Capítulo 13

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[...]

Las sombras de su pasado no dejaban de perseguirlo, riéndose y jugando con su mente, en un ciclo tortuoso entre recuerdos que lo torturaban amargamente, de los cuales solo podía huir como el pobre e indefenso niño que era.

«-¡Dos colas, ven aquí, Dos colas!-»

«-¡No corras, Dos colas!-»

«-¡Mira, que fenómeno!-»

Aquellas siluetas se ceñían en el horizonte, mirándole con desprecio, mientras se carcajean entre ellos al tenerlo acorralado, el pequeño zorrito solo podía temblar en una esquina de aquel callejón, mientras se encogía lo más que podía, como una pequeña bolita, temeroso de ser golpeado.

Temía por lo que sus agresores podían hacerle.

Temía ser indefenso.

Temía por él.

«-Nadie te va a adoptar, eres tan feo-»

Las sombras le rodeaban mientras daban vueltas a su alrededor, riéndose y empujándolo cada vez que podían, haciendo que el pequeño zorro se sintiera cada vez más diminuto en su apretada borbuja.

«-Eres tan raro-»

Los pequeños monstruos no tenían corazón, sus palabras desalmadas, solo tenían la función de herirlo, en ese canto bárbaro que los hacia ser unos diablillos.

«-Nadie querría a un fenómeno como tú-»

A pesar de todo el abuso, a pesar de todo el llanto, a pesar de todo el miedo, el pequeño tenía un diminuto orgullo, uno que le pedía a gritos se defendiera, porque esa pequeña parte de su ser sabía lo que él valía, pero a veces hablaba con tan poca fuerza que difícilmente solía ser escuchado.

-¡No es cierto!- se atrevió a levantar la voz, tratando de defender sus sueños, pero recibió una patada que lo tiró contra el suelo.

-¿Escucharon eso?- los pequeños que le rodeaban soltaron unas risillas, mientras el más desalmado del cuarteto se adelantaba mostrando en su rostro una sonrisa llena de maldad -parece ser que él fenómeno olvidó su lugar en este sitio, y eso merece un castigo-

Los demás niños sujetaron al pequeño zorro, y empezaron a golpearlo, y el líder lo tiró al suelo otra vez, donde empezaron a repartirle patadas, no fue hasta que el mayor de estos se detuvo, que el resto le siguió, deteniendo sus abusos.

-Espero hayas aprendido la lección, porque aquí odiamos a los soplones, asqueroso fenómeno -le lanzó una mirada inyectada de un odio injustificado que no cuadraba con su pequeño tamaño.

El resto de los infantes le acompañaron sin dejar de soltar burlas y reírse de lo que habían hecho, mientras el pequeño zorrito quedó tendido en el suelo mirando el hermoso cielo azul que se pintaba sobre él, mientras de su nariz escurría un espejo líquido rojizo.

-Quisiera... Ser como el cielo...- sus ojos se llenaron de lágrimas, sintiéndose tan insignificante.

Ahora mismo solo podía pensar -lleno de resentimiento- que quería venganza, venganza contra aquellos niños que se sentían superiores solo por ser más grandes y fuertes que él.

«Fenómeno»

Parecía ser que aquella palabra jamás dejaría de perseguirlo, como parte de su pasado, de lo que alguna vez llegó a lastimarlo tanto, hasta el punto de hacerle desear la muerte a tan corta edad.

Él era diferente a los otros niños, y no sabía si eso era bueno o malo, solo sabía que aquella peculiaridad le había traído desgracia tras desgracia.

Sus padres no habían querido tener a un fenómeno como hijo, los niños le miraban raro, y los adultos murmuraban que sus dos colas traían la mala suerte, simplemente inaceptable.

En ese momento sintió que alguien le observaba, al buscarlo, se percató de aquel par de iris esmeraldas a la lejanía, sus ojos se encontraron con los del extraño erizo, el pequeño niño con la nariz goteante de sangre, se levantó por él mismo, limpiando su rostro, como si nada hubiera pasado.

-Qué me ves- le hace una mala cara para darle la espalda y salir corriendo.

Mientras el pequeño solo podía huir de la escena, la expresión del desconocido se ablanda en una pequeña sonrisa.

...

«Pi... Pi... Pi...»

El ensordecedor e intermitente ruido llenaba el reducido lugar logrando molestar lo suficiente a Tails, quien se encontraba tirado en el suelo de su taller, el cual estaba hecho un completo desastre, como si una bomba le hubiera caído encima.

Aquel sonido ensordecedor logró remover al pequeño zorro lo suficiente hasta el punto de dignarse a levantarse, observando el origen de aquel escándalo.

-¡Por Chaos! No dejan dormir...- bostezó despegando la cara del sucio suelo.

Su rostro palideció en cuando se dió cuenta que se trataba de la alarma que le indicaba cuando su mejor amigo se encontraba en problemas, aquella que se conectaba al marcapasos especial que él diseñó para el erizo azul.

Se arrojó a su computadora para monitorear la situación, y saber qué había pasado, enterándose de las señales críticas que había arrojado las lecturas de su aparato, hasta que dejó de emitirlas hace 12 horas atrás, dónde fue desmantelado, perdiendo la señal.

-¿Tan mal me puse que me quedé inconsciente tanto tiempo?- se recrimina por no haberse dado cuenta de la situación.

Pero, ahora que hacia memoria, viendo el desastre de su taller, el día anterior había intentado construir un nuevo mecanismo que serviría como una batería lo suficientemente potente para resistir los choques electromagnéticos que emitía su robot.

En efecto, ese mismo robot que había estado armando desde hace meses para la feria de ciencias, pero que seguía teniendo un problema muy molesto de calibración en la fuente de alimentación, precisamente hablaba de la regularización térmica del androide, y todo a causa de que se filtraba la energía por dónde no debía, los actuadores no enviaban la señal que necesitaba el robot para moverse.

Todo esto le indicaba que la batería que usaba no era lo suficientemente potente para soportar el pesado mecanismo y algoritmo del cual contaba su invención/prototipo, que sobrecargan la máquina hasta prenderla en llamas.

Al ver que el mecanismo no pareció funcionar, decidió arriesgarse usando cierta "piedra" brillante que hace mucho tiempo Sonic le había confiado para que la cuidara -y de paso le diera mejor uso que él- lamentablemente el androide no encendió, debido a que cometió un error en la ecuación, la formula que ideo para calcular la potencia eléctrica de la piedra fue errónea, causando que en su lugar obtuviera una explosión en su taller.

Terminó desmayado y no muerto, gracias a que sus colas robóticas lo protegieron con su protocolo de salvaguardado, pero no creyó que aquello podría causar tantos desastres, y justo el día que se ponía a hacer eso, despertaba con la noticia de que algo posiblemente terrible le había pasado al cobalto.

-¿Dónde fue el último lugar en el que se emitió la señal?- aún en su computadora, se proyecto como un holograma una locación que reconoció de inmediato -¿En ese café?- levantó la ceja confundido.

Inesperadamente recibió un mensaje, aquel característico tono dulce que había escogido para cierta eriza rosada le hizo despegar la cara de su computadora para buscar su teléfono.

Su instinto le decía que tal vez ella podría tener la respuesta, y no se equivocó.

Amy:

«Nicky se encuentra muy delicado en el hospital, te pasaré la ubicación para que vengas a verle»
8:30am.

Su expresión llena de incredulidad reflejó en ese instante mucha angustia, tanto, que no lo pensó dos veces para tomar su chamarra y salir corriendo de su taller hacía la ubicación que la rosada le había enviado.

-Silver... ¿Creés que se pondrá bien?- la expresión de la chica reflejaba preocupación, y lo poco que había dormido la noche anterior.

-Tranquila Amy, Nicky estará bien, el doctor nos dijo a Shadow y a mí que ha logrado pasar del peligro, y que muy pronto va a despertar.

Ahora mismo ambos erizos estaban en uno de los tantos pasillos del hospital conversando de lo ocurrido el día anterior, para ponerse al corriente, y además, apaciguar la angustia de la eriza, que no dejaba de pensar en lo ocurrido la noche anterior.

-Si no fuera por ustedes, yo no habría sabido qué hacer... Todo paso tan rápido -sus manos temblaron, mientras intentaba calmar su angustia. -Surge ella...

-No te sientas mal por no estar para Nicky -el chico no dudo en sujetar con suavidad aquellas temblorosas manos transmitiendo calidez y paz a la chica, la cual le miró atenta. -tú mismo te aseguraste que estuviera en buenas manos antes de irte con ella -sonrió.

-Lo se, pero no deja de ser mi culpa el hecho de que tanto él como Surge estén como están, todo porque... Te insistí en que nos ayudarás -nuevamente su postura flaqueó -Seguramente Shadow ahora no querrá verme ni en pintura...

-Amy, eres la chica con el corazón más grande que he conocido, tus intenciones siempre están llenas de amor y cuidado, jamás quieres herir a los demás, tanto así, que a veces tú terminas herida -peinó con cuidado un pequeño mechón que estorbaba en la frente de la chica, quien volvió a dirigir toda su atención a él olvidando sus agobiantes pensamientos. -hermosa en todo los aspectos, y lo único que yo quise fue ayudar, al igual que tú a Surge, nadie tiene la culpa, tardé en entenderlo, pero Shadow siempre tiene la suficiente paciencia para explicarme algo por segunda vez. -soltó una pequeña risa -Contigo no tiene problemas, a quien no quiere ver es a Surge, eso es todo.

Bueno, al menos era honesto y directo, pensó la eriza algo decepcionada, pero con todo lo sucedido, era mejor eso que cualquier otra cosa.

-Vaya, no creí que Shadow sería tan comprensivo...

Aun no podía borrar de su cabeza la imagen del oji-carmín partiendo en dos el brazo de su amiga, asi que en realidad pensar que era "amable" solo le hacía temblar, el único que se creía eso era Silver.

-Sí, es parte de su encanto -tomó distancia de la mayor. -por cierto ¿Cómo está surge?

-Bueno...- suspiró con cierto pesar en su mirada -es todo un caso...

Amy no quería pensar mucho en la plática que había tenido con la Tenrec esa mañana.

...

-Es por eso que... -tomó un fuerte bocado de aire preparándose mentalmente para lo que tenía que decir -No creo que sea lo correcto seguir con esto.

