Bestia de ojos de azules

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Cuando Jungkook me arrojaba puertas adentro, por poco y utilizaba mi superioridad sobre él para mandarlo a la mierda.

No sé por qué no lo hice antes.

— ¿Qué sucede? —la voz de Lisa sonaba preocupada a la distancia mientras llegaba a la sala.

A la distancia y con dientes apretados para evitar hacer una escena, veía como mis hombres entraban a la chica que había rescatado. O mejor dicho, que SeokJin había rescatado y puesto a salvo en mi auto.

—Llevenla a la habitación, estaré con ella en un momento —decía la hechicera.

La chica todavía sonreía como si estuviera bajo la droga más fuerte.

Lisa la miraba con ceño fruncido—. ¿Está bajo los efectos de una mordida o-...?

—Bajo el encantamiento de un vampiro —mencionaba Jungkook.

Lisa nos observaba, mientras mi amigo me miraba como si quisiera matarme y yo me quitaba la chaqueta que sentía, me estaba cortando la maldita respiración.

— ¿Atraparon al líder?

—No —respondía yo mismo con un gruñido.

— ¿Qué pasa con ustedes? —preguntaba nuevamente Lisa.

—TaeHyung está delirando —respondía Jungkook.

— ¡Cierra la maldita boca! —ordenaba con un grito que sonaba más fuerte de lo que hubiera deseado realmente—. No estoy delirando

— ¡Él no estaba ahí, Tae! —aseguraba mi amigo.

— ¡Sí lo estaba! ¡Yo lo ví! —mis manos no pedían permiso cuando tomaban el cuello de la chaqueta de Jungkook y lo estampaba a la pared más cercana—. Tendrías que haberme dejado ir por él —susurraba entre dientes.

Lisa se acercaba con cautela, ciertamente no era la primera pelea que pudiera llegar a presenciar entre ambos. Admiraba la paz que tenía, nos miraba como si fuéramos niños con demasiada azúcar en la sangre.

— ¿De que están hablando? Si pueden jodidamente iluminarme y dejar de gritar cuando tenemos una humana recientemente rescatada y un poco dopada —decía con calma.

Jungkook apretaba su mandíbula y suspiraba, tiraba de su cabello hacia atrás—habia crecido bastante en ese tiempo— y me miraba como si quiera estrangularme. No sería la primera vez, me estaba acostumbrando a que me mirara tan mal, pero no me empujaba, mis manos aún seguían aferradas al cuello de su chaqueta.

—TaeHyung aquí, creé-...

—No lo creo, maldita sea —interrumpía entre dientes, mientras lo empujaba y golpeaba contra la pared sin hacerle verdadero daño.

— ¿Entonces por qué diablos no sentí su olor, eh? —me provocaba.

—No lo sé, quizás ya no sirvas. ¡Pero yo lo ví! Él incluso me habló

— ¿De quién están hablando? —cuestionaba Lisa.

"SeokJin" decíamos al unisono, probablemente la única vez en mucho tiempo que estábamos en sincronía.

Los ojos de la bruja no podían abrirse aún más, bueno eso creía, porque quedaba totalmente descolocada.

— ¿Lo viste? —preguntaba en un susurro. Yo asentía—. ¿Estás completamente seguro?

— No, no lo está —se metía Jungkook—. Él probablemente lo alucinó

—No lo hice, imbécil —respondía, soltandolo finalmente y alejándome de él—. ¿Cómo explicas haber perdido al líder?

— ¿Qué? ¿Perdieron a Ackles? —preguntaba Lisa.

Jungkook resoplaba—. Kim lo perdió.

—No lo perdí, Jin se lo llevó.

—Ya para —pedía Jungkook.

Parte de mí quería golpearlo, otra parte lo entendía. Me había visto hecho mierda y había tenido sueños lúcidos de SeokJin volviendo. Más de una vez me había despertado desorientado y creyendo que lo había visto por ahí, pero sólo eran mis ganas. Mis sueños o pesadillas.

—Jungkook —susurraba Lisa, callándolo por mí—. ¿No sentiste su olor?

Jungkook la miraba y negaba—. No, para nada. Él no estuvo ahí, no había huellas y tú perdiste al imbécil de Ackles —decía señalándome.

Lisa hacía una mueca—. ¿Y el rastro del líder? Si TaeHyung lo perdió, tendrías que haber sentido su aroma a distancia al menos —mencionaba.

