Capitulo veintiuno

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

TaeHyung sentía su cuerpo temblar, tenía que resistir y rogar que la molestia no se tornará en verdadero dolor, ya que, no sabía que tanto podría aguantar o que tanto podría doler.

-Inclinate -pedía Jin seriamente. Su mano se posa en el centro de la espalda de TaeHyung y lo empujaba hacia abajo.

El azabache obedecía de inmediato, poniéndose en cuatro sobre el cuerpo de SeokJin y teniendo aquella deliciosa longitud erecta a escasos centímetros de él. Estaba mareado y ansioso, hasta que la lengua de Jin barría entre sus glúteos y un gemido sonoro y roto se escapaba desde el fondo de su garganta, al mismo tiempo que sus manos empuñaban las sábanas negras.

-Ah, joder... -«Sé frío, hazlo rudo. Solo así podrás tocarme sin que duela»

La lengua de Jin volvía a pasar por el mismo lugar, pero ahora apenas y lo follaba, tocando terminaciones nerviosas que le hacían delirar.

"Mmm~"

Un poco más de jugueteo y Jin estaba gimiendo con su lengua follándolo, finalmente y TaeHyung gemía de igual forma, intentando no retorcerse del placer y la necesidad. Su mano tomaba la erección ajena y masturbaba a SeokJin de forma vertical, mientras escupía sobre el glande para lubricarlo y luego tragarlo sin rodeos.

- ¡Mierda!... -la pelvis del castaño se había levantado automáticamente ante la atención brindada. Follando repentinamente la boca de TaeHyung y dándole un fuerte chirlo sobre unos de sus glúteos-. No te dije que podías, maldición...

TaeHyung daba unas fuertes succiones y le soltaba con un sonido de chasquido-. Tampoco dijiste que no podía -atacaba, con su lengua barriendo desde la base hasta la punta.

«Irreverente» pensaba el castaño y abría sus glúteos para comenzar a lamer y follar otra vez, con su lengua a TaeHyung. Sacándolo de su cabeza, logrando que se sintiera estúpido y no pudiera siquiera chupar como era debido.

"Mmm~. Oh, dios... Ah, tu lengua. Jin"

TaeHyung intentaba chuparlo otra vez, alimentarse de la esencia derramada del castaño. El sabor salado en su lengua lo hacía querer más. Cómo había extrañado su sabor, cómo había deseado hacer esto y verdaderamente disfrutarlo. Él era el centro de atención de SeokJin, él estaba comiéndose al castaño sin que nadie más mirará, sin que éste sintiera asco.

Comenzaba a dar fuertes lamidas, chupones y jugar con la punta roja del glande para devorarlo y repetir, pero esa lengua de Jin dentro de él ahora estaba siendo ayudada por un largo dedo que le tocaba su glándula y lo hacía endurecerse peor.

- ¡Oh, mierda! -gemía fuerte y alto-. Ah, ah... Carajo, joder -el dedo de Jin entraba y salía de forma rápida y constante. Tocándole una y otra vez en la zona correcta.

Sentía los dientes de este clavarse con fuerza en uno de sus glúteos y como lo chupaba mientras lo follaba con, ahora, dos de sus dedos. TaeHyung parpadeaba mareado y gimiendo sin parar un maldito segundo. Algo que a Jin le gustaba demasiado. Esa voz grave sonaba dócil y rota, TaeHyung estaba en el aire, la sensación de placer era más fuerte que el dolor de cabeza y el ardor en su garganta. Su boca seguía atendiendo la dura erección desu amado hasta que chupaba el falo a los costados, sin dejar de masturbarlo y bajaba a la base para meter la zona sensible de sus testículos a su boca y chupar, intercalando.

Jin rodaba los ojos, ya tenía demasiado de ese juego. Su pelvis se empujaba hacia arriba y tomaba con firmeza a TaeHyung para enderezarlo.

- Quítate y recuestate sobre tu espalda.

TaeHyung se movía y hacía lo pedido, el castaño lo notaba desorientado y desequilibrado cuando buscaba en su cajon una botella de lubricante y el condón. Lo veía tomar su cabeza y presionarla fuertemente, hasta que bajaba una de sus manos y comenzaba a tocarse a sí mismo.