Le había tomado toda la noche en vela llegar aquellas palabras tan pesadas que -en otra situación- habría preferido no decirlas, pero trás lo ocurrido en el café, no podía permitir aquel comportamiento tan sesgado por la ira y venganza que arrastraba Surge.

No importaba si su vida ahora estaba colina abajo, a veces, las personas que vivían en peores situaciones mostraban una radiante sonrisa aún cuando cargaban con una enorme piedra, no estaba minimizando los sentimientos de Surge, era solo que ella también había aprendido a poner límites gracias a Blaze, y tal vez su amistad con ella no era la más sana.

¿Qué le costaba a ella ser menos explosiva?

Tenía su encanto en seguir sus ideales, pero ese orgullo no le permitía ver a la chica el camino de heridos que dejaba a su paso.

Podía sonar muy duro viniendo de ella que siempre buscaba optimistamente ayudar a los demás, aunque la solución fuera tan difícil, o si ella mismo se ponía la cuerda al cuello, pero Surge había pasado el límite.

Algo que le recalcó Blaze la noche anterior, después de comentarle que no podría pasar a ver a su padre en el hospital por lo sucedido -y aún así la gata se ofreció a cuidar de él- Amy comentó sin muchos detalles para no poner en una posición delicada a Silver y a Shadow, quienes habían sido muy generosos con ella, además de que el mismo Silver le pidió discreción con lo sucedido.

Blaze estalló como una bola de fuego, para nada contenta de lo que Surge hizo.

Blaze:
«Te lo dije»
2:24am.

A la gata siempre le gustaba recalcar aquello cada vez que tenía la oportunidad, pero en esta ocasión esas palabras no fueron suficientes para satisfacer su enfado por no ser escuchada.

Es verdad que Amy conocía a Surge de mucho más años que Blaze, a quien apenas conoció en la secundaria, pero fue con ella con quién ha tenido una conexión tan especial, ya que era a Blaze a quien siempre podía acudir cuando necesitaba ser escuchada.

Cuando se cansaba de escuchar a todo el mundo, cuando se cansaba de ayudar a todos, cuando se cansaba de ser ese pilar para los demás, ahí estaba ella dispuesta a oírle a cualquier hora y en cualquier lugar, dejaba de hacer lo que hacía solo para prestarle toda su atención.

Volviendo a Blaze y lo que pensaba de Surge, la primera vez que ambas interactuaron fue todo un desastre, Surge fue algo grosera con ella en la cafetería, cosa que a la elegante de su amiga le pareció una falta de respeto y la enfrentó, diciéndole que no quería que se volviera a acercar a Amy, Surge le tiró una amenaza de regreso, y cuando todos pensaban que se iban a pelear, Surge se marchó, no fue hasta hace poco que ella y Amy volvieron a hablar por el tema del hospedaje.

Claro que cuando se encontraban en los pasillos o lugares concurridos como la cafetería, siempre sintió que la tenrec le dirigía una mirada, pero ella no se atrevía a dirigirle la palabra, después de todo, Blaze también creía que la chica era una mala influencia y que podría hacerle daño.

Tal vez en ser mala influencia se equivocó, pero tuvo razón en eso de hacerle daño.

Amy había madurado lo suficiente para comprender que una relación abusiva ya sea de amistad o romántica era lo que menos le convenía ahora, sobre todo cuando su padre era su mayor prioridad, al igual que saber el paradero de Sonic.

-Ya veo, fracase y ahora me estas echando, lo veo justo- está pareció no darle importancia el comentario de la mayor, mientras comía una fruta con despreocupación.

Amy frunció el entrecejo.

-¡No se trata de eso, Surge! -la rosada le arrebato la fruta a la más baja para que le mirara a los ojos.

-¡Oye!- se quejó mirando con mucho desagrado a la contraría, intentando alcanzar la fruta.

-¡No Surge! -Amy lanzó la fruta a la basura -Lastimaste a Nicky y me lastimaste a mí, ¿No ves lo serio de la situación? Silver me dijo que quedó en un posible coma ¿Y si nunca despierta? Te habrás convertido en una asesina ¿Eso querías? - se sintió mal por haberle gritado, pero sentía tanta frustración por ver qué a pesar de todo la chica no parecía entender su punto de vista.

La tenrec guardó silencio observando con una mirada aburrida a la chica, pero el silencio que mantuvo hacía sentir el ambiente pesado, aún estando con un brazo enyesado y con un suero en la otra mano, eso no la detenía a ser despectiva y algo grosera.

-No me importa, es mejor si ese erizo se muere...

-¡Eres una insensible! -Amy tomó con cierta brusquedad los hombros de la menor mirándola con decepción-No me entiendes, te pueden meter a la cárcel si él muere o peor ¿Y si presenta cargos? ¡¿No querías vivir tranquila conmigo?! ¡Tú me lo dijiste!

-¿Y qué quieres que haga? ¿Qué te suplique que me dejes quedar? ¿Qué le pida disculpas a tu estúpido exnovio? -sin tacto, apartó a la oji-verde -el mundo no gira alrededor tuyo, fresita.

-No menosprecies mis sentimientos, Surge, no te tengo miedo. -la rosada se mantuvo firme con su expresión rígida.

-Lo se - su mirada se dirigió hacia la ventana observando como poco a poco el sol iba saliendo. -Ya he caído muy bajo, no quiero seguir cayendo, asi que, está bien, me iré de tu casa, solo déjame salir de este estúpido sitio, e iré por mis cosas, y no me volveras a ver.

Intentó lavarse las manos con ese quemeimportismo tan característico en ella, ya que Amy sabía que para Surge solo ella misma era importante, y por esa razón sentía mucho pesar por el pequeño Kit, y todo lo que seguro estaba pasando en su casa.

-¡Sigues sin entender el punto de todo esto! - quería mantenerse tranquila, pero Surge siempre sabía cómo sacarla de sus casillas -¡No puedes solo huir de tus sentimientos, yo te conozco, no tienes la fuerza para enfrentar las consecuencias de tus actos, siempre has sido de esa manera!- sus labios se curvaron -¡Siempre huyes!-.

...

«Siempre estoy corriendo»

«-Bueno, Sonic, corres mucho, ese es un hecho-» la joven eriza se rió por el comentario obvio.

«Sí, tienes razón...» pero el rostro del chico reflejó cierto pesar en su mirada.

Ese pesar hizo abrir los ojos a la eriza.

...

-No huyas, si sigues huyendo, seguirás sufriendo más y más y lastimaras a quienes te quieren- se muestra afligida por algo que trasciende más allá de lo que alguna vez podría comprender la ajena mente de la verdosa.

-No hay nadie que me quiera -afirma convencida de ese hecho.

-Estás equivocada ¿Por qué no piensas en Kit? -ante la mención del pequeño zorro la tenrec frunció el entrecejo -Tu hermanito te quiere..

-No hables de esa basura -le agarró del brazo molesta.

-¿Ya ves? Lo único que sabes hacer es responder con agresividad -esta vez se mostró más tranquila, después de todo el enojo empezaba a transformarse en tristeza, porque sabía lo mucho que sufría su amiga por dentro y quería ayudarle a superar sus problemas, porque así era ella.

-....- Surge se limitó a soltar el brazo de Amy, tratando de evitar sus invasivos jades que querían conversar.

Ella no quería hablar de sus problemas.

-Yo se que no conoces otra forma de mostrar tus sentimientos...

-Yo no tengo sentimientos.

-Todos los tenemos, Surge, seguro que hay cosas que te gustan como cosas que no, cosas que odias y cosas que amas, yo sé que cosas te gustan...- gentilmente posó su mano sobre la ajena, intentando hacerle llegar sus palabras, con calma y paciencia.

-¡Y-Ya cállate!- pero en un titubeó, la menor apartó su mano tratando de tomar distancia. -¡Tú no sabes nada!-.

Amy guardo silencio en cuanto notó como la más baja empezó a costarle respirar, parecía grabé, por lo que angustiada se agachó a su altura tratando de ver qué le sucedía y en qué podía ayudarle.

-Surge dime ¿Qué te pasa? -tomó el rostro de la menor mirando sus ojos, estos se veían algo rojos parecían querer llorar -Vamos, solo tienes que soltar lo que llevas dentro, en tu corazón -le ánimo con una sonrisa agridulce. -aquí estoy para escucharte.

Surge solo podía ver pasmada y con las palabras en la garganta a la eriza, era un sentimiento que ella consideraba repulsivo, que la ahorcaba hasta el punto de dejarla sin respiración, sin la valentía para verle de frente.

Sus palabras la ahogaban.

Era una lucha sempiterna con sus propios sentimientos, esos sentimientos que ella consideraba como una debilidad, no podía ser débil frente a nadie, sobre todo no frente a Amy.

La eriza al ver que su amiga no parecía responder más allá de ahogarse, entendió de inmediato que la chica estaba luchando con sus propias emociones, emociones que eran difíciles de salir.

-Está bien, lo que quieras decir yo esperare, no te tienes porqué forzar...- nuevamente intento alentarla, pero está vez se vió sorprendida por el sorpresivo agarre de la más baja sobre su brazo, del cual tiró lo suficientemente rápido para besarla.

No era un beso en la mejilla, sino uno en los labios, algo presuroso y ciertamente brusco, del cual Amy reaccionó asustada, no pensó dos veces en apartarse mirando con horror a la Tenrec.

-Sí, es mejor así -ante el rechazo inminente, la expresión imparcial de la verdosa era incomprensible, aún así le dió la espalda a la rosada -vete, ya no necesito tu ayuda.

Amy quiso decir algo, pero al sentirse tan abrumada por la situación y ver qué la otra se cerró, decidió darse la vuelta y marcharse.

Simplemente no sabía cómo tomar todo esto.

-¿Y cómo está ella?- repitió el albino al ver el silencio algo alargado en el que se sumergió la chica.

Amy salió de su trance para verle ciertamente alterada, pero con una sonrisa, aclaró:

-Esta muy molesta, no creo que quiera visitas.

-Que lamentable, Kit me había preguntado si creía que tenía oportunidad para visitarla, ya le avisaré que es un rotundo "No" -se veía decepcionado, después de haberle avisado al Fénec sobre lo que sucedió con su hermana, éste se preocupó mucho, y no dejó de insistir toda la noche en ir a verle, pero Silver mismo le hizo entender que por ahora no era buen momento.

El albino estaba algo aliviado de que Shadow solo le hubiera roto el brazo a la chica -por no mencionar que si fuera por él se lo habría mutilado- pero que bueno que no escaló a algo peor.

