O12 | FINAL

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

NARRADOR OMNISCIENTE

Rose no comprendía.

A pesar de que pasaron días desde esa tarde donde discutió con Jungkook, que él pudo soltar la verdad que tanto quiso ocultar por miedo, a pesar de que solo logró hacerlo por haber explotado ante las acusaciones de ella, para luego marcharse dejándola sola en la sala, la fémina seguía intentando procesar aquella información.
Se sentía demasiado estúpida por lo que llegó a pensar de él, pero es que el hecho de que no le hablase, de que se le dificultara tanto el abrirse, la había llevado a sobrepensar demasiado, llegando a ese tipo de conclusiones con tal de poder tener una respuesta. Era algo normal. Pero de igual manera se detestaba.

Y aún obteniendo una respuesta de su parte, no se sentía aliviada. Ni siquiera podía entenderlo.

Esa era una de las principales razones por las que no volvió a buscarlo, además de que lo había visto y escuchado demasiado enojado como jamás se esperó.

No sabía absolutamente nada sobre la asexualidad, más de lo que pudo haber leído de forma superficial, suponiendo ahora que solo se trataba de un grupo de personas que no tenían sexo. Eso la llevó a querer investigar para saber si podría así entender un poco a Jungkook, si acaso sí se pudo equivocar con su pensar, recordando haber leído tiempo atrás algo sobre eso en "Youth Connection".

Entró luego de varios días donde olvidó por completo esa plataforma, buscando entre sus seguidos aquel usuario que había visto escribir sobre eso, entrando a su blog donde bajó hasta que un post llamó por completo su atención.

jm.lvly

¿Existe la gente asexual?

Puedo recordar tan bien aquella madrugada de 2018 donde me sentía demasiado agotado, no solo de manera física sino también mentalmente. Estaba en una edad bastante complicada donde buscaba a mis pares, empezar a experimentar más, pero parecía no ser suficiente el tener que luchar contra mis pensamientos homofóbicos hacia mí mismo, perdiendo algún que otro amigo de mente cerrada, siendo ya lo suficientemente difícil encontrar a una pareja, que entré en una relación sentimental en la que me sentí bastante incomprendido.

Pero no quería sentirme más solo de lo que me sentía cada día, de todas maneras, siempre me sentí incomprendido, así que debía estar acostumbrado, aceptando así hacer cosas que, en realidad, no quería hacer para nada. Hasta que esa noche en la que me quedé navegando por Internet intentando encontrar algún tipo de información que me ayudara a entenderme, a sentirme normal, encontré un artículo donde hablaban sobre lo que siempre estuvo y estará conmigo; mi asexualidad.

Jamás había conocido a alguien así, pero me llevé una gran sorpresa al encontrar artículos, blogs, páginas de personas asexuales compartiendo su vida, sus procesos y hasta ayudando a quienes necesitaban entenderse, siendo yo uno de esos, aunque en un principio fue muy intimidante y hasta algo impactante empezar a compartir con ellos. Y siento algo muy loco darme cuenta de que ahora soy yo quien los intimida jajaja pero aun así, me gusta poder ayudarlos a sentirse menos incomprendidos hasta por ellos mismos. 

Me llevó bastante tiempo comprenderme, pero todo lo que pasé me llevó a la militancia, buscar alguna manera de hacer visible esto para aquellas que también son del espectro asexual y necesiten respuestas.

He pasado por mucho, tanto que por eso mismo toca muy profundo en mí cuando leo a alguien que está dentro del espectro asexual, preguntar si existe o no, llevándome a todas esas noches donde buscaba sentirme comprendido y el alivio que sentí al llegar a la comunidad. Así que sí, ¡sí existe! ¡Yo soy asexual! 

jm.lvly

¿Qué es ser asexual?

Estoy tan cansado de las personas tan desinformadas, que se atreven a hacer comentarios sin saber cuánto pueden herir.

Dejen de decir que vamos a cambiar de opinión en algún momento, que es solo una estúpida elección, porque NO, no es así.

Ser asexual no es una elección, es una orientación sexual.

La gente al estar tan desinformada, cuando dices ser asexual piensa de inmediato que tampoco puedes amar a nadie porque, ¿cómo puedes estar en una relación con alguien sin tener sexo? El sexo parece ser lo más importante. Pero aquí les va algo, hay otros tipos de atracciones, como la estética, la afectiva, la romántica y la sensual. Todas ellas juegan un papel en nosotros los asexuales.

Si bien, hay asexuales que pueden tener relaciones abiertas, pero yo que me considero homorromántico, también soy monógamo. Son incontables las veces que me han preguntado si aceptaría que mi pareja luego de estar conmigo, alguien más estuviera con él, ya que no podría satisfacerlo sexualmente. 

Eso se siente tan invalidante. Es como si estuviera defectuoso y necesitara ser arreglado al no poder darle a mi pareja lo que quiere, colocando a las demás personas en un papel que lo que necesitan más que nada es sexo. ¿Acaso son unas bestias sexuales que no funcionan sin sexo? 

Para terminar, hay una diferencia entre asexualidad y arromanticismo. La asexualidad se refiere a la identidad sexual y a quién te atrae sexualmente, mientras que el arromanticismo a quién te atrae de forma romántica, por lo tanto, el arromántico no siente atracción romántica por ningún género.


Y así había más para leer, Rose no quiso continuar porque sentía que ya de alguna manera había sido demasiado. Solo quería poder entender un poco a Jungkook, aunque se le estaba dificultando, quizás porque todavía había más para procesar, pero a la misma vez no quería seguir con esa distancia, sabiendo que él estaba demasiado enfadado y podría ser el final para ambos. Si así era, no quería que todo acabara mal.


Mordiendo su labio inferior con fuerza, tomó su celular buscando aquel contacto que observó no muy convencida de lo que iba a hacer.

Y para su sorpresa, no pasaron muchos segundos al escuchar esa voz que provocó que un escalofrío recorriera su espina dorsal.

¿Rose?

V-vaya, no creí que fueras a responderme, yo... —Quería poder hablar con normalidad, pero eran tantos los nervios que sus palabras no salían bien, por lo que acabó suspirando mientras se pasaba la mano por el rostro.

¿Qué es lo que quieres?

Al escuchar su manera de hablarle, siendo capaz de sentir hasta su frialdad, no ayudaba demasiado a sus nervios.

—Sé que dijiste que no quieres que vuelva a hablarte.

Entonces, ¿por qué me hablas?

Y-yo... Lamento molestar, es solo que quiero poder hablar contigo —explicó angustiada.

No quiero tener que escuchar las estupideces que dirás al respecto, porque, que vengan de tu parte, cuando me ha costado tanto decírtelo justamente por miedo, solo duele, Rose.

Lo siento. En verdad lo siento.

Ya, como sea. Déjalo como está...

¡No! Quiero que hablemos —se apresuró a decir—. Me gustaría poder escucharte y... entender mejor.

Mordía otra vez su labio inferior mientras pellizcaba el pulgar de la mano libre con el dedo índice ante la ansiedad que le provocaba el silencio de Jungkook.

¿Lo dices en serio?

Por algo estoy buscándote aun cuando fuiste muy claro sobre que no quieres saber de mí.

¿Cuándo te gustaría que habláramos?

El notar un gran cambio en el tono de su voz, como si ahora fuera más bajo y hasta tímido, provocó que Rose pudiera relajarse.

—¿Mañana te parece bien?

Rose... no sé si puedo. ¿Podría ser en unos días?

Está bien. Cuando te sientas preparado, podemos hablarlo.

Gracias.

Qué descanses, Jungkook.

Tú... Tú igual.

Rose colgó la llamada soltando todo el aire que no sabía qué había estado conteniendo, pero era debido a cómo sonaba Jungkook en un principio, aunque suponía que logró remover algo en él al saber que quería poder entenderlo.




















(...)















El guion estaba terminado, por lo que Rose lo había entregado e hicieron copias. El único papel que estaba asegurado, era el principal de Oliver como Skylar, el protqgonista. Ahora se encontraba en el auditorio con los pertenecientes del Club, sintiéndose demasiado tensa al no saber qué podrían decirle al respecto, ya que dudaba que fuera una problemática social que pudieran haber esperado, aunque, tocaba más de una, pero la principal sí podría dar de qué hablar.

Divisó a Oliver que se inclinaba hacia Alex para hablarle, enseñándole una de las páginas del guion, por lo que mientras pellizcaba sus dedos rogaba que no se acercaran a ella para decirle algo al respecto, haciéndole saber que estaban disgustados o que podrían haber notado algo. Los demás estaban concentrados leyéndolo, algunos de a dos.
Solo quería poder marcharse estando segura de que estaban de acuerdo, que los días pasaran y poder acabar con toda esa situación.

—¿Rose? —al escuchar esa voz, se sobresaltó.

