Capitulo cuatro

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Si las miradas matarán, Taehyung ya estaría muerto, porque aquel castaño no lo estaba mirando para nada de forma agradable. Seokjin tenía una sonrisa maliciosa y vacía, sus ojos verdes seguían siendo hermosos, pero tenían un vacío enorme.

No reconocía para nada al hombre frente a él y eso le dolía, le dolía en demasía porque el ex ser de luz quería tocarlo, quería tocar aquel hermoso rostro y sentir su piel bajo las yemas de sus dedos.

Estaba tan atónito, tan perdido que su subconsciente tomaba posesión de aquel cuerpo mortal y se encontraba levantando la mano para tocarlo, para asegurarse que era real, que era él y no una alucinación que tanta tequila le estaba provocando.

—Tócame y juro que perderás la mano —decía el castaño entre dientes.

Taehyung frenaba su brazo a mitad de camino, se sentía mareado, joder, ahora entendía porque los mundanos se veían tan imbéciles cuando se ponían ebrios.

—¿Siempre eres tan delicado? —el azabache arrastraba las palabras fijando sus ojos en los carnosos y rojos labios de Seokjin.

—Delicado no entra en mi diccionario —respondía sombrío. Se acercaba unas pulgadas más al rostro de Taehyung—. Tampoco marica.

Taehyung abría sus ojos de par en par, su estómago se revolvía dentro y tenía ganas de...¿llorar?. Sentía un nudo horrible en la garganta y su vista se volvía nebulosa.

—¿Vas a llorar, mariposa? —soltaba el castaño con sorna.

—Suficiente —la voz de Solar y su imagen aparecía para separarlos.

—¿Conocés a la mariposa? —decía el castaño con asco.

—¿Qué? —preguntaba confundida—. Su nombre es... —Solar no lo sabía—, Yeonsa no mariposa, Jin.

Taehyung fruncía el entrecejo y vagaba apenas por la imagen de Solar y volvía a Seokjin quien lo miraba como un total desconocido, había rechazo en sus ojos y ahora un poco de rabia.

—Hermosa mía —decía llevando su gran mano al rostro de solar—. ¿Tu radar no te aviso que este chico es marica?.

Solar se perdía, solo un segundo en el perfecto rostro del castaño, este acariciaba con su pulgar el semi carnoso labio inferior de la rubia.

Ella estaba lista para caer otra vez en los encantos de aquel idiota.

—Vete —decía Taehyung con voz ronca.

El castaño quien lo había ignorado por completo lo volvía a mirar.

—¿Qué dijiste? —preguntaba desafiandolo.

—Que te vayas y dejes en paz a Solar. No querrás hacer esperar a la pelirroja ¿No, Jin? —decía aquella voz grave.

Se las había arreglado para mantenerse erguido aunque se sentía fatal, por muchas razones.
El castaño lo miraba, relamía sus labios, sacudía su cabeza en negación y pintaba una sonrisa maliciosa en su rostro.

—Te veré por ahí, Solar —decía una última vez.

Luego tomaba su billetera para sacar dinero y lo ponía en el escote de la rubia mientras la miraba con hambre.

Joder, Taehyung estaba sintiendo mil puñaladas por todo su cuerpo y una sensación de mierda en el estómago y pecho. La forma en la que "Jin" parecía estar desnudando a la barwoman lo quemaba peor que el fuego del mismísimo abismo.

Luego de unas miradas intensas entre el castaño y la rubia, éste desparecia entre la gente, sin siquiera haber volteado una última vez a Taehyung.

Solar sacudía su cabeza, quitaba el dinero de su escote y volvía a Taehyung que se veía más pálido que hacía momentos atrás en la barra.

—Oye, chico sin nombre... —decía dulcemente la rubia—. Tengo un descanso ¿Quieres un café?.

La rubia era amable y pese a que Taehyung era increíblemente atractivo, ella no tenía esas intenciones. Solo deseaba saber si él se encontraba bien después de haberse cruzado con él idiota de Jin.

No, gracias —Taehyung fregaba su rostro y acomodaba su chaqueta. Sacaba dinero de su campera y le pagaba una gran cantidad a Solar—. Necesito tomar aire.

Sonreía de forma débil, ya no se sentía tan enfermo, de forma suave apretaba el brazo de la chica y salía por donde había entrado.

Por primera vez, Taehyung había pagado, usualmente se bebía todo y usaba sus encantos para no pagar por nada, pero Solar no merecía eso.

Al salir fuera de aquel bar, veía sus manos y estas no paraban de temblar, su respiración era irregular y sentía como ese corazón de utilería mundana—mas no propio—palpitaba como loco.

«Era él»

¿Cómo mierda ese hombre con una personalidad del asco era la reencarnación de su adorado Seokjin? De su dulce, eterno y único amor, era un insulto a su memoria, a su antiguo ser, era asqueroso y no se aproximaba en nada al hombre que él había amado alguna vez.

Pero físicamente era todo o más, era perfecto, era hermoso, sus labios seguían pareciendo como dos pétalos que sobresaltaban llevándose toda la atención, hasta que mirabas al verde de sus ojos.

Aunque estos parecían sin vida y no había una pizca de reconocimiento hacía el azabache. Seokjin no sabía quién era él y claramente lo había aborrecido en menos de cinco minutos.

Se sentía mal, se sentía tan miserable mientras caminaba por esas calles oscuras con paso lento y arrastrando sus pies. De nuevo sentía su garganta cerrarse y su vista nublarse.

Como si fuera a romperse en cualquier momento.

"Más, por favor..."

Su miserable momento de autocompasión se veía interrumpido por unos gemidos bastante audibles, provenían del callejón por el que estaba pasando.

«Quizas follar con un mundano sea lo que estoy necesitando…» pensaba mientras se acercaba para mirar descaradamente.

De a poco su vista se agudizaba más en la luz tenue del callejón y los distinguía.

Jin y la pelirroja, perdidos en un acto sexual descarado, Jin daba estocadas sin delicadeza alguna y la pelirroja cómo podía se sostenia de la pared.
Lo gemidos del castaño no existian, parecía estar controlandose, solo respiraba agitado.

Luego un gruñido de su parte y salía de la pelirroja para girarla de forma brusca, tan rudo con aquella mujer, le levantaba una pierna y volvía a follarla.

—Rudo... —decía con tono seductor y ahogado, aquella chica.

Esta intentaba besarlo, pero este se alejaba.

—Esto no es nada... —murmuraba el castaño poniendo su mano en el cuello ajeno y comenzando a presionar.

No estaba aafixiandola, no aún...pero la chica ya comenzaba a darle golpes en la mano para que se detuviera.

Entonces el castaño la soltaba y salía de forma brusca, Taehyung volvía a esconderse para no ser visto.

La chica tosia y respiraba bocanadas de aire, el castaño volvía a abrocharse sus pantalones y ajustar su cinturón.

—Lo siento, Jin —decía la pelirroja rogando por la atención del castaño—. Intentemoslo otra vez —decía alcanzando el brazo ajeno, pero Seokjin la apartaba con brusquedad.

—Te dije cómo soy y como me gusta. Eres débil y delicada —decía con voz ruda.

—Solo hasta que me acostumbre —decía con suavidad, pero en tono de suplica—. Puedes hacérmelo duro, puedo tolerarlo

—Ninguna puede. Todas quieren caricias y besos, eres más del montón. Me largo, no me busques —decía yéndose en dirección contraria a Taehyung.

—¡Jin! —la pelirroja quedaba sollozando en el callejón mal oliente—. ¡Hijo de perra!.

Decía tirando de su vestido para ponerse pasable.

Taehyung aún estaba en la oscuridad escondido pensando en ¿Quién mierda era ese tipo portando el rostro de su amado?.

Era un monstruo y no se parecia en nada a Seokjin, no era su esencia, no lo era.

Una lágrima se le escapaba bañando su mejilla mientras intentaba no fallecer ante todo lo ocurrido.

Lo hizo llorar..
Wowowowowowow, escribi este capítulo de una por dios.

Que tensión, que dolor.

Bueno...gracias a las almitas que leen esta historia, personalmente es una de mis favoritas.
A los que no me abandonaron acá MILLONES DE GRACIAS 😍😍

Con amor niñita Nany 💜

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