-¡Amy!- una voz que ambos erizos reconocieron en el pasillo se hizo presente, pero antes de que la mencionada reaccionará, fue agarrada de los hombros y agitada con cierta dureza por aquel zorro amarillo -¿Dónde está?!- exigió angustiado.

-Tranquilo, Tails- Amy intentó calmarlo tomando de los hombros al amarillo para apartarlo de ella.

-¡¿Cómo voy a estar tranquilo si me despierto con un mensaje de que mi mejor amigo está en el hospital?!- no parecía calmarse.

-Me lastimas...- soltó un quejido.

En ese momento Tails pareció darse cuenta del daño que hacía, por lo que soltó a la chica.

-Perdón...- agachó la mirada apenado, Amy solo se acarició el brazo algo adolorido.

-Hay que ser optimistas, al menos respira-Silver se sumó a la conversación otra vez con una actitud apasible y positiva.

Pero su comentario fue tomado con pinza por los otros dos, que le miraron feo.

En ese momento la mirada de ambos chicos se cruzaron, el oji-azul le miró fijamente en silencio, parecía analizar al albino detalladamente, esa mirada profunda puso algo nervioso a Silver.

«¿Se acuerda?» pensó preocupado de que el zorro hubiera logrado recuperar sus recuerdos desde la pelea que tuvieron, aunque no lo culpaba de seguir sospechando.

-Tienes un punto -le dió la razón, amainando su alterado comportamiento.

Tails no estaba seguro, pero por alguna razón cuando veía la cara de ese erizo sentía un extraño presentimiento, como si olvidará algo, eso sí, seguía en alerta porque estaba en su lista de sospechosos.

Amy al ver que Tails se tranquilizó, le explicó todo lo que Silver le comentó del estado de salud del cobalto y además de lo que había pasado en la cafetería, destacando que fue gracias a Shadow y Silver que la situación no escaló a mayores con Surge.

No esperó mucho para ingresar a la habitación donde estaba su amigo, a quien pudo verlo recostado en aquella cama conectado a varias máquinas, al verle tan lastimado apareció un dolor agudo en su garganta junto al titubeó de sus extremidades, sintiendo unas enormes ganas de abrazarte, pero en tan lamentable estado era imposible.

«Sonic...» pensó en sus adentros con el dolor latente en su pecho, sintiéndose inmensamente culpable por no haber estado para él cuando lo necesitaba.

Fue entonces que su mirada se encontró también con cierto azabache que estaba sentado a un lado de la camilla leyendo un periódico amenamente.

-Gracias por cuidarlo -el oji-rojo levantó la mirada del diario para observar con esos penetrantes carmín al recién llegado, expectante de sus palabras, aún así no parecieron intimidar al menor -pero desde ahora yo me encargo.

Esas palabras no parecieron ser del agrado del erizo, pues se puso de pie encarando al zorro.

-¿Qué haces?- detuvo los pasos del amarillo colocándose frente a él antes de que lo rodeará para tocar al erizo azul.

-Me lo llevó de aquí -ni se inmutó, intentó volver a rodear al azabache, ahora mismo solo quería estar cerca del cobalto y nada más.

-No será necesario- pero su brazo fue sujetado con dureza por Shadow, quien lo hizo retroceder.

Tails frunció el ceño por su actitud, en ese momento tanto Silver como Amy habían ingresado a la habitación también, notando el pesado ambiente que rodeaba al par.

-¡No sé qué fijación tienes con MI amigo! Pero no necesitamos tu ayuda, ¿Por qué no te largas?- apartó la mano del azabache mirándole con odio.

Amy estaba sorprendida, es verdad que Tails siempre había sido un niño muy temerario, que sin importar el peligro, él no retrocedía, pero no era muy fuerte, solo bastaba recordar lo fácil que fue para Shadow sacarlo de encima en la pelea que tuvo con el cobalto, pero a pesar de saber eso, se mantenía firme con un temple de acero.

Aún así estaba preocupada por lo que Shadow podría hacerle, después de como dejó a Nicky o a Surge, su titubeó fue notado por Silver, quien al contrario de la chica, había tenido la oportunidad de ver la verdadera cara del zorro.

Podía ser un problema, pero no uno para Shadow.

-¿Qué? ¿Tienes miedo?- su altiva postura imponía con demanda su carácter prepotente, para nada intimidado por el menor, pues lo veía como un pequeño zorrito temblando de miedo.

Tal vez el día que se suscitó la pelea entre Shadow y Nicky, las cosas pasaron tan rápido que la única solución fue que ambos implicados hicieran las paces, y el zorro estuvo aliviado de ver a Nicky en una sola pieza, por lo que intentó dejar pasar lo sucedido, pero aunque podía perdonar, jamás olvidaba.

-¡¿Crees que porque lo ayudaste una vez borrará el daño que le hiciste?! -intentó irse contra vetado, pero sintió como fue sujetado desde atrás por Amy, mientras Silver hacia de pared entre ambos. -¡No me importa quién seas o qué quieras, pero mientras esté vivo no voy a dejar que te acerques a mi amigo!- aunque luchaba incansablemente por zafarse del agarre de la chica, está era más fuerte que él.

-Ya es suficiente ¡Dejen de pelear chicos!- les riño la eriza.

-¡No me voy a calmar! ¡No pienso rendirme! -siguio peleando -¡¿Por qué estás de su lado, Amy?! Recuerda lo que le hizo a Nicky.

Simplemente no podía entender como la chica se ponía del lado de ambos erizos, para él era un golpe bajo.

-Shadow no es malo- Silver tomó la palabra, en ese momento su mirada se endureció mostrándose serio, algo que ciertamente lleno de inquietud al zorro y a la chica que guardaron silencio.

Sus ámbar eran intimidantes.

-Esto es ridículo -el azabache se jacto de toda la situación -No tienes porqué dar la cara por mí, Silver -coloco su mano en el hombro del albino, quien se mostró desconcertado por su respuesta -lo que sea que piense de mí, no me interesa, porque nada me va a sacar de aquí -se mantuvo rígido en su postura.

Era clara la tensión entre esos dos, Amy y Silver compartieron miradas preocupadas, ya que cada uno entendía que no iban a dar un paso atrás, y lo que querían era apasiguar su enfrentamiento, por lo que Silver decidió llevarse al azabache a afuera para discutir de lo que sucedía, y así ayudarle a entrar en razón respecto a que tal vez era mejor idea dejar que el zorrito se encargará desde ahora.

-No hay nadie mejor capacitado para cuidarlo que Tails... -su comentario no fue del agrado del más bajo. -ya se que no te gusta que te digan qué hacer, no lo hago, solo estoy sugiriendo que tal vez, no lo sé, tú podrías por esta vez, dejarle esto a alguien.... más ¿Por favor?- le miró algo nervioso de que el mayor le regañara.

Shadow le mira con esos penetrantes carmín que intimidaron al albino, en silencio, pero trás ese tortuoso tiempo, decidió desistir gruñendo por lo bajo, algo que alegro al menor, había logrado convencerlo.

Por esta vez, Shadow lo dejaría pasar, así que, decidió marcharse.

-¿No vienes?- se detuvo al ver que el albino no le seguía.

-Oh no, me quedo, aún me siento responsable por lo que le pasó, asi que, hasta donde pueda, quiero ayudar. -el azabache le mira de forma despectiva -¿Qué? Yo si tengo cargo de conciencia.

Shadow le miró de reojo con fastidio, pero decidió hacer la vista gorda para retirarse.

-No llegues tan tarde a casa.

-¡Cuidado al cruzar la calle! ¡Recuerda que te quiero! Besitos~- Silver despidió amigablemente al mayor formando un corazón con sus manos, casi parecía botar corazones con su radiante sonrisa.

Algunas enfermeras que pasaban cerca pensaron que era muy adorable aquel albino, y otras se preguntaban si ese otro erizo era su novio o hermano, Shadow por su parte solo se apresuró a perderse de vista, no le gustaba llamar la atención, y el menor solo sabía llenarlo de pena ajena.

El albino al ver que ya se había ido, decide regresar a la habitación encontrándose con una Amy que parecía haber logrado que Tails entrará en razón con respecto a llevarse a Sonic, pues aceptó dejarlo por el momento en el hospital.

-¿Qué paso Silver? ¿Y Shadow?- La chica se ve curiosa de la ausencia del azabache.

-Ya se fue a casa, me dió permiso para quedarme a cuidar de Nicky.

Amy y Tails le miran, este último no parece muy contento, pero la chica le da un empujoncito poniendo apenado al zorro, Amy sonríe y Tails amonesta:

-Lamento ser tan grosero con tu novio y contigo, espero que nos llevemos bien, Silver- aparta la mirada algo avergonzado mientras extiende su mano en forma de disculpas.

-Tranquilo, todos podemos levantarnos con el pie izquierdo -no demoro en aceptar el apretón de manos con gentileza.

Amy al ver que todo estaba marchando bien, invitó a Silver a desayunar, aprovechando que ambos aún no habían comido, el menor aceptó con gusto, pero no sin antes preguntarle a Tails si quería que le trajeran algo de comer, ya que este último no quería irse de la habitación, el zorro aceptó más por compromiso porque no tenía hambre, con tantas cosas que tenía ahora mismo en su cabeza.

En el momento que ambos erizos abandonaron el cuarto, Tails aprovechó para acercarse al cobalto, revisándolo sutilmente, entonces se percató de que en su muñeca ya no estaba el marcapasos, había sido completamente destruido.

«Esto es malo...» pensó consternado.

Un tirritante chillido se aproximaba lentamente con pisadas fuertes por aquel solitario pasillo, acercándose poco a poco hasta el taller dentro de la Eggbase, aquel peculiar ruido se asemejaba al sonido que hacia el metal al frotarse contra el suelo.

No podía ser nadie más que Metal, quien había llegado recién de su misión de «Reciclaje» trayendo consigo una gran cantidad de chatarra metálica, partes de los robo-centinelas que Eggman había enviado para robar los suministros que necesitaría para construir el que el llamaba «Su más grande y nueva creación».

-¡No sirven para nada, pedazos de hojalatas! ¡Si no se apresuran yo mismo los voy a reciclar! -desde la entrada ya se podía escuchar los gritos frustrados del científico atacando verbal y psicológicamente a sus dos sirvientes robots.

