Capítulo 35: El eterno solsticio.

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❝ Went from one conversation to your lips on mine and you said, "I never regretted the day that I called you mine". So I call you mine ❞

—Únete —me propuso Niss.

Abracé mis rodillas y me encogí en mi sitio.

—No creo que sea buena idea.

—Oh, vamos, ya eres del grupo, Mya. Hemos pasado tanto tiempo juntos que ya eres de la familia. —Entrelazó nuestras manos.

—Pero porque te estaba haciendo un favor —musité.

—Pues hazme el favor de unirte a la banda —bromeó—. Anda, porfi.

Hizo un puchero mientras agarraba mi rostro y lo acercaba al suyo.

—Pero no quiero molestar a Tyler y a Airy.

—No lo harías —bufó—. Primero, Airy es tu simp, te ama más que a nada en el mundo y segundo, Tyler apoyaría la decisión.

—¿Siquiera lo has hablado con ellos? —cuestioné. Desvió la mirada y comenzó a silbar—. ¿Niss?

—Puede ser, tal vez, quizá que ellos ya piensen que eres parte del grupo.

—¡Nissiro! —le reclamé.

—Oh, vamos, Mya. Dijiste que no sabías qué hacer en el futuro, ¿no? Te acabo de conseguir un sueño. —Se cruzó de brazos.

—No, pero...

No. No quiero apropiarme de tu sueño, se siente mal hacerlo.

—Porfi.

—Niss...

—Al menos dime por qué no. —Abultó su labio inferior.

—Es tu sueño.

—¿Y? Podemos compartirlo, como con Airy y Tyler.

—No es lo mismo. Yo... ¿Por qué estás tan obsesionado con ese tema?

Se mordió el labio inferior.

—¿Es egoísta decir que es la única forma que tengo para que me recuerdes?

Jadeé.

—Lo dices como si existiera la posibilidad de que te olvidara.

Rió.

—Somos humanos, Mya. Fallamos, olvidamos, perdemos. Los primeros meses podrás tenerme muy presente, pero con el pasar de los años, acabaré escondido entre los nuevos recuerdos felices que generes.

Se tumbó, apoyando su cabeza sobre mi regazo y miró al cielo que aún no se oscurecía.

Nos encontrábamos en el tejado de su casa, intentando ver el anochecer de una forma muy peligrosa. Si nos caíamos, nos haríamos mucho daño.

—Existen las fotos, los videos, los teléfonos, el internet, ¿de verdad crees que exista alguna posibilidad?

—No lo sé, pero quiero tener un hueco en tu corazón.

Cerró los ojos y aproveché para acariciar sus mejillas.

Se veía bien, sano. De alguna forma, sentía que esa era una señal de alerta.

Era sabido que los pacientes terminales normalmente podían sentir cuándo iban a morir o que antes de hacerlo, mejoraban repentinamente.

Tragué saliva y agité la cabeza para quitarme esos pensamientos de encima.

—Ya lo tienes. De hecho, mi corazón es tuyo, Niss, solo tuyo, para la eternidad. —Junté nuestras frentes.

—Pero no quiero eso si significa que jamás te enamorarás de nuevo o que no serás feliz. Quiero que me recuerdes, no atarte por el resto de tu vida. Es egoísta —resopló.

Sonreí.

—Es mi vida, yo decido lo que hacer. —Le saqué la lengua—. Mira, está anocheciendo.

El anaranjado cielo que brillaba con tanta intensidad se fue tiñendo poco a poco de un profundo azul. Parecía que la noche estaba devorando al día.

—Uhm, ya podemos tachar otra cosa de la lista —sonrió, satisfecho.

En las últimas semanas de lo que quedaba del verano, habíamos aprovechado para cumplir gran parte de la lista de deseos de Niss. Llevábamos más de la mitad según él, ya que no nos la había mostrado.

—¿Qué más queda?

—Tener sexo en la playa, en la encimera de la cocina, en el cine —recitó de memoria.

