>°11°< "¿Qué le pasa a Sonic?" (1/2)

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Días después》

Las cosas andan bien en aquella agencia para ojos de muchos, las misiones han disminuido y el riesgo de que sean descubiertos es casi nulo. Aunque hay un problema.

Gracias a los antibióticos y tratamientos adecuados, el azulado logró ponerse estable y proseguir con sus labores. Excepto por un gran cambio repentino en su actitud.

Antes era un joven alegre y muy sonriente, ahora se la pasa encerrado en su habitación con la excusa de sentirse débil a causa de los golpes. Todos le creyeron y no preguntaron más; pero claro, las paredes de cada habitación estaban cubiertas por un tapiz especial para impedir que los ruidos del interior sean escuchados por afuera. Nadie se imaginaría lo que sucede en su habitación, ni siquiera su amiga pelirosa; que aunque esté preocupada por él, no se imagina lo que sufre desde aquella manipulación de mentes.

Por otro lado, quien también tuvo un cambio radical de personalidad fue el hijo del jefe. Shadow era conocido por ser el mejor agente, pero demasiado reservado y frío al hablar; ahora era alguien extrovertido y ama rondar por toda la agencia. Pero algo curioso de todo esto es... Usa anteojos de sol, ocultando la iris de sus ojos.

[.  .  .  .]

—Vaya, mi novio definitivamente es un pequeño genio ―alardeaba el verdoso, sentando frente a una pantalla plana y tomando una taza de café.

—¿Hablas de la basura de Manic? ―preguntó recién entrando una zorra de pelaje rojizo y orbes azules.

—Y ya llego la invitada no deseada... ―se giró viéndole la cara―. Dime, querida Fiona, ¿qué mierda quieres?

—Vengo a darte esto ―lanzó un folder amarillo directo a los brazos del oji-zafiro―. Es estúpido lo que haces pero haya tu, ahí tienes los resultados de la investigación.

—Hmmm...los veré después, ¿gustas? ―invitó a acercerse.

—¿Qué se supone que haces? ¿No deberías estar vigilando a tus lacayos? ―se acerca hasta él.

—No lo necesito, mi hombre de confianza lo esta haciendo por mí.

—Tsk ―rodó los ojos y se enfocó en la pantalla―. ¿Cómo conseguiste tener cámaras en esa patética agencia?

—Oh, cierto no te he contando ―ríe― el mocoso logró destruir los controladores, bueno, solamente el de la niñita esa; pero el chip central que llevaba el mayor se quedó prendido en su nuca, así que todavía tengo el control de él.

—Quién diría que la rata esa hizo algo bien ―se cruza de brazos― aunque no sé como pudiste fijarte en alguien como él...es un chiquillo sin valor.

—Bueno, al menos hizo algo que tu ni en siglos hubieras logrado hacer ―la mira fulminante― y empieza a cuidar tu lenguaje hacia él o yo te enseñaré, y no de una manera bonita.

—Argh... Mejor dime, ¿cuál es tu plan?

—Excelente pregunta; no puedo controlar 100% a ese hombre pero al menos tengo un gran porcentaje, no me sirve de nada si está en un lugar prácticamente ajeno a su memoria, y es ahí cuando entra ese mocoso azul.

—El hermano de la rata.

—Sí, ese chiquillo tiene una gran capacidad igual que Manic, y me conviene tenerlo bajo mi dominio estando en esa mierda de sitio.

—Tengo entendido que él está por un contrato predeterminado, cuándo acabe, él se irá.

—No necesariamente, esos idiotas no perderían tan fácilmente a un agente como él.

—¿Y entonces?

—Mientras dure ahí, y tenga bajo mi control a este grandulón; destruiré la agencia por dentro. El problema ahora es que...necesito saber en que parte tienen las esmeraldas, pero el azul no me quiere decir nada.

—Estas obligandolo a decirte en dónde están, ¿cierto?

—Al fin eres inteligente, ¿cómo crees que lo hago?

—Mutilación..maltrato físico.. ¿envenenamiento?

—Error. Aunque quisiera no podría dañarlo físicamente y mucho menos matarlo. Mejor mira por ti misma ―Interrumpió su control de aquellas cámaras, y dejó ver un vídeo, específicamente el de anoche y en la recámara del cobalto.

