Día 29

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✎ La cita ⊹


Con la precaución de haber apagado el sistema de cámaras de vigilancias, Yesung avanzó por el largo e iluminado pasillo. Llevaba el corazón en las manos, angustiado desde que escuchó conversar a sus superiores sobre el traslado efectivo del proyecto. Disimulando su preocupación, había seguido limpiando los pisos. Hacer preguntas era en vano.

Revisó sus bolsillos con el temblor todavía sacudiéndole el cuerpo, y aunque sabía que no quedaba nadie en el Centro de Especiación, aun así vio por sobre su hombro que nadie esté por allí rondando. La última vez por poco lo descubren y no fue sino pura suerte de un apagón general de luz que logró escapar a tiempo. No que esto aleccione sobre no volver. Nada haría que deje de acudir a cada cita de lunes por la madrugada.

La sala a la que ingresó no guardaba relación alguna con los sucesos que allí acontecían. De no ser por la ficha colgada a un lado de la puerta, nadie daría cuenta de que allí se llevaba a cabo el más grande experimento de teriomorfismo del mundo. Ni siquiera el gobierno nacional tenía conocimiento de que había cociéndose bajo sus narices un proyecto que cambiaría todo.

Era espeluznantemente atrayente el objetivo mayor. Yesung no juzgaba el afán de ser dioses, pero sí reprochó las maneras. Si el fin justificaba todo medio, ciertamente no estaba a favor del proyecto AGNI. Menos si esto podría perjudicarlo a él, quien ahora se aferra a los barrotes de su celda de contención. No tiene ninguna duda sobre lo mucho que él ha deseado que la hora vuele para estar juntos.

—Estás aquí —le dice, y Yesung pretende que no ve las marcas de sujeción en sus muñecas, o los moratones en su torso y rostro—. Viniste...

Se filtra en la voz el inmenso alivio de que no lo haya dejado plantado y Yesung se desarma. El corazón que pensó que hallaría consuelo una vez estén juntos ahora se sume en una desazón de entender que no basta con verlo, sino que ansía poder tocarlo sin una reja de contención de por medio.

—Te extrañé también, Seokjin.

A Yesung se le quiebra la voz, aun así le sonríe como si no hubiera tantísimas razones para echarse a llorar. En la jaula, el proyecto asiente. El sonrojo en su piel cenicienta poco hace por la causa de Yesung de no rendirse al amor y caer en la desesperanza. ¿Cómo imagina que será de ahora en más? ¿Cómo podrán sortear las cada vez más precavidas medidas de seguridad? En lo que el experimento avanza, Seokjin será más y más valioso para el Centro. ¿Y cuándo lo trasladen? ¿Qué será de los corazones impertinentes del humano y de la bestia?

No hay caso en adelantarse a la tragedia. Así que estira su mano, queriendo posarla sobre las de Seokjin, pero este se aparta y niega levemente.

—Te haré daño.

—No me importa.

Los ojos de Seokjin caen hasta las magulladas manos de Yesung, quien escondió las ampollas y cicatrices. Inconscientemente, sacó la lengua y acarició las heridas en su boca, las cuales no curó porque en su nerviosismo reciente las mordió. Ahora se arrepiente, puesto que Seokjin es reticente a dañarlo. Algo que está fuera de su control. El fuego no pide perdón por arder. Y Yesung es aire que se ofrece para alimentarlo y que arda.

—Hoy hueles diferente —cambia de tema Seokjin, cerrando los ojos para respirar hondo y atrapar cada pequeño rastro del aroma del humano—. Me agrada.

Yesung se estremece al sentirse observado por el predador, incapaz de moverse. Los ojos de Seokjin que hasta hace minutos habían sido oscuros, ahora brillan en plata. Pero son sus garras, que se enroscan en torno a los barrotes, las que delatan cuán perdido está Seokjin en su aroma. Piensa, piensa... ¿qué hizo distinto hoy para que su aroma cambie? Sabe del delicado olfato de Seokjin, sabe del oído agudo que estará detectando el latir furioso de su corazón y sabe que si da un solo paso este arremeterá contra los barrotes para tomarlo.

Y quiere que Seokjin lo tome. Es su mayor anhelo sentirse poseído, entregarse al dueño de su corazón, pero entiende que acceder a ello será su muerte inminente. Un solo toque de Seokjin quema, hiere. Un beso que inicia sensual acaba siendo escalofriante cuando la boca escoce y sangra. Son besos salados, de sangre y lágrimas. Besos de fuego, que originan incendios. Pero han sido tan sinceros en sentimientos que Yesung no se preocupa. Así que se permite ser presa, se deja estudiar por la calculadora mirada del teriomorfista hasta que este parece satisfecho.

—He limpiado el salón de entrenamientos, y doblé turno en la mañana —explica—. Lo que estás percibiendo será apenas mi sudor. Apesto, ¿eh?

—Me hace desearte más —espeta Seokjin con un rencor que Yesung sabe que es así mismo y no a él dirigido—. Por favor... da tres pasos atrás.

—Quiero tocarte —rezonga Yesung, no obstante obedece.

Se deja caer al suelo, abrazando sus piernas para simplemente admirar el hermoso cuadro que es el proyecto AGNI. Es un disparate, es terriblemente absurdo el escenario, mas no lo cambiaría por otro. No si esto significara resignarse a perder a Seokjin. Y empuja lejos la voz maliciosa que le recuerda que llegará el final del experimento y con este será apartado de Seokjin. No. Es hoy su amado y es hoy que amará. Mañana no existe.

Lo que le alegra, en medio de tanta amargura, es saber que Seokjin no sufrirá por él. Yesung no infringirá herida alguna a su amado, pese a que tampoco podrá protegerlo del destino de guerras y batallas que este enfrentará. Seokjin abrazará el olvido y Yesung, tercamente, conservará la memoria en su piel, en sus huesos, en la sangre y en el alma.

—Cuéntame sobre tu viaje aquí...

Y la charla fluye serenamente hasta un cauce seguro. Sin dramas. Sin pretender que será posible vencer lo que los aleja. Yesung dibuja con sus palabras paisajes, escenas e historias para Seokjin que no conoce más allá de este centro. Y si es amor o apenas dos almas solitarias encontrándose en mitad del camino, ¿qué importa?




Nota:

▪︎ Teriomorfista: con habilidad de convertirse de humano a animal o viceversa.

▪︎ Agni: Dios del fuego.

Supongo que Jin será una especie de salamandra, aunque no quise especificar realmente.

No sé si ubican La forma del agua, yo la vi hace bastante, pero más o menos recuerdo la onda y bueh, aquí me ayudó a esto de Razas diferentes.

También me ayudó el que haya confundido días y esta historietita quedara lista para hoy jaja sé que es corta, pero me gustó así.

Quejas:

:)

En multimedia Golden de Harry Styles. Recientemente, lit, hace dos días, vi un post en instagram de él y un cover que hizo, entonces, nada, busqué, , leí, vi, y caí enamorada.

Así sucede, el lugar (virtual) correcto y el momento indicado y todas esas cosas que se dicen.

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