Jungkook abría la boca y volvía a cerrarla. No tenía respuesta mientras que yo esperaba por una, ansioso.

—Yo no-... —suspiraba frustrado—. Tampoco sentí su olor.

Estaba a punto de decir algo cuando unos golpes resonaban en mi puerta. Camino a ella la abría para encontrar a uno de mis hombres.

— ¿Kwon?

—Kim, tengo el vídeo de las cámaras más cercanas al lugar que me pediste  —mencionaba entregándome una memoria—. Definitivamente alguien o algo se lo llevó —exclamaba—. No hay una gran vista al respecto, pero toda prueba está ahí y dejamos el historial limpió.

Asintiendo con la ansiedad en mi garganta, tomaba la memoria para irme directo al cuarto de operaciones, a lo lejos podía escuchar la voz irónica de Jungkook agradeciendo a Kwon por mí.

Sí, fui un jodido patán al no decir nada y sólo meterme en mis asuntos para revisar esa memoria, pero no puedo pensar cuando se trata de SeokJin y sé que era él. Para cuándo tenía todo más que listo para revisar las pruebas, escuchaba pasos y sabía de antemano que Lisa y Jungkook venían a mi encuentro.

— ¿Y? —decía Jungkook de forma hostil.

Luego escuchaba un golpe y sabía que era Lisa poniéndolo en su lugar.

—No tienen trece, comportense

—Yo no hice nada —respondía, luego apretaba los dientes y sí, ciertamente parecíamos tener trece.

Luego de suspirar y adelantar el vídeo, Lisa pregunta—. ¿Cuándo se supone que lo ves?

Sentía a ambos a cada lado de mi cuerpo, viendo atentamente el vídeo conmigo.

—Aquí, se supone que voy a golpearlo, pero-... —las palabras mueren en mi boca cuando notamos la ráfaga de un espectro llevándoselo a una velocidad aterradora.

Quedábamos sumidos en un silencio tenso y algo aterrador, porque aquello que se veía en ese vídeo, era nuestra culpa, nuestra responsabilidad.

—Es más rápido que un vampiro normal —susurraba Lisa finalmente.

—Mmhhpm... —tarareaba sin habla y luego ahí estaba, detrás de mí. Inclinandome, deseaba poder poner el suficiente zoom al vídeo para poder verlo como queria, pero su rostro estaba escondido al lado del mío.

Recordaba su voz grave pero suave y sus dientes mordiendo mi lóbulo. Sus labios pegados a esa parte de mi cuerpo que incluso ahora, después de ese momento, lograban que un escalofríos me recorriera nuevamente ante la placentera sensación.

«Incluso ahora te estás poniendo caliente de nuevo» pensaba Jungkook a mi lado, por lo que giraba levemente mi rostro y deseaba fulminarlo literalmente con la mirada, él sólo hacía una mueca clara de "Tengo razón".

—Su cabello es rubio —decía Lisa, sacándome de mi ensoñación y enojo—. Obvia razón por la cual buscar a un vampiro recién convertido de cabello oscuro, no nos dió resultado alguno entre el mundo de las tinieblas.

— Él sabía que lo buscaría —susurraba.

—Claramente no quería ser encontrado —mencionaba Jungkook, mirando en mi dirección como diciendo "Te lo dije".

— ¿Qué se suponía que hiciera, sabelotodo? —le soltaba en la cara. Sólo una respuesta provocativa y Jungkook recibiría la furia que me recorría como espeso veneno a través de la sangre—. ¿Qué lo abandonará? —le propiciaba un empujón—. ¡¿Qué me olvidara que fue mi maldita culpa su muerte y su transformación?! —un empujón más y Jungkook perdía el equilibrio, pero no se caía.

La furia en su rostro y sus ojos rojos lo llevaban a transformar su rostro en la criatura diabólica que era, él también, por mi culpa. Recordándome que cometí el mismo error dos veces, arruinando dos vidas por mi egoísmo de mantenerlos conmigo y no alejarme por el bienestar de ambos.

— ¡Deja de culparte! ¡Eso es lo que quiero! —soltaba en mi rostro—. ¡Simplemente sucedió! No es tu culpa y si él decidió irse, deberías soltarlo

— ¿Soltarlo? —le replicaba—. Ni siquiera te solté a ti ¿Cómo podría hacerlo con él? ¡Tu estado actual y el suyo es completamente mi culpa! ¡Repetí la misma historia!

— Si estaba escrito de esa forma ¡No había nada que pudiera hacer! ¿No lo entiendes? Deja de ser tan imbécil ¡Él no quiere ser encontrado!

— ¿Tú qué mierda puedes saber al respecto? —soltaba furioso, me estaba cabreando su forma de pensar—. Jamás te deje sólo, me tuviste contigo todo el tiempo

— ¡Yo no te necesitaba! —me gritaba con furia—. Hubiera deseado desaparecer si fuera posible. Lo entiendo totalmente a él. Yo no te necesitaba cuidándome, necesitaba cometer errores, saber que mierda era y cuál era el punto de mi existencia. ¡Necesitaba que me soltarás para entenderlo!

El silencio reinaba en la habitación luego de las palabras de Jungkook hacia a mí. Años, largos años en los que había guardado aquello sin decir nada y recién ahora lo soltaba. Posiblemente ignore el hecho de que nadie entendería mejor a SeokJin que mi único y mejor amigo. Un hombre al que su humanidad fue arrebatada sin previo aviso.

Alguien que no había elegido ser lo que era, sino que yo no pude evitar aferrarme a él, como me había aferrado a SeokJin.

—No te guardo rencor —susurraba Jungkook—. Pero tienes que dejarlo hacer su camino hasta que decida que quiere volver a ti. Sé que tu relación con él no es la misma que conmigo —decía poco a poco, cambiando nuevamente a ese rostro que le había dado varias conquistas, no el monstruo al que lo había convertido—. Tú me ayudaste a vengarme, él no necesita tu ayuda. Él está forjando su propio camino y tú tienes que simplemente lidiar con eso. Hay un trabajo que hacer y has estado distraído por meses y nos ha valido un par de vidas ya ¿Quién más tiene que pagar hasta que saques tu cabeza del culo?

Y nuevamente, sentía que sólo Jungkook sabía como cerrarme la maldita boca. No era la primera vez que teníamos esta charla en todos estos meses, pero era la primera vez que él se comparaba a SeokJin. Aún así, la culpa siempre me va a recorrer por haberlos puestos en la posición en que los puse.

—Creo que aplica el famoso "Si fue tuyo volverá y si no, nunca lo fue"  o algo así —soltaba con una mueca que hacía que el nudo en mi estómago se aflojara sólo un poco.

Luego de un momento en silencio, de pensar y recapacitar en sus palabras, exclamé—. Entiendo todo lo que dijiste y me he cansado de pedirte perdón infinitas veces y sabes que siempre me sentiré en deuda contigo —Jungkook suspiraba ante mis palabras—. Entiendo que debería soltarlo, pero hay dos vampiros den allá afuera y son básicamente mi responsabilidad. Especialmente un neofito como SeokJin —apretando mis dientes largaba el aire retenido por mi nariz, mi pulso poco había desacelerado—. No puedo soltarlo. Es mi deber encontrarlo y guiarlo. Sé que tiene su propia venganza, pero va de la mano con la mía. Arruiné su vida desde el primer día en que lo conocí, no puedo cambiar eso, pero no voy a soltarlo. No puedo y no lo haré.

Tanto Lisa como Jungkook suspiraban a la par, ninguno decía nada hasta que la única mujer en la habitación tomaba la palabra.

—Bien, ya que ambos bajaron el tono de su voz y eso cuenta como reconciliación en su retorcida amistad —añadía mirando a Jungkook—. Estoy con TaeHyung en esto, soltar a SeokJin no es una opción. Hay caos en el mundo de las tinieblas desde su transformación y fue culpa nuestra que se saliera de las manos. La muerte de Rose recae en manos de todos —mencionaba—. Y la transformación de SeokJin fue un descuido de todos también —me miraba fijamente—. Ahora que repartimos la culpa, lo que deberiamos averiguar es quien carajos es el líder de este nido para SeokJin. ¿Qué se supone que quiere con Ackles? ¿Qué no vimos en su historial quenpueda interesar a SeokJin?

Tenía nuestra atención.

—Es lo que estaba pensando —respondía—. Me estoy debatiendo entre si lo salvó de mí, a mí de él o quiere algo de Ackles que no sabemos.

Jungkook asentía—. Claramente hay una conexión ahí y como es jodidamente difícil saber que fue de SeokJin en este tiempo, podríamos empezar por revolver los asuntos ocultos del líder del nido. Evan Ackles... Debe haber algo allí que hizo a SeokJin ir en busca de él y... No quiero ser una mierda, pero dudo que SeokJin este asaltando nidos por su cuenta para salvar a personas sólo porque fue humano alguna vez.

Sus palabras habían sido en susurro mientras me miraba con una disculpa en sus ojos de venado.

—Sí —exclamaba viéndolo—. No creo que su objetivo haya sido salvar a la chica del líder o al líder de mí. Creo que el tal Evan, siempre fue su objetivo —apretando mis dientes y cruzando mis brazos lanzaba la interrogante—. Como bien dijo Lisa, la pregunta es por qué o para qué lo necesita.

—Bestia ojos de cielo ¿Eres tú, cierto?

Su voz era tan irritante. Me habían dicho que era un maldito boquifloja, narcisista con poco tacto, pésimo para cubrir sus huellas y el hecho de que yo pudiera encontrarlo e incluso TaeHyung, daba razón a lo que me habían dicho él.

Me estaba tomando mi tiempo para pensar en su tortura si no respondía a mis preguntas cuando sentía su olor a unos pasos de distancia.

— ¿Qué vas a hacer con él si no tiene la información que quieres? —la voz de Jimin resonaba a los lejos, en un susurro.

Giraba sobre mis pies y me dirigía hacia él para sacarlo de la habitación tomando fuertemente su brazo.

—Te dije que no vinieras aquí hoy —susurraba entre dientes.

Jimin ponía sus ojos de borregos y hacía un puchero con sus labios—. Pero quería verte.

Apretando mis dientes, largaba el aire por mi nariz. Este chico nunca entendería. Era una maldita garrapata que necesitaba constante atención y pese a que me gustaba dársela y sentir el calor de su cuerpo, esta noche no lo necesitaba. Tampoco lo quería.

—Tengo a un maldito vampiro en el sótano que probablemente ya pueda olerte —le respondía—. No sé cómo carajos sobreviviste tanto tiempo en este mundo solo y metiéndote dónde no debes, pero por un demonio, vete al hotel.

Mi agarre era fuerte en su antebrazo, una mueca de dolor se pintaba en sus bonitas facciones y se veía tan frágil a causa de eso. Su vulnerabilidad era tan atractiva para la bestia en mi interior, al igual que todo su cuerpo y rostro angelical.

—Me lastimas —susurraba Jimin, poniendo su pequeña mano sobre la mía—. No quería estar solo y con la maldita incertidumbre de si volverías o no.

«¿Por qué tienes que mirarme así?»

Apretando mi tabique y frotando mis ojos en el proceso, aflojaba el agarre en su brazo.

— ¿Sólo por eso estás aquí? No soy tan entrañable, Jimin.

El pequeño rubio rodaba sus ojos—. Intenté buscar los vídeos cercanos al lugar. Este imbécil ni siquiera se esmeró en buscar las pocas cámaras a su alrededor —mencionaba—. Pero no encontré rastros de la hora que me pediste verificar, no se ve nada. Alguien más debe tenerlo y no soy yo.

Genial, obviamente sabía quién lo tenía. Jimin era rápido con las computadoras, pero TaeHyung tenía un equipo con él. De una forma u otra no me preocupaba que se supiera quién soy. Ya hay más historias sobre mí en el mundo de las tinieblas de las que me gustaría admitir. Siendo considerado aún un neofito sediento no sólo de sangre, sino también de venganza, hice cosas de las que me arrepiento, aunque no me arrepiento de a quienes se las hice.

Hay una sola víctima inocente en mi prontuario. Y el día que alguien logré detenerme y castigarme por lo que he hecho, totalmente me dejaría. Yo la mate. Yo no pude detenerme y dejé a una familia rota y devastada, arrebatando la vida de una las personas más importantes para mí.

Su muerte era lo único que me movía para seguir buscándolo, iba a matarlo. Había matado a un número de vampiros, licantropos y humanos en este tiempo que me habían dado una experiencia que probablemente no tenía a comparación de Jae Joong, pero que definitivamente no me dejarían en desventaja.

Iba a vengar a Rose y mi humanidad que se fue con ella, así tuviera que sacrificar a la bestia que era hoy. La bestia que se hizo eco de su propio nombre en la sombras.

— ¡Bestia ojos de cielo! ¡Ven, maldito cobarde!

Ese era el nombre que me habían puesto porque a pesar de haber cubierto mi rastro de TaeHyung, algunos se quedaron con el recuerdo de mi imagen. Se había vuelto demasiado llamativo el rumor de un neofito ojos de cielo y cara de ángel. A veces me reía de la ironía que habían usado en tal descripción y en los sobrenombres que me habían puesto en tan corto plazo de tiempo: "Cara de ángel con sonrisa demoníaca" y "Bestia ojos de cielo" como me llamaba el imbécil del vampiro que tenía secuestrado.

Y posiblemente, mi descripción favorita: "Labios rojos como la sangre y a causa de ella. Cabello negro como el ébano y piel blanca como la nieve con hermosos ojos color cielo y hombros anchos"... Era como una descripción morbosa de Blancanieves en versión masculina.

—Vete al hotel, necesito hablar con el imbécil de Ackles —ordenaba a Jimin.

Cuando me giraba nuevamente me detenía, pero esta vez su mano estaba aferrada a mi ropa. Suspirando lo miraba.

— ¿Vas a hablar realmente o a "hablar" de esa manera? —susurraba.

A veces su extraña fascinación conmigo y la forma en que me había idealizado creyendo que era bueno, se volvía sofocante en ocasiones. Claramente no era tan cruel como su anterior amante, pero no era para nada lo que él creía. Quizás Jimin hubiera sido perfecto para cuando era un simple humano o un Dhampir, pero no soy bueno para él. No así.

—Voy a hablar y si no me dice lo que deseo, entonces va a conocer a la bestia de ojos azul cielo. Vete —decía entre dientes, pero sus ojos acaramelados brillaban mientras su mano apretaban la tela de mi ropa—. Jimin —una nota de advertencia en mi voz.

—Sólo, ten cuidado y vuelve al hotel pronto —susurraba.

Suspirando, me soltaba de su agarre y me dirigía hacia el sótano donde tenía al vampiro, sin mirar atras. Ya había perdido tiempo con esa simple conversación sentimental que evitaba tener con Jimin a toda costa y en todo momento, bajo cualquier circunstancia.

Quizás sea cruel y distante con él, pero ese chico era la última persona a la que deseaba hacerle mal, por eso jugar con sus sentimientos no era algo que alimentara absolutamente nada dentro de mí. Ni mi ego, ni mi necesidad de afecto. Ni mi poca cordura aferrada a la humanidad que no tenía. Me gustaba su cuerpo, era hermoso por dónde lo viera, pero sólo eso era. Y claro, me servían sus habilidades y había hecho uso de ellas. Pero no podría contar con los dedos las cantidad de veces que puse un párate entre ambos para que su cabeza no maquinara lo que no eramos. Pero luego estaba esa vulnerabilidad y confianza ciega quebhacia cosas raras conmigo y la bestia enferma en mi interior.

Pero sin importar cuál distante fuera, al parecer su cabeza máquinaba sin permiso.

Cuando entraba en la habitación, estaba de espalda al tal Ackles. Más conocido como un genocida con poco tacto en cubrir sus huellas y dejar a las personas que siguen su rastros con turbias ideas de la existencia de algo más que simples y aburridos seres humanos. Era el blanco de muchos que querían mantener su perfil bajo y era el favorito de otros locos como él amantes del caos que, les gustaba mostrarle a la raza humana lo débil e insignificante que eran.

—Déjame verte esos bonitos ojos, bestia —susurraba detrás de mí.

La morbosidad en su voz era asquerosamente frustrante.

— ¿Tienes alguna obsesión con los ojos de los demás? —cuestionaba girando sobre mis talones y cruzandome de brazos.

Él sonreía ladino. Tenía una barba muy prolija, con una piel pálida, algo grisácea y cabello medio largo, casi tocando sus hombros, castaño casi claro. Su rostro era bastante simétrico y atractivo, superficialmente hablando y estaba construido como un tanque. Más alto que yo. Posiblemente convertido a la edad de treinta y cinco o más.

— ¿Ya dejaste de estudiarme? Dime qué sirvió para divertirnos un poco tú y yo, ojos de cielo —susurraba, sus ojos barriendome de arriba abajo—. Ahora entiendo totalmente su obsesión por ti.

Mis músculos se tensaban—. Eres un imbécil, pero vas directo al punto. Eso me agrada, no quiero tener que perder mi tiempo —exclamaba acercándome a él y apoyando mis manos sobre los costados de su silla. Lo tenía encadenado, imposible que rompiera las cadenas. Quería creer.

—Oh, estás tan obsesionado con él como lo está él contigo

— Créeme que no es el mismo tipo de obsesión —le respondía. Luego notaba su sonrisa ladina y sus ojos brillaban. Lo obsevaba en silencio y no podía creer el tupé de este tipo—. ¿En serio intentas usar tu estúpido encanto con otro vampiro?

Sus rostro se quedaba en blanco, tan sorprendido que era divertido.

—Oh, sí. Puedo ser un neofito aún. Pero no soy como tú, estoy por encima de ti —susurraba acercándome a su rostro.

— ¿Creés que tus cadenas pueden conmigo? Soy más fuerte que el resto, bestia inútil —me decía segundos antes de arrancar brazos y piernas de las cadenas y parecer listo para atacarme, pero al instante en el que notaba sus movimientos, poco más lentos que los míos, me alejaba alzaba mi mano para sentir el impulso saliendo de mí y su inmensa figura quedaba contra la pared, retenido allí luego de un fuerte impacto.

No podía moverse.

— ¿Qué carajos?

—Oh, sí. Telequinesis es uno de mis dones —respondía.

No podía ponerse más pálido, pero en cierta forma lo lograba. Luego forcejeaba y yo reforzaba más mis escudos sobre él.

—Ni lo intentes —susurraba entre dientes—. Puedo romperte todos los huesos y luego arrancar tu maldita cabeza sin necesidad de ensuciarme las manos.

No consideraba que era fácil lo que estaba haciendo, porque era igual de agotador que si estuviera forcejeando físicamente con él. Pero con el tiempo—en poco tiempo—había logrado cosas que no creía ser capaz de hacer.

Podía notar el terror en su rostro cuando sus forcejeos eran inútiles—. ¿Qué quieres de mí? ¿Así es como reclutas gente? Un maldito matón, estás aprendiendo —pretendía estar calmado, pero sabía que no lo estaba—. ¿Y a qué te refieres con uno de tus dones. Sólo tenemos uno cada uno —decía curioso y su curiosidad, me provocaba a ejercer presión sobre su cuello y apretar su tráquea para asfixiarlo.

Cuando su pálido rostro tomaba un color preocupante, cesaba. Me sentía tentando a matarlo por múltiples razones.

—Hijo de una maldita perra —decía forzando las palabras.

Encogiéndome de hombros fingía no importarme—. No la conocí realmente, quien sabe.

— Ve al maldito grano, deja de dar vueltas

—Tú comenzaste y me desviaste —respondí, caminando con calma hacia a él

— ¿Qué quieres de mí? —preguntaba con rabia.

—Hace unas semanas atrás, tuviste una reunión con Jae Joong Kim —mencionaba, notando como su ceño recientemente fruncido se elevaba de la sorpresa—. Sí, ese tipo

—Te equivocas. Sé de su obsesión contigo, pero jamás me reuní con alguien como é- ¡Aaah! —su rodilla quebrada sorpresivamente debido a mí y mi poder, lo hacían gritar del dolor.

Así que ponía mi mano sobre su boca para callarlo—. Nadie te oirá, pero no quiero escuchar como te lamentas mientras rompo todos los huesos de tu cuerpo hasta que decidas dejar de mentir y decirme la fecha, hora y lugar en que vas a volver a reunirte con él.

Sus ojos eran de súplica, jadeaba del dolor sobre mi mano y miraba mis ojos como si yo fuera el maldito desquiciado de la película.

Quizás lo era. Quizás era maldito monstruo de su película, pero en la mía, tenía un motivo. Una razón y nada ni nadie iba a detenerme.

—Si decides no hablar, no serás el primero ni el último vampiro que muera por mi mano a causa de elegir guardar silencio por alguien a quien no le importas ni un jodido poco —decía, apretando mi mano sobre su boca y mentón con tal fuerza que si continuaba podía sentir sus huesos crujir porque aplicaba extra fuerza con mi mente. Sus gemidos volvían a salir, rogando que me detuviera—. Si quieres que me detenga, dime todo lo que te acabo de preguntar y quizás, tenga piedad. El resto no quiso saber si era piadoso.

Perdón la tardanza, pero les dejo otro capítulo. De a poco voy corrigiendo los dos primeros con sus errores gramaticales y bueno...

¿Qué opinan del capítulo de hoy? 👁️👁️

Con amor niñita Nanykoo 💜

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