TEMPORADA II Capítulo 14

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[...]

«—¡¿Qué es lo que más caracteriza a Sonic The Hedgehog?!—»

«—¡Uh, Yo se, yo se!—»

«—¿Si?—»

«—Es azul—»

«—¡Ajá!—»

«—¡Es cool!—»

«—¡Por supuesto!—»

«—Él hace lo que quiere—»

«—¡Claro que sí!—»

«—¡Salva a todos con una enorme sonrisa!—»

«—Ah~ ¿Cómo no amar esa sonrisa?—»

«—¡Además, él es muy veloz!—»

«—¡Señores y señoras, parece que tenemos un ganador!—»

El presentador de aquel programa viejo —pero famoso— de preguntas y respuestas, canta victoria al compás con aquella ruidosa campana que anunciaba al ganador, en esa ocasión habían dedicado todo un segmento solo a rememorar las grandes hazañas del héroe más famoso de Mobius, las mismas que quedaron grabadas en un viejo VHS.

«—¡Él es muy veloz!—»

«—¡Él es muy veloz!—»

«—¡Él es muy veloz!—»

Esa frase se repetía en bucle, una y otra vez, sin cansancio, aquel eco era tortuoso para los oídos de cierto erizo cobalto que parecía ser consciente del daño que le hacía y aún así se tomaba la molestia de pausar y retroceder la grabación solo para volver a escuchar aquellas palabras dichas por un joven fan, mientras, la vieja televisión, mostraba el paso del tiempo, en su desgaste, parecía funcionar tan bien.

«—¡Él es muy veloz!—»

Tal vez era un acto masoquista de su parte, el hecho de que se repetía a sí mismo —de manera constante— que estaba incompleto.

«—¡Él es muy veloz!—»

Pues ¿qué era él, el único y original Sonic The Hedgehog, sin su velocidad? sin aquella chispa que lo hacía destacar, que lo volvía único entre tantos, que lo hacía lo que él era.

Él sabía la respuesta, sin ella, él no era nadie.

Ahora que había perdido la movilidad en sus piernas, Ya no era de utilidad, se había convertido en una carga.

«—¡Él es muy veloz!—»

Ni siquiera podía verse a sí mismo sin pensar que era un desperdicio de oxígeno, aunque ya había aceptado hace un par de días la nueva realidad en la que se encontraba, esperando con fé en que encontraría una forma de salir de esto ¡Cómo siempre lo hacía! Porque no había obstáculos que él no pudiera superar, pero ¿Esto? Simplemente no pudo digerirlo como le habría gustado, y al no poder conseguirlo es que terminó por sumergirse en la oscuridad de nuevo.

Aquel sitio lo ahogaba a tal punto de recordarle constantemente de forma abusiva que, a pesar de tener esperanza, aún estaba la posibilidad de que jamás pudiera volver a caminar.

No volvería a ser quien llegó a ser en la cúspide de su vida.

El mayor héroe de Mobius.

Dos días —y contando al igual que un prisionero en su propia celda— habían transcurrido desde que salió del hospital, y tenía claro que jamás se había sentido tan abatido, tan desdichado, lleno de pensamientos inciertos y esperanzas posiblemente vacías, a las que se aferraba con fuerza, porque...

¿Qué más tenía? ¿A qué más podía aferrarse con tanta desesperación? Sentía, desde lo más profundo de su pecho, que si no tuviera a qué aferrarse, seguramente se habría dejado abrazar por la locura hace tanto tiempo ya.

Hacía muchos años atrás, llegó a sentirse igual o peor de desbastado, tanto que en su momento su único consuelo para seguir viviendo —su única razón de existir— fue darse cuenta que en este mundo solo se tenía a él mismo, y que nadie vendría a salvarlo, porque él era quien salvaba a la gente, no al revés.

Él era el héroe, él era quien debía sacrificar su vida por los demás, con tal de ver las sonrisas de la gente, tal vez, recibir la factura del karma era una compensación justa del mal que no llegó a detener, del sufrimiento que llegó a causar a los damnificados, como el pobre padre de Amy, ¿qué culpa tuvo él de su descuido? Ahora su amiga también pasaba por una situación complicada.

Entonces ¿Qué derecho tenía él de deprimirse? Si había gente que sufría cosas peores de las que él sufría.

Lo único que el tenía que hacer era salvarlos con una radiante sonrisa, pero ni siquiera era capaz de hacer eso.

Ahora que era un inútil.

«¿Qué sería de ellos sin alguien que les tienda la mano en momentos tan difíciles?» ese pensamiento lo tortura constantemente desde que la noticia lo golpeó como una ola, fuerte, despiadada, y si te descuidas, podría arrastrarte hasta mar abierto, donde la muerte estaría a tu espera.

En el pasado llegó a perder tantas cosas que llegó a acostumbrarse a que todo le fuera mal en la vida —era casi como una maldición— perder a su familia, su hogar, su propósito, su mayor ambición, convertirse en un enemigo mundial, dejar todo atrás solo para ver un futuro brillante, y a pesar de eso verse encerrado en su propia mente, restringido a no vivir nunca una vida normal.

En su momento se llegó a preguntar qué sería vivir una vida común, ser igual a los demás mobian, tener dos padres, una hermana, ir a la escuela, tener un mejor amigo, hacer travesuras, salir con ellos a jugar y hacer cosas de jóvenes.

—Si tan solo jamás hubiera obtenido estos poderes en un principio...

«¡No!» negó con la cabeza ante tal pensamiento.

No tenía permitido negar quien él era, y si era lo que era por sus poderes, fue gracias a que sufrió lo que tuvo que sufrir para estar donde hoy en día estaba, vivo, a pesar de todo, seguía vivo.

Debía honrar sus memorias.

Podía recordar vívidamente aún el momento exacto en que el Doctor le dió la —tan desalentadora— noticia, aquella que abatió su corazón y llenó de tormentos sus sueños.

—No podrá volver a caminar —sentenció, como una guillotina, dejó caer la filosa cuchilla sobre el cuello del erizo cobalto.

La señora Brenda estaba presente al igual que Tails en aquella habitación —su olor a fármaco podía ser algo molesto— la misma que empezó a sentirse incómoda por el sepulcral silencio que los inundó.

La mujer al no poder contener sus emociones casi se desmaya en seco, por suerte tenía a su costado a Tails, quién la logró sostener, el jóven zorro, por otra parte, se veía menos afectado por la noticia, o así aparentaba su nula reacción ante aquellas palabras.

No es que Tails no estuviera afectado, al contrario, tenía tantas cosas en la cabeza que no podía esclarecer sus sentimientos y por ende parecía un muñeco sin sentimientos, pero en vez de darse el tiempo para tener su duelo por la noticia, saltó rápidamente a la aceptación para encontrar una solución, de esa forma tan pragmática era como funcionaba su cerebro con altas capacidades.

Iba a descartar de la ecuación aquello inexacto o poco plausible que fuera una amenaza contra la meta que él tenía establecida, y si para eso tenía que sacrificar su gestión emocional, él lo haría.

Sabía perfectamente lo devastadora que debieron ser esas palabras para la mujer, el remordimiento que la golpeó al saber que no pudo estar ahí para su hijo, en aquel "accidente" pero, su mayor prioridad ahora era velar por el estado de Sonic.

Si la señora Brenda sentía remordimiento, Tails sintió dos balas dar certeramente en su cargo de conciencia, engrandeciendo su culpa y mortificando su necesidad de buscar una solución.

Su desesperación crecía y crecía al ver desde atrás a su mejor amigo estático, él ni siquiera se había movido un centímetro, temeroso de los pensamientos invasivos que podrían haber embarcado al cobalto, dejó atrás a la mujer para agacharse a la altura del erizo y encararlo, le dijo con una genuina preocupación:

—¡Escúchame, yo sé que encontraremos la forma de salir de esto! —sujetó con cierta fuerza los hombros del cobalto, agitando estos lo suficiente para ganarse la mirada consternada, pero lo suficientemente lúcida, de su amigo—. Juntos, no hay nada que nos detenga.

Lamentablemente Sonic no lo miró, su vista se mantenía fija en un punto invisible.

Tails sabía lo rápido que era el azul para procesar y entender las cosas, y es por eso que verlo totalmente inmóvil y perdido en sus pensamientos, lo llenó de angustia, su respiración pesada y sus manos húmedas, sentía que aquella posibilidad había superado con creces el límite que creyó existía respecto a la adaptabilidad que estimo tenía el héroe.

Simplemente no previó de forma exacta una variable no cuantificable.

Inesperadamente la risa del cobalto tomó de forma desprevenida a todos los presentes, sobre todo cuando pareció verse ahogada por un momento, todos le miraron preocupados al escucharle hablar.

—Ya se, todo esto tiene que ser una broma ¿Cierto? —ahora él sujetó de los hombros al zorro con cierta suavidad—. Tails, sigues enojado por la pelea que tuvimos ¿Es por eso que estás haciendo todo esto? —volvió a reir—. Solo quieres darme una lección, pequeño oportunista, lo sé porque eso lo aprendiste de mi ¡Anda, dime que es una broma! —insistió.

La mujer y el doctor compartieron miradas complicadas con el joven zorro, este trás pensarlo vuelve a mirar a su amigo, y con cierto dolor, niega con la cabeza.

—Es natural que los pacientes trás experimentar una fuerte pérdida, lo primero que hagan sea negar el evento problemático —explicó el doctor con tranquilidad desde su sitio—. Debe saber joven Kenji, que nada aquí es una broma, está hablando con un profesional.

Otro silencio volvió a sucumbir la sala, todos miraban al joven erizo, que seguía peleando con las palabras del médico, todos sabían que debían darle algo de tiempo —y espacio— si era necesario, para que pudiera aclarar su cabeza. Este tipo de cosas simplemente no podían apresurarse, y cada quien tenía su propio tiempo de duelo.

—No podré caminar, está bien, ya lo he entendido... —una sonrisa torcida se formó en sus labios al mismo tiempo que apartaba al amarillo para ver al Doctor—. He pasado por cosas peores, ¿No caminar? Pff- ¡Es como un chiste! —otra risa nerviosa—. ¡Pero vamos! Doc, seguro que tiene alguna forma "tradicional" para que me pueda recuperar —enfatizó la palabra haciendo comillas con sus dedos.

—Su situación es realmente peculiar, sobrepasa el entendimiento de la medicina actual, simplemente no hay cura para lo que tiene, porque en primer lugar ni siquiera existe.

—¡Yo sé que debe haber alguna manera! ¡Es solo que no la ha buscado bien! ¡Dígame qué sí! —se arrojó intentando alcanzar al médico, pero fue sujetado a tiempo por Tails quien intentó que volviera a estar tranquilo en la silla, o si no se caería al suelo—. ¡Acaso no va a hacer nada! ¡Es usted el doctor! ¡Salva vidas, ¿No?

—No hay mucho que se pueda hacer, podría prescribir una serie de ejercicios, masajes y muchos antibióticos para ayudar con el dolor, pero los exámenes arrojaron que usted necesita un milagro, y yo no soy un dios —escupió con pesar mientras apartaba la mirada.

Aquellas palabras terminaron por sepultar esa pequeña luz de esperanza que el cobalto se negaba a soltar, sintiendo de forma vaga la traición, aunque no era la primera vez que la sentía, pero era claro que jamás se iba a acostumbrar a esa sensación tan deprimente, tan mortífera, tan... dolorosa.

La traición es como un puñal que atraviesa el alma, dejando una herida profunda que sangra lágrimas invisibles. Es sentir cómo se desploma un castillo de arena construido con confianza y amor, arrasado por una marea de desengaño. Es el susurro helado del viento en un corazón que alguna vez fue cálido y pleno, ahora atrapado en un invierno perpetuo de desilusión. La traición quiebra la fragancia de las promesas y transforma los recuerdos dulces en amargos fantasmas que acechan en la soledad. Es un eclipse del alma, donde la luz de la esperanza se oculta tras un velo de sombra y dolor.

Algunos poseen el arte del perdón, aunque nunca puedan borrar las cicatrices del alma; otros, en su anhelo de paz, eligen olvidar todo, abrazando la ignorancia como un refugio para no enfrentar la realidad. Sin embargo, la sabiduría susurra; «Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo»

Él jamás se consideró alguien de mucha inteligencia, pero poco le importaba, cuando podía hacer las cosas a su manera sin importarle tanto las consecuencias, pero simplemente no entendía cómo era posible que de una discusión tan insignificante hubiera terminado en su probable retiro.

Él poseía —más allá de su velocidad— un gen regenerativo aún más veloz, cualquier lesión o enfermedad quedaba en ridículo ante su poder, por eso ha logrado ponerse de pie en situaciones que escapan de la imaginación, pero esta vez no.

«¿Por qué no?»

La paliza que le dió Surge fue muy dura, pero había enfrentado cosas peores que una chica con problemas de autoestima y desquiciada, por ejemplo; un acosador con problemas de ira y que no era capaz de superar el pasado con tendencias suicidas.

Parte de la culpa la tuvo él por no defenderse, pero no es que no hubiera querido salir, al contrario, lo intentó, al ver que la mocosa no andaba con juegos, pero algo le impidió salir, una barrera, en el momento que el marcapasos explotó, no pudo hacer nada más que ser un simple espectador.

Para rematar, su contraparte, el pequeño de Nicky, tenía nulas habilidades para el combate, era todo un desastre, uno que dejó que barrieran el suelo con su rostro, orillando a ambos a la muerte. Todo se volvió confuso a partir de ese momento, no recordaba nada, hasta el día que despertó.

Bueno, es que Surge también resultó ser toda una sorpresa, dejándole la duda de ¿Dónde había sacado tanta fuerza? La misma podía comprarse a la de cierto erizo azabache —que por cierto no quería recordar— aunque la chica aún estaba muy lejos de tan siquiera ser igual que él.

Hablando de ese erizo «Si no hubiera sido por... Shadow, tal vez hubiera muerto» tan solo mencionar su nombre le llenaba de desconcierto y cierto rencor, pensando en que ahora estaba en deuda con él.

La sola idea de saber que aquel sujeto lo salvó llenaba de dudas su cabeza, ya de por sí no le tenía buena voluntad, no después de lo que le hizo hace quince años... ¡De todas formas! ¿Por qué lo ayudó? No tenía sentido.

Le era claro que Shadow estaba detrás de su cabeza, para dársela a GUN, acompañado por Silver, aun no entendía por qué había regresado y aún más sus razones de ayudar al azabache a capturarle, pero él iba a hacer todo lo posible para detener sus planes.

Aunque tenga que enfrentarse a su pequeño... ¡No! Sonic aún así estaba dispuesto a hacerlo, aunque una parte suya quería saber de la situación actual del joven albino, verlo más de cerca... ¡No! Es una amenaza, al igual que el potencial peligro que representaba el vetado, que por cierto, solo pensar en ese tipo, le daba tanto coraje.

Después de tantos años se las había arreglado para encontrarlo y acorralarlo de tal forma que las cosas a partir de ahora eran inciertas, no sabía qué debería hacer, pero tenía claro algo, necesitaba un tiempo para pensar mejor las cosas.

Y si es posible muy lejos de ese acosador, y lo decía muy en serio con eso de ¡MUY LEJOS!

—Ten por seguro, que aunque ahora todo parezca en nuestra contra, vamos a encontrar la solución —las palabras de su pequeño amigo lograron sacarlo de su ensimismamiento, al regresar se encontró con sus ojos azules, los cuales temblaban—. Si los dos estamos juntos, no habrá nada que nos detenga, solo... no te rindas, vas a estar bien... —su voz, quebradiza, se aferraba con fuerza del pálido rostro del azul, con cariño, acariciaba su rostro en un intento de confort egoísta.

—Confío en tus palabras, Tails —la sonrisa dulce que le dedicó al menor terminó por romper sus barreras, logrando que sus ojos se volvieran dos cascadas—. Eres mi mejor amigo, después de todo.

—¡Perdóname! ¡Perdóname por no haber estado ahí! —finalmente se derrumbó, rodeó con sus brazos el cuerpo del mayor aferrándose con fuerza de él como un niño pequeño que pedía atención de su mamá—. Perdóname... perdóname...

A Sonic no le gustaban mucho los abrazos, pues no era bueno consolando a la gente ni mucho menos dando muestras de cariño, pero aceptó con agrado el gesto, aunque solo se limitó a palpar con familiaridad la cabeza del menor.

Tails por su parte, solo podía pensar en entender por qué el cobalto terminó en ese estado, y si era posible crear una cura, él lo haría, más que nunca debía darse prisa, ya que Sonic estaba en muchos problemas al estar totalmente indefenso, cualquiera de sus enemigos podría aprovechar esa debilidad para atacar.

Necesitaba sacarlo de ahí y esconderlo, por eso, sugirió darle de alta, porque según estaría mejor en su hogar con su familia. No quería a sus enemigos y perseguidores cerca, y si eso significaba encerrarlo en su propia casa, preferiría hacerlo.

La señora Brenda estuvo de acuerdo con la idea, preparándose física y mentalmente para todas las responsabilidades a las que debería hacer frente con tal de hacer sentir cómodo a su hijo.

De esa manera —y con caras largas— llegaron por fin al hogar del erizo, el cual, nunca antes se había sentido tan vacío.

—¡Hermanito! ¡Hermanito! —Tania había salido a recibirlos, alegre de volver a ver a su hermano, pero se sorprendió de verle en silla de ruedas, confundida, aún así se lanzó a darle un abrazo por la altura de los hombros—. ¡Tania te extraño tanto! ¡Tanto que pensé nunca más me volverías a regañar por no hacerte caso! Por ser una niña tan escandalosa, por... por ser una molestia— la pequeña no dejaba de llorar desconsolada.

El reencuentro de sus dos hijos conmovió tanto a la mujer que inevitablemente empezó a sollozar en silencio, apartando la mirada sin fuerzas, siendo consolada por el zorro amarillo.

Al momento de separarse, la pequeña Tania se dió cuenta por un momento la confusión que mostró la mirada de su hermano, sin saber cómo responder, pero ella notó algo más, algo diferente, algo que en ese momento no entendió, pero se le hizo tan familiar, esos ojos tan distintivos.

—También te eche de menos, pequeña heroína —acomodó sus anteojos, que se habían movido por la fuerza de la pequeña, y acarició la cabeza de la niña con mucha gentileza, desapareciendo cualquier pensamiento problemático en ella.

Tania empezó a llorar con más fuerza sin querer soltar a su hermano, fue trás unos minutos que la niña logró calmarse, que todos entraron a la casa.

—Bueno, todo fue tan inesperado, que no hemos podido acoplar las cosas para que se adapten a tus nuevas necesidades, Kenji, querido —comentó la eriza magenta con una sonrisa tibia.

Con ayuda de Tails, pudieron llevarlo hasta su habitación en la planta alta para que descansará, aunque le costó bastante subirlo, no estaba acostumbrado a cargar cosas tan pesadas.

—Bien, por ahora solo debes dedicarte a descansar, y si necesitas algo, solo debes llamarnos y te ayudaremos en lo que sea, mi pequeño.

La mujer lo dijo con buena intención, pero de todas formas sus palabras parecieron entristecer al cobalto, quien agachó la mirada.

Tails lo notó de inmediato e intentó llamar su atención, sabiendo perfectamente que a Sonic no le gusta depender de nadie, y la situación de por sí le ponía incómodo.

