𝐀𝐫𝐨𝐦𝐚 30

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Había salido al ante jardín; quería tomar aire, me cuesta pensar que ahora si, mi padre ha  muerto.

Sin siquiera haber hablado con él, pero... La que se alejó fui yo, no él.

Él sí quería hablar conmigo, pero, eso ya no va a suceder, él ya no está en este mundo. Ya no hay tiempo de arrepentimientos. Lo hecho, hecho está.

Suspiró y  miró hacia el cielo

—Sakura —colocó mis manos en mis caderas y miró hacia atrás.

—¿Qué?

—¿Por qué te pones así? —empuño mis manos.

—Dejaste a tu amante con vida, y  bien que si está  involucrada. —cruzo mis manos al nivel de mis senos.

—Pensé que no te gustaba que matara a otros vampiros.—cínico, lo quiero matar.

—¡Ahora si importa lo que pienso!, que ironía ¿No?. Está sí lo merece, además... — bajo mis manos —Se confabularon para matar a los míos, se supone que tú a mi...

—Te amo, y no está en discusión, pero necesitaba que ella le diera ese mensaje a Kimihiro, ya que ella está de su lado. No fue por más — me acerco a Sakura y la abrazo.

—¿Ya merece morir?..

—Y de la peor manera, te lo prometo—nos besamos, juntamos nuestras frentes — ¿Quieres   ver a tus abuelos?

—Sí, por favor. —salimos juntos del antejardín abrazados.

....

Habíamos llegado a la casa de mis abuelos, antes de ingresar a la casa, renové el hechizo de protección, no quiero que nada les pase a ellos.

Este escudo es más fuerte que  el anterior escudo que fue  puesto por Ieran, eso fue lo que me dijo Shaoran. Ella les tomó mucho cariño a mis abuelos, cosa que agradezco del cuidado que ella les brindó y los demás, pero este escudo  que les acabo de poner es más fuerte y los vampiros le temen, ya que soy yo la que lo invoco.

Ingresé a la casa y corrí a ellos, los abracé con fuerza, mi abuela comienza a llorar y mi abuelo me acaricia el cabello.

—Mi niña, nos tenias preocupados ¿Dónde has estado? ¿Dónde te metiste?.

—En Francia. —Mi abuela se pone pálida —No te preocupes, supe todo lo que tenía que saber, ya la tengo sellada. —le muestro el collar.

Ambos me miran asombrados

—Te has vuelto poderosa cariño, como  lo demandó ella…—sus ojos tristes se llenan de lágrimas — No pudimos detener ese presagio. —limpio sus pequeñas lágrimas y niego.

—No podía cumplir su promesa, debía  utilizar la magia.

—¿Sabes que se viene? —ahora mi abuelo me mira.

—Tiempos difíciles, créame que ya los estoy viniendo a ver antes de tiempo. —mis pensamientos se enfocan  en Shaoran y ahora Yuma.

—Pero, estamos felices de verte aquí.

—Cuéntame hija, ¿Y la universidad? —me sale una  gota en la cabeza, rió nerviosa, en  lo que piensa mi abuelo y yo con mi cabeza en otro lado.

—Voy a entrar al octavo semestre no te preocupes, ya casi acabo. —pero me tocará esperar.

—Mi niña creció —se emociona mi abuela.

—No es para tanto, ya cumplí mis 23 años.

—Estás muy cerca de tus 25 años. — los miro sin entender.

—¿Y que con eso?

—No se, una vez mi mamá me comentó algo con los 25 años pero lo olvidé.

Miro a mi abuela, pero ella no estaba mintiendo, era cierto. Ahora hay otra incógnita por resolver.

—Qué mas da, que pase el tiempo, lo recibiré con los brazos abiertos.

—Ten mucho cuidado, Sakura.

—Lo tendré.

Nos despedimos de mis abuelos y salimos de su residencia, ellos  tienen sus vidas normales pero, solo en la noche, ya que no tenían cómo salir de día, bueno, Ieran le prestaba su escudo protector para que el abuelo no dejará su puesto de director en el hospital.

Pero ya no va pasar más eso, ya les di uno a cada uno. Podrán desplazarse por las calles durante el día.

Shaoran y yo comenzamos a caminar en silencio, pero no era un silencio incómodo, era  más bien uno agradable

Ambos llegamos al lago donde fue nuestra primera vez al  vernos; esto me hace recrear el momento  en que se conocieron, la antigua Sakura con el lobo antipático y mujeriego  ese, que ahora es totalmente diferente, al igual que yo, ambos cambiamos mucho.

—Más casualidades de la vida, ¿o será cosa de familia?. —recordé el momento en que mi antepasada se había encontrado con su amor lobuno

—¿De que Sakura?.

—Nada, solo recordaba  en voz alta.

Ambos nos miramos y nos comenzamos a desnudar, nos tiramos al lago y nadamos por un buen  rato,  me le subo encima a Shaoran y él me abraza, ambos nos quedamos así por un rato abrazamos dejando que  la luz de la luna nos bañarla a ambos.

—Pensé que no te volvería a tener así a mi lado, de este modo. —susurra Shaoran.

Me separó un poco de él y lo miró a los ojos

—Y yo pensé que te había matado, no lo hice yo, pero era mi cuerpo el que te hizo eso tan… no podía reaccionar. —coloco mi frente en la suya y cierro mis ojos.

—Eso ya no importa —Shaoran  se apodera de mis labios, correspondo su beso gustosamente.

Y esos somos  nosotros dos, bajo la luna y en el lago donde todo inicio, donde me conoció por primera vez, y donde  no se rindió para conocerme, hasta llegarme a secuestrar.

Shaoran introduce  su miembro en mi, me toma en ese instante, en el agua, tiro mi cabeza para atrás y él comienza a morder mi cuello.

Esta sensación, hace rato que la extrañaba, extrañaba estar así con él, los dos solos, los dos en un momento tan exquisito.

Un momento hecho justo para los dos.

....

Habíamos llegado a la casa, nos encerramos en la habitación, el primer piso estaba lleno de gritos, claro, Yuna no debe estar soportando el dolor de su nueva vida. Ser un híbrido  es más duro que un vampiro normal o la propia transformación de un lobo.

Lo bueno de la raza lobuna es que, en ellos no hay puros ni medios lobos, ellos son humanos de día y de noche animales. Aunque ellos deciden cómo estar, también de noche son humanos.

Es un punto muy grande a su favor.

Tampoco necesitan de un hechizo para que la luz del sol no los quemen, suspiro.

Veo de reojo que Shaoran se tumba en la cama con los brazos bien abiertos, sonrió, me acerco a él y lo analizó con más profundidad, él tiene  sus ojos cerrados, estaba tranquilo, suelto una risita juguetona.

Shaoran abrió sus ojos y me tomó con  su mano jalandome hacia él. Caí encima suyo, comienza acariciar mi espalda.

—Me gusta estar así contigo, Sakura —asiento.

—También Shaoran, también me gusta estar así contigo, pero a veces le temo tanto a la calma.

—Tranquila, aquí estoy y no me iré.

—No dejaré que nada te pase —él me mira serio.

—No nos pasará nada Sakura, lo prometo.

La vida es caprichosa, y se ha ensañado conmigo, y la verdad ya no se que esperar. Por lo menos, deseo que Shaoran quede aquí en pie y no muerto con mis manos. Jamás me lo perdonaría y no volvería a vivir.

....

Tomó un poco de aire, Sakura se había quedado dormida, debía descansar bien. Además, aprovechamos cada segundo juntos, no la deje ni un solo instante quieta.

Me acomode y salí de nuestro cuarto, debía continuar con mis gobiernos, los vampiros estaban en su etapa de rebelión, pero no los culpo, están siendo manipulados por Kimihiro y no sólo eso, estaban convirtiendo humanos en medio vampiros para su propio beneficio.

¿Hasta cuando esa gente tendrá rivalidad con mi familia?... Clow se había cambiado el apellido Li por el Reed, tras saber que la vieja bruja, bueno, ni tan vieja, esa señora era joven y muy hermosa, de lo que recuerdo.

Clow y mi padre son hermanos, pero mi padre es mayor que él, la familia Li, siempre ha visto a  de los ojos de mi padre, Hien siempre tuvo la autoridad ante la familia, en cambio su hermano menor no, siempre hacía lo que se venía en gana, ahora entiendo por qué Sakura dice. *No es Kimihiro, es su padre* —imitó su voz, si Sakura me viera me mataría.

Y más al conocerla, vi su odio en sus ojos. Y estoy casi seguro que Clow se centra en ella, Sakura, por haber escogido primero a mi padre antes que él.

Pero las cosas no sucedieron así. Mi madre busco de ella, y supo de ella por...

Salí del despacho rápido y me encontré con mi madre, era a la que necesitaba.

—Mamá, necesitamos hablar  —ella asiente en afirmación, nos encerramos en el despacho.

—Dime Shaoran, ¿que necesitas? -
— ella se sienta delicadamente en el sofá del despacho, mientras yo me siento en frente suyo.

—Madre, ¿quién te ayudó a encontrar a Sakura Amamiya? -
—ella se asombra ante mí pregunta, pero no podía esperar más.

—¡Una de sus hijas! —ahora el asombrado soy yo, mi madre jamás me mentiría y creo en ella. — Aquella noche, llegué a un parque —comenzó a contarme lo que había pasado para llegar hasta Sakura Amamiya — Me senté en una de sus bancas, y llore como nunca en mi vida había llorado, ese día el doctor dijo, que Tomoyo pronto moría, le quedaban días, ni siquiera años y  era una niña. Mi temor y el de muchos padres es ver morir primero a sus hijos antes que uno. Pero... Lo que yo quería era que mi vida no parara y continuará al lado de mis amores que son ustedes e Hien.

Hace una breve pausa, mira hacia la ventana, la luz de la luna ingresa por esta

—Pasé horas llorando y sacando todo ese dolor que tenía guardado en mi. El desespero al saber, ¿por qué Dios no me escucha?, sentí que me había abandonado así que... Le pedí al diablo que me ayudara, no me importa pagar el precio pero... Ver a mi familia no estar en mi vida me mataba estando viva.

Suspira pesadamente. Toma aire, se para del mueble y se acerca al ventanal, también me paré de mi lugar y me sitúe al lado suyo.

—Aquella noche una hermosa joven, de cabellos castaños oscuros y ojos verdes pero estos también  eran oscuros. Se sentó a mi lado y me abrazó, por un instante me asusté hijo. No te lo voy a negar, me puse nerviosa. Me pregunté si el diablo me había escuchado que no pasó mucho para que aquella chica llegara hacia mí. — suspira y se mira a los ojos —Aquella chica me miró a los ojos y me dijo...

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—No llores, disculpa por haber escuchado, no fue mi intención iba pasando por estos lados, mi casa no queda lejos de este parque y al escuchar tus gritos me asuste bastante, así que vine a auxiliar — me regalo una sonrisa, mis temores y mis angustias se van a un lado, aquella chica me traía paz — Dime, si tu deseas contarme. ¿Que te tiene así?.

—Mi familia, mi hija menor pronto morirá y no quiero… Sufro porque solo es una niña, además, no quiero perder a mis hijos ni a mi esposo, a ningún miembro de  mi familia. La quiero siempre a mi lado.

—Entiendo, ¿quiere un consejo? —la miró sin comprender que desea aquella chica de mi.

—No habrá consejo para la muerte que valga señorita. No hay solución alguna para ese gran problema mío.