-¡N-no tiene nada de que preocuparse, jefecito, ahora mismo lo arreglamos!- orbot apenas había esquivado parte de la basura que el mayor le había lanzado, pero Cubot no contó con esa suerte, resultando herido.

Al ver que Cubot fallaba, Orbot se lo llevó a rastras para desaparecer lo más rápido posible del campo de visión del científico, no le vaya a querer despedazar a él también.

Metal observó como se marchaban por el otro pasillo, aun no estaba seguro de dónde habían salido la caja amarilla y la bola roja -así los había catalogado a cada uno- solo podía verlos como las mascotas de su amo.

-Estoy cansado de este "Encapuchado misterioso" ¡¿Cómo se atreve a desmantelar a mis queridos bebés?!- el científico parecía muy concentrado en lo que hacía, que no notó la llegada del erizo metálico.

El androide al ver que su presencia no parecía ser de interés para su creador, arrojó la chatarra que traía en la pila de basura -que Eggman pensaba reutilizar- sin hacer mucho alboroto.

Podía ver desde su lugar como en la enorme pantalla se reproducía las grabaciones obtenidas de varias ubicaciones de la ciudad en dónde aparecía aquel héroe nocturno del que se había empezado a hablar mucho ya no solo en internet, sino en las noticias, algo que encendía la furia del doctor era que aquel misterioso ser destruía sin consuelo sus máquinas.

-Pensé que después de la desaparición de esa rata azul, los beneficios en la recolección de recursos aumentarían a un 80%, pero seguimos en números rojos -guardó silencio un momento, ya parecía maquinar los hilos sueltos que tenía otra vez -¿Estás seguro, que me dijiste toda la verdad, Metal?

El robot se paralizó al tener toda la atención de su creador sobre él, mirándole a la distancia con esa inquisitiva expresión rígida y soberbia, de forma invasiva, fue breve el silencio que se formó en el enorme y ruidoso taller, hasta que el androide se atrevió a responder -como era común en él- con un suave asentimiento de su cabeza.

-Ven acá, Metal -ante su llamado, el susodicho se aproximó obediente debajo de una sospechosa mirada por parte del mayor.

Si, tal vez ahora mismo su sistema era un caos ante los múltiples escenarios que en su cabeza empezaban a reproducirse, ante la azarosa interacción que estaban por tener, y una de las tantas posibilidades terminaban con Eggman descubriendo su mentira.

Si eso ocurría... ¿Tendría que huir?

En ese caso debería preparar sus maletas, pero pensándolo mejor, Metal no tenía mucho para empacar, así que la maleta iría liviana...

Aún así, no se veía capaz de ir en contra de los mandatos de su inventor, ¿Podría hacerlo? ¿Acaso estaría dispuesto a ir contra la voluntad de su creador? Si descubría todo ¿Estaría dispuesto a dejar que lo funda en hierro y reutilice sus partes en otra invención que si sea útil?

-Metal...-inesperadamente el mayor lo sujeto de los hombros con cariño captando la atención del desorientado robot -Lamento dudar de tí, hijo - se muestra calmado y algo perspicaz, le sonríe de forma amena -después de todo mis robots no pueden mentir.

Metal solo pudo dirigirle una inquietante mirada al mayor, silenciosa como él, a pesar de todo, el doctor se apartó más tranquilo dejando el tema de lado.

-¡Eso no quita que ese engendro siga desmantelando a mis robots! -dejó al robot para volver a centrarse en el aparatejo desarmado en la gran mesa, que botaba chispas, Metal por su parte se mantuvo al margen. -Al menos mi más ambiciosa creación está completa al 30%, todo gracias a tus esfuerzos, Metal, así que siéntete orgulloso.

El androide miró las piezas esparcidas en la gran mesa metálica, los mismos que serían las partes de aquel futuro robot del que tanto hablaba el doctor.

-Sí, observa bien, este será tu hermano, cuando lo termine, será la máquina de matar más destructiva jamás imaginada. -Metal le miró molestó -Ay hijo, tú también eres muy fuerte, pero tú fortaleza no está en tu fuerza, sino, en tu corazón -apunto al pecho del robot -Ya sabes, cosas cursis, pero tranquilo, a tu hermano no le daré un corazón, porque él será diseñado solo para destruir.

Metal siguió con su mirada la mano del mayor hasta su pecho, analizando sus palabras, entendía bien sus motivaciones y el gran propósito con el cual fue construido, acabar con Sonic the Hedgehog, y así él podría ser el verdadero Sonic, pero sin importar cuantas batallas hubiera tenido ya con ese erizo, jamás habia podido salir vencedor.

Seguramente Eggman ya se había cansado de sus repetitivos fracasos, y por eso había decidido construir a este nuevo androide que seguro lo iba a reemplazar, le quitaría su único propósito...

-¡Entonces cuando terminemos podremos darle caza otra vez a esa rata azul! ¡Porque nadie me deja sin mis gloriosos sabados de helado!-

Eggman podía ser inmoral, ladrón, villano a medio tiempo y padre de familia, pero su odio por Sonic jamás cambiaría, y como su mayor rival de toda la vida, sabía muy bien que el erizo no podía estar muerto, y esas tontas noticias eran solo eso, tontas burlas, porque solo alguien que lo conocía tan bien sabía que se había vuelto a esconder como la rata que era.

Después de todo no era la primera vez que escapaba, pero no lo culpaba, seguramente después de que Metal lo enfrentará en su última misión le quedó de escarmiento, si eso, aunque los datos que registró Metal de ese día eran cuestionables, pues gran parte de su memoria se perdió, todo por culpa de Shadow.

Aquel erizo dejó en un deplorable estado a su bebé Metal, tanto que tuvo que recogerlo de un desagüe, logró recuperarlo si, pero había encontrado fallos en su memoria, culpando enormemente a al azabache por arruinar sus planes, como siempre hacía cuando la rata de Sonic no estaba.

Jamás podían dejarlo descansar sin destruir a sus bebés «¡Ratas desalmadas!» nunca se cansaba de repetir eso en su cabeza.

-Shadow the Hedgehog, otro montículo que se interpone entre mi glorioso destino de gobernar sobre todos estos insignificantes mamíferos -pensaba más para si mismo aún concentrado en lo que hacía.

Cuando el nombre de aquel individuo fue mencionado el robot no pudo evitar mirar atentamente a su amo, ciertamente inquieto, odiaba pensar en ese irritante erizo, pero para su pesar tenía recuerdos muy molestos de él en su memoria que le hacían actuar de forma erratica cuando le tenía de frente, aquellos recuerdos no estaba seguro si eran suyos o de Sonic.

Cuando Eggman lo creó y le dió la bienvenida al mundo presumió con que él era el verdadero y original Sonic, y que esa rata azul era su copia y por eso debía eliminarlo, y no se le hizo difícil creerlo al tener implantado todos los recuerdos del cobalto en su memoria, por lo que simplemente su software estaba revuelto con recuerdos que ni siquiera estaba seguro si eran de él.

Claro que tuvo que morir una vez para entender que él no era Sonic, al menos no el Sonic de carne y hueso.

Su propia identidad era difusa, y sus metas confusas, no tenía motivaciones más allá de ser obediente a su creador, pero a veces tenía fugaces pensamientos respecto a su verdadero deseo.

Vivir de verdad.

Si tan solo pudiera sentir el viento golpear su rostro, o saber que se sentía comer ¿Acaso esos chilidog de los que tanto Sonic presumía amar eran tan buenos como sus recuerdos le decían? O aprender a nadar sin temer en dañarse, si pudiera hacer esas cosas él estaría conforme con la muerte, pues se iría en paz.

No dudaría en dar su inmortal y vacía vida por un segundo de felicidad.

-Metal, no te retires aún, tengo otra tarea para tí, mas perversa que la anterior -se carcajeo con algo de psicopatía.

Metal ni siquiera cuestionaba las decisiones tan cuestionables de su amo, solo se mantenía en el límite de esa delgada franja entre lo que estaba bien y lo que estaba mal, ignorando todo y siendo obediente como debía ser, tratando de borrar aquellos efímeros y molestos pensamientos.

-Al revisar el día de ayer los movimientos del señor Shadow y la insoportable rata de Silver que le sigue a todos lados, me llevé la grata sorpresa de encontrar un diamante en bruto.

Metal no entendió en primera instancia a qué se refería, pero no tuvo que esperar mucho ya que fue suficiente con ver la proyección del evento en cuestión que mencionó el mayor.

En una corta grabación que destacaba los momentos exactos en dónde cierto erizo cobalto era masacrado a golpes por una peculiar tenrec de pelaje verde en una cafetería.

Metal no supo cómo asimilar aquello, más allá de sentir una molesta sensación de enojo en su conciencia.

-Aquella chiquilla verde, necesito que la captures, porque presiento que me será de mucha utilidad -sonrió de forma siniestra. -¿Me entendiste, Metal?- insistió el doctor al ver que el robot no respondía.

El androide tardó en responder, pero lo hizo, para no causar más sospechas decidió abandonar el taller, demasiado pensativo, aún analizando la información que se le había otorgado.

Eggman se percató de esa actitud retraída en su creación favorita, sabiendo perfectamente qué estaba perturbando su algoritmo, decidió agregar sin mucho interés:

-Ah por cierto, esa rata con anteojos, fue trasladado al Hospital Central, parece que logró sobrevivir -tose con cierta dificultad tratando de no ser tan obvio -Espero tu informe lo más pronto posible.

Era poco común por no decir que extraño escuchar al científico ser tan condescendiente, aún así Metal agradeció con una reverencia el detalle del mayor en otrogarle esa otra información, sin más, se retiró del lugar.

...

Cuando metal quería reorganizar la información que almacenaba en su conciencia, solía visitar aquel jardín lleno de girasoles que se encontraba en lo más profundo de las instalaciones de aquella lugubre base.

Uno pensaría que dentro de esas paredes insípidas y sin vida, más allá de solo máquinas y paredes blancas, uno no encontraría algo tan llamativo como un enorme invernadero repleto de girasoles, grandes girasoles que crecían fuertes y hermosos, pero los habia, todo gracias a Metal.

A él le gustaban los girasoles.

En un intento de entender sus pensamientos, Metal no estaba seguro de si debía estar felíz de saber que la había pasado mal, o si debía estar preocupado por ese erizo.

El creía fervientemente que sus sentimientos eran reales, pero sabía que en realidad él solo era una máquina, un robot con intenciones ambiguas al que se le había concedido el libre albedrío gracias al corazón que le hizo su creador, pero eso no aseguraba que aquello que sentía fuera real.