—Solo va a ser por un corto tiempo, en cuanto menos esperes estarás deslizándote sobre rieles como tanto te gusta, anda —forzó una sonrisa.

—Vamos Tails, no tienes que sonreír de una forma tan forzada —se rió de la mala imitación de sonrisa que hizo el otro, haciendo que se fuera también de él mismo—. Gracias, a todos, porque intentan dar todo de ustedes solo para que yo me sienta mejor, yo igual lo haré.

La señora Brenda nuevamente se vio abordada por las lágrimas, de forma débil, abrazó a su hijo, sintiendo la calidez que esté le transmitía, Sonic no se acostumbraba a la amabilidad de la mujer, lo ponía tenso, y tenía sus razones, pero por esta vez, terminó por corresponder el gesto, rodeando a la mujer con sus brazos, sintiendo lo frágil que era.

«Así que así se siente el amor de una madre» pensó adormecido entre los brazos de la mujer, pensando por un momento en su vida, ahora más que nunca estaba decidido a dar lo mejor de sí mismo para recuperarse.

Y así lo hizo, pues al día siguiente, sorprendió a su madre en plena madrugada.

Cuando ella iba de camino al trabajo, mientras se alistaba, logró escuchar un gran estruendo que vino de las escaleras, confundida y asustada, salió de su habitación para ir a ver de qué se trataba, descubriendo con asombro a su hijo al final de las escaleras.

—¡¿Kenji mi vida, estás bien?! —un poco más y ella casi se cae también, aterrada de que su hijo estuviera muerto—. ¡Tranquilo mi cielo, mamá ya está aquí! —bajó de prisa para socorrerlo, dejando sus tacones atrás, cuando lo tuvo en sus brazos le dió vuelta para ver si respiraba, al acercar su oído a su cara pudo sentir su respiración.

—Estoy de lujo, seño-... —tosió asustando a la eriza, quién tomó un poco de distancia—. Diigo, Ma' —se corrigió con una sonrisa torcida al verse embaucado por el rostro preocupado de la fémina que le pedía explicaciones—. Es que mi rostro ama saludar al suelo.

—Eso no responde el qué haces aquí tirado, Kenji —su tono se endureció, mostrándose molesta, como ella no tenía tanta fuerza, no pudo sentarlo, aún así lo siguió sosteniendo entre sus brazos acomodando la cabeza de su hijo en su regazo. —y no quiero una respuesta vaga, habla jovencito.

—Solo quería un vaso de agua...

—Si era solo por eso, pudiste haberme llamado a mí, y yo te lo traía.

—No me gusta que hagan las cosas por mi, ya estoy grandecito.

—¡Nada de "Estoy grandecito"! —le gritó ofendida asustando al cobalto que se hizo pequeño ante la impotencia de la mujer—. ¡Adolescente o viejo, no vas a dejar de ser mi niño, Kenji! Así que no desprecies los sentimientos de tu mamá... —su semblante se entristeció, el azul no supo qué responder —. Se que no te gusta que haga las cosas por ti, y a veces te averguenzas de la madre que tienes, pero mi vida, ahora en serio necesitas esa ayuda, no puedes caminar —no quería mencionar el tema, pero tenía que dejarle claras las cosas a su hijo—. Apenas llegaste ayer del hospital, Kenji, no vuelvas a hacer eso —pidió.

La mirada de la mujer y sus palabras dejaron sembradas una maraña de sentimientos en el erizo.

—Está bien... —respondió más a regañadientes, pero una parte de él se sentía culpable por haber provocado esa tristeza en la eriza.

Desde ese día Sonic decidió ya no intentar nada, mientras se hundía en lo que él llamaba tristeza pasajera —posible depresión — que de pasajera no tenía nada, más parecía un inquilino que no había pagado la renta en meses, pero él era un casero tan permisivo que a pesar de eso, seguía esperando la paga.

...

Regresando al presente, día viernes, Sonic se mantenía como un pedazo de basura inservible y obsoleto viendo aquellos VHS olvidados en aquella habitación/armario en la cual se había refugiado desde que se dió cuenta que prefería evitar usar esa silla elevador por lo incómoda que era.

«—¡Él es muy veloz!—»

Ya que no había nadie en casa que pudiera ayudarle a subir arriba, dónde era más cómodo, pues simplemente había preferido mantenerse en la planta baja, lo que menos quería era causar más molestias, además de que esperaba con impaciencia que Tails le trajera buenas noticias sobre cualquier cosa.

Mientras, seguía repitiendo aquel programa viejo, con suerte el padre de Nicky guardaba tantas cosas viejas sobre él, juego, entrevistas, documentales, etc, su fanatismo sirvió de algo después de todo.

«—¡Él es muy-...!—»

—Sonic ya deja de ver eso — inesperadamente alguien le arrebató el control apagando el anticuado televisor.

Sonic se encontró con la cara llena de reproche de Tails, entonces el zorro logró divisar el sinnúmero de pelis regadas y media abiertas cerca del televisor, asumió que se había visto todas.

«Solo quería rememorar mis días de gloria» pensó en sus adentros con un dolor en el pecho, pero al ver a su amigo decidió borrar esos pensamientos.

—No puedes culparme, el presentador es tan gracioso, además, no hay mejor cura que ver un programa dedicado al erizo más guapo que existe —sonríe de forma coqueta.

Tails le miró en silencio, pero terminó por esbozar una sonrisa.

—Ese es el Sonic que conozco —con cierta alegría, se acerca hasta la ventana para abrir está mencionando con emoción—. ¡Vine con noticias frescas!

—¡HAHH! ¡APAGA LA LUZ ARDE! —Sonic se retorció del dolor intentando cubrirse la cara— ¡Mis ojos! ¡Duele!

—Olvida lo que dije... creo que estas cosas te están friendo el cerebro —ni siquiera se molestó en ayudarlo, al contrario, abrió aún más la ventana.

—Antes que nada, debemos rememorar ciertos detalles importantes para el análisis que elabore —Tails tomó la palabra, mientras proyectaba en el televisor una pizarra virtual en la que iba leyendo ciertos datos que había recopilado con él tiempo.

Habían decidido moverse a la sala para más comodidad y espacio, Sonic se mantenía concentrado en lo que decía el otro, y aunque fuera a veces algo tedioso, no es como si pudiera levantarse e irse por su cuenta, así que si o si le tocaba escuchar su explicación toda aburrida de algo que él ya sabía, pero entendía que así funcionaba la cabeza de su amigo, así que tenía que ser paciente y dejarle hacer su número.

—La "Corrupción" empezó hace 15 años, trás experimentar una explosión gama cargada de energía del Caos corrompida —en la pizarra se divisó la imagen de un Sonic a escala siendo rodeados por ondas que se marcaban en forma de una "S"—. Como producto de aquella exposición, tu cuerpo manifestó efectos secundarios alarmantes.

Sonic pensaba que el nombre que le dió Tails a su "enfermedad" era muy aburrido, él prefería decirle «La maldición sónica», pero en fin, tenían visiones creativas muy diferentes, eso era todo.

—El cuerpo empezó a rechazar tu conciencia, induciendo largos periodos de sueño en tí, sin saber a ciencia cierta lo que hacías en ese estado "Sonámbulo" en el que quedabas, pero, trás una exhaustiva investigación, se logró inducir que todo era provocado por una nueva conciencia, producto de la «Corrupción» que buscaba cubrir el vacío que dejabas —la figura del erizo se multiplicó, y se le añadió unos anteojos, mientras sobre ella se especificaba las palabras «¿Potencial peligro?» de forma marcada—. Viéndote encerrado a la fuerza en tu propia mente, sin poder salir, pero gracias al "marcapasos" puedes controlar el tiempo que desees el cuerpo, pero, aún así, hay consecuencias adversas.

Paso a divisarse en primera plana los planos y diseños fallidos del primer marcapasos que el zorro diseño, hasta llegar a la versión actualizada, mostrando en sus componentes detalles como; el material del que estaba construido, que era eficiente para dar la hora y monitorear sus signos vitales, hasta que su fuente de poder consiste en la misma fuerza del Caos.

—La más visible, el rejuvenecimiento del huésped.

Algunos podrían pensar que rejuvenecer es un poder muy increíble, es decir ¿Quién querría envejecer? Era mejor así, posiblemente podrías alargar tu tiempo de vida indefinidamente, pero, cuando se trataba de un rejuvenecimiento descontrolado —como el caso de Sonic— era más probable que te encontrarás de un día para otro pensando en plena madrugada cuántos días te quedaba antes de cumplir 15 años otra vez, un año más, y ya tenías 10 años, y en otro año más estarías en tus 5, tu mente empezaría a deteriorarse a tal punto que era probable que a esa edad ya no recordarás ni tu nombre.

«¿Qué pasaría después?» Buena pregunta, pues técnicamente, solo te quedaría un año más para vivir, y si te descuidas lo suficientemente, podrías encontrar a la muerte con la forma de un bebé.

Sonic llegó a estar en algún momento tan cerca de ese final, que simplemente pensar en eso le ponía las púas de punta, es por eso que prefería comparar su situación con aquella película tan popular que llegó a ver... ¿Cómo se llamaba?, ¡Ah sí! «El curioso caso de Benjamín Button» Que, por cierto, le saco un par de lágrimas cuando la vió.

¿Cómo no sentirse identificado con Benjamín? Sonic sentía que él era Benjamín, solo que más guapo y menos Benjamín.

La situación era que él entendía la gravedad del asunto mejor que nadie y estaba inmensamente agradecido por la ayuda que había recibido del zorrito todos estos años, sin él, seguramente ya habría encontrado la muerte.

—Por esa situación, es que decidiste como única solución plausible, entregarle tu cuerpo al segundo huésped, mismo que con el tiempo adquirió su propia individualidad, su nombre; Nicky The Hedgehog —varias imágenes del susodicho empezaron a aparecer una trás otra rememorando momentos como sus diferentes cumpleaños, su primer día en la escuela, una foto familiar con sus padres y pequeña hermana, hasta una foto más reciente de él leyendo una tira cómica.

