xxx.- deal with the pain

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▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

O3O
▬▬▬▬ ༘◜➷。 | capítulo treinta... ⚡️🔥
❪ lidiar con el dolor ❫





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UN PAR DE DÍAS HABÍAN PASADO YA DESDE EL DÍA en que DeVoe les tendió una trampa y tomó el cuerpo de Ralph.

Los ánimos eran tristemente bajos en el cortex. No podían evitar sentir la culpabilidad carcomerlos día a día. Y es que se suponía que debían proteger de los meta-humanos que custodiaban. Debían salvarlos.

Habían fallado. Le habían fallado a Ralph y no simplemente al no poder salvarlo, si no al volver realidad todo aquello que Dibny temía sucediera con ellos si algo les sucedía.

   Barry se había sumido en su propio silencio. Y es que a pesar de haber hablado con su esposa, de dormir junto a su calidez y de sentir todo ese apoyo y comprensión que ella le brindaba, no podía evitar sentirse como basura. Su honestidad en cuanto a como se sentía no había sido realmente abierta. Siempre intentaba no hablar de ello, pero de todas formas Adds lograba sacarle un par de palabras que no expresaban ni la mitad de como se sentía.

   Pero aún así, estaban para el otro. Respetando los silencios, los espacios y las miradas. Guardando las palabras cuando se iban a dormir, acurrucándose contra el otro, y compartiendo miradas cuando se despertaban por la mañana.

   Justo como hacían en esos momentos. Adds tenía sus manos bajo su mentón, recostada en el pecho de su esposo y observándole con suavidad y dedicación, mientras que este, tenía uno de sus brazos flexionados bajo su cabeza, y su mano restante sobre la cintura de Adds, trazando figuras abstractas sobre su piel con las yemas de sus dedos.

   La rubia movió una de sus manos, y guió de esta hasta el rostro de su esposo, en dónde dejó descansar la punta de sus dedos, acariciando con suavidad su mandíbula, subiendo lentamente por su mejilla para posteriormente trazar sobre sus pómulos.

   Sus facciones lucían tan finas, y a la vez tan tristes. Y Adds no podía evitar pensar en que, habían pasado tantas veces por tantos duelos, y aún no podía desarrollar esa capacidad que le permitiera ayudar a su esposo de otra forma que no fuera simplemente estando ahí. Se sentía tan inútil.

   Las caricias de la rubia subieron, permitiendo que sus dedos pasaran por entre las hebras de cabello de Barry, peinando sus rebeldes cabellos, mientras sentía la mirada de él recorrer su mirada.

  Sintió como su esposo jalaba de ella más cerca, más arriba, y escabullía su rostro en aquella curvatura libre en su cuello. Barry la abrazó con fuerzas de la cintura, y aspiró aquel característico aroma en ella que le hacía sentir constantemente a salvo. Ella siempre olía a manzanillas y con el tiempo ese se había vuelto su aroma favorito.

Aún así, a pesar de eso, no lograba encontrar esa plenitud que solía encontrar en ella. Sabía que la muerte de Ralph tenía que ver con eso, sabía que la razón de porque aún no podía avanzar era porque no se estaba permitiendo un duelo. Adds se lo había hecho saber, pero él no quería escuchar.

Se seguía convenciendo a si mismo de que no tenía tiempo para afrontar el duelo, que debía seguir presente deliberando a su equipo para enfrentarse a DeVoe. Esa tenía que ser su prioridad constantemente, porque debía ganar. Ya no podía perder a nadie más.

—¿Quieres quedarte en casa?

La melodiosa pronunciación de su esposa le trajo de vuelta a la realidad, alejando sus pensamientos tortuosos por un par de segundos.

Inconscientemente mientras analizaba una vez más la pregunta, se aferró a ella con mayor fuerza. Y no pudo responder.

—Podemos hacerlo —agregó ella, pasando su mano por entre el cabello de Barry en suaves caricias—. Flash necesita un descanso ¿No crees? Barry Allen también lo merece.

   Y entonces esas palabras que entonaban una pregunta parecieron volverse una orden y terminaron siendo un hecho. Simplemente se quedaron toda la mañana en la cama, sin hacer nada, con el silencio envolviéndoles y acariciando cada rincón de si mismos.