—Niss. —Levanté una ceja.

—Era una broma. Uhm, queda hacernos una foto juntos mientras nos besamos en el anochecer —sonrió con inocencia.

Sabía que también era mentira, pero me incliné hacia él y junté nuestros labios, sorprendiéndolo.

Cuando me separé, abrió y cerró varias veces la boca.

—No hemos hecho la foto.

Rodé los ojos.

—Guárdatelo en la memoria. —Me encogí de hombros.

—Qué cruel decir eso cuando sabes que me falla el cerebro.

Sonreí con tristeza.

—Lo guardaré por ti.

—¡Niss, Mya, bajad a cenar! —nos gritó tía Audrey desde el jardín, interrumpiendo nuestro momento.

Ambos nos asomamos por el tejado para decirle que ya bajábamos.

Los días transcurrían con normalidad, toda la que podían tener con una persona a punto de morir a nuestro lado.

La cena fue bastante calmada también y charlamos de bastantes cosas como: nuestras futuras carreras, sueños y demás. Al principio pensé que era cruel hacerlo delante de Niss, pero este parecía más preocupado por que a Airy lo aceptaran en la universidad y que yo me uniera a la banda.

Pensé que era una fachada para ocultar cómo se sentía, pero me di cuenta que era de verdad lo que pensaba. Me había dicho que ya había aceptado la muerte, de alguna manera, por difícil que fuera, pues no hacerlo tampoco cambiaba.

—Tengo una pregunta —dijo Airy.

—A ver, suelta —le replicó Niss.

—Si se supone que no sabemos cuándo te vas a morir y duermes con Mya todos los días, ¿qué pasaría si algún día se despierta con tu cadáver al lado?

Escupí el agua que tenía en la boca

—Guau, conversación súper family friendly —señaló Hass, cubriéndole las orejas a Logan, quien seguía comiendo como si nada pasara, tarareando.

—Qué ocurrencias tienes, Airy —rió tía Audrey.

Me preguntaba si tía Audrey no estaría dudando de si echarnos de la casa.

—Perdón, era curiosidad genuina —se disculpó mi hermano.

—Pues espero que no pase. —Se encogió de hombros Niss, como si fuera una pregunta del montón.

—Estáis los dos locos —bufé.

—Gracias, viene de familia —sonrió con inocencia Airy.

Le saqué la lengua porque Logan estaba delante y no podía hacer nada más ofensivo.

Yo solo esperaba que eso no pasara. No sabría con qué tipo de traumas acabaría si tuviera que dormir con el cuerpo sin vida de Niss.

—Qué nombre más feo, joder —se quejó Tyler.

—¡Como si el tuyo fuera mejor! —espetó Airy, frunciendo los labios.

—Mejor que el tuyo es —siseó.

—Oh, vamos, dejad de discutir —intervino Niss.

—¡No! —exclamaron al unísono.

—Al final el grupo nunca va a tener un nombre de verdad —se lamentó el peliazul, apoyando su cabeza sobre mi hombro.

—Pues prefiero ser un grupo sin nombre antes de llamarme "Chicos de Medianoche" —gruñó el rubio.

—Lo mismo digo, mejor que "Ecos de vacío".

Ambos se miraron con odio y hasta yo pude sentir las chispas que surgían entre ellos, y no eran precisamente de amor.

—Si no nos decidimos, que elija Mya —Tyler me miró.

—¿Yo?

—Sí, tú —lo apoyó Airy.

—Estaría bien ahora que formas parte de la banda —rió Niss silenciosamente.

—¡Me metisteis sin mi consentimiento!

—Ah, qué pena. Igualmente no tienes la opción de salirte. Venga, elige. —Tyler se cruzó de brazos.

—Te ibas a unir aunque no te obligásemos —agregó Airy.

—Pero, ¿por qué tengo que elegir yo? ¡Soy el más indeciso del grupo!

—Porque ninguno nos decidimos. —Niss sonrió.

—Ni siquiera sé qué es lo que queréis representar —resoplé.

—Usa a Kósmos de inspiración —murmuró Tyler—. Comenzamos el grupo por ellos.

—¿Algo inspirado en estrellas, galaxia o astros? Guau, qué romántico y profundo para alguien como tú, Tyler.

—¡Oye! Qué feo tus prejuicios sobre mí. —Frunció el ceño.

Desvié la mirada y agarré un papel junto a un bolígrafo para apuntar todas las propuestas que se me ocurrían, pero ninguno me convencía lo suficiente como para exponerlo.

Nos encontrábamos en la casa de Tyler, específicamente su habitación, en donde se suponía que íbamos a componer alguna canción, pero por una de mis estúpidas preguntas, comenzó la guerra del siglo.

Solo quise saber cuál era el nombre de la banda y, al parecer, jamás se lo plantearon. Simplemente subieron videos desde la cuenta de Niss, sin pensárselo mucho.

Jamás me había dado cuenta de que los títulos de los videos eran: "Título de la canción - Niss, Tyler, Airy & Miles".

Me froté los ojos y miré hacia el techo en busca de inspiración divina o algo parecido, pero realmente no se me ocurría nada.

Les entregué la hoja y mientras leían todas las propuestas, seguí maquinando con mi cabeza.

Ellos decían que querían algo como Kósmos, pero analizándonos, no teníamos nada en común.

Kósmos era un grupo formado por cinco integrantes que tenían trece años cuando iniciaron. Lo único que teníamos parecido era que comenzamos por entretenimiento —aunque yo no estuve desde el principio—, por el resto, ni teníamos los mismos sueños ni las mismas ambiciones.

Ellos buscaban causar felicidad en gente perdida. Nosotros queríamos ser recordados, que existieran memorias de Niss y de todos. Hacer al mundo saber que existimos en algún momento, que no fuimos vidas prescindibles en este solitario lugar.

Ellos buscaban cambiar el mundo. Nosotros queríamos cambiarnos a nosotros mismos.

El grupo se hizo por Niss, así que pensé que sería un detalle bonito ponerle un nombre basado en él.

Cerré los ojos mientras pensaba en mi novio, en nosotros.

Recordé las largas noches de inviernos que pasamos juntos, abrazándonos con tristeza. También los largos días de verano que disfrutamos entre risas.

Quería acumular todos esos recuerdos, quería guardarlos para siempre. Atesorarlos como si nada más en el mundo existiese, aún sabiendo que era imposible.

Undying solstice —solté de repente.

Me miraron perplejos.

—¿Puedes explicarnos por qué ese nombre? —preguntó Niss.

—"La eternidad del cambio".

—Qué poético te nos pones, Mya —se mofó Tyler.

—¡Me habéis pedido ayuda! —Me sonrojé.

—Sabíamos que conseguirías un nombre bonito —se le unió mi hermano.

—Os odio. —Agaché la cabeza, avergonzado.

—Oh, vamos, si Mya es nuestro compositor y escritor favorito —me animó Niss, dejando un beso en mi sien.

—Nadie lo negó —sonrió Airy—. ¿Cómo se te ha ocurrido?

—Buscamos eternidad, buscamos que no nos olviden, buscamos dejar huella. Queremos cambiar, no ser el cambio —susurré—. Los solsticios son cambios que ocurren dos veces cada año, marcan el inicio del verano y del invierno. Nosotros marcaremos el inicio de una nueva generación.

Niss se agarró del pecho y cerró con fuerza los ojos, sonrojándose.

Me abalancé sobre él, preocupado y preguntándole sobre lo que le pasaba.

—Perdón, es que ha sido muy adorable. Casi me matas —carcajeó.

Sentí mis mejillas arder.

—Te odio. —Le di un golpe en el hombro.

—No lo haces. —Abultó su labio inferior—. En fin, a mí me parece buen nombre, ¿y a vosotros?

Los otros dos también asintieron, iniciando con Undying solstice un día cualquiera de agosto.

—¿¡En qué momento te enviaron un correo de Blish Records!? —Niss releyó una y otra vez el correo que tenía Airy en su bandeja de entrada.

—Contactos —tosió con falsedad.

—Espero que no hayas amenazado a nadie —lo regañó el peliazul.

—¿Cómo crees? ¿De verdad piensas así de mí? —Fingió ofenderse mi hermano.

Niss abrió y cerró la boca varias veces antes de suspirar.

—No voy a opinar.

—Mira el lado positivo, tenemos la propuesta —dijo Tyler con una sonrisa de orgullo, a pesar de que no había hecho nada.

Niss negó con la cabeza, sonriendo.

—Quieren ver más videos. Y si son canciones originales mejor —resumió.

—Puedes mandarle la última que grabamos, aunque no es lo mejor que tenemos. —Airy se tumbó sobre la mesa.

—¿Y has pensando en que podríamos grabar una nueva versión mejorada? Digo, si quieres que nos ofrezcan un contrato de verdad. —Niss frunció los labios.

—Es que me da pereza —lloriqueó.

—Pues menos pereza y más empeño. —Se levantó y comenzó a tirar de él mientras Airy se resistía con todas sus fuerzas, comenzando una pelea de niños pequeños.

No pude evitar carcajear sin control viendo tal escena. Eran tan adorables...

Así que aproveché y les hice fotos. Tyler al darse cuenta, posó en el fondo, sacando la lengua.

Deseaba tanto que esto durara para siempre.

Airy.

—¿Estás seguro de que esto es lo que quieres? —cuestioné, dudoso.

Tomé una calada de mi cigarro.

Niss se abrazó las piernas y asintió.

—Yo ya no lo voy a usar, Airy, tú lo necesitarás más. Y estoy seguro de que lo invertirás mejor que yo —sonrió.

—Niss... —pronuncié, dolido.

—Acéptalo, como un trato si te hace sentir mejor.

—¿Un trato?

—Sí, yo te pago por adelantado mientras que tú, cuando muera, tendrás que ir a mi tumba periódicamente para dejarme los nuevos discos que vayáis sacando, ¿vale?

Me mordí el labio inferior, dejando escapar algunas lágrimas.

—Niss, ¿cómo podría...?

—Debutaréis sin mí. No tengo tanto tiempo de vida como para pisar un escenario, lo sé. Por eso quiero al menos escucharlos aunque esté muerto.

—Si estás muerto, no puedes escuchar —bufé.

—Airy.

—Dime, y no digas me.

Carcajeó.

—Sé que tú nunca crees lo mismo que el resto, pero yo... tengo la esperanza de que exista algo más allá de la vida. —Se encogió de hombros—. El destino, las almas, el cielo, los espíritus, lo que sea que me mantenga un rato más, hasta que cumpláis nuestro sueño.

—Tienes razón, no creo en nada de eso, pero también lo espero. Espero que nos veas triunfar, Niss.

—Prométeme que lo conseguirás y que cuidarás de Mya, por favor.

Estiró su dedo meñique.

—Lo prometo. —Entrelacé nuestros dedos sin dudar.

—Por cierto, no era broma lo de que lo consideres un trato —murmuró—. Toma el dinero. Quiero ser la primera persona que compre un disco vuestro —sonrió con orgullo.

—Niss, te lo regalaría yo mismo —resoplé.

—¿Tú? ¿Acaso eres el mismo Airy que es un interesado y que solo le importa el dinero?

Abrí la boca, ofendido.

—Qué feo que pienses así de mí, supuesto mejor amigo. —Le seguí la broma.

Comenzó a carcajear para después toser con fuerza hasta que escupió sangre.

—Estoy bien. —Se limpió rápidamente, jadeando.

—Niss, claramente no lo estás.

Intenté acercarme, pero me apartó, cubriéndose la nariz también, pues sangraba por ahí al mismo tiempo.

—No se lo cuentes a nadie —pidió.

—Niss.

—Confío en ti, Airy.

Sentí cómo esas palabras me encadenaban, pero solo asentí y me quedé en mi sitio, observando cómo mi mejor amigo se estaba muriendo en sufrimiento por su deseo egoísta de pasar el máximo tiempo posible con mi hermano.

—¿Quieres que me lo calle para siempre? —pregunté, derrotado y sintiendo impotencia.

—Si Mya se enterase de que estoy sufriendo, él se culparía por el resto de su vida —suspiró cuando se calmó y se limpió.

Aún quedaban rastros de sangre en su mejilla y labios, pero ya se habían secado.

—No entiendo cómo puedes estar dispuesto a sufrir por el amor de alguien.

Rió.

—Porque aún no has conocido a alguien que te haga sentir así, Airy.

—Dudo que exista alguien. —Rodé los ojos.

—Yo creo que algún día lo harás. Eres reacio a abrir tu corazón porque aprendiste a amar de una forma equivocada, Airy. Sin embargo, algún día encontrarás a esa persona que te haga sentir mariposas —negó con la cabeza—, no, ni siquiera tiene que ser eso. Una persona que te haga sentir.

»Piensas que conoces muchas cosas, y no te voy a negar que lo haces, pero, Airy, hay un gigantesco mundo ahí afuera que desconoces. Has conocido los golpes, el sufrimiento y la soledad, pero no sabes ni de lejos lo que es el amor de verdad.

—Lo pintas como si eso fuera a salvarme —gruñí—. Tu amor no ha salvado a Mya.

Sonrió con tristeza.

—El amor no soluciona todo, Airy. El amor solo puede mover personas y mundos, no cambiarlos por arte de magia. Sé que Mya no está mejor porque yo lo ame, pero tengo la esperanza de que mi presencia en su vida no pase desapercibida, de que he dejado una marca que lo ayudará a seguir adelante, aunque sea solo.

—¿¡Y merece la pena todo el dolor que sufres!? —le reclamé entre lágrimas.

—Sí, totalmente. Me voy a morir pronto, Airy, da igual lo que haga. Podría hacerlo en paz, en un hospital, pero si tengo la posibilidad de ayudar a la gente a cambio de todo este dolor, estoy dispuesto a hacerlo. De todas formas, cuando muera, no quedará nada más de mí. No me acordaré de nada de este sufrimiento.

—Eres un completo masoquista —declaré.

—Y tú un insensible de mierda. —Me sacó la lengua—. Cuando ames a alguien, estaré en el cielo o donde sea, para decirte "te lo dije".

—Eso no pasará. —Me crucé de brazos.

—Vale, pues cuando pase, te toca dedicarme tu primer concierto.

Alcé ambas cejas.

—Pues quédate sentado esperando. —Fruncí el ceño.

Rodó los ojos.

—Cuando pase, cuida a esa persona, ¿vale? No seas un imbécil porque no quieras aceptar tus sentimientos. Enfréntate a ellos antes de que te quedes sin tiempo.

—¿Seré igual de filosófico cuando me vaya a morir? —bufé.

—Quién sabe. Cuando te estás muriendo, te cambia la perspectiva de vivir.

—Claro, porque ya no vas a vivir por mucho.

Reímos al mismo tiempo y nos tumbamos en el suelo, mirando el cielo. Apagué mi cigarro en el suelo y por una vez, no lo lancé.

—El amor no cura personas, pero sí sana corazones, Airy. Si alguna vez alguien necesita tu ayuda, dásela, ¿va? Aunque después le cobres.

—Pues si mi amor no les sana, tendré que llevarlos a terapia o al médico y no seré yo quien pague esa factura.

—Bueno, al menos lo intentas. —Cerró los ojos—. Abre ese corazón tuyo antes de que mueras con miles de arrepentimientos.

—Lo dices porque tú...

—Nah, no me arrepiento de nada, creo. Quizá de no haberle dicho a Mya lo que sentía antes o quizá por no haber reído más junto a mis hermanos o con nuestros amigos en común. Pero ya qué, he hecho todo lo posible estos meses. No tengo magia como para hacer más.

Entonces, me volvió a pasar ese dichoso sobre lleno de dinero.

—Niss. —Hice una mueca.

—Ya hemos firmado el trato, no puedes echarte atrás. —Se encogió de hombros—. Sé que lo usarás bien. Cuida de Mya.

En el sobre había un gran fajo de billetes que Niss había pasado toda su vida ahorrando para comprarse una guitarra que más tarde Mya le regalaría. Me obligué a tragar el nudo que tenía en la garganta antes de agradecerle de nuevo.

—Gracias.

—Por nada. Paga ese jodido apartamento y dale de comer bien a Mya. Si lo malgastas en apuestas y drogas, regresaré de los muertos solo para darte una paliza.

Levanté una ceja.

—Sabes que de los dos quien sabe luchar soy yo, ¿verdad?

—Bueno, yo ya estaré muerto, así que ni me dolerán tus golpes —sonrió.

Suspiré y nos quedamos en silencio hasta que volví a hablar:

—En serio te deseo lo mejor, Niss. Que mueras en paz y tranquilidad, sin sufrir.

—Nunca pensé escuchar algo bueno de tu boca hacia mí —se mofó.

Le dediqué una mirada de odio que lo hizo estallar de risa.

—No te vuelvo a decir nada hasta tu lecho de muerte, cabrón.

—Era broma, yo también te quiero.

Se giró y me abrazó, dejando un beso en mi frente. Hundí mi cabeza en su pecho y dejé que las lágrimas fluyeran en silencio.

Cuando Niss se fuera, me quedaría cuidando a Mya, solo, sin nadie más. Y quizá, en lo más profundo de mí, ese era uno de mis mayores miedos.

—¡Felicidades! —Tía Audrey abrió una botella de champán y comenzó a servirle a todos menos a mí y a Logan.

Estábamos en septiembre, a finales para ser más precisos. A Airy lo habían aceptado en la universidad y le habían dado esa tan deseada beca. Debido a nuestra situación, él haría el primer año a distancia. Yo, al final, decidí terminar mi último año de instituto en la ciudad en la que me había criado.

Cerraría esta última etapa junto a las personas que amaba antes de volver a empezar.

Niss me acercó a él y dejó un beso en mi sien, dándole un trago a su copa y haciendo una mueca.

—¿Quieres? —preguntó, sonriente.

—¿Con la cara que has puesto? No, gracias...

—¡Nissiro Walsh, espero que no le estés ofreciendo alcohol a un menor de edad! —Tía Audrey lo fulminó con la mirada desde la otra esquina de la habitación.

El mencionado giró su cuello a otro lado y se bebió lo que quedaba de su copa antes de exclamar:

—¡Felicidades a los universitarios!

Su madre negó con la cabeza, pero lo dejó pasar.

—Oh, vamos, por que Mya beba una vez, no morirá, Tía Audrey, porfa. —Airy hizo un puchero, conquistándola.

—Solo por hoy —suspiró—. Pero a Logan ni una gota.

—¡Yo estoy feliz con mi zumo! —chilló, abrazando el brick.

—Sí, sí, lo sé cariño, solo era por si acaso.

El pequeño abultó su labio inferior y se aferró a Niss.

Logan había estado triste e irritable en las últimas semanas. Mentiría si dijera que no sabía el porqué, pero todos en la casa ya eran conscientes.

Apenas tenía nueve años que había cumplido recientemente en verano y estaba a punto de perder a su hermano mayor, justo después de que su hermana mayor se ausentase por ir a la universidad, pero a diferencia de esta, él no volvería a ver a Niss.

Si para Hass esta situación ya era demasiado, no me imaginaba lo que estaría sufriendo el pequeño. Perder a un hermano a tan temprana edad era terrible.

Me acerqué para abrazarlo y bromear con él.