Sonic observó cada una de aquellas fotografías con un sentimiento vacío en el pecho, un dolor punzante, sabía perfectamente el sacrificio que tuvo que hacer para vivir, pero ¿a qué costo? Había perdido su propia libertad, porque no había una cura para la "Maldición sónica".

—Trás los diversos análisis realizados por mí mismo, llegué a la conclusión que la segunda conciencia no es un agente externo, ni interno, sino más bien la copia directa de tu propia conciencia, un Sonic sin recuerdos, que creció en un contexto y ambiente controlado con el fin de evitar su revelación contra el huésped original.

La razón principal para haber creado un hogar acogedor para su otra conciencia, era evitar que robará su cuerpo, y que para lograrlo, intentará borrarlo a él, como si fuera un parásito.

Por eso se había esforzado tanto, todos estos años, con que tuviera una vida felíz, o al menos lo suficientemente acogedora para que no sospechara nada, aunque en su lugar terminó formando a alguien tan... peculiar como Nicky. Bueno, Sonic quería verlo como aquel refrán que decía: «Los tiempos difíciles crean hombres fuertes; los hombres fuertes crean tiempos fáciles; los tiempos fáciles crean hombres débiles; y los hombres débiles crean tiempos difíciles» y vaya razón que tenía aquel Michael, era lo que creía el cobalto, aceptando que trás la tanta comodidad con la que rodeó a su contraparte, era natural que se volviera tan... débil, sin ofender.

O tal vez solo era él el del problema, un viejo que no se acostumbraba al cambio y prefería solo ver al pasado, pensando en que todo en su tiempo era mejor que en el presente, bueno, tampoco pensaba que él fuera un viejo chapado a la antigua, pero se sentía ahora como uno al pensar de forma tan nostálgica y cerrada.

—Nicky, tu Alter Ego, no manifestó señales de poder usar tus poderes, aún así, si es capaz de curarse de cualquier lesión de forma inconsciente, demostrando ser un niño muy saludable. Aunque, en su último atentado de asesinato, apenas logro sobrevivir ¿La causa? Desconocida —se vislumbró ahora la imagen de cierta tenrec de pelaje verde que fue archivada en una de las tantas carpetas en el escritorio—. Sabemos que Surge fue la atacante, pero mi profunda investigación revela que el problema va más allá de simples golpes, porque él sujeto B: Surge, no tiene las capacidades para causar aquella contusión a tal magnitud, entonces ¿Qué o quién? Esa pregunta se formuló en mi cabeza.

—¿Y sabes qué o quién? —Sonic mostró cierto entusiasmo, esperando una afirmación.

—Ahora mismo no poseo los datos suficientes para corroborar al causante de todo esto —recibió una cara aburrida del mayor—. Pero, si logré descubrir algo más importante.

—¿Más importante que descubrir a quién debo partirle la madre por partirme las piernas?

—¡Más importante! —le riñe—. La razón de que no puedas caminar, y que todos tus poderes estén estropeados, es por el exceso de Energía Negativa en tu interior...

—¿Qué quieres decir?

—Que está lesión supera el plano físico, todo tu organismo se encuentra infectado, enfermando cada segundo —la expresión del menor se vio acomplejada por la confusión en la mirada del cobalto—. Ya no tienes ningún poder... —entrecerró sus ojos con fuerza encogiéndose en su sitio, esperando su reacción, aún así, abrió con cuidado uno de ellos para ver al mayor.

Sonic no entendió sus primeras palabras, pero claro que comprendió lo último que dijo, y pensó, que era absurdo, pero cuando intento decir algo, las palabras no salieron, en su lugar, empezó a presentar movimientos leves, pero repetitivos en sus manos, mientras su mirada buscaba evadir la ajena, su respiración de igual manera se vio pesada, haciéndole difícil respirar.

—¡Sonic, mírame!, por favor ¡Mírame! —Tails rápidamente se acercó para tomarle de los hombros, le agitó con cierta fuerza intentando obtener su atención, pero el cobalto no parecía reaccionar, sumido en sus pensamientos—. Es por eso que dudaba en si decirlo o no... yo tengo la culpa, no medí bien mis palabras, sabía que esto no era una buena idea —sus ojos se vieron empañados sintiendo como otra vez era víctima de sus emociones.

Sonic no podía salir de aquel silencio en que se había sumergido nuevamente, pensativo, más cuando observó las lágrimas del menor, su mente se esclareció lo suficiente para limpiar con su mano el rostro de este.

—Tú no tienes la culpa de que siempre te arrastre a mis aventuras —de forma amena, su voz suave, pero segura, llegó hasta los oídos del joven zorro quién le miró pasmado—. No llores, en vez de eso dime ¿sabes de dónde salió esa energía? Si apareció de algún lado, también podemos eliminarla ¿Estoy bien? —consoló a su amigo con una sonrisa.

Tails asintió y se limpió el resto de las lágrimas para continuar:

—Ni yo logro comprender exactamente la naturaleza de esta energía, es caótica —volvió a darle su espacio a Sonic, acercándose de nuevo al televisor para mostrar ahora una representación gráfica en barras sobre los niveles caóticos que representaba aquella energía—. Al igual que la banda de Moebius.

—¿La banda de Moebius? ¿Qué es eso? ¿Una banda de rock?

—No, La banda de Moebius es una manifolde bidimensional no orientable con frontera —corrigió al mayor—. Paradigmática en la teoría topológica debido a su configuración que desafía las intuiciones geométricas euclidianas, de una estructura unilateral y no orientable. La cinta de Moebius, al ser una superficie con borde, no admite una normal vectorial continua en toda su extensión, hecho que puede demostrarse mediante la imposibilidad de definir un campo vectorial que sea coherentemente transversal a la superficie en cada punto sin incurrir en discontinuidades.

—¿El para qué cosa de quién? —levantó la ceja.

—Ah... —Tails suspiró—. En términos prácticos, al realizar un recorrido continuo sobre su superficie, cualquier punto del recorrido evidencia la singularidad de la banda, ya que trás una rotación completa se regresa al punto de partida habiendo recorrido aparentemente ambos lados de la banda original.

—Es decir, ¿es como el símbolo del «Infinito»?

—Técnicamente, y es, hablando de su orientabilidad, el efecto de no tener ni un inicio ni un fin, como un bucle infinito, al igual que la paradoja de Möbius, aquella infección que ahora padeces, no parece tener un fin ni un inicio, ¡Esto implica una torsión topológica a una escala microscopía nunca antes vista! —extendió ambos brazos de forma dramática denotando su emoción desenfrenada por haber descubierto algo que nunca nadie se hubiera esperado existiera, deseoso por seguir comprendiendo su naturaleza.

—¿Me estás diciendo que mi enfermedad está constantemente devorando a mis células vivas, y estás, a su vez, se regeneran con tanta velocidad que ha conseguido crear un balance entre ambas infecciones? —se tocó la barbilla con la mano pensativo.

—Eh... digamos que sí, básicamente es eso —le dió la razón.

—¿Tanto te costaba decirlo con palitos? —se quejó.

—¡No me presiones! Estoy dando todo de mí para que me entiendas —le devolvió la misma queja, Sonic solo rodó los ojos con cierta impaciencia.

—Okey, pero eso no responde aún mi pregunta sobre ¿de dónde vino esa cosa?

—No quisiera dar una respuesta con tan pocas variables, pero mis cálculos me dicen que hay un 99% de compatibilidad entre esta energía negativa y la energía caótica de la gema que me diste.

—¿La Esmeralda del Caos? —Tails asintió con la cabeza—. Podría ser una probabilidad, con esas piedras uno se puede esperar de todo, en realidad, Geez... —volvió a soltar esa molesta muletilla, mientras seguía pensando —pero ¿Cómo me infecté? No he topado esa cosa desde que te la dí.

—Tampoco quisiera adelantarme con estos resultados, pero yo use parte de su energía para volver a reparar el marcapasos, para permitirte volver, pero... ahora no estoy seguro si habré hecho bien los cálculos.

—¿Estás diciendo que tú fuiste el que causó esto?

—Aún no he recolectado los datos suficientes, y la acusación no tiene fundamentos sólidos, según a mí respecta, aislé cualquier impureza de la ecuación, antes de crear el núcleo de mi invención, por lo que un fallo es improbable, más bien, es más probable que alguien más hubiera manipulado el aparato.

—¿Entonces si me quito esto me curaré?— Sonic apuntó al reloj.

—No es seguro, pero es una hipótesis casi sólida, si es que yo fuera el culpable, caso contrario... —Estaba por continuar cuando vió como el cobalto se quitó el reloj a la fuerza—. ¡Sonic no!

Sonic inmediatamente cayó inconsciente.

...

Cuando despertó, se vio en otra habitación, al verla detenidamente la identificó como el cuarto de Nicky, al ver por la ventana entendió que ya era de noche, por lo que se había dormido toda la tarde, aún en su ensoñación, logró escuchar un pitido molesto, a su lado había un enorme aparato conectado a su cabeza, brazos y torso, parecía vigilar sus signos vitales.

—¡Sonic, no me vuelvas a dar otro susto así en la vida! —rápidamente se ve embaucado por el fuerte abrazo del zorrito, que le sacó el aire, el mismo había estado al otro lado esperando impaciente su regreso, mientras, vigilaba las señales que emitían sus ondas cerebrales con el propósito de registrar parte de sus sueños—. Con esto queda claro que sacarte el marcapasos es una muerte segura, ¡debes cuidarlo!

—Bien, lección aprendida —le aparta con cuidado, rápidamente empezó a sentir un dolor punzante por todo su cuerpo, estaba adolorido. —Ahora que sé que está infección me está comiendo por dentro, dime ¿Cuánto tiempo me queda de vida? Digo, no es la primera vez que me enfrentó contra reloj, así que puedo manejarlo —guiño un ojo.

—No es seguro.

—¿Por qué? Acaso... ¿Descubriste algo nuevo mientras dormía?

—Eso te iba a preguntar yo —su tono se endureció demandante. —¿No notaste algo extraño mientras dormías?

—Uhm... no que yo sepa —negó con la cabeza.

—¿No has podido verlo? —hizo énfasis—. A Nicky.

—Ahora que lo dices, tienes razón, no he podido ver a Nicky.

—Al compartir el cuerpo, solo uno puede ser consciente de la existencia del otro, debido a que, mientras uno duerme el otro está despierto, pero habrá situaciones en dónde ambos duerman, en ese caso, la posibilidad de que puedan encontrarse aumenta significativamente, y aún así ¿No pudiste verlo?

—No, no lo ví, más bien, ni siquiera logré soñar algo...

—Esto podría confirmar mi nueva hipótesis, sobre que está Energía Negativa se ha encargado de suprimir la conciencia de Nicky, junto a tus poderes —se mostró reflexivo—. Eso me llevó a pensar en lo que dijiste en el hospital cuando despertaste... ¿Le hiciste algo a Nicky?

—¿Algo? —se mostró confundido.

—Dijiste que ya no te iba a molestar más.

—¿Yo dije eso? —Tails asintió—. Okey, puede que siempre esté quejándome de las decisiones de ese niño, pero, en primer lugar, yo fui quien decidió dejarle todo a él, así que ¿Qué te hace pensar que le podría hacer hecho algo?

Sonic no comprendía de dónde venía aquel pensamiento mal infundado, pues él no recordaba haber dicho o hecho algo semejante, no sería capaz, bien podría ser un despistado, si, pero recordaría haber dicho algo así, es que ni siquiera se había pasado por su cabeza tal idea.

—Las señales que capturó mi lector señalan que antes de la explosión, el marcapasos registró la aparición de aquella energía negativa, confirmando mi última teoría, sobre que no fuí yo el culpable, sino, alguien más, alguien capaz de manipular a su antojo la Energía del Caos —Tails miró de forma acusadora al cobalto.

Tails sabía perfectamente que le debía su vida a Sonic, por todo lo que él había hecho por su bienestar, y se sentía en la necesidad de retribuir su buena voluntad, pero quién era él para reclamarle las cosas sobre ser un mentiroso, cuando él mismo guardaba un secreto, aún así, las pruebas parecían ser contundentes.

Geez... no te puedo culpar por pensar que fui yo, pero no soy un mentiroso, tú me conoces ¿Por qué mentiría? —Tails apartó la mirada—. Tails, sería incapaz de hacerle algo así a Nicky, créeme.

—Sonic quiero creerte, pero las pruebas parecen ser claras.

—¡Vamos, hombre! ¡La idea de por sí es muy tonta! ¿Por qué yo mismo querría enfermarme?

—Por intentar eliminar a Nicky y quedarte con el cuerpo, seguramente pensaste en eso cuando lo hiciste, más no calculaste las consecuencias de hacer aquello.

—No Tails, no lo hice —su voz se suavizó de tal forma que le demostró al contrario la confianza ciega que él tenía sobre el menor, pero, que como retribución, lo único que esperaba era que confiara en él de la misma forma que él confiaba en su amigo ganándose una mirada complicada por parte de este—. ¿Es acaso qué te preocupa mucho ese niño?

Bueno, y si así era, Sonic tampoco podía culpar a Tails de haber desarrollado algún cariño especial por Nicky, después de todo se volvió su amigo desde que tenían 10 años, así que entendía su resiliencia respecto al tema.

—¡Más que eso, pusiste tu vida en riesgo! —Tails gritó con cierta frustración sorprendiendo al erizo.

«¿No era por Nicky?» pensó confundido, pero una parte de sus preocupaciones se vio disipada con esa respuesta, aunque podía sentir un aire poco esperanzador respecto al poco cariño que ya de por sí recibía su contraparte, no sabía si debía sentirse ofendido o no.

—Vamos, siempre pongo mi vida en riesgo, no es algo nuevo —le restó importancia, cuando sus manos se vieron apresadas por las del menor, quien lo sujetó con cierta fuerza cruzando miradas.

—Sonic, eres muy importante para mí —confesó con determinación—. Me atrevería a decir que eres el cielo azul que siempre he añorado, inalcanzable, y aún en su magnificencia, logras llenar de tanta luz mi mundo entero, y no sé qué sería de mi vida sin tí... simplemente no puedo permitirlo.

El necesitaba eliminar cualquier variante que pusiera en riesgo a Sonic. Necesitaba protegerlo, porque Sonic solo debía estar para él y solo para él.

—Vamos Tails, eres un genio, claro que sabrás qué hacer sin mi —le dió unas cuantas palmaditas en la espalda para apartarle—. Así que relájate, hombre.

Tails no quería relajarse, sus palabras estaban siendo muy apáticas, y sentía que Sonic no se detenía a pensar por un momento en sus sentimientos, pero, ahora mismo, con tal de permanecer a su lado, prefería esperar con paciencia, tal vez y algún día el cobalto pueda ver el mundo de la misma forma que él lo hacía.

—Está bien —tomó un fuerte bocado de aire calmando sus pensamientos—. Voy a creer en tí y añadiré está información entre la variable a y d —agregó un comentario adicional entre ambos literales—. Eso nos deja aún la duda de ¿Quién te infectó? Si no fui yo y no fuiste tú... —le dedicó una expresión confusa y pensativa a la pantalla del televisor.

—No te olvides de añadir «¿Cómo revertir la infección?" para salvar al guapo de Sonic —sugirió con una sonrisa desde atrás.

—Sí, por supuesto —escribió la sugerencia y añadió tres corazones después de la palabra «Guapo»—. Ahora nuestros planes han cambiado, pero mi mayor prioridad en estos momentos será descubrir cómo revertir la infección.

—Y yo voy a encontrar al listillo que se le ocurrió tenderme tan estúpida trampa —golpeó su palma con el puño de su otra mano, con fuerza, junto a una mirada llena de decisión y una sonrisa jocosa.

—¡No! —Tails le regaño recibiendo una mala cara del mayor

—¿No? —repite ofendido.

—No vas a ir a ningún lado, tu prioridad será mantenerte a salvó y saludable, con la dieta que mandó el Doctor, hasta que yo logré idear la cura, y si es posible, encontrar al culpable, pero tú vas a intentar ¡DESCANSAR!, ¿o quieres que te deletree todo? —colocó ambas manos sobre su cintura en forma de jarra en una posición defensiva/agresiva.

—Suenas como una madre, Tails, que aburrido... —le abuchea.

—Prefiero ser aburrido a lamentar la muerte de mi mejor amigo.

Ambos volvieron a tener una lucha de miradas, está vez más intensa, ninguno parecía dar un paso atrás, el cobalto pensó en ese momento todo lo que el menor había hecho por él, sintiéndose en deuda, terminó por apartar la mirada, ante esto Tails celebró su pequeña victoria.

—Sabes que, deberías llevarte ya todo esto —añadió señalando las máquinas que lo tenían aún aprisionado—. No vaya a ser que la señora Brenda se asuste de ver a su "hijo" conectado a todo esto —Sonic se quitó los cables que lo cubrían—. Tengo ganas de salir un rato —se estiró un poco.

—No, nada de salir tampoco.

—¿Qué? ¿Y ahora por qué?

—Porque nada es seguro, cualquier de los tipos malos que están detrás de tu cabeza, apenas se enteren de tu estado actual, van a querer matarte, además, voy a estar muy ocupado en mi taller, no podré estar contigo para defenderte, y antes de que te quejes, ya hablé con la mamá de Nicky, para contratar a alguien que te cuide.

—¡No me puedes hacer eso! ¡Se cuidarme solo! ¡No necesito a nadie! —levantó su tono de voz.

—Sonic te acabo de cargar hasta aquí, es obvio que no puedes solo.

—¿Por qué eres así? ¿Dónde está aquel pequeño adorable que no dejaba de elogiar mi atractivo natural? —seguía resentido.

—Ya no está Sonic, he crecido, ya no soy el pequeño que te seguía a todos lados, tengo 16 años, y ahora tú bienestar es lo único que me interesa, y si para eso tengo que ser el malo, lo seré, no más discusiones.

El ambiente se puso un poco pesado, ambos se sentían heridos y traicionados en cierta medida.

Sonic entendía el punto de vista de Tails, solo quería su bienestar, pero él odiaba que le pusieran límites, no quería que ya la poca libertad que le quedaba le fuera arrebatada de tal manera, y para rematar, poner a un extraño a cuidarlo, no quería eso, pero una parte de él entendía que esto era por su bien, para su pesar.

—Está bien, tal vez si necesito algo de ayuda —murmuró ganándose la mirada paciente del menor—. Digo... Ujum —carraspeó la garganta con cierta vergüenza—. Hasta el héroe más famoso necesita algo de ayuda de vez en cuando —sonrió ganándose una pequeña sonrisa por parte del menor.

—Sonic, discúlpame en serio —este se agachó hasta la cama para darle un abrazo—. Lo único que quiero es ayudarte.

—Está bien, te entiendo —palpo su cabeza con familiaridad—. Y justo ahora siento que necesito algo de ayuda.

—¿Eh? ¿En qué te ayudó Sonic? —tomó distancia del cobalto para verle con la curiosidad tan característica de él.

—Un baño.

—¿Ahora? —Sonic asintió.

Tails se sintió más tranquilo, Sonic había aceptado, y eso le bastaba para estar más tranquilo, por el momento.

...

Tails ayudó a Sonic a entrar al baño, no sin antes preparar la tina y todo lo que iba a necesitar, fue algo complicado por no ser tan fuerte, pero lo consiguió, sintiéndose momentáneamente un ganador.

Al ver el desorden en la habitación, se puso a ordenar algunas cosas tiradas por ahí para acomodarlas, igualmente buscó sábanas limpias para cambiar la cama, y buscó el cambio de ropa que necesitaría Sonic al salir del baño, encontrando algo que seguro le gustaría usar.

En eso alcanzó a ver el tablón lleno de teorías que en algún momento Nicky llegó a compartirle, como un aficionado, deseoso por entender que fue aquello que lo salvó en el acantilado.

En la cima del tablero estaba escrito con plumón rojo y en grande «¿Qué es Eso?» como si fuera una mala jugarreta del destino, o solo el karma, pero un malestar se alojó en su corazón, como la culpa que lo carcomía, pero de forma más aguda, rápidamente pudo deshacerse de esa sensación al notar en el tablero la foto de Silver con muchos corazones color rosados a su alrededor, levantando la ceja con confusión, pero al ver ahora al costado del erizo albino la foto de cierto azabache —que le disgustaba— dejó de lado ese pensamiento fugaz para distinguir como esa foto tenía vários dardos clavadas en ella y escrito a su alrededor; «¡Peligro!» «¡Da miedo!» «¿Es guapo?», la última estaba tachada.

—¡Tails ya estoy listo para que me saques! —escuchó desde adentro del baño.

Aquella llamado cortó cualquier otro pensamiento invasivo que llegó a tener, dejando todo de lado para ir por el erizo, le ayudó a vestirse, y a acomodarse en la cama, ya con más calma Sonic pudo relajarse por fin, vistiendo como a él le gustaba y no imitando el pésimo estilo de Nicky, pensó entonces en tomar su móvil y jugar algo.

Tails por su parte seguía angustiado por sus pensamientos respecto al tablón, mirando de vez en cuando la silueta del oji-carmín a la distancia, en aquella fotografía, podía sentir como parecía burlarse de su sanidad mental, instándole a buscar una respuesta, a comprender el misterio que lo rodeaba, que le grita una y otra vez; «¡Debo alejarlo de Sonic!», impaciente e implacable, la definición perfecta de un enigma total que lo atormentaba en sus propias pesadillas.

«¡Vamos! ¡¿No quieres saber?!» le sonríe la petulante fotografía «Sonic te esconde muchos secretos, a tí, su querido y más especial amigo, ¿Qué te esconde?» ¿Qué no quiere decirte de mí? Se han peleado ya por no decirte la verdad» se burla «Al parecer no eres tan especial como tú creías, ya no eres Imprescindible» le mira con desprecio «Te va a reemplazar conmigo»

—¡¡NOOOOOHHHH!! —desesperado, se aparta bruscamente cayendo de la orilla de la cama.

Simplemente no pudo soportar más.

—¿Qué pasa, Tails? —Sonic alterado, había perdido su partida en el juego en línea, aún así, intentó asomarse a la orilla de la cama para ver qué le había pasado al menor.

Tails rápidamente se levantó mirando de forma seria al cobalto, este le devolvió una sonrisa tímida sin saber qué le pasaba aún, para su sorpresa el menor se le acercó y le arrebató el móvil para que le prestará atención.

—Sonic, creo que ya es momento de que me digas la verdad —sentenció.

—¿Eh? ¿Qué cosa? —apenas había asimilado que le habían quitado el móvil. —Ah... Lo admito, es muy aburrido escucharte hablar, hombre, es más entretenido leer Wikipedia, Geez...

Tails arrancó la foto del tablón y se la enseñó en la cara al azul.

—No eso, esto —agito la foto con insistencia.

—¡Oh! ¡Eso! —se rió nervioso apartando la mirada.

—Dime ¿De dónde conoces a este tipo? ¿Cuál es tu relación con él? ¿Por qué te persigue con tanta insistencia? —frunció el ceño—. ¿Aliado o enemigo?

Sonic le quitó la foto dispuesto a tirarla por otro lado solo para no confrontar aquella pregunta, pero la mirada llena de desilusión de su amigo fue un golpe duro a su conciencia, pensando que ya se había peleado con Tails hace un tiempo por esa misma razón.

—Veo que es imposible retrasar el destino... —suspiró con pesar sintiéndose mal por la situación —Está bien, te contaré cómo fue que él y yo nos conocimos.

Sonic no quería recordar aquella época, si fuera por él preferiría olvidar que alguna vez todo aquello sucedió, aún así, no dejaba de sentir cierta molestia en su pecho.

Hacía muchos años atrás, cuando las recientes noticias de que un erizo azul con súper velocidad había llegado a Central City —para volverse el héroe local de tan prestigiosa capital, bajo el brazo del presidente mundial— no tardó en recorrer el mundo amasando una gran cantidad de hazañas salvando numerosas vidas en el proceso.

La gente había quedado encantada con el símbolo que representaba el joven héroe, pues no solo les incitaba en creer en su libertad sino que amasaba convenientemente al público en creer en el partido nacionalista del presidente, quien estaba muy cerca de las reelecciones.

Varios internautas comentaban en foros de internet que la única razón por la que el presidente había hecho un trato con el erizo era solo para impulsar su campaña, y muchas cosas más, aún así, era un hecho, que lo estaba consiguiendo.

La gente amaba a Sonic, amaba lo libre que era y el cómo de forma desinteresada nunca dudaba en ayudar a alguien.

Lo que la gente no sabía es que había algo más oscuro detrás del "acuerdo" que tenía el presidente con el héroe, pero era información clasificada, información que cierta organización invisible poseía.

Guardian Units of Nations, ese era el nombre de aquella organización encargada de la seguridad internacional. Dirigido por un solo hombre conocido como el Comandante Abraham Tower, G.U.N. buscá proteger el planeta de todo tipo de amenazas, y entre estás estaba incluído cierto científico mundialmente buscado por terrorismo y demás delitos que excedían el límite de lo entendible.

Aún así, y para su suerte, Sonic enfrentó al doctor y lo venció, algo que en un inicio le hizo ganar el respeto de la organización, aún así, le habría gustado que todo acabará ahí con el científico detrás de las rejas de sus cuarteles, pero no fue así.

El doctor en cada enfrentamiento que tenía con el erizo lograba escapar, una y otra y otra vez, volviéndose algo ya recurrente que apareciera de la nada con un nuevo plan para aniquilar al erizo azul, pero nunca lo conseguía, tal vez las cosas hubieran quedado hasta ahí, pero a G.U.N. no le gusto nada el hecho de que todo siguiera igual.

No tenía sentido que trás tanto tiempo y varios enfrentamientos, Sonic no hubiera logrado atrapar al científico, la idea empezó a generar sospechas en la organización, y en el mismo presidente.

Después de todo, ambos trabajaban en conjunto para mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes de su hermoso país, United Federation, el comandante Abraham le comentó sus sospechas al presidente.

—¿Qué Sonic está aliado con el Dr. Robotnick?

—No solo eso, si no hacemos algo pronto, podría hacerse con todo el país, y quien sabe ¡El mundo entero!

—No, es imposible, Sonic no es un mal chico, algo descuidado sí, pero siempre hace su trabajo con pasión, él ama proteger a los ciudadanos.

—Es solo una fachada, además, dígame Presidente, ¿acaso usted no sería su primera víctima? Debo recordarle el trato que hizo con él —sonrió de forma ambiciosa.

—¿Por qué lo menciona?

—Usted lo compró, lo tiene contra su voluntad, trabajando por esta nación que ni siquiera es suya, así que, si llegara a traicionar el espíritu americano, no me sorprendería.

Las palabras del comandante parecieron endurecer el corazón del presidente, sintiendo por primera vez cierto remordimiento.

—Yo creo en Sonic.

—Está bien, pero al menos déjeme crear un plan B de contingencia —propuso con paciencia.

—¿Y qué sugiere?

—Nada tan llamativo, solo un pequeño guardaespaldas, que lo siga a todos lados.

—¿Y quién podría ser?

—Mi mejor soldado.

...

Las cosas no podrían ir de mejor forma en Central City, ruidosa y animada como solía ser, pues mostraba su mejor cara durante la noche, con tantas luces siempre encendidas parecía que nunca dormía, y así era, cierta particularidad que la hacía destacar como la capital del país.

Como cualquier ciudad transitada era muy propensa a que la delincuencia hiciera de la suya, desde gente botando basura en las calles hasta asaltos armados solo por conseguir algo de dinero.

—¡Si no acatan con mis exigencias, no dudaré en llenar de balas a todos los rehenes! —grita un mobian armado de pies a cabezas mientras tenía acorralada a una chica apuntando directamente a su cabeza.

Se estaba llevando un asalto muy reñido, en uno de los bancos más importantes de la ciudad, la policía no dejaba de hacer su trabajo, intentando desde el otro lado razonar con el criminal, intentando llegar a un acuerdo monetario.

Aún así lo único que ganaron fueron disparos hacia su dirección provenientes de los demás compañeros armados del sociópata, quien no parecía estar dispuesto a negociar, lo único que quería era irse con todo.

Al ver que la negociación no se iba a librar, empezaron a repartir balas a diestra y siniestra desde el otro lado, viéndose una batalla muy reñida y peligrosa, los mobian que estaban presos dentro del banco temblaban de miedo, había hasta niños asustados.

Por parte de los policías, la tenían muy difícil, ya que varios resultaron heridos, pero por las mismas llegaban las ambulancias para recogerlos, al igual que llegaban más refuerzos, pero seguía siendo inútil.

No mientras ese sociópata tuviera en su poder aquella bomba, mientras atenta con la vida de una chica que sujetaba del cuello contra su pecho.

—¡Por favor! ¡No me hagas nada!