Volteó encontrándose con Oliver, lo que hizo que intentase sonreír como si no estuviera nada nerviosa, pero le salió más una mueca torcida.

—¿Qué sucede?

Este estaba leyendo una de las páginas, la cual observaba con la frente arrugada y pasaba los dedos de su mano libre por su cabello, llegando a empuñarlo.

—¿Podemos hablar del guion?

—Sí, claro —asintió, aunque lo que más quería era negarse—. Dime.

—Es sobre esta escena de la página tres—informó acercándose más—. No sé cómo decirlo, pero siento como si fuera una coincidencia o algo por el estilo, aunque también pudiste haberte inspirado, no lo sé. Pero a lo que voy es que no sé si...

—¡Rose!

Aquella voz llamó la atención de la mayoría que levantó la mirada, dirigiéndola hacia las puertas donde se acercaba un pelinegro tomando la correa de la mochila, empuñándola al sentirse algo tenso por las miradas curiosas. Rose abrió los ojos a la par por la sorpresa, ya que no entendía qué hacía allí y buscándola.

—¿Q-qué haces aquí?

—Quedamos en que te buscaría para que hablemos, ¿lo olvidaste? —preguntó ignorando por completo la presencia de Oliver.

—Oh... Yo... No —mintió masajeando su nuca.

—No contestabas mis mensajes. De todas formas me encontré con Anais, y me dijo que estabas aquí.

—Sí, lo siento —murmuró bajando la mirada al notar la decepción en Jungkook.

Anais era una amiga que había hecho en el último tiempo gracias a un trabajo grupal que tuvo que hacer. De alguna manera se sentía mejor de que su vida haya vuelto a la normalidad luego de aquel video que hizo que su antiguo grupo se distanciara de ella. Y ahora agradecía que se haya encontrado con Jungkook, ya que sino hubiera seguido ignorando su celular al haberse olvidado por completo debido a los nervios de haber enseñado el guion ya terminado.

Jungkook solo empuñó con más fuerza la correa de su mochila, observando con demasiada atención a Rose que seguía cabizbaja, hasta que fue consciente de la mirada de Oliver. Al girar a verlo notó que miraba al guion y luego a él con una expresión que se le hacía incomprensible.

—¿Qué? ¿Por qué me miras así? —interrogó alzando una ceja.

—Nada —musitó desviando la mirada hacia donde estaba Rose—. ¿De qué tienen que hablar?

—Eso no te interesa —respondió volviendo su mirada a la pelirroja que parecía algo sorprendida por su respuesta—. Vamos, Rose.

—E-es que no sé si he terminado...

—No. Claro que no —intervino Oliver—. Yo quiero discutir contigo algo.

—Pues, cualquier duda que tengan, pueden hablarlo mañana con ella. Ahora se va conmigo —Jungkook la tomó de la muñeca, provocando que ella jadeara al sentir cómo tiraba del agarre para empezar a caminar.

—Lo siento —murmuró medio girando a ver a Oliver—. ¡Puedes escribirme!

Alcanzó a ver cómo negaba con la cabeza, por lo que soltó un suspiro de frustración, pero aun así intentaba seguir el paso de Jungkook que iba un poco más adelante y no soltó su muñeca en ningún momento, como tampoco cruzaron palabra alguna. Tan solo dejó que la tomara de esa manera aunque quería decirle que no era una niña o que no huiría, por el simple hecho de que no estaba aplicando fuerza alguna.

Una vez que llegaron a Art Deco, Jungkook escogió una de las mesas dejando la mochila a un lado para tomar asiento, observando con atención a Rose que hacía lo mismo, pero pareciendo como si dudara de cada movimiento.

—¡Buenas tardes!

Pero aquella expresión cambió por completo al escuchar esa voz masculina, levantando la mirada y sonriendo al ver que se trataba de Saul, con quien siempre solía hablar aunque sea un rato cuando se veían.

—Hola, Saul —saludó manteniendo la sonrisa.

—¿Qué van a ordenar? —preguntó observando a ambos.

—Oh, él va a querer un batido de plátano con miel y canela, ¿verdad? —Dirigió su mirada hacia él, dándose cuenta de que parecía mirarla con gran intensidad, aunque acabó bajándola e ignorando su pregunta, lo que hizo que se tensara y carraspeando la garganta volviera su concentración a Saul que intentaba disimular y actuar con normalidad como si no hubiera notado nada—. Yo... Simplemente uno de fresa.

—¡Perfecto! En un momento se los traigo.

—Gracias.

Lo observó marcharse mientras la tensión aumentaba, provocando que no fuese capaz ni de mirar hacia el frente donde estaba sentado Jungkook.

—Dijiste que querías hablar, pero primero te olvidas y ahora ni siquiera me miras —lo escuchó decir por lo bajo.

Tensa volvió su mirada hacia el frente, notando cómo la expresión de decepción había vuelto. Y es que claro que lo estaba, pues no parecía haber tenido suficiente con haber estado ilusionado por su interés de hablar para saber que se olvidó de haber quedado, y ahora notar cómo con aquel camarero sonreía y hablaba como si nada, mientras con él parecía dudar de todo y ni siquiera querer mirarlo.

Jungkook no sabía qué pensar.

Estaba confundiéndolo demasiado.

Ilusionándolo y decepcionándolo.

—Lo siento, es solo que... estoy muy nerviosa —murmuró al cabo de varios segundos.

—¿Quieres hablar conmigo sí o no? —se inclinó hacia el frente, conectando sus miradas.

—Claro que sí.

—Entonces deja de actuar como si no quisieras, como si te hubieras arrepentido, porque ya es lo suficientemente difícil para mí tener que hablarte de esto.

—Permiso. Aquí tienen.

Eso llamó la atención de Rose, que tragó con dificultad observando cómo Saul dejaba los batidos.

—Gracias —su voz salió casi inaudible, mientras que él regalaba una media sonrisa, para luego marcharse—. Lamento las acusaciones que hice, Jungkook.

—¿En verdad?

Asintió.

—Tan solo quería poder tener una respuesta, porque estaba llenándome de inseguridades al no entender el por qué actuabas así conmigo cuando... Ya sabes, quería eso —explicó nerviosa—. Tú no podías dármela, así que buscaba algo por más que no tuviera sentido.

—Rose... Quizás debí haber hablado antes para ahorrarnos todo lo que pasó, pero todavía ni siquiera sé por dónde empezar —Suspiró—. Sigue siendo difícil.

Rose solo podía observarlo, ya que no sabía qué decir al respecto por temor a decir algo que no tomaría nada bien y todo volviera a arruinarse.

—El que me sintiera fuera de lugar con las personas con las que convivía, también viene en parte por esto. Al entrar a la adolescencia, pasé incontables días y noches mirando solamente el techo sintiéndome incomprendido, raro —comenzó a explicar sin ser capaz de mirarla—. De por sí ya había dejado de entender lo que era normal para las personas que me rodeaban, así que al entrar a esa edad, todo se volvía peor para mí al buscar mi identidad. Quería buscar un nombre a eso que me hacía diferente, aunque estaba acostumbrado a vivir en soledad.

—¿Y cómo te diste cuenta de... eso? —indagó nerviosa ante el silencio de Jungkook.

—Al relacionarme con Anya —respondió sorprendiéndola—. Ella tenía sentimientos románticos por mí, y yo al jamás haberlos experimentado, también creí tenerlos por ella, así que... decidí dejarme llevar y así comencé a experimentar también.

—¿Y qué sucedió?

—Por el sexo. Ella fue mi primera vez y quién hizo que me diera cuenta de que en verdad algo no estaba bien —Rose frunció el ceño, observando cómo jugaba doblando la servilleta, quizás para así calmar la ansiedad que podría sentir—. Así fue cómo llegué a ese amigo que viste en las fotografías. Jimin. Me contacté con él pidiéndole ayuda porque leí una de sus publicaciones. Cuando me explicó... No quise aceptarlo. Ya tenía suficiente con lo raro que siempre solía sentirme, como para sumarle a que era asexual, que ni siquiera había oído sobre eso antes —chasqueó la lengua—. No quería pertenecer a ese grupo de personas, así que me obligué a intentar llevar una relación normal con Anya, de esas que leía, entonces, el sexo debía ser normal. Pero cuando quise volver a intentarlo, me sentí demasiado agobiado por tener que cumplir con eso.

—¿Qué hiciste entonces?

—No pude seguir forzándome a hacer algo así por más presión que pusiera en mí, así que intenté explicarle lo que sentía, pero claro que no me entendió —explicó con una media sonrisa amarga—. Supongo que yo tampoco hubiera entendido en su lugar. De todas maneras, me dijo tantas cosas hirientes. Eso sí no lo hubiera hecho en su lugar, mucho menos con el cariño que le tenía —musitó angustiado—. Me lastimó demasiado y me dejó. Creo que quería una relación normal, por eso luego empezó una relación con un amigo de George, y yo... solo tuve que aprender a dejarla atrás.