-No lo hagas

-No... Déjame -rogaba, masturbándose más fuerte y gimiendo, sobre las sábanas negras.

-Maldito hijo de perra -soltaba, tomando la soga escasos metros-. Tus manos

-No -sollozaba TaeHyung con ojos brillosos, labios rojos e hinchados.

Jin le tomaba del mentón con firmeza y lo besaba fuerte. Sintiendo su sabor en la boca de TaeHyung y éste sentía el suyo propio en la lengua de SeokJin. Tan correcto, tan perfecto. De repente levantaba sus brazos con firmeza por encima de su cabeza, rodeándolo con la soga.

Ya firme, luego de varios nudos, lo ataba al cabezal de la cama. Aquello le dolía a TaeHyung, pero a la vez le gustaba. Sus ojos conectaban con los de Jin y lo veía limpiarse sus labios y llevar su cabello hacia atrás, mientras reía ladino.

-Fóllame -rogaba el demonio-. Por favor, quiero me folles.

Jin mordía su labio inferior. Si, le gustaba y como le gustaba, asentía en silencio y tomaba el condón...

-No... -pedía sin aliento.

Jin alzaba una de sus cejas-. No sé dónde anduvo ese bonito culo

-Estoy limpio, créeme -afirmaba.

El castaño lamía sus labios y que lo condenen, pero el también quería piel con piel. Sin nada, crudo y sucio.

-A la mierda -tiraba el condón y tomaba el lubricante. Derramando una cantidad extravagante sobre su erección y abriendo a TaeHyung de piernas bruscamente.

Se metía entre medio de estas y levantaba las rodillas del azabache. Le gustaba verlo atado sobre el cabezal, arruinado. Desorientado y de piernas bien extendidas.

-Eres tan... -susurraba con sus ojos brillantes mientras su mano acariciaba el abdomen del azabache y éste otro comenzaba a sentir que ardía.

-Jin... -se removia-. No seas imbécil -provocaba.

El castaño entrecerraba sus ojos y rasguñaba la zona cuesta abajo con rabia.

-Eso eres tú -setenciaba, se alineaba y cuando daba el primer empujón descuidado para la primera penetración, la espalda de TaeHyung se encorvaba con un gemido agudo que le abandonaba al igual que a Jin.

-Hijo de-... ¡Oh, joder! -los dedos de su pies se curvaban hacia abajo y mordía su propio belfo-. Ah, hazlo otra vez...

-Oh, mierda... -Jin apretaba sus ojos y sentía la presión alrededor de toda su polla, gemía apenas audible y movía su pelvis delicadamente.

-Oh, Jin... Hazlo fuerte -rogaba TaeHyung, intentando enroscar sus piernas en la cintura del otro.

Pero Jin no sé lo permitía, por lo que, le levantaba ambas piernas, salía y golpeaba con verdaderas ganas. TaeHyung gritaba de placer, su cabeza giraba, era un desastre, pero como le encantaba la sensación de tener a Jin dentro de él. Otra embestida y gemía arruinado, sus ojos se abrían y veía a Jin borroso encima de él, sosteniendo sus piernas y comenzando un vaivén desquiciado en el que le estaba follando fuerte. Intenso, sin parar. Un movimiento constante y desenfrenado...

"Si, si. Te espere tanto... oh, joder"

TaeHyung era un boquifloja. Le dolía todo, pero el golpe constante en su glándula lo hacía rodar sus ojos por poco y hacia atrás. Su voz grave era una voz rota que rogaba por más, más duro, mas rápido, más fuerte y Jin, Jin le daba todo. TaeHyung quería tocarlo, necesitaba su boca encima de la suya, pero Jin estaba concentrado en romperlo y dejarlo hecho un desastre.

El sonido del chaquido de piel con piel le llegaba a sus tímpanos, todo su cuerpo se movía por las embestidas del castaño, quien gemia rasposamente apenas audible. Lo miraba fijamente con sus ojos verdes oscuros y su labio inferior entre sus dientes. Masacrado a más no poder. Taehyung era la lujuria representada en un hombre.

- ¿Te encanta, cierto? -jadeaba el castaño.

- ¡Tú! Tú me encantas -soltaba TaeHyung entre gemidos-. Todo de tí, haz que duela, pero hazlo valer...

Jin apretaba sus dientes y sabía que estaba cerca. La presión en su polla, la sangre acumulándose, su pelvis chocando sobre los suaves glúteos ajenos y el rostro precioso de TaeHyung que era un maldito poema. Algo precioso de ver, algo que Jin no sabía que le gustaría tanto y que necesitaba desesperadamente, hasta ahora.

-Mio... Di que eres mío y de nadie más -ordenaba, golpeando duro, tirando las piernas de TaeHyung y poniendo todo su cuerpo encima del azabache.

Este desesperado intentaba besarlo, pero no llegaba como quería-. Tuyo, siempre tuyo. Para siempre, desde siempre ¡Ah, joder... Jin! -Taehyung se corría inesperadamente-. Oh~...

El castaño se erguía sobre sus rodillas otra vez y veía todo el cuerpo de TaeHyung temblar exageradamente por culpa de los espasmos. Sus ojos se apretaban y su boca se abrían mientras Jin seguía golpeando duro, sobre estimulando la zona y buscando por su propia liberación, hasta que TaeHyung derramaba una lágrima y jadeaba en los últimos segundos de fuerte temblor.

Era increíble ver cómo su cuerpo parecía convulsionar de placer y eso lo hacía correrse segundos después, con un gemido ronco y una presión liberada que le hacía sentir un escalofrío intenso por toda su cuerpo. Segundos después caía rendido encima del cuerpo tembloroso y sudado del ex ser de luz, quien le apretaba con sus largas piernas.

-Eres tan bueno -susurraba TaeHyung finalmente. No podía creer que estaba unido a Jin, quería decir tantas cosas en ese momento.

«Te amo, te amo tanto» pensaba, derramando una lágrima.

Jin seguia dentro de él mientras sus muñecas comenzaban a doler, su cuerpo también. Inclusive su cabeza y garganta, pero este momento lo era todo y más. Su cuerpo sudado era aplastado por el de Jin. Sus aromas se entremezclanmban y como le encantaba el olor a sexo con él. Sus piernas aún temblaban y... Mierda.

-Mmm... Jin.

El castaño comenzaba a besar su cuello y su hombro, un beso dulce, su lengua pintando su piel y su pelvis se movía delicadamente. Jin estaba duro de nuevo y a TaeHyung comenzaba a dolerle.

-Jin, no... -sollozaba sin aliento, deseando todo lo contrario, pero viendose en la obligación de pedir que parará.

El castaño no lo oía, estaba en una viaje de ida. Estaba besando su piel deseando poner su boca y pasar su lengua por cada rincón del cuerpo del azabache. Su miembro se endurecía cada vez más dentro de él, quien a pesar de sentir dolor y ardor, su cuerpo respondía a aquello y también comenzaba a endurecerse.

-Suave... -susurraba SeokJin, llevando sus besos por el mentón de TaeHyung, moridendo en el recorrido-. Dulce -susurraba, de nuevo parecía un drogadicto que necesitaba más de lo que tenía.

Deseaba más, sus manos tocaban el torso desnudo ajeno mientras que TaeHyung gemía y sufría.

-Para, para, para... -rogaba, removiendose inútilmente debajo del cuerpo de Jin.

-No... Bésame -susurraba, tomandolo fuertemente del mentón y devorandole esa boca.

TaeHyung respondía, pero le dolía, quemaba, ardía... Mierda, estaba siendo besado con tanta dedicación y tanta dulzura, pero no podía siquiera disfrutarlo sin sufrir. Una embestida suave por parte de SeokJin y daba un gemido desgarrador, apartando su boca de la ajena.

-Detente... -suplicaba llorando.

SeokJin seguía embistiendolo de forma suave y constante, besando su rostro, acariciando su torso, tomándolo con firmeza de las caderas. Mordiendo su mentón, sus labios, besando las lagrimas que TaeHyung había derramado.

-Ah, dios... Para, por favor, Jin~... -volvía a rogar, Jin hacía caso omiso de sus palabras, pero sentía sus dedos aflojando las cuerdas.

-Resiste, por favor.... -soltaba SeokJin sin aliento. Penetrandolo suave, pero intenso. Parecía otro hombre.

