Capitulo doce

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TaeHyung entraba en silencio y veía nuevamente aquella sala. Pulcra, limpia y ordenada. SeokJin no tenía muchas cosas, era una sala de concepto abierto. Un juego de sofás en blanco y negro. Una mesa con cuatro sillas, mesa blanca y sillas negras. Un pequeño mini bar bajo el plasma y un pasillo que seguramente llevaba a la cocina y al baño de la sala. Suponía. SeokJin no estaba lleno de colores y su habitación, era igual de plana, en blanco y  negro. Eso sí, el tipo era jodidamente ordenado por lo que había llegado a ver. Extraño contraste con su fría y distante personalidad, pensaba él.

— ¿Qué tanto miras? —cuestionaba el castaño, despojándose de su chaqueta y dejando ver una camiseta gris al cuerpo.

TaeHyung comenzaba a observar los hombros anchos y la cintura angosta, recordando lo poco y nada que había podido tocar en aquel descabellado trio. Su peor trio en toda su miserable y eterna existencia. Jin comenzaba a servir dos vasos de whisky, aún de espaldas al azabache.

—Me arde la nuca —soltaba con voz sombría el castaño—. Deja de verme así, mariposita.

TaeHyung se removía en su lugar y aclaraba su garganta—. Es TaeHyung —corregía.

Jin se giraba con ambos vasos en su mano y sonreía de forma altanera, agregando—. Oh. Lo recuerdo.

Se acercaba a paso lento y le extendía un vaso a TaeHyung. Éste realmente se replanteaba si beber con Jin era algo bueno, a sabiendas de que realmente se sentía débil y descompuesto con el tipo rondando.

— ¿Bebes conmigo, TaeHyung? —preguntaba en un cálido susurro que golpeaba todos los sentidos del azabache.

—No sé si sea buena idea beber contigo —respondía con total honestidad.

Jin alzaba sus cejas y sonreía—. ¿Puedo preguntar por qué?

—Ya lo hiciste —respondía al instante.

Jin carcajeaba seductoramente y apoyaba ambas bebidas sobre la mesa blanca. Se acercaba a TaeHyung y éste segundo se sentía desfallecer por aquello.

—Permíteme —replicaba tomando la chaqueta de TaeHyung y despojándolo de la misma con sus propias manos. TaeHyung lo miraba algo embelesado, era inevitable—. Wow, ni siquiera te negaste. Mira que fácil eres conmigo.

La voz de Jin no tenía ni una pizca de burla, solo parecía confirmar sus sospechas. TaeHyung le regalaba una sonrisa ladina mientras se dejaba quitar la chaqueta.

— ¿Por qué me hiciste entrar, Jin? —susurraba cerca del rostro ajeno.

SeokJin acomodaba la chaqueta de cuero sobre el respaldar de una silla y miraba a TaeHyung, sin moverse un centímetro. No estaban cerca, pero tampoco estaban muy lejos.

—La pregunta correcta sería ¿Por qué viniste? —Replicaba Jin—. Yo solo fui amable y te deje pasar, pero ¿Por qué estás aquí?

Jodido infierno donde debería de estar. Eres un imbécil TaeHyung.

Jin alzaba las cejas esperando respuesta.

—Mis pies solo me trajeron aquí —soltaba otra vez.

—No sé si eres demasiado sincero o demasiado estúpido —respondía Jin alejándose y sentándose en una de las sillas—. Siéntate, por favor —exclamaba, señalando la silla. TaeHyung se quedaba de pie, algo estático mirando la silla y a Jin—. Que te sientes, dije —ordenaba con voz firme.

TaeHyung mordía su labio, pero obedecía mientras miraba aquellos orbes verdes que parecían no perderse un solo movimiento suyo.

—Así está mejor —respondía el castaño y bebía de su vaso.

TaeHyung pensaba con calma que necesitaba realmente un jodido trago que le hiciera arder la garganta, hasta que recordó que con Jin cerca de él, el efecto era inevitable. Así que tomaba el vaso y bebía el líquido de un solo trago. El ardor no tardó en aparecer y su rostro se había contraído en una mueca inevitable.

—Oh ¿Quieres otro? —Jin empleaba por momentos un tono tosco. Duro. Sombrío o algo delirante como en ese instante.

TaeHyung pasaba su lengua por unas gotas que habían caído fuera de su boca y aterrizado en la comisura de sus labios. Evidentemente los ojos de Jin habían seguido aquella mínima maniobra, logrando que la piel de TaeHyung se calentara por lo oscuro de su mirada.

— ¿Todo bien, Jin? —se atrevía a provocar.

SeokJin sonreía con altivez y bebía otro poco de su vaso—. ¿Vas a decirme que viniste a buscar? ¿O quieres otro trago para tomar coraje?

TaeHyung se inclinaba sobre su silla y susurraba, elevando un poco su mirada al quedar poco más bajo frente al castaño—. ¿Puedo ir por la botella, Jin? —preguntaba.

SeokJin lo observaba con detenimiento unos momentos, sin posarse en ninguna parte en particular, solo miraba su rostro por completo. Luego asentía con dirección al mini bar. TaeHyung se ponía de pie y podía sentir sus piernas temblando, había notado como el castaño lo seguía con la mirada y se preguntaba que mierda estaba pasando por la cabeza del otro tipo. Al volver tenía la botella en su mano y se dejaba caer bruscamente sobre la silla. Jin lo observaba sin decir mucho y sin dejar de beber su propio vaso.  

—Esto será suficiente —se servía muchísimo más de lo que un trago de whisky requería.

— ¿Tanto coraje necesitas, Tae? —preguntaba, mirándolo atentamente.

TaeHyung carcajeaba—. Presiento que quieres apuñalarme y enterrarme en tu patio trasero.

Jin se reía estruendosamente y TaeHyung abría sus ojos celestes—. No me gusta ensuciarme las manos de ese modo. ¿Acaso parezco un asesino a sangre fría?

—Estoy seguro que me has querido matar en cada ocasion que nos hemos cruzado —TaeHyung daba otra sorbo y de nuevo quemaba su garganta—. Joder, debo beber contigo más seguido —añadía.

SeokJin lo observaba en silencio, mientras bebía con calma—. ¿Fuiste al bar de Solar? —preguntaba.

TaeHyung lo observaba y notaba como apretaba sus dientes, ya que su mandíbula se marcaba a la perfección.

—Si, estuve all-...

— ¿Te has acostado con ella? —cuestionaba de inmediato.

—Nop, Jinnie. No le toque un pelo de esa forma —respondía de forma ronca.

— ¿Pero te lo ha insinuado?

—Es muy segura de si misma. Si se me ha insinuado —bebía otro sorbo—. ¿Vas a golpearme ahora? —se inclinaba de nuevo sobre su silla, mirando a SeokJin por a través de sus largas pestañas.

Jin reía ladino evitando mirarlo, pero sus ojos volvían a TaeHyung.

— ¿Parezco un psicópata?

—Tus ojos no tienen vida alguna, Jin —susurraba.

Jin se inclinaba para quedar a pulgadas de TaeHyung—. Me lo dicen a menudo. Aunque no soy un psicópata —el castaño levantaba su mano y con su dedo índice acariciaba el largo cuello de TaeHyung y lo veía entrecerrar sus ojos y pasar saliva—. ¿Cómo es que las marcas se te fueron tan rápido? —preguntaba, rozando suaveme el largo cuello ajeno.

—Buena circulación —respondía suavemente—. O quizás no presionaste tan fuerte como crees —provocaba.

Jin reía apenas ladino, dejaba de tocar a TaeHyung quien se sentía de inmediato necesitado de más. Sus ojos se habían fijado en los labios carnosos del castaño y se encontraba agonizando de deseo por besarlo. Había pasado tanto tiempo, tanto que parecía irreal que ese tipo fuera un calco de  su SeokJin físicamente, pero nada de la escencia de su único y verdadero amor.

—Creo que estás babeando, angelito —susurraba Jin frente a él. TaeHyung se encontraba quieto en la misma posición, deseaba más pero ni siquiera serviría pedirlo.

Se sentía cansado, sentía que sus ojos pesaban pero no podía dejar de ver a Jin. Sentía que su cabeza daba vueltas aún con él sentado en aquella silla. Estaba débil. El castaño lo observaba curioso, pero no podía descifrar que mierda estaba sintiendo aquel tipo y eso lo ponía ansioso ocasionandole un nudo en el estómago.

— ¿Por qué me dejaste entrar, Jin? —preguntaba viendo al castaño.

Éste se alejaba y terminaba de beber de su vaso, luego sorpresivamente tomaba a TaeHyung de la parte posterior de su cabeza con fuerza y lo atraía para pegar su boca a la oreja del ex ser de luz.

—No me gusta repetirme, TaeHyung —susurraba—. ¿Por qué viniste?.

TaeHyung no solo se sentía sin fuerza, era realmente débil con respecto a éste hombre. Fuera interiormente diferente al SeokJin de sus recuerdos, físicamente era él. Eran sus manos. Su cuerpo. Su rostro. Su jodida voz, aunque con más autoridad. Y sus labios eran los mismos y TaeHyung deseaba demasiado besarlo aunque sea un vez más.
La mano de Jin enmarañaba su cabello y lo tiraba hacia atrás para verle la cara. TaeHyung contemplaba esos ojos. Misma forma, mismo tono pero vacíos y sombríos. De igual manera él caería en picada en aquella zona de peligro.

—No acepto un ataque de pánico —replicaba TaeHyung—. Pero es obvio que vine por tí.

—Eres una mariposita sentimental ¿Cierto, Tae? —se burlaba Jin.

—Pero tengo resistencia, Jinnie —su voz era grave y no podía decir con exactitud si un mínimo músculo se había crispado en el rostro ilegible de Jin.

Pero unas manos sobre su cuello—presionando con ganas—era lo que recibía en modo de respuesta. Jin no había cambiado sus enseriados rasgos. Presionaba cada vez más, con un TaeHyung que se sostenía de sus muslos y no dejaba de mirarlo fijamente. Jin siguió unos segudos más que parecían eternos hasta que lo soltaba de repente. La cabeza del chico caía sobre sus piernas y reía de forma ronca. Si alguien los estuviera viendo no podría asegurar cuál de los dos estaba más enfermo.  Si el chico que no hacía mueca alguna luego de ahorcar a otro. O el ahorcado, que se reía como desquiciado aún con sus cuerdas vocales doliendo como la mierda.

Nuevamente era tomado de su cabello para que su rostro estuviera a la vista del castaño.

—Tienes un rostro demasiado erótico. Estás tan enfermo que lo disfrutas —susurraba SeokJin.

TaeHyung reía ladino y sacaba su lengua para relamer la comisura de su propio labio—. Solo si viene de tí —provocaba de inmediato.

Jin se acercaba a solo pulgadas del rostro del azabache y murmuraba—. Mi juego, mis reglas.

Llegué, anoche lo estaba terminando pero de rrrrrredepente me dió frío, me tape y me dormí.

Stream Epiphany!!!! Se viene el aniversario n2 y queremos regalarle 70m de views pero se bajaron a 60M 😔 ojalá y se llegue a 65m al menos.
Bueno que les pareció??? Se viene lo chido o no? 👀.          
Si ven errores avisen ✊😔.  

Con amor Niñita Nany 💜

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