—No te enfades, ¿sí? Te cuidamos porque eres el favorito de la familia, pero sh, no se lo digas a nadie. —Acaricié su mejilla.

—¿De verdad?

—Sí —confirmó Niss, sentándose al lado.

—Entonces, si soy el favorito, tenéis que cuidarme para siempre.

—Uy, no sé yo, para siempre es mucho tiempo —rió Niss—, pero haremos lo que podamos, ¿va?

Él asintió y se quedó dormido en los brazos de su hermano mayor, quien se lo llevó a su habitación.

Yo acabé por tomar algunas copas de champán con el permiso de tía Audrey, aunque si no lo hubiera hecho, tampoco habría cambiado mucho la cosa, porque sabían fatal.

Mejor me hubiera quedado con mi vaso de agua.

Niss bajó algunos minutos después y, a pesar de que los padres de estos se fueron a dormir y nos dejaron a Hass, Airy, Niss y a mí a solas, nos advirtieron.

Los cuatros hicimos juegos de shots hasta que nos cansamos y también nos fuimos a dormir.

Niss y yo entramos a su habitación entre besos y risillas, trastabillando de vez en cuando. No estábamos completamente borrachos, pero tampoco totalmente conscientes.

Besé a Niss mientras lo sujetaba contra la puerta de su habitación. Él deslizó sus labios hasta mi cuello y me tomó de la cintura. Jadeé al sentir su lengua sobre mi piel y comencé a tirar de su camiseta hasta quitársela.

Él se burló cuando esta cayó a la otra punta de la habitación.

—Sabía que estabas desesperado, pero ¿tanto?

—Cállate —ordené, avergonzado—, no he podido controlar mis fuerzas.

—Sí, lo que digas, Superman —rió contra mis labios.

Decidí ignorarlo para no comenzar una estúpida discusión de niños pequeños como solíamos hacer.

Lo tomé por la nuca para profundizar nuestro beso, después tiré de él hasta que cayó tumbado en la cama y yo me senté a horcajadas sobre él.

—Eres un cabrón —siseé.

—Qué romántico de tu parte, Mya —sonrió.

—Lo sé. Así me quieres.

—Con todos tus aciertos y defectos, definitivamente. —Niss atrapó mis labios con los suyos, sentándose sobre la cama e introduciendo sus manos por debajo de mi ropa.

Gemí silenciosamente cuando una de sus manos tocó mi creciente erección.

—Niss —jadeé sobre su boca.

—Una vez —pidió entre susurros.

En un rápido movimiento, me tumbó sobre la cama y se subió encima de mí, apoyando sus codos a mis costados.

—Niss —pronuncié con lentitud.

—Pero solo si estás seguro, ¿vale? Tampoco soy un monstruo que te va a obligar —bromeó.

—No es eso —suspiré, avergonzado—. Es mi primera vez.

Niss rió.

—Tranquilo. Si se trata de eso, también es mi primera vez con un chico.

—¿Estás tú seguro de esto? —balbuceé tímidamente.

—Desde hace bastante tiempo —sonrió tiernamente antes de dejar un beso en mi frente.

Tragué saliva, nervioso.

—Adelante, hazme lo que quieras. —Desvié mi mirada.

Jugó con la cintura de mis pantalones y me los quitó de un tirón junto a mi ropa interior. No era como si nunca nos hubiésemos visto desnudos, pero jamás nos habíamos tocado, no así.

Lo escuché gruñir antes de que tirara de mi camiseta, dejándome a mí también desnudo. Me sonrojé, pero evité pensar mucho en ello. Tenía que disfrutar el momento, no arruinarlo.

Sus manos se deslizaron por mis piernas y en algún momento, llegamos al clímax juntos, aunque no al mismo tiempo. Al terminar, se tumbó a mi lado una vez hubo limpiado todo el desastre.

—¿No vas a seguir?

—¿Seguir con qué? —sonrió con inocencia.

—Ya sabes... hacer el amor y esas cosas. —Me cubrí la cara, avergonzado.

—¿Quieres que lo hagamos? —inquirió, acercando su rostro peligrosamente al mío.

Tragué saliva, pero me armé de valor para responder:

—Sí, quiero llegar hasta el final.

Él se relamió los labios.

—¿No te preocupa que nos escuchen?

Sabía que lo decía para molestarme.

—Sé que tu habitación está insonorizada, Niss —resoplé.

—Ups —rió—. Pero, ¿estás seguro?

—Sí, contigo siempre estoy seguro —susurré juntando nuestros labios de nuevo.

Él se sentó sobre la cama y yo sobre sus piernas. Nos besamos durante unos largos minutos hasta que él se separó, totalmente rojo de la vergüenza para mascullar:

—No hemos hablado de quién hará qué.

—¿A qué te refieres? —Me hice el desentendido para molestarlo.

—Ya sabes, quién... se la mete a quién.

Reí.

—Lo que tú desees está bien, Niss. —Acaricié su mejilla.

—Lo que desees está bien —repitió.

—En realidad, yo me he estado preparando estas semanas —musité—. Desde que hablamos de hacerlo.

—Pero...

—Estoy bien con ser el de abajo —murmuré—. Y no me estoy presionando, ¿vale? Así que no pienses eso ni de broma, Niss.

Rió suavemente, pero asintió.

—Yo solo estaba pensando en que tú habías tenido rondando por la cabeza hacer el amor desde hacía tiempo...

Le di un golpe en el hombro.

—¿Quién fue el primero?

—Ups —sonrió.

Negué con la cabeza antes de gatear a uno de los cajones de la mesita de noche que Niss había reservado para mi uso, en donde había estado guardando lubricante y condones. Él me miró con una ceja alzada cuando volví a sus piernas.

—Ante todo, precaución —dije.

—Mya, quiero que sepas que no puedo hacerlo a la perfección, pero te prometo que haré que disfrutes. —Mordisqueó mi oreja, haciéndome suspirar.

—No espero que lo hagamos bien la primera vez. —Hice un puchero—. Solo que ambos disfrutemos, ¿va?

Rió y asintió.

—Mientras estés seguro...

Debía admitir que me daba algo de vergüenza y que no sabría cómo lo miraría después de esto, pero mientras durara, quería solo centrarme en él y no dejar que mis pensamientos intrusivos se apoderaran de mi mente.

—Estoy seguro, Nissiro Walsh.

Sin embargo, no sabía si me atrevería a verle la cara a la mañana siguiente.

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ACTUALIZACIÓN 2024: Debido a la actualización en las políticas de Wattpad, la escena entre Mya y Niss fue borrada y solo se dejó el principio. Sin embargo, quería dejar la nota que escribí en aquel entonces. Gracias por la comprensión ❤️

/desvía la mirada

Espero que nadie que me conozca en la vida real jamás lea esto JAJDJS. Aunque sé que hay varias que lo leerán, pero en mi defensa: las advertencias estaban puestas en el primer capítulo.

No sé si el capítulo salió tan bien como deseaba porque no acostumbro a escribir estas cosas KAJDKW, pero bueno, todos sabíamos que iba a pasar. Algunos hasta lo deseaban 😻.

El capítulo es algo largo y está dividido en varias partes debido a que son escenas que quería incluir en la historia principal, pero que no daban para capítulos aparte ;v;.

Descubrimos que Niss sufre constantemente de dolor pero lo hace para estar con Mya :'), modo triste.

Y que Airy solo se abre con Niss y con nadie más.

Yo juraba que era un capítulo feliz, pero ahora que resumo lo que pasa, me doy cuenta de que no mucho, eh, es más triste y doloroso que cualquier otro. He llorado por Airy, Niss y Mya :(.

Creo que al final ACDI tendrá 39 en vez de 37 capítulos porque aún me faltan cosas por abarcar :P.

En fin, besitos nocturnos porque ayer me dormí mientras editaba.

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