El inicio

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


En el planeta tierra y a horas de la mañana, corría agitado y cansado, un hombre de no más de 26 años, piel clara, ojos cafés, estatura promedio, buen estado físico y cabello castaño oscuro, vestido con un esmoquin negro.

—Con permiso, con permiso...

—¡Mira por dónde pasas, pendejo! —Grito una mujer tras chocarse con el hombre.

—Ay, perdón... con permiso —Respondió el hombre con la cara avergonzada y agitada, reanudando su apresurado y agitado viaje por la calle, hasta que finalmente llego a su destino, el edificio principal de Noticias diarias y corrió apresuradamente por todo el lugar, hasta finalmente llegar a una oficina.

—Buenos días, Bob ­ —Saludo el hombre gentilmente a un señor de ojos azules, piel morena, baja estatura, unos cuantos kilos y una cabellera ausente que estaba en la oficina de al lado.

—Igualmente, Hank ¿ya termino la reparación de tu auto? —Pregunto Bob.

—No, hubo complicaciones y tendré que esperar unos días más.

—De acuerdo, Hank, solo ten cuidado, no sabes con que loco te puedes encontrar en las calles —Dijo Bob, a lo cual Hank asintió levemente con la cabeza y con una expresión cansado y un poco entristecida.

—¡¡¡LESTER!!! —Grito a la cercanía un señor ya mayor, con poco pelo, un estado físico algo descuidado, que portaba unos anteojos que cubrían ligeramente sus ojos cafés, una camisa blanca con botones y unos jeans negros.

—Buenos días, Señor Wilson ¿Qué ocurre?

—Ven conmigo, Lester, tengo que hablar contigo —Respondió Wilson, ante lo cual, Hank fue rápidamente a seguirlo.

—Bueno, hijo, antes que nada, buenos días —Dijo Wilson, tras llegar los dos a su oficina—. Y segundo, hijo, tengo que encargarte algo importante, bueno, tal vez ya conozcas los rumores de que algunos Superhumanos están migrando de ciudad en ciudad y que según parece nosotros somos los siguientes en la lista.

—Por supuesto, señor, pero son solo rumores.

—Hijo, si algo tiene chance de salir mal, saldrá mal ¡Ellos son como una plaga! y todos sabemos lo que pasa cuando una plaga no se extermina a tiempo...solo espero que no terminemos como Megalópolis.

—Señor, ellos aún son humanos, como nosotros... —Dijo Hank con un rostro cansado y adolorido.

—¿¡Consideras humanos a esos seres, seres capaces de hacer cosas monstruosas y humanamente imposibles!? ¡¡¡YA SEA VOLAR O LANZAR FUEGO!!! Puede que algunos parezcan humanos, pero ese factor lo perdieron desde aquel día.

—¿Qué necesita de mí, señor? —Digo Hank, cambiando el tema.

—Hijo, ha habido informes recientes de un robo en el banco principal de la ciudad, y el desgraciado que haya hecho esto, logro pasar sin ser captado por las cámaras, simplemente entro y se llevó una gran parte del dinero, no hay nada, no hay pistas de quien es, como lo hizo o porque lo hizo, absolutamente nada.

—Me encargare, señor.

—El caso es todo tuyo, hijo, que dios te acompañe.

—Amen, señor.

En pleno atardecer, en los rincones más inhabitados de la ciudad un señor de cabello oscuro, ojos cafés y traje negro elegante caminaba directo a un oscuro y abandonado callejón, mientras hablaba por teléfono.

—¡Ay, perdón, señor! —Dijo avergonzada una chica joven de ojos azules y cabello rubio, tras chocar accidentalmente con un hombre encapuchado.

—No se disculpe, yo jamás lo hago —Respondió el encapuchado, dejando a la chica algo desconcertada, para rápidamente el encapuchado apartarse y seguir su camino.

—De acuerdo, señor, hablamos después —Finalizo el hombre la llamada, tras esto, el encapuchado se acercó y golpeo al sujeto en la nuca con un pedazo de madera que había agarrado del piso, e inmediatamente lo cargaría en su espalda y caminaría hacia a otro lado junto al sujeto.

Unas horas después, en una habitación oscura, se encontraba un hombre, el cual lentamente despertaría y al abrir los ojos vería a un hombre alto, de cabello pelirrojo, unos ojos azules, un estado físico bien trabajado, unas botas oscuras, unos jeans negros, una chaqueta roja y una camisa oscura. Tras verlo, el hombre, intentaría moverse y huir, pero sería en vano su intento, y se daría cuenta de que estaba amarrado a una silla, intentaría hablar o gritar por ayuda, pero se daría cuenta de que tenía cinta adhesiva en la boca, y detendría sus intentos de escape ante la mirada burlona del hombre en frente suyo, el cual se acercaría lentamente hacia él.

—Joey, Joey, Joey, el nuevo jefe de seguridad de el gran C ¿No? —Dijo el hombre pelirrojo, para acto seguido arrancarle la cinta adhesiva de la boca a Joey.

—¡Myers, desgraciado! ¿Qué crees que estás haciendo?

—Oye ¿Ni siquiera un "buenos días"? —Respondió Myers en un falso tono ofendido.

—Idiota, no debiste salir de tu escondite, el jefe se dará cuenta de mi desaparición y vendrá —Dijo Joey en tono amenazante, a lo cual Myers lo miro burlón.

—¿Para qué me trajiste aquí? ¿Cómo te ocultaste de nosotros? —Pregunto Joey furioso, a lo que el hombre pelirrojo simplemente lo miró fijamente y acto seguido sus ojos y manos comenzaron a brillar de un intenso color verde.

—Estuviste ahí ese día... —Dijo Joey sorprendido—. Pero eso no explica cómo te ocultaste tan fácil de nosotros.

—Estábamos ocultándonos fuera de la ciudad, hasta que...ocurrió... yo...pude sentir como mis huesos se paralizaban, mis ojos y mente se nublaban...mientras mi cuerpo sufría sin que yo lo supiera...una transformación

—Eres uno de esos malditos superhumanos

—Si

—¿Qué paso con Matt?

—¡¡¡ESO NO TE INCUMBE!!! ...aparte, creo que deberías preocuparte por otras cosas, como no se ¡Que estas atado en una silla de mierda, en medio de quien putas sabe dónde y con el demente que te secuestro, al lado tuyo! ¡¡¡HAMBRIENTO Y ENOJADO!!! —Grito Myers, sacudiendo los brazos violentamente

—¿El...mu...? —Pregunto Joey tras unos segundos.

—¿Acaso eres sordo? ¡Eso no te incumbe!

—¿Para qué me trajiste aquí? —Dijo Joey, cambiando Joey el tema.

— Creí que nunca lo preguntarías —Respondió Myers tras unos segundos, intentando hablar más calmado—. es algo sencillo, quiero que tú y tus tropas estén a mi servicio.

—Eres muy estúpido si crees que va a pasar eso —Respondió Joey, enojado y burlón.

—Concordaría, pero hay un pequeño detalle que se me paso, es un pequeñito, pequeñísimo detalle...y es que mientras estabas durmiendo, yo introduje en tu cabeza un explosivo remoto, nada grande, tranquilo...solo lo suficientemente pequeño como para explotar toda tu cabeza, si es que lo activo, ¡Claro! —Respondió Myers. A lo cual Joey quedó aterrado y enojado.

— Eres un grandísimo hijo de...

— ¡¡¡PERO!!! aun tienes una forma de salvarte, es muy simple, trabajaras para mí y me ayudaras a acabar con él —Respondió Myers—. ¿Qué dices?

— De acuerdo, te ayudare —Dijo finalmente Joey, dudoso, tras varios segundos.

— ¡¡¡YA ESTA!!! manos a la obra —Dijo Myers, alzando las manos en un gesto triunfal.

— ¿Oye, me desatas?

— Ahorita, primero iré por un Sándwich.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro