"En mis sueños tú eres mía... pero en mi vida... tú eres un sueño"

Derek:

Después de lo que me parecen horas hemos llegado al apartamento de Lena, es el que se encuentra más "cerca" del lugar donde ese idiota la dejo, aunque secretamente se lo agradezco, así por fin podremos hablar y deshacernos de ese alejamiento que cada día me lastima, aunque no tanto como saber que ella no me ama.

Las gotas que caen constantemente de la ducha se escuchan hasta la sala del sitio, Lena se está dando un baño, yo ya me lo he dado a petición de ella, mi mente comienza a imaginarla, preciosa en todas sus formas, mirándome a los ojos, arropándome con un fuerte abrazo, diciéndome "te amo", sin embargo, esa perfecta fantasía se acaba al escuchar como ella me llama.

-voy- es lo que contesto después de escucharla pedirme ir a su habitación.

Mientras más me acerco a aquella puerta de madera más fantasías se acumulan en mi cabeza, es estúpido que la encuentre en toalla, con los cabellos húmedos, con gotas de agua aun recorriendo su cuerpo, mi vida no es como las de esas novelas clichés románticas y mi teoría se confirma cuando al abrir la puerta ella está en su pijama, aunque hay algo que me descoloca, ella siempre recalco que odiaba las pijamas demasiado cortas, de esas sensuales que encuentras en las tiendas departamentales, recuerdo que su argumento fue: "podrán ser muy lindas, pero dan un frío del asco y algunas son incomodísimas, yo me quedo con las feas, pero cómodas y calurosas pijamas de felpa con dibujitos infantiles", si así las describió, pero ahora y, contra todo pronóstico está usando una de esas, con encaje y seda que se le ve de ostias, pero, también se nota que no es muy cómoda que digamos, si se llegara a mover un poco podría verle los pechos, y eso no me ayudaría para nada además la tela es tan fina que un pequeño aunque tentador bulto que no hace más que secarme la garganta se muestra, literalmente no puedo respirar ni hablar porque seguramente diría alguna obscenidad, por esto mismo puedo asegurar que calentita no es, bueno, no sin su correspondiente ayuda, mi mirada la escanea y puedo notar que eso la incómoda por lo que desvió mis ojos de una diosa y digo después de carraspear varias veces:

- ¿qué sucede Lena?

Lena:

La voz grave y sensual de Derek me excita, hace tiempo que mi cuerpo no ha sido atendido y es porque Jeremy no lo desea, esta maldita pijama que no es más que un fino he inservible trozo de tela no ayuda para nada, no hace mas que avergonzarme aun mas, es obvio que Derek mira las reacciones de mi cuerpo, sus pupilas se dilatan y dentro de su iris azul se muestra el deseo, toda yo reacciona cuando mi mente comienza a pensar en cosas que no debería de considerar si se está hablando de Derek, por dios, creía que ya lo había superado, piensa en cosas puras Lena, es tu mejor amigo no tu novio, sinceramente extraño mis hermosas pijamas de felpa, no obstante, Jeremy me ordeno que las dejara de usar, que me veía gorda y que si de por sí ya le costaba desearme eso no lo ayudaba, con ese pensamiento me despido una vez más de volver a usarlas.

Derek aclara su garganta, obviamente en busca de una respuesta, pero, el claro problema es que no tengo una, deseaba observarlo, volver a admirar a mi mejor amigo y no sentir incomodidad o vergüenza, extraño los viejos tiempos, unos donde tan solo éramos unos torpes jóvenes que jugábamos a ser adultos, donde yo aún escondía mis sentimientos.

Mi respuesta sale automática cuando reflexiono en que él únicamente me quiere como amiga.

-Nada importante, solo te pedí que vinieras para agradecerte por traerme, Jeremy se molestó, pero lo arreglaremos, pronto nos casaremos...

Esa última frase ha sido más para mí que para él, debo recordar que estoy por casarme con Jeremy y no con Derek, que mi amigo es pasado y mi prometido es futuro, así debe ser, por el bien de mi corazón, de mi amor.