Tal vez todo era una simple simulación, porque en él no había nada vivo, ni su corazón.

Ya hacía mucho tiempo que aceptó que él no era Sonic, sino solo su copia, pero a pesar de ser una copia, él sentía que era especial, él quería creer que tenía algo de especial, cualquier cosa, por mínima que sea...


«-Mis robots no pueden mentir-»

Miró otra vez los girasoles, desde que descubrió la conexión que tenían Sonic y Nicky, no había podido enfocarse en sus labores, simplemente estaba confundido al no poder descomponer la información, o tal vez solo no quería hacerlo...

¿Pero en realidad Nicky y Sonic eran uno solo?

Para Metal era imposible creer que Sonic fuera Nicky, porque ambos eran muy diferentes, Nicky era único ante los ojos del robot, y Sonic... Él era... Lo odiaba.

Tal vez a modo de confort, pensó en el momento exacto en que el pequeño Nicky se hizo un lugar en su mecanizado corazón, convirtiéndose en alguien especial para él, lo suficiente para permitirle invadir el espacio personal que requeria para funcionar.

Este peculiar recuerdo se remonta hace más de seis años atrás, en una de las tantas peleas que tuvo contra Sonic.

En esa campal batalla él resultó perdedor cuando Sonic le arrancó con sus propias manos su corazón, el mismo que funcionaba como la batería que lo movía, inevitablemente cayó desactivado como un pedazo de chatarra.

Todo se volvió oscuro.

No estaba seguro de cuánto tiempo permaneció apagado, ya que cuando pelearon el otoño pintaba el paisaje, pero ahora todo estaba cubierto de nieve espesa.

El invierno era su temporada favorita del año, porque le gustaba hacer muñecos de nieve, pero ahora mismo eso era lo que menos importaba.

Intentó analizar su situación y posición, se percató en ese momento que no estaba solo, pues a su costado se encontraba un pequeño erizo con anteojos, rápidamente se apartó de él pensando que se trataba de Sonic, pero su cuerpo se trabó con un corto circuito, terminando por caerse al suelo de cara.

-S-Señor Metal ¿Está bien?- el pequeño erizo aún tímido, tomó entre sus pequeños brazos la cara del erizo metálico, notando que aún con fallos en su visor, le dirigió la mirada. -Bien, parece que si me escucha -sonrió.

Intentó sentar al androide, pero sin importar cuanto lo alineará, simplemente no podía ponerse recto, deslizándose repetidas veces por un castado o por el otro, causándole cierto estrés al niño, al ver que era imposible lo sostuvo de los hombros para evitar que se moviera otra vez.

-Veo que no tiene estabilidad ni movilidad ¿Me equivoco? -ahora mismo estaba haciendo un análisis mental respecto a qué tan deteriorado estaba el mayor, y por como veía su caso, parecía que la batería solo había servido para encenderlo, porque tenía muchos fallos.

Bueno tampoco sabía mucho de robótica, apenas si podía colocar la bombilla en el casquillo sin morir en el intento, pero con su móvil -y un par de artilugios más que consiguió en el desván- había podido construir una batería lo suficientemente funcional para lograr encender al erizo de metal.

-¿Tampoco habla? -se mostró incrédulo, pero recibió una mirada enojada del androide -Ah ya veo, y yo pensaba que solo se hacía el cool, pero está bien, igual le entiendo aunque no hable -levanto su mano en forma de un pulgar arriba echándole ánimos al contrario.

Metal no podía hacer nada más que mirar expectante al pequeño, pues técnicamente estaba a su merced, algo que él catalogaría como «Potencial peligro» pero entendiendo el trabajo que seguramente tuvo que hacer el pequeño detrás de camaras para hacerle un intento de repuesto para su corazón, le era difícil verlo como una amenaza -además de que técnicamente no podía moverse -por lo que se resigno ante su posible destino final.

-Que bueno que preste atención a la aburrida charla que me dió papá sobre cómo arreglar el motor de una avioneta -el robot le miró confundido -Ah sí, usted no es una avioneta, pero se parecen -entonces hizo con su mano la forma de un círculo refiriéndose al pecho/turbina del robot.

Metal solo ignoró el ofensivo comentario, él no se veía como una avioneta, él tenía una buena forma ¿Cierto?

Empezó a cuestionar su propio aspecto, espera ¿Está era una crisis?

El pequeño de anteojos al ver el silencio en que se sumió el ambiente -ya que no podía culpar al mayor de no ser muy hablador- decide romper el hielo comentando con mucho entusiasmo:

-Tal vez no me recuerda, pero usted me salvó hace tiempo atrás -su declaración ganó la atención del androide, algo que emocionó un poco al niño -Estaba huyendo de mi primo, cuando lo ví enterrado en la nieve -en realidad se había tropezado con la cabeza de este cuando escapaba de su primo- eso fue hace una semana, tuve que volver a casa porque me arrastraron, pero no pude dormir toda la noche pensando en usted, así que apenas salió el sol volví, me perdí dos veces, ¡Pero llegué! -se carcajeo un poco recordando que en el camino casi se queda atrapado en una trampa de oso -¡Simplemente no podía dejarlo ahí tirado!

Realmente Metal no había reconocido al niño hasta que escuchó su historia, recordando al pequeño que libero de los escombros, junto a la pequeña Amy, y si su información era correcta, era el mejor amigo de la pequeña eriza favorita de su enemigo jurado.

Aquello confundió a Metal aún más, pues sabiendo la relación que tenía él con el héroe de la ciudad, y el como todos lo veían como un demonio, no comprendía las motivaciones que impulsaba al pequeño de querer ayudar a alguien como él, pero en su estado no podía hacer más que escuchar.

-¡Quería verlo en persona desde hace tanto! ¡Pero llegar a usted es muy complicado! Al igual que conseguir mercancía suya -lo último lo murmuró más para si mismo- ¿Eh? Ah sí, seguro piensa que soy muy molesto por hablar tanto -se encogió un momento con cierta pena de ser una molestia para el mayor -¡Pero quería decirle que usted es mi héroe! ¡Lo admiro demasiado!- sus ojitos brillaron cual estrellas.

Era ante la vista de un desolado pedazo de basura la mirada más hermosa que jamás había podido precenciar, al verse acostumbrado a miradas despectivas o llenas de miedo, este pequeño lo veía con tanta felicidad, que su sistema era incapaz de medir o comprender la grandeza que veía el pequeño en él.

Tal información provocó en el robot un falló -se bugueo- soltando chispas y retorciéndose por sobrecalentamiento, lo cual preocupó al menor.

-¿Está bien? ¡¿Le duele?! -trás la sorpresa sus ojitos se llenaron de lágrimas al no saber que le pasaba al mayor -¡¿Hay algo qué pueda hacer para ayudar?!- insistió volviendo a sujetar con cuidado el maltrecho cuerpo del androide en sus brazos.

Eran tan confusos los sentimientos que trataba de analizar, y aún ante todo ese desconcierto, Metal tenía claro una cosa -tal vez por su larga experiencia en el mundo o aquellos recuerdos confusos- no quería ver llorar al niño por él.

El menor se sorprendió en el momento que sintió un suave peso sobre su pecho, se trataba de la maltrecha mano del robot, que aún temblando -y con esfuerzo- dibujó una cruz en su corazón.

«Estoy bien»

-¡Que alivio! -una dulce sonrisa llena de alivio y alegría se formó en los labios del infante, encontrando reconfortante poder entender al contrario con tanta simpleza que le salía natural.

Para esos momentos, y por estar tan concentrado en el erizo metálico, el pequeño cobalto no se percató que había empezado a nevar algo fuerte, al igual que el sol se empezaba a ocultar.

-Mire cuanto nieva, que bueno que traje mi bufanda, porque odio el frío...- acaricia con una de sus manos libres la gran y afelpada tela rojiza que cubría parte de su rostro, cuello y hombros. -se supone que hoy es noche buena, y mamá se enfadaría mucho si su hijo desapareciera en un día tan importante, pero... -miro de reojo otra vez al mayor en ese estado tan lamentable, éste le devolvió una mirada intrigada -¡No puedo dejarlo aquí solo! Porque después la nieve lo taparía otra vez, y me sería difícil desenterrarlo solo... ¿Qué hago?- parecía que se le iba a explotar la cabeza de tanto pensar. -¡Ya se!- extendió ambos brazos emocionado de por fin haber llevado a una solución, pero por su descuido Metal se cayó de cara otra vez. -¡Perdón...!- inmediatamente salto a levantarlo.

En ese momento Metal no había entendido a lo que se refería el pequeño erizo, pero no tardó en verse arrastrado por éste a quien sabe dónde, pero en su peculiar situación, decidió mantenerse tranquilo.

El viaje fue largo y complicado, teniendo un trayecto cargado de obstáculos enormes que el pequeño erizo logró superar, desde subir grandes lomas, aguantar la fría ventisca, evitar posibles depredadores de la naturaleza, rodando miserablemente por empinadas y angostas grietas, volviendo a escalar empinados riscos para volver a rodar por dónde subía repitiendo el ciclo, aún así su voluntad -que hervía como la lava- jamás se enfrió, logrando llegar a su destino para cuando el sol se puso.

Y este destino no era otro más que la base del malvado y loco científico Robotnick, la misma que se encontraban refundidas en lo más profundo de las montañas.

El androide se encontraba algo confundido, pues de todos los sitios a los que pensó que podría llevarle -como al vertedero por ejemplo- terminó por traerlo de regreso a su casa, cuestionandose el cómo le hizo para averiguar dónde era.

Metal fue colocado con cuidado frente a la enorme puerta del lugar.

-Bueno, parece que está es la despedida, por ahora -añadió lo último borrando su cara triste con esperanza, sin dejar de quitar la nieve que se había adherido al robot, dejándolo impecable. -¡Me divertí tanto hablando con usted! Es tan gracioso.

Metal considera que el pequeño debía tener una imaginación muy grande para ver cosas que no existian, como su nulo humor.

En un sosiego de serenidad, el ambiente se tornó tranquilo mientras el menor miraba atentamente al contrario, parecía pensativo respecto a algo, llenando de enigmas al androide, y sus dudas crecieron más cuando el joven se quitó su enorme bufanda para rodearlo a él -con cierta torpeza- desde el rostro hasta los hombros.