—¿Quiere que le diga algo? Si hay  solución pero.. Debes dar tu vida y la de tu familia ante esa solución, y más que eso, invitar a más personas  a que sean parte de esto.

Esta vez la chica me atemorizó, un escalofrío horrible se apoderó de mi cuerpo, tanto así, que comencé a temblar.

—Mi madre te puede ayudar, si quieres ven y la conoces —se levanta y me tiende su mano — No pasará nada malo, se lo prometo, se que uno no debe hacer caso a los extraños, pero le aseguro que  esto que va suceder será lo mejor que en su vida no le pudo suceder, pues si quiere una solución para con su familia.

Después de que me dijera aquellas palabras, me dije, bueno ya que, qué más da. Nada tengo que perder, ni dinero tengo.

Tomó un poco de aire y lo suelto, acepte su mano y comenzamos a caminar y como ella había dicho, no vivía lejos del parque.

Ingresamos a una casa que engaña bastante, es pequeña y encerrada, pero cuando entras es una mansión increíble, esto es una ilusión,   ¡un sueño! Esto no es verdad.

—Eukarina  —la llaman, ella se retira sus zapatos y me mira para que haga lo mismo.

—Trata de no ensuciar, mi madre es muy perfeccionista con el aseo.

En que me he metido.

—Hija, ¿por qué te demoraste.... — La joven señora, bueno, no se veía ni tan vieja. Es más joven que yo, o bueno es lo que aparenta. Ya ni se que pensar.

Su cabello castaño lacio le llega un poco más abajo de sus hombros, esos bellos ojos verdes como una Esmeralda, su cuerpo,   esa mujer es la envidia de una mujer de la calle con más de 5 hijos. Me incluyo.

—Mamá, ya llego la cabezona — sale otra criatura igual de hermosa que estas dos señoritas, en verdad esto  es una ilusión. —¿Mamá quien es?

—Se  las presento ella es...—se rasca  la cabeza, claro, no nos presentamos.

—Soy Ieran Li, mucho gusto — les hago una reverencia.

—Ieran Li.—repite Eukarina.

—Mmmm…¡Li! —sus ojos de misterio brillan ante la mención  de mi apellido.

—Madre la he traído ante ti, ella desea que su familia viva por la eternidad —ambas me miran  con un gran misterio.

—¿Eso deseas querida? — me sonríe de medio lado, toma un mechón de mi cabello y lo acaricia — Que largo cabello tienes, es hermoso.

—Usted es hermosa —le devuelvo  el halago.

—No digas tonterías, soy una joven madre soltera, viviendo con mis bellas hijas, tratando de llegar a eso que nos daño... —eso último me lo susurro a mi. Para que sus hijas no la escuchen.

—Si usted está dispuesta a ayudarme, yo estaré dispuesta a ayudarla y a  ponerme ante sus pies. —la miró a los ojos con decisión.

—Una mujer con un fuerte apellido, y con mucho poder, por que hasta donde se los Li, son una familia muy adinerada. —suspira y comienza a caminar, la sigo — Pero no como la mía.

Me asombro de su sinceridad, no es que saque a Luz si es o no rica, la fachada de su entrada lo dice, parece un rancho de quincha e ingresas y te transportas a una mansión. Algo más potente que   un castillo.

—Las apariencias engañan ¿Verdad? —ella me mira, será que también lee  la mente, niego varias veces —Me gusta vivir escondida del mundo, es mejor que estar corriendo con problemas sin sentido. Basta con los que tengo —hace un movimiento con su mano para que sus hijas se retiren de la habitación, una de ellas deja una bandeja con bocadillos y té de menta, su olor no me engaña. — Y dígame, ¿estás dispuesta hacer lo que sea por cumplir tu objetivo? Mi amada Ieran, si no te importa que te llame por tu nombre claro.

—No, no importa, sólo dígame  ¡Haré lo que usted diga!

Continuará..

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