CHAPTER XXVIII

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CHAPTER XXVIII

( believe me, princess! )

──── ⊰✩⊱ ────











AGNYS Y HADIE CAMINABAN DETRÁS DE MAL EN silencio, pero con una gran sonrisa en sus rostros mientras Will les contaba sobre su experiencia en Auradon. La pelimorada no tenía más opción que llevarlos a Auradon si quería que la braza funcionara.

Sus amigos la miraron sorprendidos, al ver quiénes la seguían.

— ¿Qué hacen ellos aquí?— preguntó Jay, avanzando para atacar.

— Tienen la solución gracias a nosotros, ¿y así nos agradecen?— habló Hadie, mientras su hermana analizaba sus rostros con detalle, con la mano del niño en la suya— ¡Já!, y creí que en Auradon les enseñaban modales.

— La braza solo va a funcionar correctamente con ellos— explicó Mal, molesta con la situación, antes de girarse a los hermanos—. Voy a estar vigilándolos, más vale que se comporten.

— ¿Nos darás un premio si lo hacemos?— preguntó Agnys riéndose— ¿Una pequeña palmadita en la espalda?

La pelimorada rodó los ojos, antes de dirigirse a la salida de la Isla, con el resto detrás. Jay oprimió el botón dorado, abriendo la barrera, sin notar las señas que hacía la diosa a sus espaldas.

Al atravesar el campo, el cabello de Agnys comenzó a flamear como nunca antes y los ojos de Hadie se iluminaron de amarillo y unas cuántas flores brotaron en su cabello. Su hermana y Will dejaron salir una carcajada al verlo, provocando que éste los empujara levemente.

— No puedo controlarlo, nunca salí de esta maldita isla— se quejó el mayor.

Pero los dioses no eran los únicos con un cambio de apariencia. Mechones azules se impregnaron en el cabello de Mal, gracias a la brasa en sus manos.

— Vaya, te pareces a Hades— comentó Evie a su lado.

— Esa cosa es potente— siguió Carlos, mientras la barrera se cerraba a sus espaldas.

Ninguno notó, cuando cuatro polizones saltaron por la abertura, ganándose su merecida libertad. Todos se asustaron ante su presencia, a excepción de los dioses, quiénes sonrieron con malicia, habiéndolo planeado todo.

— ¡Lo logramos, hermano!— festejó Gil abrazando a Harry, de la misma forma en que Ginny lo hacía con Ace.

Los cuatro notaron la atención de todos sobre ellos, volviendo a la normalidad.

— Hola, chicos— los saludó Harry, agarrando por los hombros a Agnys y despeinando el cabello de Will, para comenzar a caminar por el puente—. Solo vinimos para una visita.

Sin embargo, fue empujado por Carlos haciéndolo retroceder, provocando que la diosa tropezara intentando proteger al niño de una caída. Al ver esto, el pirata no dudó en empujarlo de vuelta, causando que a Mal se le callera la braza al suelo en dirección al agua.

Agnys estiró su brazo invocando sus poderes, deteniendo a la brasa en plena caída. Mal dejó de contener el aire, agradecida con la diosa.

Gracias, gracias— murmuró por lo bajo la pelimorada, más para sí misma que para su hermana.

— ¿Ahora sí vas a agradecerme?— habló la diosa riendo sarcásticamente, apreciando un movimiento en el agua, antes de volverse seria—. Qué lástima.

Cerró su puño, apagando su poder y la braza volvió a caer al océano. Los gritos de Mal y los demás no se hicieron esperar, antes de que un gran tentáculo saliera del agua para atraparla.

Uma resurgió a la superficie compartiendo una sonrisa maliciosa con los dioses.

— ¿Se te cayó algo?— preguntó la octópoda.

— ¡No se puede mojar!— gritó Mal desesperada— ¡Devuélvela antes de que se apague!

Uma dejó salir una risa, ante sus súplicas y dirigió su atención a los cuatro villanos que la miraban sorprendidos.

— ¿Uma?— cuestionaron Harry, Gil, Ace y Ginny, sin poder creer que se encontrara frente a ellos.

— Ese es mi nombre— contestó la peliverde, antes de hundirse en una gran bola de agua, que explotó sin dejar rastro.

— ¡Es un desastre!— exclamó la futura Reina de Auradon.

— ¿Mi existencia?— preguntó Agnys, aún sin parar de reír por lo acontecido.

— No todo es sobre ti.

La peliazul hizo un puchero, antes de girarse, sintiendo la presencia de la octópoda tras sus espaldas.

— Nunca dejas de sorprenderme— dijo Agnys, extrañando a los demás sin saber a quién le hablaba. Hasta que la vieron acercarse a Uma, con quien compartió un gran abrazo.

El siguiente fue Hadie quién no quería soltarla, pero Harry agarró con su garfio el cuello de su campera alejándolo.

— Bienvenida de vuelta— le dijo el pirata.

— Cada día mejoras con tus entradas dramáticas— se burló Ace.

— Oh, cállate— lo detuvo Ginny, mientras abrazaba a la octópoda—. Estás celoso de su nuevo estilo.

— ¿Quién no?— se sumó Agnys, guiñándole el ojo.

