⛓️Chapter forty four!

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Yoongi estaba desesperado. Se movía de un lado a otro sintiéndose como una bestia enjaulada, aislada del mundo y del hombre que lentamente comenzaba a enloquecerlo.

También estaba furioso. Furioso y malditamente celoso. La última imagen que tuvo de Jimin fue cuando el omega caminó tomando la mano del estúpido beta que era su esposo, mirándolos desaparecer detrás de las grandes puertas de la habitación que les pertenecía.

El alfa no quería pensar lo que ellos estaban haciendo en el interior de esa habitación, de verdad que no quería. Sin embargo, sólo tuvo que recordar la marca que adornaba el cuello de Jackson para que sus pensamientos se tornaran más caóticos y oscuros.

No era un matrimonio meramente político como Jimin se lo dijo alguna vez. Ellos follaban, se besaban, dormían juntos, y el omega lo marcó sin problemas, como si Yoongi jamás hubiese existido o importado.

Probablemente esa era la realidad y Yoongi simplemente no la aceptaba.

Finalmente, el alfa decidió salir de su habitación. Se sentía ahogado entre esas paredes elegantes, y no era buena idea si su intención era calmarse para no llevar sus pensamientos al límite.

El pasillo de las habitaciones de los generales era el segundo dentro del palacio del poder. Si Yoongi quería llegar hasta la habitación de los líderes tendría que subir las escaleras hasta llegar al punto más alto. Lo consideró por un momento, con el pie derecho apoyado en el primer escalón, mas terminó desechando la idea, pues no terminaba de confiar en su control.

Al final, era un alfa legendario, y aunque estaba puliendo el dominio en sus instintos, él sabía que nada involucrado con Jimin le daría la ventaja.

De sólo pensar otras manos tocando y besando al omega, enloquecía, llegando a desconocerse incluso, debido a la violencia de sus pensamientos.

Terminó soltando un gruñido bajo cargado de impotencia. Yoongi dejó de lado la idea inicial y, en su lugar caminó hasta la salida del palacio con el objetivo de dar una ronda por su ejército para ver cómo iban las cosas, sobre todo, como los alfas se estaban adaptando.

El dolor en su corazón no se iba, el peso en su pecho aumentaba. Los sentimientos en él estaban desbordados, alimentándose cada vez que miraba al motivo de sus anhelos, creando una guerra cuando sus ojos se encontraban, y como los otros no le transmitían lo que tanto soñaba.

Dolía como el infierno. Dolía...

Yoongi amaba profundamente a Jimin. Lo veía como su omega, el único al que podría pertenecerle, y estaba dispuesto a hacerlo. Amarlo, amarlo y amarlo, incluso si ello significaba perderlo.

Pudo descansar de esos pensamientos destructivos cuando se encontró con su hermana. La mujer estaba en su puesto de vigilancia, alerta y armada, en compañía de dos guardias más.

—Rue —pronunció, teniendo cuidado para no asustarla. Aunque sabía que era inútil, los instintos de su hermana estaban activados, así que no podían tomarla por sorpresa.

—Veo que tampoco puedes dormir —comentó ella, mientras continuaba vigilando el perímetro de su ejército.

El alfa frunció ligeramente el ceño. Se concentró en el mismo punto y sus ojos rápidamente se adaptaron a la oscuridad del lugar, al mismo tiempo que sus oídos tomaban los sonidos bajos de la noche hasta traducirlos en información que quedaba encerrada en la mente de Yoongi.

—Es lindo. —el comentario de la alfa fue merecedor de una mirada confusa.

—¿Qué cosa? —inquirió el castaño.

—Jimin. Es lindo —aclaró, lanzando una mirada profunda a su hermano mayor.

—Detente con esos pensamientos, hermana. No me gusta —riñó el mayor de ambos. Mostrándose posesivo e importándole poco.

—¡Hey! Los cargué a ambos y los llevé hasta un lugar seguro, ¡al menos dame ese derecho!

—¡No tienes ningún derecho! —exclamó, quizá demasiado alto.

Sonidos a su izquierda detuvieron todo intento de discusión. Yoongi se puso alerta, mostrando un leve rastro de incredulidad cuando su hermana siguió comportándose con tranquilidad, como si realmente no existiera amenaza.

—No eras el único que no podía dormir —dijo RueSo ante la mirada insistente del alfa.

Yoongi comprendió las palabras cuando a pocos metros divisó a Jimin. El omega estaba dando una caminata nocturna, con la luz escasa de la noche que fácilmente era consumida por sus ropajes oscuros y cabellera negra.

—Era a él a quien tanto vigilabas —acusó con un gruñido.

RueSo no demostró culpa, simplemente se encogió de hombros, para luego responder:

—Es el líder. Mi deber es vigilar que esté seguro siempre.

Se ganó un buen golpe de su hermano, quien no perdió tiempo y fue detrás del omega. Sus instintos de lobo estaban despiertos, el animal que vivía en su interior y que formaba parte de su alma estaba inquieto, como si quisiera mostrarle algo que iba mucho más allá de lo físicamente existente, llevándole a un punto más íntimo, más mágico.

Fue entonces que Yoongi sintió una corriente de aroma proveniente del omega. Los pasos se detuvieron, sus fosas nasales se ensancharon, dejando que la esencia ingresara, y notando como la misma había adquirido dulzura... una dulzura embriagadora que hizo que su lobo rasgara para salir a la superficie.

Había algo diferente en Jimin. El lobo de Yoongi lo sentía, lo reclamaba como suyo, rugiendo y soltando feromonas de posesión para cubrir al omega que estaba a unos cuantos metros de distancia.

—Deja de seguirme. —el gruñido irritado del omega no sorprendió a Yoongi. Sabía que en cualquier momento, Jimin detectaría su presencia.

—No estás en el palacio, es peligroso —dijo, dando un paso más cerca del otro.

—Sé defenderme, ¿o es que lo olvidaste?

Por supuesto que Yoongi no lo olvidaba. Jimin era el omega más fuerte e inteligente que había conocido, y no lo pensaba desde el dominio de sus sentimientos, sino que realmente así era. El líder del clan se ganó ese puesto a pulso, por ello él lo respetaba tanto y su lealtad resultaba real e inquebrantable.

Pese a ello, también notaba cierta fragilidad en la presencia del omega. Era un sentimiento que no estaba antes, que no podía reconocer del todo y que lo estaba volviendo loco al no saber lo que era.

—Mi instinto me grita que te proteja —habló Yoongi—. El lobo que vive dentro de mí te siente frágil, por ello estoy aquí, siendo tu sombra y cuidando que estés bien.

Jimin se tensó visiblemente, incluso se mostró nervioso. Los pensamientos del omega llegaron a la conclusión de que era su hijo, el pequeño cachorro fue engendrado por un alfa legendario, así que, era bastante normal que estableciera un vínculo inmediato al estar cerca de su padre.

Yoongi no lo sabía, pero lo sentía. Para Jimin fue la mayor prueba de que estaba en lo correcto, y con ese conocimiento, fue que no supo cómo actuar.

—Estaré bien —dijo, carraspeando para encontrar más fuerza en su voz—. Quiero estar solo.

—Lo siento, no te dejaré solo.

—Déjame solo, no es la primera vez que lo harías —recriminó Jimin, dándole una mirada envenenada.

—Tuve mis razones para irme, omega —dijo Yoongi con seguridad—. Estoy esperando ansioso el momento en el que decidas escucharme de verdad.

—¿Por qué insistes tanto en lo mismo? Nada va a cambiar.

—No puedes asegurar algo que no está en tus manos —refutó el alfa—. Tampoco puedes medir la fuerza de voluntad que tengo para recuperarte.

—Nunca me tuviste —aseguró Jimin, ofreciéndole una mirada altiva.

Yoongi sonrió ladino, y en un movimiento rápido y certero encerró el cuerpo de Jimin contra el tronco grueso de un árbol. La cercanía de ambos impactó de forma desmedida, donde sus respiraciones volvieron a mezclarse y sus ojos a encontrarse.

El alfa acarició con delicadeza y sensualidad el cuello del omega, los dedos largos rozaron la piel que se erizó bajo su tacto, donde ambos recordaron la única vez que estuvieron juntos de la forma más íntima y carnal posible.

Segundos después, Yoongi se inclinó lo suficiente para que su aliento tibio golpeara la oreja izquierda del líder.

—Fuiste mío, omega —susurró con voz ronca y profunda—. Tu cuerpo fue mío, tus besos también —continuó—. Dejé mi semilla dentro de ti y también te entregué mi nudo —siguió hablando, notando como el otro comenzaba a inquietarse—. Y eso es algo que no podrás cambiar, ni borrar de tus pensamientos.

Jimin jadeó cuando los recuerdos de ese encuentro llegaron a su mente. Mandó todo al infierno por ese efímero instante, y, sin pensar en futuro o consecuencias, buscó la boca de Yoongi, ya que era la única que se amoldaba a la suya de manera perfecta.

El beso fue apasionado y demandante. El omega dominó y el alfa se dejó dominar con todo gusto, sintiendo fuertes latigazos de placer que rápidamente encendieron sus cuerpos, poniéndolos al límite en cuestión de segundos.

Mordiscos y succiones acompañaron el beso prolongado que estaban compartiendo. El sonido húmedo de sus lenguas y los chasquidos ahogados les recordó lo bien que lo hacían, lo mucho que lo disfrutaban, aunque sus sentimientos fuesen un caos.

Se alejaron porque el aire comenzó a faltarles. Aun así, Jimin seguía aprisionado contra el árbol y rodeado por los brazos fuertes del alfa que estaba completamente pegado a su cuerpo.

—Espero que no me golpees por eso —dijo Yoongi, lamiéndose los labios.

—Fui yo quien te besó —respondió Jimin sin darle más importancia—. Además, me pareció que disfrutaste el golpe que te di, así que no volveré a hacerlo.

El alfa soltó una risa baja, miró risueño al hombre que seguía sosteniendo entre sus brazos, dejando que sus ojos se sinceraran para que esa mirada le transmitiera al omega todo lo que sentía, todo lo que le entregaba de manera voluntaria y sin miedos o arrepentimientos.

—No pretendas que me aleje de ti después de esto —comentó en voz baja, atento a la reacción del omega.

—Fue sólo un beso —dijo Jimin, mas su reacción dejó en claro que no había sido solamente eso.

—Un beso que te hizo fundirte entre mis brazos —aclaró el alfa—. Di todo lo que quieras, recházame e insúltame que, de igual manera, tu cuerpo se encargará de contradecir cada palabra que salga de esos labios que están mordidos por mí.

Las mejillas de Jimin se ruborizaron, y para Yoongi fue tan encantador de ver que no pudo evitar el suspiro embelesado que salió de sus labios.

—Suéltame —gruñó el omega de mala gana.

El alfa lo soltó con una sonrisa divertida y mirada triunfal. El muy desgraciado se sentía como un afortunado vencedor, logrando que el humor del omega se volviera peligroso, sin contar con el cóctel hormonal que comenzaba a activarse debido a las diez semanas de embarazo.

—Entra al palacio y trata de descansar —sugirió Yoongi, con la única intención de molestarlo.

Funcionó. Jimin estaba tiernamente furioso.

—¡Tú no me das órdenes! —chilló, pero de igual forma comenzó a dar zancadas rápidas hasta el palacio del poder.

Mientras tanto, el alfa vigiló de cerca el camino del omega, sonriendo ampliamente y acariciando sus propios labios que conservaban la huella del líder.

Kim SeokJin cumplió con la promesa que le hizo a Park YoonWoo.

Jimin recibió las llaves que abrían la biblioteca personal de su padre. El comandante le explicó que había sido un deseo del ex líder y que ahí encontraría información valiosa que le ayudaría a comprender muchas cosas que ayudaron para crear la guerra que se estaba formando.

—Es importante que nos sentemos a hablar de un tema delicado e importante —informó el comandante Kim, lleno de tensión y seriedad.

—¿Tiene que ver con Kaisa y mi padre?

—Sí, también involucra a tu madre —dijo con cuidado.

El líder tenía una sospecha fuerte, y si resultaba ser verdad estaba seguro que tenía las energías, el coraje y el deseo latente de exterminar por completo a la escoria que se atrevió a meterse con los suyos.

—¿Debe ser ahora? —cuestionó, mientras continuaba explorando cada rincón de la biblioteca.

—No. Primero me gustaría que revises todo lo que hay aquí —respondió SeokJin—. Existe información que debe ser analizada con cuidado y solamente por ti.

El comandante sabía que la biblioteca contaba con mucha información que involucraba la manada y a las vecinas, también existían mapas que revelaban pasadizos secretos, bóvedas de oro y armas. Todo lo de vital importancia estaba en ese lugar, incluyendo acuerdos realizados, como todos aquellos que fueron cancelados en su momento.

—Está bien. Me quedaré todo el día para revisar este lugar.

—Hablaremos cuando lo hagas —decidió el mayor de ambos, para luego salir del lugar y permitir que el líder explorara los años de valiosa historia que estaban reunidos en un mismo sitio.

Jimin se quedó solo y con mayor libertad para moverse. Caminó por las estanterías, leyendo los títulos de algunos libros de aspecto antiguo, los dedos rozaban superficialmente cada lomo, detallando la textura y los colores.

Y uno en específico llamó su atención.

El omega lo tomó entre sus manos, sintiendo como su respiración se aceleraba cuando leyó el título que le llenó de muchas dudas.

—I-imposible —susurró, con los ojos abiertos a más no poder.

El título era: "origen y exterminación de los omegas legendarios".








































Wenas, aquí ando. 🤠

Mi meta es terminar el libro en este mes, así que a darle. 💪🏻

Tengo pensado publicar otro capítulo hoy, espero no tener un inconveniente al momento de hacerlo.

Infinitas gracias por leer.

⛓️Yoon~

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