ϟ



NO HABÍAN LOGRADO QUEDARSE ALLÍ TODO EL DÍA. Y es que por la tarde, los satélites de los laboratorios lograron detectar ciertas actividades de brechas, y gracias a aquello se dieron cuenta de que DeVoe iba tras Fallout, el meta radiactivo.

Las cosas no podían ponerse peor... No, de hecho, si podían.

Idearon un plan, el cuál era simple, llevar de Borman hasta ARGUS, en donde estos se encargarían de contener su radioactividad y resguardarle para que DeVoe no lograra llegar a él.

Necesitaban frío para poder detener la emanación de radiación en caso de que las cosas se salieran de control durante la transportación, y teniendo en cuenta que Frost seguía desaparecida, la opción más viable que consiguieron fue Snart de Tierra X.

Ojalá eso hubiera sido suficiente y que todo hubiera terminado con éxito. Pero claramente el universo los odiaba, ya que, mientras Barry, Cisco y Leonard Snart —o como le gustaba le llamaran, Leo— cruzaban la brecha de Tierra X a Tierra Uno, un invasor se les cruzó por detrás.

La versión malvada de Laurel Lance. Y no, no hablaban de Black Siren. Si no de Siren-X.

La versión nazi de la que alguna fue vez fue heroína en Tierra Uno, irrumpió justo a tiempo con DeVoe, quien, estuvo a punto de atacar a Barry cuando este dejó que sus sentimientos y pensamientos relacionados a la muerte de Ralph, tomaran control.

Pero, a pesar de que la meta-humana hizo que DeVoe se marchara, también tomó posesión del camión de dónde transportaban a Borman, llevándose de paso a Caitlin y Joe, mientras Leo, Barry y Adds se encontraban inconscientes por el golpe de su ensordecedor grito.

Casi había sido necesario que Siren-X hiciera explotar a Borman para que Barry tras detenerla se permitiera dejar ir todo lo que sentía, mientras en la soledad de su laboratorio de forense Adds lo arrullaba en sus brazos y dejaba que se desahogara.

—Confió en mí. Y lo defraudé —sollozó en su cuello—. Soy la razón por la que está muerto.

—Eso no es cierto...

—No, le fallé —señaló—. Era mi responsabilidad y ahora se ha ido.

Escucharle decir esas cosas, escuchar la forma en que Barry sentía y se atribuía la culpa en cuanto a la muerte de Ralph, lograba destrozar a Adds. Amaba que Barry fuera vulnerable y expresara como se sentía, pero odiaba cuando tal vulnerabilidad lo mantenía por el suelo con cosas que sin dudas no eran su responsabilidad.

Para el siguiente día, tras una noche de mucha habla, de expresar sus sentimientos y ser consolado por su esposa, Barry se sentía mejor. Mucho mejor. Finalmente había aceptado hacer el luto por la muerte de Ralph, y seguía trabajando en eso, lo cual hacía junto a su equipo.

Así que, ahí se encontraban en el cortex, haciendo una bitácora de la misión exitosa que lograron tener.

—Entonces, ¿Estamos seguros de que Fallout está a salvo? —cuestionó Joe.

—Bueno, Lyla dijo que sabía de algunas personas que estarían muy interesadas en ayudar a Borman a controlar su poder —comentó Ethan—. Así que le llevó a un diferente y escondido ARGUS.

—¿Qué tan escondido? —cuestionó Joe.

—Tan escondido que le tomaría a Jack Ryan dos novelas de Tom Clancy encontrarlo —hizo saber Cisco, con una de sus claras referencias.

—Debo decir... —la voz de Leo adentrándose al cortex atrajo la atención de todos—. En cualquier Tierra los Snart tienen estilo. Me queda perfecto.

El Capitan Cold de Tierra X dió una vuelta en sus talones, exponiendo su atuendo, el cual era idéntico al usual que usaba, con la diferencia de que este solía pertenecer al Snart de Tierra Uno.

Barry sonrió ante sus palabras.

—Pensé que podría servirte.

—Te queda bien —halagó Adds, sonriéndole.

—Gracias —él le sonrió de vuelta—. ¿Están seguros de que no pueden venir a la boda? Puedo ponerlos a todos en la mesa del tío de Ray, Skip. Baila muy bien la macarena.

   Adds estiró sus brazos mientras hacía en famoso paso de la macarena, arrancándole una carcajada a más de uno en el cortex.

—Sí, DeVoe sigue libre —mencionó Barry, atrayendo a Adds hasta él, con una mano cayendo en la cintura de su esposa.

—Como gusten —determinó Leo.

—Pero si buscas un lugar para pasar tu luna de miel, nuestra Tierra tiene lugares espectaculares —le recomendó Cisco, tendiéndole un control para abrir brechas.

—Sí, nosotros visitamos unos lugares preciosos durante nuestra luna de miel —hizo saber Adds, dándole una suave mirada a su esposo, quien asintió ante su comentario.

—¿Qué es esto? —preguntó Leo, recibiendo el aparato.

—Eso es un extrapolador interdimensional —informó Cisco—. Hace saltos a baja escala. Ya sabes, en caso de que el tío de Ray, Skip, quiera ver como vive la otra mitad.

—Nada mal. Algo viejo, algo nuevo, algo prestado, y algo azul —mencionó haciendo referencia a la tradición.

—Vamos a extrañarte, Leo —le hizo saber Caitlin.

—También les voy a extrañar, Caitlin —acordó dándole un asentimiento—. Eres muy ruda, ¿Sabes? Lo suficiente para hacer sentir orgullosa a tu alter ego.

—Gracias.

—Detective West —se volteó a observar a Joe—. Sé que mi contraparte de Tierra Uno le dió muchos dolores de cabeza. Espero haber comenzado a compensar eso.

—Hombre, evitaste que una bomba nuclear destruyera la ciudad —estrecharon manos—. Estamos bien.

—Cisco, creo que extrañaré ese cabello —admitió en dirección al latino.

El mencionado dejó caer una risita, halagado mientras tocaba su cabello.

—Está bien.

—Ethan... —mencionó el nombre del británico—. Siempre es un placer recibir tú ayuda para patear basura nazi.

—De nada, y cuando quieras —asintió en dirección él.

Y entonces Leo se volteó en dirección a las dos últimas personas a quienes no les había dirigido algún agradecimiento o cumplido, pero su mirada recayó concretamente en la rubia.

—Adds... —observó a la rubia con una sonrisa—. Sigue resplandeciendo y siendo la chica ruda con lo pies en la Tierra que eres. Puedes con todo.

Adds le sonrió en una clase de puchero mientras llevaba una mano a su pecho.

—Gracias, Leo. Te deseo toda la suerte del mundo con tú nuevo comienzo junto a Ray.

—Gracias, rubia —y tras una sonrisa se volteó a Barry—. Y queda uno...

Ambos se alejaron, en busca de espacio.

—Puedo ver porque los otros Snart voltearon la página y se unieron a los buenos —comentó Leo—. Tratas a todos los que te rodean con bondad y amabilidad. Solo recuerda hacer lo mismo contigo de vez en cuando —pidió.

Barry asintió.

—Gracias por ayudarme a salir adelante.

—Cuando quieras, Barry —le sonrió.

Compartieron un abrazo con palmadas en la espalda, y una vez se apartaron Leo abrió una brecha.

—No desaparezcas —pidió Barry.

Leo les sonrió.

—Oh, nunca lo sabrás —y tras una sonrisa, saltó la brecha.

Un británico a un lado de su mejor amiga, le observó con confusión, tras analizar un par de palabras.

—¿No son las embarazadas las que resplandecen? —preguntó Ethan.

—¡Oye! —protestó con indignación—. Las bonitas también lo hacemos —y entonces le regaló una egocéntrica sonrisa.

Ethan dejó escapar una carcajada mientras pasaba uno de sus brazos por sobre los hombros de Adds, y comenzaba a caminar fuera del cortex, arrastrándola con él.

ϟ



LAS COSAS PARECÍAN IR DE MAL EN PEOR. Luego de la cantidad de equivocaciones que Harry estaba diciendo o cometiendo en campos que solía manejar a la perfección, y tras compartir una mirada con Cisco e Ethan, Adds lo supo inmediatamente, inclusive antes de que estos dijeran que Harry no se encontraba bien.

El corazón le había dado un salto en el pecho e incontrolablemente sus ojos se habían aguado al comprender que Wells finalmente había cruzado la línea y se había freído la sinapsis al utilizar el casco con materia oscura.

   La rubia sentía que en cualquier momento iba a explotar. Al parecer estaba en su momento de sensibilidad máxima, porque al otro día, cuando se presentaron a hurtadillas a una escena del crimen que claramente DeVoe había ocasionado, se le habían aguado una vez más los ojos al enterarse que el guardia que aparentemente se había suicidado, tenía solo 24 años, estaba recién casado y tenía un bebé de solo unos cuantos meses.

   Necesitaba ya que toda la situación con DeVoe acabara, de lo contrario iba a terminar explotando entre tantos sucesos que habían sucedido desde que este se presentó por primera vez en sus vidas. Y no quería ni imaginar cuales eran aquellos que quedaban por suceder.

Y por si fuera poco, se había enterado de que Breacher al retirarse le ofreció su puesto de trabajo a Cisco, y que esté aún no sabía que hacer.

Por supuesto que Adds quería que su mejor amigo fuera feliz, y si eso significaba que su felicidad estaba tomando ese puesto para pasar más tiempo con Gypsy, lo aceptaría, pero eso no significaba que no estuviera aterrada de que este se fuera lejos.

—¿Qué sigue? ¿Acaso Ethan se va a ir a Tierra 36 para estar con Lily? —cuestionó dejando caer sus manos a sus lados.

—Bueno...

—¿¡Es en serio!? —chilló Adds, apunto de lloriquear.

—Iba a decirte que luego de lo de DeVoe pasare un par de semanas allá —se apresuró a decir Ethan—. Calma. No te vas a quedar sola.

Cisco le dió un par de palmadas en el hombros para luego moverse hasta los monitores que se encontraban a un lado del traje de Flash.

Y entonces Barry apareció en el centro del cortex junto a Gypsy.

—¡No vuelvas a hacer eso! ¿Sí? —reclamó Gypsy, apuntándole con su dedo.

—Él no es muy bueno siguiendo reglas —comentó Ethan, con naturalidad.

—Totalmente. Lo siento —Barry le restó importancia a las palabras de Gypsy—. Cisco...

—¡Barry! ¿Qué crees que haces? —cuestionó Adds.

El velocista se dió la vuelta para observarle y susurrar.

—Los estoy poniendo en la misma sintonía.

—Pero...

Sin darle oportunidad de hablar, Barry le dió la espalda, volviendo a centrarse en Cisco y Gypsy.

—Habla de poner otras parejas en sintonía cuando apenas y puede hacerlo cuando ustedes dos se pelean —mencionó Ethan, con un tono de burla.

Caitlin le dió la razón.

—Cisco, Gypsy está enojada porque, honestamente, te está tomando mucho tiempo dar una respuesta a la oferta de Breacher. Duh —el velocista se giró a observar a la recolectora—. Y, Gypsy, a Cisco le preocupa abandonar a su equipo. Digo, eso no significa que él no quiera el trabajo ¿Cierto?

Cisco le dió una vaga afirmación.

—Entonces... bien, entonces... —Barry hizo chocar sus manos en una clase de aplauso—. Ahora ambos saben, pueden hablar y resolver esto. Hablemos de esto.

La mirada que su mejor amigo le dió, le hizo pensar a Barry que había hecho algo mal. Pero antes de que el velocista pudiera preguntar o simplemente ignorarle para seguir presionando, una alarma comenzó a resonar por el cortex.

—El CCPD reportó dos robos a fabricantes de tecnología —informó Caitlin—. Laboratorio Boeing y el Instituto Jameson.

—Se robaron más equipos —agregó Ethan.

—¿Algún muerto? —cuestionó Barry.

—Tres muertos. Todos guardias de seguridad en áreas con autorización de alto nivel, tal como en Vandermeer.

—Está tomando lo que quiere y no le importa matar a quien se interponga su camino —murmuró Adds.

—Chicos —Barry se dirigió a Cisco y Gypsy—. Lo siento pero debemos averiguar que tipo de máquina está construyendo.

Cisco tomó la pieza que habían conseguido en el último altercado con DeVoe y se dirigió a Gypsy.

—Debemos intentarlo.

Su novia le dió una mirada y asintió aceptando. Gypsy tomó el extremo libre de la pieza y así ambos se adentraron en la vibra. Pero solo segundos más tarde, tras ver solo negro en aquella vibra, ambos salieron expulsados en diferentes direcciones.

Adds se apresuró a correr en dirección a Cisco, llegando tras Barry, mientras que Ethan y Caitlin iban a verificar el estado de Gypsy. Por suerte, físicamente hablando, ambos se encontraban bien.

Aún así por las dudas, Caitlin les había hecho una revisión, confirmando que físicamente estaban en perfectas condiciones, pero en cuanto a la relación como pareja que mantenían, no se encontraban para nada bien.

—¿A dónde vas? —Adds le preguntó a Barry.

—A poner a esos dos en sintonía —señaló frustrado—. Debemos adelantarnos a esto de alguna forma.

—Hey —le detuvo—. Más lento, vaquero.

—Adds...

—No, Barry —le cortó negando—. No te corresponde ni a ti, ni a ninguno de nosotros intervenir y jugar de mediador para que "estén bien".

—¿Entonces quién debe hacerlo, Adds?

—Solo... deja de pensar como héroe por un segundo ¿Sí?

—No puedo. No podemos detenernos, ni tomarnos un segundo —señaló con frustración—. En cuanto lo hagamos, todos podrían desmoronarse, y el equipo se mantiene unido por un hilo.

—Pero seguimos manteniéndonos unidos —remarcó ella.

—¿Por cuánto tiempo? —cuestionó sin darle tiempo a responder—. Mira todo lo que está sucediendo. DeVoe está matando gente inocente.

—Lo sé...

—Está robando piezas de tecnología para Dios sabe que. Solo... intentar mantenernos al día con él nos está destruyendo.

—Barry, Amor... —Adds colocó una de sus manos en la mejilla de su esposo, dejando caricias en su piel con ayuda de su pulgar—. No puedes hacerte cargo de mantenernos a todos unidos.

Barry suspiró, y pasó una de sus manos por su cabello, con frustración, porque sabía que Adds estaba en lo correcto, pero también sabía que no podía quedarse de pie viendo como todo se destruía.

—Barry, Cisco es familia... somos una familia —le recordó—. Y cuando la familia está herida, todos lo estamos. Lo entiendo —aseguró—. Pero a veces no puedes responder sus preguntas y dudas por ellos. A veces, solo debes... debemos apoyarlos mientras encuentran esas respuestas por si mismos, ya sea juntos o separados.

Barry asintió bajando la mirada, entonces en segundos volvió a alzar de esta, compartiendo una vez más miradas con su esposa, quien inmediatamente supo que Barry tenía algo en mente.

—¿Qué? —preguntó.

—Eso es. Las piezas de tecnología no van juntas porque no se supone que sea así —indicó—. No está construyendo una cosa. Está construyendo múltiples.

   Adds pestañeó, analizando las palabras de su esposo, y cuando lo comprendió un insulto escapó de sus labios.

—Oh, mierda.



ϟ



ERA SIMPLEMENTE AGOBIANTE EL HECHO DE COMO habían estado a punto de lograrlo y detenerle, pero como, con solo un movimiento erróneo, toda la secuencia cambió, ahora predominando frente a ellos el como Gypsy se encontraba casi suspendida en el aire frente a DeVoe, quien enviaba pulsos de presión directo a su garganta, de tal forma cortando el paso de aire que circulaba por sus pulmones.

   Habían intentado detenerlo una vez más. Casi lo lograron, pero entonces Marlize golpeó a Cisco, y Caitlin apareció en escena, intentando que DeVoe trajera a Frost de vuelta.

   El resto, en esos momentos, estaba siendo prisioneros en el suelo. Concretamente Adds y Barry, porque Caitlin estaba siendo retenida de pie y Cisco aún estaba inconsciente.

   Adds por su parte, estaba intentando con todas sus fuerzas moverse, pero era imposible. Se sentía como si su cuerpo pesara una tonelada, y mientras intentaba ignorar la sensación, a lo lejos podía oír como Gypsy dejaba caer moribundos quejidos en busca de aire. Con la desesperación estos casi se sentían propios debido a lo agonizantes que estos se escuchaban.

—¡DeVoe! —gritó Barry.

   Él tampoco podía moverse. Sólo podía ver como ese profesor seguía con su plan de lastimar a Gypsy, inclusive obligando a Marlize, su propia esposa, a ver como le arrebataría la vida.

   Él era tan frío... inclusive con los pedidos de su esposa. Parecía simplemente no importarle. Parecía que ya no la amaba más y que ella era solo un simple peón. Una ayudante de la cual se podría deshacer en cualquier momento.

   Adds sintió como la energía se acumulaba en su interior, rogando por ser liberada. Sus manos, sus palmas estaban contra el suelo, sintiendo el frío de este contrastar contra su temperatura corporal, mientras una gota de sudor caía por el costado de su rostro.

   Podía sentir como los sentimientos del día batallaban en su interior. La molestia, el enojo, la furia y todos sus derivantes. Y también podía sentir la tristeza, aquella que era sumamente palpable a donde fuera observara. Podía sentirla en Cisco y en Gypsy, por el desman que era la relación de ambos en esos momentos. Podía sentirlo en Marlize, al esta darse cuenta de la persona en la cual su esposo y amado se estaba convirtiendo. Podía sentirlo en Caitlin, quien también se sentía ingenua al haber pensado que aquella noche recuperaría a Frost. Podía sentirlo en Barry, quien seguía sentido con la muerte de Ralph, con todo lo que sucedía constantemente y la impotencia de no poder vencer a DeVoe para salir a delante.

   Y entonces, en el momento en que DeVoe, dejaba ir a Gypsy, finalmente cediendo ante el pedido de su esposa, Adds lo sintió, revoloteando en sus entrañas, aquel calor, aquella fuerza característica de ciertos eventos.

   Sabía que sucedería. Siempre que cargaba con emociones fuertes, con el estrés, o el trauma, aquello sucedía. Así que, mientras veía como DeVoe y Marlize se acercaban cada vez más a aquel portal que los llevaría a su dimensión secreta, Adds dejó escapar un suspiro.

   Cerró sus ojos un momento, y cuando volvió a abrir de estos, el reflejo de sus poderes fue claro en su mirada, manifestándose con una fuerza casi impropia.

—¡DeVoe!

   Estaban a unos pasos de cruzar, pero de todas formas el mencionado prestó atención al llamado, con su mirada cayendo en la menuda rubia que yacía tendida en el suelo. Él sabía que ella no podría. Él creía que ella no podría. No en su estado.

—Voy a matarte —susurró ella.

—Me gustaría verlo, sí —admitió él con una mezcla de burla y altanería en sus palabras y mirada.

—Entonces ten una probada.

   Fueron milisegundos tras decir esas palabras y la sensación se propagó por todo su interior, manifestándose en una explosión exterior que golpeó a todo aquel en el perímetro.

   Sus dedos hormigueaban, y su cuerpo se sintió débil tras eso, pero ver como DeVoe y Marlize salieron expulsados, cruzando el portal debido al golpe de su energía, fue sumamente gratificante.

   Incluso si había sido un daño mínimo, para ese momento, eso era suficiente para saciar su necesidad de matar.

Una moribunda risa escapó de sus labios mientras giraba en el suelo, sintiendo como su cuerpo pesaba en cansancio, y como debido a esto sus párpados se cerraban. De la nada, un sueño infernal parecía haberla poseído y lo que hacía segundos era sed de sangre, ahora eran las atípicas ganas de dormir por mil siglos.

Y entonces tras asegurarse de que Gypsy estaba bien, Adds cerró sus párpados voluntariamente en un intento de saciar la necesidad que su cuerpo aclamaba.



ϟ



ADDS SE OBSERVÓ UNA VEZ MÁS FRENTE AL ESPEJO, asegurándose de que todo en ella estuviera en perfectas condiciones, y entonces por tercera vez en esos minutos, pasó las palmas de sus manos por sobre la tela del vestido que cubría su cuerpo.

Por el reflejo del cristal, pudo ver a Barry, sentado a los pies de la cama, observándole con atención, casi como si esperara a que algo malo le fuera a suceder para así correr a ella y obligarle a quedarse en la cama como ya había intentado anteriormente.

La rubia se dió la vuelta, y le regaló una sonrisa tranquilizadora, mientras se acercaba a él.

—Barry, estoy bien —reiteró por cuarta vez en aquella tarde.

—¿Segura? Porque si no es así puedo llamar a Joe y decirle...

—No llamarás a nadie. Me siento en perfectas condiciones y Joe lleva semanas planeando esto. No se lo vamos a arruinar —determinó, tomando asiento sobre el regazo de Barry.

Sus piernas quedaron a un costado, y sus brazos rodearon el cuello de su esposo, mientras que este le afirmaba por la cintura, evitando que pudiera llegar a caerse.

—Es solo que... luego de enfrentarnos a DeVoe y de que prácticamente explotaras, dormiste por más de doce horas, Adds —expuso con preocupación.

—Y desperté perfecta —señaló sonriente—. Tal vez eso era lo que necesitaba para recargar energías —se encogió de hombros.

—Sí, pero...

—Caitlin me hizo un chequeo ¿No? —cuestionó interrumpiéndole.

—Sí.

—¿Y a que conclusión llegó? —preguntó.

—A que estabas bien —respondió a regañadientes.

—¿Ya ves? Ambos sabemos que si algo hubiera estado mal, Caitlin nos lo hubiera dicho —mencionó—. Y no es el caso.

—Sí, pero...

   Adds sonrió, y con sus dedos picando en un suave hormigueo. Tomó del rostro a su esposo, solo para segundos después estampar sus labios en un efusivo beso. El velocista, como acto de reflejo subió una de sus manos, rodeándole la nuca para mantenerla cerca y así poder seguir disfrutando de la cercanía y los labios de su esposa.

   Una sonrisa naciente por parte de la rubia irrumpió la coordinación del beso, y ante ello se apartó casi riendo de forma cantarina y suave.

—Eres un osito de peluche cuando te preocupas así, Barry.

   Él sonrió, casi risueño.

—Bueno, si vas a besarme cada vez que me comporte como uno, entonces actuaré así por siempre —determinó con inocencia.

—No necesitas excusas para besarme, Señor Allen.

—No, pero me gusta tenerlas, Señora Allen —se encogió de hombros.

   Esta vez, una limpia carcajada escapó de los labios de Adds, y una vez más se inclinó hacia él, presionando sus labios en un corto beso con sonrisas.

—Muy bien, Don "Me gusta tener excusas para besarte", es hora de bajar, los chicos están a nada de llegar.

   Adds se colocó de pie y con sus manos entrelazándose con las de Barry ejerció fuerza, tirando de él e incitándole a que se pusiera de pie. Cuando el velocista estuvo en pie, se comenzaron a dirigir a la salida de la habitación, con solo centímetros de distancia separándoles.

—Si te sientes mal me lo dirás.

—Claro que no.

—No era una pregunta o un pedido. Era una orden —señaló con firmeza.

   Adds le dió una sonrisa juguetona que Barry correspondió mientras blanqueaba su mirada.

—Eres un preocupón.

—Sí, y voy a llorar toda la vida porque tienes es perspectiva de mí —se burló.

—Te estás juntando mucho conmigo, Bartholomew —le reprochó Adds, debido a su respuesta—. Creo que tendremos que tomar distancia.

—Ni en tus sueños lograras alejarte de mi, Lynn.

   Cuando llegaron a la planta baja del loft, fue simplemente el transcurso adicional de unos segundos para que todos comenzaran a llegar, y para que posteriormente Cecile y Joe lo hicieran, con la primera luciendo sumamente sorprendida y agradecida por la sorpresa. Sorpresa que constaba de un Baby Shower en honor a la bebé Jenna.

