II - Capítulo XII: Kryptonita

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

*


*

"Me duele que eres mi kryptonita. Tú me haces, tú me haces sentir normal. Los poderes se me van."

—Alvaro Diaz (SIN PODERES)


Los días continuaron y se había cumplido el primer mes del trato que había hecho con Jennie. Hablando de ella, no hemos cruzado palabras desde la última vez que había sugerido la idea de hacerle creer a todos que nos peleamos.

Y estaba funcionando, porque todos en la universidad estaban más que extrañados que no estuviese conmigo como de costumbre o me saludase de manera "afectiva". El primer día todos empezaron a sospechar, pero en el segundo ya se lo habían creído y era porque el escuadrón de animadoras no estaba yendo a nuestras prácticas a vernos. También, Jennie se encargó de acoplar sus prácticas a otro horario.

¿Honestamente? Hasta yo sentía que sí nos habíamos peleado, porque mi semblante mostraba lo mal que me sentía y por más que quería acercarme, sabía que no podía.

Por otro lado, Sakura no ha estado viniendo en estos días a la universidad para arreglar su cabello y el rumor de que Jennie había sido la que saboteó su participación para las votaciones de la chica más linda del campus, se disminuían por nuestro desacuerdo.

Los del club de periodismo no paraban de hacerme preguntas de cómo habían sucedido las cosas, a lo cual yo no sabía que responder y me limitaba a decir que eran asuntos de pareja. Aveces salían desilusionados por no obtener una respuesta de mi parte por querer tener una exclusiva para su periódico. En cuanto a Jennie, ella sabía como manejar cosas como estas y desbordaba el tema. Cuando le preguntaron sobre las votaciones, contestó todas las preguntas, llegando a extender su respuesta y así hacer que se olvidaran sobre preguntar sobre nuestro desacuerdo.

—La pareja ideal no es tan perfecta como se creía —Yerim leía el apartado del periódico de la universidad—. ¿Acaso no tienen nada que hacer? —bufó rodando los ojos.

La noticia decía a detalle como surgió nuestra supuesta historia de amor en Reginalds, en mi antiguo trabajo preparando malteadas. Nuestros momentos en la universidad hasta poner muy claro nuestro distanciamiento en estos días. Era inevitable no pegar mi frente a la mesa con rendición.

—Tranqui, Parkie. Esto es muy normal de gente que se dedica en el periódico. Además, tú sabes muy bien lo que esta pasando con Jennie —Ryunjin trataba de mejorar la situación, lo cual lo está logrando un poco.

—¿No se han hablado? —preguntó Mina comiendo una papita.

—No... —mi voz casi era audible al mi cabeza estar en la mesa.

—Eso apesta —expresa Rosé—. De seguro se solucionará, no pierdas la fe —me sonríe.

—Bueno ya, basta de tanta tristeza —expresa Yerim—. ¿Y si vamos al cine y luego arcade? —ella me da palmaditas en la espalda.

—Suena muy buena la idea —Ryunjin asiente con rápidez.

—Me apunto, siempre y cuando elijan una buena película —Mina cruza sus brazos echándose para atrás en su asiento.

—Tenemos toda la tarde libre siendo viernes y no hay prácticas. ¿Vamos ______________? —Rosé me anima.

¿Por qué no? Creo que me ayudaría a distraerme, así que asiento sonriendo un poco. Todas celebran por mi disposición en ir, por lo que pasaremos la tarde haciendo algo divertido. Antes de ir al cine, tuvimos que hacer una parada en la tienda de motocicletas del hermano de Yerim, Taeyang.

Taeyang se le puede considerar como una de las personas más despreocupadas del pueblo. ¿Eso por qué? Afuera se su tienda tiene una lista negra de la gente que no puede entrar, incluyendo con foto. Una de ellas, era Ryunjin, ya que por poco echa perder el negocio por estar tocando cosas que no debía. ¿La quería? Sí. Pero no en su tienda. Por fuera era este típico metalero sin sentimientos, pero si le conocías muy bien, podía ser muy gentil, siempre y cuando le caigas bien.

Al entrar sin Ryunjin por obvias razones, nos encontramos a Taeyang colocando unas piezas para que los clientes pudiesen ver que había inventario. Yerim lo saluda para adentrarse en donde solo puede entrar el personal en busca de su wallet que la había dejado.

—Buenas tardes, Taeyang —saludamos al unísono.

—Hey —nos devuelve el saludo mientras termina de colocar un aro en la pared adjunto con el precio.

Me encantaba entrar a su tienda porque una de las cosas que quisiera tener era una motocicleta, en estos momentos me encontraba ahorrando para una. Miraba cada una con detenimiento y con asombro, las que estaban tenían un diseño increíble. Sonrió suavemente al imaginarme el como sería llegar a cada sitio con una, no obstante, como sería la sensación de llevar a Jennie en una salida en moto.

—¿Todo en orden, ____________? —Taeyang se me acerca acomodándose el cigarrillo que tenía enganchado en su oreja.

—¿Ah? —llama mi atención y aclaro mi garganta—. Sí, si todo en orden.

—¿De verdad? Porque creí escuchar a dos idiotas de Yosei merodeando en la tienda como por tres horas, haciendo que saque la mitad del inventario para luego no compraran nada, hablar de como tú y tu chica, Jennie, se han peleado —respiro hondo ante sus palabras, dándome cuenta que no me debería sorprender que el chisme fuese como una plaga en todo el pueblo.

—Eh, sí —respondo—. Básicamente tienen razón.

—Ah, espero que todo mejore. Las parejas tienen sus momentos de desacuerdo, pronto se solucionará —me asegura.

—Bueno ya la encontré. ¿Nos vamos? —Yerim señala su wallet.

Asiento ante su pregunta, luego le agradezco a Taeyang por sus palabras, lo cuales me hacen sentir mejor. Cuando íbamos a salir podíamos ver a Ryunjin desde afuera pegando su rostro en el cristal, literalmente.

Al cruzar la puerta, suspira diciéndonos que al fin pudimos salir de la tienda, a lo que Yerim le contesta que no es nuestra culpa que por poco haya quemado la tienda de su hermano. El camino al cine se basó en escuchar como ellas discutían y como cada comentario era más fuerte que el otro.

—Dios mío, ya paren —Rosé ya estaba harta mientras abría la puerta del centro comercial.

—Ella empezó —Yerim rodó los ojos bufando.

—Sí pero...

—Ya —Mina le tapa la boca a Ryunjin y Yerim le saca la lengua con burla.

De algo es que tenía muy en cuenta es que Yerim y Ryunjin no podían estar de pareja, por cada argumento que tendrían hasta por respirar. Desde que se conocieron, siempre hansido así, se pelean y luego vuelven a estar como si nada hubiese pasado. Ahora mismo acabo de pestañear varias veces y veo como Ryunjin se acerca Yerim para salir en la selfie que ella quería tomarse a solas, a lo que Yerim, le hace un espacio para tomar la foto.

Meto mis manos en los bolsillos mientras nos acercamos en donde vendían los boletos. En conjunto decidimos ver El Hombre Araña 2 la versión de Tobey Maguire, que estaban estrenándola en el cine para tener una experiencia única nuevamente. Y claro, las de Tobey son mis favoritas, y más la dos.

Recuerdo haber visto la película con mi padre a solas, él me había llevado, sabiendo que quería verla y por supuesto, El Hombre Araña es mi superheroe favorito.

Compramos los boletos y nos adentramos al cine, estaba con emoción de ver una de mis películas favoritas en la pantalla grande, lo cual hace que mi mente se despejara. Hicimos la fila para las palomitas y refrescos, Mina y Yerim se encargan de tomar los mejores asientos mientras que Ryunjin, Rosé y yo tenemos la tarea de llevar las órdenes.

Al hacerlo, rápidamente nos adentramos a la sala porque sólo quedaban diez minutos en lo que empezaba la película. Subimos las escaleras de la sala, notando que Mina y Yerim escogieron las de arriba, en mi opinión la mejor fila para ver la película.

Me siento al lado de Rosé para compartir palomitas y converso con ella, en lo que pasaban los anuncios. Mi emoción aumenta más cuando se apagan las luces y ver el anuncio que normalmente tiene un cine de hacer silencio, tener el teléfono en silencio, ofertas de cumpleaños, lo que ofrecen de comida y entre otras. De pronto la introducción de la película, hace que mi piel se estremezca, la nostalgia me llega al pecho y lo que hago es sonreír.

El que tome mucho refresco durante toda la película, hace que mis ganas de ir al baño se intensifiquen. Por lo que me levanto del asiento casi acabando la película, así que mis pasos son ligeros para no perderme mucho de la película. Al salir de la sala, agradezco que hay un baño cerca.

No me tardé mucho por las ganas que tenía de regresar a la sala y terminar la película, pero escucho unas voces risueñas al salir de una sala que estaba a diez metros de mi frente a mi.

Se trataba de las mismas Lisa y Jennie.

Se me había olvidado por completo que hoy irían al cine. ¿Cómo lo sabía? Porque hace tres días atrás, a pesar de lo molesta que Jennie estuviese conmigo, quería seguir cumpliendo mi trato. Tenía muy en cuenta que Lisa quería ver una película que se estaba estrenando en esos días, se trataba de un drama enfocado en fútbol americano y como era de esperarse sabía que su interés estaba al tope.

Compre dos boletos por internet y fui hacia donde ella con la excusa de que iba a ir al cine con Jennie a ver esa película en específico, pero como estábamos guardando distancia, no creía que se iba a dar la salida. Así que en otras palabras le pedí que fuera con ella, dándole un leve empujoncito a que pudiesen tener una salida a solas.

Me escondo viendo su interacción y como mi hermanastra hacía reír a Jennie sin ningún tipo de esfuerzo. Luego la detiene a mitad de camino, en donde Lisa saca un pañuelo suave de su bolsillo para limpiar en un momento la comisura de Jennie, diciendo que tenía un poco de mantequilla por las palomitas. Ella se sonroja por el gesto, bajando su cabeza un poco y se acomoda un mechón de su cabello detrás de su oreja por el nerviosismo.

Y en esos momentos me siento como Peter Parker sentado en las escaleras por haber llegado tarde a la obra de Mary Jane, y cuando sale sale del teatro para encontrarse con la sorpresa de que esta saliendo con John Jameson, el famoso gran astronauta y exitoso.

No eramos tan diferentes, yo escondo un secreto al igual que Peter, uno que Jennie no puede saber, y era la razón de lo mucho que me gusta y que desde siempre ha sido así.

Bajo mi rostro, sintiendo como me quiebro un poco. Suspiro y me adentro de nuevo a la sala para terminar la película. ¿Honestamente? No disfrute los últimos minutos de la película, sólo quería llegar a mi casa y dormirme.

***

Al otro día, tuve que ir a la universidad, siendo sábado. No tenía clases, solo ir a administración para poder recibir una consejería académica para el bachillerato y recomendaciones de cuales clases tomar el semestre que viene. Mina me acompaña porque no tenía nada que hacer y ella decidió pasar tiempo conmigo.

Cuando salgo de mi departamento, Mina estaba sentada con su Nintendo Switch jugando como de costumbre mientras esperaba.

Salimos del edificio y nos encontramos con la sorpresa de que estaba lloviendo y fuertemente. Suspiro porque no contaba que lloviera. ¿Lo peor? No había traído un paraguas. Pudimos caminar hasta la entrada de la universidad gracias a que estaba tapado por el techo, pero solo era hasta ahí.

Me fijo en una figura conocida, parecía frustrada y a su vez casi al borde de los nervios.

—¿Nayeon? —llamo su atención.

—¿______________? —ella se asombra, pero luego sonríe—. ¿Qué haces aquí?

—Consejería académica, ya sabes —respondo—. ¿Tú?

Noto como Mina se esconde detrás de mi y no entiendo el porqué, pero me enfoco más en la porrista.

—Hoy hay partido de fútbol americano femenino y estamos desde muy temprano para prepararnos, pero esta lluvia lamentablemente nos esta retrasando —Nayeon suspira frustrada.

—¿Se puede saber el porqué? —indago con interés.

—Pues traje la camioneta de mi padre para poder traer la orden nueva de los uniformes de invierno de las animadoras, es una caja muy pesada y como veras no podré cargar con eso y menos en este diluvio —dice con derrota.

—Ah —capto enseguida—. ¿Y en donde está la camioneta?

—Esa de allí —ella señala, no estaba tan lejos.

—¿Necesitas ayuda? De seguro podre cargarla y traerla hasta aquí.

—No, que pena. Además te vas a mojar y no quisiera eso —ella expresa.

—Nada de eso, te ayudaremos, es lo menos que puedo hacer, luego de que ustedes nos apoyan —digo con un punto válido—. ¿Verdad Mina?

Mina asiente con rapidez con determinación y Nayeon lo piensa con mucha duda hasta que por fin la convenzo.

—Bueno, esta bien.

Un segundo después, Mina me detiene.

—Espera. ¿De verdad quieres hacerlo? Lo digo porque siempre te da un resfriado con tan solo mojarte un poco.

—Tranqui, estaré bien —le sonrió con seguridad.

Antes de dar un paso, Nayeon nos dice que la caja estaba en la parte de atrás de la camioneta y que estaba abierto, lo cual podría agilizar las cosas. Mina y yo nos movemos con rapidez a través del gran diluvio. Mi ropa se mojaba poco a poco y las sentía como las gotas de lluvia golpeaban mi cuerpo.

Pues hoy tenía una camisa sin mangas junto con unos pantalones cortos, que perfecta combinación.

Mina abre la puerta para que podamos sacar la gran caja y Nayeon no mentía cuando dijo que pesaba mucho. Por lo que Mina y yo teníamos que cargarla, hicimos mucha fuerza para no tener que detenernos a mitad de camino para un descanso. La lluvia dificultaba nuestra movilidad y cada vez era más intensa.

Aceleramos el paso con coordinación y al fin pudimos llevarla en donde estaba Nayeon.

—Dios, nos han salvado. ¡Muchas gracias! —ella da saltitos de emoción, incluso nos abraza a mi y a Mina. Solo que Mina se queda modo tiesa—. Gracias a ustedes podemos avanzar y estar listas cuanto antes.

—No te preocupes, no fue nada —yo sonrió negando.

—En serio, estamos en deuda. ¿Verdad chicas? —ella mira atrás.

Algunas chicas del escuadrón de animadoras estaba allí. Eran Sana, Karina, Dahyun, Joy, Danielle, Winter, Sullywon y Miyeon, ellas estaban agradecidas por el gesto.

—Si Jennie unnie no te quiere, yo sí —Karina hace un chiste.

De nuevo, niego riéndome, les digo que me saluden a Jennie de mi parte cuando la vean, pues hace días no he hablado con ella.

—¿Necesitan que la llevemos al gimnasio? —pregunta Mina.

—No sera necesario, de aquí nos encargamos —Nayeon sonríe.

Asentimos y nos despedimos para irnos, corriendo nuevamente, llegamos a mi auto. Ni siquiera me molesté en encender el aire acondicionado y si lo activaba era para que saliera aire caliente.

El camino se basó en hablar de algunos estrenos de videojuegos que pronto estarían pronto. La casa de Mina no era tan lejos de la mía, cuando la dejo, ella se despide mi, no sin antes decirme que le avisara cuando llegara a casa.

Asiento con una sonrisa y cuando ella cierra la puerta de mi camioneta, decido ir rumbo a mi hogar.

***

Estornudo y otro estornudo.

Me había confiado demasiado y debí hacerle caso a Mina. Pues mi sistema inmunologico en ciertos aspectos era débil. Una pequeña llovizna y ya estaba en cama tosiendo con alta fiebre.

Mi cuerpo lo sentía pesado y tenía como cuatro sábanas que me tapaban, el frío en mi cuerpo me atacaba.

Todo esto era una mierda.

Las chicas me visitaron para saber como estaba, incluso me trajeron ciertas cosas para que me mejorara rápido. Cosa que agradecí y aprecio.

Me encontraba viendo una serie, pues no tenía nada que hacer a parte de dormir todo el día o estar literalmente muriendo por estar con resfriado. Mis párpados se sentían pesados, otra vez mi cuerpo pedía que me durmiera.

El sonido de la puerta hace que mi atención dure un poco más, incluso mirarla dolía.

Espere a que se abriera, mi familia y las chicas sabían perfectamente que podían tocar y abrir la puerta, eso es lo que dejé a entender a mi mamá cuando recibiera visitas, porque honestamente no me iba a levantar.

Mi vista se fijó en la serie, pues las instrucciones eran claras. De seguro era Yerim para dejarme más pañuelos o para traerme más sábanas.

Escucho como la puerta se abre y todavía mi vista sigue en la pantalla.

—¿No deberías estar descansando?

Esa voz.

Con la poca fuerza miró quien estaba en la puerta.

Era Jennie, mi kryptonita.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

¡Hola! Espero que les haya gustado el capítulo de hoy

Muchas gracias por sus mensajitos lindos, les amo muchísimo 💙💙

No olviden votar y comentar

Me gustaría saber si les está gustando la historia y que piensan.

Ya saben que los leo.

Con amor,

—Wonhos

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro