CAPÍTULO 26: PATÉTICO

Había pasado repentinamente durante un día de noviembre. YoonGi estaba en su cama, desvelándose entre semana, como de costumbre, mientras hablaba con sus amigos de WhatsApp. Todos se dormían muy tarde, a pesar de tener clases al día siguiente y quejarse de que tuvieran sueño por las mañanas.

Min no se esperaba que la conversación por el grupo fuese a tornarse de aquella manera por arte de magia. Siempre se ponían a hablar y coquetear en broma, nada más; pero, en esa ocasión, lo que dijo SeokJin lo había dejado helado por largos segundos (o tal vez minutos), con el corazón acelerado y las mejillas rojas por la sorpresa.

¿Eso estaba pasando de verdad?

¿No estaba soñando?

Estaba tan feliz que incluso comenzó a patalear un poco debajo de sus mantas; se olvidó de responder al instante por ello, pero no le importó mucho. Bastaba con una mentirita piadosa para cuidar su orgullo y dignidad.

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No había sido para nada lo que esperó. Ocurrió de la nada, sin preparación y con apenas algo de tiempo para poder procesar lo que estaba sucediendo. No iba a dejar su relación así como así, ya que era patético decir que así iniciaron a tener algo; ahora que sabía que todo era recíproco pensaría en una forma de hacerlo oficial y, por supuesto, mucho más bonita.

A veces creía que podía dejar todo tal y como estaba porque nunca creyó ver a SeokJin diciéndole "mi amor" con tanta frecuencia. Le hacía tan feliz que releía todo el mensaje una y otra vez, también le regresaba el bonito apodo en muchas ocasiones. Se lo decía en los grupos y en privado; tal vez en algún audio habría hecho que se desmayara de la emoción. Sin contar los cumplidos que le daba de vez en cuando al mandarle alguna foto o vídeo; viniendo de él, todo parecía lo más bonito que había leído y confirmó cuánto le gustaba aquel joven.

Pensó en su madre y en cómo quizá creía que el andar con un muchacho únicamente fue una etapa que ya se había pasado, que volvería a ser "normal" lejos de JunMyeon... Porque, claro, no sabía ni poco de él.

SeokJin era su pequeño secreto.

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Tal vez ese tuvo que haber sido algún indicador de lo que estaba pasando al rededor suyo, pero lo ignoró debido a que el mismo Jin había aclarado lo que eran y eso le calmaba.

Les había dicho a sus amigos más cercanos que tenía una clase de relación con el chico del que les había hablado tanto y JinYoung fue el más emocionado, buscando fotos para la boda imaginaria y quién sabe qué más.

HoSeok también estaba feliz por él y se burlaba de que antes no quería una pareja.

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Muchos dicen que después de la tormenta llega el arcoíris; otros, que después de la tranquilidad llegan los problemas.

YoonGi se sentía incómodo, no había otra palabra que lo definiera.

Sabía que no había razón, era un chico tranquilo y confiaba en Jin, pero en algunas ocasiones no le gustaba sentir que no se tomaba con la misma seriedad la relación o que tampoco respetaba del todo lo que tenían debido a los coqueteos con alguien más, como los que solían hacer antes de andar.

¿Eran ideas suyas?

¿La exclusividad había pasado de moda en tan solo un año?

¿Por qué le daba tantas vueltas?

¿Por qué intentaba que SeokJin sintiera lo mismo que él para que entendiera su sensación de molestia? Eso era infantil, pero le daba vergüenza expresar sus inconformidades.

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Decidió hacerlo porque no le parecía del todo justo que eso sucediera. Tan solo llevaban pocos días de noviazgo, tener problemas así no era algo bueno.

Se preparó mientras se miraba al espejo, repasando lo que diría en el momento adecuado, pero lo que dijo SeokJin le impidió decir hasta la mínima de sus confesiones.

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Oh.

La vida de Min YoonGi era más patética que la de Rayita en una historia barata de Wattpad.

Sentía a su orgullo y su dignidad pisoteados. Creía que era terriblemente patético porque se creyó todo lo que dijo SeokJin, pero se sintió aún más estúpido al darse cuenta de que estaba decepcionado.

Le gustaba.

Le fue honesto.

¿Cómo había caído en un tonto juego de un joven menor que él? 

Se regañó mentalmente, golpeó su cabeza contra uno de sus peluches y lloriqueó lo más bajo que pudo para evitar que lo oyeran sus familiares.

Entre más pensaba, más idiota se sentía porque era demasiado obvio: SeokJin estaba lejos de querer una relación, era un alma libre a la que veía capaz de decir "no quiero que la persona a la que amo esté en mi cabeza la mayoría del tiempo".

Y le dolía. El dolor era más consciente y claro que el del rechazo de TaeHyung o la ruptura con JunMyeon.

Le dolía porque él sí lo tenía en la cabeza la mayor parte del tiempo.