⛓️Chapter forty five!

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Taehyung tomó un profundo respiro, dejando que algunos segundos marcaran el momento exacto que estaba viviendo.

Decidió abandonar las dudas y finalmente ingresar a la habitación que refugiaba a su juguete. El espacio se encontraba en penumbras, debido a ello, el omega encendió las luces para concentrarse en el bulto que sobresalía de las sábanas de la cama.

—Jungkook —llamó con cuidado. Afortunadamente no tuvo que hacerlo una segunda vez.

El alfa aventó las sábanas con movimientos desordenados, se levantó de la cama y miró al omega con una mezcla perfecta de ansiedad, desesperación y miedo.

—¿Q-qué está pasando, Tae? —preguntó en voz baja.

Llevaba días completos encerrado en esa habitación. Escuchó ruidos extraños, fuertes detonaciones y al final el silencio extraño y asfixiante que jugó con su mente por un tiempo prolongado. Necesitaba respuestas o iba a enloquecer.

—Estamos entrando en guerra y necesito que te decidas de una maldita vez —anunció el omega con determinación—. Jimin tendrá una reunión con el consejo, desde ese momento el destino de los alfas que son juguetes estará en peligro.

—¿D-decidirme? —inquirió con nervios, mientras retrocedía torpemente.

Taehyung lo miró en silencio, contemplando las opciones que tenía que, a decir verdad, se reducían a una sola. Terminó suspirando rendido, siendo víctima de sensaciones entrañables que parecían alimentarse con fuerza cuando sus ojos caían en los del alfa.

—Sé quien eres —susurró, mirándolo directamente—. Mi padre también lo sabe, y supongo que Jimin lo está descubriendo en este mismo instante.

—¿Quién soy para todos ustedes? —preguntó de repente, ganando un poco de valor y dominio en su comportamiento.

El omega lo miró extrañado, pero terminó respondiendo:

—Hijo único de Kaisa, por ende, el sobrino que Yoongi está buscando.

—¿Él me está buscando? —preguntó Kook con ojitos brillantes de ilusión.

—Sí. Fue lo primero que solicitó a mi padre cuando llegó a la manada —informó—. Yoongi es el comandante de la guardia negra, Jungkook. El primer ejército de alfas legendarios que están bajo el dominio de Jimin, nuestro líder.

La información cayó con velocidad y el alfa tuvo que esforzarse para comprenderla. Fue más rápido de lo que creyó, ayudó también que sabía la enemistad que su padre y su tío tenían; una donde ambos habían elegido su propio bando, y ahora había llegado su turno.

¿Debía pelear al lado de su padre o al lado de Yoongi? La cabeza le dio vueltas, Jungkook estaba acorralado.

—N-no entiendo... —susurró, más para sí mismo—. ¿Por qué mi padre está haciendo todo esto? Nunca entendí.

—Por odio —respondió Taehyung de todas formas—. Tu padre ha causado un caos en esta manada y un daño irreparable en mi mejor amigo —aseveró—. Jimin desea venganza, Jungkook, y yo estaré ahí para ayudarle.

—Yo... yo, necesito... necesito pensar bien. —el alfa tiró de sus cabellos con frustración. Las palabras correctas no estaban saliendo de su boca, nada más meras incoherencias que no le ayudarían a poner en claro su situación.

¿Los omegas no eran los únicos malos de la historia que vivía en su mente? Jungkook seriamente comenzó a cuestionarse muchas cosas. ¿Por qué su padre jamás vivió con él durante su niñez? ¿Por qué nunca supo quién era su madre? ¿Por qué él tenía que odiar a los omegas para ser un buen hijo? ¿Por qué?

—Lo siento, Jungkook, pero no hay tiempo.

Las palabras dichas por Taehyung encontraron explicación cuando a la habitación ingresó Park Jimin. El líder iba en compañía de su esposo, además de Kim SeokJin y Kim NamJoon, pero lo que a Jungkook le estremeció en verdad fue la manera en la que el omega de cabellos negros lo miraba.

—Debería matarte —dijo Jimin, dirigiéndose exclusivamente a Jungkook—. Matarte con mis propias manos para devolverle el favor a tu maldito padre.

—Jimin, por favor —intervino Taehyung. Jamás había visto a su amigo de esa manera, tan furiosa y dolida a partes iguales.

—¿Por qué debería perdonarle la vida? —preguntó Jimin, mirando a su amigo—. ¿Porque es tu juguete? No te preocupes, Tae. Ya no tendrá la misma relevancia de antes.

Para ese momento Jungkook tenía los ojos llenos de lágrimas, dando la imagen real de un pequeño cachorro asustado y perdido.

—El pequeño alfa es inocente, Jimin —habló Jackson—. Él no tiene la culpa de lo que su padre ha hecho, y tú no lastimas a los inocentes.

El omega Park sonrió con desprecio.

—Tal vez sí lastime a inocentes —dijo—. Matarlo a él me daría un poco de paz, me haría saber que hice sufrir a ese maldito que me quitó a mis padres.

Taehyung se colocó frente a Jungkook, protegiéndolo de todos los demás, sobre todo de Jimin, quien lo miró con leve sorpresa y las cejas alzadas.

—No lo vas a dañar —dijo el omega de cabello azul—. Por mí no lo harás.

—¿Tanta confianza tienes en nuestro lazo de amistad, Kim? —cuestionó Jimin con una ceja alzada.

—Sí, demuéstrame que estoy en lo correcto Park —respondió Taehyung.

El líder guardó silencio, el suficiente para crear más tensión en el momento. Miró nuevamente al alfa que su mejor amigo estaba protegiendo, y por un instante se sintió reflejado en las acciones del menor de los Kim, aunque la idea no le agradara en lo absoluto.

Se rindió, y el suspiro pesado que expulsó fue la firme prueba de ello.

—Llamen al comandante Min —pidió Jimin, desencadenando una serie de suspiros tranquilos y una sonrisa ilusionada en Jungkook.

Pasaron unos minutos para que los sonidos de pasos rápidos y fuertes rompieran la atmósfera del lugar. Min Yoongi ingresó a la habitación, desesperado y con la respiración acelerada que se atascó en el mismo momento que miró al pequeño alfa que estuvo buscando durante el último tiempo.

—Kookie —llamó suavemente, y sólo eso se necesitó.

—¡Yoongi! —exclamó el alfa menor, con los ojos inundados en lágrimas.

Ambos se unieron a un abrazo apretado que no daba tregua. Jungkook se refugió en el aroma familiar y tranquilizador de su tío, sintiéndose tranquilo por ese breve momento. Yoongi para él era más importante que cualquier otra cosa, lo confirmó en ese instante donde volvió a sentirse como un cachorro indefenso.

—Cachorro, por fin puedo verte —murmuró el alfa mayor, mientras sus manos acariciaban la espalda de su sobrino para tranquilizarlo.

—Tengo miedo, mi padre... él...

—Trata de mantener la calma, Jungkook —pidió Yoongi—. Todo estará bien para ti, te lo prometo.

El mayor de los Min soltó brevemente a su sobrino y miró atentamente al líder. Jimin salió de la habitación en silencio, fue seguido por todos los demás hasta que llegaron a un salón más amplio y cómodo donde cada uno tomó asiento.

Cuando todos estuvieron en sus lugares correspondientes, Jimin habló:

—La mayoría de los presentes sabe el decreto que llevaré a cabo —inició—. Muchos demostraron su desacuerdo, así como hubo otros que me apoyaron —hizo una pausa—. Sin embargo, es la única manera para debilitar las fuerzas que el enemigo plantó en el clan.

—Fui uno de los que demostró desacuerdo —dijo SeokJin—. Me pareció una idea cruel, pero hay que ser objetivos —soltó un suspiro—. Además, eres nuestro líder, así que te seguiré hasta el final.

—Me parece radical, incluso inhumano —siguió Jackson—. Entiendo que estamos en guerra y que es la mejor forma que tienes para defender la manada, así que adelante.

Los ojos del líder se encontraron con los dorados de Yoongi. Ambos comenzaron un duelo de miradas, hasta que el alfa terminó cediendo.

—Estoy de acuerdo con el decreto —anunció con firmeza, logrando sorprender a más de uno—. Estamos pasando por momentos cruciales, así que es necesario cortar todo de raíz para no vivir con la incertidumbre o con las consecuencias de un pequeño error —dijo, y todos asintieron de acuerdo—. Lo único que quiero saber es lo que pasará con mi sobrino en todo esto, pues la nueva ley lo afectará.

—Es una suerte para ambos que mi esposo tenga leyes completamente diferentes en su territorio —comentó Jimin, notando como Yoongi frunció el ceño de inmediato—. Jackson se llevará a Jungkook y a NamJoon al clan de las montañas. Ellos permanecerán ahí mientras la ley se establece. Ya luego veremos.

—No —gruñó Yoongi de inmediato—. No confío en él.

—Tendrás que hacerlo si quieres que tu sobrino sobreviva —sentenció Jimin, y por su tono inflexible, el alfa castaño supo que no habría marcha atrás.

El ambiente se estaba volviendo peligroso, tanto que el propio Jackson tuvo que intervenir.

—Llegó el momento de dejar de lado todo tipo de problemas personales y actuar como personas racionales —habló con firmeza, mirando directamente a Yoongi—. Jungkook y NamJoon son dos alfas y no sobrevivirán si se quedan aquí —les recordó—. Mis tierras son el único lugar seguro, tanto de Kaisa como de la próxima ley. Si vamos a hacer algo, debe ser ahora.

Jungkook se inquietó de inmediato, miró a su tío con la duda pintada en su mirada y luego se concentró en Taehyung.

—¿Me alejarán de ti? —preguntó, con sus ojos puestos en el omega menor de los Kim.

—No será por mucho tiempo, o eso espero —respondió con una mueca—. De todas formas, tenemos un viaje al clan montañoso, así que aprovecharé para verte.

—Ambos estarán a salvo —aseguró el comandante Kim. Él más que nadie había notado el silencio absoluto que tenía NamJoon con todo lo que estaba pasando.

—¿Cuando deben irse? —preguntó Yoongi, cediendo y ligándose al plan, ya que sabía que era lo mejor para Jungkook.

—En la madrugada —respondió Jackson—. Ya todo está listo.

Yoongi miró los ojos de su sobrino, sonrió tenue con la esperanza de poder tranquilizarlo un poco. La mejor parte fue que funcionó.

—¿Confías en mí, cachorro? —cuestionó con un leve tono de duda.

—Siempre —afirmó Jungkook.

—Entonces vete con NamJoon al clan montañoso —pidió—. Estarás bien allí.

El menor de los Min asintió levemente, animándose a dar una sonrisa pequeña a su verdadera figura paternal.

—No irán de vacaciones. —la voz demandante del líder cortó el ambiente—. Entrenarán bajo máxima vigilancia hasta que se conviertan en alfas útiles y puedan regresar para tomar lugar en cualquiera de los ejércitos. Es la única salida que tienen.

—Acepto las condiciones, mi líder —habló NamJoon con serenidad.

—Y-yo también... mi líder —siguió Jungkook, un poco nervioso, pero confiando en que continuaría con vida.

Decreto oficial número 713.

El líder Park Jimin. Décimo descendiente, hijo de Park YoonWoo y Park Saran se dirige a las máximas autoridades: miembros del consejo, comandantes, generales y tenientes. Así como a todos los miembros de la población.

En la próxima luna llena, todos los ejércitos bajo el dominio Park quedan autorizados para capturar a cada alfa que esté presente dentro de la manada, con la única excepción de aquellos que formen parte de la guardia negra y su general: el alfa legendario Min Yoongi.

Las casas de juegos, la avenida Brooks y los salones de alfas serán destruidos. Esto incluye el salón rojo, y la guarida de piedra donde residen los juguetes de los miembros del consejo.

Las cazas en los bosques quedan estrictamente prohibidas, así como la venta ilegal de alfas. Cualquier persona que se atreva a desafiar la nueva ley, será ejecutada sin contemplaciones.

Todos los alfas capturados quedan sentenciados a muerte, y el mismo destino ocurrirá para aquellos que pisen los dominios del actual líder de forma ilegal.

El territorio bajo el mandato de Park Jimin será liberado de los traidores a costa de sangre y de muerte. Es un precio que se pagará con la certeza de salvaguardar el futuro próspero de las generaciones venideras.

¡Honor, valentía y fuerza!

Firmado por:

Líder: Park Jimin.
Comandante: Kim SeokJin.
Presidenta: Kim Jennie.

El primer decreto oficial del líder llegó hasta el rincón más remoto de la manada. Se desató el caos, y, por primera vez, absolutamente todos ellos, incluido el consejo, sintieron horror de tan solo escuchar el nombre de Park Jimin.

Porque Park Jimin fue y quizá será el único omega en la historia del clan de tener el coraje real de atacar a sus enemigos de frente y hacerlo bajo sus propias reglas.




























Sí pude actualizar 🤧

Y...

Jimin hará una masacre 🥰

¡Hasta el próximo capítulo!

⛓️Yoon~

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