La sensación que sentía en ese momento era tan diferente a todo. Inclusive era diferente al encuentro reciente. Esta sensación de estar en el punto más alto del placer lo hacía no poder obedecer los ruegos del ángel. TaeHyung seguía con sus manos atadas, pero libres del cabezal.

-Duele... Ah~ -él quería empujarlo, pero Jin lo abrazaba fuertemente, pasando sus brazos por debajo de su espalda y golpeando duro y firme, escondido en la curva de su cuello y él solo... Él solo respondía al abrazo, se aferraba mientras sentía bque la dulzura del otro hombre lo mataría.

Le dolía, comenzaba a llorar entre gemidos, pero no quería soltarlo. Enroscaba fuertemente sus piernas y apretaba a Jin contra su cuerpo, todo la anatomía de este le quemaba la piel, la penetración era dolorosa y su espalda también molestaba. La zona de dónde sus alas blancas habían sido arrancadas, dolía. Los besos en su rostro quemaban.

-Detente -susurraba sin aliento. La habitación daba vueltas, el dolor lo tenía a punto de desvanecerse. La respiración agitada de SeokJin retumbaba en su oído y las embestidas tomaban una velocidad absurda que, no lograba entender de dónde diablos había sacado la energía, pero su miembro dolía. El tirón en su base le avisaba que estaba cerca y luego de tantos sollozos y ruegos, gritaba el nombre completo del castaño-. ¡SeokJin, ya! Por favor... -susurraba, convulsionando una vez.

Sufriendo, era un placer mezclado con un fuerte dolor, mientras el castaño estaba totalmente ido y continuaba embistiendolo. Jin era suave, pero intenso y constante, aún así a TaeHyung le dolía.

-Seokjin... -rogaba en un hilo de voz. En vez de ser un momento de placer, era un jodida tortura-. Amor.

El castaño se corría más fuerte que la primera vez, tamblando de pies a cabeza por los increíbles espasmos que amenazaban con acalambrar sus músculos de forma placentera. Su cabeza daba vueltas y su corazón palpitaba como loco. Sus brazos sentían una sustancia líquida y suponía era el sudor de la espalda de TaeHyung por tenerlo tan apretado, pero cuando veía su mano debajo del cuerpo ajeno-y la poca luz del amanecer que alumbraba la habitación-aquello no era sudor, TaeHyung estaba sangrando.

De repente parpadeaba, como si despertara de un maldito sueño y miraba al azabache casi desvanecido entre sus brazos y sobre su cama.

-Mierda. Mierda, estás-... -el cuerpo de TaeHyung estaba ardiendo.

-Duele -susurraba TaeHyung.

Jin salía de inmediato de encima y de adentro, lo desataba con urgencia y arrastraba a TaeHyung fuera de la cama. Con pasos acelerados entraba al baño y lo metía en la bañera y soltaba el agua fría, al impactar sobre el cuerpo caliente de TaeHyung, vapor salía de la piel del demonio.

-Mmm... Ah~, maldito sea... -sollozaba TaeHyung.

El castaño se alejaba y tomaba una de sus toallas del estante y limpiaba sus antebrazos manchados de sangre mientras miraba atónito como el agua empañaba el cuerpo ajeno y parecía aliviar el sufrimiento del otro hombre, mientras también lavaba la sangre de sus omoplatos.

Relamiendo sus labios miraba al tipo en su bañera y se veía a si mismo sentado sobre el suelo.

- ¿Qué mierda sucede con nosotros? -cuestionaba impresionado como cuando era niño y las primeras quemaduras en cuerpo habían comenzado a aparecer.

TaeHyung movía su cabeza en dirección a él. Sus ojos entrecerrados, agotado y hecho un desastre. Como si volviera de algún tipo de batalla infernal que lo había dejado casi al borde de la extinción. Veía la imagen de Jin, su mirada fría y confusa mientras yacía sentado en el suelo cerca de la puerta. Desnudo y sudado con algún que otra mancha de su sangre, parecía tan vulnerable.

-No lo sé... -respondía con su garganta destruida y su voz rasposa.

Casi 5000 palabras, eso es muuuucho para ANATEMA y por eso lo hice en dos.

Ay dios. Que les pareció? 👁️👄👁️

Con amor niñita Nany 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro