas afuera y mañana pasaré por ellas.

Aquello fue todo, porque tras dejar salir la última palabra sus ojos volvieron a dejar salir lágrimas por lo que se apresuró a salir de ahí.

Caminó solo unos pasos, y antes de llegar al elevador se dejó caer a un lado de las escaleras de emergencias, mientras las lágrimas seguían saliendo de sus ojos, ardiendo.

¿Qué había hecho mal? No podía evitar preguntarse eso una y otra vez, repitiendo los escenarios del último tiempo en su cabeza, intentando ver que error había cometido.

¿Tan cegada estaba como para haberse negado así misma a ver las señales que probablemente Barry le había dado? Que pasaba con todas las palabras, las acciones, con todo... ¿Había sido todo realmente falso?

Y entonces la posible respuesta se iluminó como el flash de una cámara. Tal vez Barry había decidido estar con ella por el remordimiento de saber que en la línea anterior había muerto... o tal vez porque el simple hecho de que su vida corría riesgo nuevamente.

Su pecho dolía y su respiración se encontraba cada vez más cortada. Con manos temblorosas sacó su celular de uno de sus bolsillos y entró en la lista de marcados rápido. Tras solo tres pitidos la persona en cuestión respondió a la llamada.

—Te necesito —pidió con voz temblorosa—. Estoy... estoy en las escaleras de emergencias del edificio.

Segundos después la llamada se finalizó. Y no tardó mucho para que las puertas del elevador se abrieran mostrando a un agitado Ethan, su mirada recorrió el pasillo hasta que se encontró con la figura de su mejor amiga

—Estoy aquí, ¿Qué ocurre? —cuestionó preocupado, hincándose frente a ella.

—Me dejó —susurró.

—¿Qué?

—Él me dejó, Ethan —repitió arrojándose a sus brazos mientras las lágrimas volvían a caer—. ¿Hay algo mal conmigo? —cuestionó.

—Claro que no, Adds —negó rápidamente.

—¿Puedo quedarme contigo? No sé... no sé donde más ir —pidió.

—Claro que si. Siempre tendrás un lugar en conmigo, Adds —le hizo saber mientras le ayudaba a ponerse de pie—. Vamos a casa.


— ϟ —








NO
me pregunten que he hecho,, porque no tengo ni ideaaaa

chiques, voy a ser honesta,, la cantidad de votos y comentarios en los últimos capítulos me está desanimando brutal, así que por favor no se olviden de hacer ambas :(

así que recuérdense de votar y comentar, que tengan una bonita semana,, les quieroooo!!!




editado: 24/04/2022

─𝙨𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙜𝙡𝙤𝙬

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro