Estornudó varias veces después de que JiMin acercara peligrosamente un crisantemo a su nariz para olerlo. Las risas del menor se hacían cada vez más fuertes mientras veía su pequeña nariz enrojecer con el pasar de los segundos y sus manos limpiando las lágrimas generadas por su alergia.

—Lo siento, no sabía que eras alérgico —se disculpo el omega abrazando al alfa por el pecho y sentarse entre sus piernas.

El White había decidido que le faltaba algo de vida al jardín del mayor después de verlo abandonado y con el césped creciendo más de lo que debería, así que sacó sus dotes de jardinería y limpiaron un pequeño espacio en el patio trasero de la casa para decorarlo y luego de eso usarlo como jardinera, queriendo darle un aspecto más colorido al monótono jardín. Plantaron diversas flores, pero en especial los tulipanes, ya que cuando el omega dijo que eran sus favoritos el alfa no dudo en sacudir sin control la pequeña bolsa de semillas sobre el pequeño espacio que crearon para las plantas.

El omega dejó que su mejilla reposara en el hombro del alfa estando encima de él y con las piernas a los lados mientras se sentaba en su regazo y YoonGi le abrazaba con uno de sus brazos, usando el otro para aplanar un poco la tierra con la pequeña pala que JiMin le dió antes. El sol estaba bajando lentamente, las sombras de los árboles se iban oscureciendo junto al cielo, revelando aquellos destellos plateados que lo adornaban con gran belleza para deleitar sus ojos y formar un ambiente perfecto entre ellos.

—¿Tienes frío? —El omega negó y dejo un suave beso en su cuello, volviendo a abrazarlo como un pequeño koala. La nariz del alfa olió ese suave aroma que desprendía, siendo una perfecta combinación entre lo dulce y la frescura, el olor de la tierra alrededor de ambos en sintonía con sus aromas liberados por el agradable momento de ver cómo oscurecía a su alrededor hasta estar rodeados del manto estelar.

JiMin observo el cielo desde su posición, le gustaba estar entre los brazos de YoonGi y sentir esa tranquilidad rodeándolos, sin tener miedo ya que el mayor por fin parecía estar bien y superando el infierno que vivió. Su corazón se regocijaba cuando el rostro somnoliento del alfa le daba los buenos días, las mejillas rellenas y los pequeños labios rosáceos haciendo un suave contraste, era enternecedor verlo de esa manera, se sentía feliz.

—JiMin —lo llamó suavemente y escucho un sonido confuso que le daba la respuesta para seguir—, si nosotros formamos una familia, ¿cuántos hijos quisieras tener?

La pregunta fue suave, acompañada del sonido tranquilo de su voz, las manos del alfa ahora puestas en su cintura mientras lo abrazaba y besaba algunas veces su cuello o mejilla.

—De hecho, pensaba contarte algo con respecto a eso —se separó un poco de él para verlo y suspiró un poco triste—, en la familia de papá hay algo que todos los omegas hemos heredado, no podemos tener más de dos hijos y los embarazos siempre son riesgosos, que Irene tuviera a sus dos bebés fue un milagro. Mi madre pudo tenernos a nosotros pero es porque ella no está enferma de esto, fue mi padre quien nos lo heredó.

Contrario a lo que pensó, el alfa le veía comprensivo y una de sus manos subió hasta su mejilla para acunarla. Se sintió sensible cuando YoonGi le sonrió y besó suavemente un beso en la punta de su nariz, haciendo que cerrara sus ojos y pudiera transmitirle su calma.

—Uno. Sólo un hijo entonces —no le dejó decir nada y selló sus labios en un dulce beso. Una boba sonrisa saliendo de vez en cuando entre el beso, feliz de que el alfa pudo entender lo que últimamente le estaba molestando y no encontraba el momento de hablarlo.

No hago los capítulos muy largos porque volví a trabajar y ahora mi turno es más largo que antes.

¿Parte favorita de hoy?

Los amo bebés. 💜