— Papá, creo que regresaré — dije mientras veía la ventana

— ¿Pasó algo? —

— No quiero hablar de eso — dije viendo el techo

— Bueno no insisto, voy a pedir un vuelo para mañana por la noche —

— Gracias — dije colgando

— ¡Yoongi! — escuché la voz de Jungkook

Abrí la puerta de mi habitación y salí, no vi a Hoseok, seguro estaba en su habitación. Fui hasta la puerta de la entrada y al abrir vi a Jungkook con una enorme bolsa.

— ¡Primito! — exclamó pasando con su hermano atrás de él

— Hola... — dije viéndolos a ambos

— Yoongi, mañana es tu cumpleaños — dijo Jungkook emocionado — así que te traje un regalo y también vine a decirte que deberíamos salir —

— Mañana no es mi cumpleaños... — dije viendo como su sonrisa se borró — es pasado mañana, además me pienso ir mañana — dije viendo como frunció el ceño, se veía molesto

— Acabas de venir Yoongi... —

— No me acostumbro a estar aquí — dije tratando de convencerme de que es eso

— Entonces vamos hoy a la fiesta —

— Hoy no puedo, ya es tarde — dije viendo como hacía un puchero

— Entonces vete pasado mañana, así salimos mañana... por fis... —

— Jungkook... — dijo de forma seria Taehyung

— Solo será un rato, para tomar y divertirnos, hace mucho que no te veo — dijo Jungkook ignorando a Taehyung

Tenía razón, Jungkook y yo no nos llevamos mal, solo que no hemos podido congeniar en algunas cosas. Si me voy el miércoles no pasará nada.

— Bien Jungkook — dije sonriendo

— ¡Gracias!, iremos al club lux, conozco al DJ y es muy guapo —

— Jungkook... — dijo Taehyung de manera seria, al parecer hoy estaba de malas

— ¡Déjame vivir! — exclamó Jungkook volteando a ver a Taehyung

— Iré por un poco de agua — dije riéndome por su comportamiento, fui hasta la cocina rápidamente, me serví y tomé un poco de agua ahí mismo, luego me serví más agua y también llevé para ellos

Estaba saliendo de la cocina cuando vi algo que me dejó pasmado.

— Yoongi-i... —

Vi a Jungkook besando a Taehyung, ambos me vieron alarmados y de la impresión se me cayeron de la mano los dos vasos, los tres vasos terminaron rotos en el piso.

— Yoongi... no es lo que crees — dijo Jungkook acercándose a mí

— Yo... creo que necesito dormir Jungkook — dije sin dejar de verlo

Habíamos crecido juntos, lo que viví al lado de mamá lo pasé con ellos dos, Taehyung es mayor que yo así que no pasaba tiempo con él, Jungkook es de mi edad, mi tía nos hacía jugar, él siempre paraba detrás de su hermano para jugar, era algo gracioso para mí, era normal, pero esto no es un juego.

— Nosotros nos iremos... — dijo Taehyung sin dejar de verme

— Yoongi no es lo que cre... —

— Jungkook vámonos — dijo Taehyung agarrándolo del brazo para salir

Yo me quedé en la sala parado, sin saber que hacer o qué pensar.

— Por dios Yoongi, ¿Qué pasó? — escuché la voz de Hoseok desde arriba

— Nada — dije rápidamente agachándome para levantar los pedazos de vidrio — solo tropecé, eso es todo —

— Yoongi deja eso, puedes cortarte —

— No me voy a cortar — dije echando los pedazos en la bolsa de basura — iré a dormir — dije caminando hasta la bolsa que trajo Jungkook para subir a mi habitación, ignorando por completo la presencia de Hoseok

Aún estaba algo pasmado, pero tal,vez vi mal, sí, vi mal. Saqué lo de la pequeña bolsa y vi una caja rosada algo delgada, no tanto.

— ¿Un collar? — pregunté pensando en que sería eso

Abrí la caja y pensé en lo mal de la cabeza que debe de estar Jungkook, era un dildo rosado.

— Jungkook... — dije suspirando al ver tal regalo

No es que sea un santo, de hecho conozco todo sobre el cuerpo humano y sobre los productos exóticos como para conocer estas cosas, lo que me impresiona es que Jungkook me dé éste tipo de regalo, siempre ha sido alguien alocado, pero, ¿Un dildo de regalo de cumpleaños?, ¿En serio?.

— Para que mi lindo primito se divierta — leí la nota que decía en la bolsa — idiota — dije riéndome, no podía hacer nada contra él, era un enfermo — ¿Debería usarlo? —

Como dije, no soy santo, conozco todo lo necesario, pero nunca he usado éstas cosas, nunca.

— Yoongi, voy a salir — escuché la voz de Hoseok desde el otro lado — solo iré a visitar a un viejo amigo, es vecino nuestro... te lo digo por si luego me buscas —

— Bien... — dije viendo la puerta

Esperé un rato, me sentía raro y tal vez éste regalo llegó en el momento adecuado, tal vez necesito relajarme y divertirme un poco con esto.

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" ¿Lo besé?, ¿Pero qué mierda me pasa? " me pregunté mientras bajaba por las escaleras

Había cometido un grave error, se supone que sería como una figura paterna, no ésto. Me da ganas de tirarme por un edificio, no puedo creer que yo inicié algo así, de hecho no puedo ni creer que algo así pasó por mi cabeza, lo mejor era salir, no podía caminar al cien pero era mejor que estar encerrado.

Fui a casa de Yoonwo, necesitaba un poco de distracción, vimos fútbol y tomamos un rato, ya estaba más relajado para poder volver. Llegaría, iría al cuarto de Yoongi y pediría disculpas, no puedo dejarlo tomar un mal aspecto de mí, debo ser valiente y reconocer que lo que hice estuvo mal.

Al entrar a casa todo estaba oscuro, eran ya las nueve, subí guardando las llaves en mi bolsillo trasero y me dirigí al cuarto de Yoongi, podía escuchar unos ruidos, pero seguro solo era él hablando con alguien por celular, iba a tocar pero la puerta estaba un poco abierta, no quería, pero me acerqué a ver.

Me arrepentí de inmediato, mi corazón se paró al momento de ver la desnudez de Yoongi, mi nariz al toque percibió el olor a sus feromonas, mi garganta se secó y mis manos me empezaron a sudar, sus piernas estaban completamente desnudas, sus piernas estaban abiertas, podía ver como con desesperación movía sus manos, traía algo rosado en sus manos, un dildo.

— ¿Yoongi-i? — pregunté sin apartar mi vista

— ¿Sí-í? —

— Que-quería pedirte disculpas — dije tratando de mantener la voz firme — no estuvo bien lo que pasó, nada bien — dije pasando mi mano por mi entrepierna

Las feromonas me estaban afectando, lo que veía me estaba afectando, era un hombre de cuarenta y cinco años, por dios, no era el primer omega que veía.

— Bi-bien — dijo entre susurros, sin dejar de mover su mano

— Bien... — dije empezando a masturbarme en ese momento

No podía dejar de verlo, escuchar sus pequeños y ahogados gemidos y oler sus feromonas, no podía parar.

— Ahg — lo escuché gemir viniéndose sobre su pecho, una imagen demasiado sexual

Solo de ver su pequeño cuerpo temblar hizo que me viniera fuertemente, me vine así nada más, tocándome y viendo al hijo de mi esposa.

— Mierda — dije rápidamente caminando hasta mi cuarto