Lo miraba asombrada, hasta algo compasiva, imaginando lo que tuvo que pasar y entendiendo a la vez el por qué del actuar de Anya cuando comenzó a relacionarse más con Jungkook. Él se perdía en esos recuerdos, cómo tan solo estuvieron dos veces de manera sexual, pero fue suficiente para que se diera cuenta de que quizás era hora de aceptar que lo que leyó y tanto la información que le dio Jimin tenía sentido. Sí pertenecía a ese grupo de personas.

—Con el tiempo comencé a comprender que no sentía atracción romántica por ella, y quizás por nadie la sentiría, como que tampoco siento atracción sexual —llamó su atención al volver a hablar—. Ahora ya no creo que mi cuerpo y mi voluntad le pertenece a otra persona. No le debo sexo a nadie. Tengo derecho a vivir como quiera.

—Vaya... No sé qué decir —confesó tensa, masajeando su nuca—. Pero ¿en verdad no sientes nada? Es que no entiendo porque esa noche cuando me buscaste, tú... Ya sabes, tuviste una... erección.

Rose sentía su rostro hervir, mientras que Jungkook soltó una ligera risa.

—Los asexuales podemos tener erecciones porque nuestro pene reacciona como el de cualquier hombre que no sea asexual, Rose —explicó relajado, sorprendiéndola—. Hasta puedo masturbarme. De hecho lo hago.

Al darse cuenta del rostro enrojecido de Rose, que ni siquiera era capaz de mirarlo, volvió a hablar.

—No sé si te da pudor hablar de esto, pero quiero que puedas entenderme.

—E-está bien. Continúa.

—Sí me masturbo, pero no con la frecuencia que lo haría cualquiera, por placer sexual o algo así —Los ojos de Rose se abrieron a la par, demostrando sorpresa y desconcierto—. Y sí, gracias a eso puedo tener un orgasmo y sentirme satisfecho, algo que no me sucede con el sexo.

Jungkook quería poder abrirse más con ella, pero ya tenía suficiente con ver su rostro enrojecido, por lo que no quería que llegase a pensar que era raro como también que le disgustara saber que podía tener fantasías sexuales, aunque era muy rara vez y ninguna se relacionaba con él mismo.

Ambos se quedaron en silencio, él mirándola con completa atención a cómo parecía perdida en sus pensamientos.

—Yo realmente creí que podría ser asexual arromántico, pero... cuando te conocí a ti y me confesaste lo que sentías, me di cuenta de que no era así —expresó volviendo a llamar su atención—. Tú me hiciste dar cuentas de que siento atracción romántica.

—Eso es lo único que ha cambiado, ¿verdad?

Frunció el ceño ante el desconcierto de su pregunta, pero aun así asintió.

—Sé que no puedo ser sexofavorable, pero quiero estar contigo, Rose.

Se sorprendió ante su confesión, ya que no se había esperado para nada que la conversión acabara de alguna manera así. Pues, creyó que estaba demasiado enfadado por todas sus acusaciones, por lo que le dijo antes de marcharse, que hasta sus sentimientos por ella desaparecieron. Pero estaba allí, en frente, mirándola de esa forma tan especial como antes que le demostraba la sinceridad de sus palabras.

—¿T-tú qué sientes luego de todo lo que te confesé?

—En este momento no sé ni qué decir. Todavía estoy procesándolo.

—Pero... ¿No crees que podría haber alguna oportunidad de estar juntos?

—Jungkook, yo jamás estuve con alguien... asexual. No sé cómo podría ser, si podría aceptarlo o no —explicó tensa—. Ni siquiera pensé que tú podrías seguir con esos sentimientos hacia mí.

—¿Los tuyos desaparecieron de repente ahora que sabes esto sobre mí? —preguntó con temor.

—¡No! No lo sé —Suspiró levantándose mientras él seguía observándola decepcionado—. Por favor, déjame pensarlo y luego hablaré contigo, ¿sí?

—Rose...

—Lo siento. Solo dame unos días —murmuró tomando su mochila antes de marcharse.

La observaba marcharse sintiendo cómo aparecía una presión en su pecho, llenándose de desilusión. Para él era demasiado difícil de describir lo que estaba sintiendo en ese momento, pero solo quería que se esfumara de una vez.
No quería que Rose siguiera gustándole de la manera que lo hacía, ni pensar en ella, en su reaccionar una y otra vez. No sabía cómo siendo consciente de sus sentimientos y de lo que quería, lo ignoraba adredemente.

Suponía que de alguna forma estaba experimentando lo que leía en esas novelas, porque ahora caminaba entre lágrimas entendiendo perfectamente esas que salían por un corazón herido.

¿Jungkook?

La voz de Jimin solo hizo que su garganta pareciera cerrarse aún más.

—No funcionó.

—¿De qué hablas?

—Te hice caso. Dejé mi miedo a un lado porque dijiste que el amor es la confianza, pero no funcionó —explicó con un ligero temblor—. Me escuchó y solo... se marchó.

Espera. Yo no te aseguré que el hablar haría que todo se arreglara y volvieran a estar juntos —aclaró nervioso—. Solo me refería a que necesitabas confiar y hablar para que pudiera tomar una decisión al respecto.

P-pero le pregunté qué sentía ahora que sabía eso de mí, si teníamos una oportunidad y... no respondió.

¿Nada?

Solo dijo que necesitaba tiempo, que nunca estuvo en una situación así. Dime, ¿qué puedo hacer? —preguntó desesperado—. Creo que ahora que sabe la verdad ya no va a quererme más.

Solo te queda dárselo y esperar.

—No.

Sí. ¿Acaso ella no te dio los días que pediste?

Jungkook no fue capaz de responder al sentir que podría romper en llanto en cualquier momento, pero asintió como si él fuera capaz de verlo.

Tienes que entender que es normal que necesite pensarlo. Por esa razón es importante que averigües sobre esa persona y sus deseos sexuales antes de apegarte...

¡Pero yo no sabía que iba a sentir esto! ¡Creí que no podía sentir atracción romántica! —exclamó frustrado—. Si el sexo sin amor existe, entonces, ¿por qué el amor sin sexo parece que no puede existir? ¡Yo también puedo enamorarme, y lo hice! ¡¿Por qué no puede aceptar que no quiera ser sexofavorable?!

—No quiero sonar pesado cuando tú estás tan afectado, pero es a lo que voy. Lo importante que es la buena comunicación que no hubo desde un momento recalcó—. Deberían haber llegado a un acuerdo respecto al tema para saber si estabas bien con tener una vida sexual activa o ella podría estar bien con una relación sin sexo, Jungkook.

—¿Por qué tiene que ser tan difícil, Jimin? preguntó con un hilo de voz.

Jimin se quedó en silencio, escuchando sollozar a Jungkook, el cual parecía importarle poco las personas que pasaban y lo observaba, tan solo limpiaba sus lágrimas, deseando que su mejor amigo pudiera decirle algo que lo ayudara a calmarse.

—Odio escucharte así. Lamento no poder estar para ti.

—¿No puedes venir pronto? Tú... Tú eres el único que me entiende.

—No. Estoy terminando el semestre, así que estoy demasiado ocupado. 

—Ahorraré más para poder ir en las vacaciones.

—Sería bueno que vinieras cuando también vengan Erin y Peyton. Vamos a reunirnos con el grupo, y quizás a ti te venga bien...

—No. Ya no quiero saber más nada, ni escuchar a más nadie. Odio esto —expresó con la voz ahogada—. Jamás voy a encontrar el amor gracias a ser como soy.

—No digas eso...

Jungkook ya no quería seguir escuchando más. Sabía que aunque intentara convencerlo de que algún día todo mejoraría y hasta podría encontrar el amor, sería incapaz de creerle. Nada bueno parecía quedarse con él. Y ahora se le estaba haciendo muy difícil poder aceptar que muy probablemente Rose no querría quedarse con él. La rabia estaba consumiéndolo, cada palabra no dicha por ella, cada mirada que esquivaba, era un puñal que estaba hiriendo su ser, dejándole en claro que no podría ser, cuando su corazón necio y terco parecía mantener una esperanza y seguir latiendo por ella. 





















(...)



















No había sentido que perteneciera, que encajara, y no es que creía que estaba mal ser distinto, pero al ser un niño comenzó a sentirse absolutamente solo, aun sabiendo que se encargó de alejar a todos. Y ahora que era más consciente de los motivos, más que nada del último, de lo que no podía ofrecer, después de buscar su hogar se sentía seguro de que siempre estaría solo, volviéndose a perder y reencontrarse con aquella miseria ya conocida. Aunque siempre había alejado a todos, escondiéndose detrás de las novelas, se daba cuenta de que quizás había sido un romántico en secreto, rogando ser adorado, por eso cargaba con aquella presión en su pecho día tras día luego de lo sucedido con Rose, esperando su respuesta mientras intentaba reprimir su desespero. Se preguntaba a dónde podía ir a buscar su calma cuando no tenía a dónde ir. A dónde podía ir si no tenía a nadie que pudiera escucharlo, notando cómo los demás se mantenían ocupados continuando con su vida como si nada, mientras él parecía estar estancado sintiendo el peso de la soledad como un abismo en el que caía sin fin.

