Capitulo 3

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Una semana despues de su conversación Tom debajo del arbol, Aneu se encontraba desayunando en la mesa de Gryffindor junto a Minerva cuando las lechuzas comenzaron a invadir el Gran Comedor, todas cargadas de periódicos que soltaban a sus respectivos dueños.

La lechuza de Aberforth, Pim, se acercó a Aneu agitando sus achocolatadas y viejas alas hasta posarse frente a ella, extendiéndole un periódico, a lo que Aneu lo tomo mientras Minerva le daba galletas a la lechuza.

—¿Qué es? —pregunto Minerva en cuanto la lechuza volvió a partir.— Porque por lo visto debe ser algo muy importante ya que casi todos los de aquí han recibido el periódico.—comentó inspeccionando el área. 

—Grindelwald, que más.—dijo Aneu indiferente, abriendo el periódico.

¿EL FINAL DE LA GUERRA SE ACERCA?

¿CUAL ES EL BIEN Y CUAL ES EL MAL?

Tras varias naciones quienes han optado por seguir al mencionado mago oscuro más grande de todos los tiempos, Gellert Grindelwald, pareciera que poco faltara para que Inglaterra también sea una de sus naciones, al igual que lo son casi el ochenta y cinco porciento de las naciones restantes, pero, ¿será esto posible?

El afamado mago oscuro es conocido por su aversión a los muggles, sin embargo, pese a lo que se podía pensar, el no considera la supremacía de la sangre como algo indispensable, sino que considera a cualquiera que posea magia, sea nacido de muggles o no, como uno de los suyos...

—Esto es pura basura. —espetó Minerva cerrando el periódico con brusquedad, a lo que Aneu la miro con una ceja arqueada.— ¿Qué? Es cierto, Grindelwald es un mago tenebroso e Inglaterra nunca se arrodillara ante él mientras tengamos a Albus Dumbledore de nuestro lado, así que podemos estar tranquilas.

—Seguro...—murmuró Anue, pensando en como la actitud del periódico El Profeta parecía ser mucho más amable con Grindelwald que en el pasado. 

Inmediatamente y con sigilo, dirigió su vista a la mesa de Slytherin, donde Tom sonreía en compañía de Abraxas Malfoy y Orión Black. Ambos amigos conectaron miradas y con ese simple intercambio, Aneu supo que Tom ya comenzaba a moverse en favor a Grindelwald y que el periódico El Profeta era, muy probablemente, uno de los últimos pasos en su plan que ya llevaba realizado. 

—Bien, debo irme.—dijo Minerva levantándose del comedor con su mochila colgada en el hombro.— tengo tutorías privadas hasta tarde así que no me esperes despues de clase.—informó.

—No te preocupes, quede con Poppy de ayudarla a practicar para su examen de admisión a enfermería en San Mungo.—dijo Aneu

—De acuerdo, suerte.—sonrió Minerva.

El día en Hogwarts paso en completa tranquilidad, exceptuando el hecho de que todo el mundo, desde estudiantes hasta el mismo profesorado, parecían no poder dejar de hablar sobre el mismo tema: el periódico del día de hoy, hablando sobre Gellert Grindelwald.

Personalmente, Aneu no sabía muy bien como sentirse al respecto. Una parte de su ser guardaba rencor hacia aquel hombre de ojos heterocromos por ser participe de la muerte de su querida media hermana Ariana, especialmente porque este no pareció inmutarse ante ese hecho en el momento, pero al mismo tiempo le daba igual.

Ella no quería tener nada que ver con Grindelwald y mucho menos con su hermano mayor.

Ignorando todo y a todos, Aneu terminó sus clases del día y junto a su querida amiga Ravenclaw, Poppy, se dirigieron hacia uno de los salones privados que le había proporcionado la enfermera de Hogwarts para practicar sus pociones y estudiar para su examen.

Ambas chicas dejaron sus cosas y comenzaron a platicar de trivialidades mientras Poppy trabajaba y Aneu hacia una tarea. Una de las cosas que Aneu más amaba de estar con Poppy, es que todo fluía tranquilamente. Poppy era una persona tan relajante que uno nunca sentía presión de nada.

