Doce

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Un sonido de alarma sonaba en la cabeza de ambos, pero los besos eran embriagadores. Joder, estaban tan necesitados el uno por el otro que aquella sesión de besos bruscos se había vuelto más larga de lo normal.

Taehyung seguía aprisionándolo en sus brazos provocando esa electrizante sensación al hacer fricción con su entre pierna y la de SeokJin. Este por su parte mantenía su cabeza bien agarrada, enredando sus largos dedos a las finas hebras enmarañadas de Taehyung.

—Joder... —exclamaba el castaño entre besos violentos y mordidas apasionadas.

Caminando en dirección a la cama, con Taehyung de espalda a esta, lo arrojaba de forma brusca contemplando medio segundo la mirada lasciva que el azabache tenía pintada. No había aguantado mucho alejado, porque se tiraba a atacar nuevamente aquellos labios—su parte favorita—SeokJin tenía debilidad por esos labios semi gruesos en forma de corazón que tenía el azabache.

Sus besos lo ahogaban, embriagaba y extasiaban, todo en forma de avalancha y se encontraba a horcajadas encima del menor. Ahora este se dedicaba a quitarle aquella remera blanca que a pesar de que le lucía bien, él se veía muchísimo mejor sin nada.

—Ay, dios —suspiraba al tener a SeokJin encima con el torso expuesto, tan blanquecino que se veía precioso.

«Pero está marcado»

Quitando aquel pensamiento rápidamente tomaba al castaño de su angosta cintura para abalanzarse a besar su abdomen, pasar la lengua de forma lenta y perezosa, mientras que SeokJin seguía despeinandolo y se iba en suspiros.

Aquella lengua era caliente y suave, el dueño de la misma sabía jugar muy bien con ella, lamiendo, succionando y mordiendo. Eso había bajado la guardia del mayor quién ahora por parte de un movimiento brusco quedaba bajo Taehyung que atacaba sus pezones rosados que resaltaban cuál botón.

—Mmm...ay, dios. Tae —SeokJin se removía debajo de los besos y las caricias que Taehyung le daba sin tapujo alguno.

No, no se guardaría nada. Estaba demasiado hundido en aquel cuerpo, ahora se encontraba haciendo un camino de besos hacía las clavículas del mayor para comenzar a besar y morder sus hombros—su parte favorita—los cuales estaba seguro de que iba a arañar a su antojo más adelante.

Como solía hacerlo en el pasado cuando SeokJin lo tomaba sin clemencia y embestía con pasión. Si, Taehyung quería eso, lo anhelaba de nuevo, más de lo que quisiera admitir.

Por su parte el castaño sentía su entrepierna endurecida, deseando ser liberada y atendida, deseaba aquella boca y aquellos besos en cada rincón de su cuerpo, de nuevo. Así que sus manos tomaban cartas en el asunto y dejando el cabello sedoso de Taehyung de lado, le quitaba su camiseta.

Nuevamente aquella piel acaramelada a su merced, tenía terribles ganas de fundirse en Taehyung de nuevo. La yemas de sus dedos iban ascendiendo y pasaban con vehemencia por la suave piel de color canela, luego arañaba cuesta abajo y se metían en el elástico del pantalón para dar un tirón.

—Quitatelo —ordenaba el castaño y atrapaba los labios de forma brusca y jalaba el inferior en una mordida—. Quítate todo, ahora.

Daba un leve empujón al menor para liberarse y así imitar la acción de este quitando cada uno su propio pantalón y bóxer. Taehyung se encontraba de pie mientras que Seokjin seguía en la cama sentado. El azabache se vio hipnotizado por la desnudes de aquel hombre, cada parte de SeokJin era perfecta, desde su cabello hasta la punta de sus pies y ahora se encontraba babeando por la polla de este que estaba completamente erecta.

Deseaba eso dentro de nuevo. Sabía que SeokJin lo llenaba a la perfección, o al menos tenía vagos recuerdos.

El castaño había notado la mirada hambrienta de su ex y ahora sentado masajeaba su erección con parsimonia mientras mordía su labio inferior haciéndole seña a Taehyung de que se acercará.

—Ven aquí —pedia saboreándose lo que el azabache también se cargaba.

BaekHyun no había tomado a SeokJin más de dos veces—bueno, lo había intentando—pero simplemente no se les daba de esa forma. Así que no había comparación entre Taehyung y alguien más.

Pero este sería un solo encuentro, una sola revolcada y él tomaría a Taehyung con todas las ganas que venía reprimiendo y lo estaban destruyendo.

Ahora el azabache estaba con su propia prominente polla que golpeaba su abdomen, SeokJin dejaba de darse atención para tomarlo de las caderas y acercarlo más.

—Ah... —un suspiro ahogado se le escapaba al sentir la presión del castaños en sus muslos.

Sin la más perdida de tiempo la lengua del mayor pasaba de abajo hacia arriba cubriendo de saliva todo el falo de Taehyung, su mano izquierda apretaba y comenzaba un bombeo descarado y poco delicado mientras su boca chupaba el glande.

—Mierda... —los muslos de Taehyung se habían tensado y sus piernas comenzaban a temblar.

SeokJin no estaba siendo considerado, estaba saciando el hambre que sentía por aquel hombre, así que chupaba sin reparo saboreando aquella polla que ahora admitía, haber extrañado demasiado.