Quería volver a ese rincón donde su corazón podía descansar, su alma encontrando consuelo, sintiéndose vivo al Rose pintar de colores su lienzo. Pero se encontraban de nuevo donde ya estuvieron antes. Estaba agotado de caminar y tropezarse con el miedo de ser de una vez por todas abandonado por ella. Ahora todo dolía. Y es que ya había anticipado su respuesta a todas esas preguntas tanto hechas como no hechas. Si de algo estaba seguro, es de que no quería lastimarlo, por lo que las pocas veces que pudo verla, aunque sea de lejos, fingía estar bien, pero la verdad es que mientras tanto rogaba en su interior que esa vez que se vieron en el café y ella se fue luego de pedirle tiempo, no fuese en realidad una despedida mediocre.

Hoy era un día en el que cada célula de su cuerpo dolía. Desde que despertó sus piernas no parecían reaccionar, pero se movía por absoluta inercia, lo que lo volvía a un pasado cuando no tenía nada bueno.
Estaba tan agotado que ese día que solo quería llegar a su departamento, echarse en su cama y cubrirse por completo con la manta para dormir, ignorando el mundo por completo. Pero parecía ser que nada estaba a su favor, ya que al abrir la puerta lo primero que vio fue a su madre y a Marc.

—¿Cómo entraron aquí? —preguntó echando su mochila a la cama.

—Buenas tardes para ti también, Jungkook
—habló Marc, pero lo ignoró por completo.

—Pregunté cómo entraron.

—Oliver habló con nosotros. Nos dejó entrar a esperarte y se fue a hacer sus cosas.

Aquello de alguna manera le sorprendió, ya que le había prometido que no dejaría que sus padres entraran, porque tan solo aceptó mudarse con él para no tener que verlos cada día.

—¿Habló con ustedes? ¿Sobre qué?

—Nos dijo que hace tiempo no estás bien.

—¡¿Y cuándo he estado bien para ti, mamá?! —cuestionó indignado.

—No le grites a tu madre, Jungkook.

—¡Usted no se meta!

—Veo que Oliver tiene razón —Asintió intentando mostrarse tranquila—. Jamás te has atrevido a hablarnos así.

—¿Cómo podría haberlo hecho antes si parecían ni siquiera querer dirigirme la palabra? Tú mirándome resignada y él como si sintiera pena por mí.

—Sabes que no es así —recalcó Marc—. Hemos intentado llegar a ti de alguna manera, pero jamás lo permitiste.

—¿Usted quería eso y tenía la ilusión de que lo aceptara? —soltó una risotada histérica—. ¿Cómo puede creer que podría llegar a hacerlo cuando no le importó que yo no estuviera de acuerdo con vender la casa? ¡Estaba llena de recuerdos de momentos que compartí con mi padre y a usted no le importó en absoluto!

—Necesitábamos el dinero...—intervino Haeyi.

—¡Hubieran vendido la suya!

—¡¿Qué rayos te sucede?! ¡Estás actuando como un niño que hace berrinches sin sentido!

—¡Y tú sigues actuando como una estúpida! —escupió enfurecido.

—¡No le hables así a tu madre!

Quiso acercarse a Jungkook, el cual estaba atento a lo que pudiera hacer, observándolo con su pecho que subía y bajaba por su respiración violenta, pero Haeyi no dudó en acercarse, tomando del brazo a su pareja.

—Es mejor que nos dejes solos.

—Pero...

—Es mi hijo. Déjame hablar a solas con él.

Marc se dio por vencido, asintiendo, para luego dedicarle una última mirada a Jungkook que no la apartaba de él, como si deseara que pudiera ser capaz de decirle algo para poder terminar de explotar.

Una vez que escuchó la puerta cerrarse, bajó la cabeza mientras intentaba regular su respiración, aunque todavía era capaz de sentir su sangre hervir.

—¿Qué rayos sucede contigo? ¿Por qué tienes que hablarnos así? —preguntó entre dientes—. ¿Qué es lo que te tiene de esta manera?

—¡Tú, Marc, Oliver! ¡Todo el mundo! —gritó con sus ojos cristalinos.

—¿Cómo puedes decir algo así? Nosotros solo estamos intentando ayudarte, Jungkook.

—No puedes hacerlo —Negó con la cabeza—. No puedes hacerlo cuando tú lo provocaste todo.

—No es así. 

—¡Claro que lo es! ¡Lo único que quería era poder tener tu atención, mamá! —expresó alzando los brazos—. ¡Pero todo lo que hacía te molestaba!

—¡Ya es suficiente con eso! ¡Solo te concentras en lo malo! —exclamó indignada—. ¡Yo ni siquiera quería tenerte, pero aun así acepté por tu padre! ¡Me acusas a mí y lo idealizas a él cuando ni siquiera estaba para ti en tus primeros años! ¡Aun sabiendo que yo no quería esa vida, nos dejaba, y tenía que hacerme cargo de ti las veinticuatro horas cuando no te callabas ni te quedabas quieto un segundo! ¡No podía sola, carajo!

Jungkook sollozó por lo bajo limpiando sus lágrimas, observándola dolido.

—No te molestaba que actuara como cualquier niño normal que buscaba la atención de sus padres. Te molestaba mi simple presencia, porque ni siquiera cuando estaba tranquilo me permitías estar cerca de ti —replicó entre dientes—. Solo me encerrabas haciéndome sentir una jodida molestia para ti, para todos.

—Está bien. Tienes razón. Y aunque no me creas, me arrepiento de eso —aseguro limpiando bruscamente una de las lágrimas que caía por su mejilla—. Pero también he hecho cosas buenas por ti. Cuando tu padre falleció, yo tuve que hacerme cargo de todo. Tuve que luchar sola hasta que encontré a Marc, ¿o acaso vas a culparme por eso?

Jungkook reía histérico mientras limpiaba sus lágrimas.

—¡Intenté entender cada uno de tus berrinches aun cuando ponías en riesgo mi relación con Marc!

—Solo quería poder seguir viviendo en nuestra casa porque así podía sentir a papá de alguna manera —expresó con un hilo de voz—. Pero jamás me entendiste. Terminaste formando la familia con Marc y Oliver, haciéndome sentir aún más solo.

—¡No sigas, Jungkook! ¡Tenía todo el derecho de rehacer mi vida! ¡No puedes culparme por eso!

—¡No puedo culparte por eso, pero sí de hacerme sentir abandonado como si fuera una maldita basura! 

—Jungkook...

—¡No! ¡No te acerques a mí! —exigió retrocediendo.

Parecía estar perdiendo la razón, pero es que no era ni siquiera capaz de soportar aquella mirada de arrepentimiento por parte de su madre, ver cómo lloraba y quería acercarse. El solo pensar en su cercanía, en poder recibir esa calidez que siempre necesitó lo estaba alterando aún más. No podía respirar con normalidad, era como si estuviera ahogándose mientras era interrumpido por los sollozos, y el miedo y desesperación lo invadía ante aquellos malos pensamientos que hacían su aparición.

—Solo quiero enmendar mi error.

—¡Por tu culpa hago todo mal! —acusó llevando las manos a la cabeza, empuñando su cabello—. ¡Marc se enojó conmigo y hará que hasta Oliver me odie! ¡Él se cansará de mí como todos lo hacen! ¡Me quedaré aún más solo! 

—¡¿Qué rayos dices?! ¡Eso no es así! 

—¡Jimin también lo hará! ¡Sé que está cansándose de mí y por eso no me responde! ¡Todos me dejan porque soy una molestia! 

—¡Jungkook, ya basta! ¡Reacciona! —gritó tomándolo de los brazos—. ¡Ninguno de nosotros vamos a dejarte! ¡Oliver no va a odiarte! 

Jungkook se soltó bruscamente, retrocediendo sintiendo hasta sus piernas temblar. Era como si estuviera demasiado débil, de alguna manera estaba reaccionando, pero no podía liberar todo lo que llevaba en su pecho, por lo que mientras sus lágrimas brotaban sin parar, rompió en un llanto desconsolado, deslizándose contra la pared. Solo podía abrazarse a sí mismo, buscando alguna forma de reconfortarse, volviéndose más pequeño y cerrando los ojos con fuerza.

Estaba demasiado concentrado en sí mismo, en su dolor, que de alguna manera se sorprendió al escuchar la voz suave de su madre cerca de él, a un lado, mientras sentía su brazo pasar por sus hombros.

—Ven aquí. Nosotros estaremos a tu lado —aseguro por lo bajo—. No vamos a abandonarte, hijo.

No sabía si era solo por el momento de vulnerabilidad, pero dejó que lo acercara más a su cuerpo, llegando a apoyar la cabeza en su pecho mientras sollozaba desconsoladamente y aceptaba su calidez.



















(...)


















Odiaba esos días en que todo llegaba de repente como un huracán destrozando todo a su paso, dejándolo solo con miserias que rescatar. Ya había colocado las miserias en su lugar, sin saber por cuál vez ya iba, porque ya perdió la cuenta de cuántas veces la ansiedad lo destrozó.
Esos días que pasaron sentía todo tan tenso, pese a que estaba algo tranquilo de saber que Oliver no lo odiaba, aunque estaba seguro de que sabía lo sucedido esa tarde.

Lo que era bueno fue que logró hablar un poco con él, permitiéndole saber que no estaba con Rose, lo que él ya sospechaba. Era fácil de notar cuanto antes veía a Jungkook más relajado, además de verlos juntos, y el pelinegro ya no le pedía que no estuviera presente cuando iba a visitarlo Rose.

—¿Qué haces? —preguntó Oliver con algo de dificultad al estar cepillando sus dientes, teniendo en su otra mano el guion que repasaba.

Jungkook que estaba sentado en el borde de su cama con el celular entre sus manos, levantó la cabeza para observarlo. El ver el guion llevó a que recordase una situación de dos días atrás.

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyz

Rose, ¿cómo estás?

Parece que realmente te olvidaste de mí.

Había tardado minutos en escribir eso, pensando cómo podría hacer para leerse normal, pero es que hacía tiempo no se escribían, ya que al estar bien con Rose hizo que se olvidara de esa cuenta al poder escribirle siendo él. Además, ella se mantenía ocupada y estaba bien, por lo que le había dicho que se olvidaba de entrar a la plataforma. Pero aun así se enviaban algún que otro mensaje.

Entraba una y otra vez a la plataforma, a los mensajes, esperando poder recibir respuesta por parte de la pelirroja, pero los minutos pasaban y nada.

rosecarell

Oye, lo siento.

Ando demasiado ocupada con algo,
pero cuando acabe te escribiré.

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyz

Está bien.

Pero ¿puedo saber de qué se trata?

rosecarell

Como vamos a la misma universidad,
estoy segura de que lo sabrás.

Eso lo llevó a pensar si acaso se trataba de lo de la obra de teatro, pero no entendía qué tanto podía mantenerse ocupada con eso si ya cumplió con el guion. Estaba desesperándose en ese momento, comenzando a sobrepensar si acaso no fue solo una excusa porque tampoco quería hablar con él por la plataforma, hasta que Oliver llegó. Había sido fácil para él notar que Jungkook no estaba bien, por lo que insistió en saber hasta que le confesó parte de lo sucedido con Rose, como también del último mensaje. Y vaya que hizo bien en hacerlo, ya que el castaño llegó a hacer que su inseguridad desapareciera al saber que se trataba de que ella había pedido hacerle unos cambios al guion, pero que no alteraban la trama, solo mejorarla, por lo que aceptaron al saber que tampoco cambiaría la fecha.

—Nada. ¿Cómo vas? —preguntó curioso, decidiendo cambiar el tema de conversación, esperando que eso pudiera desaparecer su impulso.

—Ya, dime —insistió dejando el guion sobre el mueble—. ¿Es sobre Rose?

Suspiró dándose por vencido para asentir.

—¿Cuánto tiempo se supone que debo esperar su respuesta?

Mmm... No lo sé.

—Pensaba en llamarle.

—¿No es algo tarde? —cuestionó frunciendo el ceño.

—No puedo soportar más esta espera —confesó angustiado.

—Llámala —Jungkook abrió los ojos de par en par llegando a fruncir levemente sus labios.

—¿Huh?

—Si quieres acabar con esa situación de una vez, llámala —se encogió de hombros—. Ya ha pasado días de tus mensajes, y no seguirá tan ocupada a partir de mañana. Yo te apoyo. Te dejaré solo. ¡Suerte!

Oliver retomó el cepillado mientras se dirigía otra vez al baño, cerrando la puerta. Jungkook seguía algo atónito, pero segundos después volvió a bajar la mirada al celular, pensando en las palabras de su hermanastro.

¿Estaría mal?

Tomando una profunda bocanada de aire decidió presionar "Llamar", sintiendo cómo sus latidos comenzaban a acelerarse ante los nervios.

—¿Hola?

El volver a escuchar su voz provocó que su alma vibrara y de forma inconsciente sonriera.

—Rose... Hola.

—¿Sucede algo?

—¿C-cómo estás?

—Un poco cansada, ¿y tú?

Quería más que nada decirle que la extrañaba, pero luchó contra sí mismo para reprimir ese impulso.

—¿Tienes una respuesta?

¿Qué?

—Me gustaría saber si ya has podido pensar en estos días que pasaron, porque la verdad... Yo no he dejado de pensar en eso, aunque intento ser paciente —confesó nervioso.

—Oh, entiendo. Sí, la tengo.

—Entonces, ¿cuándo podríamos vernos para hablar?

—¿Mañana verás la obra?

—No. Discutí con el padre de Oliver, y no me gustaría verlo todavía —explicó por lo bajo por temor a ser escuchado—. Me gustaría saber el guion que escribiste, pero todavía no me siento preparado para enfrentar la situación. Lo siento por no poder estar allí.

—Oh, ¡está bien! —Jungkook frunció el ceño al notar que sonaba aliviada, cuando él hasta se detestaba por no poder presentarse—. No te preocupes por eso. ¿Te parece vernos luego? Yo debo estar presente.

—Está bien. Te esperaré en Art Deco, ¿sí?

—Sí, está bien. Te enviaré un mensaje.

—¿Rose?

—¿Sí?

«Te quiero»

Quería poder tener la valentía suficiente para poder pronunciar esas palabras, pero había algo que lo detenía, muy probablemente aquella voz en su cabeza que lo adelantaba a los hechos, haciéndole creer que Rose no podría aceptarlo como el tanto deseaba. 

Solo cerró los ojos a la vez que soltaba un suspiro.

—Qué descanses.

—Tú igual, Jungkook.

Rose colgó la llamada mientras él cerraba con fuerza los ojos, detestándose por no haber sido capaz de pronunciarlas, ya que quizás así hubiera confirmado si lo que creía se cumpliría.

—Idiota —murmuró para sí mismo, apartando el celular de su oreja.

—¡Hey! ¡¿Cómo te fue?! 

Abrió los ojos encontrándose con Oliver que tomaba el guion que había dejado en el mueble.

—¿Bien? —frunció el ceño—. No lo sé. Mañana hablaremos y me dirá su respuesta.

—¿Crees que será positiva?

—¿Cómo estás para mañana? —decidió cambiar el tema de conversación, notando una media sonrisa de su parte.

—¡Muy bien! Creo que haré un buen trabajo, aunque sí creo que ha escrito un personaje bastante complejo —explicó haciendo una mueca—. Quedamos sorprendidos con los demás del trabajo que hizo Rose. No era para nada lo que esperábamos. De hecho, no me convencía la idea y pensaba en hablarlo, pero al avanzar... Fue atrapante.

—¿Por qué? —indagó curioso—. Cuéntame de qué trata.

—Mañana lo verás. 

Jungkook desvió la mirada decidiendo inclinarse para apagar la luz del velador, evitando así que pudiera notar cómo se tensaba, ya que no se atrevió a decirle que no se presentaría.























(...)


















Por la tarde, Jungkook no había podido evitarlo, siguió su impulso. Ahora se encontraba entrando al auditorio, observando a los grupos de estudiantes como también familiares escoger los asientos. Si bien no se sentía listo para enfrentar a Marc, si algo había querido desde que se acercó a Rose fue saber lo que escribió, qué problemáticas decidió tocar, ya que recordaba que había dicho que no se concentró solamente en una como la depresión. Además, para él no poder estar presente era de alguna manera fallarle, y no solo a ella, sino también a Oliver, como a su grupo de amigos.

También quería poder esperar a la pelirroja allí, ir juntos a Art Deco mientras que durante el camino podrían hablar de cómo salió todo. Jungkook ya estaba planeando todo en su cabeza, pero la verdad es que temía cuál podría ser su decisión al sentir tanta distancia entre ambos. Una que antes las veces que no estaban bien, no sintió, y era todo por su asexualidad, por las palabras de Jimin que resonaban en su cabeza haciéndole temer más el quedarse solo por siempre al ser difícil de amar.

—Jungkook, hijo...—el escuchar esa voz y su muñeca ser tomada, se sorprendió, hasta que al bajar la mirada vio a su madre que estaba sentada—, ven. Siéntate con nosotros.

Tragó con dificultad al ver que a un lado de ella estaba Marc sentado, y a su lado un asiento vacío.

—Vamos. Toma asiento.

—Está bien.

Pasó con algo de dificultad por el poco espacio entre los asientos, y tomó asiento a un lado del hombre, sintiendo cómo la tensión comenzaba a aparecer.

—Habías dicho que no podías porque estarías ocupado, así que di por hecho que no vendrías —mencionó su madre, inclinándose hacia adelante y girando a verlo.

—Sí, bueno... Decidí tomarme la tarde para venir —explicó medio sonriendo falsamente.

—Es bueno que hayas decidido venir este año. Oliver se pondrá feliz.

Intentó ensanchar la sonrisa, volteando a ver hacia el frente notando cómo los demás asientos ya estaban ocupados y las luces se apagaron, alumbrando el escenario. Todavía no comenzaba, pero la tensión que había con su padrastro que tenía a su lado, lo tenía demasiado tenso, al punto de ignorar la joven que acababa de ocupar el asiento de su otro lado.

—Marc...—su voz salió algo débil, pero el hombre giró a verlo algo sorprendido—, quisiera disculparme...

—Está bien. Este no es un buen lugar para hacerlo, así que podríamos hablarlo tranquilos más tarde, ¿te parece? —Asintió—. No te preocupes, muchacho.

Al sentir un apretón en su hombro de parte de Marc, se relajó un poco, pero el reflector que se encendió apuntando hacia el escenario capturó su atención, más que nada al poder ver a Oliver.

La obra había comenzado.

Skylar —Oliver— tenía toda su atención, logrando despertar su curiosidad. Era muy extraño para él, pero el notar cómo parecía demasiado solitario a pesar de tener un mejor amigo, Phill —Alex—, y de todas maneras no sentirse comprendido, ni sentir que podría confiar plenamente en él al punto de no permitirle saber cuánto le afectaba lo que sucedía a su alrededor y la tristeza con la que cargaba, lo estaba haciendo empatizar demasiado. Y no solo eso. De alguna manera, Jungkook comenzaba a sentirse reflejado en él.

Ahora comenzaba a entender por qué Rose dijo que no se enfocaba solamente en la depresión, pues Skylar recibía comentarios homofóbicos. Pero no comprendía el por qué no parecía ser que tuviera sentimientos por uno de los chicos de su alrededor, ni siquiera por su único amigo. Estaba confundiéndolo demasiado.

«Eres desagradable»

«Qué desperdicio»

«¿Has oído los rumores de que cuando Enid quiso con él, salió huyendo? Ahora se entiende el por qué»

Al escuchar eso, no pudo evitar tensarse, ya que los recuerdos lo invadían. Y no se encontraba de esa manera porque cuando leyó los comentarios que pusieron en el post le afectaron, sino por la gran coincidencia.

—¿Si es gay por qué no solo lo dice? —preguntó el amigo que estaba sentado junto a la joven que estaba al lado de Jungkook.

—No creo que sea gay, Cillian —opinó llamando la atención del pelinegro—. No ha mostrado ninguna señal de que lo sea.

—Pero ¿no se trata de eso?

—No. Creo que hay algo más.

—¿Qué cosa?

—No lo sé. Déjame prestar atención —exigió frustrada.

Cada segundo se sentía más tenso, volviendo la mirada al escenario, sin saber por qué hasta sus latidos parecían estarse acelerando y un miedo lo invadía.

No podía ser lo que estaba comenzando a creer.

Tenía que estar volviéndose paranoico.

Pero lo que tanto había comenzado a temer, sucedió. Skylar había encontrado gracias a un blog información sobre la asexualidad.

—¿Asexual? ¿Qué rayos se supone que es eso? —preguntó Marc.

—No lo sé, cariño. Ya sabes cómo son los jóvenes que no dejan de crear más y más ese tipo de cosas.

—¿Qué estupidez es esa? —preguntó uno de los jóvenes sentado detrás de él.

—¿Eso acaso existe?

—Seguro se cree eso porque no tuvo un buen sexo —carcajeó.

Escuchar los comentarios, no solo de las personas que estaban sentadas a su alrededor, sino también que recibía Skylar, logró que sus latidos se aceleraran, que se sintiera sudar frío. Parecía estar ahogándose al punto de que no era capaz de pensar con claridad, por lo que se levantó bruscamente llamando la atención de quienes estaban a su alrededor.

—¿Jungkook...?

Marc quiso hablar, pero se apresuró a intentar pasar de forma torpe entre los asientos con la intención de salir, llegando a tropezarse con sus propios pies.

—Jungkook, hijo, ¿a dónde...?

Su madre quiso tomarlo del brazo, pero apresuró su paso mientras llevaba la mano a su pecho, queriendo salir lo más pronto posible de la instalación, aunque su visión estuviera tornándose nublada.



















(...)

















Rose creía que podría relajarse, pero se encontraba tras bastidores observándolos actuar, sintiéndose demasiado nerviosa de cómo podría salir todo y qué podría entender el público. Estaba tan nerviosa aun cuando le había aliviado saber en la noche que Jungkook no estaría en el público, lo que antes la tenía algo alterada, haciéndole arrepentir por haberlo utilizado de alguna manera. Pero es que cuando se dio cuenta de lo que podría provocar, ya era algo tarde al tener la fecha cerca, aunque le hizo algunos cambios.

Rose lo que había buscado con ese guion fue mostrar cómo afectaba psicológicamente a Skylar, llegando a la depresión y ansiedad por el hecho de que en su juventud no encontrase su identidad, llevando tanto tiempo sintiéndose "raro" al notar que no parecía encajar como los demás lo hacían que compartían hasta pensamientos como experiencias. La forma en que ante la sospecha de que podría ser homosexual, hacía que recibiera constantes burlas y comentarios homofóbicos, aún en pleno siglo XXI. Y encontrando la respuesta, la lucha contra la vergüenza de su identidad, ya que la sociedad parecía tener la noción de "la ausencia de experiencias sexuales o deseo sexual, puede ser visto como algo negativo, como una carencia, una expresión de lo incompleto de un ser humano."

Podría simplemente el personaje dar la enseñanza de "soy lo que soy y no hay nada de malo con ello", pero quería demostrar cómo el hecho de que la información sobre la asexualidad empezara a aparecer en los medios alrededor de los últimos diez años, y nunca de gran manera, hacía que gran parte de la población aún no tuviera idea de lo que es la asexualidad, significando también que muchos asexuales no sepan que solo tienen una orientación diferente, que no deben sentirse raros, confusos, solos, deprimidos, enfermos o intentar buscar alguna cura. Aquella comunidad tenía que enfrentar prejuicios, tanto de la política, sociedad, siendo a menudo hasta rechazados por la comunidad LGTBIQ+ por pensar que en realidad solo son homosexuales reprimidos, siendo también la asexualidad reagrupada como abstinentes o célibes y solteros.

Es fácil pensar que un hombre asexual puede ser "impotente" y una mujer "frígida", que no es natural no sentir deseo sexual, por lo que debe haber algo mal, causado por un desequilibrio hormonal, al vivir en una sociedad hipersexualizada, demostrando cuántas personas creen que el sexo es una necesidad biológica de la misma importancia que la comida y el agua. Llevando eso a que las personas asexuales busquen una "cura" en psicólogos y médicos, volviéndose las instituciones públicas y privadas de la salud quienes someten a personas asexuales a terapias hormonales o de conversión. Pues, la normatividad sexual es una construcción que impacta a la sociedad en conjunto, invalidando así la posibilidad de no sentir atracción sexual o sentir muy poca, y dejando a la comunidad como personas deficientes, rotas o que padecen de alguna enfermedad mental o fueron abusadas sexualmente.

Por esa misma razón, Rose se inspiró tanto, deseando que pudieran informarse y hasta comprender a lo que quería llegar. Pero claro que sabía que algunos pensamientos y actitudes son difíciles de romper, más en los adultos. Pues, los estereotipos de lo que es correcto e incorrecto, de lo bueno y malo vienen con nosotros desde pequeños.

Su celular vibró en el bolsillo de su chaqueta, lo que hizo que lo tomara pensando si acaso se trataba de Jungkook, cuando aún faltaba la mitad de la obra, pero al ver que era su amiga, Anais, se desconcertó.

Anais

Oye, dijiste que Jungkook no vendría, pero creo que acabo de verlo salir.

Parecía demasiado alterado.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Rose, haciéndola actuar de forma impulsiva al marcharse, escuchando cómo su primo al que le tocaba otra escena, la llamaba.

Lo buscaba por el pasillo, marcando su número una y otra vez, pero al estar demasiado histérica decidió salir sintiendo la brisa fresca. Caminaba mirando a su alrededor, buscándolo con la mirada, hasta que en uno de los tantos árboles logró visualizar a un joven que estaba apoyado en este, inclinado hacia adelante.
No dudó ni un segundo en acercarse, preocupándose al notar cómo tenía una mano en su pecho y parecía tener dificultades para respirar, mientras que algunos sollozos escapaban de su garganta.