— Uma, te fuiste nadando y te olvidaste de nosotros— se acercó Gil lentamente, pero antes de que la nombrada pudiera responderle, la voz de Mal la detuvo.

— Sí, seguro planeaba su venganza— dijo la pelimorada de brazos cruzados.

— No todo se trata de ti, Mal— le contestó la pirata, de la misma forma que la había escuchado decirle a Agnys anteriormente—. Intentaba buscar un hueco en la barrera, para dejar salir a todos, ¿y saben qué encontré? Que el exterior es mucho mejor de lo que pensamos o que Agnys nos contó— continuó, antes de fijar su atención a sus amigos—. Hay una cosa que parece una roca peluda que se llama coco, y hay peces tan grandes que puedes bailar en sus lomos. Y todo eso, se lo tenían guardado para ellos.

— Da igual— la detuvo la pelimorada, ignorando todas sus palabras—. Uma, necesito eso para romper un hechizo.

— Hecho por Audrey, la hija de la Bella Durmiente— explicó Carlos.

— Conque la buena ahora es mala— dijo Ginny con sus cejas elevadas.

Me gusta— comentó Ace, antes de mirar a Uma—. Mejor no la devuelvas, a ver qué pasa.

— ¡No es momento para juegos!— gritó Mal, tan fuerte que parecía que rompería sus cuerdas vocales— ¡Hay vidas en peligro!

Los villanos rieron por lo bajo, ante la hipocresía escuchada, viendo como Agnys, quién se mantuvo alejada todo este tiempo junto a su hermano, soltó la mano del niño y dio unos pasos adelante, enfrentándose a la gritona.

Primero, me bajas el tono que hay niños durmiendo, luego de una larga noche de robos— comenzó a hablar la peliazul, mientras las llamas de su cabello se incrementaban con cada palabra—. Segundo, para ti las únicas vidas en peligro siempre son las de Auradon, ¿verdad? ¿Qué diría tu madre si te escuchara? ¡Oh, cierto! Ahora es una lagartija, eres una excelente hija— se burló, antes de acercarse a pocos centímetros de su rostro y dejar todas las bromas de lado—. Recuerda que ahora no tienes protección alguna, estamos fuera de la Isla y tengo todos mis poderes a disposición. Y sabes que no hago nada gratuitamente.

— ¿Qué es lo que quieres?— le preguntó, viendo de reojo como Harry se acercaba a ella protectoramente.

— Garantízame que cada hijo de villano que quiera, podrá salir de la isla.

— No puedo hacer eso.

Si creían que el rostro de Agnys no podía encontrarse más serio, pues imagínense su gesto ahora mismo. La diosa asintió con furia, antes de agarrar la braza de las manos de Uma, antes de acercarla al agua.

— ¿Qué tal ahora?— preguntó.

— No lo harías— habló Evie por primera vez en toda la discusión—. Se quedarían sin la totalidad de sus poderes.

— Créeme, princesita— dijo con asco—. Mi odio por todos ustedes es mucho más fuerte, que mi deseo por mis poderes.

— ¡De acuerdo!— exclamó Mal notando la verdad en los ojos de su hermana.

Agnys la soltó, volviéndola a agarrar con sus poderes. Asustándolos a todos.

— ¡Agnys!— gritó Evie—. Confía su palabra.

— ¿Cómo confié en ustedes, antes de que me traicionaran en la Coronación?— cuestionó mirando sus reacciones, antes de continuar mientras creaba una pequeña cadena para crear un collar, donde ubicó la braza—. Igualmente, me la quedaré por el momento, es mía después de todo. Y ahora ustedes no roban, así que...

— Si creen que confiamos en que salves el mundo sola, estás muy equivocada— continuó Uma, antes de girarse a los demás—. Éste es un trabajo para piratas.

Los villanos rieron, no solo por el enfrentamiento ganado, sino también de felicidad de finalmente ser libres. Al menos por un rato.

— ¿Y nuestras motocicletas?— preguntó Jay.

— Sí, las estrellamos— respondió Gil, mientras Ace y Harry hacían su mejor actuación de lo acontecido, provocando que Will dejara salir unas pequeñas risas.

— Tengo una idea— los detuvo Evie, llamando su atención junto a Celia—. Podríamos intentar ser amigos. Dejemos atrás la historia y celebremos nuestras diferencias— continuó, frente a las miradas de odio que estaba recibiendo, antes de sacar una pequeña bolsa se du bolsillo— ¿Quién quiere chicle?

Uma rodó los ojos, antes de hablar.

— Vamos.

Pero fue interrumpida por Mal.

— Yo estoy a cargo— dijo la pelimorada, cavando su propia tumba—. Vamos.

— Pues yo soy mayor, un poco de respeto— contestó Agnys—. Vamos.










QUINTO CAPITULO DE ESTE TERCER ACTO

Agnys y Uma con sus argumentos son mi todo.

Espero que les haya gustado el capítulo♥

Recuerden que si quieren hacer algún gráfico, dibujo, meme, etc. Estoy abierta a verlos y publicarlos♥

Les dejo el outfit que llevaría Agnys por el resto de la historia, unos memes que había subido en intagram y un intento de dibujo que tuve de ella hace mucho tiempo.








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