—Joder, tan delicioso, como siempre —soltaba mientras seguía succionando y ahora sus ojos miraban a Taehyung de forma intensa.

—Tan bueno, como siempre —soltaba entre jadeos sin dejar de verlo. Sus manos fueron a las hebras finas del mayor para tomar con fuerza.

Lo alejaba de repente haciendo que un sonoro plop de humedad inundara su vía auditiva.

SeokJin tenía sus labios hinchados y se los relamía de forma seductora—. Folla mi boca —rogaba ronco haciendo que Taehyung perdiera la poca cordura y metiera su largo falo en aquella cavidad bucal tan caliente que lo envolvía a la perfección.

Sus caderas empujaban de atrás adelante, de forma suave para luego dejarse llevar de forma más ruda, mientras su respiración era pesada y sus jadeos cada vez más fuertes, SeokJin gemía con la polla en su boca, chupaba y succionaba de forma descarada.

—Si...mmm —Taehyung estaba perdido en la sensación de su cuerpo y en la imagen frente a él.

Jamás hubiera creído que tendría a SeokJin nuevamente y encima, dejándose follar esa boca del infierno.

Los sonidos de arcadas volvía locos a ambos, el castaño sabía cómo relajar sus garganta para cubrir toda la longitud lo máximo posible.

—Joder, me voy a correr si sigo así...sss.

Y no mentía, así que Seokjin ralentizaba sus movimientos y ejercía presión en sus caderas para que se detuviera y luego lo soltaba. La polla de Taehyung estallaría en cualquier momento y la vena grisácea que la decoraba lo invitaba a Seokjin a continuar, pero no.

No lo haría correrse de esa forma.

—Recuéstate —ordenaba.

Su propia polla estaba necesitada, pero necesitaba preparar a Taehyung. Sin importar que fuera solo sexo de una noche, no lo lastimaría.

Se iba al baño en busca del lubricante sabor cereza, el sabor no le importaba de todas formas, le gustaba como sabía Taehyung y viceversa. El menor lo esperaba en la cama evitando darse atención a su entrepierna, estaba desesperado por correrse, pero él tampoco quería hacerlo con una mamada, quería a SeokJin golpeando en su punto dulce esa noche.

Quería correrse con Seokjin dentro.

El mismo volvía derramando el lubricante en sus largos dedos, aquellos peculiares que le encantaban al azabache.

—Ponte en cuatro —soltaba.

«Joder, lo quería de frente» pero rápidamente ahuyentaba esos pensamientos, mientras menos contacto visual, mejor, así que obedecía sin chistar.

Apoyando sus codos sobre la almohada paraba su culo. Sabía que SeokJin se volvía loco por aquella parte de su cuerpo.

—¡Ah, joder! —una nalgada lo tomaba por sorpresa.

—Que buen culo —murmuraba el castaño detrás y ahora una mordida descarada que lo obligaba a encorvarse.

—Ya, imbécil —soltaba indignado.

Le había encantado eso y lo detestaba.

Un risita socarrona escapaba de la boca de SeokJin quién ahora acariciaba la zona afectada por la nalgada y la mordida, sin más jugueteo pasaba su lengua por la entrada.

—Ay, dios...si —empujaba su culo necesitado y no le importaba estar rogando por ser follado—. Ya, prepárame.

Una línea fina de lubricante era derramada en la entrada, luego la arrojaba por algún lado de la cama y un dedo se metía en el pequeño agujero de su ex.

La paredes lo envolvían al instante, pero sentía cierta barrera. Taehyung estaba deseoso más no relajado.

—¿Hace cuánto que no dejas que nadie te tome? —preguntaba curioso.

—No es de tu jodida incumbencia —respondía resoplando.

SeokJin negaba ante la actitud hostil.

—Relajate para mí entonces —ordenaba con voz ronca.

«Engreído» una vez más se dejaba llevar por sus impulsos y relajaba su cuerpo permitiendo que el dedo de SeokJin comenzará la preparación.

Adentro y afuera con parsimonia, ardía un poco hasta que el mayor encontraba al instante su punto dulce.

—¡Ya!...otra vez —pedia moviéndose para follarse con el dedo curvo del mayor—. Más, añade otro

—De acuerdo —el castaño obedecía.

Un segundo dedo era insertado, casi imposible de separar hasta que Taehyung volvía a relajarse y a aceptarlo.

Ahora comenzaba a hacer tijera para dilatarlo pronto, ya no resistiría más tiempo ver cómo ese hombre se follaba sus dedos y claramente gozaba y comenzaba a soltar gemidos, lo tenía embobado y lo tenía ardiendo en deseo.

El punto dulce era tocado de nuevo.

—Ay, dios. Si, mierda ... Si, si —Taehyung gemía de forma descarada por un simple adelanto.

Así que cuando sentía que ya estaba lo suficientemente preparado, abandonaba el interior de repente y Taehyung bufaba bajito, pero sabía que se vendría la mejor parte. Así que tomaba la botella de lubricante, pero antes de derramar un poco en su polla el brazo de Taehyung lo detenía.

—Dejame darte una mamada —pedía acomodándose en sus rodillas.

Claramente, SeokJin no se negaría a tener esa boca en su polla después de tantos años. Así que solo asentía embobado ante tal oferta.

Todo era vulgar, pero intenso, tan intenso como lo que aún sentía, pero no deseaban expresar con palabras.

3/4

Gritos internos aquí...→
Casi salgo frustrada con este edit 🥴

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