—¿Crees que haya chicos guapos en mi carrera en San Mungo?—pregunto Poppy girando la pala en su caldero.

—Quizá, aunque probablemente sean más guapos los aurores que curaras despues de sus misiones.—opinó Aneu con una sonrisa burlona y ambas rieron.

—A veces suenas tan puritana, pero luego recuerdo que no has salido con ningún chico.—comentó Poppy y la miro.—¿En realidad pretendes salir de Hogwarts sin salir con nadie?

—Soy la sangre pura bastarda de los Dumbledore, nunca seré importante para nadie por el simple hecho de que Albus me odia.—replicó Aneu con cansancio.

—Si, pero...

—Prefiero que todo siga así, cuando salga de este colegio podre irme de casa y viajare por el mundo, encontrare a alguien que me considere su prioridad y seré feliz.— aseguró Aneu— pero mientras tanto debo seguir viviendo este martirio.

—Sabes, —hablo Poppy acercandose con una taza de té humeante que acababa de servir de su caldero.— La mejor parte de querer ser enfermera, es que se doparme correctamente.

—Eh...no, gracias Poppy.—dijo Aneu sonriendo nerviosamente.

—Oh, vamos, tranquila. No es como que vaya a drogarte, se como eres.— dijo Poppy con tranquilidad.— Esto solo te ayudara a relajarte un rato, anda, toma. 

Al final, Aneu accedió a tomarse el té que le ofrecia Poppy y aunque no estaba segura de que era lo que había tomado, estaba convencida de que al menos le había servido para relajarse un poco. 

Ambas chicas se saltaron la cena y salieron de aquel salón media hora antes del toque de queda, por lo que, con tranquilidad, comenzaron a andar hacia sus salas comunes, las cuales eran en dirección bastante parecida.

—A mi en lo personal me gusta más la música de...—las palabras de Aneu fueron sofocadas por la mano de Poppy, quien bruscamente la jalo hacia una esquina, escondiéndose.— ¿Pero qué?—murmuró en cuando Poppy la soltó.

—Shhh.—la silenció Poppy y señaló con el dedo, gesticulando con los labios sin hablar: — mira ahí.

Siguiendo la mirada de su amiga, Aneu casi soltó un grito de impresión al ver salir a Minerva de uno de los salones, completamente roja, despeinada, con la camisa abierta, sin la túnica, la falda arrugada y alzada y la ropa interior por encima de sus rodillas. 

La siempre seria y racional Minerva McGonagall al parecer acababa de tener un sexo furioso en un salón.

—Y ella regañándome por doparme en mi cuarto cuando hace cosas peores.—se burló Poppy en voz baja.— Me pregunto quien estará metiéndose con ella.

Antes de que Aneu pudiera decir algo, la pregunta de Poppy fue respondida y ambas chicas tuvieron que taparse la boca mutuamente para evitar, esta vez sí, gritar fuertemente de la sorpresa.

Pues la persona que salió detrás de Minerva, ayudándola a arreglarse, no sin antes darle un fogoso beso en los labios, era nada más y nada menos que Albus, el profesor de Transformaciones.

Mientras ambos partían en direcciones opuestas, las amigas se miraron sin aún soltar sus labios, completamente shockeadas y ligeramente asqueadas. 

Minerva McGonagall estaba follando con Albus Dumbledore.

—Bueno...—dijo Poppy en cuanto Aneu la soltó.— Al menos ya sabemos porque tanta tutoría.

—No jodas—murmuró Aneu.

























¡Hola a todos! Me he tardado un poco en actualizar pero es porque quería terminar la novela de Princess Potter, pero les comento que intentare actualizar más seguido. 

¿Qué les pareció el capitulo?

Oigan, vi que cometí un error de cronología, pues en el primer capitulo mencione que gellert tenía 33 y en el segundo lo mencione con 38 años, por lo que vengo a decirles que su edad real en esta historia es de 38, para que no haya confusiones. Albus es quien tiene 33 años.

Los amo!

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