   Habían pasteles y dulces por toda la sala y la cocina, junto a bebidas con alcohol y sin el agregado de este. Y por supuesto no podían faltar los regalos. Desde cuna hasta una carriola y pañales.

   Entonces un par de golpes específicos resonaron por todo el lugar. Y siendo Cecile quien se encontraba más cerca de la puerta, fue quien abrió de esta.

Una pequeña rubia de ojos azules con una gigantesca sonrisa y el cabello trenzado, se presentó en el campo de visión de la embarazada.

—Entrega especial —anunció con tono melodioso.

Cecile sonrió sorprendida con la enorme bolsa que la joven tendía en su dirección. Sin dudas era una enorme sorpresa, y más lo era el revoltijo de pensamientos que rondaban por la mente de la joven.

—Wow, estás súper embarazada —comentó la rubia, aún sonriente—. Parece que la tendrás en 21 días a partir de hoy...

La sonrisa de Cecile pasó a ser una absoluta mueca de confusión que claramente logró alertar a la rubia, haciéndole saber que estaba metiendo la pata con sus disparatados y a la vez emocionados comentarios.

—D-Digo, si estuviera adivinando —agregó con torpeza, reparando sus palabras anteriores.

—Cariño, ¿quién es? —cuestionó Joe, acercándose a ella y sumándose al momento.

   La mirada del detective no pudo evitar caer en la joven rubia de baja estatura que se encontraba frente a su pareja. Había una ola de similitud que brotaba desde ella.

—Parece ser que alguien nos envió una bolsa de pañales —informó Cecile, finalmente recibiendo la bolsa.

—Y parece ser un regalo de parte de personas que querían que sepan lo especiales que son —pronunció la rubia—. Y que saben lo preciado que es el tiempo y lo mucho que hay que disfrutar y añorar los momentos que disponemos junto a aquellos que nos importan y aquellos a quienes les importamos —agregó con docilidad—. Hablando retóricamente.

   Ambos mayores le observaron con sorpresa.

—Joe, Cecile —la voz de Adds se acercó a medida que se dirigía hasta el par en espera—. Adara les envía muchos abrazos y... Oh... —guardó silencio al ver a la rubia allí—. Hola —saludó con una sonrisa.

—H-Hola —con torpeza la más joven alzó su mano, haciendo énfasis con tal gesto a su saludo.

La sonrisa en el rostro de Adds fue en aumento al notar el manojo de nervios en el cual la chica se había envuelto. Sin dudas le recordaba muy bien a alguien.

—Y-Yo debo irme —la chica señaló a sus espaldas—. Mi hermano... digo, mi compañero me esta esperando allá abajo, así que... disfruten su tarde y mucha suerte. Adiós.

Y antes de que alguno de los tres presentes allí pudiera si quiera despedirse, la rubia salió disparatada por el pasillo, a un paso normal pero veloz.

—Muy bien... —pronunció Joe, aún extrañado con lo sucedido.

—¿Qué sucede? —la voz de Barry se incorporó al círculo que los tres anteriores habían formado—. ¿Quién envió eso? ¿Wally?

—No. Wally ya nos envió una cuna, que aparentemente perteneció a Moises.

—Eso es raro —murmuró Adds.

—La chica huyó antes de poder preguntar si había una nota o mensaje —señaló Cecile.

—¿Huyó?

—Sí. Era especial. Especial y adorable —mencionó Adds cerrando la puerta, para luego voltearse a ver a su esposo—. Como tú —le pellizco las mejillas.

Barry blanqueó su mirada, pero aún así rió con suavidad y diversión. Se inclinó y acalló su gesto uniendo por un pequeño lapso sus labios con los de Adds.

—Vamos. Ethan quiere mostrarte la adorable forma en que Andrew dice Flash —le incitó a caminar, posando una de sus manos en la espalda baja de su esposa.

—No sabes cuanto adoro a ese niño —Adds murmuró con ternura.

Y entonces ambos volvieron a la sala en dónde todos sus amigos y equipo se encontraba, con la rubia olvidando lo sucedido segundos atrás.














ϟ














BUENAS
¿Cómo les digo que no
tengo mas capítulos
escritos? 🫠



publicado: 02/08/2023
editado:



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