-¡Señor Metal, cásese conmigo!- gritó con tanta fuerza mientras sus mejillas se ponían aún más rojas de lo que ya estaban por el frío, tal parecía había esperado mucho para decirle aquellas palabras al mayor, y se había mentalizado en todo el camino para recibir un sí, pero el contrario solo le miró "callado".

Metal entendía el concepto del matrimonio, pero no se veía en las capacidades de estar en uno, además de que empezaba a creer que el menor era quien no entendía en realidad lo que sus palabras significaban.

-¿Qué? ¿No? ¡¿Por qué no se quiere casar conmigo?!- no tardó en entender el obvio rechazo que recibió a través de los rubís del mayor, aún así eso no lo desanimo -Que extraño, Amy me dijo que después de decir eso la otra persona dice sí, así funciona ¿No? -Metal negó con la mirada -¿A no? -ahora el pequeño erizo se ve aún más confundido -¡Claro! ¡Ya entiendo!- alegó con emoción al "entender" mejor lo que decía el mayor. -Antes de casarnos, hay que ser novios ¡Ya me acorde!-

El pequeño celebró internamente al recordar los «Pasos que debes seguir para formar una familia con la persona que más quieres» según Amy, quien se lo explicó cuando jugaban a la casita la otra vez.

-Ahm... Pero Amy ya me pidió ser su novio, y solo se puede tener un novio o me quemaré en el infierno... -nuevamente se desánimo, pero Metal no dejaba de ver con intriga la elocuencia del niño -pero mamá me dijo que no podía tener pareja hasta que yo sea grande... ¡Ay todo esto es tan complicado! -se sujetó la cabeza como si le doliera tanto pensar -¡Ya se! -hasta que volvió a estar entusiasmado trás salir de su pequeña epifanía.

Tomó de los hombros al androide y le miró con mucha seriedad, ya que para él esto era importantísimo.

-Voy a esperar hasta que sea lo suficiente mayor, pero usted también debe esperarme ¡Y ambos nos podremos casar! ¡Que emoción! -dio unos cuantos saltitos como el niño emocionado que era -¡Ah sí! Pero debe devolverme mi bufanda, así yo sabré que es un sí.

El pequeño volvió a reír emocionado de haber resuelto está encrucijada, mientras el robot solo se mantuvo al margen respecto a la situación, pero era un hecho que en ese momento se sentia interesado en el menor, de otra manera.

El pequeño cobalto se ve devuelto a la realidad en el momento que sintió como el viento empezaba a ser más fuerte, sabiendo que debía regresar ya a casa -para su pesar- no quería despedirse de su héroe.

-Ya debo irme, señor Metal- se ve un desánimo de su parte acercándose otra vez al robot acomodando mejor la bufanda en sus hombros -espero verlo pronto -sonríe. -¡Cierto! Casi olvidó algo importante -inesperadamente sacó de su abrigo un pequeño girasol que descansaba bien preservado dentro de una caja transparente -¡Espero que pase una buena navidad! porque yo ya obtuve mi regalo de santa -mira sutilemnte al robot.

Con eso toma distancia para tocar el timbre y salir corriendo del sitio.

-¡Nos vemos! -pero se dió cuenta que olvidaba otra cosa aún más importante -¡Por cierto, mi nombre es Nicky, recuérdeme bien porque nos vamos a casar!- y por fin se perdió entre la naturaleza del frondoso y escarchado bosque.

Era mejor si se iba lo más pronto posible, no quería ser raptado por ese loco científico, Metal por su parte, le observó alejarse hasta que ya no pudo distinguirlo entre el paisaje, entonces la puerta fue abierta dejando ver a un confundido Robotnick que ve al erizo de metal con sorpresa.

El doctor no dijo nada, solo lo agarró en sus brazos y lo llevó a dentro, tal vez después de todo si tenía algo que hacer en el taller está noche tan especial.

...

Después de aquel día, el pequeño Nicky empezaría a perseguirlo cada vez que tenía la oportunidad, pero poco a poco mientras fue creciendo dejó de seguirlo, hasta el punto de que se volvió difícil verle.

Metal comprendió entonces de dónde surgía tanta admiración por parte del pequeño Nicky, sintiéndose halagado de ser querido por alguien -que aunque no entendía aún la complejidad de los sentimientos- quería cuidar los sueños y la vida de aquel niño.

La primera persona que creyó en él de verdad.

Por eso cada día que veía aquella bufanda colgada en la persiana, recordaba que tenía un niño a quien proteger.

Al igual que aquel pequeño girasol, que plantó en aquel jardín.

Metal dejo de reproducir aquel recuerdo, observando nuevamente el campo lleno de girasoles, esos girasoles que aún en invierno podían flores fuertes y llenos de vida.

Tal vez seguía sin creer que Sonic y Nicky eran uno mismo, y aquel recuerdo solo fortalecía su deseo de negar ese hecho, pero era claro que aunque odiaba con creces al primero, no podía traicionar el cariño que el pequeño Nicky le había dado.

No podía darle la espalda, pero si se quedaba aquí no conseguiría nada, nuevamente observó los girasoles.

Nicky brillaba tanto como un girasol.

-¿Silver?- una voz baja y algo seria llena la pequeña blanca habitación.

Una chica de elegante aspecto había ingresado a la habitación encontrándose con un erizo albino concentrado en leer un libro.

-¿Blaze? -despegó la mirada de su libro observando con sorpresa a la chica, pues no había esperado toparsela aquí -¿Qué haces aquí?

La chica de reojo miró al erizo cobalto en la camilla, con cierto recelo -fugaz en su mirada- el cual paso a ser relajado junto a una pequeña sonrisa, ingresando al lugar, se veía interesada en lo que hacía el chico.

-Vine a darle una vuelta al padre de Amy, ya que ella hoy tenía que resolver unos asuntos con Surge, algo de ayudarle a hacer sus maletas - explica con cierta molestia, de solo pensar en la tenrec le provocaba malestar. -asi que cuando me enteré que estabas aquí, decidí venirte a visitar -sonríe.

-¿Aunque no te caiga muy bien Nicky?

La chica volvió a mirar de reojo al chico de la camilla.

-Sabes bien que jamás le he tenido simpatía -se encogió de hombros con simpleza, recibiendo una carita algo desanimada del albino. -pero se que ahora es tu amigo -pone una de sus manos sobre el hombro dándole confort -y por eso, espero que se recupere, porque ya estoy cansada de que estés tan distraído en la escuela por él.

Desde el incidente Blaze se enteró por Amy lo que le ocurrió a Nicky, la noticia le causó cierto desconcierto, pues no sé hubiera imaginado que el erizo azul perdería contra alguien como Surge, pero no pasó de ahí, su malestar recayó en el impacto que tuvo en Amy y Silver, este último había estado tan muy distraído en clases.

Ella no estaba muy agusto de saber que las dos personas que más le importaban estuvieran tan afectadas por el möbian al cual más aborrecía, asi que su odio indicriminado que dirigía a Nicky solo iba en aumento.

-Además me dejaste plantada ayer en la biblioteca, quedamos en ir juntos a estudiar -le riño. -yo entiendo que esto es importante para tí, pero no puedes quedar con alguien para luego cancelarse sin darle explicaciones, eso no es nada caballeroso.

Aunque Blaze entendía que sus amigos eran libres de decidir qué hacer con sus demás relaciones, y ella no podía imponer nada sobre ellos, pero últimamente se había sentido tan excluida que le molestaba.

-Sabia que cuando me vieras ibas a regañarme- Silver intentó cubrirse el rostro con temor usando su pequeño libro como escudo.

-No es regaño, Silv -la chica apartó con cuidado el libro para ver los lindos ambar de su amigo -solo que me siento muy sola sin tí -tomó con suavidad las manos de este para acariciarlas, entonces se percató que estaban algo lastimada. -¿Qué te paso en las manos? -inmediatamente demandó una respuesta preocupada y enfadada de lo que le habría pasado.

-¿Esto? Ah... ¡No es nada! -se soltó de las manos de la chica algo nervioso.

Blaze le miró extrañada, conociendo como era Silver, sabía que algo ocultaba, por lo que le miró muy atenta, poniendo inquieto al chico, estaba lista para sacarle lo que sea que estuviera ocultando, cuando el ruido de la puerta los interrumpió.

La gata y el erizo voltean a ver al recién llegado, encontrándose con la mala cara de cierto azabache.

Silver sonrió al verle, pero Blaze le miró con desconfianza.

-Pense que estarías solo- mira sin sutileza a la chica dejando claro que no la quería ahí, conociendo bien sus intenciones.

-Descuida, ya me iba de todas formas -la chica no se permitió intimidar por el mayor, dejando clara su posición, se despidió del albino con un elocuente beso en su delicada mano -Nos veremos pronto, Silv -se despidió.

A Blaze no le molestó hacerse espacio entre Shadow para salir, éste le dirigió una mirada aguda.

-Stk..- puso cara de amargado.

La chica solo sonrió victoriosa marchando tranquilamente del sitio.

-Me cae muy mal.

-Todos mis amigos te caen mal, Shadow -amonesta en son de protesta, pensando que era tan temprano y el oji-carmín ya le estaba regañando.

-Tus amigos son molestos, deberías terminar con todos ellos.

-¡No! Me costó mucho hacerlos, asi que gracias por tu preocupación, pero no gracias -se cruzó de brazos seguro de no retroceder ante la protesta mañanera del otro.

Shadow le miró de lado para adentrarse en la habitación, traía en sus manos un paquete que Silver miró con curiosidad al igual que las grandes rosas en su otra mano.

-Para tí -le pasa la caja.

Silver entonces logró distinguir el característico olor del té, abrió la caja encontrándose con un té de canela caliente y un sándwich de zanahoria con mayonesa y pollo, su favorito.

-¡Gracias!- abrió el paquete del sandwich para empezar a disgustarlo con mucho entusiasmo. -¿Las flores también son para mí?

-No, son para él -apunta al tercer erizo en la habitación.

-Que lindo -Silver sonríe de forma tierna, con mayonesa en los labios.

Shadow solo lo ignoró, para acercarse a la mesa a un costado del cobalto, en ese momento notó que ya estaba ocupado aquel florero con un ramo de girasoles.

-¿Tú se lo trajiste? -volteá a ver al albino.

-¿Los girasoles? No, pero se ven bonitos -Shadow gruño por lo bajo -¡Pero las rosas son aún más bellas! -intentó animarlo, pero el azabache parecía aún más molesto -seguro se las trajo Tails, no se, aunque no lo ví llegar, y eso que me dormí bien tarde anoche que hice guardia.

En efecto, había hecho guarida el día de hoy porque el mismo Tails se lo pidió, ya que necesitaba ocuparse de algo, claramente no le dijo de qué a Silver, pero igual el albino aceptó pasar la noche.

Shadow seguía sin estar convencido de su respuesta, y por una razón muy obvia, ver esos girasoles le causaba mucho molestia.

-¡Oye ¿Por qué los tiras a la basura?!- Silver vió como Shadow arrojaba su costoso ramo de rosas al basurero.

Su preocupación por las flores fue tanta que dejó su desayuno para tirarse a recogerlas del basurero apartando en el proceso al pesado azabache y el nubarron que se cargaba encima con su pesado humor.

-Son basura ahora.

-¡Las flores no son basura! -objeta ofendido, para Silver las flores y todo lo que tuviera que ver con las plantas era hermoso, por eso no podía permitir tal acto aberrante contra un ramo de rosas.

Logró sacarlas de la basura, pero ya se habían estropeado mucho.

-Bien, son tuyas entonces -se jacto algo soberbio, como un niño berrinchudo, listo para irse tan rápido como llego. -¿Qué te pasa?- pero se vio interrumpido cuando el menor le cerró el paso colocándose frente a la salida.

Silver no estaba nada de acuerdo en la actitud de Shadow, por eso se interpuso en su camino cerrando el paso para darle las rosas en la mano.

-Vas a poner esas flores en un jarrón, porque si las trajiste para él se las vas a dejar -insiste sensato.

Shadow por su parte no estaba de humor para aguantar a nadie, por lo que en vez de pelear sin razón o empezar una discusión sin sentido, saco su esmeralda y se teletransportó desapareciendo del campo de visión del albino.

Las flores cayeron al suelo desparramándose sin cuidado, ante esto Silver les observó con pesar en su mirada.

-Shadow... -intentó levantar cada una de las rosas, pensando afligido que el mayor aún tenía muchas cosas en el corazón que no podía sacar, y su charla de aquella noche no parecía haberlo llevado a ningún lado.

Al observar otra vez las rosas que había recogido en sus manos, una idea surco su cabeza.

....

-Asi que puede estar tranquila, señora Brenda, ya que yo estaré cuidando de él todo lo que sea necesario -Tails intentaba calmar la preocupación de la mujer frente a él.

La madre de Nicky y su pequeña hermanita habían venido hoy por fin a ver al cobalto, debido al trabajo de la mujer que no le daba muchas libertades, aunque la pequeña Tania ya había venido el día anterior por su propia cuenta a verle, ahí conoció sin querer a cierto albino que le pareció muy agradable.

La mujer al enterarse de la noticia se desmayó de la impresión, luego le avisó a su esposo, pero solo recibió una respuesta tibia de que estaba muy lejos para llegar pronto, aún así Tails la calmó contándole que él se haría cargo, y por eso apenas había venido a verle hoy.

-Usted solo debe concentrarse en su trabajo, a Nicky no le gustaría enterarse que por su culpa perdió su empleo...

-Muchas gracias, no sabría que sería de mi pequeño sin tí, Joven Miles- abrazó al zorro buscando confort, Tails de igual forma le regresó el abrazo empático.

Tania les observaba algo apartada, por su edad y su aburrimiento, ya había empezado a inspeccionar la habitación -más allá de ver el delicado estudio en que estaba su hermanito- hasta que algo peculiar llamó su atención.

-Que bonito florero -la pequeña observó como aquel jarrón decorativo tenia un montón de rosas y girasoles, pero las rosas estaban acomodadas de tal forma que hacían un hermoso corazón.

Era una decoración muy detallista.

-¿Entonces creés que podré ser la eriza más famosa del planeta?- una pequeña eriza de color fucsia tomaba de la mano a su hermano.

Nicky se encontraba desorientado, no entendía que sucedía, sobre todo no entendía quien era aquella niña pequeña y mucho menos por qué estaba tomándole del brazo con tanta familiaridad, ya que lo último que recordaba era haber estado peleando con...

-¿Con quién estaba peleando?- el cobalto se ve confundido por sus pensamientos.

-¿Peleaste con quién?- otro pequeño erizo de color verde aparece a su costado.

-¡Oh no, no pelee con nadie!- el erizo azul trata de explicarse, cuando se da cuenta, ahora era del tamaño de ambos erizos.

-¡Vamos a jugar!- propuso el erizo verde mientras salía corriendo.

-¡Míralo, nos está dejando atrás!- la pequeña jaló del brazo al cobalto para salir corriendo detrás del otro.

Nicky se dejó arrastrar confundido, corriendo detrás de ambos niños sin rumbo fijo entre aquel espeso bosque, hasta que salieron a las orillas de una gran playa, pero para consternación del azul, el mar era de sangre, y ambos pequeños erizos fueron tragados por este.

-¡Hermano, ayúdame!- luchaban con todas sus fuerzas para salir a flote, pero solo lograban hundirse cada vez más en ese mar rojo.

El pequeño cobalto intentó ir por ambos, pero era imposible, tal parecía debía elegir a uno de los dos, sin contar que el temor que le provocaba agua le hicieron petrificarse.

-¡Hermano!- por un momento el erizo verde salió a flote, escupiendo sangre, pero la niña no estaba.

Aún con sus rodillas temblando, el cobalto se sumergió en el agua, sin pensar bien que tenía que hacer, pero para cuando se llenó del suficiente valor, ambos niños habían desaparecido.

Se habían ahogado.

-¿Qué hice?- se repitió aún titubeante, desconcertado por no haberse atrevido a hacer nada.

No pudo sumergirse en la culpa por demasiado tiempo, ya que para su sorpresa del mar de sangre surgió una silueta manchada en sangre. Sus ojos rojos le miraron de forma asesina.

«Rojo»

El erizo retrocedió unos pasos al ver como poco a poco está figura siniestra se acercaba a él, lenta y fúnebre.

-¡¿Metal?!- su cara reflejó confusión cuando reconoció al robot aún manchado de sangre, éste se lanzó contra el agarrándole del cuello -¡¿Q-Qué pasa?! -lleno de confusión, intentó apartar al robot, pero era demasiado fuerte el agarre que tenía sobre su cuello, sentía que si no hacía algo le arrancaría la cabeza.

La respiración empezaba a faltarle, y su desesperación a aumentar, pero sin importar cuánto luchará, era inútil salvarse, todo bajo la mirada inyectada de sangre del androide.

En ese momento logró observar como alrededor de él empezaban a salir a flote lo que parecían ser cuerpos, no podía distinguirlos bien, pero eran demasiados cadáveres en aquel mar de sangre.

-Tu mataste a todos -ahora quién lo sujetaba no era Metal sino Shadow.

-¡No es cierto! ¡Yo no los mate!- se defendió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

-¡Mientes! -ahora quien estaba frente a él era un erizo azul.

-¿Sonic? -Nicky quedó horrorizado cuando reconoció los ojos verdosos del otro erizo.

Jamás lo había visto en persona, pero verlo ahora le causaba tanto desconcierto cómo temor, una sensación atemorizante que le dejaba petrificado ante la imponente mirada llena de odio que le dirigía el Héroe, que poco a poco se iba tornando de un color rojizo.

«Rojo»

-¡Ya deja de arruinar mi vida! -su agarre era cada vez más fuerte, cargado de tanta frustración y odio -¡Regrésame mi cuerpo!-

De pronto su cuello se rompió en dos perdiendo la conciencia.

Al ver que la resistencia que había estado ejerciendo el menor para liberarse cesó, el erizo azul lo soltó dejando que cayera en el mar de sangre, sumergiéndose profundamente en el olvido junto a la pila de cadáveres que le esperaban al final.

-Este cuerpo es mío -su mirada era fría.

Estaba muerto.

Era una mañana fría acompañada con una nevada fuerte, haciendo complicado recibir visitas en el hospital, aún así ante todo pronóstico, cierto zorro amarillo arribó con algo de prisa a la habitación donde descansaba el erizo cobalto.

Para Tails una fuerte nevada no le impediría llegar donde su amigo, por lo que en cuanto llegó se acercó a este aliviado de ver que seguía bien -después de recibir unas señales alarmantes del electroencefalograma el día anterior, se apresuró a verle en cuanto pudo- aunque aún con ganas de abrazarlo, se abstuvo de cualquier pensamiento que pudiera lastimar al mayor.

Dejando eso atrás, el zorrito se veía ciertamente emocionado cuando de su maleta saco un aparatejo en forma de marcapasos.

-Me costó repararlo, porque aún se me complica entender la energía de esa roca, ¡pero lo he conseguido otra vez! -levanto en alto y con orgullo el objeto, para colocarlo con cuidado en la muñeca del erizo. -Espero ahora puedas regresar... -inmediatamente su sonrisa se desvaneció tomando con cuidado la mano del cobalto entre las suyas.

Tails ya debería estar acostumbrado a la ausencia de Sonic, pero no sabía con certeza y tampoco quería saber que sería de él si perdía al erizo, por eso sus ojos se llenaron de lágrimas esperando con paciencia que su artilugio funcionara.

Él que era alguien de ciencia, aún así en estas situaciones oraba a Chaos que guiará el alma de su amigo hasta él, porque nada le daba más miedo que perderlo.

-No se que sería de mi si jamás me hubieras recogido de ese orfanato -unas pesadas lágrimas cayeron por sobre sus mejillas -Sonic, debes regresar...

Había pasado horas en vela trabajando en el marcapasos que sin querer terminó por dormirse arrimado al brazo del mayor, soñando con aquellos días alegres cuando lo conoció por primera vez.

«-Tails-»

Se encontraba desorientado en medio de aquella oscuridad solitaria, pero a pesar del silencio abrumador, escuchaba claramente como algo o alguien lo llamaba a lo lejos.

«-Tails, despierta-»

Sí, no era su imaginación aquella voz que aclamaba su nombre a la lejanía, más allá de aquel plano onírico, porque sin importar cuando le buscará con la mirada, no encontraba al dueño de aquella voz.

«-Venga hombre, abre los ojos o me volveré viejo esperandote-»

Esa forma de hablar...

-¿Sonic?...- los ojos cansados del joven zorro se abrieron con dificultad buscando con su mirada a quien le había estado llamando, y en efecto, frente a él con una postura erguida y una sonrisa genuina, estaba el erizo cobalto mirándole fijamente expectante de su despertar -¿Nicky?-se detiene un momento confundido y preocupado de equivocarse y causar un malentendido.