—¡Cállate! ¡Haces mucho ruido! —le gritó amenazando con golpearla, ella se encogió atemorizada y no dijo nada más.

Los policías seguían insistiendo, sin querer retroceder, pero la situación era complicada, tenían a más de cuarenta rehenes dentro, y por lo visto quieren vaciar toda la bóveda, simplemente no podían dejarlos ir, pero en una situación así las cosas eran desalentadoras.

De pronto, mientras el jefe del escuadrón policial seguía reflexionando sobre qué medidas tomar, una ventisca fuerte golpeó su rostro sacándolo de su ensimismamiento.

—¡Señor, mire! —le dijo uno de sus oficiales a lo que el jefe levantó la mirada sorprendido.

Todos los asaltantes habían desaparecido, y en su lugar se encontraba solo la chica confundida mirando con sorpresa como en su mano había aparecido un Hot Dog relleno de carne, aún estaba caliente.

—Seguro fue obra de...

Antes de terminar, se logró escuchar una enorme explosión, al ver hacia el cielo pudieron divisar a la distancia como parte del agua del lago central había salido disparada hacia el cielo, bajando en una suave brizna.

Los policías empezaron a vitorear emocionados de saber quién les había ayudado, mientras el jefe de policía sonrió sutilmente aliviado de que el conflicto se había acabado.

Todo gracias al héroe de la ciudad.

...

—Y la próxima vez no roben un banco en la noche —cierto erizo azul regañaba a los criminales que estaban detrás de las rejas.

—Gracias por su trabajo, Joven Sonic, orgullosos de pertenecer al partido del presidente mundial, y aún más felices de recibir la ayuda de su mano derecha —el director del departamento se acercó al erizo con gratitud.

—Okey, pero recuerden que también tengo una vida —suspira, no con malas intenciones, mostrando que cargaba también una bolsa grande de papel que desprendía un olor a comida—. Se cuidan muchachos malotes, espero no ver sus feas caras pronto —y dando una risa sarcástica se marchó del sitio dejando una estela azul.

Recorrió varias calles a gran velocidad, esquivando y subiéndose por los techos de ciertos vehículos hasta saltar a cierto edificio por dónde escaló hasta la cima, no se detuvo ahí, sino que siguió corriendo hasta llegar al rascacielos más alto de Central City, amaba mucho aquel sitio.

—No hay lugar con mejor vista que este — por fin pudo relajarse tomando asiento en la punta de este, observando con satisfacción la reluciente y majestuosa vista que se extendía a kilómetros—. No me gusta comer fría mi comida —con cierto entusiasmo sacó de aquella bolsa un par de Chili Dog, apenas sintió el olor a carne su boca hizo agua—. Que delicioso, bueno, ¡buen provecho! —sonriente, se dispuso a darle una mordida, pero inmediatamente paró en seco.

Alejó el Chili Dog mientras sus dos orejas se movían de lado a lado logrando escuchar cierto ruido, de pronto echó la cabeza hacia atrás.

—Ya sé que estás ahí, sal. —se mostró serio.

Un breve silencio se formó, pero no tardó mucho para que él pudiera divisar como de entre las sombras un par de puntos rojos, parecían destellar entre la oscuridad, fue entonces que vió emerger una figura distintiva, se trataba de un erizo azabache, portaba un uniforme muy peculiar que reconoció pertenecían a los agentes de G.U.N. la organización que trabajaba en conjunto con su jefe, el Presidente Mundial.

Debía admitir que a primera vista aquellos ojos rubíes robaron la atención del cobalto, pues ante él era un color tan extraño de ver en un mobian, y aunque parecían peculiares no dejaban de transmitir un toque amenazante.

El rojo es el color de la sangre.

Ambos erizos compartieron miradas, el azabache se alzaba con una actitud cerrada y prepotente con esos ojos filosos como dagas, misterioso en su actuar, además de que tampoco parecía querer decir algo, extrañando al cobalto.

Aún así, Sonic pudo hacerse una idea de quién era aquel extraño erizo, recordando la charla que había tenido con el presidente horas antes.

«Ya que Sonic ha estado trabajando tan diligentemente todo este tiempo, he visto que a veces el tiempo no le da, así que, he decidió traer un compañero para usted»

«—No gracias, no quiero a alguien que me retrasé, ya sabe, soy muy veloz—»

«Lo sé, lo sé, pero... es probable que te lleves una gran sorpresa, pues tú compañero no es cualquier mobian»

«—¿Qué? ¿Puede volar?—»

«Aún mejor, es perfectamente lo que tú necesitas»

«—¿Pues no se qué cree usted que yo necesito?—»

«Cuando lo veas lo entenderás»

...

Había creído que su primer encuentro sería tal vez en un lugar más "profesional" no que vendría a buscarle mientras él se daba un aperitivo de medianoche.

—Así que tú eres el erizo del que todo mundo habla —la voz del extraño salió rasposa y sombría, su mirada seguía fija en el cobalto. —. Sonic The Hedgehog.

—Veo que no será necesario las presentaciones, gracias por ahorrarme las molestias —se encogió de hombros aliviado de saltarse las presentaciones tediosas, entonces, dió un pequeño salto levantándose para poder encarar de mejor forma al extraño, pues ahora tenía toda su atención—. Así que, tú eres de quien me habló el Presidente, eh... ¿Cómo te llamo? —se vio pensativo—. Mi nuevo "compañero" —terminó su oración con una pequeña sonrisa.

A pesar de lo extraño que estaba siendo este primer encuentro, Sonic estaba dispuesto a conocer al tan esperado acompañante del que su jefe tanto había hablado, pues quería ver él con sus propios ojos qué podía tener de bueno un tipo como él.

El azabache acortó superficialmente la distancia que los separaba, quedando lo suficientemente cerca del azul para que esté le diera un vistazo completo a todo el cuerpo del azabache, y viceversa.

Fue entonces que Sonic se fijó que el más alto se había quedado viendo la bolsa de papel que cargaba en su mano.

—¿Quieres uno, amigo? —le ofreció enseñándole toda la bolsa —Son Chili Dog...

—No somos amigos —inesperadamente golpeó con fuerza la mano del contrarió tirando toda la bolsa al suelo—. Tampoco compañeros, fuí enviado aquí solo para vigilarte —se mostró irritante dejando ver claras que sus intenciones para estar aquí no eran buenas.

—¿Por qué haces eso? —le recrimina ciertamente decepcionado al ver como toda su comida se había arruinado—. Mira que desperdicio... ¿No te enseñaron en casa que la comida no se tira? —intentó de todas formas recoger la bolsa, con algunos de los Chili Dog, para tirarlos a la basura.

Antes de poder tomarlo, la bolsa entera fue aplastada por el azabache con su pie de forma violenta, esparciendo el relleno por varias partes, ganándose una expresión de horror por parte del fanático de la comida picante.

—Deberías prestarle atención a las cosas que sí importan —levantó de forma arrogante la cabeza sintiéndose por un momento superior, después de todo, le había molestado las palabras que había dicho el azul.

—Geez... no veo cosas que más importe aquí que mis Chili Dog —ya algo cansado de la actitud ajena se levanta para enfrentar con la mirada al azabache—. Le dije al presidente que no necesito niñeras.

—Yo digo lo mismo, no debería estar cuidando de un mocoso engreído.

—¿A quién le dices mocoso? —Sonic odiaba ser llamado así, por lo que no tuvo reparo en tomar bruscamente el brazo ajeno acortando otra vez la distancia entre los dos.

—¿Ves a otro erizo irritante por aquí? —pero ni se inmutó, afirmando la cercanía en el rostro de los dos.

Como si el líquido de una copa estuviera a punto de desbordarse, mientras aparecían fisuras alrededor de su cristal y frágil cuerpo, parecía que todo estallaría con un simple roce, y la miradas que se lanzaban ambos chicos confirmaba aquello, denotando en su postura que ninguno quería dar un paso atrás.

De pronto el azabache desapareció de la vista del cobalto dejando un destello de color verde, cuando éste se dió cuenta de su desaparición recibió un golpe desde atrás que lo arrojó contra el suelo, aturdido y sin entender qué había pasado, logró darse la vuelta observando al azabache detrás de él, con una postura imponente y una sonrisa ladina en su rostro.

Se estaba burlando de él.

—Había oído que eras rápido, pero me estoy llevando una decepción —aún tenía esa sonrisa odiosa en su rostro.

—¿Cómo... hiciste eso? —atino a decir aún aturdido.

Sonic jamás había visto a alguien tan rápido como él, en el corto tiempo que llevaba viviendo, él era el único mobian que existía y conocía tenía poderes, pero tal parecía acababa de encontrar a alguien similar a él.

¿Pero, hasta dónde llegaban sus similitudes?

Ante ese pensamiento se encontró lo suficientemente confundido para no poder reaccionar en el momento que se vió sujetado con fuerza del cuello, rápidamente apareció colgando en el precipicio de aquel rascacielos, apenas podía alcanzar con las puntas de sus pies el borde, pero si se sintió desorientado al verse —en lo que para él fue un instante— agarrado.

Lo que más le perturbaba era la rapidez con la que lo hacía, simplemente no tenía tiempo para reaccionar.

—Bueno, no eres el único que tiene algo especial —aquella sonrisa petulante se contempló ensanchada mostrando sus relucientes colmillos, divertidos por toda la situación, casi parecían listos para devorarlo.

«¿Por qué tiene unos colmillos tan grandes?» pensó un poco maravillado por lo vistosos que eran «¿En qué estás pensando, Sonic?» pero rápidamente agitó su cabeza quitando esos pensamientos.

A pesar de lo perdido que estaba, Sonic tenía claro una cosa, a aquel azabache parecía divertirse al verle tan confundido, pero ya su cabeza se había aclarado lo suficiente, iba a parar con su diversión porque nadie iba a dejarlo a él, Sonic The Hedgehog, en ridículo.

—Así veo... —una pequeña sonrisa se poso en sus labios en el momento que sus manos atraparon las muñecas del azabache, recibiendo una mirada extrañada de este —¡Pero yo sigo siendo el más veloz aquí! —con fuerza, levantó el pie lo suficiente para darle un rodillazo en la barbilla al azabache.

El rodillazo fue tan duro que le logró desestabilizar, soltando al cobalto, al verse libre se vió cayendo varios metros pudiendo sentir con emoción como el aire golpeaba su rostro, no tenía miedo de la caída, pues bastaba con correr sobre la pared para llegar al suelo sin complicaciones.

Por otro lado, el oji-carmín miró aquella acción con cierta sorpresa, aún así él también saltó por el precipicio, de un momento a otro había desaparecido dejando ese estallido verdoso, para reaparecer a un lado del cobalto, agarrando a éste del brazo, ante esto Sonic se mostró sorprendido, y trás otro salto, fué abatido contra una pared siendo incrustado en la misma.

El golpe dolió, pero Sonic no se quejó, aunque admitía en sus adentros que la sacudida le había dolido lo suficiente para hacerle recapacitar en si debía o no tomar más en serio a este posible sociópata asesino de Chili Dog.

Lamentablemente no pudo seguir pensando ya que su cuello fue aprisionado por el antebrazo del otro quien lo acorraló contra la pared con fuerza, quitándole otra vez el aliento, de forma frenética.

—No vine a jugar, vine a advertirte en lo que te estás metiendo, erizo —escupió cada palabra con molestia mirando con esos ojos inyectados de un odio injustificado. —Todos podrán pensar que tú eres un héroe, pero yo sé que lo único que eres es un charlatán, que ha construido su camino solo con mentiras, una vil copia del original. Impostor.

—¿I-Impostor? —atinó a decir con el pulmón en la garganta, apenas podía hablar o respirar sin sentir que el poco aire que le quedaba se le escapaba.

Sonic pensaba que si no se sacaba a ese tipo de arriba, podría matarlo en serio, ya podía sentir su cuello tronar, si continuaba podría separar su cabeza de su torso, tal vez debía admitir que el tipo le ponía las púas de punta.

Un sentimiento que hacía mucho no había sentido; temor, como aquel temor que sentía al mar, a la soledad, a vivir sin libertad.

Inesperadamente se vio libre del agarre logrando caer al suelo de rodillas, intentó recuperar el aire con cierta desesperación, sintiendo un ardor en su garganta.

—Veo que solo eres una decepción para tu especie, erizo —este miró de forma despectiva al cobalto—. Ni siquiera vales mi tiempo —otra vez desapareció para reaparecer a lo alto del otro edificio hablando con cierto egocentrismo—. Mi nombre es Shadow, y soy la Forma de Vida Definitiva y no estoy para juegos, nos volveremos a ver, Impostor —sin más, se dio la vuelta para desaparecer nuevamente en un estallido verde.

Cuando Sonic pudo recuperar el aire se puso de pie sin dejar de ver por donde se había ido aquel tipo, masajeando aún su cuello con cierto dolor.

—¿Cómo es que es tan rápido? No... —se corrigió a sí mismo aún asimilando la extraña situación—. No es rápido, es otra cosa...

«¿Quién eres, Shadow The Hedgehog?»

Se veía cierto malestar en su mirada, mientras pensaba que no había sido lo suficientemente rápido para tratar con un tipo tan pedante y molesto como ese extraño erizo.

Continuará.

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N/A:
Ya se, seguramente tienen más preguntas que respuestas en este episodio, no los culpo.

Y volví de la muerte, por ahora.

Había mencionado que la historia entraría en un «Hiatus» hasta que terminara el Especial de «Por Ti Mi Rey», lo acabe hace ya relativamente poco, pero la historia paso ya medio año muerta, lamento el retraso, el tiempo se fue volando, pero, como compensación, puedo asegurar que volvere a actualizar más seguido (aún ando con la Universidad encima) pero, aun asi espero publicar sin problemas.

Es seguro que para actualizar más seguido empiece a hacer los cap un poco más cortos, y hablando de corto, este cap tuve que cortarlo en dos porque estaba saliendo muy largo, lamentablemente estaba muy emocionada por cierta "escena" en particular que no llegó en este capítulo, ahora les tocará esperar al siguiente para que sepan a qué me refiero.

Eso sí, también me tarde en publicar debido a ciertos problemas con el Gaypatt, mi amigo anaranjado me borraba y sacaba de la app cada que le daba la gana, en un principio ya me quería rendir, pero busqué otra alternativa, aún así ahí igual me borró lo que tenía, y volví a cambiarme, ahora en dónde estoy es decente, pero no tan cómodo o rápido como me gustaría, tengan en cuenta eso (igual y soy masoquista, no dejo de escribir)

Por fin estoy emocionada por esta nueva temporada, si, a partir de este cap empieza la Temporada 2, todos los 13 capitulos anteriores son de la Temporada 1 (les hice comer una temporada sin que se dieran cuenta) curioso, porque justo el último cap termino finalizando la temporada así bien abrupto, pero no comenté nada en ese entonces porque no estaba segura de si dividir la historia por temporadas (o como me gusta mas decirle "Arcos")

Está nueva temporada se centrara en por fin profundizar más en la historia de Sonic y la de Shadow, con algunos tropiezos, vamos avanzando lento, pero seguro. Por si no quedo claro, ahora el prota es Sonic, no me pregunten dónde anda Nicky, se fue de sabático.

No voy a comentar nada más del capítulo porque no quisiera alargar la Nota, solo diré que me gustaría saber ¿Que teorías o ideas se les ocurrió mientras leían el cap? ¿Algo interesante que comentar? ¿Alguna pregunta? (Dedicó cap →)

Asumo que nadie se esperaba que en este capítulo diera un pantallazo sobre como se conocieron Sonic y Shadow, pero admito que es mi parte favorita, aunque sea muy intensa, ame escribir la escena (hice algunas referencias sobre el como ambos personajes se conocieron en los juegos y la serie de Sonic X) ¿Cuál fue su parte fav? (Dedicó cap →)

Si debo encontrar algo malo en este capítulo, podría mencionar el rol posesivo que está mostrando Tails, es para ponerse a pensar en qué cosas pasan por su cabeza, pero creo que la parte en que alucina con la fotografía de Shadow me dió risa, o bueno, la parte inicial era algo triste, prácticamente este episodio sirvió para que Sonic pudiera superar su duelo ¿Cuál fue su parte menor fav? (Dedicó cap →)

Lamentablemente no pude mostrar mejores escenas de Sonic inválido, pero deben tenerme paciencia los que aman al Sonic inválido como yo lo amo, no me maten, dejen que Sonic primero procede que ya no puede caminar.

¡Vamos con los dibujos de los lectores!

Gracias a Unonichan22daisky, que me envió esta cosita tan linda hace ya un buen tiempo, pero apenas tengo la oportunidad de mostrarlo ¡Es tan <3!

A gomich-chan que ya antes nos había mostrado el fanatismo que tenía Nicky con besar el suelo, besto shipp, NickyxSuelo. Por cierto ¡¡Es una maravilla!!

Y a Judd (no encontré tu perfil por aquí, así que si apareces dime para ponerlo) En serio digo que los fans de esta historia son todos unos artistas ¡¡Hacen cosas tan lindas!! Que ¡¡PRECIOSOS!!

Mención especial para Shippeadora_sali, por enviarme unos lindos separadores para la historia, el segundo que apareció en este cap es de ella, y seguiran apareciendo paulatinamente, son lindos<3

Por cierto, quería aprovechar para dar las gracias a todos, ya somos 3K de seguidores, y más de 15k de lecturas, todo un gran logro, y no sería posible sin ustedes, familia, que siempre está comentando, o compartiendo ¡Gracias por todo el amor que le han dado a la historia!

Dibujo del capítulo, por su servidora.

Me gustó que algunos se dieran cuenta en el capítulo pasado que con el encuentro de Nicky y Metal en la nieve hasta que lo llevó a su casa, referencie el corto de Manía, dónde Amy hace lo mismo, por eso me dió ganas de hacer un dibujo basado en esos 3 frames, disfrútenlo.

Me gustó pintarlo como no tienen idea, son tan lindos estos dos.

Lamentablemente por ahora ha llegado su época oscura, y deberán tener aún más paciencia los fans del Nicktal, su shipp sigue están bajo riesgo.

¡Viva por fin los fans del Sonadow/Shadonic, revivan, digan algo, no se queden callados, ni me digan que ahora quieren Nicktal, ahora no, ahora será Shadonic/Sonadow caramba! (⁠ノ⁠`⁠Д⁠'⁠)⁠ノ⁠彡⁠┻⁠━⁠┻

Por cierto, si me preguntan cómo va a ser eso de los Arcos, solo diré, que cada arco tiene su "villano" a enfrentar, vamos a ver si adivinan a quien le van a dar la putiza de su vida al final de esta temporada.

Sí, en la anterior Nicky era el protagonista, y el villano final fue Surge (es muy obvio) pero para que les vaya quedando claro como va a desarrollarse esto, además de que el final de este arco era exactamente que Sonic tomara el protagonismo.

No parece, pero hasta a mí me da pena el futuro del Nicktal, por favor, reúnan firmas en favor de que tengan un final felíz, y tal vez me lo piense >:)

Última pregunta ¿Quién creen que sea a quien contraté Tails para cuidar de Sonic? ¿Tienen sugerencias? (Digan por qué y mencionen al personaje que quieren que lo cuide y podría hacerlo realidad) →

Sin más que decir, no olviden de comentar, dar estrellita ★ y compartir la historia con sus amigos, me hace muy feliz<3

Nos vemos en la siguiente actualización!
Bye!

By:
|@LuliTan2|

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