⛓️Chapter twenty seven!

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Fue un buen momento para regresar a la habitación de juegos.

Jimin ingresó al espacioso lugar en compañía del alfa, cerró la puerta con seguro y no tardó en concentrarse en el hombre más alto que lo miraba atentamente, con esos ojos dorados en una combinación de deseo y curiosidad.

—¿Estás nervioso, nene? —preguntó, mientras sus manos acariciaban las mejillas del alfa.

—Quiero complacer a mi dueño —determinó Yoongi, seguro de sus palabras.

El omega le demostró el infinito gusto que experimentó con esas palabras y lo hizo al besarlo con pasión. Los dos se fundieron en un beso casi animal, donde los mordiscos y succiones acompañaban esas caricias incontrolables que los doblegaban ante el otro, reconociendo con ello el crudo deseo que se tenían.

Fue así como Jimin lo guió a ciegas por la habitación, el alfa legendario estaba doblegado por los besos que recibía, dejándose llevar y entregándose a esas sensaciones placenteras que calentaban cada rincón de su cuerpo.

El menor hizo que el castaño cayera sentado en la cama de sábanas negras. Lo miró detenidamente, notándolo ansioso, con las pupilas dilatadas que eliminaban el dorado de los ojos, la respiración descompuesta, la piel perlada de sudor, tierno, caliente y necesitado.

Jimin rompió la camisa de su juguete, los botones salieron volando en todas direcciones y la tela rasgada cayó al suelo sin contemplaciones. Los orbes oscuros del sucesor se perdieron en el pecho pálido y fuerte, ansiando marcarlo con sus uñas, también con sus labios.

—Viví un infierno todos estos meses, tratando de controlarme para no reclamarte como un animal —confesó el menor, al mismo tiempo que sus manos jugaban con el cierre del pantalón del alfa—. No pude hacer mucho con los pensamientos que llegaban a mi mente —continuó, dejando escapar una sonrisa—. En ellos, te montaba día y noche.

—Amo podía hacerlo —dijo Yoongi, lamiéndose los labios después—. Soy suyo.

—Necesitaba que te adaptaras por completo, de lo contrario sentiría que me estaba aprovechando y no es mi estilo —hizo una mueca—. Estás preparado, nene, ahora sí puedo disfrutarte a mi antojo.

Yoongi gruñó ronco en el momento exacto que el omega metió la mano derecha en sus pantalones; el tacto cálido terminó de endurecerle la polla, con toda la sangre caliente que lo ponía a prueba cada vez que miraba la belleza que desbordaba su dueño.

El omega se concentró en masturbarlo, la mano experta subía y bajaba por toda la extensión, sintiendo el grosor y tamaño, así como las pulsaciones rápidas de las venas que lo enmarcaban.

Era exquisito tocar al alfa, y lo era aún más mirar como la mirada salvaje se derretía por completo bajo su tacto.

—Esta es la única manera en la que me verás de rodillas frente a ti —comentó Jimin, mientras caía arrodillado en medio de las piernas abiertas—. No me pierdas de vista, nene, y disfruta de lo que le haré a tu polla.

Bajó los pantalones y ropa interior del mayor, los hizo descender hasta sacarlos por completo y aprovechó ese momento para también eliminar los zapatos. Jimin se dio su tiempo para devorar con los ojos la desnudez del alfa, esa misma que era capaz de descontrolarlo a él, haciéndole actuar con mayor dominio, poseyendo todo aquello que lo enloquecía.

—A-amo —jadeó Yoongi, con el pecho subiendo y bajando con rapidez.

Tenía a su dueño de rodillas en el suelo, metido entre sus piernas y mirándole el pene con un hambre que le estremeció de pies a cabeza. La combinación de todos esos detalles hicieron que el alfa temblara, pues nunca antes había experimentado sensaciones tan placenteras.

—Mírame a los ojos, y no dejes de hacerlo —demandó el omega, siendo obedecido de inmediato.

Jimin tomó el miembro del alfa y le dio una lamida completa desde la base hasta la punta, luego su lengua rodeó el glande, haciendo leve presión para finalmente dar la primera succión que arrancó un gemido completo en el mayor.

Yoongi seguía mirándolo a los ojos, incapaz de desobedecer a su dueño, perdiéndose en un limbo infinito de sensaciones oscuras que no hizo más que abducirlo cuando la boca del menor tomó todo su miembro con avidez.

El alfa se deleitó con la imagen. Cayó por completo en el encanto letal que el omega le mostraba al tener las mejillas rojas, los ojos llorosos y los labios gruesos que rodeaban con necesidad el trozo de carne duro que no dejaba de derramar líquido seminal en la garganta caliente que lo tenía preso.

Yoongi quería decir muchas cosas. Quería gritar lo delicioso que se sentía, lo mucho que estaba disfrutando tener la boca de su amo prendada de su polla, quería decirle como le ponía verlo con el rostro enrojecido mientras lo succionaba fuerte...

Quería gritar lo loco que Park Jimin lo volvía.

Sin embargo, no podía. En ese momento su cuerpo y su mente actuaban como uno sólo, así que lo único que estaba a su alcance era llenar la habitación de gruñidos necesitados, jadeos constantes y gemidos largos, roncos y profundos.

Todos los sonidos que abandonaban la garganta del alfa demostraban el infierno prohibido y el innegable placer que lo sacudía, incentivando al omega que continuara con su labor de comerse la polla que le estaban ofreciendo sin rastros de dudas o arrepentimientos.

El omega succionó por última vez y luego soltó el miembro que dejó empapado de su propia saliva y más líquido seminal que salía de la ranura de la punta. Se puso de pie, lamiéndose los labios para degustar una vez más el sabor adictivo de su juguete, sabiendo bien lo mucho que enloquecía al alfa con esa acción.

—Acuéstate en la cama —ordenó, mientras sus manos comenzaban a eliminar la ropa que lo cubría.

Yoongi obedeció con premura. El enorme cuerpo del alfa quedó situado en medio de la cama, como un banquete tentador que era exclusivamente para el deleite de su dueño.

Y Jimin no pensaba desperdiciarlo; en sus planes estaba perderse en cada rincón del cuerpo contrario, probarlo hasta drogarse y que las fuerzas se le escaparan del cuerpo, sólo entonces se sentiría satisfecho.

El omega se acercó más a la orilla de la cama, sonrió ladino cuando notó que los ojos del mayor no se apartaban de su cuerpo semi desnudo, así que decidió complacerlo más. Eliminó la camisa, los pantalones y los zapatos, se quedó con la ropa interior, jugueteando con ella y tentando al hombre desnudo en la cama, hasta que finalmente se deshizo de esa última prenda que lo cubría.

Quedó completamente desnudo bajo la mirada hambrienta del alfa.

Yoongi lo miró sin ningún tipo de pudor o restricciones. Los ojos dorados y cargados de deseo iniciaron con el rostro perfecto que tanto conocía y luego bajaron por el cuello terso y las clavículas definidas; siguió mirando, cayendo en el pecho y anhelando probar los pezones marrones que le hicieron salivar de más, continuó detallando el abdomen plano y fuerte, sintiendo como el instinto primitivo que vivía en su lobo interno se activaba cuando detalló en el vientre.

Jadeó sin poder contenerse cuando miró las caderas esbeltas, el tatuaje de luna que estaba del lado izquierdo. Tragó grueso cuando sus ojos se perdieron en la erección firme del omega, gritando un deseo igual de demoledor que el propio, uno que aumentó cuando Yoongi se perdió en la curva perfecta que se creaba en el trasero prominente de su dueño.

Aunque al final terminó sonrojado, sobre todo por la forma descarada con la que Jimin lo miraba.

El omega apoyó las rodillas en el colchón y poco tiempo después gateó en la cama hasta quedar encima del alfa. Ambos soltaron un gemido gustoso por el contacto de sus pieles desnudas, alimentando el cosquilleo en sus vientres bajos que los incitaron a continuar.

—Voy a cabalgar sobre tu polla —susurró Jimin, para luego acariciar los labios contrarios con su lengua.

—Hazlo —suplicó Yoongi, respirando por la boca y bebiendo del aroma contrario.

El omega irguió la parte superior del cuerpo y abrió un poco más las piernas, llevó la mano izquierda hacia la polla del alfa y la alineó en su entrada mojada. Presionó la punta, al mismo tiempo que sus caderas descendían lentamente, llenándose de todos esos centímetros de carne y sangre caliente.

Las manos del mayor apretaron con fuerza las sábanas, la presión que el interior del omega ejercía en su hombría era demasiado demoledora, incluso se sintió mareado y aturdido por breves instantes, donde también un pequeño dolor llegó a estorbarle.

Frunció el ceño, no sabía que le dolería. La sensación no era fuerte, mas sí incómoda, tanto que el omega encima de él lo notó de inmediato.

—¿Te duele mucho? —preguntó Jimin, sin la intención de moverse.

—No tanto, es incómodo —murmuró con la nariz arrugada.

—¿Me detengo? —inquirió el omega, aunque, si era sincero consigo mismo, lo último que deseaba hacer era detenerse.

—¡No! —respondió Yoongi acelerado—. Me gusta estar así, lo disfruto.

El pelinegro elevó las caderas lo suficiente para que la mayor parte del pene saliera, dejando solamente la punta en su interior, se mantuvo así por algunos segundos y posterior a ello descendió con rapidez, enterrando toda la extensión en su canal, haciéndolo llegar profundo.

El alfa soltó un gemido, siendo víctima de su propio placer duplicado. Por instinto llevó ambas manos a las caderas del omega, sintiéndolas moverse encima de su miembro con destreza y a un ritmo marcado que lo tenía embelesado.

La sensación que estaba experimentado era la más placentera. Nunca imaginó que el apareamiento sería tan estimulante y adictivo, haciéndolo desear más, y tirar por la borda todo ese tiempo en el que ignoró lo que se estaba perdiendo.

—¿Te gusta como me muevo, nene? —le preguntó Jimin entre jadeos agudos.

—Me gusta —respondió ido, apretando con fuerza los muslos gruesos del omega.

Jimin tomó la cadena del alfa y tiró de ella con fuerza hasta que Yoongi quedó sentado en la cama con él montándole la polla. Sus labios volvieron a unirse, los brazos fuertes del mayor le apretaron alrededor de la cintura, soltando gruñidos que acompañaban los chapoteos húmedos que los glúteos del omega creaban al impactar sobre los muslos del castaño.

—Tienes una polla dotada que me llena hasta complacerme —murmuró el sucesor, mordiendo los labios de su juguete con deseo incontrolable.

El alfa se dejó dominar y el placer experimentado continuó creciendo. Llevó las manos hasta el trasero del omega, lo apretó con fuerza y lo tocó como quería, soltando más gruñidos cuando los dientes de su dueño se adueñaron de su cuello para llenarlo de marcas que tardarían días completos en desaparecer.

Yoongi también moría por marcar la piel de su dueño, mas detuvo todos esos pensamientos cuando recordó que lo tenía prohibido. Aún así, él estaba doblegado en la delicia que la boca contraria hacía con su cuerpo.

Ambos perdieron el control, ambos se besaron y se tocaron hasta que no quedó porción en sus cuerpos sin conocer, sin medir consecuencias y sin importarles nada más que ellos juntos y follando como adictos sin remedio.

La habitación completa estaba llena de sus aromas, los gemidos de ambos retumbaban en las paredes, el sonido de sus cuerpos sudorosos al encontrase en cada embestida, los gruñidos animales y las palabras vulgares que aumentaban el grado de excitación en ambos, alimentando el clímax que amenazaba con reducirlos a un desastre tembloroso.

—Córrete dentro de mí, nene —ordenó Jimin, con sus ojos oscuros consumiendo al alfa—. Lléname de ti.

Las palabras fueron las correctas para enloquecer al alfa que vivía con el propósito de complacer a su dueño.

Dejó escapar un gruñido bajo, mientras sentía como una gran cantidad de líquido salía de su miembro, llenado todo el canal que estuvo follando.

—Jimin —pronunció, con la mirada nublada en un placer infinito que lo tenía casi adormecido.

El omega soltó un gemido cuando el orgasmo lo envolvió. Llevó ambas manos a la cabellera del mayor y tiró de ella con fuerza, estremeciéndose cuando la esencia bañó ambos cuerpos.

El nudo del alfa legendario los dejó sin la oportunidad de moverse durante los próximos minutos, y ese tiempo decidieron utilizarlo para recuperar un poco del aliento que perdieron.

Jimin besó las mejillas rojas de su juguete, sonriendo cuando los brazos que todavía continuaban rodeándole la cintura afianzaron el agarre, como si jamás quisiera dejarlo ir.

Probablemente era así. Quizá Yoongi no estaba dispuesto a dejarlo libre.

Y Jimin tampoco, aunque tuviera que pulverizar las leyes de su propia manada.

—¿Amo está bien? —preguntó Yoongi, buscando con insistencia la mirada del omega.

—Amo está muy bien, nene —respondió el pelinegro, sonriendo levemente.

—¿Lo hice bien? —inquirió el alfa, tenía los ojos brillantes y anhelantes de aceptación.

—Me dejaste completamente satisfecho, eres irremplazable. —las palabras del sucesor alimentaron los sentimientos que estaban ocultos en el interior del alfa. Se sintió bien y liberador saberlo, porque de ese modo, Yoongi se convenció que estaba en el lugar correcto.

Y pelearía contra todo y todos para continuar protegiéndolo.











































Un minuto de silencio por la virginidad perdida del nene. JAJSJAJSJA OKNO

La intensidad del lemon aumentará, irá acompañada de la trama de la historia. Entre más oscura se torne, más intenso será, más adelante comprenderán mejor (eso espero).

¿Qué les pareció el capítulo? Soy re insegura y por eso pregunto tanto pidoperdon.

¡Hasta el próximo capítulo!

⛓️Yoon~

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