—/¡Mmmmgh! ¡Nggggfh!/

—/¿Vas a decirme lo que quiero, o quieres seguir atragantandote con esa mordaza?/

—/¡¡Hmmmmm!!/

—/Ok *se la quita* Dime en donde están esas esmeraldas y pararé/

—/Ah..ah...ahg...pu..pudrete..Aunque controles el cuerpo de Shadow...n-no lograrás sa-sacarme...ah...na-nada.../

—/Sí así lo quieres.../

—/¡Ah! ¡N-no! ¡Ba-basta, de-detente! ¡Por favor para, me lastimas!/

—Debí suponerlo...eres un enfermo... ¿Piensas corromper al niño usando a su jefe? Ni en mis novelas he visto esto.

—Fiona queridita, habrá un día en el que ya no aguante y me dirá todo, pero mientras tanto le daré un pequeño trauma de por vida.

—Sí Manic se enterará de que estás, prácticamente violando a su hermano, jamás te lo perdonaría.

—Lo sé...pero él nunca, oyeme bien. ¡¡Nunca se va a enterar!!

*☆*――*☆*――*☆*――*☆*――*☆*

—Ay no... ―alza sus manos y siente la lluvia― Debí traer un paraguas...

La oji-jade frenó antes de salir del centro comercial, la época de lluvia había llegado y recién se daba cuenta. Olvidó traer una sombrilla por si acaso y se lamentaba, supuso que debería mojarse para ir a su auto y volver a la agencia.

—¡Hey! ¡Aquí Ames! ―gritó el de orbes esmeralda acercándose con un paraguas y, casualmente, una bufanda roja al igual que la rosada―. No trajiste sombrilla, ¿cierto?

—Oh...Sonic...je, tu siempre tan preparado.

—Tu tío Silver me dijo que estarías aquí, pero como vi que olvidaste tu paraguas pues... Te lo traje.

—Gracias pero... ¿Y el tuyo? ―dejo perplejo al otro, también lo había olvidado―. Jajaja, al menos no soy la única olvidadiza.

—Jeje... ―se rasca la nuca― Ups...

—Ven, compartiremos el mío ―sujeto la mano del otro y prendió la sombrilla, empezando a caminar al estacionamiento.

—Gracias por prestarmelo...prometo no volverlo a olvidar...

—No te preocupes, entre dos es mejor.

—Ah...sí... ―se sonroja.

—¡Ow! Mira, esta lloviendo más fuerte.

—Bueno, deberemos darnos prisa sino queremos mojarnos.

—Tienes razón, ¡una carrera!

—¡Oye espera, nos vamos a mojar!

Eran pocos los momentos en que lograba salir de aquella sucia experiencia, y la pelirosa era quien lo ayudaba a seguir adelante.

[.  .  .]

—Vaya...fue algo divertido hoy... ―caminaba con paso lento hacia su habitación, olvidándose del peligro que lo asechaba.

—Sonic ―lo llamó una voz muy familiar, el cían paro y quedó petrificado―. Oye, ¿piensas ignorarme?

—Y..yo ―volteó lentamente, para toparse con aquellos rubíes fríos―. Oh...Shadow...eres tú... ―suspira de alivio.

—Me han dicho que te estás comportando algo extraño... ¿te sucede algo?

—Ahmm...n-no...bueno...e-es que...

—Puedes tenerme confianza niño, no voy a juzgarte ―sosteniendo su mentón.

—Oh em... ¿gracias?

—¿En serio estás bien? ¿Qué es lo que-? ¡Agh! ―soltó al menor para sostener su cráneo, sintiendo una horrible jaqueca.

—¿Shadow? ¿Qué te pasa?

—....Je... ―levantó la vista, mirando al azulino con perversidad y sus brillantes orbes grises―. Te confíaste demasiado, mocoso.

—N..no... ¡No de nuevo! ―iba a salir corriendo de no ser porque sus brazos fueron apresados por los del contrario, reteniendolo a la fuerza―. ¡Sueltáme!

—Nos divertiremos mucho hoy~ ―abrió la puerta y entró arrastrando consigo al otro.

—¡No! ¡Espera! ¡Ayuda! ¡Por favor, ayuda!

Increíblemente nadie escuchaba sus gritos; el pasillo quedó en silencio total.
Habían veces en que el azabache mantenía su real conciencia, absorto de todo lo que había cometido anteriormente; pero solo eran breves destellos, luego todo volvía a la normalidad, mejor dicho una pesadilla.

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