El cobalto negó con la cabeza manteniendo esa radiante sonrisa.

-No cabe duda de que siempre puedo confiar en tí, pequeño amigo -acarició con cariño la cabeza del menor aliviado de verle otra vez.

En ese momento los ojos de Tails se llenaron de lágrimas, sus labios se curvaron y sus manos temblaron, aún así no espero un segundo más para arrojarse a abrazar al mayor con mucha fuerza.

-¡Sonic!- se aferró con tanta fuerza al erizo mientras descargaba sus lágrimas y dejaba salir toda esa preocupación que había estado guardando dentro de su corazón estos largos tres días.

-Vaya, cuánto entusiasmo -este logra apartar con cuidado al menor, tomándolo de los hombros, observando con una ladina sonrisa la cara llena de lágrimas de este.

-¡Tú-!- Tails refutó indignado -¡Tonto! Si algo te estaba pasando debiste avisarme! ¡Como haces que me preocupe!- le zarandeo un poco, aún así se sentía enormemente aliviado de que todo saliera bien.

-Lo se, lo se, se que soy un mal amigo - se encogió de hombros con cierto pesar aún sonriendo -no se que sería sin tí, Tails.

Otra ves los ojos del zorro se llenaron de lágrimas, pensando que él estuvo preocupado por eso mismo, pero le dió un pequeño golpecito en el brazo al cobalto riéndose.

-¡Auch!... ¿Y eso por qué fue? - masajeo la parte golpeada, mirando confundido al menor.

-Por descuidado -le saco la lengua, divertido.

-Bien, no es culpa mía que este niño sea tan descuidado, pero tiene un don natural para caerle mal a todos - menciona cansado de siempre ver los problemas algo ridículos en los que se metía por tan tonto y por jamás escucharle cuando le gritaba como su consciencia -¿Y se supone que es yo?...

-Bueno, es tú en otro contexto... -explica recordándole el extraño origen de Nicky.

-Sí... -en ese momento no se veía muy entusiasmado por ese hecho -pero tranquilo Tails, desde ahora creo que podré controlar mejor mi cuerpo -sonríe mientras empieza a estirarse perezoso.

-¡¿En serio?!- el menor se ve emocionado por la noticia -Espera... ¿Y qué pasara con Nicky?- en ese momento recibió una mirada algo inquietante y silenciosa por parte del cobalto.

-No va a molestarme, por ahora.

-Pero Sonic, no creo que sea bueno para tu salud estar tanto tiempo afuera, y si ...

-No me va a pasar nada, Tails -aseguro colocando su mano sobre el hombro del menor interrumpiendo sus suposiciones llenas de una desesperante alarma. -Deberías estar felíz de que ahora tengo más tiempo para estar contigo ¿O no estás contento?

-Sí, estoy felíz -Tails si estaba contento, pero por obvias razones y conociendo la misteriosa restricción que tenía el mayor sobre su cuerpo, dudaba de si esto era la mejor idea.

-Aun así... -Sonic se muestra pensativo captando la atención del más joven -creo que ya va siendo hora de que te cuente quienes son esos dos tipos que me persiguen a todos lados.

La forma seria en que dijo aquellas palabras preocupó un poco a Tails, pero también lo llenó de intriga por saber la respuesta a una pregunta que se había estado haciendo desde que esos dos individuos aparecieron hace tiempo.

-Pero será después del desayuno -y en un segundo para otro mató toda la seriedad que había formado viéndose tan despreocupado. -¡Tengo tanta hambre, hombre que me comería una montaña de Chilidog!

El zorro miró de forma cuestionable la despreocupada actitud de su amigo, siempre había sido así, tanto que solo no podía tomarlo en serio y a veces sentía que jugaba con él y su pobre corazón que se preocupaba por él de más.

-¡Hora de ser héroe!- sin cuidado quitó todos los cables que colgaban de él para saltar de la cama emocionado por comer -¡Ah!- pero no contaba con que por las mismas se vería cayendo de cara al suelo arrastrando parte del suero, que no terminó de quitarse, con él.

-¿Qué pasa Sonic? ¿Se te entumieron "rápido" los pies? -Tails solo se rió por la comedia física de su amigo, mirándole desde arriba.

-Jah Jah, que gracioso -el mayor intentó ignorarlo para tratar de ponerse de pie, le pareció extraño sentir tanta debilidad en las piernas, pero sin importar cuántas veces intentó, no podía pararse.

Al ver que sus intentos fallaban uno tras otro, el menor empezó a preocuparse.

-¿Qué pasa? ¿Estás jugando conmigo? -le riño, pensando en que le estaba haciendo una de sus bromas pesadas como solía hacerle de vez en cuando, como castigo por haberse burlado de él hace poco, aún así se arrodilló a la altura del cobalto para verle mejor.

-No Tails -este sujeto del brazo al zorrito mirándole abrumado -no siento las piernas -sus manos empezaron a temblar.

La expresión del zorro palideció.

Continuará.

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.
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N/A:
Después de una "amena" charla con mi editora en jefe (como te quiero mi Bestie del alma) llegué a la conclusión de este episodio (no le echen la culpa, en realidad ella tampoco quería esto (¡No me odies Bestie! *Cry*)

Yo creía que jamás lo terminaría, porque me resultó tan pesado y tedioso, pero con persistencia logré terminarlo, ahora de vuelta deberán esperar por el siguiente cap que les seguirá rompiendo el corazón.

De seguro me quieren matar o prender en llamas, lo tomo con gusto, porque yo mismo me quiero prender llamas.

Pero no me quiero alargar mucho, había mencionado antes que un personaje misterioso iba a protagonizar el episodio, pues terminaron siendo 3, Tails mi niño hermoso, Metal (a este nadie le atino) y claro que no podemos olvidar al Sónico de Sonic, que llegó tarde pero llegó.

Tranquilos que el siguiente cap será aún más caótico ¿Teorías o propuestas que tengan respecto al episodio de hoy o del que vendrá? Seguro que con todo esto se habrán hecho más preguntas que respuestas (como siempre) por ejemplo con Metal y esa pequeñita parte de su pasado y otras cosas más (dedicó cap→)

Bueno, felicidades por los fans del Nicktal, les dije que la paciencia trae recompensas, así que espero les haya gustado la pequeña historia de como Metal le tomo aprecio al pequeño de Nicky.

Hay demasiados puntos en los que podría comentar, desde el como Tails y Sonic se conocieron, lo de Surge y Amy, todo el protagonismo que le di a Metal en el episodio y el pequeño vistazo a sus pensamientos, Blaze y esa enemistad con Shadow, o Shadow y sus lindas rosas, pero creo que por esta ocasión voy a ser breve.

¿Que tienen en común Tails, Blaze y Manic? No les pesa la lengua cuando tienen que hablar con Shadow, pobre Shadow que tiene que aguantar a puros retrasados.

La parte en la que más voy a comentar es la final, aquel sueño/lugar donde estaba Nicky ¿Qué creen que era todo eso? ¿Qué paso con Nicky o a qué se refería Sonic con que «No va a molestarme»? ¿Cómo se sienten al respecto con el final? (Dedicó cap→)

Tails también cree que podría ser una mala idea, ¡¿Pero ahora Sonic no puede caminar?! Creen que logré estar bien? ¿Quieren que esté bien?

De añadidura, bien por los que se dieron cuenta que la conciencia que hablaba con Nicky era Sonic, tranquis, no estaba esquizofrénico, aún...

Creo que todo el episodio fue muy pesado, pero tranquilos ya que con los que vienen serán mucho más cortos.

¿Parte favorita? Bien, todo fue como una montaña rusa, y estaba entre triste y felíz, y si no fuera por la parte de Metal creo que habría sido un episodio sin nada divertido más que su sufrimiento, así que no cabe duda que ame toda la parte de Metal (obvio) pero claro que estaba ansiando la apariención de Sonic, aunque le doy mención al hecho de que Shadow trajo unas flores muy lindas, pero no pudo dárselas, el detalle cuenta. (Y la suya→)

Mención Honorífica a Nicky pidiéndole matrimonio a Metal, este WTF y el Nicky todo "Lo estoy haciendo fenomenal" *cara fachera* XD

¿Parte menos fav? Creo que de todo el episodio la parte más tediosa fue el final y la parte de Surge y Amy, digo, seguro tienen sus preguntas o sus comentarios de como resultó esto, pero solo diré que esto apenas empieza, también se me hizo sad la manera en que Metal se percibe, o Tails triste de perder a su mejor amigo. ¿Y la suya? (Dedicó cap →)

Estoy emocionada por las cosas que vendrán, sobre todo respecto a Shadow y Sonic, pero no sueñen demasiado, porque aún hay que sufrir un poco más.

En esta ocasión no subiré un dibujo mío, sino dos de dos personitas preciosas que me enviaron estos dibujos tan lindos.

A coffeandmilk245 por este representativo dibujo de Nicky tirado en el piso.

Este usuario sabe muy bien las ganas que Nicky le tiene al suelo *guiño* (está muy lindo y divertido (⁠ʃ⁠ƪ⁠^⁠3⁠^⁠)¡Lo ame!

También, muchas gracias a PatoEnTanga por este dibujo tan precioso ¡Deben verlo bien! (⁠๑⁠♡⁠⌓⁠♡⁠๑⁠)

Dibujame la vida (⁠ ⁠˘⁠ ⁠³⁠˘⁠)⁠♥ ¡Es que esto es una pasada! >////<)~

Yo quisiera ser Nicky, que envidia le tengo (⁠◕⁠દ⁠◕⁠)

Jajaja que mal momento para decir que a pesar de todo el Nicktal sigue en peligro (Aquí los que quieren que se salve→)

Antes de finalizar ya, quería dar gracias por los 2K de seguidores, es un logro muy bonito que creo no esperaba tener este año, y por eso estoy preparando algo especial para la navidad, solo que no se si podré terminarlo, esperemos que si, y el tiempo me de.

Sin más que decir, no olviden de comentar, dar estrellita ★ y compartir la historia con sus amigos, me hace muy feliz<3

Si alguien me quiere reglar otro dibujo así de lindos como me lo dieron las dos personitas de arriba ¡Estaría encantadisima! <3

Nos vemos en la siguiente actualización!
Bye!

By:
|@LuliTan2|

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