— Estás muy energética ésta mañana.

Christian sonríe y señala el plato de hot cakes, las malteadas y los tazones de yoghurt que puse mientras corto la fruta.

— Es un buen día, tengo muchas cosas qué hacer y necesito energía. Siéntate.

— ¿Muchas cosas? ¿Cómo cuáles?

— Tengo mucho trabajo qué hacer, voy a reunirme con mis damas de honor y necesitamos definir los detalles de la boda.

— ¿Cuáles detalles?

— ¿Las invitaciones? ¿Los invitados? ¿El lugar? ¿El mobiliario?

— Suenas como una experta — Arquea las cejas.

— Ayudé en la boda de Vania — Le recuerdo — Y luego en la de Lindsay. Tengo una idea bastante buena de lo que tengo que hacer.

— Bien. ¿Necesitas ayuda con algo?

— Si, la lista de tus invitados, que selecciones las invitaciones, la licencia de matrimonio...

— ¿Invitaciones? — Me interrumpe — ¿Es necesario? Son amigos y familia, puedo llamarlos.

— Bueno, supongo que eso nos ahorrará varios dólares. ¿Sobre la comida?

— Papá tiene el contacto de un negocio de Catering que tiene todo lo necesario, incluidas las carpas y el mobiliario.

— Hmm — bufo — Haces que todo suene fácil de hacerse.

— Porque lo es, nena. Te dije que me haría cargo.

— Aún tengo que ir por mi vestido, y te dije que me haría cargo de la decoración.

— Bien. Entonces iré a llamar al contacto de mi padre, ¿Tienes algún tema en específico?

— No, bueno, si. Blanco y rosa pálido. ¿Tienes tu traje?

— Iré a comprarlo el viernes próximo con Elliot. Te dejo para que avances en tus deberes.

Se acerca para besarme y sale del departamento con las llaves en las manos. Si es tan fácil organizar una boda, ¿Por qué las personas se estresan?

Llegada la tarde, y después de leer los manuscritos más cortos, recibo a mis amigas de la editorial. Tengo que admitir que no nos vemos tanto como antes.

— ¿Te lo propuso en la librería? — Chilla Lindsay emocionada.

— Si.

— ¿Y por qué la prisa? ¿Te preocupa que se arrepienta? — Regina me mira con los ojos entrecerrados.

— No ha sido mi idea — Niego al mismo tiempo — Fue él quien lo propuso para dentro de dos semanas. ¿Es raro eso?

— Pues si, normalmente los hombres le huyen al matrimonio — Dice Vania.

— Pero tú estás casada — Señala Mina.

— Y Andrew es perfecto, pero no todos los hombres son así.

Afortunada es la palabra que viene a mi mente. Christian es maravilloso y lo ha sido en todo momento. He vivido con este tenor infundado de que un día la burbuja se reviente y las cosas comiencen a ponerse feas.

¡No pienses eso, Ana!

— ¿Entonces? ¿El viernes próximo?

— ¡Claro! No queremos ir a la boda desveladas y con resaca.

— ¿Qué? — Balbuceo confundida.

— Tu despedida de soltera — señala Vania — ¿Qué quieres hacer?

— No lo sé, beber algo y tal vez bailar un poco.

— ¡Aburrido! — grita Regina — ¡Quiero ver cueros!

— No — Le advierto — No voy a permitir que Elliot arrastre a Christian a un club de strippers, así que no puedo hacer lo mismo.

— No lo harás — sonrie de nuevo — Los strippers vendrán aquí.

— No, no quiero tener a un fulano en brillos y poca ropa en mi sala. Haremos otra cosa, lo que sea, pero nada de chicos.

— Bien — dice Mina.

Después de hablar con las chicas sobre sus vestidos, los adornos florales y la despedida de soltera, vuelvo a quedarme sola para continuar con los manuscritos pendientes.

Lo primero que hago el lunes saliendo de la editorial, es ir a la tienda de novias donde vi el vestido que me gusta. La vendedora me lo muestra y me lleva al vestidor a que me lo pruebe.

— Es hermoso — susurro jugando con el encaje.

El vestido es totalmente de encaje blanco y transparencias, se ajusta completamente a mi cuerpo y me encanta. La tela debajo es de color piel, por lo que a siempre vista pareciera que no llevo nada debajo.

— Tendrá que llevar prendas de encaje blanco bajo el vestido.

Asiento hacia la chica, que señala los botones bajo mi pecho. El vestido está conformado por tres piezas que se unen por los botones. La parte alta que cubre mi pecho, la cinturilla que me llega hasta el vientre y la falda asimétrica que muestra mis piernas.

— A su novio le encantará.

— Espero que si — Sigo acariciando la tela de la falda — No es un vestido tradicional, pero me gusta mucho.

— ¿Sabe qué peinado llevará? Para saber de qué tamaño será el velo.

— ¿Tengo que llevarlo?

— Bueno... — balbucea la chica — Es una tradición. Si le parece muy elaborado, podría seleccionar algo más pequeño. Tal vez un arreglo pequeño y velo solo en el rostro.

— Supongo que si. Me parece perfecto, ¿Puedo pagarlo y venir por él después?

— Si, por supuesto.

— Es que no quiero que mi novio lo vea antes de tiempo — Me justifico.

Luego todo parece ir viento en popa. Las chicas me confirman que tienen los vestidos, me han ayudado con los jarrones para los arreglos y me aseguro de que papá tenga un boleto para el autobús dos días antes de la boda.

— ¿Lista para esta noche? — Lindsay golpea mi hombro.

— Si, apenas puedo creer que sea viernes. ¿A dónde iremos?

— Pensábamos en Lori's, pero siempre vamos ahí — Dice Regi — A menos que prefieras The Búnker Club.

— No, creo que es ahí a dónde Christian y Elliot irán, después de recoger sus trajes.

— ¿Va a tener ahí su despedida de soltero?

— Creo que no, solo será una salida por tragos. Creo que la despedida será el viernes antes de la boda, con su padre y mi padre en el grupo.

— Bueno, eso asegura que no habrá strippers, ¿Cierto?

— Eso espero — No me imagino a Ray en un club de esos — De todas formas Kate amenazó a Elliot por si se le ocurre la idea de ir ahí.

— ¡Entonces vámonos! ¡Esta noche tendremos fiesta!