—¡Jungkook! —exclamó acercándose, llevando la mano a su espalda—. ¡¿Estás bien?! ¡¿Qué sucede?!

—¡No me toques! —gritó apartándose bruscamente, logrando perder el equilibrio por un momento al alejarse, pero luego la observó con su rostro algo enrojecido y empapado de lágrimas—. No puedo creer lo que me hiciste. Jason tenía razón, pero decidí confiar en ti como un ingenuo.

Aquello la desconcertó por completo, por lo que arrugó la frente.

—¿D-de qué hablas? ¿Hablaste con Jason? No entiendo...

—¡Él me dijo que yo no te interesaba en realidad, que solo estabas utilizándome! ¡Y aun así decidí confiar en ti! Me abrí contigo por amor —expresó con un hilo de voz—. Y mira lo que hiciste, Rose.

—No. Yo no te utilicé. Solo quería...

—¡Me expusiste frente a todos! ¡Usaste lo que tanto me daba vergüenza y miedo de decirte para enseñárselo a todos!

—L-lo siento.

—¿Cómo pudiste hacerme esto? —preguntó cubriéndose el rostro con una mano, comenzando a sollozar—. Me utilizaste.

—No, no, no. En verdad yo no te utilicé —aseguró desesperada, acercándose cautelosamente—. Si bien al principio mi interés por ti fue porque me inspirabas, no te utilicé, Jungkook. Perdóname...

—Deja tus mediocres disculpas —masculló alejándose—. Nadie... Nadie me lastimó tanto como tú, Rose.

Jungkook volteó para comenzar a caminar, apresurando su paso, a pesar de que no podía dejar de llorar, lo que hizo que la desesperación la invadiera. Pues, ella pensaba explicarle lo que escribió y lo que fue la obra cuando se vieran en Art Deco, esperando que pudieran hablarlo con tranquilidad, y quizás, él la entendiera. Pero ahora todo había acabado mal, y no sabía cómo aceptarlo.

—¡Jungkook! ¡No te vayas! ¡Escúchame, por favor! ¡Jungkook!

Rose se apresuró a alcanzarlo rogándole que la escuchara, tirando de su suéter mientras él continuaba con dificultad su camino, apartando bruscamente sus manos, provocando que perdiera el equilibrio y cayera al césped. Jungkook se detuvo girando a verla, sollozando por lo bajo, por lo que ella con sus lágrimas brotando lo observó con algo de esperanza, ignorando lo sucedido.

—Por favor, escúchame...

Pero tan solo retomó su camino, alejándose a paso apresurado mientras la pelirroja rompía en llanto cubriéndose los labios con la mano.

Jungkook había imaginado cómo podría ser su despedida cuando ella rechazara la oportunidad de estar juntos, pero no se esperó para nada que fuera de esa manera y provocándole más dolor del necesario. Se preguntaba cómo pudo haber sido capaz de hacer lo único que rogaba que no hiciera, teniendo que ahora darle la razón a Jason al darse cuenta de que fue utilizado y expuso lo que tanto miedo tenía que pudieran saber de él. Pensaba que después de todo fue imprudencia de él enseñarle el punto dónde podría herirlo como nadie lo hizo. Ahora reaccionaba que había sido estupidez, inocencia, incoherencia confiar y creer en ella y su amor.

Después de todo, había sido una despedida mediocre, tanto como sus disculpas y el miserable vínculo que tenían que él creyó como ingenuo que era tan especial y duradero.
















(...)
















El inmenso vacío estaba de vuelta, como las noches de insomnio donde el dolor hueco hacía su aparición, tocando la puerta, esperando que ceda. El dolor crecía, se sentía perdido mientras la soledad lo abrumaba y no creía que algún día cesaría, menos con aquel silencio que le dificultaba el dejar de pensar, controlar sus emociones. Todo le hacía sentirse tan vulnerable, tan difícil de pertenecer a un lugar y ser amado, escuchando cómo siempre esperan algo más, ignorando el golpe de realidad.

Estaba cayendo profundo.

Necesitaba que algo bueno se quedara en su vida por primera vez, aferrarse a una esperanza de que podría mejorar. O mejor aún, otra vida donde no tuviera que cargar el peso heredado de ser él. Una donde pudiera sentirse normal y comprendido, donde tuviera la esperanza de poder ser amado.

La única persona que sabía lo sucedido era Jimin, como siempre. 

Oliver había llegado por la noche, cuando él estaba en posición fetal cubierto por la manta, y las lágrimas ya habían cesado. Su hermanastro quería comentarle cómo salió todo, sin tocar el tema de por qué pudo haberse ido, algo que supo por sus padres. Jungkook no quería saber nada, pero pudo escuchar que a las personas pareció gustarles y hasta se vieron interesados en debatir. Y al notar que no parecía querer hablar, solo dijo que le enviaría el video.

Ni siquiera quiso verlo, pero antes de borrarlo, pensó en enviárselo a Jimin. Para su sorpresa, no reaccionó como esperaba, lo cual detestó al querer ser comprendido por él, pero es que su amigo no había visto algo malo. Al contrario, parecía haber provocado mucho en él al haberle hecho revivir algunos momentos. Parecía hasta contento de que con aquella obra abriera paso al conocimiento de una orientación casi invisible, tan poco común y confusa, que seguía oculta por el temor de la incomprensión social. Y eso los llevó a una discusión de un par de minutos.

Lo llevó a sobrepensar demasiado en la situación, pero a la misma vez, aunque intentase reprimirlo, era como si renaciera una pequeña esperanza. Prefería por mucho pensar en lo que podría significar para ella, que pensar en todo el dolor que le provocó aún sabiendo todo lo que significaba para él, volviéndose algo mediocre el vínculo que creyó que tenían y ya no existía. 

Y durante una noche, su celular vibró. 

Aunque no creía tener fuerza alguna, lo tomó, sintiendo cómo su corazón volvía a latir de manera especial al ver que se trataba de una notificación de Rose por "Youth Connection". Pues, ya no tenía esperanza alguna de que intentase buscarlo para resolver la situación o para disculparse, a pesar de que se decía que no quería saber más sobre ella.

rosecarell

Hola.

Lamento haber tardado tanto en volver a escribirte.

Al leer esos mensajes los nervios lo invadieron, haciéndole preguntarse una y otra vez si debía contestarle y qué debería escribirle.

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyz

Hola.

¿Estás bien?

rosecarell

¿Tú lo estás?

Jungkook frunció el ceño ante la confusión que le provocaba su pregunta.

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyz

¿Por qué no lo estaría?

 rosecarell

No lo sé.

Yo no lo estoy.

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyz

¿Por qué?

Tragó con dificultad esperando su respuesta mientras movía su pierna de arriba abajo, preguntándose si acaso podría ser su motivo de no estar bien, como ella era el suyo. De alguna manera quería serlo, porque así podría llegar a significar que podría importarle aunque sea un poco.

rosecarell

¿Me podrías dar un consejo?

Mi única amiga no es muy buena y no tengo con quién hablarlo.

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyz

¿Necesitas hablar?

rosecarell

Sí.

Y tú pareces decir lo que piensas sin que te importe nada, así que me vendría bien que fueras tú quien me escuche.

Tomó una bocanada de aire profunda como si eso le ayudara también a tener el valor necesario para escribir lo siguiente.

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyz

¿Te gustaría que fuera en persona?

rosecarell

Pero si tú no quieres ni decirme tu nombre jajaja

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyz

¿Te gustaría verme en persona?

rosecarell

¿En verdad voy a poder saber quién eres?

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyz

¿Entonces?

rosecarell

¿Cuándo?

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyz

¿Cuándo puedes tú?

rosecarell

¿Mañana?

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyzc

¿En dónde?

rosecarell

¿Conoces el café Art Deco?

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyzc

¿Hora?

rosecarell

Creo que estaré libre a partir de las 7PM.

abcdefghi_lmnopqrstuvwxyzc

Te veo mañana, Rose.

Descansa.

Esos fueron los mensajes de la noche anterior. Jungkook, en realidad, no estaba seguro de querer volverla a ver, pero quería aferrarse a esa pequeña esperanza de que pudiera borrar ese dolor tan intenso, convencerlo de que podría estar bien, aunque no sabía qué era en su vida después de que lo que hizo y cómo no volvió a buscarlo. Si era algo o no era nada. Si era ganas o solo una mentira. No sabía qué fue, qué era o qué sería.
En los días que pasaron había llegado a pensar que si ocultaba esos sentimientos, aferrándose a ese dolor provocado como su único aliado, podría ser más fácil olvidarla. Pero aquellas palabras de Jimin lograron que se replanteara si solo tendría más fuerza para callar a su corazón o sería más fuerte para aun así admitir que seguía queriéndola.

El cielo estaba oscureciendo mientras Jungkook estaba sentado, moviendo su pierna de arriba abajo sin quitar los ojos de la puerta, esperando que Rose entrara por allí. Tan solo eran las 07:05 PM y ya temía que no llegara o que supiera que se tratara de él en realidad y por eso no apareciera. Muchas ideas aparecían en su cabeza, olvidándose por completo lo que empezaría diciendo.

Al escuchar las campanas, su corazón volvió a latir de manera especial, observando a aquella pelirroja que miraba a su alrededor buscando a quién podría ser la persona detrás de ese usuario extraño. Y cuándo sus miradas por fin se conectaron, se levantó torpemente. Pues, si bien cuando la veía pasar solo veía una joven normal, su corazón palpitaba a tal punto que tenía el impulso de correr a sus brazos y decirle "Llevo días esperándote".

Su respiración estaba volviéndose pesada, esperando alguna reacción por parte de Rose, pero una voz masculina llamó su atención. Se trataba, como siempre, de Saul, por lo que ella se acercó a la barra mientras Jungkook sentía cómo la decepción lo invadía, haciéndole empuñar las manos.

Mientras tanto, Rose saludaba a Saul, intentando actuar con normalidad aunque tuviese sentimientos encontrados.

—¿No ha venido ningún otro chico que espere a alguien?

—Solo él. Como ves, los demás ya tienen acompañante.

Rose suspiró frustrada mientras Saul presionaba los labios. Volvió a dirigir su mirada a Jungkook, notando cómo parecía continuar esperándola, lo que hizo que su corazón diera un vuelco. Si bien ya tenía grandes sospechas desde que fue la primera vez a su departamento, observando su estantería, como también su forma de dar la reseña, que podría ser aquel usuario extraño, el hecho de que la noche anterior le dijera de verse, hizo que llegara a creer que pudo haberse confundido. Pero, ahora, al verlo y confirmar que sí era, no le sentaba bien cuando lo que quería era desahogarse y recibir algún buen consejo para saber si su decisión era correcta.

Tomando una temblorosa bocanada de aire, volvió a hablar.

—Te veo otro día, Saul.

—Oh, está bien. Adiós, Rosie.

Y así volteó para caminar hacia la salida, cerrando la puerta tras su espalda mientras se detestaba por la decisión tomada, intentando reprimir sus emociones para no arrepentirse al alejarse cada vez más.

—¡Rose!

Esa voz, a pesar de lo que intentaba reprimir, hizo que se detuviera al instante.

—¡Rose! —esta vez su voz sonó más cerca, sintiendo segundos después cómo era tomada del brazo, logrando que volteara aunque siguiera cabizbaja—. ¿P-por qué te fuiste así?

Podía escuchar su voz agitada, subiendo lentamente la mirada, observando su pecho que subía y bajaba por haber tenido que correr.

—Porque eres tú.

—¿Querías que se tratara de alguien más?

—Quería poder hablar con otra persona.

—¿Me odias? —preguntó angustiado.

Rose subió la mirada a su rostro notando sus ojos brillosos por las lágrimas contenidas, provocando una punzada en su pecho al pensar que tan solo seguía lastimándolo, aun cuando lo que quería era evitarlo.

—Por eso me expusiste de esa forma, por eso no me buscaste... porque me odias, ¿verdad?

Jungkook llevaba tiempo intentando dejar de reprimir sus emociones, liberarlas y poder comprenderlas como sentirlas. Pero, en ese momento, era como si otra vez se les estuviera saliendo de las manos ante el temor de que ese fuera el fin entre los dos, cuando creyó que había una posibilidad de arreglarlo todo y desaparecer también su dolor. Tenía miedo. Tenía ansiedad.

—No te odio, Jungkook.

No podía comprender que llegara a esa conclusión, y aunque pensara que lo mejor era distanciarse, tampoco quería que creyera algo así.

—Me importas y te quiero —aseguró tomando su mano que anteriormente la tenía en su brazo.

—¿Si tanto te importo y me quieres, por qué estás lastimándome así?

—Lo menos que quiero es provocarte dolor, pero ya lo hice al inspirarme en ti, aunque no buscaba exponerte, sino que pudieran comprender y tú llegues a aceptarte —explicó frustrada—. Pero sé que en realidad te herí e hice sentir utilizado, que si me buscas, no es porque me hayas perdonado, sino...

—Puedo perdonarte —aseguró rápidamente—. Puedo hacerlo porque... Porque te quiero, Rose.

—No lo comprendes.

—¡Lo haré!

—No me refiero solo a eso.

—Rose, lo único que quiero es que estemos juntos otra vez.

—Jungkook...—su voz salió con un ligero temblor mientras se acercaba más a él, tragando con dificultad al ver la desesperación en su mirada y en cómo parecía temblar a la vez que sus lágrimas brotaban—, lo que iba a decirte esa tarde, te lo diré ahora. Te quiero. En verdad me gustas como no tienes una idea. Pero... así como me gustas, tampoco sería capaz de forzarte a algo que no quieras hacer. No hay nada que me gustaría más que poder estar contigo, pero te comprendo, como también mis necesidades en una relación, así que no podría estar contigo en una.

Las lágrimas brotaban sin parar mientras Jungkook parecía haber olvidado cómo se respiraba y el latido de su pecho dolía, estaba sofocándolo, apretándolo.

—¡No, no, no! —exclamó negando con la cabeza, apartando su mano para tomarla de los brazos, provocando que soltara un jadeo por la sorpresa—. ¡Podemos hacerlo funcionar!

—¡No te forzaré a hacer algo que no quieres!

—¡No lo harás!

Rose se soltó, deseando que pudiera reaccionar, pero es que él solo podía sentir odio hacia sí mismo por creerse el problema de que no pudiera funcionar lo que quería junto a ella.

—Comprendelo. No hagas esto.

—Lo aceptaré —habló con la voz ahogada y cabizbajo mientras ella fruncía el ceño sintiendo cómo volvía a tomarla del brazo como si temiera que se marchara—. Estemos juntos, y aceptaré que estés con alguien más que pueda satisfacerte de esa manera. Pero, por favor... solo no te enamores de esa persona y quédate conmigo. Por favor, Rose.

Sus ojos estaban abiertos de par en par mientras la indignación la invadía, aún notando el desespero y temor de Jungkook que sollozaba cabizbajo, aferrándose a su brazo.

—¡¿Cómo carajos puedes decir algo así?! —preguntó apartándose de forma brusca, por lo que él retrocedió casi chocando contra la pared que estaba detrás—. ¿Cómo puedes creer que aceptaría algo como eso? ¡Jamás podría hacerlo!

Solo podía sollozar desconsolado, cubriéndose el rostro con una de las manos, sin saber qué hacer con todo el dolor que invadía cada parte de su cuerpo al saber que lo había arruinado mucho más y ahora solo le quedaría aceptar que ya no formaría parte de su vida.

—Lo siento...—musitó sintiéndose tan débil que se colocó en cuclillas, aunque acabó cayendo mientras su espalda se apoyaba contra la pared—. Lo siento, lo siento.

Rose sentía una opresión en la garganta, en el estómago y hasta en su corazón al verlo de esa manera, olvidándose por completo de la indignación que pudo haberle provocado segundos atrás. Solo se colocó a su lado, pasando los brazos alrededor de él que se inclinó hacia su lado, apoyando la cabeza en su pecho, mientras Rose se preguntaba cómo podría calmar su dolor.

—Necesitas ayuda, Jungkook —murmuró acariciando su cabello—. Necesitas aceptarte, aprender a quererte.

Podía sentirlo asentir mientras sollozaba por lo bajo.

—La buscaré —confirmó con la voz ahogada, pasando uno de los brazos por su cuerpo, aferrándose—. Pero mientras aprendo a aceptarme y a quererme, ¿puedes quedarte a mi lado? —sollozó mientras ella se sorprendía ante su pregunta—. Por favor, Rose.

—Está bien —aceptó con suavidad, continuando con sus caricias—. Lo haré. Me quedaré a tu lado el tiempo que quieras.

Jungkook volvió a sollozar, pero esta vez, de alguna manera, aliviado. Y es que, por más que quisiera ignorarlo, sabía que ya había tocado fondo, que estaba demasiado perdido, que no podía con aquel odio que parecía crecer hacia sí mismo. Así que, si quería salir de aquel hoyo sin fin, debía buscar ayuda y la forma de arreglarse a sí mismo como también de aceptarse.

¡Hola!

Por todo lo sucedido que hizo que también ustedes pudieran conocer a más profundidad a Jungkook en cuanto a su niñez, sentí que era necesario que en este capítulo final tan extenso él tocara fondo y aceptara buscar ayuda, ¿qué les pareció a ustedes? ¿Se esperaban todo lo que sucedió? ¿Qué esperan del Epílogo? ¿Cómo creen que termine la historia?

Espero que les haya gustado, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto en el Epílogo!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro